Efesios 1 Introducción
Introducción
Bendiciones hermano hermana que me estás escuchando, amigo amiga que visitas el canal y que nos escuchas; la gracia del Señor sea en tu vida, la gracia de Adonai esté sobre tu vida.
Para mí el libro de Efesios y es una herramienta, si, esa arma de nuestra milicia que no son carnales sino que son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Las fortalezas que el enemigo viene a crear en nuestras mentes, recuerda que la guerra está en nuestra mente, la batalla que debemos librar está en nuestra mente y nuestra mente está muy sujeta a como creemos la palabra. Nuestra mente se sujeta a la fe en el sentido de cómo creemos la palabra, que nivel de fe tenemos en la palabra y quiero compartir con vos.
Quiero hacer un repaso de los versículos bíblicos del primer capítulo del libro de Efesios, porque todavía hay mucha cosa que no hemos podido llegar a compartir entre todos los hermanos en los días sábados que nos encontramos, en cada uno de ellos comparte riquezas que el Señor les va dando en el momento, y es verdad que las horas se pasan serían larguísimas las horas. Pero sé una cosa de que la palabra del Señor nos vivifica. Sabes, camino Emaús, dos hombres caminaban por un camino, polvoriento me lo imagino yo, al atardecer caía verían hacia el horizonte, quizás una brisa muy templada, casi fría también entre ellos, e iban hablando; y se le acerca un tercer hombre, y dice:
-que habláis?
Y estos dos hombres dicen:
-pero que tú eres el único que no se ha enterado lo que ha sucedido?
Y le empiezan a contar lo que ha sucedido. Luego llegan, descansan, comen y ese tercer hombre desaparece, nuestro Yeshua. Y estos dos hombres camino a Emaús dijeron una palabra muy significativa para mí, muy significativa, y es lo que sucede cuando hablamos de la palabra del Señor: “no ardía nuestro corazón”.
Sabes esto lo que sucede cuando compartimos la palabra del Señor cada uno de nosotros, arde nuestro corazón, y hay textos bíblicos que salen a relucir en nuestra mente y que empiezan a hablar, y aconsejarnos, a darnos fortaleza y ánimo; y cuando venimos a la palabra nos llenamos de gozo, de alegría, arde nuestro corazón, eso lo que sucede hermano.
Por eso yo quiero compartir con vos de manera un poco más puntual aquellas bendiciones que el Señor me trajo en cada uno de los versículos.