Watchman Nee Libro Book cap.22 Libro de lecciones nivel 5: La iglesia

Watchman Nee Libro Book cap.22 Libro de lecciones nivel 5: La iglesia

LOS JÓVENES PARTICIPAN EN LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA

Lección veintidós

LOS JÓVENES PARTICIPAN EN LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA

Lectura bíblica

1 S. 2:18; 16:11-13; Dn. 1:4, 8, 17; 2 Ti. 2:22; 3:1-4; Ec. 4:12

Bosquejo

  1. Dios llama a los jóvenes para que participen en Su mover.
  2. Ser capturados y ocupados por Dios.
  3. Proponer en nuestro corazón no contaminarnos.
  4. Necesitamos tener compañeros.
  5. Orar y buscar la verdad con nuestros compañeros.

Texto

Es ideal que mientras ustedes aún sean jóvenes, reciban la visión de la iglesia y vayan cultivando la carga de edificar la iglesia. Una vez que recibimos la visión de la iglesia, surge en nosotros el deseo de consagrarnos al Señor para edificar lo más maravilloso que existe en el universo, a saber, Su iglesia. Probablemente algunos recibirán esta visión cuando sean mayores. Sin embargo, mientras más edad tenga uno, menos tiempo tiene para edificar. Ustedes tienen tiempo ahora porque son jóvenes. ¡Pero tengan cuidado! Este tiempo puede acabarse muy pronto, como les sucede a muchos, si ustedes no ponen su corazón en la edificación de Dios. Deben hacer todo lo posible por prepararse lo mejor que puedan para la obra del ministerio y para la edificación de la iglesia, es decir, deben estudiar diligentemente, leer la Palabra, orar, aprender a predicar el evangelio, asistir a todas las reuniones y ofrendar al Señor.

I. DIOS LLAMA A LOS JÓVENES PARA QUE PARTICIPEN EN SU MOVER

[Es muy bueno ser joven y estar en el recobro del Señor. En cada era y generación Dios ha visitado a los jóvenes para llevar a cabo Su mover. Tanto la Biblia como la historia muestran que Dios usa a los jóvenes. Podemos afirmar que Adán era muy joven cuando Dios estuvo con él, porque acababa de ser creado. Abel, la segunda generación en la línea de la vida, probablemente también era muy joven cuando ofreció sacrificios a Dios (Gn. 4:2, 4). Enoc era también joven cuando comenzó a caminar en la presencia de Dios. Aunque tenía sesenta y cinco años, en aquel tiempo un hombre de sesenta y cinco años aún era joven. El caminó con Dios por trescientos años, y Dios se lo llevó a la edad de trescientos sesenta y cinco años (Gn. 5:21-22).]

La primera vez que Dios llamó a Abraham, él estaba en Mesopotamia. En ese tiempo él era joven. [Moisés fue llamado por Dios y comenzó a servirle cuando tenía ochenta años, pero su preparación para el servicio comenzó desde que era un niño siendo alimentado por su madre.] [Samuel era niño cuando fue cautivado por Dios (1 S. 2:18). David también era muy joven cuando fue ungido como rey (1 S. 16:11-13). Asimismo, Daniel era joven cuando fue un vencedor en el palacio del rey de Babilonia (Dn. 1:4, 17).

En el Nuevo Testamento, ninguno de los apóstoles a quienes Jesús llamó era viejo. Todos eran jóvenes. Cuando el Señor anduvo a la orilla del mar de Galilea, El llamó a jóvenes. Zebedeo estaba con sus dos hijos, Juan y Jacobo, pero el Señor no llamó a Zebedeo, sino a sus hijos (Mt. 4:21-22). Llamar a los hijos y no al padre, era la manera divina según la economía de Dios. Los ancianos de la primera iglesia que existió en la tierra, la iglesia en Jerusalén, eran jóvenes.

La Biblia también nos dice que Timoteo siendo aún muy joven, llegó a ser apóstol (1 Ts. 1:1; cfr 2:6), y llevó el testimonio del Señor. En 2 Timoteo 2:22 Pablo le escribió: “Huye de las pasiones juveniles”. Esto indica que el destinatario de esta epístola era todavía joven. Estoy feliz de haber sido llamado por Dios en mis años de adolescencia. Todos aquellos que estuvieron en la etapa inicial del recobro del Señor en cuanto a la vida apropiada de iglesia —hace más de cincuenta años—, eran jóvenes de aproximadamente veinte años. Muy pocos eran mayores de veinticinco. La mayoría de ellos estaba en la escuela secundaria o en la universidad.]

Por tanto, no se consideren demasiado jóvenes para seguir al Señor. Ustedes tienen la edad correcta para ser llamados para el mover del Señor en Su recobro, que consiste en edificar Su iglesia.

II. SER CAPTURADOS Y OCUPADOS POR DIOS

[La meta de Satanás, el enemigo de Dios, es dañar y usurpar la humanidad. En 2 Timoteo 3:1-4 Pablo dice: “Pero debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero … aborrecedores del bien … amadores de los deleites más que de Dios”. Hoy en día, en toda la tierra, los jóvenes aman toda clase de deleites. Los deportes, las diversiones y el entretenimiento no son otra cosa que deleites.]

[Pablo le advirtió a Timoteo que estuviera consciente de que vendrían tiempos difíciles, cuando los hombres serían amadores de sí mismos. La historia nos dice que durante el tiempo de la caída del Imperio Romano, los romanos se amaban mucho a sí mismos. Ellos no se preocupaban por nadie, sino sólo por sí mismos. Desde luego, también eran amadores del dinero. El yo, el dinero y el placer siempre van juntos. Dondequiera que se exalta al yo, se ama el dinero y se buscan los placeres. Los hombres en tal condición están totalmente estropeados y ocupados por algo que no es Dios. Ellos son amadores de sí mismos, del dinero y de los placeres, pero no aman a Dios ni ninguna cosa buena.]

[Alabado sea el Señor porque en medio de esta situación de ruina, El ha visitado a muchos de nosotros. Muchos jóvenes de entre nosotros no sólo han sido capturados por Dios, sino también ocupados por El. Muchos aquí han sido “arruinados” por Dios. Satanás contamina a las personas, pero Dios las “arruina”. Satanás contamina a las personas inutilizándolas para el propósito de Dios, pero Dios las arruina haciéndolas inútiles para el propósito de Satanás, que se centra en amar el dinero y el placer. ¿Por qué tantos jóvenes asisten a las reuniones de la iglesia? ¿Por qué no van en busca de los deportes o del entretenimiento? Porque han sido arruinados. Hace más de sesenta años yo fui “arruinado” por Dios. Yo era un joven muy activo, ambicioso y algo listo. Sin embargo, un día Dios me inutilizó para cualquier otro propósito. Varias veces traté de volver a mi viejo camino, pero debido a que había sido arruinado, no pude lograrlo. Hemos sido capturados y ocupados por Dios.]

¿Por qué Dios nos “arruinó” y por qué El quiere también “arruinar” a algunos de nuestros amigos? Porque nos necesita para edificar Su iglesia. El necesita el material humano, personas que colaboren en la edificación de la iglesia.

III. PROPONER EN NUESTRO CORAZÓN NO CONTAMINARNOS

[Daniel fue llevado cautivo cuando aún era joven. El y sus tres amigos, quienes eran descendientes de Judá, fueron seleccionados para estar en el palacio del rey y ser allí instruidos. Poco después, ellos tuvieron que decidir si comerían o no de la carne sacrificada a los ídolos. Esa carne no era meramente comida, sino que tenía que ver con los demonios. Comerla no era algo insignificante. Así que, Daniel y sus tres amigos propusieron en su corazón no contaminarse, no tener parte alguna en ese elemento contaminante (Dn. 1:8).

Para Daniel y sus tres amigos, no comer de la comida del rey era su manera de protestar —de ser el testimonio de Dios—, en contra de la corriente de idolatría. Esto era sumamente importante a los ojos de Dios y también a los ojos del diablo. Se libraba una batalla espiritual. En tal situación, Daniel era uno que había sido capturado por Dios. Desde muy temprana edad, él fue llamado, capturado y totalmente ocupado por Dios. Finalmente, fue él quien propició que el pueblo de Israel regresara de su cautividad.]

[Los jóvenes de hoy también se encuentran en una condición de cautividad. El testimonio de Dios ha sido dañado, y las riquezas, los vasos, del testimonio de Dios han sido llevados cautivos. Todo lo relacionado con esta era contamina, incluyendo la religión y la sociedad con sus placeres. Hoy en día, todas las religiones practican cierta clase de idolatría; aunque dicen tener el nombre de Dios, en realidad adoran algo que no es Dios. Esto es idolatría. Dios necesita que algunos jóvenes se guarden de la contaminación de la adoración idólatra. Una vez que los jóvenes vean la condición de la religión actual, harán una resolución en su corazón, y dirán: “Señor, desde hoy, nunca me contaminaré con la religión. Me mantendré alejado de tal contaminación”. Huir de las pasiones juveniles es guardarse de ser contaminado.]

[No sigan la corriente de la era actual. En la época de Daniel, es posible que algunos jóvenes hubieran dicho: “¿Qué tiene de malo que comamos la carne ofrecida por el rey? Todo lo que Dios ha creado es limpio. A nosotros no nos importa si esta comida fue ofrecida o no a los ídolos. Nosotros simplemente sacaremos provecho de ello”. Estas palabras indican fracaso y derrota. Más bien, estos jóvenes debieran haber dicho: “Nunca seguiremos esta corriente. Nos mantendremos alejado de ella. Protestaremos en contra de la situación presente. Que otros coman, pero nosotros lo haremos”. Si los jóvenes toman una decisión como ésta en lo profundo de su corazón, Dios ciertamente los usará.]

[Los jóvenes tienen que huir de las pasiones juveniles, y también deben seguir la justicia, la fe, el amor y la paz (2 Ti. 2:22b). La justicia, la fe, el amor y la paz no son otra cosa que Cristo mismo. Seguir estas cosas es perseguir a Cristo en diferentes aspectos. Huyan de las pasiones juveniles, y sigan a Cristo como su justicia al relacionarse con otros, como su fe al relacionarse con Dios, como su amor al relacionarse los unos con otros y como su misma paz. Huir y seguir de esta manera indica que vivimos para el testimonio de Dios. Esta es una vida en la que anunciamos el evangelio a diario. Un andar diario que expresa justicia, fe, amor y paz constituye la mejor predicación del evangelio. Es la vida la que abre el camino para que el evangelio llegue a las personas.]

IV. NECESITAMOS TENER COMPAÑEROS

[Debemos llevar una vida en la que huimos de las pasiones juveniles y seguimos en pos de Cristo. Sin embargo, una vez que nos propongamos hacer esto, descubriremos que no somos capaz de hacerlo por nosotros mismos. La única manera de huir de las pasiones juveniles y seguir a Cristo, se halla al final de 2 Timoteo 2:22. Este versículo dice: “Huye de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón puro invocan al Señor”. Usted necesita a “los que de corazón puro invocan al Señor”. Por nuestra propia cuenta, somos incapaces. La clave es estar “con los que de corazón puro invocan al Señor”.]

[Los jóvenes deben tomar la decisión de buscar algunos compañeros. Daniel tenía tres amigos. En el Nuevo Testamento ninguno de los discípulos que seguían al Señor Jesús andaban solos. Todos eran enviados de dos en dos, es decir, todos tenían compañeros. Pedro y Andrés, y Jacobo y Juan, siempre se mencionan en pareja en los evangelios (Mt. 4:18, 21).]

[Si tenemos cuatro compañeros que nos sostengan en cada una de las cuatro direcciones, no caeremos, no importa cuán fuerte sea la tormenta que nos sobrevenga. Si estamos solos, lo más seguro es que el enemigo nos capture. Lo mejor es que los jóvenes de la escuela secundaria tengan cuatro o cinco compañeros. Los hermanos jóvenes deben ser compañeros unos de otros, y las hermanas jóvenes deben ser compañeras unas de otras.

Necesitamos compañeros no sólo porque somos muy débiles para sostenernos por nosotros mismos, sino también porque permanecemos demasiado tiempo en nuestro hombre natural. Según nuestra manera natural de ser, es muy difícil tener compañeros. Nos gusta el individualismo. El individualismo es algo que disfrutamos. Tal vez no nos importe cierto hermano o hermana porque no son como nosotros. Exigimos que los demás sean como nosotros. Pero pretender que los demás sean como nosotros es algo diabólico. Si amamos al Señor, seremos capaces de acercarnos a cualquier hermano o hermana joven, sin tener en cuenta cómo sean ellos. Puede ser que tengan un carácter lento o rápido, o que sean lerdos o listos, o como usted o completamente diferentes. Olvidémonos de todas estas diferencias; simplemente necesitamos tener compañeros. Si los jóvenes se agruparan de esta manera, Satanás será avergonzado. Este es un asunto crucial.

Si cinco estudiantes de escuela secundaria se unen, su escuela será “trastornada”. Si al comienzo son cinco solamente, después de poco tiempo —quizás en dos meses— serán por lo menos quince. La predicación del evangelio en su escuela será como un gran incendio. Asimismo, los jóvenes universitarios y los que ya están trabajando necesitan compañeros. Necesitan trabajar juntos, vivir juntos y andar juntos todos los días. Eclesiastés 4:12 dice: “Cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Si una persona tiene cuatro compañeros, los cinco serán como un cordón de cinco dobleces. Nada podrá romper dicho cordón. La predicación del evangelio de estos cinco será prevaleciente. Ellos subyugarán a la gente. El hecho de que ellos se unan, convencerá a los demás, y Satanás será avergonzado.

No elijan sus compañeros a la ligera. No escojan hoy a un hermano como compañero simplemente porque les cae bien, sólo para rechazarlo el día de mañana cuando les deje de caer bien. Siempre y cuando sea un hermano, deben aceptarlo. Esto los subyugará y los quebrantará. Necesitamos ser quebrantados. ¿Quién nos quebrantará? Las esposas son buenas para quebrantar, pero no confió en que las esposas quebrantarán completamente a los maridos. Los mejores “quebrantadores” son los hermanos y las hermanas de nuestro grupo.

Los jóvenes deben pedirle al Señor que les dé cuatro o cinco compañeros. Aun la gente del mundo dice que la unión hace la fuerza. Cuando estamos solos tal vez no nos atrevemos a hacer muchas cosas, pero cuando tenemos cuatro o cinco compañeros, somos capaces de hacer cualquier cosa.]

V. ORAR Y BUSCAR LA VERDAD CON NUESTROS COMPAÑEROS

¿Qué deben hacer ustedes cuando se reúnan con sus compañeros? Si hablan de cosas mundanas, se distraerán del Señor. Si se insultan unos a otros con palabras ofensivas, se destruirán y separarán. [Con sus compañeros deben invocar el nombre del Señor juntos (2 Ti. 2:22). Deben reunirse para tener comunión, orar-leer, orar y cuidar de los nuevos contactos. Los nuevos contactos que tenga un hermano, deben también ser los contactos del otro hermano. Así, un grupo de cinco santos jóvenes tendrán quince nuevos contactos bajo su cuidado. Todos los contactos serán salvos. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, vemos el principio de que los santos deben reunirse en grupos. Los jóvenes necesitan huir de las pasiones juveniles y seguir al Señor junto con otros jóvenes.]

Los jóvenes también necesitan orar. La oración fortalece su espíritu y hace que el Señor obre. La oración también les dará la dirección necesaria para saber cómo seguir adelante con el Señor. Pablo dijo en 1 Timoteo 2:1: “Exhorto ante todo, a que se hagan peticiones, oraciones, intercesiones y acciones de gracias, por todos los hombres”. Lo primero que debemos hacer es orar. Nos gusta mucho hablar, pero no nos gusta orar. Debemos desarrollar el hábito de orar. Daniel oraba tres veces al día arrodillándose delante de Dios. Esta era su costumbre. Así que, los jóvenes deben orar juntos para desarrollar este hábito santo. Pablo también les encargó a los creyentes que oraran sin cesar. Los jóvenes necesitan desarrollar el hábito espiritual de orar sin cesar. La mejor forma de desarrollar este hábito es orar cada vez que pensemos en alguien y cada vez que tengamos que hacer o decir algo. Si los jóvenes oran juntos, le darán al Señor la oportunidad de perfeccionarlos para la obra del ministerio, con miras a la edificación de la iglesia.

Los jóvenes deben estudiar acerca de [las cosas concernientes a Cristo y la iglesia. Cuando el grupo de jóvenes se reúna, un hermano quizás pregunte a los demás si alguien puede hablar acerca de la certeza de la salvación. Es posible que los jóvenes de la iglesia sepan invocar el nombre del Señor y hayan sido salvos. No obstante, puede ser que algunos no tengan la certeza de que son salvos. Tarde o temprano, ellos serán probados en esto. Por tanto, los jóvenes deben tener mucha comunión en los grupos sobre temas como la regeneración y la certeza de la salvación.

Tal vez la iglesia no haya dispuesto del tiempo necesario para enseñar acerca de estos temas. Es por eso que el conocimiento y la experiencia de los jóvenes son tan vagos. Por lo tanto, les toca a los jóvenes satisfacer estas necesidades en sus grupos. Si no lo hacen, en el futuro tendremos muchos santos entre nosotros, pero ninguno de ellos estará firmemente arraigado en los asuntos espirituales. Si cinco jóvenes no son capaces de hablar con claridad entre ellos acerca de la certeza de la salvación, ¿cómo podrán ayudar a otros? Unicamente podrán ayudarles a invocar el nombre del Señor. Por consiguiente, cuando los jóvenes se reúnan en grupos, deben ayudarse mutuamente a entender claramente las distintas experiencias de vida.]

[Es necesario echar un fundamento sólido al laborar con los jóvenes. Los jóvenes necesitan que se les enseñe en cuanto a la certeza de la salvación, la regeneración y la vida eterna. Si cada grupo estudia uno o dos puntos cada semana, en seis meses habrán abarcado treinta o cuarenta puntos básicos. Esto echará un buen fundamento. No es suficiente con reunirse y orar de una manera general; los jóvenes necesitan hacer algo más concreto, así como nosotros comemos algo específico y definido en cada comida.

No es tan difícil reunirse regularmente en grupos pequeños. Cada semana, después de la reunión, cinco jóvenes podrían ir a la casa de un hermano para tener comunión. Si tan sólo dedican quince minutos, esto les será de mucho provecho. Durante ese tiempo no deben tener comunión de una manera general, sino aprovechar el tiempo para abarcar dos o tres puntos específicos.]

CONCLUSIÓN

Esperamos que todos los jóvenes sientan la carga de edificar la iglesia. Para que participen en la edificación, necesitan ser cautivados y ocupados por Dios, proponer en su corazón no contaminarse y huir de las pasiones juveniles junto con sus compañeros. Los jóvenes necesitan compañeros con los cuales puedan tener comunión, orar, buscar al Señor en la Palabra y predicar el evangelio. De esta manera, el Señor preparará a los jóvenes para llevar adelante Su mover en Su recobro y para edificar Su iglesia.

Preguntas

  1. Nombre tres personas del Antiguo Testamento que fueron llamados por Dios en su juventud. Comente sobre sus circunstancias y la manera en que fueron llamados.
  2. Enumere cuatro cosas que los jóvenes deben hacer cuando se reúnan en grupos.
  3. ¿Puede citar de memoria 2 Timoteo 2:22? Comente acerca de este versículo.
  4. ¿Por qué Dios “arruina” a la gente? ¿Ha sido usted “arruinado” por el bien del propósito de Dios? Comente al respecto.

Pasajes citados

  1. Pláticas con los jóvenes (Lee/LSM), págs. 7-15, 27-28.

Referencias adicionales

  1. The Completing Ministry of Paul [El ministerio de Pablo: un ministerio que completó la revelación divina] (Lee/LSM), págs. 366-370.
  2. Life-study of Ephesians [Estudio-vida de Efesios] (Lee/LSM), págs. 161, 324.
  3. Pláticas con los jóvenes (Lee/LSM), págs. 30-34.
  4. A Living Sacrifice [Un sacrificio vivo] (Nee/CFP), págs. 67-82.