Watchman Nee Libro Book cap.12 Los asuntos de la iglesia

Watchman Nee Libro Book cap.12 Los asuntos de la iglesia

LA CUESTIÓN DE LAS FINANZAS

CAPÍTULO DOCE

LA CUESTIÓN DE LAS FINANZAS

Ahora deseamos hablar acerca de las clases de arreglos que debemos tener en nuestro medio en la cuestión de las finanzas. Por un lado, ¿cómo distribuimos los ingresos de la iglesia? Por otro, ¿qué relación debe haber entre los colaboradores?

LA DISTRIBUCIÓN DEL DINERO EN UNA IGLESIA LOCAL

1. Los gastos normales

Acerca de la cuestión del dinero, creo que quedará claro si lo digo de esta manera: los ingresos de la iglesia local son primero, por supuesto, para los gastos locales. Una localidad no debe tener deudas. En la iglesia local hay muchos gastos. En primer lugar se tiene los gastos normales de la iglesia, tales como el vino, el pan, la electricidad, el agua, y en algunos lugares, la renta.

2. El cuidado de los pobres

En segundo lugar, hay ciertas cosas a las que las iglesias locales deben dedicar más esfuerzos. En la iglesia, Dios pone énfasis especial en que Sus hijos cuiden de los menesterosos, especialmente los hermanos que están en necesidad. Por lo tanto, en la iglesia local existe la gran necesidad de cuidar de los hermanos que tienen escasez.

Pero, cuando ustedes cuidan de los hermanos necesitados, deben hacerlo con mucha cautela. No pueden decir que ya que hay hermanos pobres pueden ser descorteces con ellos. Cuando los hermanos les mandan dinero a ellos, no deben hacerlos sentir avergonzados porque son pobres. Si ustedes tienen padres de edad avanzada, se espera que la manera en que ustedes les envíen dinero cada vez sea la manera en que ustedes cuidan de los pobres. Debe ser igual que si le estuviesen enviando dinero a sus padres ancianos. Seguramente ustedes no deben hacer que sus padres sientan que su hijo les tiene lástima, o que su hijo les está dando por caridad para sacarlos de sus dificultades. No deben hacerlo de esta forma. En la iglesia, cuando estén manejando el dinero para cuidar de los necesitados, deben tener mucha destreza. En cada iglesia los hermanos y hermanas que entregan el dinero deben ser personas muy sensibles; ustedes no pueden enviar personas insensibles. Los hermanos necesitados no pueden evitar recibir el dinero de ustedes, pero tampoco pueden evitar el ser heridos por ustedes. Por lo tanto, se necesita enviar gente con sentimientos muy impresionables. Nunca permitan que nadie los hiera a ellos.

Por ejemplo, supongan que un hermano se cae y se hiere, y ustedes tienen que cargarlo hasta su cama. Ustedes no enviarían a los torpes, a los insensibles para que lo cargaran. Tal vez cierto hueso no se le haya roto, pero debido a que uno es torpe, se le rompe ese hueso. Me parece que en muchos lugares, los hermanos que manejan el dinero, son muy insensibles en sus sentimientos. No estoy nada contento con esta situación. Tarde o temprano, esa gente podría caer en una situación de gran pobreza delante de Dios; sin lugar a dudas Dios pondrá una disciplina sobre ellos. ¿Cómo pueden ser ellos completamente insensibles? Cuando un hermano o hermana está en dificultades, ustedes necesitan ser muy tiernos al ayudarlos. En cada localidad, con respecto a la cuestión de dinero, una parte es para los gastos de la iglesia, y otra es para cuidar de las necesidades de los hermanos. Ustedes necesitan seleccionar a un hermano que es especialmente gentil, cuyos sentimientos sean especialmente agudos, uno que pueda percibir la situación con sólo oír una palabra. A tal persona se le debe pedir que cuide de estos asuntos. Si no es así, surgirán problemas. Ustedes necesitan ser muy tiernos, muy finos, muy cuidadosos. No deben permitir que estos hermanos sientan que se les está dando una limosna.

Déjenme que les cuente un incidente. Aquí en Kuling, hay varios términos que son bastante peculiares. Por ejemplo, cuando quieren decir “intentar” o “planear” usan el término “continuar”. De la misma manera, ayudar a alguien es el “favorecerlos”. No importa qué es lo que usen para ayudar a la gente, ellos dicen que es para “favorecerlos”. Hace más de un mes, cuando estaba bajando de la montaña, algunos de los que me llevaban en la silla de manos me dijeron: “Señor Nee, yo verdaderamente lo favorezco, yo lo favorezco”. Dije: “¿Qué quiere decir?” Me dijo: “Cada vez que nos llama, siempre respondemos rápidamente, porque verdaderamente lo favorecemos”. Espero que al ayudar a los necesitados, no lo hagamos en la manera de hacerles un favor. Esto es feo. Cuando vayan a ayudarlos, nunca den la impresión de que les están haciendo un favor. Cuando un creyente está pasando por un tiempo de dificultad, ustedes deben preservar su respeto propio y su dignidad. Ustedes no saben cuándo estarán en la misma situación. Nunca hagan nada que lo hiera. Esto tiene que ser manejado muy delicadamente.

3. El cuidado de las necesidades de los hermanos responsables

En tercer lugar, hay otra cosa que la iglesia local puede hacer. Si un hermano local responsable dedica todo su tiempo a los asuntos de la iglesia, y hace que su propio trabajo o negocio sufra, la iglesia debería de darle ayuda económica de una manera muy cuidadosa. Ustedes son conscientes de que hay muchos hermanos en la iglesia local, especialmente hermanos responsables, que, debido a que están ocupados con muchos asuntos de la iglesia, son incapaces de seguir con sus negocios y pierden su fuente de ingresos. Debido a que están ocupados con la iglesia, ellos ponen su trabajo a un lado. Esta es la situación mencionada en el libro de Timoteo, donde algunos son dignos de doble honor. No debería solamente mandar dinero a los hermanos que son obreros, excluyendo a los hermanos responsables. Que un hermano responsable utilice todo su tiempo en la iglesia en su localidad, y sufra por eso, no está bien. La iglesia local debe aprender a ocuparse de las necesidades de los hermanos responsables.

4. El envío de ayuda financiera a otras iglesias locales para sus gastos

Además, una iglesia local también puede enviar dinero a otras iglesias locales para que éstas lo usen. Es posible que muchas iglesias locales tengan dificultades. A veces, hay infortunios particulares como el caso del envío de dinero a Jerusalén de parte de Antioquía. Cuando los hermanos en Jerusalén tuvieron dificultades, los hermanos en Antioquía enviaron dinero a Jerusalén. Esto es algo que también la iglesia local debe hacer. Puede ser que nos enteremos de situaciones especiales de la iglesia en cierta localidad, y por tanto les enviamos dinero. La suministración mutua entre las iglesias es una cosa importante. Recuerden que al comienzo en Jerusalén, muchos hermanos y hermanas vendieron sus tierras y sus casas. Durante el tiempo de la escasez, Antioquía envió dinero por manos de Bernabé y Pablo. Me alegra ver que los ancianos en Antioquía no preguntaron: “¿Será que ya han gastado todo el dinero? ¿No les habrá quedado a los apóstoles algo de aquellas ventas?” Esto no fue algo que hicieron las otras iglesias. Lo que se hizo en Hechos fue algo muy bueno. Antioquía se levantó y envió a hermanos para que llevasen dinero a Jerusalén a fin de suplir la necesidad que había en Jerusalén. Fue en este momento que Bernabé vino de Jerusalén a Antioquía con el propósito de ayudar a Antioquía, y Antioquía le pidió a Bernabé que llevara el dinero y que fuera y ayudara a Jerusalén. Esto es algo muy agradable.

5. Dando para los obreros individuales

Hay otra cuestión, y es que cuando una iglesia local recibe ingresos, debería darse dinero a los obreros individuales. Esto es lo que Filipos hizo con Pablo. Durante el tiempo que Pablo estuvo trabajando en la región de Macedonia, y después en Europa, en Tesalónica, la iglesia en Filipos una y otra vez envió dinero para los gastos de Pablo. Cuando leemos el libro de Filipenses, sabemos que cuando Pablo estaba en Macedonia y Tesalónica, todo su dinero vino de Filipos. De otra manera la obra no habría podido seguir adelante. Por lo tanto, deberían ustedes guiar a los hermanos en todas partes a que vean esto, y deberían guiarlos a que aprendan a dar dinero a todos los hermanos que están en la obra. La iglesia en Corinto era una iglesia en decadencia; su condición espiritual delante de Dios era pobre. Con respecto a la suministración para Pablo, solamente lo criticaron; no le dieron nada. Ellos no le dieron a Pablo nada más que críticas. Por lo tanto, creo que las iglesias en las varias localidades deben prestar atención a cómo dar dinero a los que sirven al Señor. Las iglesias deben prestar atención al aspecto de dar a individuos.

6. Dando para la obra en la región

Quiero que los hermanos y hermanas prestan atención aun a otra necesidad. El dinero de todas las iglesias locales debe ser enviado no sólo a los obreros individuales, sino también para la obra en toda la región. Si no nos equivocamos, la exhortación que Pablo les dio a los corintios fue que él esperaba que ellos preparasen el dinero que había de ser enviado a Jerusalén. En ese tiempo, no hubo solamente una iglesia que envió dinero a Jerusalén; las iglesias en Galacia también enviaron dinero. Galacia era una provincia, y había muchas iglesias allí. Pablo exhortó a la iglesia en Corinto a que recogiesen su dinero y lo enviasen inmediatamente a Jerusalén de la misma forma que las iglesias en Galacia lo habían hecho. En ese tiempo, no sólo Jerusalén estaba pasando hambre, también Judea lo estaba. Así que el dinero enviado a Jerusalén era no solamente para la iglesia local en Jerusalén sino también para Judea, la región representada por Jerusalén. El dinero era enviado a Jerusalén, para que Jerusalén pudiese enviarlo a toda Judea. Hay un principio aquí. El dinero puede ser dado a una iglesia local para que ésta lo use. Por ejemplo, si Foochow está en dificultades, podemos dar dinero a la iglesia en Foochow. Si Wenchow tiene problemas, podemos enviar dinero a la iglesia local en Wenchow. Sin embargo, si esa región tiene dificultades, ese dinero no va a ser dado a la localidad de Foochow, sino que de Foochow será requerido que se hagan arreglos para la distribución a los hermanos y hermanas en toda la región. Por tanto, ustedes deben mostrar a las iglesias que con respecto a la obra entre las iglesias, existe este asunto de la región. Si una iglesia dentro de una región está teniendo dificultades, los hermanos deben aprender a dar.

Aun durante tiempos normales cuando las iglesias no están en dificultades, con tantos colaboradores en una región, todos deberían aprender delante de Dios a prestar atención a las necesidades de todos los colaboradores de la región. Por lo tanto, las iglesias locales necesitan aprender a enviar el dinero a los colaboradores de la región para que ellos la puedan distribuir entre los colaboradores en esa región.

No sé si entienden claramente que éstas son las cosas que una iglesia local debe hacer en cuanto al dinero. Lo que han recibido, tienen que usarlo para gastos locales, para hermanos necesitados, para los hermanos responsables, para los hermanos en la obra en otras ciudades, para las necesidades de otras iglesias, y para la región.

LA RELACIÓN ENTRE LOS COLABORADORES

1. La necesidad de que los que están en la delantera cuiden de los colaboradores

Yo deseo especialmente mencionar otro punto. Hay personas como Pablo que toman suficiente responsabilidad pero que no son de una localidad en particular. Timoteo, Tito, Silas y Lucas, eran conocidos en las iglesias solamente en los tiempos posteriores, pero no al comienzo. Todos aquellos que están en la posición de Pablo deben aprender el principio de “estas manos han ministrado a mis necesidades y a los que están conmigo”. Ningún hermano puede ser un líder en la obra y sin embargo en los asuntos monetarios ser un avaro. Conozco en China a dos o tres hermanos que en el comienzo eran muy útiles en las manos de Dios, y sin embargo, ellos no pueden ser considerados como líderes entre los hermanos en la cuestión de dinero. Ellos eran solamente capaces de recibir. Ellos eran capaces solamente de vivir por fe, pero no sabían cómo dar por fe. Por lo tanto, delante del Señor, ellos no tenían la manera de guiar a otros siervos del Señor a seguir adelante. También conocí a una hermana que tenía un profundo conocimiento de Dios. Ella era también muy piadosa, y podía guiar a la gente, pero no tenía la fe de proveer para otros. Todos aquellos que están aprendiendo a ser como Pablo, pueden no haber llegado al nivel de Pablo, pero si sus nombres son especialmente conocidos a las iglesias, ellos deben cuidar de aquellos cuyos nombres no son conocidos en las iglesias. Ustedes necesitan saber que sus ingresos no son solamente para ustedes, sino para todos aquellos que están con ustedes. Si uno guarda los ingresos para sí mismo, el tiempo vendrá cuando será manifiesto como indigno de guiar a sus colaboradores. Si éste hace que los colaboradores jóvenes reciban menos dinero que él, ¿qué es lo que van a hacer ellos? Esto es claramente un fracaso de los que están en la posición que tenía Pablo.

Por lo tanto, todos los que son líderes entre los colaboradores en las diferentes localidades y que son conocidos en las iglesias, deben tener el hábito de dar, especialmente dar a los que están con ellos. Ustedes tienen que ver que la suministración del Señor para usted no es para usted personalmente, sino también para sus colaboradores. Si el dinero está asegurado firmemente en sus manos, tarde o temprano usted será puesto fuera de su trabajo. Los donativos que Dios le ha dado, no pueden reemplazar los donativos que usted da a otros. Si usted es necio, pensará que ya que Dios le ha dado a usted, ahora usted puede servir a la iglesia. Esto es una equivocación. Usted necesita dar a otros; entonces sí puede servir a la iglesia. Por lo tanto, espero que los hermanos que son como Pablo, aprendan a dar a otros hermanos, para que así puedan tener una vida apropiada. Los hermanos de edad avanzada en cada localidad también deben aprender a dar a sus colaboradores de las ofrendas que ellos reciben. No cuiden solamente de sus propias necesidades, sino también las de sus colaboradores.

2. La distribución según la necesidad de cada uno

¿Cómo debería un hermano que está en el liderazgo distribuir el dinero a sus colaboradores? Supónganse que un hermano tiene ocho o diez colaboradores en Cantón. ¿Cómo debería distribuir el dinero a ellos? Yo pienso que el principio en la Biblia es dar según las necesidades de cada uno, y no según el don de cada uno. Muchas veces los hermanos en la iglesia dan dinero a un hermano debido a su don en la obra. A un hermano útil en la obra no se le debe dar según su don; hay que mantenerlo según su necesidad. Los hermanos pueden estar errados, pero ustedes no deben estar errados, ya que ustedes son líderes en la obra. Por lo tanto, deberían saber más que ellos.

Por esta razón, en tiempos normales, esos hermanos que toman la responsabilidad en la obra, deben hacer una lista de los hermanos que sirven en la obra de su área. Esto no quiere decir que ustedes tienen algo formal, sino más bien que ustedes los hermanos responsables deben saber cuántos hay. Necesitan tener una lista de nombres, incluyendo el número de sus niños, y cuántos de ellos están en la escuela. Hay una diferencia entre alguien que es soltero y alguien que tiene niños. Ustedes no pueden hacer arreglos en forma improvisada. Ustedes saben que las cargas de algunos hermanos son livianas, las de otros son pesadas, y las de otros hermanos son muy pesadas. Si ustedes tienen tal lista en sus manos, entonces, cuando el dinero sea puesto en sus manos para la obra en su región, sabrá cómo mantenerlos según la necesidad de ellos. Esto no quiere decir que hay algo formal entre nosotros. Pero los hermanos responsables deben aprender a saber cuántos hermanos están en la obra en su región, y cuán grandes son las necesidades de ellos. Cuando el dinero llega a sus manos, ustedes los distribuirán según su propia necesidad y las de ellos.

Una vez, en Foochow, ayudé a un hermano a recopilar una lista de los colaboradores de esa región. En Shanghái también ayudé a un hermano a hacer esto. Mi punto es que al hacer esto, las necesidades de muchos hermanos pueden ser satisfechas.

3. Ellos necesitan acudir a Dios y nosotros no debemos llevar la responsabilidad de nadie

Sin embargo, si el Señor no envía el dinero, ellos de todos modos tienen que recurrir a Dios. Nosotros no podemos llevar la responsabilidad de nadie. Nadie se responsabiliza de nosotros, ni nosotros podemos responsabilizarnos de ellos. Pero, cuando hay dinero que distribuir, no se distribuye según el ministerio de cada uno, sino según las necesidades de cada uno. De esta manera, el satisfacer las necesidades de cada colaborador será equitativo. No podemos darles donativos a ellos en una forma oficial; ellos mismos tienen que aprender a recurrir a Dios. Otras iglesias u otros hermanos de diferentes localidades pueden darles donativos a ellos por su propia cuenta. Cuando ustedes tienen excedente, pueden distribuírselo a aquellos que están con ustedes en esa región. Cuando hay ingresos en su región, ustedes pueden distribuirlos según la necesidad. Espero que podamos cuidar de los asuntos pecuniarios adecuadamente entre nosotros. Dios recibirá la gloria en este asunto.

PREGUNTAS

1. La manera práctica de distribuir

Pregunta: ¿Cómo debemos distribuir el dinero en la iglesia local que está en el centro para la obra? Allí se tiene ancianos y colaboradores, y algunos ancianos necesitan estar incluidos en la distribución. ¿Cómo debe ser llevada a cabo la distribución en forma práctica?

Los arreglos son necesarios

Respuesta: Es asunto del arreglo que ya hemos mencionado anteriormente. Aunque no es algo formal, tienen que tomarse algunas decisiones. Si es que hay una necesidad adicional, ustedes deben acudir a Dios. ¿Por qué ayudé a los hermanos en Foochow y Shanghái a hacer sus arreglos? Porque es más conveniente para nosotros llevar esta responsabilidad. Aunque no tenía tiempo, de todos modos lo hice, porque era más conveniente que yo lo haga. Naturalmente, si ellos lo hubieran hecho, habrían sentido que era muy incómodo.

Después de los gastos y donativos, el resto es enviado a otras localidades

En la distribución del dinero en una iglesia local siempre debe considerarse primero los gastos locales. Cantón, por ejemplo, podría recibir mil dolares al mes. La primera responsabilidad de la iglesia local es cuidar de los gastos locales y de los hermanos necesitados. Las necesidades de los ancianos pueden ser contadas con las de los colaboradores. Al mismo tiempo, según el principio, el dinero que recibe una iglesia local debe ser enviado a otras localidades.

Esto se debe a que apenas una iglesia local guarda el dinero para su propio uso, muchos problemas surgen y muchos principios impropios son introducidos. En el futuro, es posible que dificultades de esta índole surjan entre nosotros, aunque no quiero decir que esto puede ocurrir hoy día. Ustedes deben acordarse de la situación que se dio en Roma. En Roma la situación llegó a ser tal, que los apóstoles romanos iban solamente a las localidades donde habría ingresos; si no había ingresos, no iban allí. En ese tiempo, la situación en Roma se había desarrollado hasta este punto. En Inglaterra, cada vez que un pastor va a un lugar para ser pastor o sobreveedor, dice: “Soy llamado” a cierto lugar. Increíblemente, muchos son llamados a los lugares prósperos, pero nadie es llamado a los lugares pobres. Se puede ver que todo lo del mundo va detrás de ellos. Esto es muy feo y no es espiritual en absoluto. Todo pensamiento mundano y todo pensamiento de dinero se han introducido en la iglesia.

He considerado mucho este asunto delante de Dios. Pueden ver que en el comienzo en Antioquía, Pablo era uno que llevaba dinero. No hay mención en absoluto de la necesidad en Antioquía o de la necesidad de la obra en Antioquía; Pablo sólo llevaba dinero a Jerusalén. Después, la región de Acaya envió dinero a Jerusalén, la región de Galacia envió dinero a Jerusalén, y el área alrededor de Corinto también envió dinero a Jerusalén. En ese tiempo pudo haber habido un malentendido de que el negocio de hacer tiendas de Pablo era próspero y que él no necesitaba más dinero. Por lo tanto, creo que cuando ustedes manejen dinero en su región, la mejor manera es no dejar que los colaboradores locales lo tengan, sino siempre enviarlo a otros lugares. Las necesidades de ustedes serán satisfechas con lo que venga de otros lugares. Preferimos que el banco gane sus honorarios por el servicio de remitir dinero. Tenemos que poner a la iglesia en un campo espiritual. En el momento que nuestro terreno no es espiritual, somos inútiles.

Hoy en día en China, la obra debe comenzar en diferentes regiones. Todos los hermanos en una región deben considerar la obra en las otras regiones. Lo que Pablo hizo fue muy loable. El mismo salió de Antioquía y trajo el dinero a Jerusalén. El rogó a Galacia, Corinto y a toda la región de Acaya que enviasen dinero a Jerusalén. Parecía que cuando la necesidad estaba en todos lados, él mismo no tenía ninguna necesidad. En realidad, sus dos manos no cesaron de trabajar. Han visto como les dijo a los Efesios: “¡Mirad estas dos manos!” El hombre siempre tiene el pensamiento que, por encima de todo, sus necesidades vienen primero. Espero que ustedes cuiden de las necesidades de otros lugares, y dejen que Dios se encargue de sus necesidades. Dios va a guiar a hermanos a que se ocupen de nuestras necesidades personales. Nuestra manera es creer en la soberanía del Espíritu Santo. Toda la Biblia nos muestra que en todo, Dios tiene Su arreglo. Creemos en el arreglo del Espíritu Santo. Por lo tanto, si hoy día tengo una necesidad extraordinaria, puedo mirar solamente a Dios para que me conceda un milagro especial; tal vez un hermano puede súbitamente satisfacer mi necesidad y resolver mi dificultad. ¡Dios está vivo!

Además, no deseo que haya un método muerto en la región. Temo a las cosas formales. Yo creo que los hermanos que han estado conmigo por tantos años, saben que temo a las cosas formales, porque una vez que algo llega a ser formal, deja de ser espiritual. Sin embargo, deseo que sigan el siguiente principio. Si en la región de Cantón ustedes tienen ingresos, deben, cuando mucho, guardar una porción del dinero, tal vez una tercera parte o dos quintas partes, menos de la mitad en todo caso, y designar la mayor parte para ser enviada a otras localidades. En la actualidad tenemos diez regiones de trabajo. Nosotros no enviamos la misma cantidad a cada uno. Ustedes mismos tienen que recibir la dirección delante de Dios.

De esta manera Dios fácilmente mantendrá el sostenimiento en la iglesia. Por favor, recuerden que apenas los israelitas dejaban de proveer, los levitas pasaban hambre. Que los levitas tuviesen un problema era una indicación de que Israel tenía un problema. Si a los levitas no les faltaba nada era una prueba de que los israelitas estaban del lado de Dios. Por lo tanto, necesitamos aprender a enviar dinero a otras localidades para cuidar de su obra. Por lo que a ustedes se refiere, deben dejar que Dios espontáneamente mantenga la obra en su localidad.

La ventaja de esto es que la localidad que tiene la suministración no tendrá mucho, y a la localidad que no tiene la suministración no le faltará mucho.

Cuando los hermanos responsables o los colaboradores tienen necesidad, nosotros debemos hacer los arreglos pertenientes. Tenemos que ver cuál es la magnitud de su necesidad y darles a ellos proporcionalmente. Entonces no tendremos pensamientos que causen molestias. De esta manera creo que muchos problemas se acabarán y nos evitaremos muchos inconvenientes. De otra manera, ¿cómo van a repartir el dinero en una iglesia local? Sería muy problemático. ¿Quién entonces le daría dinero a un hermano responsable? Siendo un hermano responsable en esa localidad, ¿cómo podría tomar el dinero para sí mismo? ¿Quién se lo daría? Su sentir como cristiano no le permitirá tomarlo. Por lo tanto, debemos hacer arreglos para evitarle esta inconveniencia.

La necesidad de tener a dos personas para que manejen el dinero

Así que, personalmente creo que en cada región se necesitan dos personas para manejar el dinero. El principio mostrado en la Biblia es siempre tener dos personas. La primera vez fueron Bernabé y Pablo. Subsecuentemente, se tuvo siempre dos personas para esto. Ustedes necesitan dos hermanos para manejar el dinero y las cuentas. Tal vez, un hermano puede encargarse de tomar las decisiones en particular, y otro hermano se encargará principalmente de los libros de contabilidad.

2. La necesidad de que el libro mayor sea hecho público

Pregunta: Algunas iglesias muestran públicamente el libro mayor, mientras que otros lugares no. ¿Cuál debe ser el principio?

Respuesta: Yo creo que los ingresos de una iglesia local deben ser exhibidos. Los asuntos relacionados con la obra deben ser conocidos por los hermanos y hermanas que son colaboradores en la región.

3. Primero los gastos, después los apóstoles

Pregunta: Debido a que mucha gente no sabe cómo dar una ofrenda, ¿deberían las cajas de las ofrendas ser designadas separadamente para la localidad y para la obra?

Respuesta: No importa si ellos no los designan; ustedes deben hacer la designación. Los gastos de una iglesia local, tales como la electricidad, el agua y la renta, siempre deben ser primero. Los hermanos en necesidad vienen en segundo lugar. Los que laboran en la obra siempre deben ser puestos en tercer lugar y no en el primero. Si nosotros somos los primeros, entonces algo está mal. Por lo tanto, ustedes deben cuidar de los hermanos necesitados primero. Este es un principio básico. La iglesia en Jerusalén dio primero a los hermanos en necesidad, no a los colaboradores. Por lo tanto, los obreros no deben equivocarse pensando que los apóstoles son primeros. Por el contrario, los pobres y los hermanos necesitados son primeros, las viudas son primeros, y los huérfanos son primeros. Ustedes deben ayudar a estas personas primero, y después pueden ocuparse de los apóstoles. Ustedes nunca deben cuidar primero de los apóstoles y después de los pobres. Eso sería completamente al revés. El caso de Jerusalén es bastante claro: las ofrendas eran distribuidas entre todos según la necesidad de cada uno. Después de esto vienen los hermanos responsables. Nosotros no queremos ser los primeros.

Esto es también hecho según el principio espiritual. Primero, ustedes envían dinero, luego les será enviado dinero de fuera. Ustedes deben conservar una pequeña cantidad, sea una tercera parte, o dos quintas partes, o una décima parte, cuanto menos mejor. El resto siempre debe ser enviado a otros. De esta manera no habrá problemas.

Cuando ustedes tengan el dinero, divídanlo según la necesidad. Háganlo según las proporciones que han anotado. Si ustedes tienen una necesidad específica, entonces deben ir delante de Dios separadamente y acudir a El en cuanto a la necesidad. Los colaboradores pueden recibir solamente según su proporción. Yo creo que esto sigue de cerca el principio bíblico. La cuestión del dinero es una cosa muy difícil, pero pienso que manejarlo de esta manera está muy de acuerdo con la Biblia. Basado en lo que puedo ver en el Nuevo Testamento, en los Hechos y en las Epístolas, se tiene solamente este principio. El método usado allí para dividir el dinero era muy bueno. No había ninguna dificultad en absoluto; era dividido de una manera muy buena. “Para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido”. Esta es una cosa de necesidad, y no de don. Una iglesia podría decir que ya que cierto hermano está capacitado para predicar, debe dársele más. Yo no puedo darle más a Timoteo porque predica mejor que Tito. La palabra necesidad es muy buena; con ella difícilmente podemos equivocarnos.

4. La manera de distribuir el dinero confiado a ustedes

Pregunta: Si alguien me confía la distribución de una cantidad de dinero, ¿cómo debo determinar las proporciones?

Respuesta: Antes que una lista de proporciones sea producida, según mi punto de vista particular, yo no usaría para mí mismo nada de lo que se me ha confiado para distribución. Tan pronto como uno use algo de ese dinero habrá un problema. Apenas lo use, espontáneamente éste aparecerá como uno que no es fiel. No importa cuán clara esté su conciencia, no estará en paz. Una dificultad con la conciencia es distinta de otras dificultades; no se puede razonar con ella. Es como un niño que llora cuando quiere llorar y le da pataleta cuando quiere que le dé pataleta. Si hay una suma de dinero para que yo la distribuya, y uso sólo un dólar, mi conciencia no tendrá paz. Si estaba designada para mí, entonces puedo usarla como quiera. Si fuesen mil dólares, no importaría si usara novecientos noventa y nueve para mí. Pero si me piden que lo administre y distribuya, yo daría toda la cantidad. Yo creo que hoy, una vez que establezcamos las proporciones, no es posible que nos equivoquemos. En el pasado no teníamos las proporciones establecidas; necesitábamos repartir toda la cantidad. En su región, a cada colaborador se le asigna una porción, y a usted también se le asigna una porción. En tal caso, debemos distribuir según las proporciones, y no surgirán dificultades con la conciencia. En el pasado ciertamente entregamos la cantidad entera.

Algunas veces un hermano o una hermana enviaba dinero, y cuando no había manera de distribuirlo, le escribía una carta diciéndole que no sabía cómo distribuirlo, y le preguntaba qué debería hacer con ello. Una hermana me dio una buena respuesta. Ella dijo: “Si usted desea tirarlo al río Whampoa, eso es cosa suya. Usted puede hacer lo que crea conveniente”. Debido a que ella se lavó las manos del asunto, eso se convirtió en una cosa completamente distinta.

5. El envió de cartas a todos los lugares acerca de la construcción de un salón de reunión

Pregunta: En el pasado tuvimos unas cuantas localidades que escribieron a todas las otras localidades cuando necesitaron construir sus salones de reunión. ¿Es ésta una buena práctica?

Respuesta: Esto no es muy bueno. Cada vez que esta clase de cartas llega a mi escritorio, leo solamente las primeras seis palabras y luego la tiro en la basura sin leer el resto. Si un hermano en particular tiene comunión con otros hermanos en otras localidades, está bien, porque no es algo oficial. Apenas una cosa de éstas se convierte en una formalidad, me temo que ya se ha malogrado.

6. El asunto de mantener a los hermanos responsables

Pregunta: Los hermanos responsables son dignos de doble honor. Esto es correcto, ¿pero cómo podríamos hacer que esto se sepa? Es difícil. Si les pedimos a los apóstoles que decidan, también eso sería difícil. Cada vez que un apóstol va a cierto lugar, ¿podemos pedirle a él que haga el esfuerzo de mencionar que los ancianos deben recibir doble honor?

Respuesta: Esta es una pregunta especial acerca del centro de la obra, no acerca de la iglesia local. La lista debería de ser hecha solamente en las localidades donde está un centro para la obra.

Timoteo era el que debía hablar

Según la carta que Pablo escribió a Timoteo es muy claro que Timoteo era el que debía pasar la voz a las iglesias en todas las localidades acerca de cómo una iglesia local podría distribuir el dinero. Cuando los obreros van a las iglesias locales, deben decirles a los hermanos en las iglesias locales que deben proveer el mantenimiento material para los ancianos. Esta era la responsabilidad de Timoteo, no la de los ancianos, porque Pablo le encargó a Timoteo, diciéndole: “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor”. Esta era responsabilidad de Timoteo. Cuando visiten las iglesias en los diferentes lugares, si ven ancianos que laboran en una iglesia, y que debido a ello están encontrando dificultades económicas, los que son Timoteos necesitan hacer que los hermanos locales vean que a tales deben darles doble honor. Ustedes deben hacer esto individualmente.

Los diáconos deben llevar más responsabilidad

¿Por qué en la administración del dinero en la iglesia los ancianos vienen terceros? En la Biblia, la administración del dinero en la iglesia, es por supuesto responsabilidad de los ancianos. No hay duda acerca de esto. Sin embargo, en la práctica, el uso del dinero en las iglesias no está en las manos de los ancianos, sino en las manos de los diáconos. En otras palabras, el uso del dinero de Jerusalén no estaba en las manos de los doce apóstoles, sino en las manos de los siete diáconos. Que los apóstoles no atendían las mesas indica que ellos no manejaban el uso del dinero. El principio de la administración y la manera de administrar están en las manos de los apóstoles. Pero cuando en realidad el dinero es usado, está en las manos de los siete diáconos. Así que, cuando se hacen los arreglos en cuanto al dinero, los diáconos, no los ancianos, conocen las necesidades locales y las necesidades de los pobres. Los hermanos responsables no saben cuál es la situación de los hermanos en necesidad, pero los siete hermanos sí. Solamente los siete diáconos, no los doce apóstoles, son conscientes de los gastos locales. En otras palabras, el uso del dinero es cosa de los diáconos, no cosa de los ancianos. Son los diáconos los que manejan los gastos locales y el dar a los pobres.

Por lo tanto, los diáconos deberían llevar más responsabilidad acerca de proveer a los ancianos. Esta es mi opinión personal. Es muy difícil que los ancianos hagan esto. Es bueno si una iglesia puede cuidar de los hermanos responsables, pero la iglesia debe estar consciente de su responsabilidad. En cualquier caso, ustedes necesitan hacer que la iglesia sea consciente de su responsabilidad.

Aquí, la carne debe ser terminada. Cuando los hermanos y hermanas dan ofrendas de dinero, no debe haber ningún interés personal. Cuando manejen dinero, solamente el mandamiento de Dios cuenta. No debe haber nada más, y no debe haber sentimientos personales. Ustedes podrían decir que deberíamos darlo todo a los pobres. Esto quiere decir que si depende de ustedes, ustedes recibirían de mí una porción la próxima vez que pasen necesidad. Por lo tanto, no debe haber sentimientos personales. Ustedes han dado dinero a Dios. Debería entonces ser distribuido según lo que Dios ha decidido. Primero, no debemos de estar endeudados a otros; todas nuestras cuentas deben ser pagadas. Segundo, nosotros debemos cuidar de los pobres. Tercero, nosotros debemos cuidar de los hermanos responsables.

Los hermanos responsables no deben tomar el dinero para ellos mismos. Los hermanos que son los diáconos deberían decir: “Nosotros debemos honrarlos a ellos”. Los diáconos hacen esto en representación de la iglesia. ¿En honra puede alguno honrarse a sí mismo? Nadie se honra a sí mismo; es necesario que otros lo hagan. Por lo tanto, en este asunto los diáconos pueden representar a la iglesia para honrarlos a ellos. Los hermanos que son diáconos pueden decir: “Yo sé que en este tiempo cierto hermano está teniendo considerable dificultad. Este período su hijo necesita ir a la escuela. Necesitamos considerar esto”. Los diáconos no pueden proponer en otras áreas; pero en esta área sí pueden hacerlo. Los ancianos pueden hablar tocante a cualquier otra área, pero no tocante a la de ser honrados. Ellos no tienen absolutamente ningún derecho de hablar acerca de esto. Queda a juicio de los diáconos el decir algo.

Esta cuestión está en manos de los diáconos. Si tenemos que convocar una reunión de la iglesia para decidir en esta materia, entonces llegamos a ser Laodicea. Es mejor confiarles a los diáconos esto para que ellos se hagan cargo cada semana y cada mes. El tiempo de hacer esto no es fijo. En la Biblia, el día de ajustar cuentas no es una vez por mes, como el árbol de la vida que da su fruto cada mes. En Corintios dice que ajustaban sus cuentas semana tras semana. Los diáconos deberían decir que van a dar cierta suma de dinero a cierto anciano. El dinero está en manos de los diáconos. Ellos no manejan el dinero, ellos solamente tienen la custodia del mismo. Ellos deben decir que ellos representan a la iglesia al dar este dinero al anciano.

En el pasado, el dinero ha estado en manos de los ancianos. Ahora necesitamos cambiar. Los ancianos administran, pero realmente el dinero está en manos de los diáconos. Los diáconos son los cajeros. En otras palabras, el desembolso de los fondos es asunto de los siete diáconos, no de los doce apóstoles. En cuanto a los ancianos mismos, los Timoteos deben decir en todas partes: “Ustedes deben cuidar de las necesidades de los hermanos responsables aquí. Ellos administran la iglesia. No está bien que ustedes los traten de una manera descuidada”.