Barna George & Frank de Viola Libro Book cap.7 Paganismo en tu Cristianismo
DESMANDO Y EL SALARIO DEL CLERO
Capítulo 7
Diezmando y los Salarios del Clero: Un Dolor para la Billetera
Indiferente a tantos, nosotros no vendemos de polaco la Palabra de Dios para ganancia.
__Pablo de Tarso
“¿Robaría el hombre a Dios? Pero, todavía ustedes me roban a mí. Pero ustedes preguntan, ‘¿Cómo te robamos a ti?’ En diezmos y ofrendas. Ustedes están debajo de una maldición, la nación entera, porque están robándome. Traigan todo el diezmo al alfolí, para que haya comida en mi casa. Pruébenme en esto, dice el Señor Todo Poderoso, y vean si yo no abriré las esclusas del cielo y derramaré tanta bendición que ustedes no tendrán suficiente espacio para guardarla.” (Malaquías 3:8-10)
Este pasaje de Malaquías, capítulo 3, parece ser el versículo favorito de muchos pastores. Especialmente, cuando el dar de la iglesia está bajo. Si usted ha asistido por un tiempo en la iglesia moderna, usted ha escuchado este pasaje tronando desde el púlpito durante varias ocasiones. A mí me han hecho tragar esto un sinnúmero de veces.
Considere algo de la retórica que acompaña a esto:
“Dios ha mandado que ustedes den sus diezmos fielmente. Si ustedes no diezman, están robando a Dios Todopoderoso, y se están poniendo a sí mismo bajo de una maldición.” ¿Vamos a repetir juntos el “Credo del Diezmador? “El diezmo es del Señor. De verdad, lo hemos aprendido. De fe lo vamos a creer. Con gozo, lo vamos a dar. ¡El Diezmo!”
“¡Sus diezmos y ofrendas son necesarias si la obra de Dios sigue adelante!” (“La obra de Dios,” por supuesto, quiere decir asalariar el cuerpo del pastor y pagar los recibos mensuales para mantener el edificio solvente. )
¿Qué es el resultado de este tipo de presión? El pueblo de Dios está culpado a dar un diezmo de sus ingresos cada semana. Cuando ellos lo hacen, ellos sienten que Dios está feliz. Y, ellos pueden esperar que Él les bendecirá financieramente. Cuando ellos faltan, ellos sienten que ellos han sido desobedientes, y que una maldición financiera posa sobre ellos.
Pero tomemos unos pasos para atrás, y hagamos la pregunta penetrante: “¿La Biblia nos enseña a diezmar? Y, …¿Somos obligados espiritualmente a patrocinar al pastor y su equipo?”
La respuesta a estas dos preguntas es alarmante. (Si usted es un pastor, esto es llamativo. ¡Entonces, tal vez, usted quiere sacar su medicina del corazón ahora!)
¿Es Bíblico el Diezmo?
El diezmo ocurre en la Biblia. Entonces, sí, el diezmo es bíblico. Pero no es cristiano. El diezmo pertenece al antiguo Israel. Era, esencialmente, su tributación de sus ingresos. Nunca se encuentra el diezmo en el Nuevo Testamento en cuanto a los cristianos del primer siglo.
La mayoría de los cristianos no tiene la menor idea de lo que enseña la Biblia respecto al diezmo. Entonces, veámoslo. La palabra “diezmo” simplemente quiere decir la décima parte.ψ El Señor instituyó 3 clases de diezmos para los Israelitas como parte de su sistema de impuestos. Estas son:
- Un diezmo del producto de la tierra para apoyar los Levitas, quienes no tenían una herencia en Caná. (Levítico 27:30-33; Números 18:21-31).
- Un diezmo del producto de la tierra para patrocinar las fiestas religiosas en Jerusalén. Si el producto era demasiado pesado para llevarlo a Jerusalén para la familia, ella podría convertirlo en dinero. (Deuteronomio 14:22-27). A veces lo llaman el diezmo festival.
- Un diezmo del producto de la tierra recaudado cada tres años por los levitas locales, huérfanos, extranjeros y viudas. (Deuteronomio 14:28-29; 26:12-13).
Esto fue el diezmo bíblico. Note que Dios mandó a Israel que diera 23,3 % de sus ingresos cada año, en comparación con el 10%.R Estos diezmos consistían en el producto de la tierra, el cual es, la semilla de la tierra, el fruto de la tierra, y el rebaño o manada. Era el producto de la tierra, no el dinero.
Se puede ver un paralelo clarito entre el sistema del diezmo de Israel y el sistema moderna de tributación en Norte América. Israel fue obligado a apoyar sus trabajadores nacionales (sacerdotes), sus días feriados (festivales), y sus pobres (extranjeros, viudas y huérfanos) por sus diezmos anuales. La mayoría de los sistemas de tributación modernas sirven el mismo propósito.
Con la muerte de Jesús, todos los códigos ceremoniales, gubernamentales y religiosos que pertenecían a los judíos fueron clavados a Su cruz y enterrados; para nunca volver a condenarnos. Por esta razón, nunca vemos a los cristianos del Nuevo Testamento dando el diezmo. ¡No más que verlos sacrificando chivos y toros para cubrir sus pecados!
Pablo escribe, “Y cuando ustedes estuvieron muertos espiritualmente a causa de sus pecados y por no haberse despojado de su naturaleza pecadora; pero ahora Dios les ha dado vida juntamente con Cristo, en quien nos ha perdonado todos los pecados. Dios anuló el documento de deuda que había contra nosotros y que nos obligaba; lo eliminó clavándolo en la cruz.”
“Por tanto, que nadie los critique a ustedes por lo que comen o beben, o por cuestiones tales como días de fiesta, lunas nuevas o sábados. Todo esto no es más que la sombra de lo que ha de venir, pero la verdadera realidad es Cristo.” Colosenses 2:13-17; Hebreos 6-10
El diezmo perteneció exclusivamente a Israel bajo de la Ley. Respecto a la mayordomía financiera, vemos que los santos del primer siglo dieron con gozo según su capacidad, no de un sentido obligatorio por algún mandato. El dar en la Iglesia Temprana era voluntario. Y los beneficiarios eran los pobres, huérfanos, viudas, enfermos, prisioneros y extranjeros.
- En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea “diezmo” es másser, la cual quiere decir la décima parte. En el Nuevo Testamento, la palabra griega es dekate, que también quiere decir la décima parte. La palabra no viene del mundo religioso, sin del mundo de la matemática y finanzas.
- Dios pidió los 3 diezmos (Nehemías 12:44; Malaquías 3:8-12; Hebreos 7:5).
Ya escucho alguien haciendo la siguiente objeción ahora mismo: “Pero ¿Qué en cuánto a Abraham? El vivió antes la Ley. Y, le vemos diezmando al Sumo Sacerdote, Melquisedec. ¿Esto no vuelca su argumento de que el diezmo es parte de la Ley Mosaica?
No, no lo hace. Primeramente, el diezmo de Abraham era completamente voluntaria. No era obligatorio. Dios no lo mandó como lo había hecho con el diezmo de Israel.
En segundo lugar, Abraham diezmó de los botines que él había adquirido después de alguna batalla. El no diezmó de sus ingresos corrientes ni de su propiedad. El acto de diezmar de Abraham sería algo parecido a ganar la lotería, el gordo Navideño, o una bonificación del trabajo, y después diezmarlo.
Terceramente, y el punto más importante, esta fue la única vez que Abraham diezmó en todos sus 175 años aquí en la tierra. No hay evidencia que él volvió a repetir tal cosa otra vez.
¡Por consecuencia, si usted desea usar a Abraham como un “texto de prueba” para decir que los cristianos necesitan diezmar, entonces usted es obligado a diezmar solamente una vez!
Esto nos lleva atrás al texto citado muchas veces en Malaquías 3. ¿Qué estuvo diciendo Dios ahí? Primeramente, este pasaje fue dirigido al Israel antiguo cuando este estuvo bajo de la Ley Mosaica. El pueblo de Dios estuvo reteniendo sus diezmos y ofrendas. Considera lo que pasaría si los Norte Americanos rehusara pagar sus impuestos sobre los ingresos. La ley americana la ve como un robo. Los culpables serían castigados por haber robado al gobierno.
De igual forma, cuando Israel retuvo sus diezmos (impuestos), Israel estuvo robando a Dios, El que instituyó el sistema del diezmo. Entonces, El Señor mandó que su pueblo trajera sus diezmos al alfolí. El alfolí fue ubicado en las cámaras del templo. Estas cámara fueron separadas para guardar los diezmos (los cuales eran productos, no dinero) para el sostén de los Levitas, los pobres, los extranjeros, y las viudas. (Nehemías 12:44; 13:12-13; Deuteronomio 14:28-29; 26:12).
Note el contexto de Malaquías 3:8-10. En el versículo 5, el Señor dice que Él juzgará a los que opriman a la viuda, los desamparados y el extranjero. Él dice, “Yo vendré a juzgarlos a ustedes. Y al mismo tiempo seré testigo contra los que practican la magia. Los que cometen adulterio, los que juran en falso, los que oprimen a los trabajadores, a las viudas y a los huérfanos, los que tratan mal a los extranjeros y los que me faltan al respeto.”
Las viudas, huérfanos y los extranjeros eran los recipientes dignos del diezmo. Por la retención de los diezmos, Israel fue culpable de oprimir a estos tres grupos. Aquí dentro está el corazón de Dios en Malaquías 3:8-10: Opresión de los Pobres.
¿Cuántas veces ha escuchado usted a pastores señalar este punto cuando ellos le arengaron a usted con el texto de Malaquías 3? De los centenares de sermones que yo he escuchado sobre el diezmo, yo nunca, ni una vez, escuché un susurro acerca de lo que trataba este pasaje. Eso es, los diezmos eran para sostener a las viudas, los huérfanos, los extranjeros, y los Levitas (que no eran dueños de nada). Esto es lo que la Palabra del Señor en Malaquías 3 tiene como objetivo.
- Esto está bien claro en 2 Corintios 8:3-12; 9:5-13. El consejo de Pablo: “Da según la medida de prosperidad que Dios te ha dado, según su capacidad y habilidad.
- Lo mismo aplica en cuanto a Jacob. Según Génesis 28:20-22, Jacob se dispuso a diezmar al Señor. Pero, como en el caso de Abraham, el diezmo de Jacob fue completamente voluntario. Y, según lo que sabemos, esto no fue una práctica de por vida. Si Jacob diezmó regularmente (esto no se puede comprobar), ¡él esperó que pasaran unos 20 años antes de diezmar! Para citar a Stuart Murria, “El diezmar, pareciera, ser algo incidental a estos relatos (de Abraham y Jacob) y no se atribuyó un significado teológico a esta práctica el autor.”
El Origen del Diezmo y el Salario del Clero
Cipriano (200-258 d.C.) es el primer escritor cristiano que menciona la práctica de sostener financieramente al clero. El razonó que, igual como los levitas fueron sostenidos por el diezmo, así el clero cristiano debe ser sostenido por el diezmo. Pero esto representa pensamiento mal aconsejado. Hoy, el sistema levítico ha sido eliminado. Todos somos sacerdotes ahora. ¡Entonces si un sacerdote demanda un diezmo, todos los cristianos deben diezmar, uno al otro!
El ruego de Cipriano fue bastante raro en aquel tiempo. Esto no fue apoyado ni resonado por el pueblo cristiano hasta mucho más tarde. Además de Cipriano, ningún escritor cristiano, antes Constantino, jamás utilizaba las referencias del Antiguo Testamento para recomendar el diezmo. No fue hasta el cuarto siglo, 300 años después de Cristo, que algunos líderes cristianos empezaron a defender el diezmo como una práctica cristiana para sostener al clero. ¡Pero esto no llegó a ser común entre los cristianos hasta el octavo siglo!Según un erudito, “Por los primeros setecientos años esto (los diezmos) casi no fue mencionado.
Trazando la historia del diezmo cristiano es un ejercicio fascinante. El diezmo evolucionó del estado a la iglesia. Dar un diezmo del producto de uno era el cobro del alquiler por las tierras que fueron dadas en arriendo en la Europa Occidental. Mientras la iglesia aumentó sus terrenos a través de Europa, el cobro de alquiler de un 10% fue entregado a la iglesia. Esto resultó en un significado nuevo respecto a este cobro de un 10%. ¡Llegó a ser identificado con el diezmo levítico! Por consiguiente, el diezmo cristiano, como una institución, fue basado en una fusión de la práctica del Antiguo Testamento y la institución pagana.
Por el siglo dieciocho, el diezmo llegó a ser un requisito legal en muchas áreas de la Europa Occidental. Por el fin de décimo siglo, la distinción del diezmo como un cobro de renta y una requerimiento moral apoyado por el Antiguo Testamento había menguado. El diezmo llegó a ser obligatorio a través de la Europa cristiana.
Para decirlo de otra manera, antes del octavo siglo, el diezmo fue un acto o ofrenda voluntaria. Pero, por el fin del décimo siglo, esto se había devuelto en un requerimiento legal para sostener la Iglesia Estatal, demando por el clero y puesto en vigor por las autoridades seculares.
Dichosamente, la mayoría de las iglesias modernas han dejado la práctica del diezmo como un requerimiento legal. Pero la práctica de diezmar está tan viva hoy como durante el tiempo cuando fue un requisito legal. Por cierto, usted no va a ser castigado físicamente por faltar diezmar. Pero, si usted no es un diezmador en la mayoría de las iglesias modernas, usted será excluido de las posiciones importantes del ministerio. ¡Y, siempre será culpado (atacado) desde el púlpito!
En cuanto a los salarios del clero, los ministros no recibieron salarios durante los primeros tres siglos. Pero, cuando Constantina apareció en escena, él instituyó la práctica de pagar un salario fijo al clero de los fondos eclesiásticos, y de las tesorerías municipales y imperiales. Así pues nació el salario del clero, una práctica dañina que no sin precedente en el Nuevo Testamento.
- Más allá del diezmo, página 112. Crisóstomo recomendó diezmar a los pobres en algunas de sus obras (pp. 112-117).
- Ibid., p. 107. Las Constituciones Apostólicas (c. 380) apoya el diezmar para sostener al clero….
- Edwin Hatch, El Crecimiento de las Instituciones Eclesiásticas (Hodder y Stoughton, 1895), pp. 102-112.
- Note que yo soy un creyente firme respecto al apoyo de la obra del Señor financieramente y de dar liberalmente. Las escrituras imponen los dos, y el reino de Dios los necesitan desesperadamente. Lo que yo estoy atacando en este capítulo es el diezmo como una ley cristiana y la manera de utilizarlo: los salarios del clero y el mantenimiento del edificio.
La Raíz de Toda Maldad
Si un creyente desea diezmar voluntariamente o a base de una convicción, está bien. El diezmo llega a ser un problema cuando se lo presenta como un mandato de Dios, obligatorio para todo creyente.
El diezmo obligatorio representa opresión a los pobres. Más que unos pocos han sido tirados a una pobreza más profunda porque alguien les dijo que si uno no diezma, él está robando a Dios. Cuando se enseña el diezmo como un mandato de Dios, los cristianos que tienen mucha dificultad de hacer equilibrios para vivir, están culpados si no lo hacen, y entran en una pobreza mayor al hacerlo. De esta manera, el diezmo evacua el evangelio de ser “buenas nuevas para los pobres” (Mateo 11:5; Lucas 4:18; 7:22; 1 Cor. 1:26-29; Santiago 2:5-6). En vez de buenas noticias, esto llega a ser una carga. En vez de libertad, llega a ser opresión. ¡Estamos tan dados a olvidar que el diezmo original que Dios estableció para Israel era para beneficiar a los pobres, no para dañarlos!
A la inversa, el diezmo moderno es buena noticia para el rico. Para un gran ganador, el 10% es una suma ínfima. Diezmando, por lo tanto, apacigua la conciencia del rico, mientras eso no tiene un impacto significante sobre su estilo de vida. Más que unos pocos cristianos ricos son engañados a pensar que están “obedeciendo a Dios” porque ellos están botando un pésimo 10 % de sus ingresos en plato de ofrendar.
Pero, Dios tiene una perspectiva muy diferente respecto al dar. Recuerda la parábola del ardite de la viuda:
“Jesús vio a los ricos poniendo sus regalos en la tesorería del templo. También, Él vio a la pobre viuda echar dos monedas de cobre muy pequeñas. ¿Les digo de verdad,! Dijo Jesús ‘esta pobre viuda ha echado más que todos los demás. Todas estas personas han dado sus regalos de sus riquezas; pero ella de su pobreza dio todo lo que tenía para vivir’” (Lucas 21:1-4).
Lamentablemente, el diezmo se ve muchas veces como una prueba definitiva del discípulo. Si usted es un buen cristiano, usted diezmará (así se piensa). Pero esto es una aplicación falsa. El diezmo no es ninguna señal de la devoción cristiana. Si fuera así, todos los cristianos del primer siglo habrían sido condenados por falta de piedad.
La raíz persistente detrás del constante empujón en cuanto a diezmar en la iglesia moderna es el salario del clero. Muchos pastores sienten que es necesario predicar el diezmo y recordar a la congregación de su obligación de apoyarlos y sus programas. Y, ellos usarán la promesa de una bendición financiera o el temor de una maldición financiera para asegurar que los diezmos sigan ingresando.
De esta manera, el diezmo moderno es el equivalente de una lotería cristiana. Paga el diezmo, y Dios le devolverá más plata después. Rehúse el diezmo, y Dios le va a castigar. Tales pensamientos asaltan el centro de la buenas nuevas del evangelio.
Se podría decir la misma cosa en cuanto al salario del clero. Tampoco tiene mérito esto. De hecho, el salario del clero corre a contrapelo de todo el Nuevo Pacto (Hechos 20:17-38; 1 Tes. 2:9; 1 Pedro 5:1-2). Los ancianos (pastores) del primer siglo nunca recibieron salarios. Ellos eran hombres de una vocación terrenal. Ellos contribuyeron al rebaño en vez de llevar los dineros de la congregación (Hechos 20:33-35).
- Para una respuesta a estos pasajes bíblicos que algunos han utilizados para defender los salarios del clero, vea Reconsiderando el Odre, Capítulo 5.
A asalariar a los pastores produce profesionales remunerados. Eso les eleva sobre el resto del pueblo de Dios. Eso crea una casta clerical que convierte el cuerpo de Cristo viviente en un negocio. Siendo que el pastor y sus asistentes son asalariados por hacer el ministerio, ellos son profesionales pagados. El resto de la congregación se pasa (cae en) a un estado de dependencia pasiva.
Si todo cristiano realizara el toque del llamamiento sobre su vida para ser un sacerdote funcional en la casa del Señor (y ellos fueran permitidos a desempeñar ese llamamiento), la pregunta que surgiría inmediatamente es: “¿Por qué estamos pagando a nuestro pastor?”
Pero, en la presencia de un sacerdocio pasivo, tales preguntas nunca surgen. A lo contrario, cuando la iglesia funciona como le corresponde, un clero profesional es innecesario. De repente, el pensamiento que dice, “eso le corresponde al pastor” se ve herético. Dicho sencillamente, un clero profesional engendra la ilusión pacífica que la Palabra de Dios es material clasificada (y peligrosa) de difusión secreta y que solamente los expertos afiliados pueden manejarla (Lucas 11:52).
Pero, eso no es todo. Pagando al pastor le obliga a complacer a los hombres. Le hace el esclavo de los hombres. Su “vale de comida” está pegado a cuanto él se hace querer por la congregación. Así pues, él no está libre a hablar libremente sin temer que perderá unos diezmadores fuertes. Aquí está la plaga (tenate) del sistema de pastor.
Un peligro más del sistema del clero pagado es que este produce hombres sin destrezas, algo que hemos heredado de los paganos griegos. Por esta razón, requiere que un hombre tenga tremendo valor para salir del pastorado.
Desgraciadamente, la mayoría del pueblo de Dios está profundamente ingenuo respecto al poder abrumador del sistema del clero. Es un sistema sin cara que no se cansa de masticar y escupir sus novatos (jóvenes). Otra vez, Dios nunca quiso que existiera un clero profesional. No hay un mandato bíblico ni una justificación por tal cosa. De hecho, es imposible construir una defensa bíblica por el pastorado.
En la mayoría de los casos, se pide a los ujieres que se encarguen del dinero durante el culto. Típicamente, lo hacen por pasar un “plato de la colecta” entre las personas. Esta práctica de pasar el plato es otra invención post-apostólica. Esto empezó en el año 1662, aunque los platos de limosna y cepillos para los pobres estuvieron presentes en antes.
El ujier salió de la reorganización de la liturgia de la Iglesia de Inglaterra bajo de la Reina Elisabeth I (1533-1603). Los ujieres tuvieron la responsabilidad de acomodar a la gente en los bancos o sillas, recolectar las ofrendas y mantener la estadística de los que comulgaron. El predecesor del ujier era el “portero.” El portero era de un orden menor (más bajo que el clero) remontándose hasta el tercer siglo. Los porteros tuvieron la responsabilidad de asegurar y abrir las puertas de la iglesia, mantener el orden dentro del edificio, y la dirección general de los diáconos. Los porteros fueron reemplazados por los “guardas de la iglesia” en Inglaterra antes y durante el período de la Reformación. De los guardas salió el ujier.
Conclusión:
Aunque el diezmo es bíblico, no es cristiano. Jesucristo no lo afirmó. Los cristianos del primer siglo no lo observaron. Y, por unos 300 años, el pueblo de Dios no lo practicaba. ¡Diezmar no fue una práctica aceptada a gran escala entre los cristianos hasta el octavo siglo!
El dar del Nuevo Testamento fue según la capacidad de uno. Los cristianos dieron para ayudar a otros tanto como apoyar los trabajadores apostólicos, permitiéndoles a viajar y fundar iglesias
- (Ayudando a otros creyentes: Hechos 6:1-7; 11:27-30; 24:17; Romanos 15:25-28; 1 Corintios 16:1-4; 2 Corintios 8:1-15; 9:1-12; 1 Tim 5:3-16. Apoyar a los plantadores de congregaciones: Hechos 15:3; Romanos 15:23-24; 1 Cor. 9:1-14; 16:5-11; 2 Cor. 1:16; Fil. 4:14- 18; Tito 3:13-14; 3 Juan 5-8.)
Uno de los testimonios de la iglesia primitiva tiene que ver con cuan liberales eran los cristianos respecto a los pobres y necesitados. Esto fue lo que provocó a los fuera de la iglesia, incluso el filósofo Galen, a presenciar el poder asombroso y encantador de la iglesia primitiva y decir, “Mira cómo se aman, el uno al otro.”
El diezmo está mencionado solamente cuatro veces en el Nuevo Testamento. Pero ninguno de esas ocurrencias se refirió a los cristianos. Otra vez, el diezmo pertenece al Antiguo Testamento donde se requirió un sistema de tributación para apoyar a los pobres y donde hubo un sacerdocio especial apartado para ministrar al Señor. Con la venida de Jesucristo, ha habido un “cambio de ley,” el viejo ha sido “apartado” y “rendido” fuera de uso por el nuevo (Hebreos 7:12-18; 8:13).
Ahora, todos somos sacerdotes, libres para funcionar en la casa de Dios. La Ley, el viejo sacerdocio, y el diezmo, todos han sido crucificados. Ahora no hay una cortina del templo, no impuesto del templo, y no hay un sacerdocio especial que se para entre Dios y el hombre. Usted, querido cristiano, ha sido liberado de la atadura de diezmar y de la obligación de apoyar el sistema del clero.
La Iglesia, abarcando la masa de la población del Imperio, desde el César hasta el esclavo más malo, y viviendo en medio de todas sus instituciones, recibió en su regazo grandes depósitos de material extranjero de todas partes del mundo y del mundo pagano. Aunque la antigua Grecia y Roma han caído para siempre, el espíritu del paganismo Grecorromano no está extinto. Este vive todavía en el corazón natural del hombre, el cual necesita, igual como siempre, la regeneración del Espíritu Santo. Este también vive en muchas prácticas idólatras y supersticiosas de las iglesias griegas y romanas, contra las cuales el espíritu de cristianismo ha protestado instintivamente desde el principio, y seguirá protestando, hasta que todos los vestigios de idolatría grosera y refinada serán vencidos externamente igual como internamente, y bautizados y santificados no solamente con agua, sino también con el Espíritu y Fuego del Evangelio.
___Philip Schaff
- Murria trata de las 4 ocurrencias detalladamente, comprobando que no son textos de prueba en cuanto al diezmo cristiano. El también muestra que, según Jesús, el diezmar se relaciona al legalismo y auto justicia en vez de servir como un modelo para imitar (vea: Más allá del Diezmo, Capítulo 3)