Watchman Nee Libro Book cap.7 Libro de lecciones nivel 6: La biblia
TEMAS CLAVES DE LA BIBLIA 1 DIOS, CRISTO, EL ESPÍRITU SANTO Y LA CRUZ DE CRISTO
Lección siete
TEMAS CLAVES DE LA BIBLIA (1) DIOS, CRISTO, EL ESPÍRITU SANTO Y LA CRUZ DE CRISTO
Lectura bíblica
Col. 1:17-18; 1 Co. 8:4; Mt. 28:19; Jn. 14:9-10, 16-17, 20, 23; 2 Co. 13:14; 1 Co. 15:45; Mt. 1:16, 21, 23; Col. 1:15; Hch. 1:8; Jn. 15:26; Gá. 3:13; 6:14; 1 P. 2:24
Bosquejo
- Dios:
- El único Dios verdadero.
- Elohim: Aquel que es fiel y poderoso.
- Jehová: el Yo Soy, que existe por Sí mismo y para siempre.
- El Dios Triuno:
- En cuanto al Padre, el Hijo y el Espíritu.
- El Padre, el Hijo y el Espíritu son Dios.
- El Padre, el Hijo y el Espíritu son eternos.
- El Padre, el Hijo y el Espíritu coexisten simultáneamente.
- El Padre, el Hijo y el Espíritu moran el uno en el otro y son inseparables.
- Los tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu— son uno.
- La razón por la cual Dios es triuno.
- Cristo:
- Los títulos de Cristo.
- La persona de Cristo:
- Dios.
- El Hijo de Dios.
- Hombre.
- El Creador.
- El Primogénito de toda creación.
- La obra de Cristo:
- Crea.
- Se hace carne.
- Es crucificado en la cruz.
- Es resucitado de entre los muertos.
- Asciende a los cielos.
- Lleva a cabo Su ministerio celestial.
- Vuelve otra vez.
- Establece el reino milenario.
- Es el centro de la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva.
- El Espíritu Santo:
- La máxima expresión del Dios Triuno.
- El Dios Triuno que llega a los creyentes y entra en ellos.
- Lo que es el Espíritu Santo.
- Los dos aspectos del Espíritu Santo.
- La obra del Espíritu Santo.
- La cruz de Cristo:
- La cruz fue profetizada por Dios.
- La cruz era una forma de ejecución romana.
- La hora en que fue crucificado Cristo.
- Los logros de la cruz.
- Gloriarse en la cruz.
Texto
En las siguientes cuatro lecciones hablaremos acerca de catorce temas claves de la Biblia. Debido a que la Biblia es tan extensa, es provechoso conocer sus temas claves a fin de entender mejor lo que leemos. Algunos de estos temas fueron abarcados en los libros de lecciones anteriores. Los temas en estas lecciones no serán tratados en detalle. Si desean conocer más acerca de la salvación, de Dios, de Cristo, del Espíritu, del espíritu humano, de la vida eterna y de la iglesia, pueden estudiar los libros de lecciones anteriores, los cuales forman parte de esta serie.
I. DIOS
[Dios es lo principal revelado en la Biblia, porque Él es el principio de todas las cosas. Todo lo que hay en el universo se originó en Él y empezó por medio de Él. Además, Dios es el contenido principal de la Biblia, desde el primer libro hasta el último. Él nos creó y nos regeneró, y tiene todo que ver con nuestra vida y nuestro ser. Por eso, debemos conocerlo a Él primero.]
A. El único Dios verdadero
[Las Escrituras, en muchos casos y de muchas maneras, nos dicen que Dios es únicamente uno. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento hay muchos pasajes que afirman clara y definitivamente que Dios es uno solo. En 1 Corintios 8:4 dice: “No hay más que un Dios”, e Isaías 45:5 dice: “Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de Mí”.]
B. Elohim: Aquel que es fiel y poderoso
Génesis 1:1 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. [Aquí la palabra hebrea traducida Dios es Elohim. Este es el primer título divino usado en la Biblia para revelar a Dios, y significa Aquel que es fiel y poderoso. Esto muestra que el Dios verdadero, a quien adoramos conforme a la Biblia, no es solamente poderoso sino también fiel. Él es el poderoso; así que pudo crear los cielos, la tierra, todas las cosas y la humanidad, llamando lo que no es como si fuera. Él es fiel; por tanto, es confiable, siempre invariable e inmutable. Sus obras, conforme a Su fidelidad, son perdurables como el sol y firmes como la luna (Sal. 89:33-37).]
C. Jehová: el Yo Soy, que existe por Sí mismo y para siempre
En Éxodo 3:14, Dios dice que Él es “YO SOY EL QUE SOY”. [Aquí Dios le dijo a Moisés en palabras sencillas que Su nombre es Jehová. El nombre “Jehová” es el segundo título divino principal usado en la Biblia para revelar a Dios. Este nombre significa el Yo Soy, que existe por Sí mismo y para siempre, el Yo Soy que era, que es y que viene. Esto indica que Él es el Yo Soy, y aparte de Él nada es. Sólo Él es, y Él es el Yo Soy que existe por Sí mismo y para siempre, quien era, quien es y quien viene. Así que, todo lo que hay en el universo es vano y no es; sólo Él es, sólo Él existe para siempre y sólo Él es realidad. Él es el todo para el pueblo que Él creó y que le pertenece. Cualquier cosa que ellos necesiten, Él es.]
D. El Dios Triuno
[La Biblia revela que Dios es triuno. Esta es una revelación de gran importancia. Dios es únicamente uno, y Su nombre es Jehová; sin embargo, Dios también es triuno: Él es el Padre, el Hijo y el Espíritu. Esto es un misterio; de hecho, es el misterio de misterios.]
1. En cuanto al Padre, el Hijo y el Espíritu
[El Señor dijo en Mateo 28:19: “Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Aquí el Señor claramente habla de Tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu; pero cuando habla aquí respecto al nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu, en el texto original el sustantivo nombre está en singular. Esto significa que aunque el Padre, el Hijo y el Espíritu son tres, el nombre es uno. Esto es realmente misterioso: se usa un nombre para Tres. Esto, por supuesto, es lo que significa la expresión “tres y uno” o “triuno”.]
2. El Padre, el Hijo y el Espíritu son Dios
El Padre es Dios (1 P. 1:2; Ef. 1:17); el Hijo es Dios (He. 1:8; Jn. 1:1; Ro. 9:5); y el Espíritu es Dios (Hch. 5:3-4). [Las Escrituras claramente nos revelan que los tres —el Padre, el Hijo, y el Espíritu— son Dios. Esto no significa, sin embargo, que ellos sean tres Dioses. Ya hemos visto que las Escrituras afirman clara y definitivamente que Dios es uno solo. Aunque son tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu—, los tres no son tres Dioses, sino uno solo. ¡Esto es realmente un misterio! ¡Es inescrutable! ¡Pero alabado sea el Señor que simplemente podemos recibir y disfrutar a esta Persona misteriosa conforme a lo que las Escrituras han dicho!]
3. El Padre, el Hijo y el Espíritu son eternos
El Padre es eterno (Is. 9:6); el Hijo es eterno (He. 1:12; 7:3); y el Espíritu también es eterno (He. 9:14). Por tanto, los tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu— son eternos.
4. El Padre, el Hijo y el Espíritu coexisten simultáneamente
En Juan 14:16-17, el Hijo dice que oraría al Padre para que el Padre enviara al Espíritu. [En Efesios 3:14-17, Pablo dice que oraría al Padre para que Él nos concediera el ser fortalecidos con poder por Su Espíritu en nuestro hombre interior, para que Cristo haga Su hogar en nuestros corazones. En 2 Corintios 13:14 dice: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”.] [Por tanto, nosotros no creemos que el Padre dejó de existir y que fue reemplazado por el Hijo, y que después de otro período de tiempo el Hijo fue reemplazado por el Espíritu. Nosotros creemos que los Tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu— son eternos y coexisten.]
5. El Padre, el Hijo y el Espíritu moran el uno en el otro y son inseparables
[La relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu de la Trinidad no consiste solamente en que ellos coexisten simultáneamente, sino aun más, que ellos moran mutuamente el uno en el otro. Coexistir significa existir juntos al mismo tiempo; mientras que morar el uno en el otro, según se aplica a la Trinidad, significa que el Padre, el Hijo y el Espíritu están el uno en el otro y, por ende, existen juntos.] Juan 5:43 dice que el Hijo vino en el nombre del Padre; esto equivale a la venida del Padre. Juan 14:10 dice que el Hijo está en el Padre, y que el Padre está en el Hijo; por consiguiente, el Hijo puede testificar diciendo: “El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre” (Jn. 14:9). Otros versículos hablan de hechos similares (Jn. 6:46; 8:29; 14:26; 15:26; Lc. 4:1). [No es posible separar al Dios Triuno. Cuando Uno se mueve, los otros Dos se mueven con Él. Cuando Uno es enviado, los otros Dos también vienen con Él. Cuando el Hijo viene, Él viene en el nombre del Padre; cuando Él viene, el Padre viene. Cuando el Espíritu es enviado, Él es enviado en el nombre del Hijo; que Él sea enviado equivale a que el Hijo sea enviado. Por tanto, la venida del Hijo es la venida del Padre, y el envío del Espíritu es el envío del Hijo. Los tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu— son uno. No es posible separarlos, incluso por la eternidad.]
6. Los tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu— son uno
El Hijo es el Padre. [Isaías 9:6 dice: ”Porque un niño no es nacido, hijo nos es dado … y se llamará Su nombre … Dios fuerte, Padre eterno”. En este versículo, el Dios fuerte corresponde al niño, y el Padre eterno corresponde al Hijo. Sí, Él es un niño, pero también es el Dios fuerte. El niño que nació en el pesebre de Belén era el Dios fuerte. Así como el niño y el Dios poderoso son uno, así también el Hijo y el Padre eterno son uno. El Hijo es el Padre eterno.]
El Hijo fue hecho el Espíritu vivificante. [En 1 Corintios 15:45 dice: “Fue hecho … el postrer Adán, Espíritu vivificante”. El postrer Adán, por supuesto, es el Señor Jesús encarnado; y el Espíritu vivificante, por supuesto, es el Espíritu Santo. No puede haber otro Espíritu vivificante además del Espíritu Santo.]
E. La razón por la cual Dios es triuno
En 2 Corintios 13:14 dice: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. Aquí vemos que el Dios Triuno se imparte a Sí mismo en nosotros. Al tener la comunión del Espíritu Santo disfrutamos la gracia de Cristo, la cual emana del amor de Dios. El Dios Triuno en su totalidad está disponible para que lo disfrutemos y lo experimentemos.
[Dios es el Dios Triuno. El único Dios, quien es uno solo, tiene también el aspecto de tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu. El Padre, el Hijo y el Espíritu son Dios, son eternos, coexisten simultáneamente, moran el uno en el otro y son inseparables. Para los creyentes, el Padre es la fuente, el Hijo es la manifestación, y el Espíritu es Dios que llega al hombre y entra en él. Así pues, el Dios Triuno se imparte en el hombre para ser la vida de éste, su disfrute y su suministro completo.]
II. CRISTO
[Cristo es el tema y centro de la Biblia, y es el contenido principal de la Biblia de principio a fin. Aun más, Él es la realidad de nuestra fe. Los que hemos creído en Cristo y hemos recibido gracia, debemos conocerle de una manera completa.]
A. Los títulos de Cristo
Mateo 1:21 dice: “Y dará a luz un hijo, y llamarás Su nombre Jesús, porque El salvará a Su pueblo de sus pecados”. [Cuando Cristo se encarnó para ser un hombre, se le dio el nombre de Jesús. Jesús es equivalente a Josué en hebreo (Nm. 13:16), que significa la salvación de Jehová, o Jehová el Salvador. Por tanto, Él es el Salvador, quien salvará a Su pueblo de sus pecados.] Mateo 1:16 dice: “María, de la cual nació Jesús, quien es llamado el Cristo”. [Su segundo nombre es Cristo, el equivalente de Mesías en hebreo (Jn. 1:41), que significa el Ungido. Este nombre revela que Él es el Ungido de Dios, quien es ungido por Dios con Su Espíritu para crear y redimir con miras a que se cumpla el propósito eterno de Dios.] Mateo 1:23 dice: “‘He aquí, una virgen estará encinta y dará a luz un hijo, y llamarán Su nombre Emanuel’ (que traducido es: Dios con nosotros)”. [Jesús y Cristo fueron nombres dados por Dios. Cuando los hombres descubrieron que Él era Dios, le llamaron Emanuel, que significa Dios con nosotros. Este nombre revela que Jesús, nuestro Salvador, y Cristo, el Ungido de Dios, es de hecho Dios mismo, quien vino para estar con nosotros.]
B. La persona de Cristo
1. Dios
“Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos” (Ro. 9:5). [Estas palabras declaran simple y enfáticamente que Cristo es Dios, quien está sobre todas las cosas, el Dios completo, bendito por los siglos.]
2. El Hijo de Dios
“Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios” (Jn. 20:31). Cristo es también el Hijo de Dios, es decir, Dios el Hijo.
3. Hombre
“Cristo Jesús hombre” (1 Ti. 2:5). Cristo no solamente es Dios, sino también hombre. Él es el Dios completo que se hizo un hombre genuino y perfecto. Esto es un gran misterio.
4. El Creador
“Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de Tus manos” (He. 1:10). Él es el Creador.
5. El Primogénito de toda creación
“El Hijo de Su amor … el Primogénito de toda creación” (Col. 1:13, 15). [Esto nos dice que Cristo también es una criatura, aun el Primogénito entre las criaturas. Como Primogénito, Él es el primero; como Dios, Él es el Creador de los cielos, de la tierra y de todas las cosas; como hombre, Él es el primero entre las criaturas.]
C. La obra de Cristo
[Cristo es Aquel que fue ungido por Dios para llevar a cabo Su plan eterno, y como tal, logró y logrará las siguientes cosas grandiosas:]
1. Crea
“Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de Tus manos” (He. 1:10). [La primera cosa grandiosa que Cristo hizo fue crear los cielos y la tierra, todas las cosas y al hombre. Por tanto, Él es el Creador de todas las cosas.]
2. Se hace carne
“Y el Verbo se hizo carne, y fijó tabernáculo entre nosotros … lleno de gracia y de realidad” (Jn. 1:14). [La segunda cosa grandiosa realizada por Cristo —el Ungido de Dios— fue que Él, siendo Dios, se hizo carne; es decir, se hizo un hombre en la carne para ser el tabernáculo de Dios entre los hombres, y de esta manera trajo a Dios al hombre a fin de que éste lo experimentara como realidad y lo recibiera como gracia. La realidad es el propio Dios conocido y contactado por el hombre, y la gracia es el propio Dios recibido y disfrutado por el hombre. Cristo, en el tabernáculo de carne, vivió con el hombre durante treinta y tres años y medio, y trajo así plenamente a Dios al hombre para que fuera su realidad y su gracia.]
3. Es crucificado en la cruz
[Después de treinta y tres años y medio, Cristo fue a la cruz para ser crucificado y efectuar la redención conforme al plan eterno de Dios. Esta es la tercera cosa grandiosa que Él hizo, y resolvió con ello, de una vez y para siempre, el problema respecto a todo lo que Dios había condenado en el universo, tal como Satanás, el pecado, el mundo, la carne, el viejo hombre y la vieja creación. Él hizo esto por Dios y por aquellos que Dios escogió, quienes heredarán Su salvación eternamente.]
4. Es resucitado de entre los muertos
Cristo mismo puso Su vida, y Él mismo la volvió a tomar al resucitar de entre los muertos (Jn. 10:17-18). Esta fue la cuarta cosa grandiosa que Él hizo, mediante la cual obtuvo a nuestro favor la justificación, la resurrección y la regeneración. “Jesús … el cual fue … resucitado para nuestra justificación” (Ro. 4:24-25). Su resurrección es la prueba de nuestra justificación. Su resurrección es el recibo de nuestra justificación. Fuimos resucitados juntamente con Él en Su resurrección (Ef. 2:5-6). Su resurrección liberó Su vida y nos la transmitió a nosotros, y así nos regeneró para hacernos el nuevo hombre.
5. Asciende a los cielos
[Después que Cristo resucitó de entre los muertos, Él ascendió a los cielos. Esta es la quinta cosa grandiosa que Él hizo.] “Subiendo a lo alto, llevó cautivos a los que estaban bajo cautiverio, y dio dones a los hombres” (Ef. 4:8). [La expresión “los que estaban bajo cautiverio” se refiere a nosotros, quienes habíamos sido capturados por Satanás y la muerte. Ahora Cristo, en Su resurrección triunfante, nos rescató de las manos de Satanás y de la muerte, y nos llevó a los cielos para constituirnos el don que Dios da a Cristo, a fin de que Cristo nos dé como dones a la iglesia.] “Y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales en Cristo Jesús” (Ef. 2:6). [La ascensión de Cristo también nos llevó —a nosotros que hemos creído en Él y que nos hemos unido a Él— a los lugares celestiales, para que obtengamos una posición celestial y vivamos en una atmósfera y estado celestiales.] ¡Cuántas cosas maravillosas realizó Cristo a nuestro favor en Su ascensión!
6. Lleva a cabo Su ministerio celestial
[Después de ascender a los cielos, Cristo empezó a llevar a cabo Su ministerio celestial. Él fue ungido por Dios para que realizara esta sexta cosa grandiosa, conforme a la cual Él cumple continuamente a nuestro favor los siguientes cuatro asuntos: Después que Cristo estableció el nuevo pacto (Mt. 26:28) por medio de Su muerte en la tierra, Él ascendió a los cielos para ser el Mediador de este nuevo pacto, y lo pone en ejecución en aquellos que creen en Él (He. 8:6). Cristo también es hoy el Ministro del verdadero tabernáculo en los cielos y ministra a Sus creyentes la vida celestial y el suministro divino y celestial (He. 8:1-2). Hoy Cristo también es nuestro gran Sumo Sacerdote en los cielos, que intercede ante Dios por nosotros para que seamos salvos por completo (He. 4:14; 7:24-26). El Cristo que hoy está en los cielos también es nuestro Abogado ante el Dios justo. Si pecamos después de ser salvos, Cristo, basado en el hecho de que Él es nuestra propiciación, ruega por nosotros para que recuperemos la comunión que se había interrumpido entre Dios y nosotros (1 Jn. 2:1-2).]
7. Vuelve otra vez
[Cuando Cristo complete Su ministerio celestial, Él volverá otra vez para realizar —como Ungido de Dios— la séptima cosa grandiosa, la cual incluye los tres asuntos siguientes: Cuando Cristo vuelva otra vez, Él arrebatará a todos los creyentes al aire —ya sea que éstos hayan resucitado o estén vivos— para que se encuentren con Él y estén siempre con Él. Esto será lo primero que Él llevará a cabo en Su segunda venida (1 Ts. 4:16-17).] El segundo asunto que Cristo realizará en Su segunda venida será que salvará a todo Israel (Ro. 11:26). El tercer asunto que el Señor cumplirá cuando regrese, será que juzgará a todas las naciones incrédulas que estén vivas.
8. Establece el reino milenario
Después que Cristo limpie la tierra a Su venida, Él establecerá el reino milenario y reinará con Sus creyentes vencedores por mil años. Esta es la octava cosa grandiosa que Él realizará como Ungido de Dios (Ap. 20:4, 6).
9. Es el centro de la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva
[Al final del reino milenario, la tierra vieja y el cielo viejo serán abolidos. Cristo será el centro de la eternidad en la Nueva Jerusalén, en la tierra nueva y el cielo nuevo venideros. Esta es la última cosa grandiosa que Cristo hará como Ungido de Dios a fin de llevar a cabo el plan eterno de Dios. Todos los que Dios redimió a lo largo de los siglos estarán con Él y disfrutarán el resultado abundante de la obra que Dios realizó a través de las edades, en la vida eterna de Dios por los siglos de los siglos] (Ap. 21:23).
III. EL ESPÍRITU SANTO
[El Espíritu Santo es quien nos transmite al Dios Triuno para que lo experimentemos y disfrutemos. Por tanto, debemos conocerle a fin de poder experimentar al Dios Triuno ricamente.]
A. La máxima expresión del Dios Triuno
[En la Trinidad divina, el Espíritu Santo —quien es el Espíritu de Dios— se menciona al final, lo cual muestra que Él es la máxima expresión del Dios Triuno (Mt. 28:19).]
B. El Dios Triuno que llega a los creyentes y que entra en ellos
El Señor dijo en Juan 14:16-17 [que el Espíritu Santo es el Dios Triuno que llega al hombre, es decir, el Dios Triuno que en calidad de Espíritu llega al hombre y está con él para siempre.]
Además nos reveló en Juan 14:17 y 20 [que el Espíritu Santo, quien llega a nosotros con el Padre y el Hijo, también entrará en nosotros. Esto indica que Él es el Dios Triuno que entra en los creyentes. Cuando Él entra en nosotros, el Padre y el Hijo entran en nosotros (Jn. 14:23).]
C. Lo que es el Espíritu Santo
El “Espíritu de Dios” (Gn. 1:2) participó en la obra creadora de Dios. El “Espíritu de Jehová” (2 Cr. 20:14) participó en la relación de Dios con el hombre (Gn. 2:7). El “Espíritu Santo” (Lc. 1:35) participó en la encarnación de Cristo a fin de santificar al hombre para Dios. El “Espíritu de Jesús” (Hch. 16:7) participó en el nacimiento, la vida y los sufrimientos de Jesús. El “Espíritu de Cristo” (Ro. 8:9) participó en la resurrección de Cristo y en la impartición de la vida divina. El “Espíritu de Jesucristo” (Fil. 1:19) participó en el nacimiento, la vida y la muerte de Cristo, así como en la resurrección de Cristo y la impartición de la vida divina, con un suministro abundante para que los creyentes sean salvos en todas las cosas. El “Espíritu de vida” (Ro. 8:2), el “Espíritu vivificante” (1 Co. 15:45), participó en el hecho de que Cristo ha llegado a ser la vida del hombre y da vida al hombre. “El Espíritu”, el cual aún no había porque Jesús no había sido aún glorificado (Jn. 7:39), [es el resultado de que el Espíritu Santo haya pasado por todos los aspectos que se mencionaron anteriormente. Por tanto, Él es el Espíritu todo-inclusivo y consumado, quien como máxima expresión del Dios Triuno llega y entra en todos los que creen en Cristo.] Los “siete Espíritus” (Ap. 1:4) aluden al Espíritu Santo siete veces intensificado, por medio de quien la iglesia desolada recibe las riquezas de la gracia y el poder con una intensidad séptuple.
D. Los dos aspectos del Espíritu Santo
[Según el Nuevo Testamento, se le atribuyen dos aspectos al Espíritu Santo —quien es el Espíritu de Dios— con relación a los creyentes. Por un lado, Él es el Espíritu de vida en nosotros, el Espíritu esencial de Dios que nos imparte la vida divina a fin de que vivamos y existamos. Por otro lado, Él es el Espíritu de poder sobre nosotros, el Espíritu económico de Dios que nos transmite el poder y don divinos, los cuales nos capacitan a fin de que laboremos para Dios.] Jesús dijo en Juan 14:17: “El Espíritu de realidad … estará en vosotros”. [Este es el Espíritu Santo quien, como Espíritu esencial de Dios, está en los creyentes para que tengan la vida de Dios y vivan por Dios.] Luego, en Hechos 1:8 dijo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y seréis Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. [Este es el Espíritu Santo quien, como Espíritu económico de Dios, está sobre los creyentes para que reciban el poder de Dios y trabajen para el Señor.]
E. La obra del Espíritu Santo
El Espíritu Santo ha hecho y sigue haciendo muchas cosas maravillosas por nosotros a fin de introducirnos completamente en la economía de Dios. Hay diez asuntos cruciales que nos ayudan a que seamos completamente introducidos en la economía de Dios: 1) el Espíritu Santo llegó a ser la transfiguración y la realidad de Cristo en Su resurrección, para dar testimonio respecto a la realidad de Cristo en resurrección (Jn. 15:26); 2) el Espíritu Santo vino para convencer a los pecadores de pecado, a fin de que se arrepientan, crean en Cristo y obtengan la vida eterna (Jn. 16:8); 3) el Espíritu Santo, como Espíritu esencial, el Espíritu de vida de Dios, regenera a los pecadores arrepentidos en su espíritu para que tengan la vida de Dios y sean hechos hijos de Dios (Jn. 3:6); 4) el Espíritu Santo, como Espíritu esencial, el Espíritu de vida de Dios, también renueva al hombre mediante la regeneración para que el hombre reciba la salvación orgánica de Dios (Tit. 3:5); 5) el Espíritu Santo, como Espíritu esencial, el Espíritu de vida de Dios, permanece en nosotros para abastecernos continuamente con la vida y las riquezas de Dios (2 Ti. 1:14); 6) el Espíritu Santo, como Espíritu esencial de Dios, unge a los creyentes con la esencia (el elemento) de Dios, lo cual produce en ellos una enseñanza que hace posible que permanezcan en el Señor conforme a la enseñanza de la esencia de Dios (1 Jn. 2:27); 7) el Espíritu Santo, como Espíritu esencial, el Espíritu de vida de Dios que está en los creyentes, les suministra también la naturaleza santa de Dios, es decir, la esencia divina (Ro. 15:16); 8) el Espíritu Santo, como Espíritu esencial de Dios que está en los creyentes, transforma metabólicamente a los creyentes —con la esencia divina de Dios— en la imagen del Señor, de un grado de gloria a un grado de gloria mayor (2 Co. 3:18); 9) el Espíritu Santo, como Espíritu económico de Dios, es el poder que está sobre los creyentes, el cual les capacita a fin de que laboren para Dios (Lc. 24:49); y 10) el Espíritu está sobre los creyentes, como Espíritu económico de Dios, y les da diversos dones a fin de que trabajen para Dios (1 Co. 12:7-11).
IV. LA CRUZ DE CRISTO
[La cruz de Cristo efectuó a nuestro favor la redención eterna de Dios conforme a los requisitos de la justicia, la santidad y la gloria de Dios, y llegó a ser la base de nuestra salvación eterna. Por tanto, debemos conocer cabalmente la cruz.]
A. La cruz fue profetizada por Dios
En Gálatas 3:13 dice: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: ‘Maldito todo el que es colgado en un madero’)”. [Aquí “madero” se refiere a la cruz, la cual era de madera. En Deuteronomio 21:23, en el Antiguo Testamento, Dios profetizó en los juicios de la ley que Cristo colgaría en un madero, o sea, que colgaría en una cruz.]
B. La cruz era una forma de ejecución romana
Juan 19:15 dice: “Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César”. [La forma de ejecución judía era apedrear a muerte al criminal (Dt. 22:24). Sin embargo, aproximadamente sesenta años antes que el Señor naciera, la nación judía cayó en manos de Roma. Poco tiempo antes que el gobernador romano le diera muerte al Señor, el Imperio Romano había adoptado la crucifixión como forma de ejecutar a las personas más viles. Por tanto, cuando los judíos quisieron matar al Señor, lo crucificaron mediante el decreto del gobernador romano y cumplieron así lo que Dios había profetizado en Deuteronomio 21:23 acerca de cómo habría de morir el Señor. Esto fue hecho por la mano soberana de Dios.]
C. La hora en que fue crucificado Cristo
Según Marcos 15:25 y Mateo 27:45, Cristo fue crucificado desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde, un total de seis horas. [Durante las primeras tres horas, Jesús no fue castigado por Dios como substituto de los pecadores; más bien, fue perseguido por los hombres. Durante esas tres horas, padeció como mártir, pero no con relación a efectuar la redención. Al mediodía, la tierra se oscureció. Desde ese momento hasta las tres de la tarde, no fueron los hombres los que le castigaron, sino que Dios lo juzgó como substituto de los pecadores. En esas tres horas, Él sufrió para efectuar la redención, y no con respecto al martirio.]
D. Los logros de la cruz
Cristo obtuvo once logros en la cruz. Podemos participar en la economía de Dios debido a estos diversos logros.
[Lo primero que Cristo logró en la cruz fue llevar sobre Sí los numerosos pecados que cometimos mediante nuestras acciones, es decir, los pecados que cometimos personalmente, para que fuéramos salvos y pasáramos de muerte a vida (1 P. 2:24).
Al mismo tiempo, en la cruz Cristo quitó el pecado que está en nuestra naturaleza interna, es decir, el pecado que heredamos por nacimiento, para que fuéramos librados de la naturaleza pecaminosa que está dentro de nosotros (He. 9:26).
En la cruz, Cristo llevó sobre Sí nuestros pecados externos y quitó nuestro pecado interno, y recibió así la maldición que, según la ley de Dios, deberíamos haber recibido nosotros por haber caído y por haber pecado (Gá. 3:13).
En la cruz, Cristo no sólo le dio resolución a los dos aspectos del pecado, sino que también crucificó nuestro viejo hombre pecaminoso para que el cuerpo de pecado fuera anulado y no sirviésemos más al pecado como esclavos (Ro. 6:6).
Puesto que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo, nuestro “yo” también está crucificado con Él (Gá. 2:20).
En la cruz, Cristo no sólo crucificó nuestro viejo hombre; Él también crucificó nuestra carne con sus pasiones y concupiscencias. Aquí dice que los que somos de Cristo hemos crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias. Podemos hacer esto basándonos en el hecho de que el Señor crucificó nuestra carne en la cruz (Gá. 5:24).
En la cruz, Cristo destruyó al diablo, que tiene el poder de la muerte, y nos libró de la esclavitud de la muerte (He. 2:14-15).
Puesto que Cristo destruyó al diablo, quien tiene el poder de la muerte, obviamente también lo juzgó y lo eliminó, es decir, destruyó a la serpiente antigua que había envenenado a la humanidad, para que todo el que crea en Cristo reciba la vida eterna de Dios y pase de muerte a vida. Esto fue tipificado por la serpiente que Moisés levantó en el desierto, lo cual hizo posible que los israelitas pasaran de muerte a vida (Jn. 3:14-15).
En la cruz, Cristo destruyó a Satanás, el diablo, y al mismo tiempo crucificó al mundo que Satanás ha organizado y que depende de Satanás, e hizo que el mundo perdiera su poder usurpador sobre los que han creído en Cristo (Gá. 6:14).
En la cruz, Cristo abolió la ley del Antiguo Testamento, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, la cual separaba a los judíos de los gentiles, y creó en Sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, el cual es la iglesia (Ef. 2:14-15).
En la cruz, Cristo no sólo dio resolución a todas las cosas negativas anteriormente mencionadas por causa de Dios y en beneficio nuestro, sino que por medio de Su muerte en la cruz, también liberó la vida divina que estaba en Él y nos la impartió para que llegásemos a ser Sus muchos miembros, los cuales constituyen Su Cuerpo (Jn. 12:24).]
E. Gloriarse en la cruz
Gálatas 6:14 dice: “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo”. [Los que eran celosos por la religión judía obligaban a la gente a que se circuncidara para poder gloriarse en la carne de ellos (Gá. 6:12-13). Sin embargo, el apóstol Pablo, quien había sido ganado por Cristo, no se gloriaba en nada que no fuera la cruz de Cristo.]
RESUMEN
Dios es el que planea; Cristo es el que logra; y el Espíritu es el que aplica. El Espíritu nos trae la realidad de lo que Dios es, de lo que Cristo logró en la cruz y de lo que Cristo experimentó, logró y alcanzó. La persona y la obra del Dios Triuno nos ha librado de todas las cosas negativas que hay en el universo e imparte en nosotros al propio Dios Triuno. Estos son los cuatro asuntos más cruciales revelados en la Biblia. Cuando vemos, creemos y recibimos la verdad acerca de Dios, de Cristo, del Espíritu Santo y de la cruz de Cristo, somos liberados para disfrutarle. ¡Qué maravilloso!
Preguntas y ejercicios
- Háblele a sus compañeros acerca de este único y verdadero Dios.
- ¿Cuántos títulos de Cristo conoce usted? Enumérelos.
- ¿Cuál es la diferencia entre Cristo como nuestro Sumo Sacerdote y Cristo como nuestro Abogado?
- ¿Qué versículos podemos usar para demostrar que el Espíritu Santo nos transmite al Dios Triuno a fin de que lo experimentemos y lo disfrutemos?
- En Gálatas 6:14 Pablo dice: “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo”. ¿Por qué dice esto?
Pasajes citados
- Lecciones de vida (Lee/LSM), pág. 44.
- Lecciones de la verdad, nivel 1, tomo 1 (Lee/LSM), págs. 22-23.
- Lecciones de vida (Lee/LSM), págs. 45-46.
- Lecciones de la verdad, nivel 1, tomo 1 (Lee/LSM), págs. 22, 24-28.
- Lecciones de vida (Lee/LSM), págs. 53-56, 61-65, 66-68, 74-79.
Referencias adicionales
- Lecciones de vida (Lee/LSM), págs. 44-80.
- Lecciones de la verdad, nivel 1, tomo 1 (Lee/LSM), págs. 20-29.
- Una presentación breve de lo que es el recobro del Señor (Lee/LSM), págs. 8-19.
- La revelación básica contenida en las santas Escrituras (Lee/LSM), págs. 7-48.
- The Ten Lines of the Bible [Las diez líneas de la Biblia], en chino, (Lee/Librería Evangélica de Taiwan).
- Young People’s Training [Adiestramiento para jóvenes] (Lee/LSM), caps. 6-7.
- La vida cristiana normal (Nee/CLC), cap. 2.