Watchman Nee Libro Book cap.17 Libro de lecciones nivel 2: El Dios triuno

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LA CRUCIFIXIÓN DE CRISTO (2)

Lección diecisiete

LA CRUCIFIXIÓN DE CRISTO (2)

Lectura bíblica

1 Co. 15:45b; Ro. 6:6; Ef. 2:14-16; Jn. 12:24; Col. 2:14-15.

Bosquejo

  1. El postrer Adán
  2. El pacificador
  3. El grano de trigo
  4. Una muerte todo-inclusiva

Texto

III. EL POSTRER ADÁN

En Primera de Corintios 15:45b dice que Cristo fue el postrer Adán. Cuando Dios creó a Adán, éste representaba a todo el linaje humano. Dios intentó cumplir Su propósito eterno por medio del linaje de Adán, pero Adán falló rotundamente, pues en vez de tomar a Dios dentro de sí, tomó a Satanás, por lo cual condujo a toda la humanidad a una condición caída. Luego, el hombre comenzó a expresar a Satanás en lugar de expresar a Dios. Por consiguiente, Dios desechó a este primer hombre Adán y junto con él a todo su linaje, lo cual nos incluye a todos nosotros. Dios efectuó esto mediante la muerte de Cristo en la cruz. Cristo fue el postrer Adán; “postrer” significa último y concluyente, lo cual indica que después de El no hubo otro Adán. Entonces, Dios inició un nuevo linaje, una nueva raza, de la cual Cristo es la Cabeza en resurrección.

Adán era la cabeza de la antigua creación; a él se le concedió señorear sobre todas las cosas creadas. Los cielos y la tierra fueron hechos para que él subsistiera, y Adán mismo fue creado para contener a Cristo. Sin embargo, Adán fracasó, y con él cayó toda la creación (Ro. 8:20-22). Sin Cristo, tanto el hombre como los cielos y la tierra serían vanos y sin propósito. A esta creación caída y vana es a lo que llamamos la “vieja creación”. Cuando Cristo murió como el postrer Adán, le dio fin a la vieja creación.

IV. EL PACIFICADOR

Cristo también murió como pacificador. Una de las consecuencias de la caída del hombre fue que la humanidad se dividió completamente. Dios quería que el hombre lo expresara en unidad, pero éste se dividió, formando muchas culturas, naciones y clases sociales. A menudo hay odio y contiendas entre distintos grupos, tales como los negros y los blancos, los alemanes y los franceses, los ricos y los pobres, etc. La lista es interminable. Probablemente la mayor separación que existe se da entre los judíos y los gentiles. Los judíos tienen muchas ordenanzas y reglamentos que los separan de otros pueblos. Con tantas diferencias, ¿cómo podríamos ser uno para expresar a Dios? Es imposible. Así que, Efesios 2:14-16 declara que Cristo en la cruz derribó la pared intermedia de separación, abolió todas las ordenanzas y dio muerte a la enemistad entre las diferentes personas, razas y naciones, incluso entre usted y su hermano o hermana. Cristo como pacificador clavó en la cruz todas nuestras diferencias.

En Cristo no hay más judío ni gentil, rico ni pobre, negro ni blanco (Gá. 3:28; Col. 3:11). La cruz acabó con todas estas diferencias. Por lo tanto, si dichas diferencias aún nos molestan, se debe a que no hemos experimentado cabalmente la crucifixión de Cristo. La gente habla mucho acerca de poner fin a las guerras y los prejuicios, pero sin la cruz esto es imposible. Si usted tiene un altercado con alguien, la mejor manera de dar fin a dicha contienda es que ambas partes mueran. Esto puede parecerle extraño, pero es la verdad. Sólo cuando ambos tomen la cruz del Señor habrá completa paz, entonces ¡toda contienda terminará! Cuando Cristo murió como pacificador, El crucificó al mundo entero, de modo que todos morimos juntamente con Cristo. Esta es la razón por la que hoy en las iglesias podemos recibir a personas de toda raza, cultura y clase social. Este es un testimonio glorioso de lo que el Señor Jesús logró en la cruz; sólo mediante la cruz podemos experimentar la unidad genuina. Esta unidad se hace real únicamente en el Espíritu. Por lo tanto, cada vez que tenemos problemas con alguien debemos volvernos a nuestro espíritu y permitir que la cruz nos dé fin.

V. EL GRANO DE TRIGO

Los primeros cuatro aspectos de la muerte de Cristo se relacionan con problemas, tales como los pecados y Satanás. Por el lado positivo, Cristo murió como grano de trigo. En Juan 12:24 Jesús se describió a Sí mismo como un grano de trigo cuando dijo: “Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. Cuando se siembra una semilla en la tierra, en cierto sentido la semilla muere al ser sepultada, pero ¿qué pasa después? ¡La vida brota! y la semilla lleva fruto, el cual produce más semillas.

La vida de un grano de trigo se encuentra escondida dentro de la cáscara. Cuando el grano cae en tierra, la cáscara se rompe, y la vida que se halla en su interior es liberada. De igual manera, la vida divina de Cristo estaba contenida y escondida en su “cáscara”, es decir, en Su cuerpo. Pero Su muerte en la cruz quebró aquella cáscara a fin de que Su vida divina fuera liberada. ¡Su vida fue liberada para entrar en nosotros! Anteriormente El era el único Dios-hombre, pues había un solo grano. Pero por medio de Su muerte, El liberó Su vida. Cuando creímos y clamamos al Señor Jesús, El entró en nosotros, y de esta manera llegamos a ser Su multiplicación, es decir, ¡los muchos granos! Llegamos a ser los muchos Dios-hombres, iguales a El. Ahora podemos expresar a Dios en nuestra humanidad, tal como El lo hizo en la Suya. ¡Esto es maravilloso!

VI. UNA MUERTE TODO-INCLUSIVA

La crucifixión del Señor no fue un evento insignificante ni simple. Por el contrario, Su muerte fue todo-inclusiva. Cuando Cristo murió, llevó a cabo una obra mucho mayor que la creación misma. Su cruz se convirtió en el centro de todo el universo, ya que por medio de ella ¡Dios limpió todo lo negativo y liberó Su vida divina! Aquel que estaba en la cruz no era cualquier hombre. ¡Era el Cristo! quien murió como el Cordero de Dios para quitar nuestros pecados y liberarnos del juicio divino. Además, El murió como la serpiente de bronce para aplastar la cabeza de Satanás, crucificar nuestra naturaleza serpentina y destruir al mundo. También murió como el postrer Adán para dar fin al linaje de Adán y a la vieja creación. Asimismo, murió como el pacificador a fin de anular todas las diferencias entre los hombres y hacer la paz. Finalmente, murió como el grano de trigo para liberar Su maravillosa vida e impartirla en nuestro ser.

Si nosotros hubiéramos presenciado la crucifixión del Señor observándola con ojos “espirituales”, habríamos sido testigos de una escena maravillosa. Dios mismo estaba allí cumpliendo Su propósito eterno, y Satanás con todos los poderes del infierno se encontraban también allí, luchando por frustrar el plan de Dios. ¡Qué batalla tan tremenda debió ser ésta! Pero Cristo triunfó, despojando y avergonzando públicamente a las potestades malignas (Col. 2:14-15). Todo lo negativo del universo fue clavado en la cruz, y la vida divina fue liberada. ¡Aleluya por la obra de Cristo en la cruz!

Preguntas

  1. Explique el significado y la importancia del hecho que Cristo sea el postrer Adán.
  2. ¿Qué nos revela Efesios 2:14-16 acerca de Cristo como pacificador?
  3. ¿Por qué Cristo usó la muerte de un grano de trigo para ejemplificar Su muerte?

Referencias adicionales

  1. Life-study of First Corinthians [Estudio-vida de Primera de Corintios] (Lee/LSM), págs. 613-614.
  2. The Kernel of the Bible [El pensamiento central de la Biblia] (Lee/LSM), pág. 124.
  3. The Spirit and the Body [El Espíritu y el Cuerpo] (Lee/LSM), págs. 20-21.
  4. Life-study of Ephesians [Estudio-vida de Efesios] (Lee/LSM), págs. 721-724, 728-729.
  5. Stream Magazine Book Two [Revista El manantial, libro dos] (Lee/LSM), págs. 1600-1601.
  6. Estudio-vida de Juan (Lee/LSM), págs. 341-343, 547.
  7. Life-study of Colossians [Estudio-vida de Colosenses] (Lee/LSM), pág. 190.
  8. Estudio-vida de Marcos (Lee/LSM), págs. 417-421, 426-427.
  9. La economía de Dios (Lee/LSM), págs. 135-136.