Watchman Nee Libro Book cap.7 La fe cristiana normal
LOS DOS HOMBRES CORPORATIVOS
CAPÍTULO SIETE
LOS DOS HOMBRES CORPORATIVOS
Hemos visto que nadie puede separar a Cristo de la verdad ni de las doctrinas. Tampoco puede El ser aislado de la fe cristiana. Entonces ¿cuál es la relación que Cristo tiene con los seres humanos?
TRES CONCEPTOS IMPORTANTES
Antes que veamos la relación que Cristo tiene con el hombre, tenemos que investigar un poco la ley de la herencia. Una vida que conlleva un rasgo o una característica particular en su naturaleza puede trasmitir la misma característica a la siguiente generación. Viéndolo de otra manera, podemos encontrar el temperamento e idiosincrasia del padre en un hijo. Mas lo que uno aprende no es hereditario. Por ejemplo, un herrero puede adquirir brazos fuertes y fornidos por su entrenamiento, pero los brazos de sus hijos quizás permanezcan pequeños y delgados. Lo que se adquiere después del nacimiento no puede ser trasmitido a la siguiente generación. Este es un hecho y un fenómeno reconocido por la ciencia biológica.
Hay un concepto muy importante en la Biblia conocido como la unidad de los hombres. Según la Biblia, aparte de nuestra existencia individual, el mundo entero, sin importar los millones de personas que haya, puede considerarse que se compone de dos hombres. Estos dos hombres son corporativos y abarcan millones de personas. La humanidad entera está incluida en estos dos hombres. Estos son dos personas jurídicas. Debido a esta estimación en la Biblia, el hombre Jesús pudo morir por todos nosotros y llevar todos nuestros pecados. Ahora todos nosotros podemos recibir vida por medio de El.
Un estudiante de biología puede decirnos que hay un concepto asombroso en biología que es bastante contrario al nuestro: la vida de un hijo es considerada más vieja que la del padre, y la vida del nieto es mucho más vieja que la del abuelo. Esto es perfectamente cierto. El hijo hereda la vida del padre y la continúa. Por consiguiente, la vida del hijo es más vieja que la del padre. Nuestra vida es naturalmente más vieja que la de Adán, porque la de él terminó a la edad de un poco más de novecientos años. Mas usted y yo aún estamos viviendo y seguiremos viviendo.
Estos tres conceptos importantes los tenemos que considerar cuando miramos a la relación entre Cristo y el hombre: la heredad de la vida humana, la unidad de los hombres y la continuación de la vida humana.
UN HOMBRE CORPORATIVO INMENSO
El hombre no es sólo un individuo que existe por sí mismo y es responsable solamente de su propia conducta y comportamiento. El también pertenece a un hombre corporativo. Cada persona es parte de una vida inmensa. El es una continuación, y está continuando esta vida inmensa. El primer hombre en este hombre corporativo tenía una vida que abrazaba a todas las otras vidas humanas; su conducta llegó a ser la conducta de toda la progenitura, y sus rasgos son trasmitidos a todas las generaciones sucesivas; todas ellas llevan las mismas características que él.
Este es un tema vasto para cubrirse. Pero tenemos que entender estos conceptos antes de poder ver la salvación de Dios y la relación que Cristo tiene con el hombre.
MELQUISEDEC Y ABRAHAM
Ahora podemos volvernos al capítulo siete del libro de Hebreos. Leamos primero los versículos del 1 al 10: “Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios altísimo, que salió al encuentro de Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo repartió Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente rey de justicia, y también rey de Salem, esto es, rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos de lo mejor del botín. Y los que de entre los hijos de Leví, quienes reciben el servicio sacerdotal, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos hayan salido de los lomos de Abraham. Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. Y aquí reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. Y por decirlo así, por medio de Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro”.
En este pasaje, el escritor del libro les dijo a los hebreos que el sacerdocio del que ellos dependían venía del linaje de Leví. El Cristo en el que creemos, sin embargo, no venía de los levitas. Más bien, El es del linaje de Melquisedec (quien también era un sacerdote).
MELQUISEDEC ES MAYOR QUE LEVI
¿Quién es mayor, Leví o Melquisedec? La respuesta es, por supuesto, Melquisedec. Pero, ¿por qué? Aquí el escritor introdujo a Abraham. Abraham ofreció a Melquisedec como un don del diezmo de lo que adquirió. Melquisedec no sólo lo aceptó, sino que también bendijo a Abraham. Por lo tanto, sin lugar a dudas, Melquisedec es mayor que Abraham.
Pero, ¿qué tiene que ver con Leví? El eslabón está en el hecho de que Leví “aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro”. Aunque Leví nació más de cien años después, según el principio de la unidad, Leví ofreció el diez por ciento a Melquisedec cuando estaba en los lomos de Abraham. En ese mismo día, él fue bendecido por Melquisedec cuando estaba dentro de Abraham. Por esta razón Melquisedec es mayor que Leví.
Nuestra fe tiene un concepto central: lo que un hombre hace o cómo se comporta afecta a sus generaciones futuras. Si nuestros antepasados han hecho esto o aquello, nosotros también. No importa si ya habíamos nacido o no, porque hicimos lo mismo mientras que estábamos dentro de ellos.
EL PRINCIPIO DE LA CAÍDA Y LA SALVACIÓN DEL HOMBRE
Aquí es donde empezó la caída del hombre. También es donde empieza la salvación del hombre. Cristo reconoce la naturaleza de la unidad de la vida humana. Cuando el primer hombre pecó, todos los que vinieron después de él pecaron también. Por lo tanto, si otro hombre puede ser establecido como la fuente de vida y como la cabeza de una nueva raza, quienes le sucedan podrán tener parte en todo lo que él es y todo lo que ha hecho en él.
PECÓ EN ADÁN
¿Cuál es el punto de vista que tiene la Biblia de la caída del hombre? Nos muestra que debido a la unidad de los hombres, cuando el primer hombre Adán pecó, todos pecaron en él, aunque ninguno había nacido todavía.
La manera en que lo vemos es si nosotros como individuos hemos pecado o no. Esta no es la manera de Dios. Aun si yo no hubiera pecado desde el día que nací, Dios me preguntaría de quién vine. Si vine de Adán, entonces yo estaba allí y participé cuando Adán pecó en el jardín del Edén, aun si no he pecado desde el día que nací. De acuerdo a la ley biológica, recibí mi vida de Adán. La última vida es igual que la primera. De acuerdo a Dios, desde Adán todos son pecadores. Adán pecó; así que cada persona llegó a ser un pecador en Adán.
Supongamos que un hombre nunca ha pecado (por supuesto, jamás ha existido tal persona). Dios le reconocería como pecador porque su vida es una vida que peca; es descendiente de una vida pecaminosa. Aunque no sintamos que tenemos la misma experiencia que Adán, el hecho es que su vida está en el hombre. Hasta hoy llevamos esta vida con nosotros.
OTRO HOMBRE
La Biblia también nos muestra otro hombre, Cristo. Dios considera a Cristo de la misma manera que considera a Adán. Dios considera a Adán y a cada uno desde él como un solo hombre. De la misma manera, Dios considera a Cristo como la Cabeza e incluye a cada uno que proviene de El como un hombre. La vida que recibimos de Adán es una vida de pecado. Si procedemos de Cristo y recibimos Su vida, podemos ser libres de pecado de la misma manera que lo fue Jesús.
Por ahora no consideraremos cómo recibir esta vida que proviene de El. Lo explicaremos después. Queremos ver cómo la vida que proviene de Cristo es la misma vida de Jesús. Es una vida sin pecado, una vida que es agradable a Dios, llena del Espíritu Santo, y absolutamente santa y justa. Cuando recibimos esa vida, seremos igual a Cristo y tendremos las mismas experiencias que El tuvo.
NO HAY TERCER HOMBRE
Por lo tanto, hay solamente dos hombres en toda la humanidad. Estamos en Adán o en Cristo. Si no estamos asociados con Adán, estamos asociados con Cristo. No se puede encontrar un tercer hombre. Una vez alguien me preguntó: “¿Cuántas personas están en el infierno?”. Le contesté que hay sólo una, y que también había sólo una en el cielo. El hombre en Cristo está en un lugar, y el hombre en Adán está en otro. Esto es extremadamente simple.
DOS ADANES, DOS HOMBRES
Puesto que la Biblia considera a toda a la humanidad como a dos hombres, no nos sorprende lo que leemos en 1 Corintios 15:45 y 47: “Así también está escrito: ‘Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente’; el postrer Adán, espíritu vivificante … El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo Hombre es del cielo”.
La Biblia identifica al primer hombre como Adán. También identifica a Cristo como otro Adán, el postrer Adán. Esto significa que no habrá un tercer Adán. Hay sólo dos Adanes. ¿Cómo lo considera la Biblia? Considera a Adán como el primer hombre y a Cristo como el segundo. Desde Adán hasta Cristo millones de hombres nacieron. Mas la Biblia no los considera como individuos. Adán fue el primero. Cristo es el segundo.
Por lo tanto, todos los que salieron de Adán están incluidos en él. Estos están asociados con el pecado; todos son pecaminosos, y todos son terrenales. De la misma manera, los que reciben la vida del postrer Adán están incluidos en Cristo y tienen todas las experiencias de Jesús. El pecado no tiene poder sobre ellos. Estos son del cielo.
DE NUEVO ESTA RELACIONADO CON CRISTO
De nuevo vemos que cada doctrina que tenemos está relacionada con Cristo. Cada experiencia con la que se encuentre un cristiano está atada a Cristo. Todo lo que la Biblia pide de nosotros es que creamos en El, le escuchemos, le obedezcamos y le sigamos. La solución a todos los problemas descansa en El y se encuentra en El. Todo lo que tenemos que hacer es tener a Cristo Jesús como nuestra vida. Sus experiencias llegarán a ser nuestras experiencias. El es el centro de nuestra fe. Mientras estamos unidos a El, todo estará arreglado.
Adán es un hombre corporativo e incluye a usted y a mí y a todos los que están dentro de él. Sus experiencias en el jardín del Edén han llegado a ser las nuestras. Su fin ha llegado a ser nuestro destino. De la misma manera Cristo es un hombre corporativo. Todos los que están en Cristo tienen la misma relación con El como anteriormente la tenían con Adán. Cada experiencia de Cristo llega a ser la experiencia de aquellos que están en El. La humanidad entera está atada a estos dos hombres e íntimamente relacionada con ellos.
LA RELACIÓN QUE LOS DOS HOMBRES TIENEN CON LA HUMANIDAD
Ahora queremos examinar la relación crucial que los dos hombres tienen con toda la humanidad. Romanos 5:12 dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y por medio del pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. El versículo 14 dice: “No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es tipo del que había de venir”.
Desde Adán hasta Moisés, hubo aproximadamente dos mil quinientos años. Muchas personas nacieron, e innumerables clases de pecados se cometieron durante este período. No obstante, según la estimación de Dios, el pecado entró a la raza humana por un solo hombre, Adán, quien era la prefigura de Aquel que había de venir. El era una miniatura del Cristo venidero. Si usted ve a Adán, sabrá cómo es Cristo.
POR UN HOMBRE
El versículo siguiente, Romanos 5:15, dice: “Pero no es el don de gracia como fue el delito; porque si por el delito de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia de Dios y el gratuito don en gracia de un solo hombre Jesucristo”. Si por el pecado de Adán todos llegaron a estar muertos, entonces cuando Jesucristo fue hecho justicia, ¡la gracia abundó mucho más para todos! La muerte es por un hombre. Así también es la gracia.
Romanos 5:16 al 18 dice repetidas veces por éste y éste, y por éste otro y otro. El versículo 19 dice: “Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, los muchos serán constituidos justos”.
CONSTITUIDOS PECADORES O JUSTOS
La Biblia constantemente nos muestra que el pecado no es cometido por nosotros solos. Más bien, somos pecadores en Adán. De la misma manera la justicia no es producida por nosotros. Más bien, somos justos en Cristo. Debido a la desobediencia de un hombre, Adán, el pecado entro en él, y todos los hombres fueron constituidos pecadores. De la misma manera, por el hecho justo de un hombre, Jesucristo, que no solamente fue sin pecado sino que fue tan obediente que murió en la cruz, todos aquellos que están en El reciben vida y son constituidos justos.
LAS DOS FUENTES PRINCIPALES DE LA HUMANIDAD
Estas son dos fuentes principales, dos manantiales, y dos corrientes de humanidad. Cada uno viene de esas dos fuentes. Si usted no está en el fluir de una vida, está en el fluir de la otra vida. No hay curso intermedio.
Aquellos que creen en Cristo están en El. Pablo dijo que él estaba en Cristo. Se dirigía a otros cristianos de la misma manera. Además, aquellos que están en Cristo no son individuos; tienen a Cristo como su vida, y forman el Cuerpo de Cristo con todos aquellos que tienen la misma vida. Cristo es la Cabeza. En El todos estamos relacionados. Ninguno está aislado.
LA IGLESIA, NO EL CRISTIANISMO
Ahora tenemos que mencionar la palabra iglesia. La Biblia nunca usa el término cristianismo. Algunas veces somos forzados a usarlo para facilitar el entendimiento. Pero por mucho tiempo ha sido mal interpretado y ha perdido su significado original.
La Biblia llama al gran hombre corporativo que está en Cristo la iglesia. La palabra iglesia en el idioma original significa un grupo de personas llamadas por Dios para que salgan de Adán y vengan a Cristo. Este grupo de personas estuvo alguna vez en Adán. Estas contestaron al llamado de Dios y salieron de Adán. Ahora ya no están en la esfera de Adán. Ellos recibieron vida en Cristo y están unidos con Cristo para ser la iglesia.
LOS PÁMPANOS Y LA VID
Cuando Cristo estaba por partir del mundo, habló de la relación que tuvo con Sus discípulos. El dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos” (Jn. 15:5). “Permaneced en Mí, y Yo en vosotros” (v. 4). El les dijo que los pámpanos que permanecieran en El llevarían mucho fruto. Los cristianos no son individuos. Son parte de una vid, Cristo. Los pámpanos y la vid están unidos. La vid suple la savia a los pámpanos, y los pámpanos absorben la vida de la vid.
Ya que nosotros los cristianos estamos completamente identificados con Cristo, la obediencia de Cristo llega a ser nuestra obediencia, la muerte de Cristo llega a ser nuestra muerte, el vivir de Cristo llega a ser nuestro vivir y la gloria de Cristo llega a ser nuestra gloria. Todo lo de Cristo llega a ser nuestro. Esto es la intimidad de la relación entre Cristo y nosotros los cristianos.
Un cristiano es aquel que ha recibido la vida de Cristo y que está en Cristo. Si queremos encontrar a un cristiano fuera de Cristo, tal persona no existe. Pablo dijo que él era una persona en Cristo. El no dijo que estaba en Cristo como una persona. Cuando estamos en Cristo, ya no somos más personas individuales.