Watchman Nee Libro Book cap.1 Libro de lecciones nivel 6: La biblia

Watchman Nee Libro Book cap.1 Libro de lecciones nivel 6: La biblia

LA BIBLIA

Lección uno

LA BIBLIA

Lectura bíblica

2 Ti. 3:15-17; 2 P. 1:21; 2 S. 23:2; He. 1:1-2; Jn. 16:13; 6:63; 5:39; 1 P. 1:23; 2:2; Mt. 4:4

Bosquejo

  1. Debemos ser equilibrados con relación al Espíritu, el cual está en nosotros, y la Biblia, la cual está fuera de nosotros.
  2. Para conocer la Biblia se necesita tener un espíritu ejercitado y una mente entrenada.
  3. El origen de la Biblia:
    1. La Biblia fue dada por el aliento de Dios.
    2. La Biblia es lo que los hombres hablaron de parte de Dios siendo movidos por el Espíritu Santo.
    3. La Biblia es lo que Dios habló en los profetas y en el Hijo.
    4. La Biblia es lo que reveló el Espíritu Santo.
  4. La Biblia es la corporificación de Dios el Espíritu:
    1. La expresión de Dios el Espíritu.
    2. La morada de Dios el Espíritu.
    3. El medio que usa Dios el Espíritu.
  5. Las funciones de la Biblia:
    1. Dar testimonio del Señor Jesús.
    2. Hacer a los hombres sabios para la salvación.
    3. Hacer que los hombres sean regenerados.
    4. Ser la leche espiritual de los creyentes.
    5. Ser el pan de vida de los creyentes.
    6. Hacer cabal al creyente.

Texto

Este es el sexto y último libro de lecciones de esta serie, que ha sido preparada para la escuela de la verdad. El primer libro de lecciones nos dio a conocer la salvación completa que Dios efectúa, con respecto a cómo Dios nos salva —a nosotros los seres tripartidos— en tres etapas, para cumplir Su propósito, que es la iglesia. El segundo libro de lecciones nos mostró el tema del Dios Triuno y la persona y obra de Cristo. El tercer libro de lecciones nos presentó el tema del Espíritu Santo y el espíritu humano, cómo ambos están mezclados y cómo podemos vivir por el espíritu mezclado. El cuarto libro nos mostró la vida eterna que recibimos y cómo podemos experimentarla. El quinto libro nos dio a conocer la iglesia en sus aspectos universal y local, y cómo ésta ha de ser edificada. Este último libro explica qué es la Biblia, quién la escribió, cómo fue escrita, y cuál es su tema, su pensamiento central y sus secciones claves. También nos muestra que está comprobado que la Biblia es la Palabra de Dios. La porción principal de este libro de lecciones revela el contenido de la Biblia, que incluye los temas principales y el contenido de cada libro. Finalmente, este libro nos muestra la actitud apropiada que debemos tener con respecto a la Biblia y cómo podemos disfrutarla y aplicarla en nuestra vida cristiana. Oramos y esperamos que todos sean ayudados a conocer la Biblia y que lleguen a disfrutarla.

I. DEBEMOS SER EQUILIBRADOS CON RELACIÓN AL ESPÍRITU, EL CUAL ESTÁ EN NOSOTROS, Y LA BIBLIA, LA CUAL ESTÁ FUERA DE NOSOTROS

[Para edificar espiritualmente a una persona, debemos ayudarle a conocer la Biblia. Durante los pasados dos mil años, todos los cristianos han reconocido que nadie puede conocer verdaderamente al Señor sin conocer la Biblia. Nosotros, los seres humanos, no somos simplemente espíritu. Aunque tenemos un espíritu, no somos únicamente espíritu, sino que somos seres humanos. Si solamente fuéramos espíritu, Dios únicamente tendría que darnos Su Espíritu, y no la Biblia; sin embargo, puesto que no somos solamente espíritu, Él también nos da la Biblia.

Las herencias espirituales que Dios nos ha dado son el Espíritu, el cual es invisible, y la Biblia, la cual es visible. Dentro de nosotros está el Espíritu, y fuera de nosotros está la Biblia. Los cristianos, a lo largo de los siglos, han testificado por experiencia propia que el creyente normal debe ser plenamente equilibrado con relación a ambos aspectos: la Biblia por fuera y el Espíritu por dentro. Estos dos aspectos deben estar perfectamente equilibrados. Cualquier inclinación hacia un lado resultará en serios problemas. A lo largo de los siglos, algunos cristianos se han inclinado hacia el Espíritu, y esto ha generado graves errores. Pero la mayoría de ellos se inclina más por la Biblia. Estos aparentemente no han errado tanto como los otros, pero entre ellos existe una condición muy seria, esto es, la muerte. En otras palabras, si solamente tuviéramos al Espíritu por dentro y no poseyéramos la Biblia por fuera, el hombre fácilmente cometería errores. Por el contrario, si solamente tuviéramos la Biblia por fuera y nos faltara el Espíritu por dentro, el hombre llegaría a estar muerto, totalmente inanimado y sin ninguna vitalidad.

A los cristianos se les puede comparar con un tren. El tren necesita el combustible por dentro como poder, pero también necesita los rieles por fuera. Si el tren tiene combustible por dentro, pero no los rieles por fuera, entonces no podrá correr; y si corriera, surgirían problemas. Por otro lado, si sólo están los rieles por fuera, pero el tren no tiene combustible por dentro, entonces aunque el tren estuviera en el camino correcto, no podría moverse. Por tanto, para que corra un tren y para que lo haga sin problemas, deben estar en coordinación estos dos aspectos: el aspecto interno y el aspecto externo. Por fuera, es necesario que los rieles dirijan al tren; por dentro, es necesario que el combustible lo energice.]

[Por tanto, debemos darle el mismo énfasis al Espíritu y a la Biblia; no debemos descuidar ninguno de los dos. No debemos menospreciar al Espíritu, que está en nosotros, ni a la Biblia, que está fuera de nosotros.]

II. PARA CONOCER LA BIBLIA SE NECESITA TENER UN ESPÍRITU EJERCITADO Y UNA MENTE ENTRENADA

[El Espíritu y la Biblia son dos lados de un mismo asunto. Asimismo, el conocer la Biblia también tiene dos aspectos. Casi todo lo que Dios ordenó en el universo tiene dos lados. Por ejemplo, existen el cielo y la tierra, el hombre y la mujer, el lado de adentro y el de afuera, el lado de arriba y el de abajo: todas estas cosas tienen dos lados. Sucede lo mismo con una persona que desea conocer la Biblia, es decir, se requiere de la mente y del espíritu. Nadie puede conocer bien la Biblia si descuida uno de estos dos aspectos. Para conocer la Biblia, debemos tener una mente entrenada y un espíritu ejercitado.]

[Por tanto, hermanos y hermanas, si realmente queremos conocer la Biblia, tenemos que ser equilibrados. Debemos entender apropiadamente la letra de la Biblia y debemos usar debidamente nuestro espíritu para percibir el significado espiritual de la Biblia. A fin de leer bien la Biblia, debemos entrenar nuestra mente y, quizás aun más, ejercitar nuestro espíritu. Adiestramos la mente con el propósito de entender la Biblia, y ejercitamos el espíritu con el propósito de tocar la Biblia y tener contacto con ella. Un aspecto tiene que ver con la mente, pues con la mente entendemos la Biblia; y el otro aspecto tiene que ver con el espíritu, pues al usar el espíritu tenemos contacto con la Biblia.

Con relación a la electricidad, una cosa es entenderla, y otra muy distinta es tocarla. Entender la electricidad tiene que ver con la mente, mientras que tocar la electricidad tiene que ver con el cuerpo. Muchas veces, si bien hay electricidad en cierto lugar, existe una tabla o placa que aísla al cuerpo de ella. Bajo tales circunstancias, aunque la mente de una persona entienda la electricidad, su cuerpo no puede tocarla. Por el contrario, hay personas que no entienden la electricidad en lo absoluto; sin embargo, sus cuerpos la han tocado. Estas personas pudieron tocar la electricidad porque la electricidad estaba presente y sus cuerpos no estaban aislados de ella. Una vez que se toca la electricidad, se entra en contacto con ella. Este es un buen ejemplo. La relación que tenemos con la Biblia es igual. El hecho de que nuestra mente entienda la Biblia es una cosa, pero el que nuestro espíritu la toque, es decir, que tenga contacto con ella, es algo totalmente distinto. Tal vez su mente entienda la Biblia, pero es posible que su espíritu aún no la haya contactado ni tocado. No solamente debemos usar nuestra mente para entender la Biblia; también debemos usar nuestro espíritu para contactarla. No es suficiente meramente entender la Biblia con nuestra mente, sino que también debemos contactar y tocar la Biblia usando nuestro espíritu.

No obstante, si bien debemos tocar y contactar la Biblia con el espíritu, también es necesario comprenderla con la mente. Debemos darnos cuenta de que la razón por la cual queremos que la mente entienda la Biblia, es con el fin de que nuestro espíritu pueda contactar y tocar sus palabras. Una cosa es cierta: es difícil que nuestro espíritu toque las palabras de la Biblia sin que éstas pasen primero por el entendimiento de la mente. Esto es cierto con relación a las palabras de la Biblia, y también es cierto con relación a la palabra que se predica. Ni siquiera las palabras de este capítulo podrán tocar el espíritu de usted sin que antes pasen por el entendimiento de su mente. Supongamos que yo predique en chino y que haya alguien aquí sentado que no entienda el idioma chino; nada entrará en la mente de esa persona. ¿Cómo puede ser tocado su espíritu? Primero tenemos que comprender la verdad usando la mente, antes de que llegue al espíritu y toque nuestra persona. Si una persona analfabeta abre la Biblia con la intención de leerla, ¿cómo será tocado su espíritu? Para que el espíritu sea tocado por la Biblia, esa persona tiene que esforzarse por aprender primero a leer usando su mente. Por lo menos debe ser capaz de identificar las palabras de la Biblia, para poder leerla y ser tocada por ella en su espíritu. Si no entendemos las palabras de la Biblia, aunque oremos por tres horas con mucha inspiración, será imposible entender o ser tocados cuando leamos la Biblia, porque sus palabras no podrán llegar a nuestra mente. Debemos invertir mucho tiempo para aprender el lenguaje con nuestra mente, antes de poder leer la Biblia. Sólo entonces podrán pasar las palabras por nuestra mente y tocar nuestro espíritu.

Además, la Biblia en sí no es tan sencilla. Es posible que alguien conozca cada palabra de la Biblia, y aún así no entienda su significado. Hay pasajes en la Biblia que no se entienden simplemente con leerlos. La Biblia tiene sus propias características y su propio contexto. Muchas personas que poseen doctorados y mucho conocimiento abren la Biblia a fin de leerla, solamente para descubrir que, aunque entienden cada palabra, no comprenden algunos de los pasajes porque no conocen el contexto ni los términos especiales de la Biblia. Ya que no los entienden, les es difícil ser tocados por ellos. Por supuesto, hay ciertos pasajes, tales como Juan 3:16, que no presentan ninguna dificultad técnica en cuanto a la forma en que están escritos; con tal que alguien entienda las palabras, una simple lectura será suficiente para que la mente entienda. Sin embargo, hay muchos otros pasajes de la Biblia en los que encontramos problemas especiales relacionados con las palabras que se usan. Por ejemplo, hay nombres específicos de personas y de lugares, y también está el problema de las dispensaciones, los tipos y las profecías. Además, hay muchos otros asuntos particulares, tales como los números, las alegorías y los símbolos. La capacidad para entender estas expresiones y términos específicos definitivamente no pertenece a alguien que simplemente sabe leer o que está instruido en la educación mundana.

Esto se compara al hecho de que, aunque yo sé leer y escribir, estoy completamente perdido cuando se trata de entender un libro de electricidad. Puedo leer las palabras, pero no entiendo su significado debido a que el libro contiene muchos términos específicos. Para entender un libro de electricidad, primero debemos estudiar algunos de sus términos especiales.

Según el mismo principio, aunque las palabras de la Biblia quizás sean bastante comunes, a la vez son usadas de forma muy específica y contienen muchos términos particulares. Si no hemos sido debidamente adiestrados en cuanto a estos términos específicos y asuntos técnicos, se nos dificultará mucho entender lo que leemos. Por ejemplo, Juan 1:17 dice que la ley fue dada por medio de Moisés. “La ley” es un término especial, y “Moisés” también es un nombre especial. Sin conocer el contexto de estos dos términos, ni siquiera un grupo de cien personas que tengan doctorados podría entender lo que significa este pasaje.

Así que, para que una persona salva pueda entender la Biblia apropiadamente, ella debe invertir tiempo para estudiar las palabras y los términos específicos y debe ser adiestrada en su mente. Con el entrenamiento, se le facilitará mucho la lectura. No habría ninguna dificultad cuando alguien encuentre palabras tales como “la ley”, “Moisés” o frases como “el derramamiento de sangre para la remisión de pecados”, ya que conocería estos términos especiales. Tan pronto como los lea, los entenderá rápidamente. Las palabras de la Biblia inmediatamente pasarán por su mente y serán tocadas por su espíritu. Por lo tanto, en esta ocasión invertiremos mucho tiempo para estudiar las palabras y los términos específicos de la Biblia. Este aspecto, el de entrenar la mente, sirve de preparación con el fin de ayudarnos a usar nuestro espíritu para contactar y tocar la Biblia.]

III. EL ORIGEN DE LA BIBLIA

A. La Biblia fue dada por el aliento de Dios

[La Escritura fue dada por el aliento de Dios (2 Ti. 3:16). Esto significa que la Escritura no provino del pensamiento del hombre, es decir, de la mente del hombre; antes bien, es el aliento de Dios, dado al infundir Dios Su pensamiento y Su palabra por medio de Su Espíritu en los escritores. Por consiguiente, la Biblia contiene los elementos de Dios y conlleva Su sabor. Como cristianos, nuestro mayor gozo, o digamos, nuestra mayor bendición, es poder contactar a Dios y gustar de Él diariamente por medio de la palabra de Su aliento.]

B. La Biblia es lo que los hombres hablaron de parte de Dios siendo movidos por el Espíritu Santo

[Ya que la Escritura es el aliento de Dios, o sea, la palabra que Él exhaló por medio de Su Espíritu desde el interior del hombre, ninguna palabra de la Escritura proviene de la voluntad del hombre; antes bien, los hombres hablaron de parte de Dios siendo movidos por el Espíritu. La frase “los hombres hablaron de parte de Dios siendo movidos por el Espíritu Santo” (2 P. 1:21), tiene dos significados: primero, que los hombres fueron movidos por el Espíritu; segundo, que los hombres hablaron de parte de Dios. Según el texto original griego, ser movidos por el Espíritu Santo significa ser movidos tal como un barco es empujado por el viento. Los escritores de la Biblia recibieron inspiración de Dios y estaban bajo el poder del Espíritu Santo, siendo movidos y llevados por Él para hablar la palabra de Dios. Además, cuando hablaron, lo hicieron desde el interior de Dios. Por una parte, el Espíritu de Dios movió a los hombres a que hablaran, y por otra, los hombres hablaron desde el interior de Dios. En otras palabras, Dios habló Su propia palabra desde el interior de los hombres y por medio de sus bocas.

En 2 Samuel 23:2 dice: “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha estado en mi lengua”. Esto fue lo que dijo David. Él nos dice que las palabras que él habló, las habló el Espíritu de Dios por medio de él, y que la palabra de Dios estuvo en su lengua. No solamente el Espíritu Santo habló por medio de él, sino que también la palabra de Dios estuvo en su lengua y fue hablada por medio de su boca. Esto es la Biblia.]

C. La Biblia es lo que Dios habló en los profetas y en el Hijo

[El Antiguo Testamento es lo que Dios habló en los profetas; el Nuevo Testamento es lo que Dios habló en el Hijo, nuestro Señor Jesús (He. 1:1-2). Por tanto, ya sea lo que hablaron los profetas en el Antiguo Testamento, o lo que habló el Señor Jesús en el Nuevo Testamento, todo es el hablar de Dios y todo provino de Él.]

D. La Biblia es lo que reveló el Espíritu Santo

[Juan 16:13 dice: “Pero cuando venga el Espíritu de realidad, El os guiará a toda la realidad; porque no hablará por Su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oye, y os hará saber las cosas que habrán de venir”. Lo que el Señor dice aquí demuestra que después del descenso del Espíritu, lo que hablaron y escribieron Sus discípulos les fue revelado por el Espíritu. Así que, aquí las palabras del Señor demuestran que después de Su ascensión, todos los libros del Nuevo Testamento —escritos por Sus discípulos— fueron revelados por el Espíritu, y que Él les adjudicó autoridad divina. La Escritura, por tanto, es la palabra escrita por hombres bajo el mandato de Dios (Éx. 34:27), la palabra del Espíritu de Dios hablada por medio de hombres, la palabra de Dios hablada por medio de la boca del hombre (2 S. 23:2) y la palabra hablada por medio de hombres que fueron movidos por el Espíritu (Mr. 12:36). El Antiguo Testamento es la palabra que hablaron los profetas bajo el mandato de Dios (Jer. 1:7), la palabra de Dios que vino sobre los profetas (Ez. 1:3) y la palabra del Espíritu de Dios hablada por medio de los profetas (Zac. 7:7; Hch. 3:18; 28:25; Ro. 1:2; 1 P. 1:10-12). Algunos pasajes del Nuevo Testamento son lo que Dios habló en el Señor Jesús (Jn. 14:10), mientras que otros pasajes son palabras escritas por los apóstoles según se las enseñó el Espíritu (1 Co. 2:13). Las palabras escritas por los apóstoles según les fueron enseñadas por el Espíritu, son tan sagradas como las Escrituras del Antiguo Testamento (2 P. 3:15-16). Por tanto, toda la Biblia se origina en Dios; cada palabra y cada oración, cada jota y cada tilde (Mt. 5:18), todo fue inspirado por Dios. Por consiguiente, los hombres no deben añadir ni quitar nada de las Santas Escrituras (Ap. 22:18-19).]

IV. LA BIBLIA ES LA CORPORIFICACIÓN DE DIOS EL ESPÍRITU

[Dios es Espíritu. El Espíritu, sin embargo, es bastante abstracto; es tan abstracto como las ondas radiales que se hallan en el aire. Es difícil que el hombre toque a Dios o lo entienda, pero la Biblia es la corporificación de este Espíritu. El Señor Jesús dijo en Juan 6:63 que las palabras que Él habla son espíritu. Esto nos muestra que la palabra de Dios es la corporificación del Espíritu de Dios. Esto es semejante al receptor de un radio, el cual capta las ondas radiales que están en el aire; el receptor del radio se convierte en la corporificación de las ondas radiales. Cuando las ondas radiales están en el aire, no las escuchamos, ni las tocamos ni las entendemos; pero tan pronto como éstas son captadas por el receptor, las ondas radiales se manifiestan ante nosotros. Lo que era abstracto llega a ser real, y podemos sentirlo, escucharlo y entenderlo. Así que, podríamos decir que el receptor del radio es la corporificación de las ondas radiales.

Según el mismo principio, si en el universo sólo existiera Dios el Espíritu y no hubiera Biblia, para nosotros Dios sería lo mismo que las ondas radiales; es decir, no podríamos comprenderlo ni encontrarlo. Pero gracias a Dios que Su palabra está aquí. Esta palabra es la corporificación de Dios mismo. Dios el Espíritu está contenido en la Palabra. Por eso el Señor Jesús dijo que Su palabra es espíritu. De la misma manera, podríamos decir que la palabra de la Biblia es el Espíritu. Dicho de manera más clara, la Biblia es la corporificación del Espíritu.]

A. La expresión de Dios el Espíritu

[Primero, la Biblia es la corporificación de Dios el Espíritu; ella también es la expresión de Dios el Espíritu. Dios el Espíritu es expresado por medio de la Biblia, la cual es Su corporificación. Desde el día en que usted escuchó el evangelio hasta hoy, ¿cuántas veces ha sido movido por el Espíritu Santo independientemente de la palabra de Dios? Probablemente en muy pocas ocasiones. Casi siempre que somos movidos por el Espíritu Santo, esto ocurre por medio de la palabra de Dios. El Espíritu Santo nunca nos estimula aparte de la palabra. A veces lo hace por medio de un versículo que usted ha leído en la Biblia; a veces lo hace al recordar usted un versículo que había leído antes; a veces lo hace mediante algunas palabras que, en principio, corresponden con la Biblia. Todas éstas son palabras. Aunque es el Espíritu el que lo mueve a usted, es difícil separar el Espíritu Santo de la palabra. Es difícil decir si usted es movido por la palabra o por el Espíritu Santo, porque en tales ocasiones el Espíritu Santo está en la palabra. La palabra es la corporificación y expresión del Espíritu Santo.

Por supuesto, reconocemos que en muchas ocasiones se puede tener la palabra sin el Espíritu. Esto es como tener el receptor de un radio sin que hayan ondas radiales. Ciertamente esto es vano. Reconocemos que mucha gente lee la Palabra de Dios en vano. Pero muchas veces cuando leemos tan sólo un poco la Palabra del Señor, el Espíritu Santo viene. El Espíritu Santo está en la palabra, y la palabra es la expresión del Espíritu Santo.

De cualquier modo, es difícil ser movidos por el Espíritu Santo sin la palabra de Dios. Dicho de otra forma, rara vez somos movidos por la palabra sin que el Espíritu se mueva dentro de nosotros. Bajo circunstancias normales, uno no puede separar a Dios el Espíritu de la Biblia, pues la Biblia es la corporificación y expresión de Dios el Espíritu.]

B. La morada de Dios el Espíritu

[La Biblia, como corporificación de Dios el Espíritu, no solamente es Su expresión, sino también Su morada. Dios el Espíritu reside en Su palabra. Por experiencia sabemos que esto es verdad. Muchas veces, cuando leemos la Biblia, tocamos a Dios el Espíritu. Esto se debe a que la Biblia es la morada de Dios el Espíritu; es el lugar donde reside Dios el Espíritu.]

C. El medio que usa Dios el Espíritu

[Hay otro punto. La Biblia es el medio que usa Dios el Espíritu. Dios es Espíritu. Todo lo que Él hace en nosotros, lo hace por medio de la Biblia. Todo lo que Dios hace en relación con nosotros y todo lo que Dios desea que hagamos, se efectúa por medio de Su palabra. La palabra es la corporificación de Dios el Espíritu; por ende, también es la expresión y la morada de Dios el Espíritu, y el medio que Él usa. Bajo circunstancias normales, siempre que toquemos la palabra de Dios en la Biblia, deberíamos recibir, tocar y sentir el mover de Dios el Espíritu, y deberíamos tener contacto con Dios.

Esto es la Biblia. ¿Qué es la Biblia? La Biblia es la palabra de Dios, la revelación de Dios, el aliento de Dios y la corporificación de Dios el Espíritu.]

V. LAS FUNCIONES DE LA BIBLIA

A. Dar testimonio del Señor Jesús

[La primera función de la Biblia es dar testimonio del Señor Jesús (Jn. 5:39). El Señor Jesús es el tema y contenido de la Biblia; la Biblia es la explicación y expresión del Señor Jesús. El Señor Jesús es la Palabra viva de Dios; la Biblia es la Palabra escrita de Dios. La Biblia, la Palabra escrita de Dios, debe tener al Señor Jesús —la Palabra viva— como su realidad; de lo contrario, no será sino meras doctrinas y letras vacías. El Señor Jesús, la Palabra viva, debe tener la Biblia —la Palabra escrita— como Su expresión; de no ser así, Él será misterioso y difícil de conocer, abstracto y difícil de captar. Sin embargo, puesto que existe la explicación clara y definida de las Escrituras y su revelación pura, los hombres pueden conocer al Señor Jesús de manera práctica y comprenderlo de forma definida. No solamente cada libro del Nuevo Testamento revela al Señor Jesús, sino también cada parte del Antiguo Testamento —sea (1) la ley de Moisés, (2) los profetas, o (3) los salmos (estos conforman las tres partes principales del Antiguo Testamento)—, da testimonio y habla acerca del Señor Jesús. Así que, si deseamos conocer al Señor Jesús, debemos leer y entender la Biblia.]

B. Hacer a los hombres sabios para la salvación

[Las funciones de la Biblia constan de dos aspectos: un aspecto consiste en servir al Señor, y el otro aspecto, en servirnos a nosotros. Por un lado, la Biblia da testimonio del Señor Jesús y, por otro, hace posible que recibamos la gracia y seamos edificados. La primera función de la Biblia en relación con nosotros es hacernos sabios para la salvación (2 Ti. 3:15); la Biblia nos revela cómo Dios salva a los hombres en Cristo, y cómo los hombres pueden ser salvos por la fe, para que conozcan el camino de salvación.]

C. Hacer que los hombres sean regenerados

[La primera función práctica de la Biblia con respecto a nosotros es hacer que seamos regenerados (1 P. 1:23). La Biblia es la Palabra del Dios vivo y contiene la vida del Dios viviente. Cuando por medio de la fe recibimos la palabra de las Escrituras, ésta entra en nosotros como simiente de vida y siembra la vida de Dios en nosotros; de esta manera, obtenemos la vida de Dios y somos regenerados.]

D. Ser la leche espiritual de los creyentes

[Cuando somos salvos, nuestra comprensión no es lo suficientemente fuerte como para entender las cosas espirituales. Algunos pasajes de las Escrituras son como leche que puede nutrirnos y hacernos crecer en nuestra vida espiritual (1 P. 2:2). Así que, los creyentes recién regenerados deben desear la palabra de la Biblia, tal como niños recién nacidos que desean leche, la leche de la palabra dada sin engaño. De otro modo, su vida espiritual no podrá crecer y seguirán siendo niños en Cristo (1 Co. 3:1-2).]

E. Ser el pan de vida de los creyentes

[La palabra de las Escrituras es también nuestro pan espiritual, el pan de vida (Mt. 4:4). Así como nuestra vida física necesita alimentación, nuestra vida espiritual también necesita ser nutrida. La palabra de la Biblia es lo único que puede suministrarle alimentación a nuestra vida espiritual. Para estar llenos de vida y ser fuertes delante de Dios, no podemos depender únicamente de pan, sino de cada palabra, es decir, la palabra de la Biblia, que procede de la boca de Dios. Debemos tomar la palabra de Dios como alimento y comerla (Jer. 15:16), incluso considerando la palabra de la Biblia más importante que nuestra comida (Job 23:12b). De otra manera, nuestra vida espiritual no podrá crecer. Debemos poner en práctica continuamente el ejercicio de nuestras facultades para comprender la palabra de la Biblia, a fin de que podamos entender las palabras que son difíciles de interpretar; esto es, para que como personas maduras, podamos comer alimento sólido (He. 5:13-14). De otra manera, nuestra vida espiritual no será fuerte.]

F. Hacer cabal al creyente

[Las enseñanzas de la Biblia nos dan perseverancia, consolación y esperanza (Ro. 15:4). Muchos cristianos han caído en tribulación y enfermedad. Al no poder soportarlo, se lamentan y se sienten desesperados; pero tan pronto leen un pasaje o una frase de la Biblia, ellos reciben en sus corazones una fuerza que les ayuda a perseverar, o reciben una consolación inefable y así obtienen una esperanza que va más allá de sus expectativas. La Biblia también relata muchas cosas a manera de advertencia, para que seamos amonestados, estemos alertas y no repitamos los errores del pasado (1 Co. 10:11). Así que, después de que somos regenerados, experimentamos que la Biblia es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea cabal (2 Ti. 3:16-17).]

RESUMEN

Los dos regalos o dádivas más grandes que Dios nos ha dado para que los disfrutemos son el Espíritu, el cual está dentro de nosotros, y la Biblia, la cual está fuera de nosotros. El Espíritu nos da vida, y la Biblia nos da estabilidad; requerimos de ambos para ser cristianos apropiados y crecer en vida. La Biblia se compone de palabras; por tanto, necesitamos nuestra mente para entenderla. La Biblia corporifica al Dios Triuno; por tanto, debemos usar nuestro espíritu para recibir el Espíritu y la vida. Al leer la Biblia, se requiere un equilibrio entre el uso de nuestra mente y el de nuestro espíritu. Debemos usar tanto nuestra mente como nuestro espíritu para poder comprender lo que se revela y se comunica en la Biblia. La Biblia da testimonio del Señor Jesús. Ella también nos hace sabios para la salvación, y por ende, hace que seamos regenerados. Una vez que comenzamos nuestra vida cristiana —al ser regenerados—, la Biblia llega a ser nuestra leche espiritual y nuestro pan de vida, los cuales nos capacitan para crecer en el Señor. Al final, seremos maduros, cabales, plenamente equipados para toda buena obra de Dios. ¡Alabado sea el Señor por darnos tanto el Espíritu como la Biblia! Cada día debemos invertir tiempo en la Biblia, ejercitando nuestro espíritu para disfrutar de todos sus beneficios.

Preguntas y ejercicios

  1. ¿Por qué debemos ser equilibrados con relación al Espíritu, que está dentro de nosotros, y la Biblia, la cual está fuera de nosotros? ¿Qué pasa si no somos equilibrados?
  2. ¿Qué necesitamos para conocer de la Biblia? ¿Por qué?
  3. Describa brevemente el origen de la Biblia.
  4. ¿Por qué decimos que la Biblia es la corporificación de Dios?
  5. ¿Por qué necesitamos la Biblia? ¿Cuál es su función?
  6. ¿Cómo debemos leer la Biblia?
  7. Cuéntele a sus compañeros lo que ha recibido de esta lección. ¿Cuáles puntos le llamaron más la atención?

Porciones citadas

  1. On Knowing the Bible [En cuanto a conocer la Biblia] (Lee/LSM), págs. 7-13.
  2. Lecciones de la verdad, nivel 1, tomo 1 (Lee/LSM), págs. 6-9.
  3. On Knowing the Bible (Lee/LSM), págs. 22-24.
  4. Lecciones de la verdad, nivel 1, tomo 1 (Lee/LSM), págs. 9-11.

Referencias adicionales

  1. The Full Knowledge of the Word of God [El pleno conocimiento de la verdad] (Lee/LSM), págs. 16-17.
  2. On Knowing the Bible (Lee/LSM), capítulo 1.
  3. Leccionesde laverdad, nivel 1, tomo 1 (Lee/LSM), lección 1].
  4. Life-study of Deuteronomy [Estudio-vida de Deuteronomio] (Lee/LSM), mensaje 4.
  5. La revelación básica contenida en las santas Escrituras (Lee/LSM), págs. 46-48.
  6. Twelve Baskets Full [Doce cestas llenas], tomo 4 (Nee/LSM), capítulo 4.