Watchman Nee Libro Book cap.14 Libro de lecciones nivel 2: El Dios triuno

Watchman Nee Libro Book cap.14 Libro de lecciones nivel 2: El Dios triuno

LA ENCARNACIÓN DE CRISTO

Lección catorce

LA ENCARNACIÓN DE CRISTO

Lectura bíblica

Mt. 1:20-23; Lc 1:32, 35; 2:21-24; Mt. 1:1; 9:6; Ro. 8:3; 2 Co. 5:21; He. 4:15; Col. 2:9; Jn. 1:1, 14.

Bosquejo

  1. Como Dios:
    1. Cristo es Dios encarnado
    2. Cristo es el Hijo de Dios
  2. Como hombre:
    1. Cristo es un hombre
    2. Cristo es el Hijo del Hombre
    3. Cristo se hizo carne, pero sin pecado
  3. Cristo es la mezcla de Dios con el hombre

Texto

La encarnación fue el primer paso importante que Cristo dio para cumplir el propósito de Dios. Cuando decimos que Dios se encarnó queremos decir que El se hizo hombre, es decir, que participó de carne y sangre. Este fue un evento crucial, el más importante de la historia humana. El Dios Todopoderoso, quien existía desde la eternidad, vino a ser un humilde hombre en el tiempo. Cristo no hizo esto sólo para ser nuestro Salvador, sino también para introducir a Dios en el hombre, esto es, para introducir lo divino en lo humano. Mientras más contemple la encarnación de Cristo, más se maravillará. ¡Aquel niño nacido en Belén era el Dios de todo el universo! Comprender adecuadamente la encarnación de Cristo es el primer requisito crucial para entender la persona y la obra de Cristo.

I. COMO DIOS:

A. Cristo es Dios encarnado

El relato de la concepción y el nacimiento de Cristo en Mateo y Lucas muestra claramente que El es Dios. Mateo 1:20-23 dice: “Mientras consideraba esto, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo engendrado en ella, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás Su nombre Jesús, porque El salvará a Su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen estará encinta y dará a luz un hijo, y llamarán Su nombre Emanuel (que traducido es: Dios con nosotros)”.

En este pasaje se encuentran tres puntos principales que demuestran claramente que nuestro Señor Jesús es Dios:

1) El nació mediante la fecundación realizada por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es Dios mismo. Por lo tanto, ya que Jesús nació por la fecundación del Espíritu Santo, podemos decir que El es el propio Dios encarnado. El Espíritu Santo vino a María y como resultado de ello Jesús el Hijo fue engendrado. Dios era la esencia misma de Jesús. Esto concuerda con Juan 1:1 y 14 donde dice que El es Dios hecho carne.

2) Dios dispuso que el nombre de aquel niño fuera Jesús. El nombre “Jesús” en griego equivale a “Josué” en hebreo (Nm. 13:16; He. 4:8), que significa “Jehová el Salvador”. Esto indica que Jesús es Jehová Dios quien llegó a ser nuestro Salvador. Por lo tanto, El es Dios mismo. En el Antiguo Testamento El era únicamente Jehová. Pero ¡alabado sea el Señor que por medio de la encarnación El llegó a ser Jesús, que significa Jehová nuestro Salvador!

3) Dios no sólo ordenó que Su nombre fuera Jesús, sino que también dispuso que los hombres lo llamaran “Emanuel”, que significa “Dios con nosotros”. Esto también muestra que El es Dios. Aquel que se hizo carne y vivió entre los hombres, es Dios con los hombres.

B. Cristo es el Hijo de Dios

Antes de que Jesús fuera concebido, Dios envió al ángel Gabriel, quien declaró: “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo … lo santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (Lc. 1:32, 35). En los Evangelios Jesús es llamado el Hijo de Dios (Mt. 3:17; 14:33; 16:16; 27:54; Jn. 1:34, 49). Este título muestra que el Señor es divino y que es igual a Dios (Jn. 5:17-18). Basados en estas declaraciones no debe quedarnos la menor duda de que Cristo es Dios mismo encarnado.

II. COMO HOMBRE

A. Cristo es un hombre

Otro aspecto de la encarnación del Señor es que ésta se efectuó por medio de una virgen humana llamada María, lo cual proveyó a Jesús la esencia humana, es decir, que El era cien por ciento hombre. El era Dios mismo hecho hombre; pero no se convirtió en hombre repentinamente, sino que permaneció en el vientre de la mujer como cualquier otro bebé. ¡Imagínese esto! ¡Dios estuvo confinado en el vientre de una mujer durante nueve meses! Después de esto, nació y fue criado como cualquier otro niño judío (Lc. 2:21-24). Todo ello se llevó a cabo conforme a la manera humana usual; esto es una prueba indiscutible de que Dios se hizo hombre.

B. Cristo es el Hijo del Hombre

Aunque era el Hijo de Dios, muchas veces Jesús se llamó a Sí Mismo “el Hijo del Hombre” (Mt. 8:20; 9:6; 26:64; Jn. 1:51; 3:13; 6:27). El capítulo uno de Mateo muestra la genealogía o árbol genealógico de Jesucristo. El es el hijo de Abraham y el hijo de David (Mt. 1:1). Por consiguiente, Jesús era un hombre genuino.

C. Cristo se hizo carne, pero sin pecado

Aunque el Señor se hizo carne, El no tenía pecado. Cristo fue hecho “semejante a la carne de pecado” (Ro. 8:3), pero no participó del pecado en la carne. Todos los descendientes de Adán han heredado la naturaleza pecaminosa (Ro. 5:12, 19); en Adán todos nacemos en pecado. Por ello, es un hecho histórico muy importante que el Señor naciera de una virgen. Aunque El tenía la semejanza de Adán, no heredó la naturaleza pecaminosa. En otras palabras, El no nació en Adán; más bien, fue concebido del Espíritu Santo en la virgen María. Como veremos en otra lección, fue necesario que Cristo no conociera pecado (2 Co. 5:21) y que viviera sin pecado (He. 4:15), para que así pudiera realizar la redención.

III. CRISTO ES LA MEZCLA DE DIOS CON EL HOMBRE

La encarnación de Jesús representa mucho más que el nacimiento de un Salvador. Después de cuatro mil años de haber creado a Adán, Dios seguía siendo sólo Dios y el hombre seguía siendo simplemente hombre. Ciertamente el hombre se relacionaba con Dios, y en ocasiones también Dios establecía contacto con el hombre; sin embargo, ambos permanecían separados. Pero cuando Cristo nació como hombre, un evento único y maravilloso sucedió: Dios se introdujo en el hombre, iniciando así la mezcla de lo divino con lo humano. Jesús era tanto Dios como hombre; El era un Dios-hombre.

Debido a que fue concebido del Espíritu Santo, Jesús poseía la esencia divina; y ya que fue concebido de una virgen humana, El tenía también la esencia humana. Por consiguiente, El era una Persona con dos esencias: la esencia divina mezclada con la humana. Es inconcebible para nuestra mente natural que el Dios Todopoderoso un día se mezclara con el hombre. Pero recuerde cuál es el propósito eterno de Dios: entrar en el hombre para que éste le exprese plenamente; esto sencillamente es una mezcla. Si Adán hubiera comido del árbol de la vida se habría convertido en un Dios-hombre, es decir, un hombre en completa unión con Dios. No habría sido solamente un buen hombre, sino un Dios-hombre. Pero aunque Adán fracasó, Cristo por medio de Su encarnación llegó a ser el primer hombre mezclado con Dios. ¡Alabado sea el Señor! El Señor Jesús era el Dios Triuno corporificado en un hombre. En El habitaba corporalmente toda la plenitud de la Deidad (Col. 2:9).

“En el principio era el Verbo … y el Verbo era Dios … y el Verbo se hizo carne” (Jn. 1:1, 14). Nunca en la historia del universo había sucedido tal cosa. Es muy impresionante el enorme significado de la encarnación. Esto fue un evento tan grande, que causó que un ejército numeroso de ángeles entusiasmados prorrumpiera desde el cielo con alabanzas a Dios (Lc. 2:8-14). Cuatro mil años después de la caída del hombre, Dios vino y se hizo hombre en Jesús, cuyo nombre significa Jehová nuestro Salvador, y en Emanuel, que quiere decir Dios con nosotros. ¡Aleluya! ¡Dios con nosotros! La encarnación de Cristo inspiró a Carlos Wesley a escribir un himno maravilloso, cuyas primeras dos estrofas dicen lo siguiente:

  1. Escuchad en alta esfera:
        “Gloria al Dios de Israel”.
    Gracia y paz trae a la tierra
        El recién nacido Rey.
    Dios en paz con pecadores,
        Gozo excelso a las naciones,
    //Proclamad a una voz:
        “Cristo en Belén nació”.//

  2. Cristo en gloria adorado,
        El Ungido celestial,
    Vino al cumplirse el tiempo
        Desde un vientre virginal.
    ¡Ved la Deidad tan querida
        En la carne escondida!
    //Vino al hombre un Hombre fiel
        Cuyo nombre es Emanuel.//

(Himno #49)

Ahora Dios no es solamente Dios, sino que es Dios en el hombre. El se introdujo en el hombre y mezcló lo divino con lo humano. ¡Qué maravillosa encarnación!

Preguntas

  1. ¿Qué versículos comprueban que Jesús fue engendrado del Espíritu Santo?
  2. ¿Qué denota el título “el Hijo de Dios”?
  3. ¿Qué revela el título “el Hijo del Hombre”?
  4. ¿Por qué es tan importante que Cristo participara de carne y sangre, pero sin pecado?

Referencias adicionales

  1. Estudio-vida de Juan (Lee/LSM), págs. 33-34.
  2. Estudio-vida de Romanos (Lee/LSM), pág. 200.
  3. Christ as the Reality [Cristo la realidad] (Lee/LSM), págs. 40-41, 43-44.
  4. Life-study of Second Corinthians [Estudio-vida de Segunda de Corintios] (Lee/LSM), págs. 334-335.
  5. The Four Major Steps of Christ [Los cuatro pasos principales que Cristo efectuó] (Lee/LSM), pág. 6.
  6. Estudio-vida de Lucas (Lee/LSM), págs. 5-6.