Watchman Nee Libro Book cap.21 Libro de lecciones nivel 4: La vida
ENRIQUECIDOS CON LA PALABRA ORANDO, LEYENDO, ESTUDIANDO Y MEMORIZANDO
Lección veintiuno
ENRIQUECIDOS CON LA PALABRA ORANDO, LEYENDO, ESTUDIANDO Y MEMORIZANDO
Lectura bíblica
Jn. 1:1, 14; 6:63; 1 P. 1:23; 2:2; Mt. 4:4; Jer. 15:16; Job 23:12b; Ef. 6:17-18a; Col. 3:16; Ec. 12:1; Sal. 119:11
Bosquejo
- La importancia de la Palabra de Dios para el creyente
- La esencia de la Palabra de Dios: ser vida para el creyente
- La función de la Palabra de Dios: dar vida al creyente
- Regenera al hombre
- Es la leche espiritual del creyente
- Es el pan de vida para el creyente
- Usar nuestro espíritu y nuestras facultades mentales para recibir el Espíritu y la vida que se trasmiten en la Palabra de Dios
- Al orar-leer
- Al leer
- Al estudiar
- Al memorizar
Texto
I. LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS PARA EL CREYENTE
[Después de ser salvos, debemos conocer la Biblia para crecer espiritualmente. Por dos mil años los cristianos han reconocido un solo hecho, que nadie puede conocer bien al Señor sin conocer la Biblia.
La herencia espiritual que Dios nos ha dado incluye, por un lado, al Espíritu Santo invisible, y por otro, la Santa Biblia visible. Por un lado, el Espíritu está dentro de nosotros; por otro, la Escritura está fuera de nosotros. Un cristiano apropiado debe ser equilibrado con respecto a estos dos elementos. Si sólo tenemos al Espíritu Santo por dentro, pero no tenemos la Escritura por fuera, fácilmente nos equivocaremos. Por otro parte, si sólo tenemos la Escritura por fuera, pero no tenemos al Espíritu Santo por dentro, estaremos muertos, sin vida ni vitalidad alguna.
El creyente es como un tren, el cual necesita tanto de la fuerza interna que lo impulsa, como de los rieles por fuera que lo llevan. Al contar con estos dos elementos, el interior y el exterior, el tren puede moverse y avanzar muy bien. Esto es exactamente lo que ocurre con el Espíritu Santo por dentro y las Santas Escrituras por fuera. Si usted interiormente está lleno del Espíritu Santo y exteriormente conoce la Biblia, entonces será un cristiano viviente y estable así como también activo y exacto.]
II. LA ESENCIA DE LA PALABRA DE DIOS: SER VIDA PARA EL CREYENTE
[La mayoría de los cristianos saben que la Biblia es la Palabra de Dios. Pero muchos no conocen la esencia misma de la palabra santa que se trasmite en la Biblia. Todo lo que es sólido posee un elemento y una esencia. Debemos considerar cuál es la esencia de la palabra del Señor. La palabra santa, la cual ha sido hablada por Dios a través de las generaciones, es la corporificación misma del Dios Triuno. Esto se basa en Juan 1: 1 y 14. El versículo 1 afirma categóricamente que la Palabra, el Verbo santo, es Dios mismo. La palabra hablada a través de las generaciones, es en esencia Dios mismo. La Palabra es Dios mismo, no en persona sino en esencia. Esto quiere decir simplemente que la Palabra contiene a Dios. Ciertamente Dios es Espíritu, y un espíritu es misterioso e invisible. Pero la Palabra está escrita, en blanco y negro, de manera tangible, visible y sólida. Por tanto, la Palabra es la corporificación del Dios misterioso e invisible. Aunque Dios es invisible y misterioso, la Palabra no lo es. La Palabra, la cual es sólida y visible, contiene al propio Dios. Además, la Palabra define, explica y expresa a Dios mismo.]
[El capítulo uno del Evangelio de Juan declara que la Palabra era Dios mismo corporificado en Jesús. Cuando Jesús habla la Palabra, lo que El habla es espíritu y vida. El Señor Jesús dijo en Juan 6:63: “Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida”. Hoy la Palabra es el Espíritu y la vida.] [Si nos acercamos a la Biblia únicamente con nuestra mente, este libro será para nosotros simplemente letras. Pero cuando acudimos a cualquier pasaje de la Biblia con nuestro espíritu, tal porción de la Biblia se convierte en espíritu y vida para nosotros.]
III. LA FUNCIÓN DE LA PALABRA DE DIOS: DAR VIDA AL CREYENTE
A. Regenera al hombre
La primera función de la Biblia en nosotros es hacer que seamos regenerados (1 P. 1:23). La Biblia es la palabra del Dios viviente, y como tal, contiene la vida del Dios viviente. Cuando recibimos la palabra de las Escrituras por fe, ella entra en nosotros como semilla de vida, sembrando la vida de Dios dentro de nuestro ser; de este modo, obtenemos la vida de Dios y somos regenerados.]
B. Es la leche espiritual del creyente
[Al principio, cuando somos salvos, no tenemos una comprensión adecuada acerca de las cosas espirituales. Algunas porciones de las Escrituras son como leche que nos puede alimentar y hacer crecer en nuestra vida espiritual (1 P. 2:2). Por consiguiente, un creyente recién regenerado debe anhelar la palabra de la Biblia; el nuevo creyente debe ser como un bebé recién nacido que anhela la leche de la palabra dada sin engaño. De otro modo, no podrá desarrollarse en su vida espiritual y seguirá siendo un niño en Cristo (1 Co. 3:1-2).]
C. Es el pan de vida para el creyente
[Las Escrituras también son nuestro pan de vida espiritual (Mt. 4:4). Tal como nuestra vida física requiere comida, así también nuestra vida espiritual necesita alimento. Sólo la palabra de la Biblia puede proveer este alimento. Si queremos ser vivientes y fuertes ante Dios, no debemos depender sólo de pan, sino de toda palabra, esto es, la palabra de la Biblia, la cual procede de la boca de Dios. Debemos tomar la Palabra de Dios como nuestro alimento y comerla (Jer. 15:16); inclusive deberíamos considerar la palabra de la Biblia más importante que nuestra comida (Job 23:12b); de otro modo, nuestra vida espiritual no podrá crecer. Debemos ejercitar nuestras facultades al recibir la palabra de la Biblia, para así entender aquellas palabras que sean difíciles de interpretar; es decir, como creyentes maduros, debemos aprender a tomar el alimento sólido (He. 5:13-14). De otra forma, nuestra vida espiritual será muy débil.
IV. USAR NUESTRO ESPÍRITU Y NUESTRAS FACULTADES MENTALES PARA RECIBIR EL ESPÍRITU Y LA VIDA QUE SE TRANSMITEN EN LA PALABRA DE DIOS
En 1 Pedro 2:2 se nos dice que podemos crecer por medio de la leche espiritual de la palabra dada sin engaño. La expresión “de la palabra” en griego es logikós. [Esta misma expresión, traducida “racional” en Romanos 12:1, es un adjetivo que se deriva del sustantivo lógos, la palabra; por ende, “de la palabra”; es decir, relativo a la mente, (en contraste con el cuerpo), al raciocinio, y por consiguiente, racional, lógica, razonable. La leche de la palabra no es leche para el cuerpo, sino para el alma, para el ser interior. Esta leche es trasmitida por la Palabra de Dios para nutrir a nuestro hombre interior por medio del entendimiento de nuestra mente racional, y es asimilada mediante nuestras facultades mentales.] [Aunque la leche nutritiva de la palabra alimenta el alma a través de la mente, finalmente nutre nuestro espíritu, haciendo que seamos espirituales y no personas centradas en el alma; además nos hace aptos para ser edificados como la casa espiritual de Dios.]
[El Señor indicó que, a fin de dar vida, El llegaría a ser el Espíritu. Luego declaró que las palabras que El habla son espíritu y son vida. Esto significa que Sus palabras habladas contienen el Espíritu de vida. El es ahora el Espíritu vivificante en resurrección, y Sus palabras contienen el Espíritu. Cuando recibimos Sus palabras ejercitando nuestro espíritu, obtenemos al Espíritu mismo, quien es vida.] [La Escritura contiene y comunica a Dios como Espíritu. Por tanto, El Espíritu es la esencia y substancia mismas de la Escritura. Tal como el fósforo es la substancia esencial de los cerillos, si queremos obtener el fuego divino, debemos encender el Espíritu de la Escritura usando nuestro espíritu.]
A. Al orar-leer
Orar-leer es la mejor manera de recibir el Espíritu y la vida contenidas en la Palabra de Dios. Cuando usted lea la Palabra de Dios, no lea sólo con su mente. Debe usar también su espíritu al invocar y orar. Efesios 6:17 y 18a dice: “Y recibid … la espada del Espíritu, el cual es la palabra de Dios; con toda oración y petición orando en todo tiempo en el espíritu”. Cuando lee la Palabra de Dios, puede ser que alguna palabra en particular lo toque; si es así, inmediatamente convierta tal palabra en oración. Supongamos que está leyendo los versículos antes mencionados. Usted podría orar: “Oh Señor, estoy aquí para recibir la espada del Espíritu. Oh Señor Jesús, Tú eres el Espíritu mismo; quiero recibirte. El Espíritu es la Palabra de Dios, Señor. Mientras oro-leo Tu palabra, recibo Tu Espíritu. ¡Aleluya! Estoy orando en mi espíritu para recibirte a través de Tu palabra”. Si usted ora de esta forma, será vigorizado por el Espíritu y la vida, y el fuego divino se mantendrá ardiente en su espíritu.
B. Al leer
También necesitamos leer la Biblia de principio a fin. Tome una decisión delante del Señor de cuánto leerá cada día. Si diariamente lee tres capítulos del Antiguo Testamento y uno del Nuevo Testamento, le tomará alrededor de un año terminar toda la Biblia. Y si lee un capítulo del Nuevo Testamento todos los días, le tomará nueve meses leer todo el Nuevo Testamento. Es necesario establecer una meta para la lectura de la Biblia, y llevarla a cabo fielmente. A medida que lee, ore tomando los versículos que más le toquen, escriba lo que le sea revelado y luego compártalo con los que le rodean. Compártalo con sus padres, hermanos, compañeros y amigos.
C. Al estudiar
Debe también usar la mente al estudiar la Palabra de Dios. Debe permitir que la Palabra de Cristo llene su mente, y que more ricamente en usted (Col. 3:16). Mientras estudie, debe pensar; y mientras piensa, debe orar y disfrutar. Esta práctica le ayudará a recibir la leche de la palabra mediante sus facultades mentales y nutrirá su espíritu. También se puede estudiar un solo libro de la Biblia, tal como Juan o Romanos, con la ayuda de las notas y las referencias en la Versión Recobro, y usar los mensajes del estudio-vida correspondiente. Gracias al Señor, contamos con la Versión Recobro y con los mensajes de los estudios-vida para cada libro del Nuevo Testamento. Así, puede usted estudiar cualquier libro del Nuevo Testamento con la ayuda de las publicaciones, las cuales son muy útiles. Además, puede estudiar los libros de lecciones diseñados para jóvenes de la escuela secundaria y la preparatoria. También se pueden estudiar las Lecciones de vida y las Lecciones de la verdad. Existen muchas maneras para estudiar la Palabra. Tenga comunión con sus padres, servidores y ancianos en cuanto a la mejor manera de estudiar la Palabra de Dios.
D. Al memorizar
También debe memorizar la Palabra de Dios. La mayoría de los santos descuida esta práctica, pero memorizar la Palabra de Dios es muy útil. ¿Alguna vez ha sentido que cuando usted predica el evangelio le hace falta la Palabra de Dios? Puede ser que no sepa qué decir al predicarle a un amigo. Si memoriza un versículo por día, en tres años, habrá memorizado más de mil versículos. De esta manera no tendrá qué preocuparse de qué hablar o cómo encontrar los versículos que desea citar. Indudablemente, los jóvenes deben memorizar versículos. Lo que se memoriza en la juventud, nunca se olvida. Podrá citar esos versículos por el resto de su vida. Nuestra mente se llena de demasiadas cosas a medida que envejecemos. Eclesiastés 12: 1 dice: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud”. Una de las mejores formas de recordar al Señor es memorizar Su Palabra. Salmos 119:11 dice: “En mi corazón he atesorado Tu palabra, para no pecar contra Ti”. Lo que usted guarde en su corazón (principalmente en su mente) le ayudará a mantenerse apartado del pecado y a ser formado según el deseo de Dios.
En conclusión, debemos usar nuestro espíritu y nuestra mente para acudir diariamente a la Palabra de Dios, a fin de recibir el Espíritu y la vida y ser enriquecidos. Entonces tendremos un espíritu fuerte, experimentaremos la vida y creceremos en vida hasta alcanzar la plena madurez.
Preguntas
- ¿Por qué es tan importante para el creyente conocer la Biblia?
- ¿Cuál es la esencia de la Palabra de Dios?
- ¿Cómo la Palabra llega a ser Espíritu y vida en nosotros? ¿Ha recibido hoy la Palabra como Espíritu y vida?
- Explique brevemente los cuatro pasos por los cuales usamos nuestro espíritu y nuestras facultades mentales a fin de recibir el Espíritu y la vida de la Palabra.
- Elabore para sí mismo una meta anual, con un plan que lo lleve a dar estos cuatro pasos.
Citas tomadas de las publicaciones de Lee y del LSM
- Lecciones de la verdad, nivel uno, tomo uno, págs. 6, 9-11.
- La manera bíblica de reunirse y servir, págs. 189, 191.
- Versión Recobro, 1 P. 2:2, nota 2; 2:5, nota 4; Jn. 6:63, nota 3; 2 Ti. 3:16, nota 2.