Watchman Nee Libro Book cap.11 Los asuntos de la iglesia

Watchman Nee Libro Book cap.11 Los asuntos de la iglesia

QUIENES SON NUESTROS COLABORADORES Y QUIENES SON LOS APÓSTOLES

CAPÍTULO ONCE

QUIENES SON NUESTROS COLABORADORES Y QUIENES SON LOS APÓSTOLES

Hoy, tenemos dos preguntas que queremos resolver: quiénes son nuestros colaboradores, y quiénes son los apóstoles.

UN GRAN MALENTENDIDO

Yo creo que estas preguntas han sido bastante malentendidas entre los hijos de Dios. Pese a que hemos hablado de esto desde el comienzo, este malentendido continúa existiendo hasta el presente. Muchos consideran que el requisito sobre un colaborador está en el asunto de las finanzas. ¿Quiénes son los colaboradores? Algunos piensan que los colaboradores son un grupo de personas que han dejado sus trabajos y que confían completamente en Dios. Si esto es verdad, entonces Pablo no era un colaborador nuestro, porque él no dejó su trabajo.

Muchos consideran que un apóstol es una persona que no tiene ningún otro ingreso o renta, y que dedica todo su tiempo a la obra. Si no es ese tipo de persona, no es un apóstol. Si este concepto fuese correcto, entonces Pablo evidentemente no sería un apóstol porque él no dejó su trabajo del todo; Pablo todavía hacía tiendas como trabajo suplementario. Si adoptamos el punto de vista de los hijos de Dios hoy en día, Pablo no era un apóstol ni un obrero, porque no dedicaba las veinticuatro horas del día a la obra. El utilizaba parte de su tiempo para hacer tiendas. Sin considerar su propósito al hacer tiendas, y sin importar en qué se usara los ingresos de hacer tiendas, siempre y cuando hiciera tiendas, Pablo dejaría de estar calificado como obrero y como apóstol. Por favor, recuerden, sin embargo, que éste es un error básico.

Por lo tanto, hermanos, espero que ustedes tengan absoluta certeza de lo que Dios realmente nos muestra en Su Palabra con referencia a quién es un apóstol, y a quién es un obrero. ¿Está basado el apostolado en que uno deje su trabajo? ¿Ser un obrero está basado en el hecho de que tenga o no un trabajo? ¿O está el ser un apóstol delante de Dios, basado en algo más? Pueden ver claramente hoy en día que según la tradición y la costumbre de la iglesia, la gente siempre considera que el ser apóstol está basado en la cuestión de tener un trabajo. Si esta cuestión en cuanto a trabajo y finanzas no es resuelta, uno no es apóstol ni obrero. No sé si han visto esta clase de situación. Esta es la situación actual. La gente siempre piensa que un apóstol debe dejar su trabajo por completo y debe dedicar todo su tiempo a la obra. Quiero que todos los hermanos y hermanas vean que este error no es irrazonable. Se puede decir que no es un error, sino simplemente una interpretación ine-xacta. Mucha gente no ha visto claramente delante de Dios lo que es un obrero y lo que es un apóstol; por lo tanto, han cometido este error.

APÓSTOLES QUE VERDADERAMENTE NECESITAN DEJAR SUS TRABAJOS

Sabemos que cuando Juan y Jacobo fueron llamados estaban remendando redes. El Señor les dijo que dejaran sus redes y entregaran su barca, para que lo siguieran. También vemos que cuando Pedro fue llamado, él estaba pescando. El Señor le dijo que abandonara su barca y dejara lo que había pescado, para que lo siguiera. Cuando el Señor llamó a Mateo mientras éste estaba trabajando en la oficina de recaudación de impuestos, el Señor le dijo que dejara su trabajo y que lo siguiese. Por lo tanto, veamos claramente delante de Dios, que un apóstol es una persona que necesita dejar su ocupación. Según la Palabra de Dios, el obrero que Dios requiere debe recibir un llamado delante de Dios y dejar su trabajo. Ellos deben dedicar todo su tiempo a las manos del Señor.

Este es el hecho. Debido a que una persona tiene otra ocupación sobre la tierra, sería muy difícil que él fuese un apóstol, porque un apóstol necesita ser enviado a diversos lugares. Hasta en un lugar como Jerusalén, los apóstoles aún tenían que dejar Jerusalén para ir a Samaria y a Cesarea. Así que, si uno de ellos tuviese un trabajo, le sería difícil irse, y su trabajo estaría restringido a un lugar.

Por esta razón, no es requisito que los ancianos dejen sus trabajos, aunque los apóstoles dan el ejemplo de dejar sus empleos. Algunos ancianos también necesitan el sostenimiento de la iglesia. Debido a que dedican la mayor parte de su tiempo o todo a los asuntos de la iglesia, en una iglesia local, ellos no tienen ingresos. En tal caso, los ancianos deberían verdaderamente recibir doble honor. Parte de este honor es financiero. Pero el requerir de los ancianos que dejen sus trabajos es otra cosa. En la Biblia no hay tal mandamiento, ni tal modelo.

No es lo mismo en el caso de los apóstoles. El Señor le dijo claramente a uno que dejese esto o aquello, y que viniera y lo siguiera; a otro, que pusiera esto o aquello a un lado para que lo siguiera. Esto nos muestra claramente que una persona que es apóstol, es una persona que recibe el mandamiento de Dios para ir a varios lugares. Esta persona, por supuesto, debería dejar su empleo; de otra manera podría ser un anciano pero no un apóstol ya que, por supuesto, le sería inconveniente viajar por el Señor a varios lugares para servirlo. Es por esto que los doce Apóstoles tuvieron tal llamado, tal seguimiento, tal abandono de las cosas, y tal espera en que el Señor les proveyera para sus necesidades materiales. Esto nos hace ver espontáneamente que ésta es la única manera. Aquí vemos claramente que el Señor llamó a los doce a ofrecerse por completo. El Señor ciertamente llamó también a Pablo para que se ofreciera por completo. Lucas, quien estaba con Pablo, también se ofreció por completo.

Pablo era uno que hacía tiendas

Sin embargo, quiero señalar particularmente, que no solamente Pablo hacía tiendas, también Aquila y Priscila hacían lo mismo. Lucas, incluso, era médico. La Biblia nos muestra que después de que una persona ha dejado su oficio, él deja de ser llamado con esa designación. Lucas era médico y debido a que la Biblia siguió usando esa designación, él debe de haber continuado con su ocupación. Pedro era un pescador, pero después que dejó la pesca, él dejó de llamarse Pedro el pescador. Mateo era un recaudador de impuestos, pero después que dejó su oficio de recaudador de impuestos, dejó de llamarse Mateo el recaudador de impuestos. Lucas era un médico. Pueden ver que si hubiese dejado por completo de ejercer la medicina, la Biblia lo hubiese llamado solamente Lucas, y no Lucas el médico. ¿Ven esto? Lucas ejercía la medicina y Pablo hacía tiendas. Aquila y Priscila también hacían tiendas. Por lo tanto, debemos observar esta cuestión muy cuidadosamente para ver lo que de verdad significa.

Esto es lo que quiere decir. Hechos narra que Pablo hacía tiendas. Hechos nos muestra que Pablo, Aquila, y Priscila eran fabricantes de tiendas. Debido a que su empleo era el mismo, vivían juntos. Cuando Pablo estaba en Mileto despidiéndose de los ancianos de Efeso, les dijo que mirasen sus dos manos. Déjenme decirles que ésta es la porción más profundamente conmovedora de la Biblia. Por esta misma razón, en unos días voy a compartir con ustedes acerca de la necesidad de tocar el espíritu en la Biblia cuando estudien la Biblia. Debido a que él hacía tiendas, sus manos posiblemente habían tenido cortadas y heridas en muchas partes, y quizá habían perdido mucha piel. Por lo tanto, en esa ocasión, cuando muchos ancianos y hermanos estaban juntos, él les dijo que mirasen sus dos manos. Esas dos manos deben de haber tenido algo que valía la pena mirar. Esas dos manos deben de haber tenido algo que las hacía diferentes de las manos de otros. Esas dos manos habían pasado por trabajo y raspones. Tenían heridas y cicatrices. Pablo no dijo en ese pasaje que sus dos manos habían hecho muchas cosas y que habían provisto para mucha gente. Primero les indicó que mirasen sus dos manos; después dijo que habían provisto para mucha gente. Primero mencionó esas dos manos. Esas dos manos eran distintas de las manos comunes, las manos ociosas, las que no trabajan. Por lo tanto, podía decirles que mirasen sus dos manos. Esas dos manos eran diferentes a las de una persona ordinaria.

Más tarde, cuando fue a Corinto, de nuevo prestó atención a este asunto. El trabajó con sus propias manos para suplir las necesidades de sus colaboradores.

La ocupación de Pablo era el ser apóstol no el hacer tiendas

Aquí queremos que los hermanos y hermanas puedan ver cuál es la verdadera relación entre la fuente de ingresos de un apóstol y su ocupación. Cuando ven a Pedro con su compañía, y a Pablo con su compañía, pueden ver un camino recto. Si leen los Evangelios, no pueden ver el camino recto allí, porque sólo contiene la mitad del asunto. Después, lo que Pablo hizo en la iglesia fue algo distinto, o tal vez más avanzado. Aquí pueden ver que un apóstol debe dejar su trabajo por completo. Por favor, recuerden que en cuanto a este asunto Pablo y Pedro eran iguales; Pablo fue también una persona que dejó su trabajo del todo. Al leer esos diez o más capítulos de Hechos, ¿quién podría imaginarse que Pablo era un fabricante de tiendas? Les digo, que cuando leí el libro de Hechos, la impresión que recibí fue que Pablo era un apóstol. Cuando leí el libro de Hechos, no tuve la impresión de que Pablo fuese un fabricante de tiendas. Tal vez los que hacen tiendas, consideran que Pablo era un fabricante de tiendas. Sin embargo, yo entiendo que Pablo era un apóstol, no un fabricante de tiendas. Solamente los que hacen tiendas, cuyos corazones están en hacer tiendas, los que quieren ganar dinero en la fabricación de tiendas, quienes viven en tiendas, y que prestan atención a las tiendas, podrían, según su punto de vista y su juicio, naturalmente considerar que Pablo era un fabricante de tiendas. Pero creo que hasta un creyente simple, un creyente común, obtendría una sola impresión al leer el libro de Hechos, y eso es que Pablo era un apóstol nombrado por Dios. Ustedes no obtendrán la impresión de que Pablo era un artesano que hacía tiendas. Ustedes no notarían que Pablo tenía la habilidad de hacer tiendas. Verán claramente que él es un obrero de Dios.

Por lo tanto, podemos ver en lo que al servicio de los apóstoles se refiere, que uno debe dejar su ocupación. Sin embargo, eso se refiere a una persona para la cual la pesca es una ocupación. El hombre que necesita dejar su ocupación de recaudador de impuestos, es aquel que tiene la recaudación de impuestos como una ocupación. El hombre que necesita dejar el arte de hacer tiendas es el que tiene el hacer tiendas como profesión. Si el hacer tiendas fuese una profesión, entonces ésta debe ser dejada atrás. Si no se la deja atrás, uno no podría ser un apóstol, debido a que el servicio de apóstol sería más bien difícil para él. ¿Por qué Dios requiere que algunos dejen sus ocupaciones a fin de ser apóstoles? Es debido a que el apostolado es una ocupación, y una persona no puede tener dos ocupaciones. En particular, la ocupación de apóstol no permite que una persona tome un segundo trabajo. Pablo dijo que somos embajadores de Cristo. Si ustedes son embajadores, no tienen manera de tomar un segundo cargo, ni de tener otra ocupación. Todo nuestro tiempo está dedicado a trabajar como apóstoles, y no tenemos tiempo que podamos gastar en otras cosas.

Por lo tanto, la fabricación de tiendas en el caso de Pablo no era una ocupación; la fabricación de tiendas en el de Aquila y Priscila, tampoco era una ocupación; ni siquiera la medicina en el caso de Lucas era una ocupación.

En esos días la situación era diferente

¿Qué ven ustedes aquí? Ustedes ven que Pablo fue enviado por el Espíritu Santo a viajar de Antioquía a los diferentes lugares para trabajar en la obra. Hay una gran diferencia entre la situación actual y la situación en aquellos días, a saber, la cuestión del transporte. En aquellos días, si los hermanos en Antioquía tenían dinero y cosas materiales que darle a Pablo, no podían ir a la oficina de correos para remitir el dinero. Tampoco había bancos, ni correo aéreo, ni telegramas. En el Nuevo Testamento, hay bastantes casos en los que los donativos fueron enviados con personas. Pablo mismo hizo esto cuando estaba en Antioquía. La primera vez que salió no fue para predicar el evangelio, sino para llevar dinero a Jerusalén. Frecuentemente pienso que nuestra manera de hacer tales cosas puede ser más elevada: primero usted envía dinero, y después va y predica el evangelio. La primera vez él llevó el dinero a Jerusalén como un embajador de la iglesia; después, cuando Pablo recibía donativos, éstos eran llevados por personas que eran enviadas de varias iglesias. Se puede ver qué difícil era sin cartas, telegramas y aviones. Y todos aquellos que viajaban llevando el evangelio, no tomaban nada de los gentiles. Por lo tanto, este apóstol era distinto a los apóstoles de Jerusalén.

El salir de Jerusalén no tomaba mucho tiempo, y la jornada era corta a Samaria y Cesarea. Uno podía regresar en corto tiempo. Se podía regresar rápido sin tener ninguna dificultad económica, porque se podía salir con suficiente dinero para la jornada y regresar después de un corto período de tiempo, sin necesidad de tomar nada de los gentiles. Esto era fácil debido a que tanto Cesarea como Samaria eran localidades donde había iglesia. Después, la obra de Pablo comenzó de Antioquía, y Dios le mostró otra manera. La manera era que él fuese a los gentiles, y que aún así no tomase nada de los gentiles, y que continuase su camino, sin regresar en un corto lapso como lo hacían los apóstoles de Jerusalén. El proseguía de lugar en lugar. Por lo tanto, pueden ver que el asunto de mantenimiento era muy difícil. Uno no podía llevar suficiente dinero consigo y tampoco podía tomar nada de los gentiles.

Esto es también diferente a la predicación del evangelio en los Evangelios. En los Evangelios, uno iba a las ciudades, y vivió en la casa de algún hombre generoso. Uno no necesitaba llevar consigo bordón ni alforja. Sin embargo, cuando el Señor estaba a punto de partir de la tierra, les dijo a Sus discípulos que el que no tuviese bordón, debía conseguir uno; el que no tuviese alforja, debía preparar una, y el que no tuviese ropa, necesitaba preparar ropa. En ese entonces, la situación era diferente. En aquel entonces, el evangelio no había de predicarse a los judíos sino a los gentiles. Juan fue categórico al decir que no debemos tomar nada de los gentiles. Por lo tanto, podemos ver qué pesada era la carga de Pablo en ese tiempo, no solamente para sí mismo, sino también para los hermanos que estaban con él.

Cuando empezaron en Antioquía, eran solamente Bernabé y Pablo. Después, cuando salieron, hubo otros que los acompañaron, uno de los cuales era Tito. En el camino, Timoteo fue añadido, después Lucas fue también añadido, y luego Silas. Pueden ver que mientras viajaban, la compañía se volvía más grande, y cuanto más lejos iban, mayor era el número de personas. Después, Priscila y Aquila también se les unieron. Ellos predicaban el evangelio en el camino, localidad tras localidad. Entonces, Pablo dijo que trabajaba con sus propias manos para suplir sus propias necesidades y las necesidades de sus colaboradores. Déjenme decirles que ésta no era una cuestión de ocupación; su ocupación era la de apóstol. Pero, cuando había necesidad en el camino, él personalmente trabajaba con sus propias manos, para proveer mantenimiento para sí mismo y para los que estaban con él.

Esto era una cosa muy buena. Alford nos dice que en esos días, para hacer una tienda, necesitaban ciertos tintes para teñir el material de la tienda. Esa clase de tinte era muy fuerte, y el color no salía fácilmente. Cuando la mano era corroída por esa clase de tinte, la piel sufría daño. De ahí que, Pablo podía decirles a los efesios que mirasen sus dos manos. Esto era una gran cosa. Por lo tanto, espero que los hermanos puedan ver el problema financiero de los apóstoles: si varias iglesias pueden enviar ayuda económica, gracias a Dios; pero si no lo hacen, no quiere decir esto que vamos a tomar otras ocupaciones o a cambiar nuestra ocupación como apóstoles. Este es el problema hoy en día. Nuestra ocupación es la de apóstoles. Pero hoy, yo puedo hacer tiendas a fin de mantener esta ocupación. Hoy, a fin de que los hermanos que están conmigo y yo podamos ser apóstoles, yo puedo hacer tiendas. Hacer tiendas no era la ocupación de Pablo. La ocupación de Pablo no cambió nunca. Desde que fue llamado en Damasco, su ocupación nunca cambió. A fin de que los jóvenes que estaban con él pudiesen tener una provisión, él hacía tiendas. Debido a que sabía hacer tiendas, cuando Timoteo, Silas y Lucas estaban con él, Pablo las fabricaba con sus propias manos, a fin de suplir sus necesidades. ¡Mirad, estas dos manos!

Hacer tiendas para poder ser apóstol

Por lo tanto, pueden ver aquí que los apóstoles necesitan verdaderamente dejar sus ocupaciones. Los apóstoles también tienen que tener solamente una ocupación, que es la ocupación de ser un apóstol. Pero quiero mencionar la situación de Pablo para clarificar esta cuestión. El caso no es que él no podía ir a ganar dinero. Pablo era apóstol, y siempre trabajó como tal. Cuando leemos el libro de Hechos nunca se nos ocurre que Pablo pudiera cambiar su línea de trabajo. Pablo fue a Efeso y allí hacía tiendas, y aún seguía siendo apóstol, y especialmente en Efeso, él hizo muchas más tiendas a fin de conocer lo que era la iglesia. Sea que uno haga tiendas o ejerza la medicina, todo sirve para el propósito de ser un apóstol, no para dejar de serlo. Tal vez no habría podido ser apóstol si no hubiera hecho tiendas. Espero que puedan ver este punto claramente delante de Dios. Muchas veces, Dios permitió que Pablo hiciese algún trabajo que le permitiera aún más ser apóstol.

¿Ven esto? Este es un asunto completamente distinto de una ocupación. Esto es completamente distinto de lo que ordinariamente llamamos ocupación. Hoy en día si Mateo quisiera regresar a ser un recaudador de impuestos, diríamos que Mateo está buscando trabajo. Pero si hoy Pablo quisiera ir a hacer tiendas, no diríamos que Pablo está buscando trabajo. Mateo no podía decir que él debía ser recaudador de impuestos a fin de ser apóstol. Sin embargo, Pablo podía decir: “¡Miren estas dos manos! Sin ellas, parece que no puedo ser apóstol”. Eso de hacer tiendas lo capacitó aún más para ser apóstol. Su propósito era el ser un apóstol, y él vivía como apóstol; trabajaba como apóstol, y su vida era la de un apóstol; todo lo que él era, lo era como apóstol. Esas dos manos lo ayudaron a ser un apóstol. Esas dos manos no lo distrajeron impidiéndole ser apóstol. Hermanos, ¿está claro? Esta manera es muy clara.

La cuestión de tener un segundo trabajo

Cierto hermano me preguntó hace uno o dos meses si deberíamos dejar nuestra ocupación por completo o si deberíamos tomar un segundo trabajo en el futuro cuando vayamos a predicar el evangelio por causa del Señor, cuando vayamos a trabajar como apóstoles. Les digo, ésta es mi respuesta hoy. Todo aquel que quiera ser apóstol debe dejar su ocupación, desháganse de lo que el hombre llama ocupación. Por otro lado, por favor noten que mientras aprenden a viajar de un sitio a otro llevando el evangelio, sería mejor que tomaran un segundo trabajo que les permita ser apóstoles en vez de quejarse de que la iglesia carece de amor, como hacen algunos debido a su propia carencia de fe. Sería mejor ser como Pablo y decir: “¡Miren, estas dos manos!” en vez de ser débiles en fe aparentando tener una esperanza en Dios mientras que, en realidad, tienen esperanza en los hombres y en los hermanos. Sería mejor en ese tiempo trabajar un poquito con nuestras propias manos para que podamos sostenernos a nosotros mismos y también mantener a otros. Yo pienso y creo, que la cosa más deshonrosa ante Dios es poner la mira en el amor de la iglesia en vez de tener fe en Dios. Yo pienso y creo que la cosa más deshonrosa a los ojos de Dios es quejarnos de los hombres, y sin embargo no poder confiar en el Señor. Yo pienso que es más deshonroso ante Dios que un hombre espere en Dios en apariencia, cuando en realidad no alza sus ojos al cielo sino hacia su alrededor y a su medio ambiente. Esto es aún más deshonroso delante de Dios.

El principio de “¡Mirad, estas dos manos!”

Sin embargo, hay aquí algo que quisiera en lo posible recalcar: el principio de “Mirad estas dos manos”, lo cual es decir que estas dos manos le ayudarán aún más a ser apóstol. Hay mucha gente cuyas manos no necesitan pescar. ¿Ven esto? Debemos mantener enfáticamente delante de Dios lo que verdaderamente estamos haciendo, aquello para lo cual estamos sobre la tierra, y la clase de personas que somos delante de Dios. Por favor, recuerde que delante de Dios usted es un apóstol llamado por Dios. Debido a que usted es apóstol, debe dejar su ocupación por completo. De ahora en adelante, aunque trabaje con sus manos de nuevo, no es a fin de tener una ocupación. Si trabaja con sus manos de nuevo es para proveer para sus necesidades y las de sus compañeros. ¿Por qué hay necesidades? Porque usted es un apóstol. Debido a que usted es apóstol, hay necesidades. Usted ha llegado a ser apóstol; por lo tanto hay necesidades, y se ve obligado a trabajar con sus manos. Mis hermanos aquí tienen necesidades; por lo tanto, yo necesito trabajar con mis manos, para que ellos puedan ser apóstoles. Trabajo con mis manos con la esperanza de mantenerme a mí y a mis colaboradores, no debido a una carencia en mis propios recursos económicos ni debido a que estoy siendo impedido, ni debido a que he tomado el camino equivocado.

Por consiguiente, espero que los hermanos y hermanas puedan ver que este camino es diferente. No es un cambio de ocupación, sino el sostenimiento de nuestro apostolado con un trabajo. No es un cambiar del apostolado a la ocupación de hacer tiendas, sino el mantenimiento de nuestro apostolado por medio del trabajo de hacer tiendas.

Pescar y hacer tiendas,dos cosas distintas

Si un hermano piensa que no puede hacer bien las cosas o que tiene dificultades económicas, él se irá a enseñar o a pescar. Les digo que cuando el Señor murió, hubo muchos que se fueron a pescar. Pero cuando el Señor murió, ¿podría decir usted que nuestro Señor estaba vivo para siempre en los cielos? ¡Solamente los que se decepcionaron se fueron a pescar! Pero aquí vemos a uno que se fue a hacer tiendas, mas no por estar decepcionado; en este caso no se encuentra nada de desaliento. Se trata aquí de dos asuntos diferentes.

Que Pedro se pusiera a pescar y que Pablo empezara de nuevo a hacer tiendas son dos cosas completamente diferentes. La experiencia de Pedro de irse a pescar era llegar a un callejón sin salida donde no podía proseguir. Que Pedro se hubiera ido a pescar significa que consideraba que el Señor había muerto, que todo había terminado, y que no había esperanza. El mismo era un fracaso, y el Señor había muerto; por lo tanto, se fue a pescar. Hermanos, deben notar que la fabricación de tiendas por parte de Pablo no era una ocupación. Pablo tenía plena claridad de que el Señor estaba vivo y no podía hacer otra cosa que ser apóstol. Si el apostolado era cómodo, él sería apóstol, y si le era sufrimiento, igual sería apóstol. Si recibía dinero, él sería apóstol, y si no recibía ningún dinero, de todos modos sería apóstol. Cuando tenía el respaldo de los hermanos él era un apóstol, y cuando no lo tenía, seguiría siendo apóstol. Esto es una cosa completamente distinta que el pescar de Pedro. Vivir era ser un apóstol, y morir también era ser un apóstol. Si él necesitaba esforzarse, aun eso haría para ser apóstol. El ponía sus dos manos en ello; aparte de toda la obra y toda la labor, estaba dispuesto a hacer un trabajo más, para que la obra de los apóstoles no se derrumbase. Este era Pablo. El era así no solamente hacia sí mismo, sino también hacia los que estaban con él. Con el trabajo de sus dos manos, él se mantuvo a sí mismo, y también a los que estaban con él. Esta era la senda en la que Pablo andaba.

No cambiando de ocupación sino esforzándose aún más

Hoy, hermanos y hermanas, necesitan ver este principio básico: todos ustedes los que salen a predicar el evangelio, que han sido llamados por el Señor a servirle plenamente en el evangelio, que son apóstoles, sean hermanos o hermanas, ustedes necesitan dejar por completo sus ocupaciones. Esta es la manera apropiada. Ustedes deben dejar todo para ser apóstoles. Sin embargo, cuando haya necesidad, si ustedes pueden llevar la carga adicional para trabajar por un período de tiempo, entonces pueden trabajar, pero no como los recaudadores de impuestos que trabajan día y noche en la oficina de recaudación. Si no hay tal necesidad, entonces no necesitan trabajar. Cuando la iglesia no tiene manera de mantenerlos, o cuando la iglesia no los mantiene, como en los días cuando los israelitas no daban las ofrendas y los levitas tenían hambre, ustedes pueden trabajar un poco en un trabajo secundario para ayudarse a sí mismos y a sus colaboradores, y aún ser apóstol. Por favor, recuerden que este principio de hacer tiendas no sólo no los distrae sino que los enfoca aún más. No solamente no es un estorbo, sino más bien es una ayuda. No solamente no es un cambio de ocupación de ustedes, sino más bien el mejoramiento de dicha ocupación. Hermanos y hermanas, esto quiere decir que ustedes deben esforzarse con mucho más tesón. Ustedes tienen que llevar la carga de la obra que el Señor les ha asignado, y la responsabilidad que el Señor les ha dado. Puesto que ustedes quieren llevar la carga, usarán todos los medios para llevarla. Está bien el irse a trabajar de esta manera. Esto lo digo con respecto a los apóstoles específicamente.

LA DEFINICIÓN DE UN COLABORADOR ES MÁS AMPLIA QUE LA DE UN APÓSTOL

¿Qué de los colaboradores? La definición de un colaborador es realmente más amplia que la de un apóstol. Aquila y Priscila eran colaboradores. Febe era una colaboradora. Los ancianos y diáconos responsables que hay en cada iglesia son también colaboradores.

Se requiere que la ocupación de cada persona sea secundaria

Nosotros les pediríamos a todos los hermanos y hermanas que cambien su ocupación a una ocupación secundaria. Es bueno, muy bueno, si en su localidad usted tiene los medios para mantenerse a sí mismo y deja su ocupación para servir solamente a Dios en su localidad. Sería también bueno si en esa localidad, usted sirviera a Dios, tomara la responsabilidad local en el ministerio de la palabra, o tomara parte en la oficina o en el servicio, mientras hiciera algo para mantenerse a sí mismo y a otros. No sé si han visto esto o no. Entre nosotros ningún hermano o hermana vive para sí mismo. Ningún hermano o hermana pesca para sí mismo. Entre nosotros, todos los hermanos y hermanas pescan para su oficio, o para su servicio. Si éste es el caso, el problema de ocupación puede ser resuelto muy fácilmente. Si usted está claro acerca de su oficio, entonces estará claro acerca de su ocupación. Si no tienen claridad acerca de su oficio o de su servicio, déjenme decirles que su ocupación será absolutamente inútil delante de Dios.

El propósito es el servicio

Cierto hermano me preguntó si está bien tener un segundo trabajo. En esa ocasión le contesté que era bueno, y que estaba bien tomar un segundo trabajo. Pero ésa no es la pregunta. La pregunta es: ¿cuál es su trabajo primario? Ante Dios una persona debe tener una intención y un propósito. Pablo dijo que su intención, su deseo, o podemos decir su ambición, y su meta era agradar al Señor. ¿Cuál era su propósito y ambición? El dijo que era agradarle al Señor. La primera pregunta que necesita responder es: “¿Por qué está haciendo negocios?” ¿Es para ganar dinero o para hacerse rico? Algunas personas quieren hacerse ricas, no solamente ganar dinero. Incluso muchos médicos en Shanghái no están trabajando solamente para ganar dinero sino para hacerse ricos. Nuestro propósito delante de Dios no es hacernos ricos, sino ganar dinero, o sea tener un poco de ingresos y mantener la obra del Señor. Este fundamento debe ser establecido primero. Ustedes deben tomar la decisión interiormente en cuanto a qué desean delante del Señor. Pablo dijo que quería agradar al Señor. ¿Qué es lo que ustedes desean? Hoy día, delante del Señor yo tengo un solo propósito: yo quiero servirlo y deseo que Su obra sea bien hecha.

La ocupación es un asunto secundario

Hoy día, todos los hermanos y hermanas deben tratar con esto: nosotros debemos darlo todo para servir al Señor. Les digo que si hacemos esto, lo de la ocupación será una pequeñez. Lo que ustedes hacen es una cosa insignificante. Si ustedes no son fuertes delante del Señor y su servicio a Dios no es fuerte, su situación es como la del trabajo de tejer seda, el cual no puede ser tocado sin ser rasgado. Una vez que lo toque, habrá una rotura. Si ante el Señor su servicio a El es fuerte, aunque usted regrese a trabajar, el camino está aún abierto. Tal vez ciertos hermanos regresen a ser médicos, o a hacer bordados, o a hacer redes para el pelo. Pero si esto es algo que ustedes hacen como trabajo secundario a fin de mantener su servicio, no hay problema. Esto no causará un problema para su ministerio debido a que ustedes no están en esa ocupación.

Por ejemplo, pronto nuestros hermanos regresarán a encargarse de un negocio de lino o de bordados. Ellos están preparados para vender el producto a fin de usar todo lo que tienen para mantener su cargo delante de Dios. Su función delante de Dios es tan urgente y crítica que todo lo que hacen es para ayudar a su función. De nuevo, puede haber una persona que tiene un negocio de redes para el pelo o de bordados. El ha puesto su corazón y su mente en hacerse rico, sin embargo dice: “Yo soy igual que los otros hermanos. Puesto que yo quiero ser rico, me imagino que los otros hermanos también desean ser ricos y que no hay diferencia entre nosotros”. Les digo, delante de Dios su senda está errada, y la manera de llevar a cabo su oficio estará restringida. Su propósito es llegar a ser rico, pero el propósito nuestro no es llegar a ser ricos. Todas las ocupaciones pueden ser llevadas a cabo de la misma manera, pero nuestra manera tiene como propósito servir a Dios.

Servir a Dios en cualquier cosa que hagamos

Si deseo servir a Dios, debo servirle en cualquier cosa que haga. Les digo que ustedes tienen que darlo todo para este fin. No solamente el no hacer tiendas tiene como objetivo ser un apóstol, sino que incluso el hacer tiendas tiene como objetivo ser un apóstol. No solamente el fin de no pescar es ser un apóstol, sino que aun el fin de pescar es ser un apóstol. Por lo tanto, espero que ninguno de los hermanos que son apóstoles cambie sus prioridades delante de Dios. También espero que ninguno de los hermanos que están sirviendo a Dios en las localidades tampoco cambie sus prioridades. Servir a Dios es nuestra carrera, nuestra carrera básica. Todo lo que hago lo hago para servir a Dios. El no hacer dinero es servir a Dios, y el hacer dinero es también servir a Dios. El designar cierta porción de mi tiempo es también para servir a Dios. Si ando en este camino sin obstáculos, estoy sirviendo a Dios. Si ando en este camino y hallo un obstáculo y cambio mis medios de andar, también estoy sirviendo a Dios. Estoy dispuesto aun a dar mi vida. De esta forma el asunto está resuelto.

Todos aquellos cuyo interés es el Señor son colaboradores

Todos aquellos cuyo interés es el Señor son nuestros colaboradores. Hermanos, ¿ven esto? Esto se debe a que nuestro cargo principal es el mismo. Delante de Dios todos los hermanos desean servir al Señor. Nosotros podemos decir delante del Señor que éstos son nuestros colaboradores, como Pablo dijo en Romanos 16: “Mis colaboradores”. Todos los que sirven al Señor han llegado a ser nuestros colaboradores. Por favor, recuerden que la cuestión de los colaboradores no es lo que pensábamos anteriormente. Una persona puede dar veinticuatro horas al día, y puede aún no ser nuestro colaborador. Igualmente, una persona puede trabajar un par de horas por las noches, y sin embargo, pueden decir que este hermano es nuestro colaborador. Si un hermano es un colaborador o no, no depende de si tiene un trabajo, ni del aspecto financiero. Si uno es un colaborador depende de cuánto la obra sea su ocupación. Una persona puede lavar ropa o limpiar pisos y aún ser nuestro colaborador. Una persona puede tejer telas, o arreglar ropa, y aún ser nuestro colaborador. No importa qué clase de trabajo haga. Una persona puede trabajar en una locomotora o en un barco —agua y fuego no son lo mismo, y tierra y mar no son lo mismo— pero es aún un colaborador. Un hermano puede regresar a su negocio de lino, y otro, a ejercer la medicina. Si nuestro propósito es el mismo, el servir a Dios para que El pueda hacer lo que desea hacer en la China, si ustedes lo dan todo, y yo lo doy todo, si ustedes dan todo su tiempo y yo también doy todo mi tiempo, si ustedes dan todo su dinero y yo doy todo mi dinero, les digo, somos colaboradores. No somos colaboradores solamente entre nosotros, somos colaboradores juntamente con Pedro y Pablo también. Somos colaboradores con los que han servido a Dios por todos estos años.

La obra no es la misma pero el propósito sí es el mismo

Hoy día mucha gente tiene un punto de vista errado, el de prestar atención a ser iguales en la obra en vez de poner atención a ser iguales en propósito. Muchos no prestan atención a cuán firme o cuán crítico es el propósito, sino más bien a si las cosas son iguales o no. Por favor, recuerden que el hecho de que las cosas sean iguales no los hace colaboradores. Tal vez cuando un hermano va a Tsingtao puede encontrar cinco o diez médicos allí. Pueden estar trabajando con él en la misma clínica, pero no se puede decir que ellos son nuestros colaboradores. Trabajan en lo mismo, pero no son nuestros colaboradores. Hay solamente una cosa: yo vivo aquí para ayudar en el evangelio, y todos mis ingresos son para el evangelio. Les digo, esto resuelve todos los asuntos.

Por ejemplo un médico, noble ocupación, y una hermana que lava ropa, pueden ser colaboradores. El uno ha estudiado por muchos años y ha recibido años de entrenamiento especializado, mientras que la otra tiene poca educación, pero debido a que el propósito de ambos es el mismo, ellos son colaboradores. Otro cristiano puede haber recibido la misma educación, y sin embargo no ser un colaborador.

Hermanos, la cosa principal, básica y más importante, es que, si ustedes se esfuerzan con todo lo que tienen, tienen una vía libre. Es por esto, hermanos y hermanas, que frecuentemente pienso que si una persona no tiene absolutamente ningún otro interés que el Señor, da todo lo que tiene, no se preocupa por el mundo, vive en la tierra totalmente para el Señor, y usa todos sus medios, los que sea que tenga, para servir a Dios, sin importar qué clase de trabajo tenga, y sin importarle su posición, uno sentirá que ahí hay una persona llena de luz.

Es necesario servir por todos los medios

Les digo que no hay muchos colaboradores, y nunca ha sido muchos colaboradores. Pedimos a Dios que en verdad haga la obra de recobro en estos últimos días, que muchos tengan tal corazón para servir al Señor por todos los medios. Por esta razón, aprecio esas dos manos de Pablo. Según la manera adecuada, muchas cosas no necesitan haber sido hechas. Como regla, la iglesia debe ser responsable por el mantenimiento completo de la obra y todas las necesidades de los apóstoles. Sin embargo, la iglesia no tomó la responsabilidad. Cuando la iglesia falló en tomar la responsabilidad y solamente cuidó de sus propias necesidades, cuando se olvidó de mantener a Pablo, y no solamente no lo mantuvo sino que hasta lo criticó, él dijo: “¡Mirad estas dos manos!” Por lo tanto, espero que puedan ver que todas estas cosas no disminuyeron su apostolado, sino que más bien establecieron, mantuvieron, y fortalecieron su apostolado. Su apostolado dependía de sus dos manos. En otras palabras, estas dos manos excepcionales, estas manos que no deberían haber trabajado para su mantenimiento, no eran necesarias cuando la iglesia estaba en el camino apropiado. Sin embargo, Pablo estaba dispuesto. Por lo tanto, digo francamente, que esto es servir por todos los medios. Siempre y cuando ustedes puedan servir, todo estará bien. Siempre debemos servir.

Por lo pronto, pienso que primero debemos establecer quién es un colaborador. Naturalmente tenemos el concepto equivocado, pensando que los colaboradores son los que han dejado su ocupación y que tienen otros ingresos aparte de los que vienen de una ocupación. Esto no es cierto. Los colaboradores son los que tienen un solo corazón, un solo propósito y una sola ambición delante de Dios, y que están sirviendo a Dios para agradarle. No importa en qué trabajo estén ocupadas sus manos, siempre y cuando su propósito sea el mismo, todos éstos son colaboradores en el Señor.