Watchman Nee Libro Book cap.10 Los asuntos de la iglesia

Watchman Nee Libro Book cap.10 Los asuntos de la iglesia

LA COORDINACIÓN ENTRE LOS OBREROS

CAPÍTULO DIEZ

LA COORDINACIÓN ENTRE LOS OBREROS

1. RECONOCIMIENTO DE LA AUTORIDAD PERITOS ARQUITECTOS EN LA OBRA DE DIOS

Hay una cosa que debemos saber, esto es, que aunque muchos son obreros en la obra de Dios, algunos figuran como peritos arquitectos establecidos por Dios. Ustedes pueden ver que en 1 Corintios 3, Pablo mismo dijo: “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto”.

Los que ponen el fundamento y los que edifican sobre él

Ustedes pueden ver en 1 Corintios 3, que algunos edifican y que otros ponen el fundamento. Por lo tanto, Pablo dice: “…yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima”. Todos son constructores; algunos ponen el fundamento, y otros edifican encima. Por lo tanto, los obreros no deben trabajar según la manera que deseen. Parece que a algunos se les asignó la tarea de poner el fundamento, y a otros Dios les asignó que edificaran sobre tal fundamento. Por esto vemos que algunos son peritos arquitectos.

El significado del fundamento es el siguiente: los que ponen el cimiento tienen que encontrar un terreno sólido, tienen que localizar un sitio donde puedan poner el fundamento. Ellos salen y hallan un sitio, hacen los arreglos relacionados con el lugar, y determinan la posición del solar. No hay necesidad de que los que edifican sobre el fundamento busquen un terreno, o determinen cuál es el mejor lugar para el edificio. Esta no es responsabilidad de los que edifican sobre el fundamento; su responsabilidad es edificar sobre el fundamento, sin importar dónde esté.

El significado de no edificar sobre el fundamento de otros

Cuando Pablo dijo que no deseaba edificar sobre el fundamento de otros, se estaba refiriendo específicamente a la obra de los hermanos de la región de Jerusalén. Pablo no quería edificar sobre fundamento de otros debido a que él era una persona que Dios había establecido para que pusiera fundamentos. Pero 1 Corintios 3 muestra que es necesario que otros edifiquen sobre el fundamento de Pablo. En el futuro, en el tribunal del Señor, ellos serán juzgados con base en cómo hayan edificado sobre el fundamento. Algunos usan oro, plata y piedras preciosas para edificar, pero algunos usan madera, heno y hojarasca para edificar. El juicio en el tribunal es para juzgar la manera en que uno haya edificado sobre el fundamento.

Sin citar la Palabra a la ligera

Me molesta que muchos hermanos y hermanas hayan citado de una manera descuidada las palabras de la Biblia que yo mencioné en estos últimos días. Hay palabras que no se pueden citar de una manera descuidada. Si no hemos alcanzado cierta condición no podemos aplicar ciertas palabras. Tenemos que avanzar hasta esa condición antes de poder decir esas palabras. Tales palabras no son para que los jóvenes las hablen a la ligera. Frecuentemente he oído a los jóvenes decir: “No quiero edificar sobre el fundamento de otros”. Estas palabras están bastante fuera de lugar. En la Biblia no hay muchas personas que hayan sido levantadas por Dios para poner un fundamento.

Esta palabra fue hablada por Pablo

Sin duda, había ciertos hermanos en Jerusalén que habían sido levantados por Dios. Pablo también fue levantado por Dios. Que Pablo dijese que él no edificó sobre el fundamento de otros estaba bien, y era también lo que se esperaba, porque él era un perito arquitecto puesto por Dios con el propósito de poner un fundamento. Si ninguno de los hijos de Dios quiere edificar sobre el fundamento, sino que quiere poner fundamento, eso llegará a ser lo que está descrito en Hebreos 6, esto es, poner un fundamento continuamente sin edificar sobre tal fundamento. Pablo dijo que él había venido para poner un fundamento. El dijo: “Vine y puse un fundamento. Fui enviado por Dios”. El dijo que era un arquitecto inteligente, un perito arquitecto. Pablo no estaba afirmado sobre una posición imaginaria. Dios realmente lo había establecido. El era osado en hacer tal declaración y era, por supuesto, un perito arquitecto que había puesto el fundamento sobre el cual otros debían edificar.

Todos los hermanos y hermanas posteriores a Pablo necesitan aprender a edificar sobre este fundamento. En el futuro, cuando ustedes sean juzgados, no serán juzgados conforme a si el fundamento es correcto o no, sino que serán juzgados según la manera en que edificaron sobre el fundamento. Cuando el juicio venga, se basará en si usted edificó sobre el fundamento con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y hojarasca. No se basará en si el fundamento es correcto, sino en que lo edificado sobre tal fundamento, sea correcto. Por lo tanto, no debemos decir livianamente que no edificamos sobre el fundamento de otros. Pablo podía decir esto, pero otros no. Nosotros hemos visto que cualquiera que pone el fundamento es un perito arquitecto. Los hermanos posteriores a Pablo han de edificar sobre el fundamento puesto por Pablo. Edificar sobre el fundamento es responsabilidad de ellos, y poner el fundamento es responsabilidad de Pablo. Esto es bastante claro, y tenemos que aprenderlo.

ALGUNOS ENTRE LOS APÓSTOLES ESTÁN A LA VANGUARDIA

Ustedes deben tener presente que Pablo era apóstol, y que Bernabé, cuando salió con Pablo, también era apóstol. En la Biblia, como ya dije hace unos días, no hay apóstol principal. No hay posición de apóstol principal. Pero en la Biblia podemos ver claramente que algunos van a la vanguardia entre los apóstoles.

Andrónico y Junias

Romanos 16 implica el pensamiento que acabamos de mencionar. En ese capítulo se menciona claramente que Andrónico y Junias eran notables entre los apóstoles. Algunos son especialmente notables entre los apóstoles, y otros no.

Pedro

Entre los doce Apóstoles, parece ser que Pedro era el líder. Durante Pentecostés, los doce Apóstoles no se pusieron de pie al mismo tiempo. Pedro se levantó primero; luego los once Apóstoles se levantaron junto con él. Debemos prestar atención al orden presentado en la Palabra de Dios. Durante Pentecostés, una gran multitud vino a Jerusalén. Cuando oyeron el estruendo del cielo estaban sorprendidos, preguntándose qué sería aquello, y todos concurrieron al lugar dónde estaban los apóstoles. La Biblia narra que Pedro, juntamente con los once, se puso de pie, alzando la voz para hablar. Pedro se puso de pie, y los once apóstoles se levantaron con él. Pedro fue el que alzó la voz para hablar. Entre esos doce, había espontáneamente uno que era el líder.

En Hechos 3, cuando Pedro y Juan subían juntos al templo, vemos de nuevo que el Espíritu de Dios puso el nombre de Pedro primero. Aunque el mendigo vio tanto a Pedro como a Juan, el nombre de Pedro siempre aparece primero. Tanto Pedro como Juan fijaron los ojos en el mendigo, pero fue Pedro el que habló y no Juan. Más tarde, fue Pedro el que lo sanó, y no Juan. Después, en el pórtico de Salomón fue Pedro el que abrió la boca para predicar, y no Juan. Por favor, recuerden que fue Pedro el que predicó en el capítulo dos, aunque también los once apóstoles estaban allí. Fue también Pedro quien predicó en el capítulo tres.

En el capítulo cinco fue Pedro una vez más, quien trató con el incidente de Ananías y Safira. Por lo tanto, fue Pedro el que siempre era el líder aunque los otros apóstoles también tenían comunión con Dios, tenían comunión entre ellos ante Dios, y laboraban juntos en unidad.

En el capítulo cinco cuando ellos fueron encarcelados, y luego sacados de allí para ser juzgados, “respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”. De nuevo fue Pedro el que habló. Aunque todos hubieran estado hablando, la Biblia específicamente dice: “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron”. Deseo que lean todas estas porciones, y entonces podrán ver que la primera sección de Hechos presta especial atención al hecho de que Pedro estaba en la vanguardia.

Después tuvo lugar una gran persecución en Jerusalén, y los discípulos fueron esparcidos por todas partes. Ellos iban predicando el evangelio, y algunos samaritanos recibieron la palabra del Señor. Luego, cuando la iglesia en Jerusalén oyó de esto y envió obreros, son de nuevo Pedro y Juan los que van juntos. Hasta este punto, era todavía Pedro el que era el líder.

Llegamos a Hechos 10, a la casa de Cornelio, una porción de la Palabra con la que estamos más familiarizados. Aunque había doce Apóstoles, fue solamente a Pedro a quien buscaron. También a Pedro fue mostrada la visión de Dios. Después vemos que Pedro tomó consigo algunos hermanos de Jope y que los nombres de estos hermanos no se mencionan en la Biblia.

Por lo tanto, hasta este punto en Hechos 10, en la casa de Cornelio, el camino de Dios era como sigue: entre los obreros en Jerusalén había uno que era el líder, y podemos ver claramente que éste era Pedro.

Bernabé

Después, el evangelio se esparcía por Jerusalén, Judea y Samaria, y vemos la conversión de Saulo. Debido a que los hermanos en Jerusalén sufrieron persecución, algunos fueron a diferentes lugares. Así, mucha gente de esos lugares creyó en la palabra del Señor. Por lo tanto, la iglesia en Jerusalén envió a otra persona, Bernabé, para que los visitase. El fue hasta Antioquía. Bernabé era un varón bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Cuando llegó a Antioquía, ayudó a la iglesia en Antioquía. Después de un tiempo, Bernabé oyó de Saulo. El mismo fue a Tarso a buscar a Saulo, y lo condujo a Antioquía. Entonces Bernabé pasó todo un año en Antioquía. Bernabé no tenía deberes oficiales en Jerusalén. Esa es la razón por la cual podía vivir fuera de Jerusalén por un año. No tenía que regresar a Jerusalén como Pedro o Juan, porque él no era un anciano en Jerusalén. Podemos decir que durante ese año Saulo recibió edificación de parte de Bernabé.

Después de un tiempo, debido a una gran escasez, los hermanos que estaban en Judea empobrecieron y sufrieron mucho. Los hermanos en Antioquía recogieron dinero y lo enviaron a los ancianos en Jerusalén por conducto de Bernabé y Saulo. Debido a que el dinero era para uso local, fue enviado a los ancianos en vez de a los apóstoles.

Más tarde, varios profetas y maestros fueron levantados en la iglesia en Antioquía. Bernabé era uno de ellos, y también Saulo era uno de ellos. Aquí el Espíritu Santo ordenó que Bernabé y Saulo fuesen apartados para ser apóstoles, y para ser enviados a la obra.

Hasta entonces, Bernabé estaba en la vanguardia. Fue Bernabé el que estableció la iglesia en Antioquía. La iglesia en Antioquía no fue establecida por Saulo. Fue Bernabé el que bajó de Jerusalén para establecer la iglesia en Antioquía. Cuando la iglesia en Antioquía envió dinero a Jerusalén, ellos enviaron a Bernabé y a Pablo. Pablo era el que seguía. Entonces, el Espíritu Santo vino para enviar algunos a la obra, de entre los profetas y maestros. Las Escrituras dicen: “Dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Bernabé aún estaba en la vanguardia.

Dios es Dios de autoridad y Dios de orden

Por favor, recuerden que en la obra de Dios y en la iglesia de Dios, nunca puede haber una situación en la que no haya orden. Necesitan ver delante de Dios que aun entre dos personas, una antecede a la otra. Cuando diez personas se reúnan, habrá una al frente, y nueve atrás. Cuando doce se reúnan, una precederá y once estarán atrás. Dios es siempre Dios de autoridad y Dios de orden. Nunca hay un sistema de comité de tres o cinco hombres. ¡No hay tal cosa en la Biblia! Puede haber varios ancianos, pero Dios no establece un comité. Aunque Dios no nombra un presidente, ustedes necesitan escuchar al que Dios establece de entre los ancianos cuando lleven a cabo los asuntos del Señor. Hoy día, al hablar del asunto de la obra, es exactamente lo mismo. Había doce apóstoles en Jerusalén, pero Dios puso a Pedro al frente. El resto de los once tenían que esperar atrás, y escuchar lo que él decía. El Jacobo que mencionamos anteriormente no era el hermano mayor de Juan. El hermano mayor de Juan ya había muerto. Este Jacobo estaba a la vanguardia en la iglesia local. Ustedes necesitan ver este asunto delante de Dios. No solamente tenemos a Bernabé por un lado y a Saulo por otro, sino que espontáneamente Bernabé estaba más adelante que Saulo. En la obra, hay siempre aquellos al frente. Incluso cuando dos hermanas están juntas, si son personas que han aprendido la lección de reconocer la autoridad, se darán cuenta inmediatamente de que una de ellas necesita aprender a pararse en terreno de obediencia. Lo primero en la coordinación de la obra es la coordinación de la autoridad de Dios. Una vez que perdamos la coordinación de autoridad, todas las otras coordinaciones serán vacías.

Por favor, noten que la palabra de Dios en la Biblia es muy fina y detallada. “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego…” Deben ver que Dios no es Dios de confusión sino Dios de orden. Dios no es partidario del desorden ni de la confusión. Dios está en pro del orden, y Dios es Dios de autoridad. Esa es la razón por la cual dice: “primeramente”. Esto no significa que hay un sistema aquí de organizaciones o comités en el cual cada uno tiene derecho a hablar y a votar. Dios no reconoce esto en absoluto. Este es el método de los hombres. En Su palabra Dios dice: “Primeramente … segundo … tercero … luego…” Este es el arreglo de Dios. Por lo tanto, cuando los hermanos vienen a laborar en la iglesia o en cualquier cosa, deben ver su propia posición. Ellos deben aprender a alinearse. Hoy día, si tres personas andan juntas, espontáneamente sabrán cuál hermano está al frente de ellos. Si tienen una pregunta, deben hacerla a ese hermano. Inmediatamente, verán el principio de la iglesia ahí. Esto es muy hermoso. Cuando estén con dos o tres hermanos y algo pase, inmediatamente tomarán la posición de obediencia y preguntarán: “Necesitamos tomar una decisión en este asunto, ¿qué dice usted?” Incluso cuando dos estén juntos, también usted sabe quién está adelante de usted. Esta no es una cuestión de ordenación ni designación. Si nosotros tenemos que designar, entonces las cosas ya se han malogrado. Es obvio que algunos están al frente, y que algunos están detrás.

Estar al frente es tener autoridad

Dios no tiene la intención de que nosotros escuchemos la autoridad que El ha establecido debido a que tal persona sea perfecta. Lo que Dios dice es que la autoridad de esta persona es más alta que la nuestra; por lo tanto, debemos escucharle a él. No escuchamos a esta persona porque sea mejor que nosotros. Debemos escucharle porque está adelante de nosotros. La base para la obediencia no consiste en que aquel a quien escuchamos sea perfecto. La base para la obediencia reside en que aquel a quien escuchamos está al frente de nosotros. Si algo va mal, él es el responsable. Déjenme dar un ejemplo. Dios dice que las esposas tienen que obedecer a los esposos. No es debido a que el esposo sea perfecto que la esposa debe obedecerle. Si los esposos tuviesen que ser perfectos, ninguna esposa en el mundo tendría que obedecer a su esposo, porque ningún esposo es perfecto. Las esposas deben obedecer a sus esposos. ¿Por qué? Porque es el marido. Si él es perfecto o no, no es el factor decisivo. La pregunta es si él es el marido o no. Si es el marido, la esposa debe obedecerle y punto. Hoy día es igual. En la obra de Dios, en la relación y coordinación de los colaboradores, si dos son puestos juntos, entonces espontáneamente deben conocer la posición de cada uno. Cuando algo pase, ustedes siempre sabrán cómo hacerse a un lado y decir: “Hermano, usted hable”. Usted espera a que él hable, porque él está al frente suyo. No somos obedientes a la selección del hombre, sino a la autoridad de Dios. Una vez que un hermano esté al frente de usted, debe serle obediente. Sería extraño que nadie fuese seleccionado para que usted le obedeciese, y que no hubiese nadie a quien usted debiese obedecer. Si tal es el caso, usted claramente no ha visto el arreglo de la autoridad de Dios en la Biblia.

Este es el procedimiento en la obra cuando dos hermanos están juntos; espontáneamente, Bernabé estaba en primera fila, y Pablo atrás. En la designación del Espíritu Santo, Bernabé fue espontáneamente puesto en el frente y Pablo atrás. Comenzando con el capítulo trece cuando Bernabé y Pablo salieron, Bernabé antecedía a Pablo durante todo el trayecto. El versículo 7 dice: “Este, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios”. Una vez más es Bernabé y Saulo.

Quisiera que notaran que en Hechos 13:1, Bernabé era el primero entre muchos profetas y maestros, y Saulo era el último. No crean que Pablo estaba muy avanzado en el comienzo. ¡No hay tal cosa! Cuando salieron, el último era Pablo. “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.” Bernabé era el primero, luego Simón, Niger, Lucio, Manaén, y, por último, Pablo. Entre los cinco, el primero era Bernabé, y el último era Saulo. Tal vez todos esos precedían a Pablo en el Señor en ese tiempo. Cuando salieron a la obra, el Espíritu Santo también reconoció a Bernabé como el que estaba en la vanguardia. “Ministrando éstos al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Otra vez es Bernabé y Saulo.

Después en el versículo 7, cuando iban de camino, Sergio Paulo llamó “a Bernabé y a Saulo … [y] deseaba oír la palabra de Dios”. El Espíritu Santo aún reconocía que Bernabé estaba al frente.

Pablo

Algo muy interesante ocurrió en esta ocasión. Por primera vez, la Biblia narra que Pablo estaba lleno del Espíritu en la obra. Que Pablo hubiera sido lleno del Espíritu Santo previamente en su bautismo era otra cosa. El se arrepintió, fue salvo, y fue lleno del Espíritu Santo. Eso fue una cosa distinta. Pero, ¿qué tal aquí? Por primera vez la Biblia dice: “Entonces, Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo” (v. 9). Aquí Dios hizo algo por medio de Pablo. Pablo realizó un milagro al hacer que un hombre quedará ciego.

Después, llegaron a Panfilia, y luego a otro sitio llamado Antioquía, un lugar del mismo nombre que el anterior, sólo que ésta era Antioquía de Pisidia. Cuando entraron en una sinagoga en el sábado, y se sentaron, los principales de la sinagoga les pidieron que hablasen. Entonces Pablo se levantó. En el caso anterior Pablo hizo un milagro, y aquí predicó. Esta fue la primera vez en Hechos que alguien predicó además de Pedro y Esteban. La Biblia no menciona que Bernabé hubiese dado un mensaje tan largo. Hasta este punto, se puede ver solamente que Pedro dio unos cuantos mensajes extensos en Hechos. A partir del día de Pentecostés, tenemos un mensaje en el capítulo dos y unos cuantos mensajes en los capítulos siguientes, hasta su mensaje en la casa de Cornelio. Con la excepción de Pedro y Estaban, lo que había sido predicado por otros no está anotado en la Biblia. El Espíritu Santo permitió que Pablo diese un paso adelante para hablar una palabra sólida; el Espíritu lo usó para que fuese un ministro de la palabra.

De ahí en adelante, en la Biblia, el orden de las palabras comenzó a cambiar. Hechos 13: 43 dice: “Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé”. ¿Ven esto? Ahora Pablo está primero.

El versículo 46 dice: “Entonces Pablo y Bernabé hablando con denuedo”.

El versículo 50 dice: “Pero los judíos … levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites”.

Pero esto no quiere decir que el asunto había concluido de esa forma. Cuando llegamos al capítulo catorce, una vez más Bernabé es mencionado primero. Esto ocurrió después de que regresaron a Listra. Desde el capítulo trece en adelante vemos claramente que Pablo estaba siempre al frente. Aun en el capítulo catorce Pablo todavía estaba en la vanguardia. Fue Pablo el que predicó y sanó al hombre cojo. El versículo 12 dice: “Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra”. Júpiter y Mercurio eran los nombres de los dioses de Listra. Los paganos vieron que Pablo era el líder. Así que cuando se dirigieron a él con el nombre de uno de sus dioses, usaron el nombre de uno con una posición más alta debido a que él era quien hablaba y tomaba la iniciativa. Aunque el versículo 14 dice: “Bernabé y Pablo”, mencionando primero a Bernabé, ésta es una excepción. Hay una razón para esta excepción: cuando el sacerdote de Júpiter (cuyo templo estaba fuera de la ciudad) oyó decir que Júpiter había bajado del cielo, descendiendo sobre una persona, vino rápidamente trayendo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios a los apóstoles. Ellos pensaban que Bernabé era Júpiter; por lo tanto pusieron a Bernabé adelante. El sacerdote de Mercurio no acudió, pero el sacerdote de Júpiter acudió a sacrificar a su propio dios. Esta es la razón por la cual el versículo 14 dice: “Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas”. Era natural que Bernabé estuviese tomando la iniciativa aquí, porque creían que Bernabé era Júpiter. Por lo tanto, Bernabé se lanzó en medio de ellos antes que Pablo.

Desde este punto en adelante, hasta el capítulo quince, hay solamente una ocasión más en la que el nombre de Bernabé fue puesto antes que el de Pablo. Ese incidente también tenía su propia razón. Aparte de estos dos lugares, Pablo estaba siempre en la vanguardia.

Después de esto, podemos ver que la muchedumbre originalmente estaba ofreciendo sacrificios a ambos apóstoles, pero éstos rehusaron recibir tal cosa. Como resultado, “vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto”. Anteriormente querían ofrecerle sacrificios, pero ahora trataron de apedrearlo hasta matarlo. “Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe”. En este incidente Pablo era el centro.

En el capítulo quince, ellos habían regresado a Antioquía. ¿Qué hicieron cuando surgió el problema en Antioquía? Vemos que “como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos”. Después, cuando los hermanos enviaron algunos a Jerusalén, “se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y los ancianos, para tratar esta cuestión”.

Fue solamente cuando hablaron en la reunión que Bernabé habló primero, y luego Pablo, porque Bernabé había salido de Jerusalén. Por lo cual, naturalmente, Bernabé habló primero en la reunión y luego Pablo dio una respuesta. Las personas de peso siempre hablan después. Por lo tanto, los que hablan después tienen una posición más respetable. El último que habló fue Jacobo.

Más adelante la Biblia dice: “Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé” (versículo. 22). Pablo siempre aparece en primer lugar.

Pero cuando escribieron la carta, ésta fue escrita por “Bernabé y Pablo” (versículo. 25). Bernabé se mencionó primero. Aquí no podrían haber dicho que enviaban a Pablo y Bernabé, porque Bernabé era de Jerusalén. Esa es la razón.

Después que este problema en Hechos 15 fue resuelto, aún fueron Pablo y Bernabé, los que “continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos”.

No debe haber coordinación sin obediencia

Hemos utilizado solamente un poco de tiempo para ver que en la obra, la cuestión de quién debe ser el líder y quién debe obedecer es espontáneamente arreglado delante de Dios. Cuando los cristianos están juntos debe haber comunión y también obediencia entre ellos. Espero que los hermanos y hermanas puedan con el tiempo aprender que cuando hay dos juntos siempre hay uno que obedece. Cuando tres personas estén juntas, habrá siempre dos personas que obedecen. Esta es la coordinación básica en la obra. Sin obediencia no hay coordinación. Cuando dos o tres hermanos, u ocho o diez hermanos vivan juntos, nunca permitan que exista una situación confusa, en la cual ellos no sepan a quién deben escuchar. Una situación confusa prueba que han recibido muy poca instrucción delante de Dios. Cada vez que los hijos de Dios vivan juntos, si son personas que han sido instruidas delante de Dios, espontánea e inmediatamente sabrán a quién deben escuchar. Cuando los hermanos viven juntos o tienen comunión, espontáneamente hay uno que está a la vanguardia entre ellos. Cada vez que algo suceda, aprendan a obedecer. Una vez que hayan aprendido esta materia, no habrá necesidad de que el hombre les diga o les enseñe. Usted automáticamente estará en su posición y preguntará: “¿Hermano, qué piensa que debo hacer?” Después que él hable, la cuestión estará definida y será arreglada de esa manera. Ustedes deben mantener su posición, conociendo cuál es su posición, y sabiendo que esto es lo que Dios desea que usted haga.

Lo primero en la obra de Dios y en la coordinación entre los trabajadores es pedirle a Dios que abra nuestros ojos para que conozcamos la autoridad entre nosotros. Cuando estemos con los hermanos, debemos saber qué hermano está adelante de nosotros. Necesitamos humillarnos para ver que apenas una palabra sea hablada, un asunto sea decidido, o una opinión sea expresada, debemos obedecer. Nosotros somos personas que obedecen. No estamos aquí para elegir o para nominar, sino para pararnos espontáneamente en nuestra posición. Reconocer la autoridad es el primer principio de la coordinación. Si usted no reconoce este hecho, descubrirá que es imposible coordinar.

2. LA COMUNIÓN ES NECESARIA

En la coordinación, lo primero es la autoridad, y lo segundo es la comunión.

Los colaboradores son aquellos con quienes usted puede abrir su corazón

Uno de los aspectos necesarios básicos entre los colaboradores es que el colaborador debe ser una persona con la cual uno puede abrir el corazón y con quien uno puede tener comunión. La coordinación se opone al individualismo. La coordinación es para el servicio del Cuerpo. Soy yo el que sirve, pero sirvo según el principio del Cuerpo. Por lo tanto, debemos tener una comunión mutua, en la cual nuestro corazón se abre para con otros y viceversa, y en la cual nos ayudamos el uno al otro. Si un miembro se regocija, todo el Cuerpo se regocija. Si un miembro sufre, todo el Cuerpo sufre. Si un miembro se duele, todo el Cuerpo se duele. Esto es coordinación.

Dos personas son como un solo hombre

Que varias personas vivan juntas no es necesariamente coordinación. Supónganse que un hermano tiene una cáscara exterior muy gruesa, pesada y sólida; ya sea que viva solo o entre diez personas, permanece intacto como individuo. Esto no es coordinación y él no está en coordinación. Muchas personas, sea que estén solas o con otras diez, oran, buscan a Dios, hablan a Dios, y buscan la voluntad de Dios como individuos. ¿Cómo podemos decir que esto es coordinación? Esto no es coordinación. Poner a dos personas juntas como colaboradores no es poner a dos individuos juntos. ¿Ven esto? Ustedes no deben tener el concepto erróneo de que esto es coordinación. Anteriormente usted trabajaba por sí mismo; ahora, dos de ustedes están trabajando juntos. Si una persona trabaja sola, trabaja en forma individualista. Si dos personas trabajan juntas como dos individuos, aún no hay coordinación. Si una persona es un individuo, y si dos personas siguen siendo dos individuos, ¡esto no es de ninguna utilidad! Anteriormente había una persona trabajando, ahora dos personas deben trabajar como una. Cuando dos o tres se juntan, ¿qué deben hacer? ¡Ellos necesitan ser unánimes! Esto significa que delante de Dios yo puedo abrirme a mis hermanos.

La necesidad de revelar nuestros asuntos a los colaboradores

A muchos hermanos les es imposible orar con otros hermanos. Nadie conoce sus asuntos. No pueden abrirse a otros hermanos. Muchos pueden llevar sus dificultades solos. No consultan con otros hermanos. Es posible que tengan muchas dificultades, pero cuando encuentran problemas, aún se aferran a su individualismo, pensando que ellos pueden manejar y resolver los problemas delante de Dios por sí mismos. Por favor, recuerde que aunque tal vez usted viva entre hermanos, su espíritu no está con los hermanos. Su cuerpo puede estar entre los hermanos, pero usted no vive como miembro del Cuerpo.

Para coordinar necesitamos reconocer la autoridad, y también necesitamos ver claramente qué es la comunión. Los que deseen tener comunión deben poder abrirse a otros. Una persona como ésta tiene varios colaboradores a su lado; ellos son a los que él abre sus asuntos. El puede decirles: “Hermanos y hermanas, no sé cómo salir de esto. ¿Cómo podría resolver este asunto?” O bien: “Hermanos y hermanas, no sé cómo salir de este asunto, ¿pueden ustedes junto conmigo orar por esto?” Por favor, recuerden que los que no pueden llevar la carga de otros, no pueden coordinar con otros. Aquellos que no pueden abrir su corazón a otros, tampoco pueden coordinar con otros.

Es necesario llevar las cargas de otros

Algunos están llenos de sus propias cargas. No hay manera alguna de que ellos lleven la carga de otros; no pueden llevar la carga de otros. Piensan solamente en sí mismos día y noche. Cada vez que alguien les pide que oren por él, ellos no oran. Cada vez que alguien les pide que presten atención a cierto asunto, no lo hacen; más bien dejan ese asunto en el aire y no lo atienden. Si ustedes les preguntan cómo podría ser manejado este asunto, no tendrían ningún interés en prestar atención a ello. No hay ninguna clase de coordinación con ellos. Ellos se aferran fuertemente a su individualismo. Aunque son miembros del Cuerpo, aún actúan independientemente. Por ejemplo, si corto mi dedo y lo dejo en Nanking, no me sería útil. De la misma manera, si me corto una pierna y ésta pierde su unidad y su comunión con el cuerpo, la pierna no tendría utilidad alguna. El principio básico del Cuerpo es la comunión. Por lo tanto, también el principio básico de la obra es la comunión.

Tal vez estamos acostumbrados a acomodarnos a nosotros mismos, asumiendo nuestras propias responsabilidades, y sin prestar atención a los asuntos de otros. Hoy día tenemos que aprender a llevar la carga de otros, y a llevar la carga con otros. Sentiremos que esto es muy difícil, sentiremos que es duro el obedecer a otros y puede que hasta sintamos que es difícil tener comunión con otros.

Es necesario buscar comunión

No quiero decir con esto que algunos entre ustedes no deben ser responsables delante de Dios por sus propios asuntos, ni que echan estos asuntos en otros hermanos. La palabra que he hablado no está destinada a los que son ociosos delante de Dios. Esto no quiere decir que no debemos estar desesperados delante de Dios, y que no tenemos que buscar y pedir delante de Dios. Quiere decir que aún somos responsables para con Dios, que aún nos acercamos al Señor, y que aún lo buscamos a El. No echamos nuestra responsabilidad en otros sin llevar nada nosotros mismos. Quiere decir que cuando llevamos nuestra responsabilidad, buscamos la comunión de otros hermanos y hermanas. Cuando veo que hay cosas importantes que tienen mucho que ver con mi futuro, entonces necesito decir: “Hermano, ¿podría tener comunión conmigo, considerar conmigo, y buscar conmigo cómo debo tratar este asunto? ¿Podría esperar en el Señor conmigo?” Uno lleva su propia carga, y también coordina y tiene comunión con otros hermanos y hermanas. Nosotros necesitamos comunión y coordinación, no solamente en nuestra vida diaria, sino también en la obra.

Necesitamos aprender a ser personas abiertas de corazón. Muchos hermanos y hermanas pueden abrir su corazón solamente después de que otros se han abierto. Pero no es fácil pedirles que sean una persona abierta de corazón. Muchos abrirán su corazón solamente cuando otros se abren a ellos. Muchas veces es bueno que primero alguien se abra a usted. Pero muchas veces usted también debe abrirse. Usted necesita aprender a ser una persona abierta de corazón.

Hermanos y hermanas, puedo decirles que un día, cuando ustedes estén verdaderamente claros acerca de este principio de comunión, se sorprenderán de ver cómo algunos cristianos a quienes no consideran ser muy capaces, pueden proporcionarles una ayuda muy grande. Aquellos miembros a quienes ustedes no consideran muy útiles pueden fortalecer las manos de ustedes. Esto es algo que ustedes nunca habrían pensado, algo completamente fuera de su expectativa.

Traer el poder por medio de buscar al Señor en unanimidad

Por ejemplo, si en la obra hay tres, cinco u ocho hermanos que van a Tsingtao, y al llegar allí, aún permanecen como individuos, no hay colaboración ni coordinación. O en el caso de ustedes hermanos que van a Wenchow, si cada uno de ustedes sigue siendo individualista, y el espíritu de ustedes no se abre al del otro y viceversa, aun cuando vivan juntos, esto no será útil. Solamente cuando veinte personas sean como una persona se podrá tener algo útil. Si veinte personas permanecen como veinte, no serán de ninguna utilidad porque no hay coordinación. Cuando lleguen a Wenchow, si ustedes son personas abiertas y yo también soy una persona abierta, y juntos buscamos al Señor unánimes, entonces el poder vendrá. Porque si dos o tres buscan poniéndose de acuerdo en oración, Dios los va a escuchar. Si cada uno ora su propia oración, esto no es ser unánimes. Pueden llamarse colaboradores y vivir juntos, pero cada uno está aún envuelto herméticamente en sí mismo haciendo su propia cosa; si tal es el caso, ¿dónde está el Cuerpo sobre la tierra? ¿Dónde están los miembros sobre la tierra? ¡Esa es una persona paralizada! ¡No hay miembros vivientes!

Es necesario despojarse del individualismo

Hermanos, ¿ven esto? Esta vez, necesitan deshacerse de muchas cosas antes que regresen a la obra. Hasta su individualismo debe quedarse aquí. Ustedes necesitan aprender a ser personas abiertas. Hacia su hermano, su espíritu debe ser abierto, su mentalidad debe ser abierta, y muchas veces hasta su boca debe ser abierta. Muchas veces, debido a que la boca está cerrada, el espíritu también está cerrado. Hay gente que en toda su vida nunca ha pedido ayuda. Mientras estamos aquí en la montaña esta vez, espero que aquéllos entre nosotros pidan ayuda al menos una vez. Espero que haya entre nosotros quiénes puedan decirles a los hermanos y hermanas: “He tenido problemas con este asunto por muchos años. Por favor, ayúdenme a vencerlo”. Si ésta es la primera vez en su vida que ha pedido ayuda, que sea ahora.

¡Oh, no sabe qué persona tan orgullosa es usted! Mucha gente simplemente no se da cuenta de cuán orgullosos son. Muchos tampoco se dan cuenta de cuán estrechamente envueltos están en sí mismos. Muchos dicen que están quebrantados delante de Dios; sin embargo, si los torna y los pone frente a otras personas, se verá que no están quebrantados en lo más mínimo. Realmente, si una persona es quebrantada delante de Dios, es quebrantada donde quiera que esté. Si una persona ha sido quebrantada delante de Dios, está verdaderamente quebrantada. El pedir ayuda, es lo que se llama comunión, y necesitamos salir de nosotros mismos para buscar comunión.

Uno no debe echar la responsabilidad sobre otros. Para tal persona el pedir y el orar es inútil. Los que son responsables y los que buscan al Señor han aprendido a ser quebrantados delante de Dios, y buscan activamente la ayuda de los miembros del Cuerpo. Así que, cuando vayan a otro sitio, orarán con otros, y discutirán y considerarán los asuntos delante de Dios. De otra manera, ¿qué es entonces un colaborador? En realidad no habría ningún colaborador.

Yo temo que hayan algunos hermanos que no pueden llevar la responsabilidad con nadie, aun después de haber estado en la obra por diez o veinte años. Durante diez o veinte años tal vez no han tenido ningún colaborador, nunca han aprendido a llevar la responsabilidad con otros delante de Dios. Tal vez sean orgullosos a tal grado que toman toda la responsabilidad solos. Tal vez no les importan las cosas de otros; no tienen ningún interés por las cosas de otros. ¿Les ha ocurrido alguna vez que un hermano haya compartido con ustedes sobre cierto punto, y ustedes hayan traído dicho asunto a Dios en oración? Estaban verdaderamente cargados por ello, y ayunaron por el asunto de ese hermano; ustedes estaban verdaderamente deseosos de conocer la voluntad de Dios, para poder decirle: “Esto es lo que a mí me parece”. Hermanos, si no aprenden a llevar las cargas de otros y si ustedes no buscan la ayuda de otros con relación a sus propias cargas, no saben lo que es el Cuerpo, y tampoco pueden tener coordinación en la obra.

Espero que esta vez cuando vayan a la obra en una región, ustedes busquen al Señor y oren junto con algunos hermanos y hermanas. Que ustedes puedan orar con otros y que no tengan nada oculto en su oración es la mejor señal. Por supuesto, los problemas de carácter personal con los que tratamos delante de Dios son otra cosa. Sin embargo, en la obra hay muchas cosas sobre las que podemos orar juntos y estar abiertos el uno al otro. Podemos llevar unos las cargas de otros. A veces ustedes llevan mis cargas, y a veces yo llevo las cargas de ustedes. Si vamos a la obra de esta manera, podemos estar en paz, y podemos agradecer al Señor porque hay coordinación.

Si permanecemos en la condición en que hemos estado, estamos aún envueltos herméticamente en nosotros mismos, y nuestra cáscara no ha sido quebrantada. Entonces mis asuntos siguen siendo mis asuntos, y no voy a dejar que nadie los toque. Mi obra sigue siendo mi obra, y no voy a dejar que usted interfiera. Cuando los problemas vienen, ustedes van solos al Señor desesperadamente; esto está bien y es necesario. Sin embargo, ustedes ni siquiera una vez han buscado a alguien, diciendo: “Necesito ayuda. Necesito la suministración de parte de los colaboradores”. Si ustedes van solos a Dios, no conocen la coordinación del Cuerpo. Entonces es imposible que alguien le confíe alguna carga. Usted está siempre ocupado llevando su propia carga, y no será capaz de llevar la carga de otros.

Si los colaboradores puedan orar juntos o no, es la prueba más grande. La prueba más grande es si los colaboradores pueden o no, discutir los asuntos delante de Dios en unanimidad: “Yo tengo este problema y usted tiene ese problema; pongamos juntos todas estas cosas delante de Dios”. Espero que de ahora en adelante, ninguno de ustedes lleve cargas individualmente. Sí, tenemos que llevar cargas, pero no podemos llevarlas de una manera individual, sin buscar comunión. Por todos los medios necesitamos buscar la comunión.

La Cabeza da la autoridad, los miembros tienen la comunión

La utilidad del Cuerpo está en la comunión. El primer principio del Cuerpo es la autoridad, y el segundo es la comunión. La suministración que recibimos de la coordinación depende de la suministración que recibimos de la autoridad y también de la suministración de la comunión. Lo que viene de la Cabeza es autoridad, y lo que viene de los miembros es comunión. La Cabeza provee la autoridad para que así podamos tener orden en el Cuerpo, y orden en la iglesia. Por el otro lado, ustedes ven que hay una comunión mutua entre los miembros. Estos son los dos principios básicos. La comunión es muy importante.

En nuestro medio hay muchos hermanos y hermanas; quiero mandarles de nuevo que se examinen ustedes mismos a fondo acerca de este asunto: “Oh Señor, ¿soy yo una persona que ha cerrado su corazón y nunca ha pedido ayuda?” Por favor, recuerden que en toda la Biblia, no podemos encontrar que un cristiano sea tan reservado. Ser reservado no es característico de un creyente. Nunca piensen que ustedes deben cuidar todo por sí mismos, sin cuidar de las cosas de los otros hermanos y hermanas. Uno no puede ser un cristiano en la tierra de esa forma. Ustedes necesitan aprender desde el comienzo a tener coordinación con los hermanos en la obra. Esta es la manera de ser útiles espiritualmente. De otra manera, cuando veinte hermanos vayan a Wenchow, ellos seguirán siendo allí veinte individuos, veinte unidades. Cuando veinte hermanos van a Tsingtao, siguen siendo allí veinte unidades. Si éste es el caso, el haber ido a la obra es inútil. Por un lado, ustedes necesitan aprender a someterse a la autoridad; y por otro, necesitan tener comunión hasta el punto en que puedan decir: “¡Gracias al Señor! ¡Alabado sea el Señor! Llevamos las cargas en concordia. Tenemos comunión y tenemos la autoridad. Cuando hay problemas, nos encargamos de éstos paso a paso y nivel por nivel de una manera ordenada”.

Tanto la autoridad como la comunión son necesarias. Ninguna puede faltar. Si van a la obra y experimentan fracaso, deben saber que si el problema no fue la autoridad, entonces debe de haber sido la comunión. La obra es un asunto de autoridad y comunión.

3. LA AUTORIDAD Y LA COMUNIÓN EN LA BIBLIA

En el Nuevo Testamento, en la obra de Dios, hay muchos arreglos y mucha comunión. Especialmente en el caso de Pablo, podemos darnos cuenta de que hay muchos arreglos. Aquí podemos encontrar un principio básico: en estos arreglos hay autoridad y también hay comunión. Por lo tanto, si consideramos un poco la narración de la Biblia, veremos que en muchos lugares hay muchos arreglos en la obra en los cuales los hermanos jóvenes deben prestar atención a instrucciones. Estos arreglos denotan autoridad y también denotan comunión. Cuando un hermano ha recibido conocimiento y luz, él no solamente usa autoridad para enviar a algunos hermanos a llevar a cabo algunos asuntos, sino que también comparte con ellos el conocimiento y la luz. Hermanos, ¿han visto esto? Los arreglos en la Biblia no solamente denotan autoridad. Si así hubiera sido, Pablo solamente habría tenido que decirles a sus jóvenes colaboradores que hicieran cierta cosa y ellos la habrían hecho. En estos arreglos Pablo tenía luz y conocimiento delante de Dios, y él los imparte a sus jóvenes colaboradores. Por lo tanto, por un lado, ustedes tienen que ver que éste es un asunto de autoridad, y por otro, que es un asunto de comunión debido a que Pablo compartió su conocimiento con sus jóvenes colaboradores.

El envío de Tíquico y Onésimo

Colosenses 4: 7 dice: “Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor”. El versículo 8 dice: “El cual he enviado a vosotros para esto mismo”. ¿Pueden ver esto? Tíquico fue enviado a Colosas por Pablo.

El versículo 9 dice: “Con Onésimo, amado y fiel hermano”. Aquí ven que Pablo envió a Tíquico y a Onésimo juntos a Colosas.

En la obra de Dios, ven que los peritos arquitectos tienen autoridad de enviar a otros. Se menciona en las Epístolas que Tíquico era muy buen hermano. El libro de Filemón nos dice que Onésimo era un hermano amado. Pero los dos fueron enviados por Pablo.

El envío de Timoteo y Epafrodito

Continuemos con Filipenses 2:19: “Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado”.

El versículo 25 dice: “Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito”.

Aquí de nuevo se menciona el envío de otros dos hermanos; uno era Timoteo y el otro era Epafrodito. Timoteo era como un hijo para Pablo, como también lo era Onésimo, a quien mencionamos antes. Estos dos eran hermanos jóvenes. Pablo los envió. Epafrodito era un colaborador de Pablo, y fue levantado después de Pablo, así que Pablo también lo envió. Así, la Biblia nos muestra claramente que en la coordinación de la obra, los obreros principales son los que envían a otros. Los jóvenes trabajadores necesitan tomar órdenes. Es solamente cuando los de más madurez tienen certeza delante de Dios, que pueden enviar a otros. Pablo dijo: “Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo”. El tenía la certeza delante de Dios de que debía enviar a Timoteo; él estaba enviando a Timoteo según su esperanza en el Señor Jesús. Espero que de este caso ustedes aprendan algo.

Tíquico va también a Efeso

Efesios 6:21 dice: “Para que también vosotros sepáis mis asuntos, y lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro en el Señor”. Tíquico había sido enviado a Colosas anteriormente y ahora estaba siendo enviado a Efeso. El versículo 22 dice: “El cual envié a vosotros para esto mismo”. Así que Tíquico fue enviado también por Pablo a Efeso.

Pablo ruega a Tito y envía a otro hermano con él

Segunda Corintios 12: 18 dice: “Rogué a Tito, y envié con él al hermano”. En otra oportunidad, Pablo rogó a Tito que fuese a Corinto. La palabra usada aquí es muy interesante. Esta vez Pablo no envió a Tito, sino que le rogó que fuese. Muchas veces, a Pablo no le gustaba enviar a otros. Esto es lo que puede verse en el libro de Tito. Para Tito, Pablo era una persona con mucha autoridad. Tito era un joven y fue enviado por Pablo; Pablo tenía mucha autoridad sobre él. Pero aquí, Pablo solamente le rogó. A veces había solamente el ruego, y no el envío. Hay dos hermanos en este versículo; Pablo no mencionó el nombre del otro hermano a quien envió. Por lo tanto, algunos son enviados. Algunos fueron enviados debido a la certeza que Pablo tenía delante de Dios. Algunos eran dejados en un lugar, como fue el caso de Tito. Pablo le rogó que fuese, y Tito fue debido a que obedeció. El recibió el ruego; por lo tanto, él fue. El caso de Apolos en 1ª Corintios 16 fue diferente.

Rogó a Apolos, éste no tuvo voluntad de ir, pero iría en el futuro

Primera Corintios 16: 12 dice: “Acerca del hermano Apolos, mucho le rogué que fuese a vosotros con los hermanos, mas de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tenga oportunidad”. ¿Pueden ver qué hermoso es esto? ¡Es muy hermoso! Pablo rogó a Tito, Tito obedeció y fue. Tito era un joven, así que obedeció al ruego. Apolos no era un joven; él tenía aproximadamente la misma edad que Pablo. En otras palabras, él y Pablo eran de la misma generación. Cefas, no obstante, iba adelante de Pablo en el Señor. En la iglesia en Corinto algunos decían: “Yo soy de Cefas”; algunos decían: “Yo soy de Pablo”; algunos: “Yo soy de Apolos”. La posición de Apolos en la iglesia en Corinto era que él pertenecía a la misma generación que Pablo. Por esta razón a él se le suplicó, no se le envió. Pablo no envió a Apolos. Pablo no podía enviarlo; sólo podía rogarle. Más aún, Pablo le rogó no solamente una vez sino muchas. El punto bueno aquí es que Apolos no fue. Pablo le rogó y le dijo: “Id con los hermanos.” El le instó una, dos, tres veces. Apolos estaba dispuesto a ir, pero dijo que le era imposible ir en esa ocasión. Apolos estaba firme en que categóricamente no deseaba ir. Pero Pablo añadió una palabra; él tenía la certeza de que Apolos iría. ¡Esto es muy precioso! A los mayores ustedes les ruegan; si no escuchan, no se preocupen. Les digo que irán, debido a que ése es su rumbo delante de Dios.

Por lo tanto, el ruego a Apolos en 1ª Corintios 16 y el ruego a Tito en 2 Corintios 16 son distintos. Pablo podía haberle ordenado a Tito, pero no lo hizo; más bien le rogó. Pero Tito recibió el ruego de Pablo como una orden. Pablo podía haberle rogado a Apolos dos o tres veces, pero Apolos no fue. Sin embargo, Pablo estaba seguro de que iría. Así que el arreglo de la obra es tal que existe la autoridad y la comunión. Esto es muy precioso.

Llevar control del movimiento de Timoteo y de la comunión de la revelación

Primera Corintios 16: 10 dice, “Y si llega Timoteo”. El versículo 11 dice: “Encaminadlo en paz, para que venga a mí”. Denle a Timoteo este mensaje que cuando llegue a ustedes, ustedes deben enviármelo, y que él debe venir a mí. “Porque le espero con los hermanos”. Pablo estaba esperando allí que Timoteo viniese con los hermanos. ¿Han visto esto? Pablo estaba llevando un control de los movimientos de ellos en la obra. El le estaba pidiendo claramente a Timoteo que viniese a él. Por lo tanto, hacia los hermanos jóvenes las palabras de la Biblia son bastante claras. Necesitamos aprender delante de Dios que la autoridad establecida por Dios puede controlar los movimientos de los hermanos jóvenes. Sin embargo, entre los mayores, hay solamente ruegos, no mandamientos.

Veamos con más detalle las Epístolas a Timoteo.

Primera Timoteo 1: 18 dice: “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia”. Esto nos muestra claramente que en el caso de Timoteo, Pablo le dio órdenes. Este mandamiento te encargo, para que milites la buena milicia. A Timoteo, Pablo le dio órdenes directamente.

Primera Timoteo 3: 14-15 dice: “Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes de conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”.

En el capítulo dos Pablo habló de los hombres y las mujeres. En el capítulo tres el habló de los ancianos y los diáconos. ¿Por qué le escribió específicamente estas cosas a Timoteo? El dijo: “Tengo la esperanza de ir pronto a verte, pero temo que pueda tardar. En caso de que demore, no sabrás qué hacer en la iglesia; por lo tanto te escribo con anticipación. En tal caso, ya te he escrito estas cosas, para que sepas cómo debe uno conducirse en la casa de Dios”. En otras palabras, Pablo no le dio a Timoteo oportunidad de hallar un camino por sí mismo. Pablo no permitió que Timoteo hiciese las cosas a su manera. ¿Ven esto? Pablo le escribió. Cuando esté presente, puedes preguntarme en persona; cuando no esté presente, entonces lee mi epístola. Cuando yo llegue, podrás preguntarme; pero antes de llegar, puedes leer mi epístola.

Déjenme decir de nuevo que existe el principio de autoridad, y también el principio de comunión. Debido a que Pablo era un hermano de edad, tenía autoridad. Escribir una carta a un hermano más joven es comunión. Puesto que delante de Dios Pablo tenía conocimiento, y Timoteo no, Pablo tuvo comunión con Timoteo en cuanto a lo que aquél sabía. Cuando Timoteo obedeció, él recibió la comunión. Por favor, recuerden que obedecer no significa perder la posición de uno en la obra. Obedecer les permite obtener lo que los hermanos mayores han obtenido; obedecer les permite ganar la revelación que ellos han obtenido en la obra. Si obran según su propia manera, ustedes pueden estar equivocados; si obran según la manera de ellos, no lo estarán. Por consiguiente, ustedes deben recibir dirección de ellos.

Esta clase de expresión es muy común en las Epístolas a Timoteo. Ahora no tenemos tiempo de estudiarlo en detalle, pero leeremos solamente las porciones acerca de lo externo de la obra.

Segunda Timoteo 4: 9 dice: “Procura venir pronto a verme”. Lo que ven aquí no es ni discusión ni esperanza, porque saben que poco después de escribir 2 Timoteo Pablo fue hecho mártir. Esta es la última Epístola de Pablo. Es por esto que él dice: “Procura venir pronto a verme”.

También el versículo 10 dice: “Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica”. Aquí había uno rebelde que se salió de la obra.

¿Qué de los otros dos? “Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia”. Tal vez estos dos fueron enviados a esos lugares.

El versículo 11 dice: “Sólo Lucas está conmigo”. Solamente tengo a Lucas aquí conmigo.

La necesidad de traer a Marcos

“Toma a Marcos y tráele contigo”. Este es el Marcos sobre el cual Pablo y Bernabé contendieron. Recuerden que en Hechos Bernabé quería tomar a Marcos, pero Pablo no estaba de acuerdo debido a que Marcos se había ido cuando la obra estaba en un punto crucial. En el comienzo salieron juntos; pero cuando la obra se intensificó, Marcos los dejó, Marcos se enfermó y no podía laborar. Por lo tanto, Pablo no estaba de acuerdo en llevar a Marcos con ellos. En ese tiempo, Bernabé quería tomar a Marcos con ellos, tal vez, porque Marcos era su pariente. Por lo tanto, los dos tuvieron una fuerte contienda, y se fueron por caminos separados. Lo asombroso es que después Bernabé no tuvo la oportunidad de trabajar con Pablo, pero Marcos sí la tuvo. Acuérdense de que más adelante, Marcos había aprendido de Pedro muchas lecciones. El Evangelio de Marcos fue dictado por Pedro, y escrito por Marcos. Y poco antes de la muerte de Pablo, éste dijo: “Toma a Marcos y tráele contigo”. ¿Por qué? “Porque me es útil para el ministerio”. Marcos le era útil a Pablo para el ministerio.

El versículo 12 dice: “A Tíquico lo envié a Efeso”. Esto nos muestra que éste era el arreglo de la obra. Pablo le pidió a Timoteo que viniese, y también le pidió a Timoteo que trajese a Marcos con él, y más aún, él envió a Tíquico a Efeso.

El versículo 20 dice: “Erasto se quedó en Corinto”. ¿Ven? Pablo era el que mejor conocía la situación de la obra.

Dejó a Trófimo en Mileto

“Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo dejé en Mileto enfermo”. Trófimo es uno de los famosos enfermos del Nuevo Testamento. Epafrodito era uno y Trófimo era otro.

“A Trófimo dejé en Mileto enfermo”. Muchas veces las personas enfermas deben obedecer; no pueden decir que quieren moverse de un sitio para otro. Si uno está enfermo debe detenerse por un tiempo. Pablo dijo que lo dejó en Mileto. Es mejor que él se quede en Mileto, a que esté ocupado con muchas cosas.

En cuanto a Timoteo, Pablo dijo: “Procura venir antes del invierno”. Pablo le dio un límite de tiempo específico. No decidas por ti mismo cuándo venir. Procura venir antes del invierno.

Hermanos, ustedes deben de ver que este camino es muy claro. Un hermano como Pablo, que camina delante de Dios debe ser obedecido por Marcos, Timoteo y Trófimo. Espontáneamente verán que hay comunión en la iglesia y espontáneamente podrán entender lo que es la autoridad.

Tito fue dejado en Creta y procuró ir a Nicópolis

En cuanto a Tito, no tenemos que decir mucho. Unos cuantos versículos del primer capítulo y el último capítulo de Tito son suficientes.

Tito 1:5 dice: “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé”. ¿Entienden claramente? Tito era un hermano joven. En 2 Corintios, Pablo mencionó que él le rogó que fuese a Corinto. Ellos fueron juntos a Creta. Después Pablo lo dejó en Creta para que terminara los asuntos que estaban incompletos. Pablo le indicó cómo poner en orden las cosas que estaban deficientes, como le mandó. Aquí pueden ver autoridad y también comunión.

Tito 3:12 dice: “Cuando envíe a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí en Nicópolis, porque allí he determinado pasar el invierno”. ¿Ven ustedes? Este es el camino de la obra. Pablo dijo: “Deseo enviarte uno de dos hermanos, tal vez Tíquico o tal vez Artemas. No ha sido plenamente decidido; en todo caso, uno de ellos llegará a ti. Cuando llegue, tú debes apresurarte a venir a mí en Nicópolis”.

Aquí ven cómo un hermano de más madurez arregló tantas cosas, y cómo un hermano joven escuchó su palabra.

Manda a Timoteo que guarde el mandamiento

Finalmente, debemos hablar más acerca de lo que Pablo le dijo a Timoteo.

Primera Timoteo 6: 13-14 dice: “Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento”. Pueden ver qué asunto tan serio es éste: te mando delante de Dios que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento.

El versículo 20 dice: “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado”. Debes guardar el mandamiento que te di.

Por favor recuerden que los jóvenes deben aprender lo que ha sido confiado a los hermanos de más madurez, y deben aprender a obedecerles. Entonces podrán andar en una buena manera el camino que les es propuesto.

Pablo también necesita comunión

Espero que podamos ver cómo la obra fue llevada a cabo en el Nuevo Testamento. La obra en el Nuevo Testamento tiene arreglos, tiene autoridad y también tiene comunión. Yo creo que aún se acuerdan de lo que les dije hace unos días. Aunque Timoteo era un hermano joven, ¿recuerdan lo que está escrito en el libro de Hechos acerca de lo que Pablo hizo cuando Timoteo vino a él? “Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba constreñido por la palabra y testificaba a los judíos que Jesús era el Cristo” (lit.). Creo que en la Biblia este versículo es el mejor. Pablo conocía al Señor, y era muy usado por El. Sin embargo, debido a que Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, estaba constreñido por la palabra. En el caso de Pablo, la comunión era también necesaria. Cuando Timoteo y Silas vinieron, fue un gran aliento para él. Esto es lo que podemos ver en Hechos 18.

Hechos 17:14 dice: “Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar”. Aquí, Pablo escuchó la palabra de los hermanos. “Y Silas y Timoteo se quedaron allí”. “Allí”, se refiere a Berea, que es el nombre de una ciudad de Macedonia. Macedonia es el nombre de una región, y Berea es el nombre de una ciudad. El versículo 15 dice: “Y los que se habían encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen, salieron”. Pablo les mandó a Silas y a Timoteo que viniesen lo más pronto posible. Pero después de que Pablo fue a Corinto, cuando Silas y Timoteo vinieron a Corinto de Macedonia, Hechos 18: 5 dice que Pablo estaba constreñido por la palabra. ¡Qué buena era esa situación!

Espero que ustedes hermanos puedan ver este principio que existe en la obra. Hoy en día somos como niños que están aprendiendo a caminar, paso a paso caminando despacio delante de Dios. Espero que todos los hijos de Dios sepan tener coordinación mutua en la obra; entonces podremos hacer la obra de una manera adecuada.