Watchman Nee Libro Book cap.24 Libro de lecciones nivel 5: La iglesia

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LOS MODELOS QUE TENEMOS EN CUANTO A LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA

Lección veinticuatro

LOS MODELOS QUE TENEMOS EN CUANTO A LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA

Lectura bíblica

Fil. 2:5-10; Hch. 4:18-20; 26:16-19; 1 Ti. 1:16

Bosquejo

  1. Jesucristo nuestro Señor es un modelo para nosotros.
  2. Pedro es un modelo para nosotros.
  3. Pablo es un modelo para nosotros.
  4. Juan es un modelo para nosotros.
  5. Ser fieles hasta el fin para la edificación de la iglesia.

Texto

En esta última lección veremos la vida de cuatro hombres cuyo vivir humano constituye un modelo para nosotros en cuanto a la edificación de la iglesia. Estos hombres comenzaron a buscar al Señor cuando eran jóvenes. Algunos iniciaron muy jóvenes, mientras que otros un poco más tarde; no obstante, todos ellos eran jóvenes cuando comenzaron a ir en pos del Señor. Por lo tanto, no debemos menospreciarnos, sino más bien, tener presente estos modelos.

I. JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR ES UN MODELO PARA NOSOTROS

Nuestro Señor Jesucristo es nuestro primer modelo en cuanto a la edificación de la iglesia. El no es solamente la Cabeza del Cuerpo, sino también nuestro modelo. El se humilló y se despojó a Sí mismo por causa de la iglesia (Fil. 2:5-10). Se despojó de Su posición, de Su gloria, de Su bienestar y de Su trono, para venir a ser un hombre. El estuvo en el vientre de María durante nueve meses. Permaneció bajo la autoridad de José y María por treinta años. Se sometió a Sus propias criaturas. Permitió que lo apresaran, que se burlaran de El, que lo trataran injustamente y que lo crucificara Su propio pueblo. Pasó por estos sufrimientos humanos a fin de redimir a Su pueblo escogido. Luego, resucitó para regenerarnos y hacernos hijos de Dios y miembros de Su Cuerpo. Después ascendió y derramó el Espíritu sobre Sus discípulos, a fin de formar Su Cuerpo. El pasó por el proceso de encarnación, vivir humano, crucifixión, resurrección y ascensión, con el fin de edificar la iglesia. El no se quedó sentado en el trono en los cielos, mandándonos desde allí que edificáramos la iglesia, sino que tomó la iniciativa de humillarse y de despojarse a Sí mismo para hacer la voluntad del Padre. No hay otra forma de edificar la iglesia. Puesto que como pecadores no éramos capaces de edificar la iglesia, El dio el primer paso a fin de llevarnos por el proceso necesario para edificar Su iglesia. El fue fiel y es nuestro modelo.

II. PEDRO ES UN MODELO PARA NOSOTROS

Pedro también es un modelo para nosotros en cuanto a la edificación de la iglesia. El fue el primero a quien el Padre le reveló a Cristo. Además, fue el primero a quien Cristo le reveló la iglesia. En la época del Antiguo Testamento, nadie había visto con claridad a Cristo y la iglesia. Pero en Mateo 16 Pedro recibió, a la misma vez, la revelación de Cristo y de la iglesia. El fue muy bendecido. Es una gran bendición ver a Cristo y la iglesia. ¿Ha visto usted a Cristo y la iglesia? Si usted ha recibido esta visión, también puede considerarse muy bendecido.

Pedro fue fiel a la visión dada por el Señor, pero no por sí mismo. El falló en lo personal, sin embargo, tuvo éxito en Cristo. Después que Cristo infundió el Espíritu Santo en él en Juan 20:22, y derramó el Espíritu sobre el Cuerpo en Hechos 2:4, Pedro tomó la iniciativa de predicar el evangelio para salvar a los pecadores judíos y establecer la iglesia, como se menciona en Hechos 2. El fue quien usó la primera llave del reino de los cielos para abrir la puerta del reino a los creyentes judíos. Después, como consta en Hechos 3 y 4, Pedro continuó predicando a Cristo para que los pecadores fueran salvos y regenerados, a pesar de las amenazas de los gobernantes judíos, quienes le prohibían enseñar en el nombre de Jesús (Hch. 4:18). Pedro y Juan fueron valientes y les contestaron: “Juzgad si es justo delante de Dios escuchar a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hch. 4:19-20). El también usó la segunda llave del reino para abrir la puerta del reino a los creyentes gentiles, en la casa de Cornelio (Hechos 10). El continuó predicando a Cristo para edificar la iglesia, pese a que fue amenazado, azotado y encarcelado.

Años después, escribió en 1 Pedro 2:5 que somos piedras vivas, edificadas como casa espiritual. El nunca olvidó la visión que recibió en Mateo 16. Alabado sea el Señor por nuestro hermano Pedro, quien fue fiel hasta el fin, predicando y laborando por Cristo y por la edificación de la iglesia. Ciertamente él es un modelo para nosotros en cuanto a la edificación de la iglesia.

III. PABLO ES UN MODELO PARA NOSOTROS

Pablo también es un modelo excelente para nosotros en cuanto a la edificación de la iglesia. En Hechos 26:19 Pablo le dijo al rey Agripa que él no había sido “desobediente a la visión celestial”. El hecho que dijera que no había sido desobediente, deja implícito que es posible que uno actúe desobedientemente. El fue fiel; él no desobedeció la visión que recibió. Con respecto a nosotros, ¿obedeceremos o desobedeceremos lo que hemos visto?

¿Qué fue lo que él vio en la visión celestial? El vio a Cristo y la iglesia. En aquel tiempo su nombre era Saulo, y estaba dedicado a perseguir a la iglesia (Hch. 9:1). El día de su conversión, él iba camino a Damasco para prender a todos los que invocaban el nombre del Señor (Hch. 9:14). “Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (Hch. 9:3-5).

[Saulo no tenía esta revelación; él pensaba que perseguía a Esteban y a otros seguidores de Jesús, quienes estaban en el Camino que él consideraba herejía (24:14). No sabía que al perseguirlos, perseguía a Jesús, porque ellos eran uno con Jesús por estar unidos a El mediante la fe en El. Saulo pensaba que perseguía personas en la tierra, sin saber que afectaba a alguien en el cielo. Le sorprendió muchísimo que Jesús, desde el cielo, le dijera que lo perseguía a El. Para Saulo, ¡ésta fue la más grande revelación que hombre alguno pudiera recibir! Así comenzó a ver que el Señor Jesús y Sus creyentes son una persona grande y maravillosa. Esto le ha de haber causado un gran impacto para su futuro ministerio tocante a Cristo y la iglesia como el gran misterio de Dios (Ef. 5:32), y ha de haber puesto un sólido fundamento para su ministerio único.] La persona maravillosa que él vio en el camino, era el nuevo hombre universal, el Cuerpo de Cristo, cuya Cabeza está en el cielo y cuyo Cuerpo está en la tierra.

La visión de Cristo y la iglesia lo liberó de todo su trasfondo y lo trasladó a Cristo. El había estado profundamente involucrado con la religión judía. Era muy celoso de su religión. Había hecho todo lo posible por sobresalir en la religión judía, aun al grado de perseguir a la iglesia con amenazas y muertes. Pero él se olvidó de todo esto cuando vio a Cristo y la iglesia. Lo abandonó todo, y siguió sólo a Cristo y la iglesia.

Después de la visión, vino la comisión de parte del Señor. [Hechos 26:17-18 dice: “Librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados por la fe que es en Mí”. Estos versículos nos muestran los cinco aspectos de la comisión de Pablo: (1) abrir los ojos de las personas; (2) convertirlas de las tinieblas a la luz; (3) convertirlas de la potestad de Satanás a Dios; (4) para que reciban perdón de pecados; (5) para que reciban la herencia entre los que han sido santificados por la fe en el Señor Jesús.]

Pablo fue fiel a esta visión y a la comisión que recibió de parte del Señor. Inmediatamente después de su bautismo, él empezó a proclamar a Jesús en Damasco e incluso tuvo discípulos (Hch. 9:18, 20, 26). Aun cuando fue perseguido, visitó Jerusalén y “hablaba con denuedo en el nombre del Señor” (Hch. 9:28).

El apóstol Pablo tuvo un comienzo muy sólido y siguió adelante aun con mayor firmeza. El recorrió Asia Menor y Europa predicando a Cristo (Hechos 13—28), pastoreó a los nuevos creyentes (Hch. 20:18-38), enseñándoles lo que él sabía acerca del Señor (Hch. 20:18-28), y estableció muchas iglesias (Hch. 13-28; 14:23; Tit. 1:5). Pablo fue fiel hasta el final. El dijo en 2 Timoteo 4:7-8: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Y desde ahora me está guardada la corona de justicia, con la cual me recompensará el Señor, Juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su manifestación”. Debido a que fue fiel, sabía que una corona estaba reservada para él.

Tal vez usted piense que Pablo era alguien especial y que usted nunca podrá ser como él. Tal vez nunca recibamos una visión celestial de Cristo y la iglesia de manera directa, como Pablo la recibió, pero sí podemos recibir una visión celestial de modo indirecto, a través de la palabra y el ministerio de Pablo. En realidad, no existe ninguna diferencia. El Señor le dijo a Tomás en Juan 20:29: “Porque me has visto, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”. Nosotros somos aquellos que sin haber visto, hemos creído. No recibimos la visión celestial de manera directa como Pablo, pero sí hemos recibido la visión por medio de su ministerio y sus epístolas. Nosotros somos aun más bendecidos que él, pero debemos ser fieles a lo que hemos visto. Pablo dijo en Filipenses 3:17: “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así andan según el modelo que tenéis en nosotros”. El es nuestro modelo. El fue antes que nosotros. El recibió primero la visión celestial. Pero todo lo que él vio, es para que nosotros lo recibamos y lo tomemos como un modelo.

[Este joven, Saulo de Tarso, es un verdadero ejemplo para nosotros. Puede ser que en todas las Escrituras solamente el Señor Jesús como hombre haya sobrepasado a este hombre, Saulo, quien más tarde fue llamado Pablo. Pablo mismo nos dijo en 1 Timoteo que él era un modelo para los creyentes (1:16). Saulo era religioso y natural, pero un día recibió la visión celestial y se convirtió de todo lo que no era Cristo a Cristo mismo. Desde el primer día él llegó a ser muy útil en la manos de Dios y tuvo un impacto prevaleciente. El Señor pudo hacer muchas cosas maravillosas a través de él. Esta es la clase de persona que Dios puede usar hoy. Acudamos al Señor y oremos: “Señor, aquí estoy. Estoy abierto a Ti, a Tu visión, a Tu comisión, y estoy listo a pagar cualquier precio. Quiero contar todas las cosas como pérdida, y estimar sólo a Cristo como ganancia. Estoy listo para ser ocupado y poseído por Cristo, y ser lleno de El”. Si acudimos al Señor y pasamos un tiempo con El recibiendo la visión celestial, tendremos un contacto viviente con El y seremos miembros vivos de Su Cuerpo viviente. Entonces seremos personas que participan en el plan de Dios.]

IV. JUAN ES UN MODELO PARA NOSOTROS

Juan es otro modelo para nosotros. Tal vez usted diga que Juan no parece haber hecho mucho en los evangelios ni en Hechos. Eso es cierto. Pero él siempre estaba allí, y estaba allí fielmente. El estuvo con el Señor durante su ministerio terrenal por tres años y medio. Cuando el Señor fue arrestado y juzgado, Pedro negó al Señor tres veces y se apartó (Mt. 26:75), pero Juan permaneció cerca (Jn. 18:15-16). Cuando el Señor fue crucificado, ninguno de los discípulos estuvo cerca de la cruz, a excepción de Juan (Jn. 19:16). Después de escuchar las buenas nuevas de la resurrección del Señor, Juan fue el primero en llegar a la tumba del Señor (Jn. 20:4). El estuvo presente en las primeras reuniones para recibir el soplo del Señor y el derramamiento del Espíritu Santo. También estuvo con Pedro durante la conversión de las tres mil y de las cinco mil almas. Siempre estuvo allí fielmente en todo lo que el Señor hizo para edificar el Cuerpo de Cristo. Juan no tomaba la delantera, pero respaldaba a Pedro y era uno con él, mientras éste tomaba la delantera. El tenía una clara visión de Cristo y de la iglesia. El vio claramente la necesidad de la unidad (Juan 17) y guardó la unidad del Espíritu.

El Señor preservó a Juan hasta después que todos los primeros discípulos murieron. El fue fiel hasta el final, aun durante el tiempo de su exilio en la isla de Patmos. Entonces, el Señor le mostró sólo a él la última revelación: la Nueva Jerusalén, la consumación máxima de la mezcla entre Cristo y la iglesia edificada. Juan es definitivamente un modelo a seguir con respecto a la edificación de la iglesia.

V. SER FIELES HASTA EL FIN PARA LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA

¿Ya recibió usted la visión de Cristo y la iglesia? Pedro, Pablo y Juan recibieron esta visión en su espíritu. Todo lo que usted necesita hacer es orar en su espíritu con la Palabra y tener comunión con sus compañeros. Finalmente, usted recibirá la misma visión que los apóstoles tuvieron. Sobre la base de la visión de Cristo y la iglesia, el Señor lo comisionará para que predique la Palabra, traiga nuevos miembros al Cuerpo de Cristo, los nutra en vida, les enseñe la verdad y los edifique en la iglesia. Junto con sus compañeros, ustedes establecerán muchas iglesias locales en la tierra para traer al Señor de regreso.

No obstante, tener la visión y recibir la comisión aún no es suficiente. Usted necesita además ser obediente a esta visión celestial, y necesita ser fiel en llevar a cabo la comisión. Pedro, Pablo y Juan recibirán una recompensa, y usted también. No los ponga a ellos en un pedestal ni se subestime a sí mismo. Considerémoslos como nuestros hermanos mayores. Ellos tuvieron los mismos problemas que nosotros tenemos. Ellos también tuvieron el mismo espíritu que nosotros tenemos. Todo lo que ellos tuvieron, nosotros también lo tenemos. Así que, debemos ser fieles como ellos lo fueron. ¡Aleluya! Un día todos nos formaremos en fila para recibir la recompensa, después de haber sido fieles en cuanto a disfrutar a Cristo y edificar la iglesia.

Preguntas

  1. ¿En qué aspectos son modelos para nosotros:
  1. a) El Señor Jesús? b) Pedro? c) Pablo? d) Juan?

¿Ya recibió usted la visión de Cristo y la iglesia?

Habiendo concluido este libro de lecciones y habiendo recibido la visión de la edificación de la iglesia, ¿será obediente a la visión celestial?

Pasajes citados

  1. Estudio-vida de Hechos (Lee/LSM), pág. 200.
  2. Un joven en el plan de Dios (Lee/LSM), págs. 33, 37.

Referencias adicionales

  1. The World Situation and God’s Move [La situación mundial y el mover de Dios] (Lee/LSM), págs. 9-18.
  2. Un joven en el plan de Dios (Lee/LSM), págs. 7-37.