Watchman Nee Libro Book cap.12 Libro de lecciones nivel 5: La iglesia

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LA CONSUMACIÓN DE LA IGLESIA

Lección doce

LA CONSUMACIÓN DE LA IGLESIA

Lectura bíblica

Ef. 2:8; Ap. 5:9; Ef. 1:22-23; 2 Co. 3:18; Ap. 12:5; 14:4; Mt. 25:21; He. 12:6; Ap. 21:14

Bosquejo

  1. Todos los miembros de la iglesia son producidos en la era de la iglesia.
  2. Los vencedores del Nuevo Testamento también son perfeccionados en la era de la iglesia:
    1. El perfeccionamiento de los vencedores neotestamentarios se efectúa en la era de la iglesia.
    2. La recompensa que recibirán los vencedores neotestamentarios:
      1. Al final de la era de la iglesia.
      2. Durante la era del milenio.
  3. Los creyentes inmaduros serán perfeccionados en la era del milenio:
    1. Mediante la disciplina dispensacional y gubernamental del Señor.
    2. Ejemplificado por el caso del esclavo infiel.
    3. Ejemplificado por el caso del esclavo perezoso.
  4. Todos los creyentes regenerados y perfeccionados de la era del Nuevo Testamento serán los componentes de la Nueva Jerusalén, la cual es la consumación máxima de la iglesia:
    1. Llegará a su consumación al disfrutar la vida eterna y divina del Dios Triuno procesado y consumado.
    2. Llegará a su consumación al experimentar la mezcla de la humanidad con la divinidad.
    3. Llegará a su consumación al expresar al Dios Triuno en Su manifestación máxima por la eternidad.

Texto

Esta es la última lección que tratará sobre la visión de la iglesia. En las siguientes doce lecciones hablaremos acerca de la edificación de la iglesia. El tema de esta lección es la consumación de la iglesia. Todo tiene un inicio y una consumación. Sin una buena consumación, no podrá haber una conclusión adecuada. Puesto que la iglesia es maravillosa y extraordinaria, debe tener una consumación igualmente maravillosa.

[La consumación de la iglesia será la Nueva Jerusalén. Hoy en día la iglesia es una miniatura de la Nueva Jerusalén. Cuando la vida de iglesia es apropiada y genuina, es un modelo en pequeña escala de la Nueva Jerusalén. Sin embargo, lo más importante que debemos ver es que la Nueva Jerusalén será la etapa consumada de todos aquellos que Dios ha escogido, redimido, regenerado, santificado, transformado, perfeccionado y glorificado.

La Nueva Jerusalén será el resultado de toda la obra de Dios, tanto en la vieja creación como en la nueva creación. En un principio, Dios hizo la vieja creación. Aunque esta creación cayó, Dios estaba preparado para resolver dicha situación. El vino a ser un hombre, un Dios-hombre, en quien se hallaban mezcladas la divinidad y la humanidad, con el propósito de cumplir la redención. Este Dios-hombre podía redimir a los pecadores, al morir por ellos, porque tenía sangre que había de ser derramada por ellos. Esta sangre es “Su propia sangre” (Hch. 20:28) y la “sangre de Jesús Su Hijo” (1 Jn. 1:7). Mediante Su muerte todo-inclusiva, el Señor liberó Su vida de resurrección, y con esta vida produjo, santificó, transformó, edificó y glorificó al pueblo que El había predestinado. El resultado de toda esta obra, la consumación final, será la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén no es una ciudad física, sino un símbolo de toda la obra de Dios.]

I. TODOS LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA SON PRODUCIDOS EN LA ERA DE LA IGLESIA

[Todos los miembros de la iglesia son producidos en la era de la iglesia, esto es, en la era comprendida entre la primera venida de Cristo y Su regreso. Los miembros de la iglesia son todos aquellos que anteriormente eran pecadores caídos, y que luego fueron salvos por la gracia de Dios (Ef. 2:8) mediante la fe que El les dio y asignó (2 P. 1:1), la cual los ha unido orgánicamente con el Dios Triuno en Cristo (1 Co. 6:17). Estos miembros de la iglesia han sido perdonados de sus pecados (Hch. 10:43), justificados por Dios en Cristo (Hch. 13:39; 1 Co. 6:11) y reconciliados con Dios (Ro. 5:10); por tanto, han sido redimidos para Dios (Ap. 5:9). Sobre esta base, los miembros de la iglesia han sido regenerados en su espíritu por el Espíritu de Dios (Jn. 3:6) para ser los hijos de Dios que obtienen la filiación divina (Jn. 1:12-13; Ro. 8:16), y para ser miembros de Cristo (Ef. 5:30) que crecen a la medida de Su estatura (Ef. 4:13), a fin de ser Su plenitud (Ef. 1:23).]

II. LOS VENCEDORES DEL NUEVO TESTAMENTO TAMBIÉN SON PERFECCIONADOS EN LA ERA DE LA IGLESIA

A. El perfeccionamiento de los vencedores neotestamentarios se efectúa en la era de la iglesia

[Los vencedores neotestamentarios no sólo son producidos en la era de la iglesia, sino también perfeccionados en dicha era. El perfeccionamiento de los vencedores del Nuevo Testamento tiene que ver con la transformación que se lleva a cabo a medida que ellos experimentan y disfrutan a Cristo de una forma subjetiva. En 2 Corintios 3:18 dice: “Mas, nosotros todos, a cara descubierta mirando y reflejando como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Señor Espíritu”. Ser transformados equivale a que Cristo se añada más a nuestro ser y reemplace todo lo que somos, de modo que El aumente y nuestra vida natural mengüe. Mientras se realiza tal proceso de transformación en nosotros, el viejo elemento de nuestro ser natural es desechado, y la gloria, que es el Cristo resucitado como Espíritu vivificante, es añadida a nuestro ser para reemplazar el elemento natural. Es por medio de dicho proceso que los vencedores neotestamentarios serán perfeccionados en esta era.]

B. La recompensa que recibirán los vencedores neotestamentarios

1. Al final de la era de la iglesia

Los creyentes pueden ser vencedores, ya sea como parte del hijo varón (los vencedores que hayan muerto, véase Ap. 12:5) o como las primicias (los vencedores que estén vivos, véase Ap. 14:4). Los vencedores del Antiguo y Nuevo Testamento, que hayan muerto, serán resucitados y arrebatados a Dios y a Su trono, con el fin de que luchen y derroten a Satanás antes de la gran tribulación. Los vencedores que aún estén vivos, quienes solamente pertenecen a la era del Nuevo Testamento, serán las primicias de la cosecha de Dios sobre la tierra. Ellos serán arrebatados al monte de Sion en los cielos para la satisfacción de Dios y de Cristo, antes de la gran tribulación.

Todos los vencedores, tanto los que estén vivos como los que hayan muerto, conformarán la novia en la fiesta de bodas de Cristo en el milenio (Ap. 19:7-9; 21:2). Los vencedores también serán los ejércitos del cielo, que luchan juntamente con Cristo contra el anticristo y sus ejércitos (Ap. 17:12-14; 19:11-21).

2. Durante la era del milenio

En el reino venidero, los creyentes vencedores reinarán con Cristo como correyes (Ap. 20:4). Esto incluye el hecho de ser coronados con muchas coronas, tales como la corona de justicia (2 Ti. 4:8), la corona inmarcesible de gloria (1 P. 5:4), la corona de vida (Ap. 2:10) y una corona incorruptible (1 Co. 9:25). También significa que ellos se sentarán con Cristo en Su trono (Ap. 3:21) para ejercer autoridad sobre las naciones a fin de pastorearlas (Ap. 2:26-27; 12:5), y que participarán en el gozo del Señor ( Mt. 25:21, 23).

Ellos también heredarán el reino de Cristo y de Dios, y participarán en la manifestación del reino de los cielos (Ef. 5:5), donde serán glorificados con Cristo (Ro. 8:17), heredarán la vida eterna en el milenio (Mt. 19:29), y tendrán sus nombres escritos para siempre en el libro de la vida (Ap. 3:5); además, no sufrirán ningún daño de la segunda muerte (Ap. 2:11), tendrán derecho al árbol de la vida (Ap. 2:7), resplandecerán como el sol en el reino de su Padre (Mt. 13:43), participarán en la cena del reino de los cielos (Mt. 8:11) y disfrutarán la recompensa (Mt. 5:11). Finalmente, ellos llegarán a ser la Nueva Jerusalén —el paraíso de Dios— en el milenio (Ap. 3:12; 2:7). Esta lista de recompensas debe producir en nosotros una profunda aspiración y ánimo para ser vencedores en la era de la iglesia.

III. LOS CREYENTES INMADUROS SERÁN PERFECCIONADOS EN LA ERA DEL MILENIO

[La necesidad de ser transformados ha sido desatendida por muchos cristianos hoy. Como resultado, muchos de ellos no han sido transformados ni perfeccionados, lo cual se logra únicamente experimentando y disfrutando al Cristo todo-inclusivo con Sus inescrutables riquezas. Por esta razón, no le es posible a Dios perfeccionar a estos creyentes inmaduros en la era de la iglesia. Aun así, puesto que ellos fueron escogidos, redimidos, llamados y regenerados, Dios no los abandonará. Más bien, El los perfeccionará en la era venidera del milenio.]

A. Mediante la disciplina dispensacional y gubernamental del Señor

[El perfeccionamiento de los creyentes inmaduros durante el milenio se efectuará mediante la disciplina dispensacional y gubernamental del Señor. Hebreos 12:6 dice: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo hijo que recibe”. El Señor no solamente disciplina a los creyentes en esta era, sino también en la era venidera. Debido a que la era del milenio todavía pertenecerá al cielo viejo y la tierra vieja, en dicha era todavía habrá un tiempo en que el Padre disciplinará a Sus hijos con el fin de que ellos sean perfeccionados. Aquellos creyentes que no sean perfeccionados en la era de la iglesia, lo serán en la era del milenio. El medio que Dios utilizará para tal perfeccionamiento será Su disciplina dispensacional y gubernamental. Esta disciplina vendrá sobre los que fueron perezosos en la era de la iglesia, en la dispensación de la gracia, y que no aplicaron la gracia del Señor ni la disfrutaron, al no tomar esta gracia como su porción. Tales creyentes necesitarán la disciplina amorosa del Señor en la era venidera, para ser perfeccionados.]

B. Ejemplificado por el caso del esclavo infiel

[La disciplina dispensacional y gubernamental del Señor aplicada a los creyentes en la era del milenio está ejemplificada por los casos del esclavo infiel y del siervo perezoso en Mateo 24:48-51 y 25:24-30. Mateo 24:48 y 49 hablan del esclavo malo que dijo en su corazón: “Mi señor tarda en venir” y después comenzó a “golpear a sus consiervos” y a comer y beber con los que se emborrachaban. Los versículos 50 y 51 dicen: “Vendrá el señor de aquel esclavo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le separará, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el llanto y el crujir de dientes”. El problema con este esclavo malo no era que él ignorara que su señor vendría, sino que no estaba esperándolo. Tampoco le gustaba llevar la clase de vida en la que uno se prepara para la venida del Señor. Además, este esclavo malo golpeaba a sus consiervos, es decir, maltrataba a otros creyentes, y comía y bebía con los que se emborrachaban, esto es, mantenía amistad con personas mundanas, quienes se embriagan con las cosas del mundo. Por lo tanto, cuando el Señor regrese, separará al esclavo malo y pondrá su parte con los hipócritas.

La expresión “le separará” significa ser echado afuera, pero no indica destrucción. Implica el hecho de ser separado del Señor en Su gloria venidera. El Señor no destruirá al esclavo malo; más bien, lo echará fuera de Su gloria. Esto no tiene que ver con la salvación, sino con la disciplina que el creyente inmaduro recibirá en la era venidera. Tal creyente se perderá del disfrute del reino, y en lugar de ello, sufrirá un castigo y una disciplina, donde habrá llanto y crujir de dientes.

El hecho de que un creyente sea separado, significa que él es separado de la unión orgánica con el Señor. Cuando una persona cree en el Señor, entra en una unión orgánica con el Dios Triuno en la cual puede disfrutar de El. Según Mateo 28:19, los creyentes deben bautizarse en el nombre del Dios Triuno, lo cual implica entrar en una unión orgánica con el Dios Triuno, a fin de participar de El y disfrutarle. Al disfrutar al Dios Triuno en esta unión orgánica, somos transformados, perfeccionados y preparados para que el Señor venga y nos lleve a disfrutarle en el milenio. Sin embargo, Mateo 24 también dice claramente que en la era venidera algunos serán separados de esta unión orgánica, lo cual significa que serán cortados del disfrute del Señor. Ser cortados de la unión orgánica que tenemos con el Señor, corresponde a la acción de cortar los pámpanos según se menciona en Juan 15. Cortar un pámpano de la vid significa cortarlo de la unión que tiene con la vid. Aquellos pámpanos que aún permanecen unidos a la vid, disfrutan y participan de todas las riquezas de la misma, pero aquellos que son cortados de la vid, pierden este disfrute. Esta es la manera correcta de entender la expresión “le separará”, mencionada en Mateo 24.

Después que los creyentes inmaduros hayan sido separados o cortados de la unión orgánica que tienen con el Señor, serán echados a las tinieblas de afuera, esto es, las tinieblas que estarán fuera de la gloria resplandeciente de la manifestación del reino de los cielos. Esto es diferente de ser echados al lago de fuego después del milenio y por la eternidad (Ap. 20:15). Los vencedores serán llamados a disfrutar al Señor, lo cual sucederá en la gloria, pero los creyentes derrotados serán echados fuera de dicha gloria. Ellos permanecerán fuera de la gloria en la que el Señor y sus vencedores estarán durante la era venidera. Estar en la gloria será una recompensa, pero ser echados fuera de la gloria será una especie de castigo. Aquellos que sean echados a las tinieblas de afuera, llorarán y crujirán sus dientes. El llanto es una indicación de remordimiento, y el crujir de dientes indica el hecho de culparse a uno mismo. Tanto el llanto como el crujir de dientes serán señales del sufrimiento que se experimentará en la disciplina dispensacional y gubernamental del Señor.]

C. Ejemplificado por el caso del esclavo perezoso

[La disciplina dispensacional y gubernamental del Señor también está ejemplificada por el caso del siervo perezoso en Mateo 25:24-30. En los versículos del 26 al 30 vemos que el esclavo que tenía un talento, no fue fiel en usar su don, por lo cual fue reprendido y castigado por su Señor. El versículo 30 dice: “Y al esclavo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes”. Cualquiera que sea echado en las tinieblas de afuera estará separado del Señor, de Su presencia, de Su comunión y de la gloriosa esfera en la que el Señor estará. Esto no implica que ellos perecerán eternamente, sino que serán castigados dispensacionalmente durante la era venidera del reino. Este castigo o escarmiento tiene el propósito de perfeccionar a tales creyentes.

En la dispensación de la gracia, que es la era actual, el Señor nos sostiene y sustenta con Su rica gracia para que disfrutemos de ella, y seamos edificados y transformados, a fin de ser perfeccionados. Si somos fieles, entraremos en Su gozo en la era venidera, pero si no somos fieles, seremos disciplinados por El en la era venidera, a fin de que seamos perfeccionados. Aquellos que sean fieles en la era de gracia, serán recompensados por el Señor en la era venidera y estarán con El en Su gloria e incluso reinarán con El. Pero para aquellos que no fueron perfeccionados en la era de la iglesia, la era del milenio será un tiempo de disciplina. Para poder entrar en la Nueva Jerusalén, en el cielo nuevo y la tierra nueva, los creyentes inmaduros deberán ser perfeccionados mediante la disciplina en la era venidera.]

IV. TODOS LOS CREYENTES REGENERADOS Y PERFECCIONADOS DE LA ERA DEL NUEVO TESTAMENTO SERÁN LOS COMPONENTES DE LA NUEVA JERUSALÉN, LA CUAL ES LA CONSUMACIÓN MÁXIMA DE LA IGLESIA

[La intención de Dios es que la iglesia llegue a su consumación en la Nueva Jerusalén. Todos los creyentes regenerados y perfeccionados, quienes son miembros de la iglesia y están representados por los doce apóstoles (Ap. 21:14), serán los componentes de la Nueva Jerusalén. Después de la era o dispensación de la gracia, vendrá la dispensación del reino. Durante dicha era, todos los creyentes perfeccionados, incluyendo los vencedores del Antiguo y Nuevo Testamento, serán la totalidad de los vencedores que conformarán la Nueva Jerusalén. Ellos serán la Nueva Jerusalén en su primera etapa, en la etapa del milenio. Durante esta etapa, la Nueva Jerusalén será la novia de Cristo. Además, durante el milenio, los creyentes derrotados, perezosos e inmaduros serán perfeccionados al sufrir la disciplina dispensacional y gubernamental del Señor. Por lo tanto, después del milenio ellos también serán componentes de la Nueva Jerusalén en la segunda etapa, esto es, en el cielo nuevo y la tierra nueva. En esta segunda etapa, la Nueva Jerusalén será agrandada para ser la Nueva Jerusalén descrita en Apocalipsis 21. La Nueva Jerusalén agrandada será la consumación de la iglesia. Esto nos muestra que la consumación máxima de la vida de iglesia será la Nueva Jerusalén, primero en una pequeña escala, en el milenio, compuesta sólo de los vencedores, y después, en una escala agrandada en el cielo nuevo y la tierra nueva, compuesta de todos los creyentes del Nuevo Testamento.]

A. Llegará a su consumación al disfrutar la vida eterna y divina del Dios Triuno procesado y consumado

[En la actualidad, la vida apropiada de iglesia se caracteriza por el disfrute que tenemos de la vida eterna y divina del Dios Triuno procesado y consumado. Este disfrute es sólo un anticipo; el disfrute completo lo tendremos en la Nueva Jerusalén, en el cielo nuevo y la tierra nueva, lo cual será la consumación de nuestro disfrute del Dios Triuno procesado y consumado, en su máxima plenitud, sin limitación y por la eternidad.]

B. Llegará a su consumación al experimentar la mezcla de la humanidad con la divinidad

[Nuestra vida cristiana hoy consiste en experimentar la mezcla de la divinidad y la humanidad, a medida que recibimos la impartición de las riquezas inescrutables de la Trinidad divina procesada y consumada. Este también es un anticipo, ya que el disfrute completo como consumación lo tendremos también en la Nueva Jerusalén, en el cielo nuevo y la tierra nueva, y por la eternidad.]

C. Llegará a su consumación al expresar al Dios Triuno en Su manifestación máxima por la eternidad

Nuestra vida cristiana y la vida de iglesia son la expresión del Dios Triuno procesado y consumado en Su manifestación máxima por la eternidad. Hoy ambas se encuentran en la etapa inicial, pero tendrán su consumación en la Nueva Jerusalén, como la manifestación máxima del Dios Triuno procesado y consumado por la eternidad.

La iglesia hoy debe crecer y ser edificada en los siguientes tres aspectos: en el disfrute de la vida eterna y divina del Dios Triuno procesado y consumado; en la experiencia de la mezcla de la humanidad y la divinidad, la cual se lleva a cabo recibiendo la impartición de las riquezas inescrutables de la Trinidad divina procesada y consumada; y en la expresión del Dios Triuno procesado y consumado en Su manifestación máxima. Esto significa que la iglesia debe crecer y ser edificada en el disfrute de la vida eterna y divina, la vida del Dios Triuno procesado y consumado; que la iglesia debe crecer y ser edificada en la mezcla que experimentan los creyentes con el Dios Triuno, a medida que reciben la impartición de las riquezas inescrutables de la Trinidad divina procesada y consumada; y finalmente, que la iglesia debe crecer y ser edificada en la expresión del Dios Triuno procesado y consumado en Su manifestación. En esto consiste la vida de iglesia.

En mensajes anteriores abarcamos varios aspectos de la iglesia, tales como la asamblea, la casa de Dios, el reino de Dios, el Cuerpo de Cristo, el complemento de Cristo, el nuevo hombre y los candeleros de oro. Ahora necesitamos ver que podemos tener la realidad de todos estos aspectos en las iglesias locales, pero sólo al grado en que disfrutemos la vida del Dios Triuno procesado y consumado, experimentemos la mezcla de la divinidad y la humanidad, recibiendo las riquezas inescrutables de la Trinidad divina procesada y consumada, y expresemos al Dios Triuno procesado y consumado en Su manifestación.]

El Señor nos ama mucho, y Su misericordia para con nosotros es inmensurable. Nosotros, por el contrario, abandonamos a Dios, lo ofendimos, y estábamos bajo Su justo juicio; carecíamos de Su vida, la cual es necesaria para cumplir Su propósito, y estábamos llenos de la vida y naturaleza de Satanás, la cual nos condujo al pecado. No obstante, Dios, quien es rico en amor y misericordia, se hizo hombre para morir por nosotros y satisfacer así Sus justos requisitos para que no tuviéramos que morir. El destruyó al diablo y clavó en la cruz nuestra carne de pecado para que pudiéramos ser libertados de la ley del pecado y de la muerte. Luego, El liberó Su vida en la cruz y, como Espíritu vivificante y mediante la resurrección, impartió la vida de Dios en nuestro ser. Ahora, El, como Espíritu, está mezclado con nosotros, suministrándonos diariamente Su vida con el fin de transformarnos. Además, El nos ha traído a la iglesia para que avancemos junto con todos los santos, y seamos edificados para cumplir el propósito de Dios. Este es el anticipo que disfrutamos en esta era.

Si disfrutamos de este anticipo apropiadamente, ejercitando nuestro espíritu cada día y durante todo el día, ciertamente recibiremos una recompensa, la cual será el disfrute completo, la Nueva Jerusalén, mil años antes que los demás creyentes. Y si algún creyente se pierde de este disfrute debido al pecado y al mundo, el Señor será misericordioso y le dará otra oportunidad para que sea perfeccionado en la próxima era. Al final, aquellos que sean perfeccionados en la próxima era se unirán con los que fueron perfeccionados en esta era, para conformar la Nueva Jerusalén y así experimentar el disfrute completo por la eternidad. ¡Aleluya! ¡Qué Dios tan amoroso y misericordioso tenemos! Todos deberíamos entregarnos con diligencia para disfrutar al Señor, orando en el espíritu y leyendo la Palabra. Debemos también ejercitarnos a vivir en la vida de iglesia local, predicando el evangelio y reuniéndonos con los santos, a fin de que la iglesia crezca y sea edificada. No debemos vacilar; ahora es el momento propicio; ésta es la era precisa. Podemos ser aquellos que vencen y llevan esta era a su conclusión.

Preguntas

  1. ¿Cuáles son los aspectos (relacionados con el perfeccionamiento de los miembros de la iglesia) que sólo se pueden lograr en esta era, en la era de la gracia?
  2. ¿Cuál será la recompensa o el castigo de los miembros de la iglesia durante el milenio?
  3. ¿Qué es lo que determinará si recibiremos una recompensa o un castigo?
  4. ¿Cómo podemos experimentar la Nueva Jerusalén hoy? Dé algunos ejemplos.

Pasajes citados

  1. The Conclusion of the New Testament [La conclusión del Nuevo Testamento] (Lee/LSM), págs. 2537-2544.

Referencias adicionales

  1. La revelación básica contenida en las santas Escrituras (Lee/LSM), págs. 94-96, 100-101, 126.
  2. La revelación básica contenida en las santas Escrituras (Lee/LSM), pág. 36.
  3. The Conclusion of the New Testament [La conclusión del Nuevo Testamento] (Lee/LSM), págs. 2226-2227, 2345-2347, 2418-2446.
  4. La economía divina (Lee/LSM), págs. 145, 148.
  5. The Economy of God and the Building Up of the Body of Christ [La economía de Dios y la edificación del Cuerpo de Cristo] (Lee/LSM), pág. 51.
  6. The Exercise of the Kindom for the Building of the Church [Ejercitar la vida del reino para la edificación de la iglesia] (Lee/LSM), págs. 42, 78.
  7. La iglesia gloriosa (Nee/LSM), págs. 133-134.
  8. Life-study of Ephesians [Estudio-vida de Efesios] (Lee/LSM), pág. 148.