La ortodoxia de la iglesia PDF cap.5 Watchman Nee Audiolibro Book

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LA IGLESIA DE TIATIRA

CAPÍTULO CINCO

LA IGLESIA EN TIATIRA

Lectura bíblica: Ap. 2:18-29

Ahora procederemos a considerar a Tiatira. Aquí debo dar especial énfasis al hecho de que Éfeso surgió después que la iglesia en la era apostólica dejara de existir, y después de Éfeso, surgió Esmirna, y después de Esmirna, surgió Pérgamo, y después de Pérgamo, surgió Tiatira. Así como la iglesia que existió durante la época de los apóstoles pertenece al pasado, también pertenecen al pasado el período correspondiente a la iglesia en Éfeso, el período de la iglesia bajo persecución y, finalmente, el período que corresponde a Pérgamo. Si bien Tiatira surge con posterioridad a todos estos períodos, la iglesia en Tiatira continuará en existencia hasta el retorno del Señor. Esto sucede no solamente con Tiatira, sino también con Sardis, Filadelfia y Laodicea, las cuales subsistirán hasta el retorno del Señor. En el caso de las tres primeras iglesias no se hace mención del retorno del Señor; pero en el caso de las últimas cuatro iglesias, sí se hace referencia explícita al retorno del Señor. En el caso de la epístola a Laodicea, sin embargo, no se menciona la segunda venida del Señor en un sentido literal debido a una característica particular de esta iglesia, lo cual explicaremos más adelante. En todo caso, las cuatro últimas iglesias existirán hasta que el Señor Jesús retorne.

En la Biblia, el número siete significa compleción. El siete está compuesto de tres más cuatro. Tres es un número que alude a Dios; Dios mismo es tres en uno. Cuatro es el número que alude a las criaturas de Dios; es el número del mundo, pues incluye los cuatro puntos cardinales, los cuatro vientos, las cuatro estaciones, etc. Todos estos componentes de la creación están representados por el número cuatro. Así pues, el número siete representa al Creador y Sus criaturas. Cuando Dios es añadido al hombre, esto representa compleción. (Pero esta compleción es la compleción de este mundo: Dios nunca usa el número siete para referirse a lo que pertenece al ámbito de la eternidad; para ello se usa el número doce, que representa compleción en el ámbito de la eternidad. Siete es tres más cuatro, mientras que doce es tres por cuatro. Cuando Dios y el hombre son puestos juntos, ello constituye compleción en este mundo. Cuando el Creador y la criatura se unen como una sola entidad, entonces ocurre la compleción eterna.) El número siete es siempre tres más cuatro. Las siete iglesias, por ejemplo, se hallan divididas en dos grupos: las tres primeras y las cuatro últimas. En el caso de las tres primeras, no se habla del retorno del Señor, mientras que en el caso de las otras cuatro sí se hace referencia a la segunda venida del Señor. Por tanto, las primeras tres iglesias forman un grupo, mientras que las otras cuatro forman otro grupo. La iglesia en Tiatira es la primera de las últimas cuatro que continuará en existencia hasta que el Señor Jesús regrese.

Tiatira significa “sacrificio aromático”, es decir, abundancia de sacrificios continuos. En esta epístola dirigida a Tiatira, el Señor usa palabras cada vez más severas. El Señor afirma que Él tiene “ojos como llama de fuego” (Ap. 2:18). Nada puede escapar a Su mirada. Él es la luz; Él mismo es el resplandor. Al mismo tiempo, Él dice que sus pies son “semejantes al bronce bruñido” (v. 18). En la Biblia, el bronce simboliza juicio. Aquello que los ojos ven, es juzgado por medio de los pies. Todos los estudiosos de la Biblia están de acuerdo en que Tiatira se refiere a la Iglesia Católica Romana. En este caso ya no se hace referencia a la confusión inicial que resultó del matrimonio entre la iglesia y el mundo, pues tal etapa ya ha concluido. La situación que se describe ahora es mucho más grave y evidente, pues imperan tanto las herejías como los sacrificios. Ciertamente es notorio cuánta importancia le da la Iglesia Católica Romana al comportamiento y a los sacrificios. En la misa ellos presentan su continuo sacrificio.

Conforme a nuestro parecer, no hay nada bueno en la Iglesia Católica Romana, pero Dios dice: “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu perseverancia, y que tus obras postreras son más que las primeras” (v. 19). El Señor reconoce que en la Iglesia Católica Romana se puede detectar algo de realidad. Madame Guyon, Tauler y Fénelon pertenecieron a la Iglesia Católica Romana, y podríamos mencionar a muchos otros creyentes destacados. Ciertamente, en la Iglesia Católica Romana hay muchos que conocen al Señor. Jamás debiéramos pensar que en la Iglesia Católica Romana no hay una sola persona que sea salva, pues el Señor todavía tiene a algunos de los Suyos allí; tenemos que entender esto claramente delante del Señor.

De lo que debemos percatarnos aquí es el grado de desolación al que ha llegado la iglesia en lo que respecta a su manifestación externa. Primero, vimos el comportamiento de los nicolaítas; después, vimos cómo este comportamiento se desarrolló hasta convertirse en una enseñanza. ¿Cuál es ahora la condición de la iglesia? El Señor dice: “Pero tengo contra ti que toleras a esa mujer Jezabel, que dice ser profetisa, y enseña y seduce a Mis esclavos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos” (v. 20). ¿Quién es Jezabel? Jezabel fue esposa de Acab. La mujer con quien se casó Acab, Jezabel, procedía de un pueblo pagano, los sidonios; esta mujer sedujo al pueblo de Israel a que adorase a Baal (1 R. 16:30-32). Baal era un dios de los gentiles, no era el Dios del pueblo de Israel; sin embargo, Jezabel instó al pueblo a que adorase la imagen de Baal. El problema no era solamente que se tolerasen ciertos ídolos; más bien, el problema radicaba en que Dios fue reemplazado. Es decir, se introdujo la adoración a Baal, y el pueblo lo adoró como su propio dios. En la historia de la nación judía (Israel), hasta lo que se nos relata en 1 Reyes 16, nadie jamás había guiado al pueblo de Israel por un camino tan pecaminoso como lo hizo Acab. Acab fue el primero en guiar al pueblo a la adoración masiva de un dios pagano. Ni siquiera Jeroboam se le compara en cuanto a los pecados cometidos.

Aquí deseamos señalar quién es Jezabel. Jezabel es una mujer. La mujer mencionada en Apocalipsis 17 se refiere a la Iglesia Católica Romana. En Mateo 13:33 la mujer que tomó la levadura y la escondió en tres medidas de harina también representa a la Iglesia Católica Romana. Por tanto, resulta obvio que la mujer mencionada en Apocalipsis 2:20 también represente a la Iglesia Católica Romana.

Dios jamás aprobó el matrimonio entre Su pueblo y los gentiles; de hecho, Él afirma que esto es fornicación. Puesto que Jezabel no era una reina, la unión entre Acab y Jezabel constituía un acto de fornicación. La fornicación implica confusión. A los ojos de Dios, Jezabel era una mujer que tergiversaba las palabras de Dios y sembraba confusión entre Su pueblo. Esta mujer trajo consigo al dios de los gentiles. Ya dijimos que el resultado de la fornicación es idolatría. En el Nuevo Testamento se nos relata de una conferencia celebrada en Jerusalén en la cual, entre otras cosas, se acordó exhortar a los creyentes gentiles a abstenerse de comer de la carne sacrificada a los ídolos y de fornicación (Hch. 15:29). Aquí vemos que la fornicación de Jezabel introdujo ídolos en el reino de Israel.

Por medio de Jezabel, Acab se unió al mundo. Es obvio que la Iglesia Católica Romana busca la unión con los poderes políticos de este mundo. Ella envía embajadores y ministros a diversas naciones e, incluso, cuando surgen conflictos mundiales ella expresa abiertamente sus propias opiniones al respecto. La unión de la iglesia con el mundo es la Iglesia Católica Romana. Ella alega que su primer papa fue el apóstol Pedro. Pero me parece obvio que Pedro respondería que él es solamente discípulo del humilde Jesús de Nazaret y que, por ende, no tiene nada que ver con la gloria y el renombre de este mundo. Sin embargo, la Iglesia Católica Romana mantiene su posición influyente en el mundo y exige al pueblo que le respete como tal. Lo que la Iglesia Católica Romana ha puesto en práctica por más de mil años es, según Jacobo 4:4, equivalente a cometer el más grave de los adulterios. Vemos, pues, que la iglesia dejó de ser una virgen. Hoy tenemos este grupo de personas que piensa que puede sentarse a la mesa de negociaciones políticas debido a que cuenta con numerosos partidarios. Ciertamente, desde la perspectiva humana, negociar con otros poderes representa una especie de avance para la iglesia; pero desde el punto de vista de Dios, la iglesia ha caído en pecado al procurar obtener aquello que es del mundo.

¿Cuál es el resultado? La idolatría. Los hechos están delante de nuestros ojos; no hay una iglesia que tenga tantos ídolos como la Iglesia Católica Romana. Incluso podemos afirmar que la Iglesia Católica Romana fabrica los ídolos de mejor calidad. Al visitar Roma durante un mes, mi constante sentir personal era éste: que si la iglesia de ellos es la iglesia, entonces la nuestra no lo es; y si la nuestra es la iglesia, entonces la de ellos no lo es. No tenemos nada en común que nos lleve a cooperar mutuamente. Pero lo más notable es que ellos han cumplido al pie de la letra lo que está profetizado en la Biblia. Ellos tienen imágenes del Padre, imágenes del Hijo, imágenes de los apóstoles e imágenes de los santos de la antigüedad; ellos adoran a María y veneran a Pedro. Allí, Jezabel enseña a los siervos del Señor a cometer fornicación y a comer de la carne ofrecida a los ídolos. Jezabel es mencionada debido a que esta iglesia ha introducido los dioses de los gentiles. Podemos ver esto en el libro titulado Mystery [Misterio] de G. H. Pember. El catolicismo adopta dioses paganos y les pone rótulos cristianos. El caso más evidente es la imagen de María. Algunos piensan que el culto a María es un elemento propio del cristianismo. Pero el hecho es que Grecia tiene una diosa, India tiene una diosa, Egipto tiene una diosa y China tiene una diosa; todas las religiones del mundo poseen una diosa, con excepción del cristianismo. Puesto que debe haber una diosa, la Iglesia Católica dio lugar a la adoración de María. En realidad, en el cristianismo no existe diosa alguna, ya que la noción de una diosa tiene su origen en las religiones de los gentiles. Así pues, esto es idolatría, lo cual se añade a la fornicación espiritual. Esto se refiere al hecho de que Jezabel introdujo elementos propios de los gentiles en el reino de Israel.

Jezabel se llama a sí misma profetisa debido a que desea predicar y enseñar. La posición que ocupa la iglesia delante de Dios es la de una mujer. Siempre que la iglesia toma para sí la autoridad de predicar y enseñar, se comporta como Jezabel. La iglesia no tiene nada que decir; en otras palabras, la iglesia no tiene la palabra. El Hijo de Dios es el Verbo y, por ende, sólo Él tiene la palabra. Cristo es la cabeza de la iglesia; por tanto, sólo Él tiene el derecho de hablar. Siempre que la iglesia se levanta a predicar por sí misma, es la predicación de una mujer. La Iglesia Católica Romana es esta mujer que predica y enseña. En la Iglesia Católica Romana, lo que cuenta y tiene validez es lo que la iglesia tiene que decir, y no lo que la Biblia dice ni lo que el Señor dice. Cabe destacar que Dios afirma que Jezabel se hace llamar profetisa y es una mujer que se levanta a enseñar. En este versículo [v. 20] la expresión “Mis esclavos” hace referencia a individuos. Jezabel toma para sí, pues, la autoridad de dar órdenes a cada uno de los creyentes. Los que pertenecen a la Iglesia Católica Romana no leen la Biblia debido a que temen malinterpretar la Palabra de Dios; según ellos, únicamente los padres pueden entender y exponer la Biblia, por tanto, sólo los padres están capacitados para hacer decisiones. Básicamente, la Iglesia Católica Romana es la mujer que toma para sí la autoridad de predicar y decidir qué es lo que los hijos de Dios deben hacer. Son muchas las doctrinas que han sido alteradas debido a que la Iglesia Católica Romana habla en representación de la iglesia y todos los demás tienen que acatar lo dicho por la iglesia. Ella, pues, le da mucha importancia a la idea de que la gente tiene que escuchar a la iglesia y al papa, en lugar de recalcar que la gente debe escuchar al Señor.

En la historia de la iglesia se registran persecuciones de parte del Imperio Romano y también de parte de la Iglesia Católica Romana. No sabemos cuántas personas fueron muertas a causa de la persecución desatada por la Iglesia Católica Romana en España. Los castigos infligidos por la Inquisición fueron extremadamente crueles; después de haber torturado a las personas hasta llevarlas al borde de la muerte, las entregaban vivas a las autoridades civiles a fin de dejar constancia que ninguna de ellas murió en sus manos. Jezabel siempre encuentra la manera de obligar a las personas a aceptar sus doctrinas. En la historia de la nación judía (Israel) consta solamente una mujer, Jezabel, que mataba a los profetas. Asimismo, en siglos anteriores, el número de los testigos muertos a manos de la Iglesia Católica Romana es incalculable. Ella afirma que todas sus decisiones son infalibles; además, ella controla lo que le es permitido pensar a sus súbditos. El Señor dijo que el fracaso de Tiatira se debe a que ella dio cabida a la enseñanza de Jezabel.

“Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación” (Ap. 2:21). Jezabel persiste en mantenerse unida al mundo y en ella impera el comportamiento mundano. “He aquí, Yo la arrojo en cama” (v. 22): no en un ataúd, sino en una cama. Si ella hubiese sido arrojada en un ataúd, ello significaría que habría llegado a su fin, pero el hecho de que haya sido arrojada en cama significa que todavía no ha llegado a su fin. Lo que esto significa es que ella no cambiará en lo que le queda de tiempo, pues se trata de un paciente incurable que no puede mejorar su condición. Puesto que continúa en su estado actual, ella es incurable; ésta es la condición en la que se encuentra hoy la Iglesia Católica Romana. En 1926, Mussolini y el papa firmaron un acuerdo entre el Vaticano e Italia en el cual el Vaticano se convirtió en un Estado independiente, con su propio tribunal, su propia policía y demás atribuciones correspondientes. Cada año se añaden más creyentes a la Iglesia Católica Romana. En China, ni una sola iglesia protestante publica periódico alguno, pero la Iglesia Católica Romana es dueña de un periódico; el número de adeptos que ella tiene es tres o cuatro veces mayor que el de las iglesias protestantes. En Apocalipsis 17 vemos las dimensiones que alcanzará esta institución, la cual, sin duda, cada día se hace más y más fuerte. Pero el Señor le dice a los Suyos: “Salid de ella, pueblo Mío” (18:4). ¿Qué dice el Señor con respecto a quienes cometieron adulterio con ella y con respecto a los hijos de ella? “He aquí, Yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a los hijos de ella heriré de muerte” (2:22-23). Probablemente estas palabras se refieren a la destrucción de la Iglesia Católica Romana que será efectuada por medio del anticristo y sus seguidores. “Y todas las iglesias sabrán que Yo soy el que escudriña las entrañas y los corazones; y os daré a cada uno según vuestras obras” (v. 23).

“Pero a vosotros, a los demás de Tiatira, a cuantos no tenéis esa enseñanza, y no habéis conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, Yo os digo: No os impondré otra carga; pero lo que tenéis, retenedlo hasta que Yo venga” (vs. 24-25). La expresión “a los demás de Tiatira’’ da a entender que si bien Jezabel se encuentra en Tiatira, todavía están los demás. Cuando Elías se enteró que Jezabel se había propuesto matarle, se sintió muy desalentado. ¿Qué hizo entonces? Se escondió. Entonces Dios le preguntó: “¿Qué haces aquí, Elías?”. Luego, mientras Elías todavía seguía quejándose, el Señor le dijo: “Y Yo hice que quedaran en Israel siete mil” (1 R. 19:9-18). Estos son “los demás de Tiatira”. Cuando Jezabel estuvo aquí en la tierra, hubo un Elías; asimismo, en la Iglesia Católica Romana han habido muchos que verdaderamente pertenecían al Señor. Muchos fueron llevados a la hoguera, no solamente en España, sino también en Francia y en Gran Bretaña. La sangre de muchos ha sido derramada por la Iglesia Católica Romana. Éste es una hecho innegable. Hoy en día, la Iglesia Católica Romana sigue esforzándose por perseguir a los creyentes. Damos gracias al Señor que, a pesar de todo ello, todavía hay algunos allí que no tienen esa enseñanza ni han conocido las profundidades de Satanás. La expresión “las profundidades” es la palabra griega bathos, que significa misterio. A la Iglesia Católica Romana le encanta usar esta palabra, y ella da cabida a muchos misterios o doctrinas profundas. Estas doctrinas no proceden del Señor, sino de Jezabel. El Señor no impondrá otra carga sobre aquellos que no se adhirieron a tales enseñanzas, pero ellos deben retener lo que tienen. A quien “guarde Mis obras hasta el fin”, el Señor no le pide más; pero, “lo que tenéis, retenedlo hasta que Yo venga”.

“Al que venza y guarde Mis obras hasta el fin, Yo le daré autoridad sobre las naciones, y las pastoreará con vara de hierro, y serán quebradas como vasijas de barro; como Yo también la he recibido de Mi Padre” (Ap. 2:26-27). Ésta es la primera promesa, pero ¿cuál es el significado de la misma? Todo aquel que cuida ovejas tiene una vara; cuando las ovejas no se portan bien, el pastor puede usar la vara para golpearlas sin excesiva fuerza. Mateo 13:40-42 da a entender que el Señor enviará a Sus ángeles para recoger de Su reino todo lo que sirve de tropiezo; es decir, se valdrá de la fuerza para purgar de Su reino todo lo que es impropio. Pero esto no quiere decir que durante el milenio ya no habrán naciones, pues sabemos que todavía habrán naciones en aquel tiempo; más bien, valiéndose de la vara de hierro, Dios quebrará todo aquello que es causa de tropiezo.

Dios produce piedras, mientras que el hombre produce ladrillos. Los ladrillos son muy parecidos a las piedras. La torre de Babel estaba hecha de ladrillos. Desde que se construyó la torre de Babel hasta lo que se relata en 2 Timoteo, Dios ha considerado que aquellos que tratan de imitar Sus obras son vasijas de barro. Aquí el Señor nos dice que el que venza pastoreará con vara de hierro a las naciones y las quebrará como vasijas de barro. El uso de la palabra “pastoreará” nos da a entender que no se trata de algo que se realiza de una vez por todas, sino que se logra golpeando a las ovejas una por una conforme sea necesario. Esto es pastorear, y esta clase de actividad probablemente continuará hasta que vengan los cielos nuevos y la tierra nueva, lo cual es anunciado por la presencia del reino. En los cielos nuevos y la tierra nueva únicamente mora la justicia. Debido a ello, se hace necesario el uso de la vara de hierro para pastorear a las naciones y para desmenuzar todo aquello que procede de los hombres.

“Y le daré la estrella de la mañana” (Ap. 2:28). Ésta es la segunda promesa. En el idioma chino a esta estrella se le conoce como la estrella del alba. Es decir, cuando la noche parece ser más tenebrosa, justo cuando raya el alba, esta estrella aparece brevemente y entonces sale el sol. Son muchos los que ven el sol naciente, pero muy pocos alcanzan a contemplar la estrella de la mañana. Un día el Señor será conocido por todos los hombres, tal como nos dice Malaquías 4:2: “Nacerá el Sol de justicia”. Antes de que todos los demás vean la luz, algunos la verán en medio de la oscuridad; esto es lo que significa recibir la estrella de la mañana. Justo antes de que amanezca, la noche es muy oscura, pero la estrella de la mañana aparece precisamente en tales momentos. El Señor ha prometido que aquel que venza recibirá la estrella de la mañana cuando la oscuridad parezca más tenebrosa, lo cual significa que tal persona verá al Señor y será arrebatada. Siempre vemos el sol durante el día, pero aquellos que ven la estrella de la mañana son los que deliberadamente se levantan a velar mientras los demás duermen. Ésta es la promesa hecha al vencedor.

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap. 2:29). El Señor no solamente se dirige a la Iglesia Católica Romana, sino también a todas las iglesias.

En las primeras tres epístolas, el llamamiento dirigido a aquel que venza va inmediatamente después de la frase: “El que tiene oído, oiga…”. Primero se hace referencia a aquel “que tiene oído”, e inmediatamente después se hace una promesa a aquel que venza. Pero comenzando con la epístola a Tiatira, la secuencia es la opuesta. Esto prueba que las primeras tres iglesias forman parte de un mismo grupo, mientras que las cuatro últimas forman otro grupo diferente. Existe una diferencia entre un grupo y otro. En el primer grupo vemos que Esmirna surgió una vez concluido el período correspondiente a la iglesia en Éfeso, Pérgamo surgió con posterioridad a Esmirna y, finalmente, Tiatira surgió después de que Pérgamo dejó de existir. Pero ahora, en el segundo grupo, vemos que Sardis surge aun cuando Tiatira no ha dejado de existir. Tiatira continuará en existencia hasta que el Señor regrese. Asimismo, vemos que Filadelfia no surge después que Sardis ha dejado de existir, ni Laodicea surge después que Filadelfia llegó a su fin; más bien, Sardis continúa existiendo incluso después de que Filadelfia ha surgido, y Filadelfia continúa existiendo aun después de que ha surgido Laodicea. Así pues, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea existirán hasta que el Señor Jesús retorne. Las primeras tres surgieron y se desvanecieron; pero las últimas cuatro surgen gradualmente y existen simultáneamente hasta que el Señor retorne.