Watchman Nee Libro Book cap.6 La fe cristiana normal
CRISTO: LA BASE DE NUESTRA DOCTRINA
CAPITULO SEIS
CRISTO: LA BASE DE NUESTRA DOCTRINA
Hemos dicho que el cristianismo no pone énfasis en las doctrinas. Más bien, acentúa la persona de Cristo. Aun cuando algunas doctrinas son mencionadas, son pocas en número, y cuando son expuestas, siempre señalan hacia una persona. Si uno abre la Biblia en los cuatro evangelios se asombrará de encontrar que todo lo relatado es solo una descripción de Jesús de Nazaret. Primero debe de haber el conocimiento de quién es El; las doctrinas vienen después. Hemos examinado la persona de Jesucristo. Ahora queremos ver las doctrinas de nuestra fe.
COMPARACIONES ENTRE DOCTRINAS
No se pueden encontrar muchas doctrinas en los cuatro evangelios. Tampoco hay muchas doctrinas en los Hechos de los Apóstoles. Encontramos doctrinas sólo después que llegamos a Romanos. Esto es exactamente lo que dijimos antes, que uno tiene que saber quién es Jesucristo antes de poder entender de qué se tratan Sus doctrinas.
En cuanto a las doctrinas, hay también una gran diferencia entre las que están en el cristianismo y las que están en otras religiones. Me gustaría mencionar de nuevo de que el hecho de que yo soy cristiano no significa que usted tiene que percibir las cosas como yo. No tengo esa actitud presuntuosa. Sólo presentaré de nuevo los hechos, los cuales muestran la diferencia entre el cristianismo y las otras religiones. No decidiré lo que es bueno o malo. Solamente pido que examine los hechos. Si piensa que eso es lo correcto, entonces crea en ello. De otro modo, usted decida. Las palabras emotivas son innecesarias aquí. Por lo tanto, no haré ni súplica ni invitación.
Si observamos todas las religiones que están delante de nosotros, veremos que todas ellas ponen énfasis en las doctrinas y no en una persona. Ya sea Confucio o Lao-tze, lo que son y lo que enseñan son dos cosas diferentes. Son dos entidades separadas. Sus doctrinas no tienen mucho que ver con sus personas. Se puede apartar la persona de la religión y no habrá mucha diferencia. La persona sólo predicaba las doctrinas, sin embargo, estaba desasociada de lo que predicaba.
Este no es el caso con nuestra fe. ¿Cuándo empezaron a existir las doctrinas cristianas? Después de que la persona de Cristo murió, resucitó, y partió del mundo empezaron a existir las doctrinas. Todas las doctrinas vinieron después. Así que, todas estas doctrinas están concentradas en Cristo. Las doctrinas y Cristo son inseparables. Primero le tiene a El, luego tiene Sus doctrinas.
LA UNIÓN DE DIOS Y EL HOMBRE
Por ejemplo, hay una doctrina en el cristianismo que habla de la unión de Dios y el hombre. Es una doctrina muy importante. Si uno abre la Biblia para ver cómo puede ser esto, verá que el origen de esta doctrina es el hecho que Dios se hizo hombre, Jesús. El es Dios mezclado con el hombre.
La Biblia no presenta una doctrina de que Dios se hizo uno con el hombre. Más bien, muestra a Jesús de Nazaret, quien es una muestra de la unidad entre Dios y el hombre. Originalmente, Dios y el hombre estaban separados; había un gran abismo entre ellos. No existía la posibilidad de una unión. Mas el nazareno vino. El era Dios que venía para hacerse hombre. El era el puente entre el hombre y Dios, que unía a los dos. Esto no es una doctrina que le enseña a las personas a ser uno con Dios. Aquí esta el hecho: de ahora en adelante, cuando un hombre está en Cristo, puede ser uno con Dios.
LA DOCTRINA DE LA MUERTE
Otra doctrina muy importante en la Biblia está relacionada con la muerte. La Biblia describe al hombre como un ser totalmente corrupto, sin ninguna posibilidad de que sea reformado. La única solución es la muerte. Un hombre es como un pedazo de madera infestado de gusanos sin ninguna oportunidad de ser cincelado ni formado. El único destino para él es el fuego. La muerte es la solución. Sólo las personas muertas no se enorgullecen si se les alaba mil veces. Tampoco se enfadarán si las reprende repetidas veces. Sólo las personas muertas estarán exentas de la tentación y del pecado. La muerte resuelve todos los problemas relacionados con el pecado.
Mas, ¿cómo podemos morir? ¿Cómo puede ocurrir esa muerte? Una religión le exhortará a morir. ¡Muérase! Si usted está muerto, ¡el pecado ya no tendrá más objeto sobre qué trabajar! Pero, ¿cómo puede uno morir? ¿Debe suicidarse? ¿Debe arrojarse al mar? O, como los antiguos eruditos chinos han dicho, ¿considerando todo lo pasado como muerto ayer? ¡No! Todos esos son métodos de religiones comunes. No son la enseñanza cristiana.
PODEMOS MORIR DEBIDO A CRISTO
La doctrina sobre la muerte está absolutamente relacionada con Cristo. Su persona determina Sus doctrinas. Jesús murió. ¿Qué dice la Biblia acerca de esto? Dice que el mundo murió con El (2 Co. 5:14). El murió al pecado; así que, el mundo entero está muerto al pecado. Originalmente, el mundo entero estaba en el pecado, estaba muerto en él. Sólo Jesús no fue afectado por la muerte. El no murió por pecado; El murió al pecado (Ro. 6:10). Si somos uno con El, también nosotros estamos muertos al pecado por Su muerte (v. 11). El pecado no tendrá ningún objeto sobre el cual trabajar. Todos los problemas del pecado en nosotros serán resueltos.
Esta es la doctrina del cristianismo. Es un hecho que está absolutamente atado a la persona de Cristo. No es una exhortación para que la gente conduzca una vida moral y se arrepienta de sus errores. Estas en nada son doctrinas cristianas. Puesto que Cristo murió, cualquiera que está en El también está muerto, completamente muerto, al pecado. El pecado ya no tiene más dominio sobre nosotros. Si Cristo no hubiera muerto, no habría existido ninguna doctrina. Todas las experiencias y doctrinas están basadas en la persona de Jesucristo.
LA DOCTRINA DE LA RESURRECCIÓN
Otro hecho que tenemos es la resurrección de Jesucristo. El murió y resucitó. De modo que, de nuestra parte, no sólo estamos muertos al pecado, desasociados de él; estamos regenerados y somos una nueva creación en la resurrección de Cristo. Todo esto depende de la persona de Jesucristo. Nada hicimos nosotros. Todo depende de El.
LAS ENSEÑANZAS DEPENDEN DE CRISTO
La Biblia no está completamente carente de enseñanzas. No obstante, todas las enseñanzas descansan en la persona de Cristo Jesús. Solamente cuando El tiene cierta experiencia puede haber cierta doctrina o enseñanza. Toda doctrina o enseñanza está atada a Su experiencia personal. Su encarnación es la base de la unión de Dios con el hombre. Su muerte es la base sobre la cual morimos al pecado, al ser y a la fundación de una vida de santidad. Su resurrección es la base para recibir la nueva vida. Todo lo que hemos obtenido está basado sobre lo que El ha alcanzado. Las doctrinas están basadas absolutamente en la persona y dependen de ella. Esto es el cristianismo auténtico. Esto es lo que distingue a nuestra fe de todas las demás religiones.
EL ES EL CAMINO, LA REALIDAD Y LA VIDA
Una vez cuando Cristo Jesús estaba por partir del mundo, habló de una doctrina asombrosa. Por supuesto, esta doctrina de nuevo está estrechamente relacionada a El. El dijo: “Yo soy el camino, y la realidad, y la vida” (Jn. 14:6). Quizás haya usted oído a otros citar este pasaje. El dijo que es el camino. El es el camino para vencer el pecado. El es el camino para vencer las tentaciones del mundo. ¡El es Su propia enseñanza! Todos los caminos hacia la victoria son El.
El también dijo que El es la realidad. A menudo hemos oído a la gente decir que hay realidad en las palabras de fulano. Algunas veces cuando alguien establece una teoría, la llamamos realidad. En la geometría, cuando hemos probado que esto equivale a aquello, decimos que hallamos una verdad. Pero la realidad de la cual Cristo Jesús habla es de Sí mismo. El es la realidad.
Además, El es la vida. El no solamente predica una doctrina y pide que la cumpla uno mismo; El mismo es el poder de vida para realizar lo que predica. La religión le dice a uno que sea honesto y que no mienta. Quizás alguien haya venido y le haya dicho: “Ejercítese para no mentir. Cada vez que mienta, muérdase la lengua”. ¡Yo creo que si pudiéramos reconocer cada mentira que decimos, nuestra lengua estaría en dos pedazos antes de que terminara el día! Puesto que nuestra vida es una vida humana, no hay posibilidad de que no mintamos ni pequemos. La vida del hombre es absolutamente impotente a este respecto. Darle solamente algunas doctrinas buenas y elevadas, y permitir que las resuelvan por su propia cuenta, no es el camino de Cristo.
La Biblia dice que El lo capacita. Esa habilidad proviene de Cristo. Mientras está en El, El es su vida. ¡El lo capacita para que no mienta, no importa qué clase de persona sea!
LO QUE LOS FUNDADORES DE OTRAS RELIGIONES NO PUEDEN HACER
Ningún otro fundador de alguna religión es lo suficientemente grandioso para sostener estas tres cosas: el camino, la realidad y la vida. Todas las experiencias del hombre están incluidas en estas tres cosas. Cuando uno hace algo, siempre tiene que decidir si vale la pena o no hacerlo. Esta consideración equivale a la realidad. Después de tomar la decisión, tiene que hallar un camino. Y después del camino, debe tener el poder. Cuando se decida llevar a cabo algo, siempre tiene que pasar por estos tres pasos: el camino, la realidad y la vida.
Los tres son inseparables. Usted no recibe primero la realidad, después el camino y luego es dejado para que halle la vida. Cada una de estas tres cosas se encuentra en una persona. Cuando uno le tiene, todo problema es resuelto. Este es Jesús. Esta es nuestra fe. Mientras que haya un camino hacia El, todo le seguirá.
SOLO ESTAR EN CRISTO
Cuando examinamos algunos pasajes en la Biblia, fácilmente descubrimos que cuando la Biblia menciona alguna doctrina, siempre dice que está “en Cristo”. Las palabras “en Cristo” se mencionan constantemente. Algunos pasajes dicen: “por Cristo”. Pero “por Cristo” no es la mejor traducción. Es mejor en esas ocasiones decir: “mediante Cristo”. Dios no nos da las cosas directamente; tiene que ser “por medio de Cristo”. Además, tenemos frases como “con Cristo” y “junto con Cristo”. Estas muestran la posición que Cristo ocupa en la Biblia. Todo tiene que ser por medio de El. Recibirle a El es recibir Sus doctrinas. Es inútil tener Sus doctrinas sin El.
NINGUNA RELACIÓN ENTRE LOS FUNDADORES RELIGIOSOS Y SUS CREDOS
Este título no puede aplicarse a todas las demás religiones. Uno puede ser un devoto de otras religiones, conduciéndose por cada uno de sus credos, sin tener nada que ver con los fundadores mismos.
En las matemáticas, hay una tabla llamada la tabla de multiplicar. Se puede hallar el producto de cualquier dos números del uno al nueve en la tabla. Todo está bien ordenado. ¿Sabe usted quién formuló esa tabla? Me temo de que millones que usan esta tabla nunca supieron quién la hizo. Mas usted puede usar la tabla sin conocer a la persona que la hizo. Todas las religiones comunes son así: uno no tiene nada que ver con sus fundadores, pero puede aplicar sus doctrinas. Las doctrinas y los que las predican no tienen relación las unas con los otros.
En Kaifeng conocí un misionero extranjero. El había oído mi predicación. Descubrí que él estaba relacionado con las doctrinas de Cristo pero no con Cristo mismo. Le dijo a uno de mis compañeros de clase del pasado, que ahora también es mi colaborador, cómo practicar las enseñanzas de Cristo y exponer las teologías en la Biblia. Mi colaborador le preguntó: “¿Puede usted tocar a personas con estas enseñanzas? ¿Alguien se ha arrepentido, renunciado a sus pecados y cambiado su vida por medio de su predicación? ¿Tiene usted tal poder?”. El estaba pasmado con las palabras de mi colaborador.
LA JOYA DE LAS DOCTRINAS ES CRISTO
La fuente de nuestra fe es Cristo. Si no tenemos una relación con Cristo, no tenemos poder. Las doctrinas de Cristo están absolutamente unidas a Cristo. La gema de las doctrinas está en Cristo. Es inútil inferir y discutir en forma externa.
Examinemos ahora el libro de Romanos en el Nuevo Testamento. No daré muchas explicaciones. Más bien, solamente presentaré los hechos. Queremos ver lo que dice la Biblia.
Romanos 3:22 y 24 dicen: “La justicia de Dios por medio de la fe de Jesucristo, para todos los que creen. Porque no hay distinción … siendo justificados gratuitamente por Su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Estos versículos dicen que un hombre recibe el perdón de pecados y la justificación delante de Dios mediante la redención de Cristo Jesús. Tienen su base en una relación con Cristo. Sin la redención, los pecados del hombre no pueden ser perdonados.
POR MEDIO DE JESUCRISTO
Romanos 5:1 dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
El versículo 2 dice: “Por medio del cual también hemos obtenido acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos por la esperanza de la gloria de Dios”.
El versículo 10 dice: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de Su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos en Su vida”.
El versículo 11 dice: “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación”.
Todo lo que hemos recibido, tal como la justificación, la reconciliación, el estar firmes en la gracia, la salvación, el gozo en Dios, etc., es recibido por medio de Jesucristo. Simplemente aprovechándonos del acceso que tenemos en El, heredamos todo esto.
RECIBIMOS LA GRACIA POR EL
En Romanos 5:15 dice: “Pero no es el don de gracia como fue el delito; porque si por el delito de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia de Dios y el gratuito don en gracia de un solo hombre, Jesucristo”.
El versículo 17 dice: “Pues si por el delito de uno solo, reinó la muerte por aquel uno, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo”.
Mediante Jesucristo, la gracia y el don de Dios pueden ser otorgados sobre todos los hombres. También podemos reinar en vida debido a El. El versículo 21 dice: “Para que así como el pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro”. Recibimos la vida eterna por medio de El. No depende del buen comportamiento del hombre.
CRUCIFICADOS CON ÉL
En Romanos 6:6 dice: “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con El, para que el cuerpo del pecado sea anulado, a fin de que no sirvamos más al pecado como esclavos”.
El versículo 17 dice: “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de enseñanza a la cual fuisteis entregados”.
Esta es una doctrina vital en nuestra creencia: que por fe, estamos crucificados con Cristo, y el viejo hombre está anulado. Yo no me crucifico a mí mismo. Cuando Cristo fue crucificado, fui crucificado con El. Por esto soy liberado del pecado, ya no soy esclavo de él. De esta manera puedo estimarme muerto al pecado y vivo para Dios en Cristo. Esta es una gran doctrina que depende de la persona de Cristo.
LIBERADOS EN EL
En Romanos 7:24-25 dice: “¡Miserable de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte? Gracias sean dadas a Dios, por medio de Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado”.
He aquí un hombre que fue constantemente derrotado por sus propios deseos carnales. Cuando estaba al final de sus esperanzas, clamando por liberación, vio el camino de la salvación: la liberación mediante el Señor Jesucristo. El poder de la liberación también está en el Señor.
NO MÁS IMPOTENTES EN EL
En Romanos 8:1 dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. No hay condenación para aquellos que están en Cristo Jesús. “Condenación” no se refiere a ninguna clase de condenación común. Según algunos manuscritos de la Biblia descubiertos recientemente en Egipto, esta palabra tiene dos significados. El primero es un término legal; el segundo es una expresión diaria común. En el contexto legal significa condenación como un veredicto. Pero en su uso ordinario significa impotente, sin poder, atado, etc. Por esta razón traduciré esta porción como: “No hay pues ahora impotencia…”. Ya no hay más debilidad ni inhabilidad.
El versículo 2 dice: “Porque la ley del Espíritu de vida me ha librado en Cristo Jesús de la ley del pecado y de la muerte”. Aquí hay dos leyes. Originalmente, todos estábamos atados por la ley del pecado y de la muerte. Ahora la ley del Espíritu de vida nos ha librado; ya no estamos bajo el control de la ley del pecado y de la muerte. La ley del Espíritu de vida está en Cristo Jesús. ¿Ha visto usted esto? Una vez más, nuestra relación con El nos libera.
El versículo 10 dice: “Pero si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia”. Debido a que Cristo está en mí, puedo vivir.
MAS QUE VENCEDORES EN EL
En Romanos 8:35 y 37 dice: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? … Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Aunque hay tanta angustia exteriormente, de todos modos somos más que vencedores. La fortaleza se obtiene yendo por medio de El. No somos capaces en nosotros mismos. Todo se logra por El y por medio de El.
De la misma manera, los versículos 38 y 39 dicen: “Por lo cual estoy persuadido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni potestades, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. ¿Por qué nada nos puede separar de Su amor? No es por causa de nuestras virtudes, sino porque este amor está “en Cristo Jesús Señor nuestro”. El amor está atado a la persona de Cristo. Cuando estamos en Cristo, estamos en este amor inseparable.
CRISTO HECHO NUESTRA SABIDURÍA
Veamos en 1 Corintios.
En 1 Corintios 1:30 dice: “Mas por El estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría: justicia y santificación y redención”.
Yo mismo recibí mucha ayuda de este versículo. De Dios estamos nosotros en Cristo Jesús. No sólo eso, Dios ha hecho a Cristo nuestra sabiduría, … etc. Pensamos que aunque no somos muy brillantes, si estudiamos más libros, leemos más la Biblia, y escuchamos más sermones, seremos más inteligentes. Pero esto no es lo que Dios dice. Dios ha hecho a Cristo nuestra sabiduría. Otra vez, la sabiduría está atada a Cristo. El llega a ser la sabiduría del hombre.
Decimos que somos injustos y que no podemos ver a Dios. Pero, ¿qué dice este versículo? Dice que Dios ha hecho a Cristo nuestra justicia. Ahora podemos enfrentarnos a Dios como si estuviéramos sin pecado.
Pensamos que somos demasiado corruptos; nuestros pensamientos son inmundos; somos orgullosos y siempre mentimos. No tenemos santidad. No obstante, Dios ha hecho a Cristo nuestra santidad. El puede trasmitirse hacia nuestro interior por medio de Cristo para ser nuestra santidad. Muchos han experimentado que si no hubiera sido por Cristo, no habría santidad en lo absoluto.
En cuanto a la salvación, parte de ella toca el futuro. No lo mencionaremos ahora. De cualquier manera podemos ver que Cristo es nuestra sabiduría, justicia, santidad y salvación desde el principio hasta el fin.
SER ENGENDRADOS EN EL Y CRECER EN EL
En 1 Corintios 3:1 dice: “Y yo, hermanos, no pude hablaros como a hombres espirituales, sino como a carne, como a niños en Cristo”. Según la Escritura, no importa cuál sea la edad física de uno. Lo que importa es la estatura en Cristo. De nuevo esta medida es aquella que está en Cristo.
En 1 Corintios 4:15 dice: “Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tenéis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio”. Solamente en Cristo puede alguien ser regenerado y engendrado por el evangelio.
ANDAR EN EL
En 1 Corintios 4:17 dice: “Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes, en todas las iglesias”.
He aquí un hombre que anda en Cristo. Descubrirá que no sólo aquí, sino en numerosos pasajes, se menciona que el andar cristiano debe ser un andar que está en Cristo.
SUS DOCTRINAS SON LO QUE EL ES
Examinemos algo muy importante con respecto de nuestra fe:
En 1 Corintios 15:12-14 dice: “Pero si se proclama a Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe”.
Los versículos 16-17 dicen: “Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, nula es vuestra fe; aún estáis en vuestros pecados”.
No dice lo que obtendremos por buen o mal comportamiento. Todo en nuestra fe está basado en la persona de Cristo. Si El hubiera muerto sin resucitar, Sus doctrinas no tendrían vida, y todo terminaría. Nuestra fe no tendría ningún efecto. Aquí podemos ver que Sus doctrinas son lo que El es. Pero, alabado sea el Señor, El resucitó. Por tanto, nuestra predicación no es en vano. Todo es realidad. Todo lo de nuestra fe está atado al Señor resucitado.
LAS DOCTRINAS PROVIENEN DEL CRISTO RESUCITADO
Pasaremos por alto 2 Corintios porque no es un libro que trata de doctrinas. Los libros que tratan de doctrinas son Gálatas, Efesios y Colosenses. Sin embargo, sólo podemos mencionarlos brevemente. Mostraremos que todas las doctrinas provienen de la persona de Cristo.
En Gálatas 2:4 dice: “y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que se infiltraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud”. Nuestra libertad está en Cristo.
Los versículos 16-17 dicen: “Y sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada. Mas si, buscando ser justificados en Cristo, nosotros mismos también somos hallados pecadores, ¿es Cristo entonces ministro de pecado? ¡De ninguna manera!”.
Nuestra justificación se debe a que estamos en El. No es un resultado de nuestro comportamiento. Una vez que estamos unidos a Cristo, somos justificados.
YO EN EL
Gálatas 2:20 es otro versículo precioso: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe, la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí”.
Yo no me crucifiqué a mí mismo; fui crucificado con El. Cuando El murió en la cruz, yo también morí, porque estoy en El.
TODAS LAS BENDICIONES ESPIRITUALES SON DADAS EN EL
Efesios 1:3 dice: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”. Todas las bendiciones espirituales nos son dadas en Cristo. Por esta razón todo lo que sigue es recibido en El.
Los versículos 4-7 dicen: “Según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El en amor, predestinándonos para filiación por medio de Jesucristo para Sí mismo, según el beneplácito de Su voluntad, para alabanza de la gloria de Su gracia, con la cual nos agració en el Amado, en quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de los delitos según las riquezas de Su gracia”.
De nuevo leemos en Colosenses 1:14: “En quien tenemos redención, el perdón de pecados”. La redención y el perdón de los pecados están en el Amado.
En Colosenses 3:1-3 dice: “Si, pues, fuisteis resucitados juntamente con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Fijad la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. De nuevo, sólo por medio de Cristo podemos recibir una vida resucitada. La relación que Dios tiene con nosotros está basada en la relación que El tiene con Cristo.
TODAS LAS ENSEÑANZAS Y DOCTRINAS ESTÁN ATADAS A CRISTO
Del libro de Romanos en adelante, descubrimos un hecho: ninguna doctrina ni enseñanza en cuanto a nuestra fe está relacionada con nuestras obras. Más bien, cada una de ellas está atada a la persona de Cristo. Ya sea el perdón de los pecados, la regeneración, la santidad, o la libertad, etc., no hay doctrina que esté desasociada de Cristo. Sin Cristo no tenemos fe. Sin Cristo no tenemos nada que predicar. Esta es la diferencia entre nuestra fe y todas las demás religiones. Sin pasar por Cristo, no podemos hacer nada. Sin estar relacionados con El, no podemos tener ninguna doctrina. Todo depende de El.
Algunos quizás pregunten: ¿No hay algunas exhortaciones en la Biblia? ¿No tiene el cristianismo interés en el bien y el mal? Sí, la Biblia tiene exhortaciones; también les dice a las personas cómo comportarse y cómo andar. Por ejemplo, el libro de Romanos contiene algunas palabras de exhortación y enseñanza. Mas éstas aparecen después del capítulo doce. No obstante, antes del capítulo doce sólo hallamos doctrinas relacionadas con Cristo y cómo nos podemos unir a El. Sólo después hay exhortaciones para nuestra conducta.
EL ÉNFASIS ESTÁ EN NUESTRA RELACIÓN CON CRISTO
En los primeros tres capítulos de Efesios se establece la relación entre nosotros, Dios y Cristo. Luego los capítulos del cuatro al seis tratan con algunas enseñanzas en cuanto al comportamiento. Aun cuando hablan de nuestro andar, la base es nuestra relación con Cristo. El mismo principio se puede hallar en los otros libros.
Entonces, el cristianismo genuino no nos exhorta primero a hacer algo. Más bien, nos dice que establezcamos una relación con Cristo. Después que la relación está establecida, le sigue la práctica.