Watchman Nee Libro Book cap.6 Libro de lecciones nivel 4: La vida
EXPERIMENTAR LA VIDA DIVINA
Lección seis
EXPERIMENTAR LA VIDA DIVINA
Lectura bíblica
Fil. 2:12-16; Ro. 8:9-11; 13, 26; Jer. 17:9; 13:23; Jn. 3:3-6, 16:8; 1:12-13; 2 Co. 15:17; 1 Co. 6:17
Bosquejo
- ¿Qué significa experimentar la vida divina?
- Experimentar a Dios
- Experimentar a Cristo
- Experimentar al Espíritu
- Nuestra primera experiencia de la vida: la regeneración
- ¿Por qué es necesaria la regeneración?
- ¿Qué es la regeneración?
- ¿Cómo se lleva a cabo la regeneración?
- Los resultados de la regeneración
Texto
I. ¿QUE SIGNIFICA EXPERIMENTAR LA VIDA DIVINA?
Ahora que tenemos cierto conocimiento básico de lo que es la vida divina, tenemos que seguir adelante para ver cómo podemos experimentarla. Todo lo que la Biblia dice acerca de la vida tiene como fin que sea parte de nuestra experiencia hoy. Tenemos que descubrir qué es la vida y cómo experimentarla. Si carecemos de experiencias acordes con lo que la Palabra revela, debemos volver a estudiarla y luego, orar pidiendo tales experiencias. El Señor nos concederá todas las experiencias de la vida divina que necesitamos, siempre y cuando las procuremos.
A. Experimentar a Dios
Primero debemos preguntarnos, ¿qué significa experimentar la vida divina? [Hemos visto que la vida es Dios mismo. En efecto, el Dios que fluye en nosotros y que recibimos y experimentamos es esta vida. Una experiencia de vida es aquella en la que Dios y el hombre se compenetran. Por ejemplo, cuando oramos, tenemos comunión con Dios, El nos alumbra y por ende, reconocemos nuestras faltas y las confesamos ante Dios. No es que nosotros mismos detectemos nuestra propias faltas, sino que, cuando nos acercamos a Dios, El viene a encontrarse con nosotros y, como resultado, podemos ver nuestra condición. Dios es luz; así que, cuando estamos con El, en Su luz, podemos ver nuestros defectos. Entonces, espontáneamente se los confesamos a Dios y le rogamos que nos limpie con la sangre de Cristo. Como consecuencia de esto, experimentamos cómo Dios fluye a través de nosotros y nosotros a través de El. Esto hace que experimentemos a Dios y, por eso, es una experiencia de la vida divina.
Toda experiencia de vida proviene de Dios y responde a Su obrar en nosotros. Es por ello que estas experiencias hacen que toquemos a Dios y lo experimentemos. Así pues, todo este tipo de experiencias pondrán de manifiesto la vida divina. (Fil. 2:13-16).]
B. Experimentar a Cristo
[Cristo es Dios manifestado y corporificado; El es el Dios que experimentamos. Por lo tanto, las experiencias que tenemos de Dios son también experiencias que tenemos de Cristo y en El.
Experimentar a Cristo es permitirle que viva en nosotros y a través de nosotros; es tomar a Cristo como nuestra vida y así vivir por El. En otras palabras, experimentar a Cristo significa que la totalidad de nuestra vida diaria y nuestras acciones son Cristo mismo que vive y actúa a través de nosotros.
C. Experimentar al Espíritu
[Tal como Cristo es la corporificación de Dios, el Espíritu Santo es la corporificación de Cristo. Dios está en Cristo como vida y Cristo, como vida, es el Espíritu Santo. Experimentamos a Dios en Cristo, y el Cristo que experimentamos es el Espíritu Santo. Así que, cuando experimentamos la vida divina, experimentamos a Dios y a Cristo y; además, experimentamos al Espíritu Santo.
El Espíritu Santo de vida es quien causa que experimentemos al Cristo que mora en nosotros, y también hace que experimentemos el poder de resurrección de Dios en Cristo (Ro. 8:9-11). Además, es el Espíritu Santo de vida quien nos guía a hacer morir las obras malignas del cuerpo, y es este Espíritu Santo de vida quien ora en nosotros (Ro. 8:13, 26). Todas nuestras experiencias de vida, sean profundas o superficiales, son producidas por el Espíritu Santo; por lo tanto, en realidad son del Espíritu Santo de vida.]
II. NUESTRA PRIMERA EXPERIENCIA DE LA VIDA: LA REGENERACIÓN
[Hemos visto lo que es la vida, y lo que significa experimentarla. Ahora hablemos de la primera experiencia de esta vida: la regeneración. La regeneración es el primer paso en nuestra experiencia de la vida de Dios; por consiguiente, viene a ser nuestra primera experiencia de la vida de Dios. Esta experiencia es fundamental y sumamente importante, así que la estudiaremos desde varias perspectivas. Primero veamos:]
A. ¿Por qué es necesaria la regeneración?
[¿Por qué necesitamos ser regenerados? Hay dos razones. El primer motivo y el más básico es que la regeneración es necesaria porque nuestra vida se ha corrompido y se ha vuelto maligna (Jer. 17:9; Ro. 7:18), y su condición no puede ser cambiada, de mala a buena (Jer. 13:23). Esta es la explicación que solemos dar para nuestra necesidad de ser regenerados. Debido a que nuestra vida es (1) corrupta y maligna, y (2) no puede mejorarse, necesitamos ser regenerados. Los sabios del pasado y del presente han apoyado la doctrina de la superación personal para mejorar al hombre. Pero la salvación que Dios efectúa no corrige ni mejora al hombre, sino que lo regenera, puesto que nuestra vida humana es corrupta y no se hará buena aunque sea mejorada. Esta es la primera razón por la que necesitamos ser regenerados.
En segundo lugar, existe otra razón por la que necesitamos ser regenerados y ésta es más elevada. Cuando fuimos creados, únicamente obtuvimos la vida creada, pero no adquirimos la vida increada de Dios. Dios tiene el propósito de que nosotros los seres humanos obtengamos Su vida increada y que seamos transformados a Su imagen, a fin de que seamos tal como El es. Por lo tanto, aun si nuestra vida humana no se hubiese corrompido, necesitaríamos ser regenerados.
El propósito de Dios al crear al hombre no era simplemente obtener un hombre bueno, sino obtener un Dios-hombre, uno que poseyera la vida y naturaleza de Dios y que fuera semejante a El. Si Dios hubiera deseado que el hombre sólo fuera bueno, y si el hombre tampoco hubiera caído ni se hubiese corrompido, entonces no sería necesaria la regeneración. Pero el deseo de Dios no es que el hombre sea simplemente bueno, sino mucho más que eso, El quiere obtener un Dios-hombre, alguien que sea como El. Por lo tanto, incluso un hombre bueno necesita ser regenerado.
No debiéramos considerar esta segunda razón con ligereza. Por el contrario, es algo muy significativo. ¡Cuán maravilloso es que el propósito de la regeneración consiste en que obtengamos la vida de Dios y que seamos como El! Es cierto que somos corruptos y malignos y que no podemos ser mejorados; pero aun si pudiéramos ser absolutamente buenos, o si pudiéramos mejorarnos hasta volvernos perfectos, necesitaríamos ser regenerados a fin de poseer la vida de Dios.]
B. ¿Qué es la regeneración?
[Según las Escrituras, ser regenerado significa nacer del Espíritu (Jn. 3:3-6). Anteriormente nuestro espíritu estaba muerto, pero en el momento en que creímos, el Espíritu de Dios entró en nuestro espíritu, y así nuestro espíritu obtuvo la vida de Dios y fue vivificado. De esta manera, además de nuestro primer nacimiento natural, el Espíritu de Dios nos hizo nacer de nuevo. En breve, ser regenerado significa volver a nacer, esto es, nacer de Dios (Jn. 1:13); en otras palabras, significa que, además de nuestra vida humana la cual habíamos recibido originalmente, obtenemos la vida de Dios.
Ser regenerado significa nacer de nuevo. ¿Por qué usamos el término “nacer de nuevo”? Porque originalmente nacimos de nuestros padres; pero ahora nacemos de nuevo, esta vez, de Dios; por eso, a esta experiencia se le llama nacer de nuevo. Al nacer de nuestros padres obtuvimos la vida humana, mientras que al nacer de Dios obtenemos la vida divina. Por consiguiente, aquellos que hemos sido regenerados, además de la vida humana, tenemos la vida de Dios.] Por lo tanto, un cristiano no es aquel que nace en una familia cristiana, ni uno que vive en un así llamado “país cristiano”, sino alguien que ha sido regenerado en su espíritu por la vida de Dios.
C. ¿Cómo se lleva a cabo la regeneración?
[¿Cómo puede el hombre ser regenerado? En breve, el Espíritu de Dios entra en el espíritu del hombre y le imparte la vida de Dios; ésta es la manera en que el hombre es regenerado.
¿Cómo puede el Espíritu de Dios entrar al espíritu del hombre? Cuando el hombre escucha el evangelio o lee las Escrituras, el Espíritu de Dios opera en él y causa que él reconozca que ha pecado y que es corrupto; entonces, el hombre es convencido de pecado, de justicia y de juicio (Jn. 16:8). Cuando ve que es pecador, se da cuenta de su corrupción y está dispuesto a arrepentirse, entonces el Espíritu de Dios le hace ver que el Señor Jesús es su Salvador, y que El murió en la cruz y derramó Su sangre para remisión de pecados. En ese momento, cree espontáneamente en el Señor y le recibe como su Salvador. Una vez que el hombre recibe al Señor como su Salvador, el Espíritu de Dios entra en su espíritu e infunde la vida de Dios en él, regenerándolo.
Así que, hablando desde la perspectiva del Espíritu de Dios, somos regenerados tan pronto como el Espíritu de Dios entra en nuestro espíritu e imparte la vida de Dios en él. Pero desde nuestra perspectiva, somos regenerados, lo cual significa que ademas de la vida humana que ya poseemos, obtenemos la vida de Dios, debido a que nos arrepentimos, creemos y aceptamos al Señor como nuestro Salvador.]
D. Los resultados de la regeneración
[Los resultados o logros de la regeneración se pueden resumir en tres aspectos:
1) La regeneración hace que los hombres sean hechos hijos de Dios. Ya que la regeneración implica nacer de Dios, espontáneamente hace de los hombres hijos de Dios (Jn 1:12, 13) y los introduce a una nueva relación orgánica con Dios.
2) La regeneración hace que los hombres lleguen a ser una nueva creación. Esta nueva creación contiene los elementos de Dios. Todo lo que contiene los elementos de Dios, es la nueva creación. En la vieja creación, no se halla el elemento de Dios. Por naturaleza, nosotros los seres humanos no tenemos los elementos de Dios; por lo tanto, somos la vieja creación. Pero en el momento en que el elemento de Dios se añade a nosotros, llegamos a ser la nueva creación. La regeneración nos trae la vida de Dios y Su elemento mismo, haciéndonos así una nueva creación (2 Co. 5:17). Esta nueva creación es la cristalización de la mezcla de Dios con el hombre y es lo más maravilloso que hay en todo el universo, ya que tiene tanto el elemento humano como el divino, es tanto hombre como Dios, y se parece al hombre y a Dios.
3) Además, la regeneración hace que el hombre se una a Dios, y ambos lleguen a ser uno. No sólo logra que el hombre obtenga la vida y los elementos de Dios, sino también, que se una con Dios como uno solo. Mediante la regeneración, Dios el Espíritu entra en el espíritu del hombre y une al hombre consigo mismo en un solo espíritu (1 Co. 6:17). Así, Dios hace que el hombre tenga la relación más profunda que pudiera tener con El, es decir, que sea uno con El.
En conclusión, la regeneración ocurre en nosotros cuando el Espíritu Santo, mediante nuestra fe en el Señor, infunde la vida de Dios en nuestro espíritu y nos hace nacer de Dios, o sea, nos hace hijos de Dios, y nos une con Dios en la nueva creación, en la cual llegamos a ser uno con El.]
Una vez que hemos sido regenerados, tenemos que proseguir y experimentar cada día la vida de Dios que ha sido depositada en nosotros, hasta alcanzar la plena madurez en esta vida.
Preguntas
- ¿Cuál es la definición de la experiencia de vida? ¿Ha tenido usted semejante experiencia? Si es así, descríbala.
- ¿Cuál es la primera experiencia de vida? Mencione dos razones por las que esta experiencia es necesaria. Describa brevemente lo que significa para usted ser regenerado.
- Explique cómo somos regenerados.
- ¿Cuáles son los tres resultados de la regeneración?
- ¿Ha guiado usted a alguna persona a ser regenerada al predicarle el evangelio?
Citas tomadas de las publicaciones de Lee y LSM
- El conocimiento de la vida, págs. 19-31.