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LA SALVACIÓN ES ETERNA: ARGUMENTOS EN CONTRA DE ELLO part.3

CAPÍTULO DIECINUEVE

LA SALVACIÓN ES ETERNA: ARGUMENTOS EN CONTRA DE ELLO

(3)

En este mensaje continuaremos viendo los versículos que parecen presentar un argumento en contra de que la salvación es eterna.

EL ARGUMENTO BASADO EN 2 CORINTIOS 2:7

En 2 Corintios 2:6-7 se dice: “Le basta a tal persona este castigo infligido por la mayoría; así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de excesiva tristeza”. En algunas traducciones, en vez de las palabras “sea consumido” se usa la palabra “perezca”. Un hermano en Corinto había recibido un castigo por parte de la mayoría debido a su pecado. Pablo estaba preocupado de que los hermanos y las hermanas lo hubieran tratado con demasiada severidad. El les pidió que lo perdonaran y lo animaran, a fin de que no “pereciera” de tanta tristeza. Tal vez algunos argumenten que si la tristeza excesiva puede causar que alguien perezca, ¿no es esto un indicio de que incluso un creyente puede perecer?

Debemos comprender que este hermano es el mismo que se menciona en 1 Corintios 5. Este cometió un pecado muy vil, el pecado de la fornicación incestuosa. Pablo dijo que tal hermano necesitaba ser quitado de en medio de ellos (vs. 2, 13). Los santos de Corinto obedecieron la palabra de Pablo y lo quitaron. El hermano, después de ser quitado, se dio cuenta de que era pecador, y se llenó de tristeza y agonía por su pecado. Pablo les dijo a los santos, en su segunda epístola, que ellos tenían que consolarlo y animarlo, para que no fuera consumido de excesiva tristeza. Si somos descuidados, podemos pensar que aquí “perecer” significa ir al infierno. Pero Pablo en 1 Corintios 5:5 dice: “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor”. Basados en esta palabra podemos decir con toda confianza que tal persona era salva. Lo que se menciona en 2 Corintios 2:7 ciertamente no se trata de que el espíritu perezca.

En segundo lugar, la palabra traducida “sea consumido” no se usa de manera común. Es una palabra especial del idioma griego. La palabra katapino denota algo que está siendo consumido, como un barco hundiéndose en el mar y siendo tragado por él. Después de que tal hermano pecó y fue excomulgado, se arrepintió. El pensaba que había sido excomulgado y rechazado por completo y que había perdido toda esperanza. Por consiguiente, continuaba en su tristeza y agonía. El pensamiento de Pablo fue de que si la iglesia no lo perdonara y lo consolara inmediatamente, tal hermano sería consumido por la tristeza. Esto no tiene nada que ver con la salvación ni con la perdición del alma.

EL ARGUMENTO BASADO EN 2 PEDRO 3:16

Veamos otro pasaje. En 2 Pedro 3:16 dice: “En todas sus cartas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia destrucción”. Algunos argumentarían, después de leer este pasaje, que Pedro nos dice con esto que las cartas de Pablo era difíciles de entender, y que algunos que son indoctos e inconstantes, es decir, ignorantes e inestables, causan su propia destrucción al torcer el contenido de las cartas. Si ellos pueden ser destruidos, ¿no indica esto que perecerán? ¿Perecerá una persona salva? Veremos que en este caso Pedro no habla nada de la perdición eterna.

Según la Biblia, perecer o no perecer no depende de la manera en que uno interpreta la Escritura. Hoy en día, en China, he visto un número de buenos cristianos que aman al Señor y laboran en la obra del evangelio. Sin embargo, no comprenden realmente las cartas de Pablo. Cuando predican, hacen algo más que torcer la palabra de las Escrituras. ¿Van a perecer estos cristianos? ¿Puede una exposición equivocada de las Escrituras ser un factor de perdición? La Biblia no requiere una explicación fundamental de sí misma como condición para ser salvo. Por tanto, lo dicho por Pedro aquí debe significar otra cosa.

En segundo lugar, la palabra apoleia en el griego no se refiere a una clase de destrucción ordinaria. Es una palabra diferente de la que se usa en 2 Corintios 2:7. También es diferente de la palabra comúnmente traducida “perdición”. En el griego, esta palabra, apollyon, significa destruir o ser corrupto. Si algo le es quitado a usted suavemente, esto es “tomar”; si algo le es arrebatado de las manos por la fuerza, esto es apollyon. Lo que Pedro quiere decir en su epístola es que algunos interpretaron mal las cartas de Pablo y no tenían la luz de Dios. Ellos torcieron lo que Pablo dijo de la misma manera que uno arrebata algo de la mano de una persona. Al hacer eso, ellos se destruían a sí mismos y no se edificaban. La destrucción es lo opuesto a la edificación. Si usted no está siendo edificado, está siendo destruido. Al hacer eso, usted no será edificado, sino que destruirá su obra. Por lo tanto, estos dos versículos no nos dicen que un hombre puede perecer después de ser salvo. Nos hablan de aquellos cuyo vivir y obra después de la salvación no son perfectos, y quienes no son capaces de ser edificados día tras día. Si usted tuerce lo que Pablo dijo en sus epístolas, está destruyendo lo que ya tiene.

EL ARGUMENTO BASADO EN HEBREOS 10:26

Hay otra porción de la Escritura que debemos mencionar. También éste es un pasaje que muchos no entienden. Hebreos 10:26-29 dice: “Porque si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio de toros y machos cabríos por los pecados, sino una terrible expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que desecha la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos es condenado a muerte sin compasión. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisotee al Hijo de Dios, y tenga por común la sangre del pacto por la cual fue santificado, y ultraje al Espíritu de gracia?” La persona mencionada en esta porción de la Palabra debe ser salva, porque ya había tenido el sacrificio por los pecados. El apóstol dijo que si tal persona que ya había tenido el sacrificio por los pecados pecara voluntariamente, no habría más sacrificio por los pecados. No tenemos problema después del versículo 27. Sin embargo, el versículo que a muchos lectores de la Biblia les encuentran difícil de entender es el 26, que dice: “Ya no queda sacrificio de toros y machos cabríos por los pecados”. Algunas personas piensan que si, desafortunadamente, un cristiano comete un pecado voluntariamente, para él no habrá más sacrificio por los pecados. En este caso, significaría que sin duda perecerá. Hebreos 10:26 es un problema para muchas personas. Cuando yo era un nuevo creyente, también pensaba que este versículo era un gran problema. Por casi un año, me consideré como no salvo debido a este versículo. Por esto, debemos dedicar un tiempo para lograr entender lo que dice Hebreos 10:26.

Lo primero que necesitamos mencionar es la palabra “voluntariamente”. ¿Qué significa “voluntariamente”? ¿Significa esta palabra “conscientemente”? Esta tal vez sería la respuesta que daríamos. Pero yo preguntaría: ¿existen muchos cristianos que pecan inconscientemente? Todos los días pecamos. Sin embargo, ¿cuántas veces pecamos inconscientemente? Creo que probablemente cada vez que pecamos, lo hacemos “voluntariamente”. Muy pocas personas cometen pecados inconscientemente. La mayoría de las veces, pecamos “voluntariamente”. En Romanos 7, Pablo dice: “Porque lo que obro, no lo admito; pues no practico lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago” (v. 15). Debido a esto sabemos que Pablo no caía en pecado por casualidad. Todos sus pecados fueron cometidos después de estar plenamente consciente de su error. Por lo tanto, podemos ver claramente en Romanos 7 que todos los pecados que Pablo cometió fueron “voluntarios”. Si Pablo pecó “voluntariamente”, entonces según Hebreos 10:26, ya no le quedaría ningún sacrificio por los pecados. Si una persona muriera y fuera al infierno, vería a Pablo allí, ya que ni siquiera Pablo tuvo más sacrificio por sus pecados. Por lo tanto, tenemos que entender que la palabra “voluntariamente” en Hebreos 10:26 no significa conscientemente. Si así fuera el caso, entonces todos los cristianos perecerían. No importa qué clase de cristiano sea usted, incontables veces en su vida usted peca conscientemente más que inconscientemente. Si la situación anterior fuera verdad, entonces ningún cristiano sería salvo. Por lo tanto, “voluntariamente” aquí debe significar otra cosa.

En segundo lugar, debemos notar que el versículo 26 comienza con la palabra “porque”. Cuando se usa esta palabra al principio de una frase, es un indicio de que algo ha sucedido anteriormente. Esta palabra no puede ser usada sin una oración precedente. En los versículos del 26 al 29, la primera frase comienza con “porque”, lo cual significa que algo se había mencionado anteriormente. Antes de esto, el versículo 25 dice: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. ¿Por qué no debemos dejar de congregarnos, sino exhortarnos unos a otros? Esto es porque cuando pecamos voluntariamente después de recibir el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados. Si no leemos esta porción cuidadosamente, no entenderemos que estos dos versículos van juntos. Si lo leemos cuidadosamente, comprenderemos que esos dos versículos están entrelazados. Son muy significativos. Debemos comprender que no dejar de congregarnos y pecar voluntariamente van juntos. No debemos dejar de congregarnos, sino exhortarnos unos a otros, porque cuando pecamos voluntariamente, ya no hay más sacrificio por los pecados. Desde el punto de vista negativo, no debemos dejar de congregarnos. Desde el punto de vista positivo, no debemos pecar voluntariamente. Si nos congregamos entonces no somos los que pecamos voluntariamente. Si nosotros tenemos como costumbre dejar de congregarnos somos los que pecamos voluntariamente. Aquí el apóstol junta el asunto de dejar de congregarse y el de pecar voluntariamente. ¿Por qué existe una relación tan estrecha entre dejar de congregarnos y pecar voluntariamente? En este momento debemos ir al tercer punto. Tenemos que conocer el trasfondo del libro de Hebreos. ¿Quiénes fueron los que se mencionaron en este libro? Fueron los judíos que creyeron en el Señor Jesús. Por lo tanto, el libro de Hebreos fue escrito a los creyentes judíos. La posición de los judíos es diferente de la de los gentiles. Los gentiles tienen solamente la posición espiritual y no la posición física y terrenal. Los judíos tienen la posición espiritual así como la física. Tienen la posición celestial así como la terrenal. Hoy día, cuando hablamos del Lugar Santísimo, inmediatamente pensamos de un lugar donde Dios mora en los cielos. Pero para los judíos, cuando ellos piensan en el Lugar Santísimo, tienen presente el Lugar Santísimo, que es la parte interior del templo en Jerusalén, en el monte Moriah. Los judíos solamente tienen un Lugar Santísimo en los cielos, sino también un Lugar Santísimo sobre la tierra. No solamente tienen un templo que está en los cielos, sino también un templo que está en la tierra. Por lo tanto, para ellos, hay un aspecto espiritual así como un aspecto físico, un aspecto celestial, así cómo uno terrenal. Ellos tienen tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento. Ellos todavía tienen un Lugar Santísimo físico, con sus ofrendas.

Para nosotros, el sacrificio por los pecados es el Señor Jesucristo; El es nuestra ofrenda por el pecado. Sin embargo, los judíos todavía no estaban claros si el Señor Jesucristo o los toros y los machos cabríos eran su sacrificio por los pecados. En ese tiempo, ellos todavía tenían los sacerdotes, el altar, y el sacrificio de toros y los machos cabríos sobre el altar. No solamente tenían sacrificios espirituales por los pecados, también tenían sacrificios terrenales por los pecados. Los cristianos y los judíos no tienen la misma posición. Los creyentes gentiles son diferentes de los creyentes hebreos. En el año 70 d. de C. el príncipe romano Tito destruyó el templo que estaba en Jerusalén, y no dejó piedra sobre piedra. Sin embargo, cuando el libro de Hebreos fue escrito, el templo terrenal estaba allí, y los sacrificios estaban siendo todavía ofrecidos. Después de que muchos judíos habían creído en el Señor Jesús, tenían que tomar la decisión de si querían el altar terrenal o el celestial, los sacrificios terrenales o los celestiales. Los judíos no podían tener los sacrificios celestiales y los terrenales al mismo tiempo. Todos los que leen el libro de Hebreos saben que este libro fue escrito con el propósito de que los cristianos abandonaran el judaísmo y aceptaran el cristianismo. El propósito del libro de Hebreos es animar a los cristianos a abandonar los sacrificios terrenales y a aceptar el sacrificio celestial. Este es el trasfondo de este libro.

Por lo tanto, cuando este libro dice que uno no debe dejar de congregarse, no significa que la reunión de los cristianos puede salvarlos o calificarlos para tener vida eterna. La asamblea de los cristianos indica lo que un creyente quiere, el judaísmo o Cristo. La reunión de los creyentes llega a ser una expresión de nuestra actitud hacia Cristo. En ese tiempo, todos los que se congregaban eran cristianos. No importa si uno era un gentil o un judío, si se reunía, era un cristiano. Por lo tanto, congregarse llegó a ser una señal de aceptar a Cristo, y dejar de congregarse fue una señal de abandonar a Cristo y abrazar el judaísmo. De la misma manera, pecar voluntariamente aquí, no se refiere a cosas tales como asesinatos, incendios, glotonerías, borracheras, juegos de azar, y cosas licenciosas. Aquí pecar voluntariamente no se refiere a pecados morales; se refiere a pecados doctrinales. Esto no significa si andamos de una manera apropiada o no. Se refiere al hecho de si uno ha recibido a Cristo o al judaísmo. Congregarse significa que uno quiere a Cristo y que está basado en El como fundamento. Dejar de congregarse muestra que uno ha vuelto la espalda a Cristo y que ha vuelto su rostro hacia el judaísmo. Dejar de congregarse significa que uno desea un templo terrenal, un altar terrenal, y sacrificios terrenales, lo cual indica que desea regresar al judaísmo y abandonar a Cristo. Si este es el hecho, ya no hay más sacrificio por los pecados.

Volvamos al primer punto. El versículo 26 dice: “Después de haber recibido el conocimiento de la verdad”. Aquí no dice: “Después de haber sido regenerado”, ni tampoco: “Después de que nuestros hechos pecaminosos han sido lavados”. Si hubiera dicho: “Después de ser regenerado” o “Después de ser lavado”, entonces pecar voluntariamente hubiera estado relacionado con nuestra conducta. Sin embargo, aquí dice: “Después de haber recibido el conocimiento de la verdad”; esto es un asunto de conocimiento. ¿Sabemos cuál es la verdad? La verdad es la fe de un cristiano. La verdad es que Dios envió a Su Hijo al mundo para que El llegará a ser la ofrenda por el pecado. La verdad es que Dios envió a Su Hijo a morir por nosotros y a resucitar, satisfaciendo así todos los requisitos de Dios. Por el lado de Dios, todo esto tiene que ver con los puntos de la fe. Por lo tanto, pecar voluntariamente no está relacionado con transgresiones en la vida diaria, sino que indica pecar en contra de la verdad. Esto no es un pecado de conducta, sino un pecado doctrinal, y un pecado con respecto a la fe de uno. Esto es un pecado que se opone a la fe y a la verdad, después de recibir el pleno conocimiento de la verdad.

Los creyentes hebreos eran judíos y habían estado en el judaísmo por muchos años. Ya que ellos eran cristianos, si todavía querían regresar al judaísmo, si querían los dos, o sea, todavía querían estar parados tanto en la posición del judaísmo como en la posición del cristianismo, entonces ya no había más sacrificios por los pecados. En tiempos antiguos, los chinos adoraban ídolos. El Templo de los Cielos en Bejín era el lugar donde los emperadores ofrecían sacrificios. Allí, los hombres mataban a los toros y los ofrecían a la deidad máxima en los cielos. En ese caso el emperador terrenal ofrecía sacrificios a la deidad celestial en los cielos a fin de redimir los pecados del pueblo. Supongamos que el emperador terrenal creía en el Señor Jesús. ¿Piensa usted que él podía ir de nuevo al Templo de los Cielos para ofrecer sacrificios? Después de que él había recibido a Cristo como el sacrificio por el pecado, no podía regresar más al Templo de los Cielos a ofrecer sacrificios. Tenía que tomar al Templo de los Cielos o al Señor Jesús. Eso es lo que significa en la Biblia pecar voluntariamente. Esto no es un asunto de pecado en nuestra conducta.

El versículo 26 continúa: “Ya no queda más sacrificio por los pecados”. Las palabras “ya no queda” significa “de nuevo”. Siempre que las palabras “ya no queda” aparecen, nos muestra que debe haber algo en los versículos anteriores. Algunos entienden mal la Palabra de Dios. Piensan que la frase: “Ya no queda sacrificio de toros y machos cabríos por los pecados” implica perdición. Sin lugar a dudas, esto no es el pensamiento de Dios.

Tenemos que ver Hebreos 7:27b, que dice: “Porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a Sí mismo”. Esto nos dice que después de que el Señor Jesús se ofreció una vez para siempre delante de Dios como sacrificio por los pecados, todo está plenamente logrado. Por favor, fíjese en la palabra “una vez para siempre”. Consideremos Hebreos 9:12b, que dice: “Entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, obteniendo así eterna redención”. Aquí, de nuevo nos dice que el Señor Jesús se ofreció solamente una vez, y entonces la obra de redención fue eternamente lograda. Consideremos de nuevo la expresión “una vez”. Hebreos 9:25-28 dice: “Y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora una sola vez en la consumación de los siglos, se ha manifestado para quitar de en medio el pecado por el sacrificio de Sí mismo. Y de la manera que está reservado a los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, a los que le esperan para salvación”. En estos versículos se menciona en referencia a Cristo, dos veces las palabras “muchas veces” y dos veces las palabras “una vez”. No muchas veces, sino de una vez por todas, Cristo se ofreció a Sí mismo delante de Dios como el sacrificio por los pecados y completó la obra de redención. Por favor note las palabras “muchas veces” y “una vez”.

Hebreos 10:10 dice: “Por esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”. El versículo 12 dice: “Este, en cambio, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios”. El versículo 14 continúa: “Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”. Los sacerdotes terrenales tenían que ofrecer los sacrificios a Dios vez tras vez. Sin embargo, Cristo se ofreció a Sí mismo una sola vez y nosotros fuimos santificados. Después de que Cristo se ofreció a Sí mismo una sola vez como el sacrificio eterno, se sentó a la diestra de Dios. Se sentó debido a que ya no tiene que obrar más. El se ofreció a Sí mismo una sola vez, y nosotros fuimos eternamente perfeccionados. Debido a que El ya ha logrado Su obra, ya no hay más problema.

Por lo tanto, después de leer muchos versículos, podemos conocer el significado del versículo: “Ya no queda sacrificios de toros y machos cabríos por los pecados”. La porción de Hebreos, desde los capítulos siete hasta el diez, con excepción del capítulo ocho, dice que la obra de redención, una vez terminada, está eternamente lograda. Si usted no desea a Cristo, ya no hay más sacrificio por los pecados. Cristo se ofreció a Sí mismo una sola vez por el sacrificio por los pecados. Si usted no quiere la redención de Cristo, sino que se vuelve al judaísmo, ya no encontrará ningún otro sacrificio por los pecados. Por lo tanto, esto no es un asunto de ser salvo o perecer. Lo que se dice aquí es que la obra de Cristo es terminada de una sola vez. Si usted no quiere este sacrificio, ya no tendrá un segundo sacrificio.

Si prestamos atención a las palabras “ya no habrá”, veremos a lo qué están ligadas. Los versículos anteriores repetidamente mencionan las palabras “una vez para siempre”, y el siguiente versículo dice: “Ya no queda”. Esto es equivalente a estar diciendo, por ejemplo, en el capítulo ocho: “Aquí está el único lápiz”. Entonces en el capítulo nueve repito: “Aquí está el único lápiz”. Otra vez, en el capítulo diez, digo: “Aquí está el único lápiz”. Después de esto explico: Si usted no desea este lápiz, o si usted quiere cambiarlo por otro, no habrá otro. Tome éste si lo quiere. Si no lo quiere, ya no queda otro lápiz para usted». Así que, este versículo no significa que después de recibir el conocimiento de la verdad, y luego pecar voluntariamente, usted no recibirá el perdón nunca más. Esto no es un asunto de pecado. Esto es un asunto de la verdad, un asunto de la fe cristiana. Si usted abandona la fe cristiana y busca otro Salvador, otro sacrificio por los pecados, no lo encontrará.

Algunos de los judíos en ese tiempo, probablemente pensaron que si rechazaban la fe cristiana, podrían regresar al templo, podrían regresar al altar y tener sacerdotes ofreciendo toros y machos cabríos por ellos. Pero esto indicaría otro sacrificio por los pecados. Los judíos durante ese tiempo todavía tenían a los sacerdotes y el altar. Su fe en Cristo era diferente de nuestra fe en Cristo. Ellos podían escoger creer o no creer. No eran como los creyentes gentiles, quienes si no creían, solamente podían regresar a la adoración de ídolos. Si ellos querían a Dios, ellos podían escoger a Dios. Pero si no querían a Dios, su única alternativa era el mundo. Ellos no tenían una tercera opción. Pero era diferente en cuanto a los judíos. Ellos pensaban que si no querían a Cristo, todavía podían ser salvos. Si no querían a Cristo, todavía podían tener la redención por los pecados, debido a que todavía podían tener a los sacerdotes y las ofrendas. Si tenían suficiente dinero, podían comprar un toro. Si no tenían mucho dinero, podían comprar un macho cabrío.

Aquí el apóstol decía a los judíos que Cristo ya se había ofrecido a Sí mismo una vez para siempre y había completado delante de Dios la obra redentora eternamente. Dios ya había abolido el antiguo pacto juntamente con los antiguos sacrificios. Antes de la venida de Cristo, los toros y los machos cabríos eran la expiación por sus pecados. Pero después de la venida de Cristo, los sacrificios de los toros y los machos cabríos ya no podían quitar sus pecados; esos sacrificios habían sido en realidad abolidos. Eso es lo que indica Hebreos, en los capítulos del siete al diez. Dios no solamente dio a Su Hijo como el sacrificio, sino que abolió los sacrificios de toros y machos cabríos. La primera mitad del capítulo diez menciona que a Dios no le agradaban los toros y los machos cabríos, ni los holocaustos y los sacrificios por los pecados. Dios preparó a Su Hijo. Los toros y los machos cabríos no pueden redimir al hombre de sus pecados. Solamente Su Hijo puede redimirnos de nuestros pecados. Los sacrificios de toros y machos cabríos en el Antiguo Testamento eran solamente tipos y sombras. Se refieren al Hijo de Dios como el único sacrificio. Dios dijo que el antiguo pacto pertenece al pasado; los tipos se terminaron, y la realidad está aquí. Ya no será aceptable si rechazan al Hijo de Dios, es decir, si rechazan la realidad y ofrecen los tipos. A los ojos de Dios, hay un solo sacrificio por los pecados. Además de El, no hay otro sacrificio por los pecados. Hebreos 10:26 nos dice que si abandonamos a Cristo para buscar otro Salvador, no lo encontraremos.

Por lo tanto, hablando con propiedad, esta porción no tiene nada que ver con nosotros. Si alguien dice que después de que un hombre recibe al Señor Jesús y peca voluntariamente, él perecerá, esto contradirá el contexto de este pasaje; también contradirá todo el libro de Hebreos. Aquí habla de un asunto doctrinal. Hebreos nos muestra que además del nombre de Jesucristo, “en ninguno otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch. 4:12). Esto no significa que un cristiano irá al infierno si peca.

Hebreos 10:27 dice: “Sino una terrible expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios”. Después de recibir el conocimiento de la verdad, y después de tener un conocimiento claro de que el Señor Jesucristo es el sacrificio por los pecados ordenado por Dios, si los creyentes judíos abandonaban las reuniones y rechazaban a Cristo, y si regresaban al judaísmo a buscar otros sacrificios por los pecados, ellos solamente podían esperar una terrible expectación de juicio y el hervor de fuego que devora a los adversarios. Antes de que fueran salvos, podían confiar en los toros y los machos cabríos para expiar sus pecados. Pero después de que comprenden que el Señor Jesús es el único Salvador, ya no pueden confiar más en los toros y los machos cabríos. Si rechazan al Señor Jesús, solamente pueden esperar un horrendo juicio y hervor de fuego que consume a los adversarios. Ellos solamente pueden tomar al Señor Jesús como Salvador. Aparte de El no existe otro camino para la salvación. Todos los toros y los machos cabríos señalaban hacia Cristo. Los toros y los machos cabríos sólo eran tipos de Cristo. Cristo es la realidad de los toros y los machos cabríos. Es imposible que ellos rechacen la realidad de los toros y los machos cabríos y en su lugar pidan los tipos. Por lo tanto, Hebreos 10:26-27 nunca dice que después de que una persona es salva él todavía puede perecer. Esto es el hombre torciendo la verdad de Dios.

Cuando leamos la Biblia, tenemos que leer lo que está allí en vez de leer lo que no está. Una vez alguien me preguntó cómo podía entender la Biblia. Le respondí que para entender la Biblia, primero debemos ser los que no la entienden. Si no la entendemos, entonces la entenderemos. Si decimos que sabemos esto y aquello, entonces no somos sobrios. Si no somos sobrios, tendremos problemas. Hebreos 6 y 10 debe ser tan fácil, simple y claro cómo Juan 3:16. La razón por la que el entendimiento humano no está claro es que el hombre pone sus propias palabras en la Biblia. A muchas personas les encuentran difícil leer la Biblia, no porque la Biblia no es clara, sino porque tienen prejuicios e ideas preconcebidas.