Watchman Nee Libro Book cap.8 Los asuntos de la iglesia
LOS ARREGLOS QUE SE DEBEN HACER EN UNA IGLESIA LOCAL QUE ESTE EN EL CENTRO PARA LA OBRA
CAPITULO OCHO
LOS ARREGLOS QUE SE DEBEN HACER EN UNA IGLESIA LOCAL QUE ESTE EN EL CENTRO PARA LA OBRA
Otra cosa que tenemos que considerar es lo que vamos a hacer en la iglesia local que está en el centro regional para la obra. Hay dos clases de iglesias locales: la iglesia local en general, y la iglesia local que está en el centro regional para la obra. Realmente no hay mucha diferencia entre las dos. Solamente hay una pequeña diferencia relacionada con el lugar que ocupan los apóstoles en esa iglesia local.
UNA IGLESIA LOCAL TIENE ANCIANOS, DIÁCONOS Y HERMANOS Y HERMANAS
En un lugar como Filipos, por ejemplo, podemos ver que en la iglesia hay ancianos, diáconos y hermanos y hermanas. Filipenses 1 dice claramente: “A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los sobreveedores y diáconos” (gr.). En otras palabras, esta carta fue escrita a todos los creyentes, a los sobreveedores, y a los diáconos de la iglesia. Este es el arreglo interno de una iglesia local en general: hay sobreveedores, diáconos y hermanos y hermanas.
UN GRUPO ADICIONAL, LOS APÓSTOLES, ESTÁ EN LA LOCALIDAD EN DONDE ESTA EL CENTRO PARA LA OBRA
Es algo distinto si hoy día usted está en una iglesia local que está en el centro para la obra, debido a que allí hay un grupo adicional, el de los apóstoles. En las localidades, los sobreveedores siempre administran las iglesias locales. En la localidad en donde está el centro regional para la obra, están los apóstoles.
Los apóstoles también son ancianos
Los apóstoles administran la obra en cierta región. Los apóstoles sirven para la obra, pero al mismo tiempo, también administran la iglesia local de allí. Por lo tanto, cuando los apóstoles están en la localidad que es un centro regional para la obra, ellos están allí, por un lado, como apóstoles, y por otro, como sobreveedores, es decir, como ancianos. Los apóstoles se encargan de la obra en cierta región o área. Tal vez la palabra región sea muy formal para ustedes. Pero, siempre y cuando sepan lo que quiere decir, es suficiente; no estamos discutiendo palabras. Los apóstoles administran la obra en cierta área, y también administran los asuntos de la iglesia local que está en el centro para la obra.
Sin embargo, los apóstoles no deben, en calidad de apóstoles, administrar una iglesia local directamente. Por lo tanto, los apóstoles llegan a ser ancianos al mismo tiempo.
La Biblia nos muestra que cuando la iglesia celebró una conferencia para dialogar acerca de cómo manejar los asuntos de la iglesia (esto ocurrió solamente una vez en la Biblia), ellos enviaron cartas, diciendo: “Los apóstoles y los ancianos, hermanos” en Jerusalén (Hechos. 15: 23, gr.).
Aquí quiero señalarles que Pedro era apóstol, incluso era líder entre los apóstoles. Sin embargo, Pedro también era anciano en Jerusalén. En 1ª Pedro 5: 1 se dice: “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos”. Por favor, recuerden que Pedro no era solamente apóstol sino también anciano. En 2ª Juan 1 se dice: “El anciano a…” En 3 Juan 1 se dice: “El anciano a…” En 1ª Pedro 1: 1, Pedro nos dice que él era apóstol. Él escribió la Epístola en calidad de apóstol, pero en 5: 1 nos muestra que él también era anciano. Al comienzo de su segunda y tercera Epístolas, Juan dijo que él era anciano. Es bastante peculiar que, a diferencia de Pablo o Pedro, Juan no menciona que él fuera apóstol. Al comienzo de cada epístola, Pablo nos muestra que él había escrito la Epístola en calidad de apóstol, pero Juan, en su segunda y tercera Epístolas dice, de una manera simple y franca, que era un anciano el que había escrito las Epístolas. Así que, pueden ver que los dos más destacados apóstoles de Jerusalén también eran ancianos en Jerusalén. Pedro y Juan, los dos más renombrados de entre los apóstoles en Jerusalén, también eran ancianos en Jerusalén. Con excepción de Jacobo, no se menciona que ninguno de los otros apóstoles en Jerusalén fueran ancianos. En el libro de Hechos vemos que Pedro, Juan y Jacobo son tres apóstoles notables. Las Epístolas nos dicen que dos de ellos eran ancianos.
Durante la conferencia que la iglesia celebró, Jacobo fue el que tomó la decisión final. Según la historia de la iglesia y la palabra de la Biblia, podemos ver que en ese tiempo él era un anciano en Jerusalén. Más aún, según la Biblia, Jacobo estaba delante de Pedro, ya que Jacobo era el que decidía los asuntos.
Por lo tanto, en la iglesia donde haya un centro regional para la obra, pueden permitir que los hermanos locales, aquellos que sean confiables, que tengan más madurez y que tengan peso espiritual aprendan a supervisar. Al mismo tiempo tenemos, por un lado, los obreros que son ancianos de la iglesia local, y por otro, los apóstoles de esa región.
Los apóstoles no deben encargarse de asuntos que estén directamente relacionados con una iglesia local
Si ustedes son ancianos, no pueden administrar los asuntos de otras iglesias locales. Si ustedes son ancianos en Jerusalén, ustedes no pueden administrar asuntos en Samaria. En la Biblia, los ancianos son siempre locales. Ustedes no pueden ir más allá de la esfera de su iglesia local e ir a otra iglesia local para administrar los asuntos de ésta. Si usted es un apóstol, no debe administrar directamente los asuntos de una iglesia local. Un apóstol puede tratar con los ancianos de la localidad, pero un apóstol no puede encargarse directamente de los asuntos de una iglesia local.
Permítanme darles un ejemplo. Pablo llevaba a cabo la obra en Corinto. En Hechos vemos claramente que Pablo fue a Corinto y les brindó ayuda. Quiero que vean que la relación que había entre Pablo y Corinto era íntima y profunda. Pablo les escribió dos cartas a los corintios. No sólo Pablo mismo fue a Corinto, sino que incluso envió a otros a Corinto, tales como Timoteo y Tito. Pablo hizo todas estas cosas pero no había forma de que él pudiese arrojar de Corinto al pecador. Pablo era apóstol, pero no era anciano en Corinto. Pablo no podía poner un anuncio que dijera que puesto que tal persona había pecado, la iba a quitar. Pablo tuvo que decirle a la iglesia en Corinto: “Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros”. Pablo no tenía manera de quitar a ese hombre en lugar de ellos. ¿Por qué fue esto así? Pablo era apóstol, no anciano. En la Biblia, Pablo no nos dijo que él fuese anciano en cierta localidad. Más bien, Pablo era apóstol a los gentiles. No podía administrar una iglesia local. El apóstol no podía manejar directamente la administración de una iglesia local. Los ancianos pueden administrar la iglesia en su propia localidad, pero no pueden administrar las que estén en otras localidades. Los apóstoles pueden administrar la obra de una región, pero no pueden manejar directamente la administración local. Los asuntos de Corinto deben ser manejados por los corintios y no por Pablo.
En calidad de apóstol, ¿cómo trató Pablo con la situación en Corinto? El dijo: “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”. Cuando usted está en la obra, sólo puede hacer uso de autoridad espiritual para entregar a tal persona a Satanás, pero no tiene manera de quitarlo. Si los corintios no querían quitarlo, Pablo no tendría manera de hacerlo. No estoy seguro si ustedes han visto esto o no. En la Biblia, este es el arreglo en cuanto a la iglesia.
Pedro tiene que sobrellevar dos responsabilidades
En Jerusalén, una iglesia local que estaba en el centro para la obra, Pedro tenía que ser responsable de dos cosas. Tenía que estar en Jerusalén atendiendo la obra en esa área. Al mismo tiempo, también era anciano en Jerusalén. Si uno no es anciano en Jerusalén, entonces no tiene la manera de administrar directamente los asuntos de Jerusalén. Pedro y Juan eran ancianos en Jerusalén, y Jacobo también era anciano en Jerusalén. No tengo la plena seguridad de decir que todos los apóstoles que vivían en Jerusalén siempre eran ancianos en Jerusalén. Probablemente todos aquellos que son mencionados por nombre eran ancianos en Jerusalén. Pedro tenía que administrar los asuntos en Samaria; por lo tanto, Pedro también era apóstol. El se encargó de la obra en esa área con base en su posición de apóstol, y administró la iglesia en Jerusalén con base en su posición de anciano. Este asunto está muy claro en la Biblia. Así que hoy día, por un lado, los muchos colaboradores en una iglesia local que esté en un centro de la obra deben ser responsables de la obra, y por otro, es posible que necesiten ser ancianos. Ustedes son ancianos, y al mismo tiempo tal vez también sean apóstoles que administran la obra en otros lugares. Espero que puedan ver la relación entre estas dos responsabilidades.
Un día cuando Antioquía tuvo un problema, enviaron algunos hermanos a Jerusalén para que indagaran acerca de esto. Cuando todos los hermanos en Jerusalén decidieron enviar una carta, ellos podían decirles a los santos que los apóstoles y los ancianos en Jerusalén habían tomado tal decisión. En lo que a los apóstoles se refiere, esto era un asunto regional. En lo que a los ancianos de Jerusalén se refiere, esto era un asunto de la iglesia local. La decisión fue tomada con los apóstoles y los ancianos. Los apóstoles y los ancianos resolvieron juntos este asunto.
No sé si ustedes han visto esto. Yo creo que esto es un asunto precioso. Ustedes tienen que saber que en el aspecto de la obra espiritual de la iglesia no hay mucho campo para su imaginación, y tampoco hay mucho que se pueda añadir. Dios ha puesto esto enfrente de nosotros de una manera muy detallada: son los apóstoles los que administran la obra, y son los ancianos los que administran la iglesia local. Pedro era responsable de las dos cosas al mismo tiempo.
Algunos apóstoles no son ancianos
Todavía debo señalar que hay apóstoles, tales como Pablo y Bernabé, que no eran ancianos. Según nuestro conocimiento, después de un cuidadoso estudio, no podemos hallar ninguna parte en la Biblia que nos diga que Pablo también era anciano. En la iglesia en Antioquía, Pablo y Bernabé solamente participaban en el ministerio de la palabra, pero no en los asuntos de la iglesia. Participaban en el ministerio, pero no eran ni diáconos ni ancianos; ellos no tenían estos cargos. Ellos eran profetas en Antioquía. Por lo tanto, Pablo y Bernabé, los dos apóstoles en Antioquía, estaban en el ministerio y no tenían ningún cargo en la iglesia.
ANTIOQUIA, OTRO COMIENZO POR EL ESPÍRITU SANTO
Cuando tuvieron un comienzo en Antioquía, éste fue iniciado por el Espíritu Santo. Por favor, noten que el comienzo en Jerusalén fue iniciado por el Espíritu Santo y que el comienzo en Antioquía también fue iniciado por el Espíritu Santo. No fue que en Antioquía hubieran ideado un método para salir a la obra, sino que el Espíritu Santo inició otro comienzo allí.
Antioquía, herida mortal para el catolicismo
Por favor noten que el comienzo en Antioquía fue muy crucial. Si uno conoce a Dios, debe inclinar la cabeza y adorarlo cada vez que lea Hechos 13 y 14, porque aquí hay un asunto muy importante. Siempre estaré sinceramente agradecido con Dios por Hechos 13. Hechos 13 es una herida mortal para el catolicismo romano. Sin Hechos 13, tendríamos que regresar a Roma, sea que Roma esté correcta o no. Jerusalén llegó a ser un centro debido a que el Espíritu Santo había iniciado allí un comienzo. Si el Espíritu Santo no hubiese iniciado un comienzo en Antioquía, tendríamos que decir que Dios sólo tenía un centro en la tierra.
Hermanos, ustedes tienen que ver el gran significado de este asunto. Si ustedes no tienen la obra en sus corazones, no pensarán que Hechos 13, el caso de Antioquía, sea una gran cosa. Pero si tienen la obra en sus corazones, verán que éste fue un gran paso. Este fue un paso estratégico de parte del Espíritu Santo. Esto fue muy crucial. Hasta el final del capítulo doce, todo lo que se ve es la obra que procedió de Jerusalén. Hasta la obra en Antioquía procedió de Jerusalén. En el capítulo once podemos ver que la obra en Antioquía fue llevada a cabo por hermanos que salieron de Jerusalén. Debido a esto, podemos reconocer espontáneamente que la obra de Dios en la tierra tenía a Jerusalén como centro único. Este centro pudo haber sido movido a otro sitio, pero aún seguiría habiendo un solo centro. Ustedes habrían tenido que admitir que el cristianismo tiene una capital. De la misma manera que el catolicismo romano afirma que la capital del cristianismo es Roma, Jerusalén habría llegado a ser la capital del cristianismo, de la misma manera que la Meca ha llegado a ser la capital del islamismo, y Chufú ha llegado a ser la capital del confucianismo. Pero gracias a Dios que el Espíritu Santo produjo otro comienzo en Antioquía. El Espíritu Santo envió a otro grupo de apóstoles desde Antioquía.
Pablo y Bernabé llegan a ser apóstoles
¿Cómo puede Pablo ser tan osado como para tomar el nombre de apóstol? Bernabé era un buen hermano, un hermano común en Jerusalén; él no era apóstol. Al principio, Pablo tampoco era apóstol. En Antioquía, el Espíritu Santo los designó a ambos, los apartó, guió la iglesia a que les impusiera las manos, y los envió. Después de haber sido enviados por unos días, ambos fueron llamados apóstoles en la narración de Lucas. Hechos 14:4 dice: “Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles”. Aquí la palabra apóstoles está en plural. El Espíritu Santo no dijo: “Los ordeno, los establezco como apóstoles”. Simplemente se mencionó que eran apóstoles.
El versículo 5 dice: “Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos”. El pronombre aquí en el griego, el idioma original, es plural, se refiere a los apóstoles. Aquellos que estaban allí querían afrentar a los apóstoles y apedrearlos. El versículo 6 dice: “Habiéndolo sabido, huyeron a Lastra y Debe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina”.
En otras palabras, Dios, por medio de Su Espíritu, inició este comienzo, no fue Pablo ni Bernabé. Si hubiese sido un comienzo por iniciativa de Pablo o Bernabé, podríamos negarlo. Pero este otro comienzo en Antioquía fue iniciativa del Espíritu Santo, el Espíritu Santo estableció otro grupo de apóstoles, y envió dos a la obra. Por lo tanto, está claro que en la tierra no solamente había una, sino dos regiones de la obra. Así que, el pensamiento de que la tierra tiene solamente un centro de trabajo queda hecho pedazos. El cristianismo no tiene una capital. ¡Gracias a Dios! Donde trabaja el Espíritu Santo, allí está la capital del cristianismo. Nadie puede restringir la obra del Espíritu Santo. El Señor sigue siendo la Cabeza de la iglesia; el Espíritu Santo sigue siendo el representante del Señor. No estamos aquí para ser representantes del Espíritu Santo. Muchas veces El nos usa, pero también hay muchas veces en las que obra sin nosotros. Si Jerusalén hubiera querido ser dictatorial acerca de la obra del Señor, no habría podido serlo. Si Jerusalén hubiese querido monopolizar la obra del cristianismo, tampoco hubiera podido hacerlo. Ustedes han visto que Dios ya había establecido a Jerusalén como centro, pero Dios también puede constituir a Antioquía como centro. Por lo tanto, Dios puede constituir también a Shanghái como centro, y Dios también puede constituir a Foochow como centro. Aquí podemos ver que no hay sólo un centro. Si hubiese solamente un centro, entonces el principio de Roma sería correcto.
La posibilidad de que una tercera región sea constituida
Hermanos y hermanas, esto es muy crucial. Hechos 13 es el fundamento del cristianismo [se usa la palabra cristianismo en un sentido positivo: nota del traductor]. Sin Hechos 13, no podemos decir cuántos problemas pudieron haber ocurrido. Sin Hechos 13, el concepto de tener un Papa sería completamente correcto. El concepto de Roma, el concepto de que hay una capital del cristianismo, sería completamente correcto. Pero ahora, delante de Dios, saben que no hay solamente un centro, sino dos centros; no solamente hay una región, sino dos regiones. Por consiguiente, cuando le plazca al Espíritu Santo, Él puede establecer una tercera región, una décima región, una centésima región, una milésima región, o una diez milésima región en la tierra. Esto es conforme a la intención del Espíritu Santo en cuanto a Su obra en la tierra, y no conforme a la intención del hombre.
Los apóstoles que no sean ancianos pueden salir a la obra continuamente
Como ya he dicho, es extraño que estos dos apóstoles enviados desde Antioquía no eran ancianos en Antioquía. Por lo tanto, si querían darse a la obra, tenían que ser viajeros, yendo continuamente de un lugar a otro. Ellos también regresaban a Antioquía, pero no regresaban muy rápido. Cuando Pablo se quedó en Efeso, permaneció allí por tres años. Si ellos hubiesen sido ancianos en Jerusalén cuando fueron a Efeso, sólo habrían podido quedarse cuando mucho tres semanas antes de regresar; ellos habrían podido salir de Jerusalén, pero habrían tenido que regresar inmediatamente. Debido a que eran apóstoles podían salir, pero si hubiesen sido ancianos, habrían tenido que regresar.
Pablo y Bernabé eran apóstoles. Por lo tanto, salieron. Pero, ¿por qué regresaron después de tanto tiempo? Fue porque ellos no eran ancianos en Antioquía. Esto está muy claro.
Pedro y Juan eran tanto apóstoles como ancianos en Jerusalén. Por esta razón, cada vez que salían a la obra tenían que regresar rápidamente debido a que la responsabilidad de Jerusalén estaba sobre ellos. Ellos tenían que salir porque eran apóstoles. No podían dejar de regresar debido a que eran ancianos. Esto es muy significativo. Permítanme decirles que esto es algo hermoso. Debido a que eran apóstoles, ellos salían continuamente, y debido a que eran ancianos, continuamente regresaban. No podían ir muy lejos debido a que tenían que sobrellevar la carga local en Jerusalén.
Pablo y Bernabé sólo eran apóstoles y no ancianos. Por lo tanto, podían salir por un período de años sin ningún problema. Cada vez que el Espíritu Santo los guiaba, podían irse, debido a que solamente eran apóstoles y no ancianos.
SE NECESITA UNA REUNION FUERTE
¿Por qué es necesario que dediquemos tanto tiempo a hablar sólo de esto? Porque esto tiene mucho que ver con la obra de ustedes. Ustedes tienen que recibir este principio. Si comienzan a ser responsables de una región y también establecen iglesias locales allí, tienen ustedes que aprender a ser por un lado apóstoles, y por otro, ancianos. Esto se debe a que ustedes deben tener una reunión fuerte en esta región. Muchos expositores de la Biblia nos han dicho frecuentemente que Antioquía era la iglesia más fuerte en ese tiempo. Más aún, muchos nos han dicho que la iglesia en Antioquía era una iglesia modelo. Recuerdo que cuando yo era joven había un libro titulado The Model Church [La iglesia modelo], que hablaba de Antioquía.
Si alguien no toma la responsabilidad en una iglesia local, debe ser exclusivamente apóstol, uno que sale continuamente con libertad y que regresa después. No importa si se toma mucho tiempo. Sin embargo, algunos deben regresar poco después de haber salido, como lo hizo Pedro cuando fue a Samaria y a Cesarea. Después de poco tiempo, tuvo que regresar porque también era anciano.
De ahora en adelante, cuando los hermanos que están entre nosotros salgan, tenemos que acordarnos de que aquellos que son apóstoles pueden ir, pero los que son ancianos deben regresar. Yo creo que esta manera es muy pura. Es definida, y no tiene dificultades.
LA IGLESIA LOCAL EN GENERAL Y LA IGLESIA LOCAL QUE ESTÁ EN EL CENTRO PARA LA OBRA DIFIEREN EN LA CUESTIÓN DE LA REUNIÓN DE PREDICACIÓN
La iglesia local en esta localidad sigue siendo igual a las iglesias locales en otros sitios. Si hay una diferencia, esa diferencia está en que hay apóstoles que viven en el centro regional. Tal vez al mismo tiempo estos apóstoles también sean ancianos. Una vez que hemos visto claramente este punto, podemos darnos cuenta de que, en cuanto a la cuestión de la reunión de predicación, es posible que haya una pequeña diferencia entre la iglesia local en general y la iglesia local que está en el centro para la obra. Debido a que los apóstoles están allí, es posible que ellos estén dispuestos a dar un suministro especial, mensajes especiales, o un ministerio especial de la palabra. Puede haber tal cosa, debido a que los apóstoles están allí. Esto es algo que no tiene la iglesia local en general. Esta es la diferencia entre la iglesia local que está en el centro para la obra y la iglesia local en general.
LOS APÓSTOLES SON TAMBIÉN ANCIANOS
Creo que debemos reconocer que cuando los colaboradores se reunieron en Hankow, la luz acerca de Jerusalén aún no era suficiente. Por supuesto, aún hay muchas otras cosas que no hemos visto. Pero al menos ahora podemos decir que acerca de Jerusalén vemos la luz que no vimos en Hankow. Ahora podemos añadir a aquello. Vemos que la iglesia es local y que la obra es regional. Dios escoge una localidad para que sea el centro de la obra. La iglesia que está en esa localidad es ligeramente distinta de las iglesias en otros lugares, debido a que en esa localidad hay apóstoles que también son ancianos.
Esto es lo que queríamos presentar acerca del arreglo que se da en una iglesia local que está en el centro para la obra.