Watchman Nee Libro Book cap.6 Los asuntos de la iglesia
LOS ASUNTOS DE LA OFICINA DE SERVICIO
CAPITULO SEIS
LOS ASUNTOS DE LA OFICINA DE SERVICIO
Hoy queremos llegar al sexto asunto, esto es, los asuntos de la oficina de servicio, la oficina administrativa de la iglesia o la oficina de trabajo.
Lectura bíblica:
“Y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno” (Hechos. 2: 45).
“Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad” (Hechos. 4: 34-35).
“En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria” (Hch. 6:1).
“Sea puesta en la lista sólo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido” (1ª Timoteo. 5: 9).
La Biblia deja constancia en detalle del arreglo del aspecto espiritual de la iglesia, como también, aunque no en detalle, de los asuntos prácticos
En el Nuevo Testamento, es muy asombroso que el arreglo acerca del aspecto espiritual de la iglesia se muestre de una manera tan detallada y completa; sin embargo, con respecto al arreglo de los asuntos prácticos, la Biblia sólo nos dice que hubo tales arreglos, pero no nos dice cómo fueron arreglados tales asuntos prácticos. La Biblia habla con mucho detalle acerca de cómo deben operar los dones espirituales, de cómo deben conducirse las reuniones y de que la meta de las reuniones debe ser la edificación. También es suficientemente claro cómo está organizada la iglesia y que la iglesia es local y tiene hermanos, diáconos y ancianos. También es bastante claro cómo estos ancianos, que son sobreveedores, deben comportarse en la iglesia. En esta ocasión hemos visto que la obra es regional. Dentro de una región hay apóstoles que son enviados por Dios a la obra y que luego regresan a su propio centro de trabajo. También es muy claro que hay apóstoles que atienden los asuntos de la iglesia en esa región. Acerca de los asuntos espirituales, la Biblia nos ha dado una dirección muy clara. Si una persona delante de Dios es suficientemente sencilla, suficientemente pura, suficientemente cuidadosa, y está dispuesta a aprender, entonces no tendrá mucho problema en entender lo que Dios ha dispuesto; él puede obtener una luz clara.
La Biblia no deja constancia detallada del arreglo de los asuntos prácticos
Algo peculiar que vemos repetidas veces en el Nuevo Testamento es que la iglesia necesita muchísimos arreglos, mas la Biblia no dedica mucho tiempo en mencionar los arreglos de los asuntos prácticos. Se muestra reacia a mencionar estas cosas.
Hoy quiero especialmente leerles estas tres porciones en Hechos. Dos de ellas nos muestran que distribuimos a la gente según la necesidad de cada uno; en otro lugar se nos dice que había unas cuantas viudas, las hermanas helenistas, quienes eran desatendidas. La iglesia en Jerusalén en ese tiempo tenía decenas de millares de personas, pero hoy día sólo se lee estas pocas palabras: “Se repartía a cada uno según su necesidad”. Vean qué sencillo. Pero hoy en Foochow hay solamente mil creyentes; sin embargo, aún no podemos descubrir cuál es la necesidad de cada uno. Hoy día en Shanghái hay más de mil creyentes, y todavía no sabemos cuál es la verdadera necesidad de cada uno. En ese tiempo había en Jerusalén decenas de millares de creyentes, todos recién salvos. ¿Cómo podían los apóstoles repartir “a cada uno según su necesidad”? Por favor, recuerden cuánto trabajo y cuántos arreglos eran necesarios entre ellos. Esto no era cuestión de uno o dos días, ni de una o dos personas, y tampoco un problema de una o dos comidas; esto era la necesidad de todos.
Yo creo que cualquiera que haya manejado asuntos prácticos sabe lo difícil que es. Por ejemplo, esta vez en la montaña tenemos solamente cien personas, y ya estamos conscientes de las dificultades. Tenemos a tres o cuatro hermanos al pie de la montaña, y dos o tres hermanos aquí arriba. Ellos están específicamente ocupados con estos cien. Y todavía no pueden hacer un trabajo perfecto. ¡Qué requeriría atender a más de diez mil personas! La Biblia simplemente dice: “Se repartía a cada uno según su necesidad”. Era un problema averiguar cuántos “cada unos” había allí. Era otro problema averiguar cuáles eran las necesidades de “cada uno” de éstos, y aun otro problema mayor era repartir según sus necesidades. Aunque aquí sólo hay ocho palabras, no sabemos cuánta labor está implícita en estas ocho palabras, cuántos problemas, cuántas responsabilidades, cuántos registros, cuántos cálculos hay detrás de esto, y cuánta gente se necesitaba enviar para hacer la distribución. Sin embargo, esto es algo peculiar en la Biblia. Aunque lo que estaban haciendo pudo haber tomado varios días o hasta varios meses para completarse, la Biblia simplemente deja constancia en unas cuantas palabras, como si la cosa hubiese ocurrido en menos de media hora. En el día de Pentecostés, los eventos de todo el día fueron asentados en gran detalle, pero en cuanto a repartir “a cada uno según su necesidad”, lo cual está relacionado con el manejo de las cosas prácticas, la Biblia no nos da un relato detallado.
EL APRENDIZAJE EN DOS ASPECTOS
1. La necesidad de poner en orden los asuntos prácticos
Por lo tanto, hoy deseo que los hermanos aprendan algo de esto, porque hay un principio básico en esto; debemos aprender a ver que hay dos aspectos. Por una parte, la Biblia claramente nos muestra que con respecto a los asuntos prácticos hay arreglos que deben hacerse. Entre nosotros tal vez haya hermanos que entiendan mal esto, hasta el punto de pensar que los asuntos prácticos no requieren preparativos. Parece que ellos piensan que los asuntos se resuelven solos. No hay tal cosa. La Biblia nos dice claramente que repartamos a cada uno según su necesidad. En esto hay preparación, no una división descuidada ni una repartición descuidada. La repartición a cada uno es según su necesidad. Por lo tanto, por favor recuerde que esto requiere preparativos. Son asuntos que se llevan a cabo de una manera clara, de una forma estricta y con procedimientos claros.
2. Las personas son importantes, no el método
Por otra parte, deseo que los hermanos y hermanas noten que Dios no recalca estos arreglos. Dios tiene ciertos arreglos, pero Dios no dejó en la Biblia constancia de todos estos arreglos. El hecho de que hay arreglos está mencionado en la Biblia, pero el método de los arreglos no se menciona. Dios no reconoce que el método de los arreglos sea suficientemente importante como para dejar constancia de ello en la Biblia. Tal vez usted se pregunte por qué. Me gustaría que supieran que existe la necesidad de que haya gente que tenga la sabiduría y la manera espiritual delante de Dios de poder obtener la sabiduría espiritual de lo alto. Si una persona sabe recibir la gracia de Dios, recibirá gracia aun cuando esté manejando asuntos prácticos. Si una persona está llena del Espíritu Santo, sabrá cómo llevar a cabo asuntos espirituales; será también un trabajador hábil para edificar el tabernáculo de Dios. Esto también es una obra espiritual. Por lo tanto, Dios desea que prestemos atención al aprendizaje de los asuntos espirituales. Desde el comienzo hasta el final de la Biblia, vemos siempre arreglos espirituales y principios espirituales, pero no vemos arreglos de los asuntos prácticos. No es que los arreglos de las cosas prácticas no existan, sino que muy poco se dice al respecto. El hecho consta, pero no el método.
El peligro de dejar constancia de los métodos
Dios conoce las tentaciones y los peligros que están en el hombre. Después de un período de tiempo, todo lo espiritual se pierde, pero el conjunto completo de procedimientos de administración todavía permanece. Puede darse tal situación entre nosotros que el método de atender los asuntos sea de Dios, pero la persona que lo lleve a cabo tal vez no sea una persona espiritual. Si aquellas reglas, aquellos detalles, y el método a través del cual los apóstoles atendían los asuntos prácticos estuviesen ante nosotros, todos los lectores de la Biblia desearían aprender primero esos métodos y no aprenderían a ser espirituales. Debido a que el hombre es de la carne, el hombre desea aprender primero lo que es de la carne, antes de aprender lo que es espiritual. Cuando muchos hermanos escuchan acerca del bautismo, discuten si el bautismo es por inmersión en el agua o por aspersión. Solamente después prestarían atención al significado espiritual de la cuestión. El hombre no presta atención al significado del bautismo; primero discute acerca del método externo y las circunstancias. Esta es la naturaleza del hombre. Por lo tanto, si hubiese un manual de cómo llevar a cabo las cosas prácticas mencionadas en la Biblia, me temo que los veintisiete libros del Nuevo Testamento serían hechos a un lado, y que este manual sería el libro que todos tendrían que leer. Este manual captaría la atención de la iglesia y habría captado la atención de los cristianos durante todos los siglos. Por lo tanto, en la Biblia existe esta característica: Dios solamente nos muestra Su gracia, pero no Sus métodos para hacer las cosas.
Hay muchas iglesias que han publicado tales manuales. Quizás ustedes hayan visto en la historia de la iglesia que cada vez que Dios ha traído un avivamiento, El gana mucha gente y usa a uno o más siervos para levantar un grupo de personas. Después de unos días, se dan cuenta de que la iglesia necesita ciertos arreglos en los asuntos prácticos. Por lo tanto, ellos hacen muchos arreglos en cuanto a los asuntos de la iglesia. Por temor de que se les olviden esos arreglos, dejan constancia de ellos, mantienen las crónicas, y las usan como procedimientos para hacer la cosas, para así tener reglas que seguir. Después de unos días, la bendición espiritual se desvanece, el agua viva se pierde, y el poder se acaba. La segunda generación no puede igualar a la primera, la tercera generación no alcanza a igualar a la segunda, y la bendición espiritual se ha desvanecido casi por completo, pero los procedimientos para hacer las cosas aún permanecen. Esta ha sido la situación del protestantismo.
Por lo tanto, en la Biblia vemos que Dios no nos habló de los métodos para hacer las cosas, sino que dejó los métodos para hacer las cosas a la dirección del Espíritu Santo, al llenar del Espíritu Santo, al Espíritu Santo mismo que da la sabiduría. Esto fue para evitar el día en que la cáscara aún permaneciera, todos los métodos permanecieran, los procedimientos permanecieran, pero la bendición se hubiera ido, el agua viva se hubiera ido, y el poder espiritual se hubiera ido. Este es el problema fundamental. En la historia de la iglesia, cuando un grupo de personas es levantado por el Señor, surge un método. Pero después de un período de tiempo, para la segunda, tercera y cuarta generación, sólo permanece el método.
Por esta razón, en todos estos años siempre hemos evitado tener un método. No queremos que haya un método entre nosotros. Si tenemos el poder espiritual, si tenemos la vida espiritual, y si siempre tenemos la bendición del Señor, entonces el mantener un método es apropiado. Si un día todas estas cosas espirituales se acaban y todo lo que queda es un método, entonces será como la situación que ha existido en el protestantismo durante tantos años. Todo lo que queda es una estructura vacía, habiéndose desvanecido todas las cosas espirituales internas. Por lo tanto, no queremos que surja un método.
Sin irse al otro extremo
Sin embargo, hoy día no podemos irnos al otro extremo. Muchos hacen esto, pensando que en la iglesia no hay ningún método en absoluto. Quiero que presten atención a esto. Ustedes son personas que estudian la Biblia. Ustedes tienen que ver que indudablemente hay métodos en la Biblia. Solamente vean los arreglos en los tiempos de Pentecostés. Ustedes verán que, sin lugar a dudas, había un método para llevar a cabo los asuntos. Hablando con franqueza, si ustedes tuviesen solamente mil o dos mil personas, no podrían atenderlas. Si ustedes fuesen como los apóstoles, con más de diez mil personas, habría una confusión total. Sin embargo, vemos que la narración bíblica, toca ligeramente el asunto y sigue adelante. No hay muchas palabras, sino sólo una frase: “Se repartía a cada uno según su necesidad”. Parece muy simple. Sin embargo, detrás de estas pocas palabras, se realizó mucho trabajo. Por lo tanto, hermanos, deseo que puedan ver que en las iglesias, durante los tiempos de los apóstoles, había métodos para hacer las cosas. Pero Dios no quiso dejar estos métodos para que las generaciones siguientes los imitaran. Si un día el Espíritu de Dios está obrando en cierto lugar, de manera natural surgirá un método para hacer las cosas. Si el Señor en cierta ocasión bendice grandemente, en ese día surgirá espontáneamente un método. Cuando la bendición espiritual se apague, el método para hacer las cosas también se apagará con ella. Nosotros no queremos que el método para hacer las cosas dure ni un día más que los días de bendición.
Esperamos, hermanos, que encuentren un camino que esté entre estos dos extremos. Hay grupos de personas, como por ejemplo los protestantes, que siempre prestan atención al método. Por favor, recuerden que cuanto menos agua contiene un vaso, tanto más la gente examina el exterior del vaso. Cuando el vaso ya no se usa para contener agua, entonces se cuelga en la pared como una antigüedad. La gente siempre presta atención a las cosas externas. Nosotros sabemos que Dios no permite que tales cosas permanezcan. Por otro lado, no es que no haya métodos. Hechos capítulos dos, cuatro y seis, claramente nos muestran que como el problema de unas cuantas viudas de los helenistas no había sido resuelto, los apóstoles consideraron que este asunto no había sido atendido adecuadamente. Solamente había unas cuantas viudas que, entre más de diez mil personas, tenían un problema que no había sido resuelto. Sin embargo, los apóstoles no estaban satisfechos.
Recuerden las palabras que Pablo le escribió a Timoteo. Parece que Timoteo apuntaba en un registro los nombres de las viudas. Pero en la Biblia no se puede encontrar en qué consiste una lista de viudas. Fue mencionado de una manera casual. Parece que Timoteo estaba muy familiarizado con esta lista. Pablo no dijo que se hiciera un libro de cierto tamaño, y tampoco dijo cómo llenarlo. No dijo nada de esto. Solamente mencionó que se pusiera a las viudas en la lista. Esto quiere decir que en ese tiempo todos conocían esa forma. Después, simplemente dijo que no se registrase a nadie en la lista de una manera descuidada. Se descubrió un problema; solamente las que tuvieran más de sesenta años deberían ser puestas en la lista, y la cuestión se resolvió así. El no dijo de dónde venía ni a dónde iría esa lista.
La necesidad de oración acerca de cómo llevar a cabo las cosas
No sé si ustedes conocen esta línea o no. En la Biblia hay arreglos, y hay un registro, pero la Biblia no hace hincapié en los detalles de este registro. Dios no quiere hacer el esfuerzo de hablar ni siquiera dos frases más al respecto. Lo que está allí es suficiente para nosotros cuando necesitamos llevar a cabo ciertos asuntos. Existe un principio de que se requiere tener un libro de registro. El principio de tener un registro ya está ahí, pero, acerca de cómo establecerlo, tanto ustedes como yo necesitamos orar: “Señor, sabemos que en la iglesia primitiva había un registro, pero no sabemos cómo establecerlo. Señor, enséñanos cómo hacerlo”. De esta manera, por un lado, sabemos que hay arreglos en la iglesia; por otro, delante de Dios tenemos que esforzarnos para encontrar el camino. Dios no está dispuesto a poner delante de nosotros, en la Biblia, un formato detallado de un registro que podamos usar convenientemente para saber cómo hacer el trabajo, para que así no necesitemos orar en absoluto. Por favor, recuerden que Dios no está dispuesto a hacer tal cosa.
Hermanos, deseo que vean esto delante de Dios. No presten atención al método para hacer las cosas, porque eso es algo muerto. Una vez que presten atención al método, harán las cosas grises y muertas. Los métodos serán establecidos de una manera tan fuerte que un día, cuando la bendición espiritual se pierda, la estructura vacía de un cadáver todavía permanecerá. Tampoco quiero que los hermanos y hermanas sean descuidados, sin hacer nunca el menor esfuerzo por averiguar cómo atender los asuntos, ni considerar nunca de qué manera hacer las cosas en la iglesia. Esto también está mal. La Biblia no nos dice cómo trabajar, pero hay un principio en cuanto a hacer las cosas. Hoy necesitamos buscar esa manera. No es que Dios no tenga una manera de hacer las cosas; Dios sí la tiene. Tengamos cuidado de no ser tan espirituales que lleguemos a no tener absolutamente ningún método. Todavía había allí un método: “Se repartía a cada uno según su necesidad”. Aún necesitamos llevar esto a cabo.
LOS MÉTODOS QUE VEMOS HOY
1. La necesidad de tener una oficina de servicio
Si hubiese solamente siete u ocho creyentes en una iglesia local, o si hubiese dos o tres congregándose en el nombre del Señor, no necesitaríamos una oficina administrativa. Si en una localidad hay un buen número de santos, digamos cien, varios cientos, o más de mil, la situación sería difícil y confusa si no hubiera una oficina administrativa. Este es el primer problema. Hoy día queremos ver algo acerca de los métodos que los apóstoles usaron para hacer las cosas en sus tiempos.
2. El principio de llevar un registro
Desde mi punto de vista, lo segundo que deseo señalar específicamente es el principio del registro. Este es el principio de anotar a las viudas en la lista. Si el libro de registro fuese un método en vez de un principio, entonces Dios nos hubiera dicho la longitud, la anchura y su formato. Pero Dios describió el libro de registro de una manera muy breve. Por lo tanto, usted puede saber que existe el principio de llevar un registro. Si en la Palabra de Dios algo está descrito solamente con una frase, sin detalles, entonces saben que ese asunto es un principio en la Biblia, y que no se da en detalle.
La memoria del hombre no es confiable
¿Por qué necesitamos un registro? Lo necesitamos porque la memoria del hombre no es confiable. La gente depende de su memoria para hacer las cosas. Si la memoria de una persona no es confiable, no podrá hacer las cosas. Si ocurre que tal vez se acuerde o tal vez se le olvide, ¿qué hará a fin de llevar a cabo alguna cosa? Por supuesto, reconozco que entre nosotros algunos hermanos y hermanas tienen muy buena memoria. Pero si un día les fallase la memoria, ¿qué harían entonces? Lo que esté asentado en los registros es muy posible que sea más exacto que lo que esté en su memoria.
No es fácil encontrar personas
Además, aunque la memoria de alguien sea buena, tal vez sea difícil encontrarlo. Quizás el que esté atendiendo este asunto se acuerde de todo, pero si se va, ¿qué haremos? Si hubiese un registro, podríamos abrirlo y leer y entender la situación. Cuando Timoteo estaba en la iglesia de Efeso, tenía que cuidar de las iglesias de las áreas circundantes, por medio de establecer ancianos que las cuidaran. Cuando Timoteo se fue a Roma y Tito vino a Jerusalén, ¿qué se hubiera podido hacer acerca de los problemas de las viudas, si no hubiese habido un registro? Tal vez hubiesen tenido que enviar una persona a Roma para preguntarle a Timoteo. Si Timoteo hubiese dicho: “Se me olvidó lo que hice. No sé si mudé a una viuda de Pérgamos a aquí, o a una de Tiatira a aquel lugar. Se me olvidó”. En ese caso, ¿qué se hubiera podido hacer? Si los registros estuviesen aquí, nadie tendría que acordarse, y cualquiera los podría abrir.
Por lo tanto, necesitamos ver que los registros de la iglesia y el llevar registros en la iglesia son asuntos importantes. Este es el principio de llevar un registro. Usted no puede decir que se acordará o que yo me acordaré. El objetivo es escribirlo. No importa de quién se trate. Una vez que el tiempo pasa, hasta el que tenga la mejor memoria puede olvidar las cosas. En el mundo no hay muchas personas que después de que pasen muchos años todavía recuerden las cosas con exactitud. Aunque pueda usted acordarse, si súbitamente no puede ser encontrado, ¿qué haremos? Por lo tanto, el principio de tener los registros viene a mano. El Nuevo Testamento no nos muestra cómo escribir en este registro, o qué clase de registros debemos llevar, pero el Señor nos ha mostrado que llevar los registros debe ser nuestro principio. Por lo tanto, muchos asuntos de la iglesia deben ser apuntados de manera apropiada.
Por esta razón, esperamos que cualquier iglesia con un número considerable de personas tenga una oficina administrativa. Si no quieren usar este nombre, no hay problema. Pueden llamarla como gusten. En Shanghái se llama oficina de servicio, porque allí los diáconos son los que atiendan los asuntos todo el tiempo. Queremos guardar este principio. No queremos ser como muchos protestantes, que prestan atención a estos títulos; sólo queremos hacer las cosas conforme al principio. En la iglesia es aceptable llamarla oficina de servicio u oficina administrativa. Oficina administrativa es un término secular; oficina de servicio es un nombre que nosotros le hemos dado.
LOS ASUNTOS QUE SE TRATAN EN LA OFICINA DE SERVICIO
1. Para ponernos en contacto unos con otros
En esta oficina, el trabajo principal es hacer dos cosas. Una es satisfacer la necesidad de los hermanos y de las hermanas que deseen discutir los asuntos cara a cara. En una iglesia local, si no hay muchos hermanos y hermanas, no habrá mucho problema. Si una iglesia está en una gran ciudad, o si el número de los hermanos y hermanas es más de varios centenares, no será fácil encontrar a alguien. Si alguien viene de fuera, no sabría a quién acudir. Por lo tanto, los diáconos de la iglesia deben venir a la oficina administrativa para trabajar. Debe haber un lugar, y debe haber alguien disponible, para que cuando alguien venga, se pueda tener la manera de hacer los arreglos necesarios para atenderlos. Se debe repartir a cada uno según su necesidad. Se debe tener un lugar para asentar registros, sabiendo cuáles son las necesidades, cuánta gente hay, cuántas familias hay y cuántos niños hay. Siempre debe haber alguien supervisando y arreglando los asuntos. En otras palabras, debe haber un sitio para hacer arreglos y para ponerse en contacto unos con otros a fin de atender los asuntos. Este es el primer uso de la oficina de servicio: el contacto mutuo de unos con otros. De otra manera, si algún hermano o hermana viniera a esta iglesia para ver a otros hermanos o hermanas, no sabría a dónde ir a buscarlos. Debe haber un lugar donde puedan hallarlos. No sé si ustedes han visto este principio o no. Tal contacto de unos con otros requiere una oficina administrativa o podemos llamarla oficina de servicio.
2. Para mantener muchos registros
El segundo uso de la oficina de servicio es llevar muchos registros. En la iglesia hay una considerable cantidad de asuntos. Cada semana hay varias cartas de recomendación que escribir y enviar, varios anuncios que dar, varias cosas por las cuales orar, varias personas que recibir, y varias personas que son bautizadas cada vez. Todas estas cosas deben ser anotadas. Tal vez haya hermanos o hermanas que se han mudado, otros que están enfermos, y algunos que tienen problemas familiares. No será de mucha ayuda que una o dos personas traten de recordar todas estas cosas. Aunque usted pudiese recordar todo esto, cuando alguien tenga que verificar la información deberá buscarlo a usted, y aún así, no podría leer su mente. Se necesita algo que otros puedan abrir y en lo cual puedan consultar.
No quiero decir que estas cosas tienen que guardarse para siempre. Espero que cuando el aspecto espiritual se haya ido, estas cosas también se vayan. Cuando hay bendiciones, estas cosas y estos métodos son necesarios. Cuando la bendición se va, no hay más necesidad de que estos métodos existan. Sin embargo, siempre que haya bendiciones, delante de Dios necesitamos buscar un camino para que se haga un arreglo conveniente a fin de satisfacer la necesidad. Existe la necesidad de que haya un lugar, de que alguien sirva, y de que los registros estén disponibles. Este lugar es nuestra oficina administrativa. Tanto el lugar como el personal deben estar disponibles; entonces será posible que todos los asuntos sean manejados adecuadamente. Alguien debe estar allí para recibir a la gente. Los registros deben estar fácilmente disponibles. No debe haber necesidad de pedir información a cierto hermano, porque la memoria del hombre no es confiable, y tampoco la vida del hombre es confiable. Tener registros disponibles es más estable y más confiable.
Deseo que los hermanos y hermanas entiendan por qué necesitamos tener la oficina de servicio. ¿Con qué propósito hemos tenido la oficina de servicio en Shanghái desde 1938? La oficina de servicio satisface las necesidades locales y puede atender bien los asuntos de los hermanos y hermanas. Si ustedes no tienen la intención de atender bien los asuntos de los santos, entonces no necesitan una oficina. Si se acuerdan de algo, se acuerdan, y si no se acuerdan, sencillamente se esfuma. Eso es fácil. Sin embargo, si desean que todo sea bien atendido, deben tener la oficina de servicio.
LA NECESIDAD DE TENER LA OFICINA DE SERVICIO
Por esta razón necesitamos un entrenamiento; necesitamos cierto conocimiento acerca de este asunto. Por lo tanto, espero que en todos los lugares, aunque no necesitamos estar en absoluta uniformidad, nuestros procedimientos sean más o menos similares. Creo que las necesidades que existen entre nosotros son similares. Tengan presente que lo que hagamos será conforme al principio que se encuentra en Hechos, los capítulos del 2 al 6, según el principio de llevar un registro. Pedimos a Dios que nos dé un método que corresponda a nuestra necesidad. En la Biblia hay un método para atender los asuntos, pero la Biblia no lo transmite. Así que nosotros tampoco esperamos transmitir nuestro método. Aquéllos del comienzo tenían una necesidad; por lo tanto buscaron un método. En la actualidad unos cuantos de nuestros hermanos han hallado un método adecuado. Tal vez después de cinco o diez años, habrá un nuevo método, un método diferente, que satisfaga la necesidad de ese tiempo.
1. La necesidad de tener un lugar para recibir a la gente
Ya que hay tal necesidad, hay un lugar, al que temporalmente llamamos oficina de servicio. En tal lugar al menos podemos poner unas cuantas mesas y algunos estantes. El lugar debe ser suficientemente grande para acomodar a los que estén buscando a otros. Allí debemos tener la posibilidad de recibir a la gente y manejar todos los asuntos. Este lugar puede estar cerca del lugar de reunión o dentro del salón de reunión.
2. La necesidad de que algunas personas trabajen en la oficina
En segundo lugar, existe la necesidad de que algunos estén en la oficina, especialmente un grupo de diáconos, para aprender a atender a otros. Por supuesto, es bueno que algunos hermanos y hermanas vengan a ayudar, pero es mejor permitir que los diáconos tomen la responsabilidad.
Los hermanos y hermanas pueden turnarse para trabajar
Sería muy fácil que la iglesia usara los fondos de la caja de ofrendas para contratar gente que trabaje durante todo el día, pero creo que esto no sería la iglesia. Si la iglesia puede invertir dinero para contratar levitas, entonces también puede hacerlo para contratar sacerdotes. Si así fuera, eso restauraría el sistema de salarios. Espero que el trabajo de los levitas y de los sacerdotes sea hecho sin paga, y por hermanos y hermanas que toman turnos. Por lo tanto, es lo mismo con el trabajo de la oficina administrativa. (Perdónenme por usar la palabra “administrativa”, que es un término secular). Me gustaría que los hermanos y hermanas dedicaran cierto tiempo durante la semana para dedicarse a esta clase de trabajo levítico. Un hermano puede estar dispuesto a dar un día. Otro puede estar dispuesto a dar dos días, una hora, o dos horas. De esta manera habrá hermanos y hermanas atendiendo los asuntos prácticos en la oficina.
Para notificación e investigación
Tal vez un hermano quiera notificarnos que un hermano está enfermo. Sólo tiene que venir a la oficina de servicio y los diáconos inmediatamente notificarían a los hermanos responsables o a otros hermanos. Tal vez después de poco tiempo, la oficina de servicio pueda difundir esta información. También la oficina de servicio siempre debería tener un juego de sobres con las direcciones escritas de antemano. Cada vez que algo pase, pueden preparar copias de la información, sea por mimeógrafo, o a mano, y mandarlas inmediatamente. Tan pronto como algo ocurra, los hermanos y hermanas de toda la ciudad podrían ser informados en una o dos horas. Cada vez que en la oficina de servicio tengan tiempo, deben poner direcciones en los sobres y prepararlos para usarlos en el futuro. No estamos copiando los métodos del mundo, pero tenemos que atender los asuntos prácticos.
Por ejemplo, en Shanghái, durante los últimos diez años o más, si usted no sabía dónde vivía un hermano, podía llamar por teléfono a la oficina de servicio. Para hallarlo, todo lo que se necesitaba era consultar la tarjeta del fichero. Tal vez ese hermano se hubiera ido a Nanking y no habría de regresar por uno o dos días. Si no hubiese oficina de servicio, no sería fácil que usted lo hallase. No estamos copiando las formas del mundo; queremos que los hijos de Dios aprendan a manejar los asuntos.
En otro caso, es posible que alguien vaya a otra localidad. La iglesia en esa localidad tal vez escriba preguntando si esa persona fue bautizada en nuestro medio como ha dicho. Si el anciano dice que no sabe, o que parece que esa persona ha estado allí antes, ¿qué podríamos hacer? Cuando aumenta el número de hermanos y hermanas, y el número de los bautizados también aumenta, existe la necesidad de llevar registros. Si tienen los registros, una vez que busque los nombres, los hallarán. Tal hermano fue bautizado en cierta fecha, y se reunió con nosotros por más de dos años, pero desde entonces no lo hemos visto. Hoy día fue hallado en otra ciudad. Sabemos cuál fue su situación durante esos dos años, pero no desde entonces. Ahora podremos preguntarle: “Desde esos dos años, ¿dónde ha estado? ¿Con quién se ha reunido?” Entonces hay forma de cuidarlo para ayudarle. Esta clase de asuntos requiere registros.
Hoy día, en una ciudad grande como Shanghái, o en un lugar como Foochow, hay reuniones de distrito. Cuando alguien viene a pedir la dirección del lugar de reunión o la hora en la que los hermanos responsables pueden ser hallados, alguien debe estar disponible para contestar estas preguntas. Por lo tanto, cada uno de los que sirven en la oficina administrativa debe saber estas respuestas, y debe poder contestar inmediatamente y brindar la ayuda. Si hay algo que uno de los que sirven no puede manejar, debe remitir el asunto a los hermanos responsables. Pero si ellos pueden manejar la situación, no habrá necesidad de buscar a los hermanos responsables. De otra manera, los hermanos responsables tendrían que recibir gente todo el día, y no podrían hacer nada. Muchas cosas deben pasar por las manos de los diáconos, y de las manos de éstos a las manos de los hermanos responsables, o a sus casas. Tal vez ellos tengan que esperar para ser recibidos hasta el día en que los hermanos responsables reciben a los santos.
Agradezco a Dios que durante los tiempos de los apóstoles, ellos manejaron bien los asuntos. Nosotros podemos ver esto porque los apóstoles oyeron las murmuraciones de las viudas helenistas. El deber de los hermanos y hermanas que eran diáconos y diaconisas era tener los ojos abiertos. Una vez que algo pasaba, notificaban a los hermanos responsables. Entonces, como pueden ver, Pedro actuó inmediatamente. Así que, cuidar bien una iglesia, no es tan complicado delante de Dios como pensamos, como lo es en el protestantismo. Tampoco es tan simple como pensamos. El protestantismo tiene mucha organización, pero nosotros hemos hecho a un lado la organización bíblica. Ambos extremos están errados. Por lo tanto, debemos tener un lugar para conducir los negocios.
Para recibir y cuidar a otros y hablar la Palabra
Lo siguiente es que debemos tener a alguien allí todos los días para recibir a las personas. Desde la mañana hasta la noche, si alguien viene a preguntar alguna cosa, siempre debe haber alguien allí que conteste. Por lo tanto, deben decirles a los hermanos y hermanas locales que no solamente sirvan en otras cosas, sino también en la oficina administrativa. Por otro lado, la oficina de servicio debe dedicar bastante tiempo cada día para ayudar a la iglesia. Desde el punto de vista de algunas personas, esto no es espiritual. Podemos responder diciendo que David dijo que prefería estar a la puerta del templo de Dios. No debemos ser tan espirituales que no podamos ni siquiera hacer bien al cuidar la puerta del Lugar Santísimo. No consideren que los levitas y los sacerdotes son diferentes. ¡Ambos son importantes! Sin el servicio levítico, no hay iglesia. Que todos tengamos un corazón para servir dos o tres horas en la iglesia, atendiendo los asuntos de Dios, sirviendo a Dios, y sirviendo a Su pueblo, para que todo el Cuerpo siga adelante. Nunca hagan de la obra su propia obra. Necesitamos que todo el Cuerpo trabaje y aprenda allí. Por lo tanto, necesitamos que los hermanos y hermanas vengan a estar de servicio para que se encarguen de los asuntos.
Hay muchos asuntos de la iglesia que requieren diálogos de persona a persona. Por ejemplo, ¿cómo hacer arreglos para los hermanos de otros lugares? Algunos hermanos que vienen a usted no saben cómo llegar, así que tiene usted que recogerlos. ¿O cómo podría cuidar de los huérfanos y de las viudas que están de paso por la ciudad donde usted vive? Puede haber personas que vengan a ustedes buscando a ciertos hermanos y hermanas, pero debido a que no conocen el camino, necesitan que los diáconos les ayuden a encontrarlos. Hay muchas cosas que la iglesia necesita hacer. Busquen a los que tengan tiempo de ayudar a los que estén en necesidad. Muchas veces hay accidentes, problemas familiares y enfermedades. La iglesia debería ser notificada de estas cosas inmediatamente. Los hermanos que sean diáconos necesitan encontrar rápidamente a los hermanos que puedan ayudarles a estos otros hermanos.
Algunos encuentran la manera de llegar al lugar de reunión de la iglesia para escuchar un mensaje, y hay muchos que tocan la puerta porque quieren entrar para oír el evangelio. No puede decirles que el dueño no está en casa, que no sabe qué decir, que usted es un sirviente. Cuando alguien venga a la puerta, o bien usted mismo se encarga de él, o busca a un hermano que venga inmediatamente a predicarle. En el futuro, si Dios nos concede la gracia y nosotros distribuimos folletos de una manera adecuada, entonces, como resultado, mucha gente vendrá a tocar la puerta del salón de reunión para escuchar el evangelio. Usted no puede decirles que todavía no es hora de la reunión. Usted debe hablarles, o tal vez pedirles que se sienten hasta que encuentre a otra persona que les hable. Ocurrirá muy naturalmente que la gente deseará escuchar el evangelio. Por lo tanto, espero que presten atención a esta oficina de servicio; ustedes necesitan un lugar y necesitan diáconos.
Para tener actas de varias obras y para mantener una lista de nombres
En tercer lugar, deben recordar siempre el principio de llevar un registro. El diácono de turno debe apuntar todos los asuntos de la oficina administrativa, con excepción de las cosas que ocurran de improviso, o cosas que todavía tienen que ser llevadas a cabo. En otras palabras, con excepción de las pequeñas hojas de papel que estén debajo del vidrio de la mesa, el resto de los asuntos, que son los que ya han sido llevados a cabo, y los que ya se han concluido, necesitan ser apuntados. El procedimiento que se usó para llevar a cabo estas cosas debe anotarse, y tal registro debería mantenerse. De esta manera, después de que pase el tiempo, cuando surja la necesidad de verificar los hechos, pueden éstos comprobarse. Estos registros son muy importantes. Todos los que hayan sido bautizados en alguna reunión deben ser anotados. Todos los que hayan sido recibidos en alguna reunión deben ser anotados, todos los que hayan recibido la imposición de manos en la reunión deben ser anotados, todas las cartas de recomendación enviadas de una reunión deben ser anotadas. Además, las copias de todas las cartas de recomendación deben ser archivadas. En cada lugar de reunión debe haber registros de todos los hermanos y hermanas, sus direcciones, edades, las fechas en que fueron salvos, y cualquier otra información importante, como las fechas de sus cambios espirituales o su condición espiritual a la fecha. Todo debe ser escrito sin omitir nada. Todos los que han firmado en las reuniones del evangelio deben ser anotados en el registro. Se necesita que los nuevos creyentes vayan a visitar a los que han venido a las reuniones evangelísticas. El número de personas que haya venido a escuchar el evangelio, equivale al número de nuevos creyentes que necesita ir a visitarlas y cuidarlas. Estos nuevos creyentes necesitan la misma cantidad de creyentes de más madurez para que los cuiden. Tenemos una generación tras otra de estos nuevos creyentes. Ustedes deben registrar los asuntos de ellos en detalle. Por medio de esto, conocerán la situación actual de los que están siendo cuidados por los que ustedes han enviado. Los arreglos de la obra de los sacerdotes también tienen que anotarse. Nosotros los asignamos uno por uno. Cuántos son puestos en esta obra, y cuántos son puestos en aquella obra, son todos registrados al mismo tiempo.
Los hermanos responsables usan los registros para supervisar
No todos los hermanos y hermanas asentarán buenos registros. Al comienzo habrá cosas que se pasarán por alto, y habrá dificultades. Deben revisar estos registros para ver quién ha sido pasado por alto. Tan pronto como los revisen, sabrán quién cuidaba a cierta persona, o por qué no ha sido cuidada esa persona. Si este trabajo se hace bien o no, depende de si el obrero tiene o no un buen sistema. Con buenos registros pueden seguir de cerca a la gente. El mayor uso de los registros es para seguir de cerca el progreso de la gente; no es solamente para guardar archivos. Los registros pueden mantenerlos a ustedes informados. Si es necesario buscar algo, ustedes pueden obtener la información. Cuando alguien esté a punto de irse a otra ciudad, y quiere averiguar la situación de cierto hermano, o de algún asunto espiritual acerca de tal hermano, se le puede dar una respuesta con base en los registros. En otro aspecto, un hermano responsable puede hallar frecuentemente en el registro si ciertos hermanos o hermanas han hecho o no lo que deberían haber hecho. Los hermanos responsables en todas las localidades deben buscar frecuentemente los nombres de estos hermanos y sus tarjetas. Esta es su responsabilidad.
Todas estas tarjetas ustedes las pueden dividir y asignar a varios para que sean responsables de cierta cantidad de personas. Se debe demarcar los distritos para averiguar quiénes están en un distrito y quiénes están en otro. Ustedes, los que son responsables, deberían recordar que son sobreveedores, por lo tanto, deben supervisar. El trabajo de ustedes es supervisar. Frecuentemente deben observar y preguntar: “Hermano, ¿ha hecho usted aquello?” “Hermano, ¿ha atendido tal asunto?” Donde quiera que vayan, deben preguntar: “Usted acaba de visitar a cinco hermanos. ¿Cuál es la situación de esos cinco hermanos?” “Usted acaba de visitar a diez hermanos. ¿Cuál es la situación de esos diez? ¿Ha pasado por alto a alguno y no lo ha visitado? Durante la semana pasada, ¿los ha visitado usted a todos?”
La manera de obrar hoy es hacer que todos los hermanos sirvan
Los hermanos responsables no deben simplemente predicar un mensaje desde la plataforma, y luego considerar que todo el trabajo está terminado. Es responsabilidad de ustedes motivar a laborar a los hermanos que estén con ustedes. Esto es lo que deben lograr ustedes; ésta es la manera de actuar hoy en día. Si no tienen esto, no tienen camino alguno. Si fuera lo mismo de antes, cuando solamente se predicaba un mensaje por semana, entonces todos serían predicadores que descansan seis días y trabajan uno. Dios trabajó seis días y descansó uno; hoy en día, nosotros descansamos seis días y trabajamos uno. ¡Con razón todos los predicadores se han vuelto ociosos! Por lo tanto, es necesario que cada uno de ustedes labore cada día, y también deben hacer que todos los hermanos sirvan. Hermanos, la pregunta no es que si ustedes mismos han hecho el trabajo, sino si lo han hecho ustedes y han tenido la manera de hacer que otros también lo hagan.
Por un lado, la tarea de ustedes es hacer el trabajo ustedes mismos, y por otro, es asirse de otros para que éstos hagan el trabajo, y luego seguir de cerca el progreso de ellos. Después de que bajen de la montaña, les escribiré cartas para preguntarles cuántas personas supervisan por semana. No debe haber un anciano que no supervise. Hoy, si contratáramos a diez trabajadores para que trabajen aquí en el monte y asignamos a un hermano para que los supervise, no espero que el hermano supervisor levante una cesta de bambú y la cargue. Quiero que supervise. El no debe decir: “Ninguno de los diez la cargaría, así que yo la cargaré”. Si el hermano dijera esto, no sería digno de ser supervisor. Sería inútil. Nosotros tenemos la habilidad delante de Dios de asegurarnos de que ellos lleven la carga. Tenemos la habilidad delante de Dios de hacer que ellos trabajen. Si puede hacer que seis o diez hermanos sirvan, allí está la iglesia. No se quejen ante nosotros, diciendo: “¿Por qué debemos dar tanto énfasis a este asunto?” La razón es ésta: si no trabajamos de esta manera, no habrá iglesia. Ustedes pueden ir a predicar a dos o tres personas, y pueden continuar haciéndolo. Cierto, ustedes tienen su propia obra, y yo no soy indiferente a ello. Sin embargo, por otro lado, ustedes tienen que guiar a otros hermanos y hermanas a que hagan el trabajo. Nunca se alejen de esto. Si nos alejamos, estaremos errados.
Debemos traer a todos los hermanos a este camino. En las cuestiones relacionadas con el evangelio, deje que prediquen el evangelio y que participen en el cuidado del evangelio. Deben cuidar de los nuevos creyentes. Deben guiarlos a que hagan el trabajo y a que atiendan los asuntos prácticos. No les den los asuntos a ellos y consideren que el asunto está concluido. Ustedes deben seguir de cerca el progreso de ellos hasta que el trabajo esté acabado. Ustedes tienen que seguir cuidándolos para ver cómo les va. Deben preguntar: “¿Tiene usted algún problema? Si lo tiene, estoy aquí para ayudarle a resolverlo”. De esta manera, ustedes verán que la iglesia saldrá adelante.
Para que la iglesia salga adelante es necesario que la gente salga adelante. Vendrá el día en el que verán a la iglesia sirviendo y a toda la iglesia predicando el evangelio. Para entonces, podremos decir que el camino del recobro de Dios en la tierra habrá comenzado, y entonces El tendrá la iglesia en la tierra. Fuera de eso, el cristianismo ha sido llevado cautivo a Babilonia, y hasta el día de hoy no ha regresado. Hoy en día todavía hay aquellos que son pasivos. Hoy en día todavía existe la clase mediadora: en un lado está Dios, en el otro está el hombre, y en medio está la clase mediadora, por la cual la gente tiene que pasar antes de poder servir. No sé si han visto esto o no. Este es todo el problema.
La oficina de servicio, el instrumento para llevar a cabo los asuntos
Así que, la oficina de servicio es el instrumento con el que los hermanos atienden los asuntos de la iglesia. Por medio de la oficina, pueden recibir información y averiguar acerca de diferentes situaciones. Los diáconos y diaconisas mantienen los archivos allí. Con base en sus datos, pueden ver cuál es la situación de la iglesia hoy. Pueden observar a los hermanos y hermanas, supervisarlos, y decirles lo que deben hacer. Díganles a los ociosos que deben trabajar. Díganles a los orgullosos que deben aprender a ser humildes. Paso a paso, guíenlos a que estén atentos a lo que hacen. Hermanos, ¿han visto lo que se llama la obra de Dios? No es solamente predicar desde la plataforma. Reconocemos que no podemos suprimir el ministerio de la palabra; este ministerio es muy precioso. Pero por otro lado, ustedes tienen que traer a todos los hermanos y hermanas a que sirvan. Cuando ese momento llegue, daremos gracias a Dios porque tendrá una vía libre en China.
Al comienzo, ustedes deben decirles a los diáconos y diaconisas que cuando los hermanos y hermanas vengan a hacer preguntas, deben ser corteses, amables, y que no deben ser fríos al responder. Todos estos asuntos son responsabilidad de ustedes. Deben llevarlos a cabo y no descuidarlos por negligencia. Ustedes mismos deben ser firmes, y al mismo tiempo mansos, sin dejar pasar las cosas. Necesitan aprender a servir en estos asuntos; no le tengan temor a los problemas. Deben decirles: “El que copie debe copiar bien, el que anote, debe anotar con exactitud. Si hay una pequeña inexactitud, ustedes son responsables. De esta manera, cuando los hermanos necesitan mirar de nuevo lo que ustedes han registrado, será fácil. No deben manejarlo descuidadamente. Esta es la obra de Dios”. Cuando manejen así las cosas, los ociosos tendrán que renunciar. Nosotros no trabajamos solamente seis días, y descansamos un día; nosotros trabajamos todos los días, siete días a la semana. Muchas personas se vuelven ociosas, porque ponen a un lado otras cosas y usan todo su tiempo para estudiar la Biblia. Por supuesto, una vez que se descuida, no tiene usted nada que hacer. Si ustedes toman en serio las cosas delante de Dios, sólo tienen que invertir una hora más, y la iglesia será edificada un día antes. Si ustedes invierten una hora extra, prestan atención a una persona más, preguntan a una persona más; hoy día les preguntan a cinco hermanos y mañana les preguntan a diez: “¿Han hecho su trabajo?” Entonces, les digo, el servicio de la iglesia será levantado un día antes. Por un lado, necesitamos un buen sistema, y necesitamos arreglos; por otro, necesitamos un libro de registros para anotar todo. Finalmente, ustedes que son los responsables, deben seguir de cerca el progreso de la gente. Aunque haya una oficina administrativa y un sistema establecido, si no hacen un seguimiento adecuado de la gente para que hagan el trabajo, será inútil. Nunca sean flojos; háganles ver que todos necesitamos servir. Un día, verán que todos ustedes tienen el hábito de supervisarse los unos a los otros. Los asuntos deben atenderse adecuadamente; no debe darse el caso de que un solo hermano haga todo. Aprendan a seguir adelante juntos.
Si ustedes han visto claramente el propósito de Dios, inclinarán la cabeza ante Dios y lo adorarán, diciendo: “¡Señor, haz lo que quieras entre nosotros para que puedas seguir adelante!” Ustedes pueden ver que sólo hay un propósito para todos los hijos de Dios, éste es, servirle a El. De otro modo, de verdad hay un problema. Que Dios nos conceda gracia.
ES NECESARIO COMENZAR CON CONSAGRACIÓN
Pregunta: ¿Cómo motiva uno a todos los hermanos a que trabajen?
Respuesta: Creo que esta senda todavía tiene que comenzar con la consagración. Este es un nuevo camino, y necesitamos tener buenos preparativos. Primero, debemos mostrarles a los hermanos que el servicio consiste en que toda la iglesia sirva, donde todos los miembros del Cuerpo tienen su función. Cada uno debe ser un sacerdote. Ustedes deben recordarles este asunto, y deben hacerlo enfáticamente. También tienen ustedes que hablarles en cuanto al asunto de la autoridad. Por el otro lado, creo que también tenemos que prestar atención a la cuestión de venderlo todo. Si una persona no lo vende todo, hablar de servicio en el caso suyo es del todo falso, y no sirve de nada. Es necesario que dé todo lo que tiene a fin de servir a Dios. Por lo tanto, el pensamiento básico es que todos deben ofrecer todo a fin de servir a Dios. Hoy día Dios está llamando a todos los que le pertenecen para que se ofrezcan y le sirvan. De otra manera, todo lo que hemos visto esta vez estará muerto. Vendrá a ser solamente un punto de vista y un método, y como resultado, encontrarán ustedes que es impracticable. Así que no es asunto de un método, sino de que Dios abra un camino para nosotros.
Sin embargo, cuando vayan a hablar estas cosas, deben hablar con firmeza. No deben hablar de manera suplicante, como si el servicio fuese para patrocinar a Dios, como si fuese hacerle un favor a Dios. Si ustedes toman esa postura, están completamente equivocados. Es necesario que hagamos ver a los hermanos que su servicio a Dios es algo elevado y glorioso. Hoy día, de ninguna manera debemos vivir como antes, descuidadamente en la tierra, sino que debemos seguir al Señor en todo. Por lo tanto, ustedes deben ser firmes. Una vez que sean firmes, harán que otros se ofrezcan. Necesitan decirles: “Hoy día su ocupación es algo secundario. Debemos aprender a servir a Dios”. La manera que tomen debe ser recta y su tono debe ser apropiado. No se rebajen a un nivel bajo. No rueguen a la gente en nombre de Dios. No pueden ustedes rogarles a otros que crean en Dios, y más aún, no pueden rogarles que sirvan a Dios. Servir a Dios requiere que el hombre venga a Dios para que Dios lo acepte. El hombre por sí mismo tiene que creer en Dios. Entonces, ¿qué es eso de que roguemos a otros que crean en Dios? Hoy día el Señor quiere que le sirvamos. No tenemos más remedio que venir a servirle. Ustedes tienen que tener mucha claridad acerca de esto delante de Dios. Ustedes mismos deben ver con exactitud. Si ustedes ven con exactitud, entonces otros también verán con exactitud. Todos deben servir a Dios; de otra manera no habrá iglesia. Cuando los hermanos y hermanas se postren delante de Dios, cuando se arrastren para venir a servir a Dios, y cuando todos sirvan a Dios, entonces verán que lo que hemos hablado no es un asunto difícil.
USAR SOLAMENTE LA GENTE GANADA POR DIOS
Pregunta: En cierta localidad, no todos lo han dejado todo. Algunos han dejado todo, y otros aún no. ¿Qué haremos con respecto a atender los asuntos prácticos?
Respuesta: No podemos usar a la gente que no ha sido ganada por Dios. Nosotros usaremos aquellos que Dios haya ganado. Tenemos que ser cautos con el resto de la gente. Tenemos que esforzarnos por traerlos al lado de Dios. Deben ustedes continuar trabajando hasta que eso ocurra.
La necesidad de laborar hasta que todos sirvan
Nuestro camino es aprender a edificar. Todos debemos tener como meta la edificación. Por lo tanto, esta vez no cederemos en nuestro requerimiento para el servicio. Ellos necesitan poner todo su ser en esto. Esta palabra debe ser hablada claramente. Hoy en día, todos los colaboradores necesitan poner todo en esta obra. También les pediremos a algunos hermanos que pongan todo en esta obra. Ustedes necesitan decirles: “Esto no es algo que solamente algunos deban hacer. Estamos poniendo todo en esta obra. Ustedes también deben poner todo en esta obra, incluyendo sus posesiones materiales, sus fuerzas y sus vidas. Todo lo que tienen debe ser puesto en esta obra”. Delante de Dios, cuanto más puedan ustedes escalar, más bendición recibirá de Dios. Cuanto más baje su tono, menos gente vendrá. Cuanto más temeroso esté, menos gente vendrá, porque Dios no bendice esa actitud. Por lo tanto, ustedes deben ponerse en la posición correcta.
Si la posición de ustedes es incorrecta, la gente no vendrá. Dios nunca bendecirá esa clase de actitud. Será bastante evidente que aun su propio servicio no será saludable. Delante de Dios deben ver que ser siervo de Dios no es hacerle un favor a El, sino que es un favor que El les hace a ustedes; de otra manera, ¿cómo podrían ustedes servir a Dios? Si alguien le ofreciera una ocupación mundana, muchos se inclinarían ante tal persona y le darían las gracias. Hoy en día, cuando se le pide a la gente que venga a servir a Dios, ¿deben acaso esperar que Dios les dé las gracias? Cuando ustedes salen a invitar a la gente, ¿acaso les ruegan ustedes? Si lo hacen, su postura es incorrecta.
Por favor, perdónenme, pero hay algunas cosas con las que no tengo paciencia. Si en cierto lugar escuchó a un hermano decir: “Hoy día, Dios les ama y ustedes deben venir a servirle”, como si estuviera diciendo que si servimos a Dios, Dios estará muy contento. No tengo nada de paciencia con eso. Ustedes deben decirles: “Si usted sirve a Dios, debe estar muy contento, de que una persona como usted pueda servirle a Él”. Servir a Dios es toda una oportunidad; ustedes deben ir en pos de ella. ¡No es que ustedes le hacen un favor a Dios, ni que le están haciendo honores a Dios, por el hecho de que gente tan inteligente como ustedes vengan también a servir a Dios! Anteriormente, los que no podían ganarse la vida eran los que llegaban a ser predicadores, ¡pero qué gran cosa que gente como ustedes vengan también! ¡Es un honor para la profesión de predicación el tener a una persona como usted! Les digo, esta actitud está completamente errada. Un predicador presbiteriano japonés dijo una vez que todos los que estudiaban teología habían sido malos estudiantes. Sin embargo, aunque él no había sido mal estudiante, fue también a estudiar teología. Apenas escuché eso me di cuenta de que no había nada que hacer con este hombre. ¡No hay tal cosa de que un buen estudiante le haga un favor a Dios por hacer Su obra! Cuando escucho palabras de esta índole, me enojo mucho en el Señor.
Servir a Dios es nuestra gloria
Tenemos que ver que es nuestra gloria que en nuestra vida podamos venir a Dios, aunque sea arrastrándonos, para servirle. Si usted considera que Dios usaría a una persona como usted, entonces usted es necio, muy necio. Si Dios puede recibir a una persona como usted, ésta es la más grande de las gracias y la mayor de las glorias. ¡Qué extraño es que la gente considere que servir a Dios es hacerle un favor a El! Por lo tanto, espero que ustedes mismos delante de Dios vean que no hay nada más glorioso que servir a Dios. Incluso sería glorioso si pudiese servir a Dios parándome en la puerta como mendigo. Es una maravilla que Dios nos desee. Dios dijo: “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia”. Es Su misericordia que El quiera que yo sea Su siervo. Supongamos que usted fuese más inteligente que la mayoría de la gente, que su posición fuese mejor que la de la mayoría, que su familia tuviera una buena posición económica, que usted haya obtenido muy buenas calificaciones en la escuela, y que ahora usted llega a ser predicador. A los ojos de la mayoría de la gente esto sería algo muy extraño, ¡qué hoy usted venga a servir a Dios! Permítanme decirles que esta actitud está completamente equivocada.
Por lo tanto, hermanos, esta vez que salgan a la obra, no deben exhortar a otros a que vengan y sirvan a Dios, ni les rueguen que le sirvan a El. Si eso ocurre, dañarán esta obra y la acabarán. Ustedes deben tener la siguiente actitud: si la gente piensa que servir al presidente es glorioso, deben saber qué gran diferencia hay entre el presidente y Dios. Si yo puedo servir a Dios, ésa es mi mayor gloria. Cuando el hombre le ofrece cosas a Dios, la consideración no es cuán doloroso puede ser el soltar esas cosas; más bien, la consideración es si Dios aceptará o no lo que uno ofrece. ¿Cómo sabe usted si Dios lo aceptará? Recuerden que ésta no es solamente una cuestión de consagración, sino una cuestión de ser santificado. Ustedes deben mostrarles que la gran pregunta es si Dios aceptará o no la ofrenda de ellos. Si Dios la acepta, es gloria para ellos. No es cuestión de si el hombre ofrecerá algo o no; es cuestión de si Dios lo aceptará o no. Por lo tanto, es necesario que el camino de ustedes delante de Dios sea recto, es necesario que mantengan su posición, y es necesario que se afirmen en el terreno de Dios para hablar. Apenas usted rebaje su posición, no tendrá nada que decir y todo habrá terminado. Perdónenme por decirlo, pero yo dudaría hasta de su propio servicio. El hombre no puede estar orgulloso delante de Dios. Si alguien piensa que es un desperdicio que una persona de su categoría salga a predicar, pueden preguntarle: “En estos diez años, ¿Dios lo ha usado a usted para hacer algo? ¡Usted es una persona a la que Dios nunca usaría!” ¡Qué gran gloria es para el hombre servirle a El! Nosotros le pedimos a Dios que nos conceda gracia para que en la cuestión de los asuntos de la iglesia, podamos hacerlo bien y podamos andar en el camino recto.