El Evangelio de Dios | Watchman Nee | 17 de 26 | LA SALVACIÓN ES ETERNA ARGUMENTOS EN CONTRA DE ELLO

El Evangelio de Dios | Watchman nee

LA SALVACIÓN ES ETERNA ARGUMENTOS EN CONTRA DE ELLO

CAPÍTULO DIECISIETE

LA SALVACIÓN ES ETERNA ARGUMENTOS EN CONTRA DE ELLO

(1)

Hemos visto por el lado positivo que toda la obra que Dios ha hecho y toda la gracia que El nos ha dado en el momento en que fuimos salvos no puede ser anulada por el paso del tiempo. Podemos decir con valentía que una vez que somos salvos, somos salvos eternamente. Una vez que Dios ha mostrado misericordia para con nosotros, estamos eternamente bajo Su misericordia. Una vez que tenemos la vida eterna del Hijo de Dios, nunca la perderemos.

Aunque soy muy atrevido al decir esto, nosotros los seres humanos somos todavía seres humanos. Aun hoy día muchos obreros cristianos no ven este asunto. Debido a que el corazón del hombre está lleno de la carne y de la ley, él no puede entender cómo la gracia de Dios puede ser tan grande. Esto es demasiado increíble para él. Es natural que el hombre piense de esta manera. El hombre es de la carne, y la carne es de la ley. La carne conoce solamente la ley; no conoce la gracia. Todo lo que se origina de la carne humana es de la ley. Sin embargo, todo lo que se origina de Dios, del Espíritu Santo y de la gracia, es de la fe.

En el mundo no sabemos nada con respecto a la gracia y el don. Todo lo que sabemos es comerciar. Durante todo el día, nuestras mentes están llenas de cuánto tenemos que trabajar y cuánto debemos obtener por nuestro trabajo. Pensamos que a fin de ganar algo, tenemos que trabajar por ello. Esta es nuestra vida. Por años, hemos comercializado con nuestras vidas, nuestro tiempo y nuestra energía. Pensamos que si uno va a pagar cierto precio, a él primero se le tiene que pagar una cantidad igual. Si él ha aceptado cierta cantidad, entonces tiene que ofrecer ciertas cosas a cambio. Nuestra vida es una vida de negocio. Debido a que ésta es la manera en que vivimos, también pensamos que la gracia de Dios y la vida eterna hacia nosotros están en el mismo principio de negociar. Cuando escuchamos el evangelio puro, quizás vimos la luz por un momento. En ese momento, tal vez nos dimos cuenta de que la gracia es gratuita y que no es un asunto de negociar. Sin embargo, parece que esta comprensión sucede solamente cuando somos salvos. Muchas personas todavía no han sido liberadas del pensamiento de que la gracia de Dios es como un préstamo para nosotros. Piensan que si ellos no hacen el bien, Dios les quitará la gracia que les ha dado. Pero si un hombre conoce la Biblia y está claro con respecto a los diez puntos de la verdad mencionados en los mensajes anteriores, por lo menos tiene que admitir que no puede existir tal cosa.

Todo el que conoce la Palabra de Dios nunca debe dudar de lo que conoce por causa de lo que no sabe. Puesto que él ha visto claramente el sellar y la garantía del Espíritu Santo, la vida eterna, la mano del Señor, el Cuerpo de Cristo, el templo de Dios y las promesas del Señor, no puede derribar lo que sabe con los problemas con respecto a cosas que él no sabe o no entiende. No podemos derribar los hechos que sabemos. Sin embargo, todavía hay cosas que ignoramos. Lo que haremos ahora es ver algunas cosas que no conocemos. Tomaremos unos pocos de los argumentos que supuestamente son contradictorios —especialmente los más convincentes— y los consideraremos uno por uno.

EL CONOCIMIENTO DE LA SALVACIÓN ETERNA NO NOS GUIA A PECAR VOLUNTARIAMENTE

Antes de considerar algunos de los problemas de las Escrituras, tenemos que considerar una objeción fuerte y una duda que algunos hombres levantan. Algunos piensan que si una persona es “salva una vez y para siempre”, tal persona seguramente pecará más libremente. Esto puede ser considerado como el punto de objeción más común y fuerte. Si un hombre sabe que él es eternamente salvo y que nunca será condenado, ¿no se volverá suelto, y comenzará a cometer toda clase de pecados, y se atreverá a hacer cualquier cosa? Puesto que éste puede ser el caso, ¿no es esta clase de enseñanza muy peligrosa?

Recuerdo que en una ocasión un hombre escribió una carta al Sr. Mackintosh, el que escribió un comentario acerca del Pentateuco. En esa carta él le dijo al Sr. Mackintosh que había oído a un predicador una semana antes que predicaba sobre el asunto de ser hijo de Dios eternamente. Un joven de la audiencia dijo que si ese era el caso, ahora él podía hacer cualquier cosa. Dentro de pocos días, el joven cometió toda clase de pecados. El escritor de la carta se quejaba de que debido a la enseñanza de que “una vez hijo, eternamente hijo”, la gente joven había sido dañada. El Sr. Mackintosh respondió a su carta y escribió: “Es verdad que una vez que una persona es hijo de Dios, es eternamente hijo de Dios. Sin embargo, en primer lugar dudo si ese joven que mencionó usted sea un hijo de Dios. Yo tengo un hijo. Supongamos que le dijera a mi hijo que ya que él es mi hijo, él será mi hijo eternamente. Al oír esto, ¿se gozaría tanto mi hijo que inmediatamente destrozaría la ventana con una piedra, quebraría los platos sobre el piso, jalaría el mantel y tiraría los platos en el piso, y haría toda clase de cosas desagradables delante de mí? ¿Puede haber tal clase de persona? Es verdad que cuando una persona llega a ser un hijo, es un hijo eternamente. Pero él no actuará desenfrenadamente solamente debido a que es un hijo. Si él actúa desenfrenadamente, dudo que tal persona sea realmente un hijo”.

Según la Biblia, no hay nada equivocado con la palabra del predicador. Sin embargo, la acción del joven es totalmente equivocada. Para determinar si una enseñanza está correcta, podemos solamente juzgarla por medio de la verdad de la Biblia; no podemos determinarla por la conducta del hombre. Como maestros de la Biblia, podemos solamente ser responsables por decirle a otros lo que la Biblia dice. No podemos ser responsables por decirle a otros lo que la Biblia debería decir. No tenemos esta autoridad. Sabemos que la Palabra de Dios dice que una vez que somos un hijo, somos un hijo eternamente. No sabemos a qué resultado nos guiará este conocimiento. El problema de hoy es que el hombre no juzga la Palabra de Dios con la Palabra de Dios. Al hombre le gusta tomar a alguien de la esquina y decir que por la clase de persona que es el hombre, ¿cómo puede alguien decir que el hombre que es “una vez salvo, es eternamente salvo”? Es verdad que algunos creyentes han fracasado y son débiles. También es verdad que algunas personas son falsas. Es verdad que hay millones de creyentes que tienen diferentes experiencias. Solamente los podemos juzgar mediante la verdad de la Biblia. No podemos juzgar la verdad de la Biblia por lo que otros han hecho. Solamente podemos probar que están equivocados mediante la verdad de la Biblia. No podemos condenar la verdad de la Biblia como equivocada por lo que ellos han hecho.

El punto de partida de un cristiano es la Palabra de Dios, no la conducta del hombre. Hoy día, usted quizás me pregunte si usted es todavía salvo, ya que mintió ayer. No puedo asegurar si usted es salvo o no basado en si su mentira fue una mentira buena o una mentira mala, una mentira brillante o una mentira oscura. Solamente puedo decirle la verdad que dice la Biblia. Si éste no es el caso, no hay necesidad del tribunal ni del gran trono blanco. Solamente podemos ver lo que la Palabra de Dios dice. Solamente podemos juzgar los hechos del hombre mediante la Palabra de Dios. Nunca podemos juzgar la Palabra de Dios mediante los hechos del hombre. La Palabra de Dios nos dice que una vez que un hombre es salvo él es salvo eternamente. No hay nada equivocado en esto. Aunque es equivocado que el hombre actúe de manera irresponsable debido a esta palabra, no obstante debemos juzgar todas las cosas por la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es nuestra constitución completa y nuestra corte más alta.

OPOSICIÓN A LA SALVACIÓN ETERNA DEBIDO A LA IGNORANCIA DE ELLA

En una ocasión escuché a un evangelista de Shanghái decir que la enseñanza de “una vez salvo, eternamente salvo” hace que una persona sea irresponsable, suelta y descuidada. Solamente puede hacer tal declaración porque no entiende completamente la Palabra de Dios. Solamente aquellos que no entienden la salvación de Dios pueden decir que un hombre será irresponsable y suelto debido a que sabe que él es eternamente salvo.

Tales personas ignoran por lo menos tres cosas. Primero, ignoran el camino de la salvación de Dios. No saben cómo Dios los ha salvado. Al decir esto, no estamos hablando con respecto a la manera de ser preservado, sino a la manera en la cual Dios nos ha salvado. Dios no nos amenaza con ir al infierno a fin de ganar nuestra fe en Jesús. El no nos asusta para que vayamos al cielo. El hombre siempre piensa que si él no se arrepiente de sus pecados, no cambia un poco, y no lleva a cabo obras de mérito, no puede ser salvo. Por esta razón, él continua buscando maneras para ser salvo. ¿Es ésta la manera en que Dios nos salva? ¿Pone Dios el asunto del pecado continuamente delante del hombre amenazándolo para que lo resuelva inmediatamente? ¿Amenaza Dios a la gente con el tribunal y Su ira, reprimiéndolos de hacer varias cosas, y manteniendo en suspenso a aquellos que no saben qué les espera en el futuro, haciéndolos luchar con todas sus fuerzas? Si un hombre conoce un poco de Dios, dirá mil veces no a estas preguntas. Aquellos que no conocen a Dios dirán que es una buena manera hacer que el corazón del hombre tema y tiemble y esté en suspenso, sin saber qué le espera más delante. Sin embargo, aquellos que entienden la salvación de Dios saben que esto es una información maligna del infierno. Esto no es las buenas nuevas. Dios dijo que el juicio ha terminado. El problema del pecado está resuelto. El camino de la salvación de Dios no es mantenernos en suspenso ni asustarnos del juicio. El nunca nos ha obligado a la santidad, justificación, y santificación. El dijo que todo está preparado. Los siervos dijeron que todo está listo (Lc. 14:17); Dios ha preparado todo. Ahora El viene para darle cosas a usted. Sin embargo, hoy día hemos cambiado las cosas. Pensamos que el hombre puede ser asustado para hacer el bien. Por favor recuerde que un hombre solamente puede ser asustado para hacerlo flaquear, pero nunca puede ser asustado para que haga el bien.

Segundo, las personas mencionadas anteriormente, no solamente ignoran el camino de la salvación de Dios, sino que también ignoran el contenido de esta salvación. ¿Qué es la salvación? No es solamente el asunto de que Dios resuelve nuestro problema de pecado mediante Su Hijo. La salvación no solamente hace que nuestros pecados sean perdonados, también nos da vida eterna. La salvación de Dios nos justifica, y también nos da al Hijo de Dios, poniéndolo dentro de nosotros. La salvación no solamente hace que no seamos condenados por Dios, sino que pone al Espíritu Santo dentro de nosotros. No solamente nos capacita para que vivamos eternamente en el futuro, sino que hoy ha impartido la naturaleza de Dios dentro de nosotros. Este es el contenido de la salvación. No solamente tenemos el perdón y la justificación, y no solamente no somos condenados ni juzgados, sino que tenemos la naturaleza de Dios, Cristo y el Espíritu Santo dentro de nosotros. Como resultado, el hombre espontáneamente tiene un deseo nuevo, una inclinación nueva y una aspiración nueva. La salvación de Dios agrega algo nuevo dentro de nosotros.

Algunos han dicho que la salvación es objetiva. Sin embargo, existen muchos aspectos de la salvación que también son subjetivos. La salvación no solamente ha resuelto el problema del pecado delante de Dios, también ha resuelto muchos otros problemas dentro de nosotros. Dentro de nosotros, ahora tenemos una vida nueva, una naturaleza nueva, el Señor, y el Espíritu Santo. Debido a que éste es el caso, ¿podemos ser irresponsables? No estoy diciendo que un cristiano nunca peca. Sin embargo estoy diciendo que si un cristiano peca, eso es un sufrimiento para él. No es un gozo. Si un hombre piensa que él ha recibido el permiso y el certificado para pecar porque sabe que es eternamente salvo, y si tal persona no siente nada cuando peca, no tiene el sentir de sufrimiento, dudo que tal persona sea un verdadero hijo de Dios. Estoy diciendo que una persona es eternamente un hijo de Dios solamente después de que él ha llegado a ser primero un hijo de Dios. No estoy diciendo que una persona puede ser hijo de Dios eternamente sin haber sido nunca un hijo de Dios. El Señor está dentro de nosotros. El nos prohíbe pecar.

Tercero, una persona como la que se mencionó anteriormente no conoce el resultado de la salvación de Dios. Para los que hemos sido salvos por Dios, indudablemente hay una consecuencia, un resultado. ¿Cuál es este resultado? Después de que un hombre es salvo, ¿puede quebrantar la ley simplemente porque ahora él está justificado en Cristo? ¿Puede libremente transgredir los Diez Mandamientos desde al principio hasta el fin? ¿Puede él hacer todo lo que quiera? Por favor lea las palabra de Pablo en Filipenses 3:6 al 9: “En cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, llegue a ser irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por medio de la fe en Cristo, la justicia procedente de Dios basada en la fe”. Pablo tenía justicia por medio de la fe en Cristo. El recibió la justicia mediante la fe en Dios, y no por medio de las obras de la ley. Entonces, ¿era él libre para hacer todo y para ser irresponsable y suelto simplemente por esto? El dijo que todas las cosas que eran para él ganancia, las había contado como pérdida por causa de la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús. Por causa de Cristo, sufrió la pérdida de todas las cosas y las contó como basura. Por lo tanto, con cada cristiano regenerado, maduro o inmaturo, existe el deseo de ser santo, de amar a Dios, y un corazón para agradar a Cristo. No sé por qué es así. Solamente sé que éste es el resultado de la salvación.

Usted quizás piense que debido a que Pablo era un apóstol, era capaz de hablar como lo hizo en Filipenses 3. Veamos a los creyentes ordinarios. Segunda Corintios 5:14-15 dice: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, habiendo juzgado así: que uno murió por todos, por consiguiente todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió por ellos y fue resucitado”. Aquí Pablo nos dio una respuesta. Un hombre no será irresponsable y suelto simplemente porque Dios lo ha salvado y Cristo ha resucitado por él. Al contrario, debido a la muerte y resurrección de Cristo, una persona “vivirá para Aquel que murió y resucitó por él”. Mientras él está viviendo sobre la tierra, no vive para sí mismo, sino para el Señor, quien ha muerto y resucitado por él.

Por lo tanto, las razones por las cuales una persona puede decir que él puede ser irresponsable debido a que sabe que es eternamente salvo son las tres cosas siguientes: Primero, él ignora el camino, el proceso, de la salvación; segundo, no conoce el contenido de la salvación; y tercero, no conoce el resultado de la salvación, es decir, no sabe lo que la salvación puede hacer por el hombre. Si usted ve estas tres cosas, inmediatamente verá que la salvación eterna no solamente lo guarda de la impiedad, sino que también lo hace piadoso. La salvación eterna nos guardará de ser irresponsables y nos hará sobrios.

Pedro nos dijo en su carta: “Pero nosotros esperamos, según Su promesa, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 P. 3:13). ¿Somos libres para ser irresponsables ahora que sabemos a dónde vamos? En el siguiente versículo Pedro continúa al decir: “Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por El en paz sin mancha y sin defecto”. Ya que sabemos que estaremos con El, no podemos ser sueltos o impíos. Si no sabemos a dónde vamos, andaremos dando vueltas en círculos. Sin embargo, todo el que tiene una meta, que sabe a dónde va, sin duda escoge el camino más recto.

TRES COSAS QUE SE DEBEN ENTENDER EN LA PALABRA DE DIOS

Ahora usaremos algo de tiempo para considerar algunas porciones de las Escrituras que hablan de la perdición después de la salvación. Antes de esto, tenemos que saber unas cuantas cosas. Primero, la Palabra de Dios no tiene conflicto en lo absoluto con ella misma. Por un lado, Dios no puede decir que Sus ovejas nunca perecerán ni perderán su vida eterna, y por el otro, decirle al hombre que perecerá. El hombre puede decir cosas equivocadas, pero la obra de Dios es una obra de gloria. El nunca puede decir algo por error. Si esto es tan claro en el lado positivo, nunca puede ser contradictorio en el lado negativo. Las cosas en el lado negativo deben estar relacionadas con otros asuntos relacionados a Dios.

Segundo, hemos dedicado tiempo para identificar esos pasajes. En ellos vemos a las personas que han sido salvas genuinamente, así como también a las personas falsas. El Señor Jesús tuvo un discípulo falso, Judas. Cuando Pedro estaba bautizando a las personas, hubo una persona llamada Simón que tal vez no había sido salva. También Pablo conoció muchos hermanos falsos. Pedro dijo que había muchos falsos profetas, y Juan dijo que muchos se habían apartado de ellos probando así que no eran de ellos. Por lo tanto, en la Biblia, existen los que son salvos genuinamente y los que son salvos nominalmente. Algunos definitivamente no son salvos. Por supuesto, no pueden pretender o encubrirse para siempre. Si podemos diferenciar claramente entre estas pocas clases de personas, los problemas serán resueltos. Pero si usted mezcla esas clases diferentes de personas y las junta, es como mezclar la cizaña con el trigo. Dará como resultado mucha confusión.

Tercero, muchos pasajes de la Biblia hablan de la disciplina de los cristianos en esta era y no de perdición eterna. No piense que debido a que somos eternamente salvos, no hay tal cosa como la disciplina. En verdad hay disciplina. Si hoy día, usted cae y llega a estar débil, Dios lo disciplinará. Existe una diferencia entre la disciplina y la perdición eterna. No podemos mezclar la perdición eterna con la disciplina. Muchos versículos, que parecen decir que los cristianos se pueden perder de nuevo, realmente hablan de la disciplina de los cristianos. No solamente está el asunto de la disciplina y el asunto de la falsedad, sino también el asunto del reino y la recompensa. Estas pocas cosas son fundamentalmente diferentes. Muchas veces, aplicamos las palabras para el reino a la era eterna, y las palabras con respecto a la recompensa al tema de la vida eterna. Naturalmente, esto producirá muchos problemas. Debemos darnos cuenta de que existe una diferencia entre el reino y la salvación, y entre la vida eterna y la recompensa. La manera en que Dios tratará con nosotros en el milenio es diferente de la manera en que El tratará con nosotros en la eternidad.

Hay una diferencia en la manera en que Dios trata con el hombre en el mundo restaurado y en el mundo nuevo. El milenio está relacionado con la justicia. Está relacionado con nuestras obras y con nuestro andar después de que hemos llegado a ser cristianos. El reino milenial tiene como propósito juzgar nuestro andar. Sin embargo, en la eternidad, en los cielos nuevos y la tierra nueva, todo es gracia gratuita. Y el que tiene sed puede venir y beber gratuitamente (Ap. 22:17). Esta palabra es hablada después de que los nuevos cielos y la nueva tierra han venido.

Así que, en la Biblia, el don gratuito y el reino son dos cosas completamente diferentes. La eternidad y el reino también son dos cosas completamente diferentes. Uno no puede poner las dos cosas juntas. En el reino milenial venidero, Dios recompensará al hombre de una manera particular. Recompensará al hombre con su corona de justicia y de gloria basada sobre sus obras. Sin embargo, tan pronto como el reino se termine y los cielos nuevos y la tierra nueva comiencen, todo llegará a ser un asunto de gracia. Todo aquel que confía en la gracia del Señor Jesús entrará en él. Para nada será un asunto de obras. El andar personal de uno está relacionado con el asunto de la recompensa, mientras que la salvación y la justificación para el pecador están relacionadas con la obra del Señor Jesús. Debemos diferenciar claramente entre estas dos cosas. De otra manera, cuando la Biblia hable de la pérdida en el reino, usted quizá piense acerca de la perdida en la eternidad, y cuando Dios hable de la recompensa, usted quizás piense acerca de la salvación. Es verdad que la salvación del hombre es eterna. No obstante, antes de que esta salvación eterna sea manifestada, Dios primero manifestará el asunto de la recompensa en el reino milenial. Uno no puede mezclar estas dos cosas juntas.

Además de estas cosas, hay otro asunto que el protestantismo ha sepultado en la tumba por mucho tiempo. Aunque algunos puedan sentir que esto es algo nuevo, realmente está registrado en la Biblia desde hace mucho tiempo. En la Biblia hay por lo menos tres cosas que debemos distinguir una de la otra. Solamente hemos mencionado dos de ellas, las cuales son la disciplina que un cristiano recibe en esta era, y la pérdida de la recompensa en el reino. Si caemos, no solamente seremos disciplinados hoy día, sino que también perderemos la recompensa en el reino. Sin embargo, todavía hay otra cosa. En el reino, hay un castigo definitivo. La Biblia es muy clara con respecto a esta verdad. Cuando una persona cree en el Señor y es salva, es verdad que el problema de la salvación es resuelto. También es verdad que los asuntos con respecto al cielo nuevo y la tierra nueva y la salvación eterna son resueltos. Sin embargo, si esta persona continua pecando y no se arrepiente, él no solamente estará bajo el gobierno y la disciplina de Dios hoy en día y perderá la recompensa del reino, sino que también sufrirá algún castigo definitivo en el reino.

Algunos nos han dicho que perder la recompensa es suficiente castigo. Sin embargo, de todos modos los derrotados serán castigados. La Biblia dedica bastante espacio para hablar de esto. La Biblia no solamente nos dice que puede ser que los cristianos no recibirán la recompensa en el reino, también nos dice que si los cristianos pecan y no se arrepienten, recibirán un castigo muy severo en el reino. Debemos distinguir este asunto claramente. El asunto de la salvación eterna no debe mezclarse con el asunto de los cristianos nominales. El asunto de la salvación eterna tampoco debe mezclarse con la disciplina de esta era. El asunto de la salvación eterna no debe mezclarse con el asunto de la pérdida de la recompensa en el reino, y éste también no debe mezclarse con el asunto del castigo en el reino. Uno no puede poner juntas estas cuatro distinciones y hacer de ellas una mezcla. Si uno hace eso, la obra de Dios llegará a ser una mezcla de todo que no parecerá nada. Si Dios ha hecho las distinciones, y usted las ignora, terminará con muchos problemas sin solución.

Hoy día, primero quitaremos esas cuatro cosas. Haremos a un lado todas las palabras en la Biblia que hablan de cristianos nominales, de la disciplina de los creyentes, de la pérdida de la recompensa, y del castigo en el reino para los creyentes. En los siguientes mensajes, los abarcaremos uno por uno. Lo que hablaremos en este mensaje está en versículos que no tienen nada que ver con estas cuatro clases de casos. Hablaremos con respecto a versículos que aparentemente hablan de la perdición después de la salvación.

EL ARGUMENTO BASADO EN EZEQUIEL 18

Primero comenzaremos con el Antiguo Testamento. Consideremos Ezequiel 18:24 y 26, que dice: “Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá … Y apartándose el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá por ello; por la iniquidad que hizo, morirá”. Estos dos versículos pueden ser considerados como los versículos principales del Antiguo Testamento con respecto a este asunto. Ningún otro versículo en el Antiguo Testamento es tan importante como éstos. Estos son los versículos más comunes y más citados. Por lo tanto, tenemos que dedicar una consideración analítica a estos dos versículos.

Ezequiel 18 nunca habla de la salvación. No dice nada con respecto a la muerte de Jesús por el hombre, ni dice nada con respecto a creer en el Señor para recibir vida. No dice cómo uno maneja el problema del pecado. No menciona nada con respecto al evangelio ni con respecto a Cristo. Si uno trata a la fuerza de aplicar este pasaje al evangelio, confunde el tema. Ezequiel 18 habla del gobierno de Dios. Lo que precede a este pasaje son cosas relacionadas al gobierno de Dios. Uno debe recordar que las cosas en el gobierno de Dios son totalmente diferentes de las cosas en la salvación. El gobierno de Dios se refiere a cómo Dios obra, maneja y arregla las cosas de acuerdo a Su plan y voluntad. Si un hombre no entiende la diferencia entre la salvación de Dios y Su gobierno, y mezcla las dos cosas juntas, confunde los asuntos legales de Dios con los asuntos familiares de Dios, confunde el padre con el juez. El está confundiendo la palabra hablada por el padre a los siervos con la palabra hablada a los hijos. Está confundiendo la actitud que un hombre tiene hacia sus empleados con la actitud que él tiene hacia su esposa y sus hijos. El gobierno es el gobierno. El gobierno no es lo mismo que la salvación. La diferencia entre el gobierno y la salvación es tan grande como la distancia entre el polo norte y el polo sur.

Ezequiel 18 no nos muestra la salvación. Su tema se trata de la vida de los israelitas sobre la tierra. No habla de la vida eterna. Habla del problema con el cuerpo. No trata con el asunto de la perdición del alma. Más bien, nos muestra que si un hombre no guarda los mandamientos de Dios, morirá pronto físicamente. Es un asunto de existencia física más que de salvación espiritual. Nadie puede decir que un hijo debe rechinar los dientes debido a que su papá comió uvas ácidas. Si alguien que está sentado cerca de usted come uvas ácidas, usted tal vez sienta que puede saborear la misma acidez en su propia boca. Sin embargo si un padre se rebela en contra de la Palabra de Dios y peca, eso no tiene nada que ver con el hijo. Si el padre tiene que morir, el hijo no puede ser un substituto de él. Si un hombre peca, él mismo debe ser cortado de la tierra prometida de Dios. Este pasaje trata solamente acerca de la muerte del cuerpo físico. Esto es lo que nos dice el final del versículo 2. Luego, después de esas palabras, desde el versículo 3, el capítulo dieciocho repite que todo aquel que peca morirá. Esta no es una muerte espiritual. Más bien, es lo que Adán experimentó, es decir la muerte del cuerpo. Si un hombre peca, sus días sobre la tierra serán acortados por Dios. Desde el versículo 3, este capítulo nos dice repetidas veces quién puede vivir sobre la tierra mediante la bendición de Jehová. Este es el contexto de las palabras que preceden al versículo 24. Si un hombre justo, que fue justo ahora se ha vuelto malo, él morirá. Toda su justicia anterior no será recordada. Esto no tiene nada que ver en lo absoluto con la salvación. Este es un asunto del gobierno de Dios. También nos dice por qué Dios no permitiría que un hombre viva sobre la tierra. Explica por qué mucha gente muere temprano. Esta es una palabra con respecto al juicio del pecado para los judíos. No tiene nada que ver con nosotros.

EL ARGUMENTO BASADO EN MATEO 24

Ahora veamos algo en el Nuevo Testamento. Mateo 24:13 dice: “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. Muchos, cuando ven este versículo, brincan de sorpresa. Piensan que este versículo seguramente se trata de la salvación y no del gobierno de Dios, como hemos dicho. Por ejemplo, algunos dirían que ya que yo me enojé ayer y no perseveré, ahora no soy salvo. Ellos dirán que es verdad que una persona debe creer en el Señor Jesús a fin de ser salvo. Pero también dicen que una persona debe perseverar. Si usted dice esto, está torciendo la Palabra de Dios. Usted ha cortado la cabeza y la cola en la Palabra de Dios y ha tomado una oración fuera de contexto. ¡Es por esto que confundimos la Palabra de Dios! Si usted quiere entender el significado de la perseverancia mencionada en este versículo, tiene que saber lo que se habló antes del versículo 13. También debe saber lo que se habló después del versículo 13.

El versículo 13 no está hablando acerca de los cristianos. Está hablando acerca de los judíos. ¿Qué evidencia tenemos? Primero, en el siguiente pasaje tenemos el Lugar Santo, el templo santo y el sábado. Todos estos son asuntos judaicos. Lo que estos versículos dicen es que los judíos deben huir a los montes y deben orar para que su huida no sea en invierno ni en día de sábado. Cuando ellos vean la abominación desoladora, es decir, la imagen de la bestia en el Lugar Santo, tienen que huir. No deben permanecer en Jerusalén. Si esta palabra es para nosotros, ¿cómo será posible que conozcamos esas cosas, viendo que estamos en Shanghái y la imagen de la bestia aparecerá en el templo? Aunque hoy tenemos comunicación inalámbrica, a lo que Mateo se refiere aquí es a un conocimiento que resulta de haber visto algo con nuestros propios ojos. Solamente alguien que está tan cerca como aquellos en Jerusalén, lo pueden ver. Por lo tanto, este pasaje se refiere solamente a los judíos.

Segundo, el tiempo en este versículo no se refiere al tiempo de los apóstoles, ni se refiere al tiempo de la iglesia. Aquí se refiere al tiempo de la gran tribulación. Se refiere a los últimos tres años y medio al terminar esta era. Al principio de la tribulación, el anticristo pondrá su imagen en el templo. Este pasaje de la Escritura no tiene nada que ver con la iglesia. Se refiere al futuro, no al presente. No hay posibilidad de que esto suceda hoy, ya que el anticristo no ha venido todavía, su imagen no ha sido puesta en el templo, y la gran tribulación no ha comenzado.

Mateo 24 se refiere al tiempo de la gran tribulación. La salvación mencionada aquí no se refiere a la salvación del alma. Más bien, se refiere a la salvación del cuerpo. Todas las cosas mencionadas aquí tienen que ver con la salvación del cuerpo. Todos los que entienden la Biblia saben que éste es el período del tiempo cuando el anticristo pondrá su imagen en el templo, forzando a los hombres a adorarla y poniendo un sello sobre las frentes de las personas. Cuando todos los judíos que adoran y sirven a Dios vean el comienzo de la tribulación, no deben adorar de esa manera ni recibir el sello. Debido a esto, ellos sufrirán mucho. Muchas persecuciones vendrán sobre ellos. Por eso él Señor Jesús les dijo a los judíos que huyeran cuando vieran la imagen del anticristo en el templo. Si alguno tiene cosas en su casa, no debe preocuparse por obtenerlas. Deben esconderse rápidamente en lugares seguros. Además, el Señor les dijo que oraran para que su huida no fuera en día de sábado (v. 20). La razón de esto es que ellos guardan el sábado. Las mujeres no deben estar embarazadas en esos días porque les será difícil escapar. Ay de aquellas que estén amamantando a sus hijos en ese tiempo. También sería mejor si no tuvieran que enfrentar el invierno en aquel tiempo. Deben huir a los montes o al campo con la esperanza de tener la oportunidad de no ver sufrimiento, persecución ni aflicción. En esos días, todas las fuerzas de Roma vendrán sobre ellos como una red. Sufrirán muchas dificultades. Muchos versículos en Apocalipsis nos muestran este asunto. Estas personas serán salvas si perseveran durante esta gran tribulación. Debido a que estamos tan preocupados con el asunto de la salvación cada vez que aparece la palabra salvación, la aplicamos a nosotros mismos. Sin embargo, uno no puede aplicar esta palabra a sí mismo en esta porción. Si lo hace torcerá la Palabra de Dios. En el versículo 22 el Señor Jesús dijo otra palabra: “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo”. Cuando el anticristo esté sobre la tierra, nadie será capaz de escapar. Gracias al Señor que Su día no será muy largo. Debido a esto, todavía habrá algunos que puedan huir. Si alguien persevera, él será salvo. Por lo tanto, aquí el asunto de la salvación no es un asunto de vida o muerte eterna. La naturaleza de la salvación mencionada aquí, tiene que ver con caer o no caer en las manos del anticristo.

EL ARGUMENTO BASADO EN GÁLATAS 5

Gálatas 5:4 dice: “Habéis sido reducidos a nada, separados de Cristo, los que buscáis ser justificados por la ley; de la gracia habéis caído”. Muchos cuando leen este versículo, piensan primero que alguien puede ser separado de Cristo, y segundo que alguien puede caer de la gracia. Sin duda tal persona no es salva. Este entendimiento está equivocado. Tenemos que comprender el trasfondo con el cual Pablo escribió el libro de Gálatas. Cuanto el evangelio de Dios fue predicado claramente a Galacia, la gente allí lo escuchó. Después de eso vinieron falsos profetas para Galacia a predicar el evangelio. No cambiaron la primera mitad del evangelio; cambiaron la segunda mitad. La primera mitad decía que un hombre era salvo solamente por medio de confiar en Cristo y recibir a Cristo. Sin embargo, la segunda mitad decía que antes de que uno creyera en el Señor Jesús, no pueda tener la justicia de la ley; pero después de que uno recibe al Señor Jesús, debe tener la justicia de la ley. Pablo escribió el libro de Gálatas solamente para refutarlos. El argumentó que de la misma manera que un hombre no puede tener la justicia de la ley mientras todavía es un pecador, así mismo, no puede tener la justicia de la ley después de que es salvo. Hemos visto en los pocos mensajes anteriores, que Romanos y Gálatas son diferentes.

Romanos dice que mientras que seamos pecadores, no podemos tener la justicia de la ley. Gálatas dice que después de que un pecador es salvo, aún así no puede tener la justicia de la ley. El tema de ambos libros se trata de no tener la justicia que es de la ley. Estos enseñaron que después de que un hombre ha creído en Cristo, es salvo y tiene la vida eterna, él aún debe tener la justicia de la ley. La primera cosa y el requisito mínimo de la justicia de la ley es la circuncisión.

Después de que usted está claro acerca del trasfondo de este libro, sabrá de qué está hablando Gálatas aquí. En el capítulo uno Pablo dijo que él estaba maravillado de que los Gálatas se alejaran tan rápidamente de Aquel que los llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. El estaba maravillado de que fueron engañados tan rápidamente para seguir otro evangelio (v. 6). También dijo que si él o un ángel o cualquier espíritu viniera y les predicara un evangelio diferente del que habían recibido, sería anatema. En el idioma griego, la palabra anatema es la expresión más fuerte de la maldición. Significa que toda la maldición en los cielos cae sobre el que es maldecido y que todas las bendiciones son detenidas. Pablo dijo que su evangelio fue revelado a él solamente mediante Dios. El lo recibió en el desierto de Arabia. Esta es la razón por la cual su evangelio no podía contener ningún error. Gálatas 2 nos dice qué es este evangelio. En este capítulo vemos que Pedro fingió. Cuando vio a unos judíos que venían de parte de Santiago (vs. 11-12), se mantuvo como judío. Pablo lo reprendió en su propia cara. La circuncisión no significa nada. Cristo ya murió. Ya no somos más nosotros los que vivimos, sino que es Cristo quien vive. El capítulo tres nos dice que la meta de Dios no es la ley sino la promesa. La razón por la cual Dios le dio al hombre la ley fue para hacer que el hombre primeramente conociera su pecado y así aceptara al Hijo de Dios. El capítulo cuatro nos presenta otras dos cosas para mostrarnos que es inútil que el hombre guarde la ley incluso si es capaz de hacerlo. Agar representa la ley, y Sara representa la gracia. Agar se debe ir antes de que Sara pueda permanecer. Aun si usted puede guardar la ley, usted simplemente es Agar, y de todos modos debe irse. La primera oración en el capítulo cinco es: “Es para libertad que Cristo nos libertó”. Cristo nos ha introducido en la libertad. Ahora debemos estar firmes en esta libertad. No pierda esa libertad. Si un hombre guarda la circuncisión, Cristo no será de beneficio para él. Si se retiene el sistema de la ley, Cristo tendrá que ser negado. Uno no puede guardar la ley un poco y luego pedirle a Cristo que haga el resto. Cristo no hace esta clase de obra fragmentaria. Por lo tanto, Pablo dijo: “Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la ley” (5:3). ¿Por qué algunos no escogían otras cosas de la ley? ¿Por qué algunos solamente tomaban el asunto de la circuncisión? ¿Por qué ellos solamente tomaban lo que les gustaba y no guardaron toda la ley? Si ellos querían guardar un punto de la ley, también tendrían que haber guardado toda la ley. Si un punto permanece, todos tienen que permanecer. No pueden escoger uno y rechazar todos los otros. El versículo 4 dice: “Habéis sido reducidos a nada, separados de Cristo, los que buscáis ser justificados por la ley; de la gracia habéis caído”. Ser reducidos a nada separados de Cristo equivale a que Cristo de nada aprovecha, al final del versículo 2. Parece como si Cristo no se expresara en usted. No tiene perdón, gozo ni paz. Además, si usted sigue la ley, Cristo estará separado de usted. Aquí, no es un asunto de recibir la salvación. Está hablando de la condición para ser salvo. Supongamos que un hermano viene a mi y me dice: “Sr. Nee, debo guardar el sábado. Si no lo guardo, mi salvación no será completa”. Yo sé que ese hermano de hecho es salvo. No hay duda acerca de eso. Ahora que él ha recibido esa enseñanza equivocada, debo decirle: “Si usted guarda el sábado, la obra de Cristo no será efectiva en usted. Por fe estamos en Cristo. Usted ha regresado a la ley. Ha caído de la gracia”. Así que, no es un asunto de salvación o de perdición. Es un asunto de la condición para ser salvo. Nos muestra que un hombre es salvo mediante Cristo y no por medio de él mismo. Si un hombre guarda la ley, no habrá gracia.

Sabemos que el pecado guía a la perdición. Sin embargo, debemos comprender que el libro de Gálatas tiene como tema el pecado. El libro de Gálatas habla de las buenas obras. Habla de guardar la ley de Dios. Gálatas no habla de guardar la ley y la circuncisión. Pablo no dijo que ellos habían caído en pecado. Dijo que habían caído de la gracia. Existe una gran diferencia entre los dos. Caer de la gracia y caer en pecado son dos cosas completamente diferentes. Caer de la gracia es caer del principio de la gracia y seguir de nuevo el principio de las obras. Hoy día, existe un gran número de creyentes salvos que han caído de la gracia. Sin embargo, no han perdido la salvación. Con nosotros es lo mismo. Innumerables veces pensamos que estamos terminados. Sin embargo, somos salvos debido a la gracia del Señor Jesús.

Pablo dijo que aquellos de Gálatas 5 lucharon por vencer, pero que habían caído de la gracia al confiar en sus obras. Querían tener buenas obras, sin embargo, cuando hicieron esto, cayeron. ¿Qué significa estar en la gracia? La gracia significa que somos personas bajas y sin esperanza. No podemos hacer nada. Delante de Dios recibimos gracia. Estamos en una posición baja. Acudimos a Dios para que nos dé gracia. Como tales, somos los que vivimos en gracia. No es un asunto de pecado o de mala conducta. Si un hombre confía en su propia obra, está obstruyendo la gracia de Cristo. Aquí Pablo reprendió a los gálatas por seguir la ley después de que habían sido salvos. Ellos cayeron de la gracia. Les llamó la atención por no haber recibido la suficiente gracia y por no haber recibido la suficiente misericordia de parte de Dios. Recibir misericordia y gracia de parte de Dios es permitir que Dios obre. Esto prueba que la carne es incapaz y no puede hacer nada. Podemos obrar mediante nuestra carne, sin embargo, aquellos en la carne no pueden agradar a Dios.

Supongamos que el hermano Yau es un hombre sin principios. Cada día él gana un dólar y cincuenta centavos, pero gasta dos dólares. Esta noche yo tengo lástima de él. A él le faltan cincuenta centavos y yo le doy sesenta centavos. El hace esto todos los días, y yo tengo lástima de él también todos los días. Supongamos que un día el hermano Yau comienza a pensar: “El Sr. Nee ha tenido lástima de mí y me ha dado dinero todos los días, pero yo tengo que encontrar la manera de disciplinarme un poco”. Cuando él hace esto, hace lo que los gálatas hicieron con la circuncisión. Ellos lo hacían en la carne, y como resultado cayeron de la gracia. He conocido tal clase de personas. Desde el punto de vista del mundo, me gustan tales personas. Ellos no quieren que otros los alimenten el resto de sus vidas; quieren ser independientes. Esto es bueno, pero la Biblia dice que para Dios, esto es equivocado debido a que tales personas han caído de Su misericordia. Pablo no los estaba reprendiendo por pecar. Pablo los estaba reprendiendo por hacer el bien. Pablo los reprendió por hacer el bien debido a que el bien que ellos hacían significaba que ellos no necesitaban más de la misericordia de Dios por el resto de sus vidas. Ellos ya no vivirían más en la misericordia de Dios.

Mis amigos, el pensamiento del hombre es totalmente diferente del pensamiento de Dios. Pensamos que podemos agradar a Dios al hacer algo. Sin embargo, Dios está contento cuando permanecemos en Su gracia. El repetidas veces dice que desea misericordia y no sacrificios (Mt. 9:13). La misericordia significa que Dios le dé algo, y el sacrificio significa que usted dé algo a Dios. Dios desea la misericordia. Esto significa que a El le gusta darle cosas a usted. El no desea el sacrificio. Esto significa que El no quiere que usted le dé cosas a El. Si Dios puede dar las cosas, estará feliz. Esta es la salvación. La salvación no es hacernos felices. La salvación es hacer a Dios feliz. A Dios le gusta dar; El quiere obrar continuamente en nosotros. El quiere darnos gracia. Tal vez usted piense que eso es suficiente. Sin embargo, El piensa que eso no es suficiente. Usted es un hombre pobre y puede sobrevivir con unos pocos centavos al día. Sin embargo, ahora se le han dado unos pocos dólares. Con razón usted pensará que eso es demasiado. Si Dios va a hacer algo, El quiere hacerlo a lo máximo. Si usted le permite hacer solamente un poco, El no estará contento. Si usted quiere ser salvo, voluntariamente tiene que permitirle a Dios que obre. Tiene que pedirle a Dios que sea misericordioso con usted. Dios solamente puede estar contento si se le permite trabajar de esta manera. Si usted insiste en darle algo a Dios, El no estará contento. Cuando Dios ve que a usted le es mostrada la misericordia, El está contento. Por eso digo que Dios prefiere misericordia y no sacrificio.

Gálatas 5:4 dice que no debemos caer fuera de la gracia. No dice que no debemos caer en pecado. Lo que se discute aquí no es un asunto de salvación, sino un asunto de disfrute. Delante de Dios, no necesitamos movernos, ni necesitamos guardar la ley. No tenemos que hacer nada. Solamente debemos permitir que Dios obre en nosotros y que nos dé gracia. Una vez que tenemos obras, hemos caído de la gracia. Por lo tanto, decir que uno ha caído de la gracia no se refiere al asunto de la salvación o de la perdición. Caer de la gracia es un asunto de si disfrutamos o no los beneficios de Cristo hacia nosotros. Caer de la gracia es un asunto de si permitimos o no que la obra de Cristo opere en nosotros. Le agradecemos al Señor que la salvación significa estar continuamente bajo la misericordia de Dios y estar continuamente bajo Su gracia.