Watchman Nee Libro Book cap.5 Libro de lecciones nivel 5: La iglesia

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LA POSICIÓN DE LA IGLESIA: LA OBRA MAESTRA DE DIOS, EL NUEVO HOMBRE Y EL COMPLEMENTO

Lección cinco

LA POSICIÓN DE LA IGLESIA (3)

LA OBRA MAESTRA DE DIOS, EL NUEVO HOMBRE Y EL COMPLEMENTO DE CRISTO

Lectura bíblica

Ef. 2:10, 15; 4:22-24; Col. 3:10-11; Gn. 1:26-27; Ef. 6:12; 5:22-33; Gn. 2:21-24; Jn. 3:29-30; 2 Co. 11:2; Ap. 19:7-8; 21:2, 7-9, 17

Bosquejo

  1. La obra maestra de Dios.
  2. El nuevo hombre:
    1. Creado por Cristo en la cruz.
    2. Posee la imagen de Dios y le expresa.
    3. Lucha como un guerrero.
  3. El complemento de Cristo:
    1. La iglesia es la novia, la esposa de Cristo, quien es el Novio, el Esposo.
    2. La iglesia se casará con Cristo a Su regreso.
    3. Tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén por la eternidad.
    4. Una pareja por la eternidad.

Texto

I. LA OBRA MAESTRA DE DIOS

[Efesios 2:10 dice: “Porque somos Su obra maestra”. La palabra griega que se tradujo “obra maestra” es póiema y bien podría traducirse “poema”; comunica la idea de una obra de arte que expresa a su creador o autor. ¡La iglesia es un poema! En el universo entero, la iglesia se destaca por ser la expresión de la sabiduría de Dios; su diseño es perfecto, no puede mejorarse. Es semejante a una pieza musical agradable o a un poema bello. ¡Qué exhibición más inigualable de la sabiduría divina! ¡Nadie podría jamás mejorar esta suprema obra de Dios!

En la etapa en que se diseña un edificio, siempre pueden hacerse cambios y mejoras. Un arquitecto a menudo modifica su diseño a medida que se da cuenta de las fallas que existen. Pero lo que Dios diseña no da lugar a mejoras. El hombre ni siquiera puede imitarlo o copiarlo, y cualquier ajuste que él haga sería para empeorarlo. Piense en la manera en que fue diseñado el cuerpo humano. Tan sólo observe los rasgos faciales, ¡qué obra de arte tan maravillosa! El lugar donde están los ojos, los oídos, la nariz y los labios, da una bella apariencia. Nuestro cuerpo es digno de admiración, con sus dos hombros, sus dos hermosas manos, y todo lo demás. Pero, ¡la iglesia es un diseño muchísimo más grandioso que el cuerpo humano! La iglesia es un poema que proclama y exhibe la sabiduría y el diseño concebido por Dios.]

[Nuestro Dios ha hecho muchas cosas, pero ninguna es tan preciosa, amada, valiosa y deseable como la iglesia. La iglesia es la obra maestra de Dios. Los escritores, compositores y artistas siempre están intentando crear una obra sobresaliente, una obra maestra. Ciertamente Dios creó los cielos y la tierra, pero ninguno de los dos son la obra maestra de Dios. Asimismo, Dios creó al hombre, pero ni siquiera el hombre es la obra maestra de Dios. De todas las obras que Dios ha creado en el universo, sólo una es Su obra maestra: la iglesia. La iglesia, la obra maestra de Dios, es el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. ¿Qué otra obra puede ser mayor que ésta? Además, la iglesia como obra maestra de Dios es el nuevo hombre corporativo y universal (2:15). Debido a que nosotros sólo vemos las imperfecciones de la vida de iglesia, que se asemeja a una “cocina desordenada”, no alcanzamos a darnos cuenta de que la iglesia es tal obra maestra.]

II. EL NUEVO HOMBRE

[La iglesia también es el nuevo hombre (Ef. 2:15; 4:24; Col. 3:10). En cierto sentido, todo el linaje humano es un solo hombre corporativo. Todos los diferentes pueblos de la tierra forman parte de este hombre, al cual la Escritura llama el viejo hombre o Adán. En un principio, Dios no creó dos hombres, sino sólo a Adán. Este hombre incluía a toda la humanidad. En Génesis 1:26-27 fue creado todo el linaje humano. ¡Pero en la cruz, por medio de Cristo y en El, Dios creó otro hombre: el nuevo hombre! Este hombre es también un hombre corporativo; y nosotros estamos incluidos en él. Adán era el viejo hombre, y Cristo junto con Su iglesia es el nuevo hombre. Este nuevo hombre no es únicamente Cristo, sino también la iglesia. Cristo es la Cabeza de este hombre universal, y la iglesia es Su Cuerpo.

Así como la función del cuerpo es expresar a la cabeza, la iglesia como Cuerpo de Cristo es la expresión de Cristo. Y así como el hombre fue creado para expresar a Dios, la iglesia como nuevo hombre es la expresión de Dios. La iglesia es un hombre corporativo, y a la vez, es un solo hombre. Hay muchas iglesias locales por toda] la tierra, [pero todas ellas en conjunto conforman un solo hombre. Este hombre universal expresa a Dios en toda la tierra. Como Cuerpo, la iglesia expresa a Cristo, y como nuevo hombre, la iglesia expresa a Dios.]

[Efesios 2:15 afirma que Cristo, mediante la cruz, abolió “en Su carne la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en Sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre”. Luego, en Efesios 4:22-24 se nos dice que nos despojemos del viejo hombre y nos vistamos del nuevo. Este nuevo hombre es el Cuerpo de Cristo. Vestirse del nuevo hombre significa llevar una vida que esté regida por el Cuerpo. Antes de ser salvos, vivíamos en el viejo hombre, en la vieja sociedad, pero ahora somos miembros de Cristo y vivimos en Su Cuerpo. Debemos, por tanto, despojarnos del viejo hombre con su vieja vida social y vestirnos del nuevo hombre, que es la iglesia.]

Como personas que están en la iglesia, dejamos el viejo hombre atrás al ser bautizados en el nuevo hombre; sin embargo, es posible que todavía sigamos pensando, actuando, hablando y pareciéndonos a la gente de la sociedad vieja y natural. Puesto que dejamos el viejo hombre atrás mediante el bautismo, debemos andar en novedad de vida (Ro. 6:3-4). Debemos invertir más tiempo orando, leyendo la palabra, predicando el evangelio y asistiendo a las reuniones, para ser transformados por medio de la renovación de nuestra mente y llevar una vida práctica de iglesia. Si continuamos en nuestra vieja manera de vivir, no podremos ser renovados y tendremos poca participación en la vida de iglesia que se conforma al nuevo hombre.

[En el nuevo hombre no hay nada natural, nada judío, nada griego, ni clases sociales; antes bien, todos están llenos de Cristo, y Cristo es el todo y está en todos (Col. 3:10-11). En el nuevo hombre no hay nada más que Cristo. Nuestra vida es Cristo, nuestro vivir es Cristo, nuestra intención es Cristo, nuestra ambición es Cristo, nuestra voluntad es Cristo, nuestro amor es Cristo, y todo lo demás relacionado con nosotros, es Cristo. El es quien satura todo nuestro ser.]

A. Creado por Cristo en la cruz

[Efesios 2:15 revela que la iglesia como nuevo hombre fue creada por Cristo. Cristo creó un solo y nuevo hombre al forjar la naturaleza divina en la humana. Esto fue algo nuevo. En la vieja creación, Dios no forjó Su naturaleza en ninguna de Sus criaturas, ni siquiera en el hombre. Sin embargo, en la creación del nuevo hombre, la naturaleza divina fue forjada en el hombre, lo cual hizo que ésta llegara a formar una sola entidad con la naturaleza humana.

Al igual que la vieja creación, la nueva creación no es una entidad individual, sino una entidad corporativa. En la vieja creación Dios no creó a millones de hombres; al contrario, El creó a un solo hombre, Adán, en quien se incluyen todos los hombres. En la nueva creación de Dios vemos el mismo principio. En esta nueva creación todos los creyentes somos parte del nuevo hombre, la iglesia, la cual se compone de los muchos hijos de Dios.

Existe una diferencia fundamental entre la nueva y la vieja creación. La vida y la naturaleza de Dios no fueron forjadas en la vieja creación, mientras que la nueva creación sí posee la vida y naturaleza divinas. Aunque la vieja creación llegó a existir por obra del Dios todopoderoso, El mismo no habita en ella. Por lo tanto, la primera creación carece del contenido divino. Y puesto que la naturaleza divina no reside en la vieja creación, ésta se hizo vieja. Adán no tenía la vida ni la naturaleza de Dios. Nosotros, sin embargo, podemos recibir la vida y naturaleza divinas creyendo en el Señor Jesucristo y siendo regenerados por el Espíritu. En el momento en que creímos en Cristo, nos fueron impartidas la vida y naturaleza de Dios, y esto nos hizo una nueva creación.

En 2 Corintios 5:17 dice así: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva creación es; las cosas viejas pasaron; he aquí son hechas nuevas”. Todo aquel que está en Cristo es una nueva creación; las cosas viejas de la carne pasaron debido a la muerte de Cristo, y todo fue hecho nuevo en Su resurrección. Estar en Cristo es ser uno con El en vida y en naturaleza. Esto es realizado por Dios mediante nuestra fe en Cristo (1 Co. 1:30; Gá. 3:26-28).

La expresión “he aquí son hechas nuevas” invita a que otros contemplen el cambio maravilloso de la nueva creación. Las cosas que son hechas nuevas se refieren a las cosas viejas, es decir, a la vieja creación. La vieja creación no tiene ni la naturaleza ni la vida divinas; sin embargo, la nueva creación —la cual está compuesta de los creyentes, quienes han nacido de nuevo, de Dios—, sí posee la vida y naturaleza divinas (Jn. 1:13; 3:15; 2 P. 1:4). Por lo tanto, los creyentes son una nueva creación, no conforme a la vieja naturaleza de la carne, sino según la nueva naturaleza de la vida divina.

La nueva creación es en realidad la vieja creación que ha sido transformada por la vida divina, por el Dios Triuno procesado. La vieja creación era vieja porque Dios no era parte de ella; y la nueva creación es nueva porque Dios está en ella. Los que hemos sido regenerados por el Espíritu de Dios, aunque seguimos siendo la creación de Dios, somos ahora Su nueva creación. Sin embargo, esto es una realidad sólo cuando vivimos y andamos por el Espíritu. Mientras vivamos y andemos conforme a la carne, estaremos en la vieja creación, y no en la nueva. En nuestra vida diaria, todo lo que no contenga a Dios pertenece a la vieja creación, pero lo que sí contiene a Dios es parte de la nueva creación.

Si hemos de estar en la nueva creación, debemos entrar en una unión orgánica con el Dios Triuno. Fuera de esta unión, permanecemos en la vieja creación. Pero ahora, por medio de la unión orgánica que tenemos con el Dios Triuno, estamos en la nueva creación. Los que creemos en Cristo somos la nueva creación mediante nuestra unión orgánica con el Dios Triuno.

En Adán, nacimos en la vieja creación, pero en Cristo fuimos regenerados para formar parte de la nueva creación. Así que, en la nueva creación, no somos solamente la asamblea de Dios, la casa de Dios y el reino de Dios, ni tampoco somos sólo el Cuerpo de Cristo y Su complemento, sino que además somos el nuevo hombre. La intención de Dios es obtener un hombre corporativo y universal. Dios quiere obtener tal hombre a fin de cumplir Su propósito eterno. Por un lado, fuimos creados en la vieja creación de Dios y vinimos a ser el viejo hombre; pero por otro lado, hemos sido creados de nuevo en la nueva creación de Dios y hemos llegado a ser el nuevo hombre.]

[El nuevo hombre fue creado por Cristo en Sí mismo de una manera particular. Esta manera particular fue la muerte de Cristo, ya que fue en la cruz que El creó el nuevo hombre. Mientras moría en la cruz, El estaba activo creando el nuevo hombre. En Su muerte, El hizo de distintos pueblos, un solo y nuevo hombre. Por lo tanto, Su muerte fue la herramienta con la que produjo la nueva creación.]

B. Posee la imagen de Dios y le expresa

[La creación del hombre descrita en Génesis 1 es un cuadro del nuevo hombre como parte de la nueva creación de Dios. Esto significa que la vieja creación es sólo una figura o tipo de la nueva creación. En la vieja creación de Dios, el hombre es la figura central. Lo mismo sucede en la nueva creación de Dios. Por tanto, en ambas creaciones vemos que el hombre es el centro.

Dios creó al hombre a Su propia imagen (Gn. 1:26) y luego le dio Su autoridad. La imagen cumple el propósito de expresar. Dios desea que el hombre sea Su expresión. Sin embargo, la autoridad no es una cuestión de expresar, sino de representar. Dios desea que el hombre le represente en Su autoridad por causa de Su dominio. En la vieja creación, Dios le dio al hombre Su imagen para que lo expresara, y le dio Su autoridad para que lo representara.

La imagen tiene que ver con el aspecto positivo de la intención de Dios, y la autoridad, con el aspecto negativo. En cuanto al aspecto positivo, Dios desea que el hombre le exprese, mientras que respecto al aspecto negativo, El desea que el hombre elimine a Su enemigo, a Satanás, el diablo. En el universo Dios tiene un problema que resolver, a saber, acabar con Su enemigo. Ya que el enemigo de Dios, el diablo, es una criatura, Dios no lo eliminará directamente, sino que lo hará por medio del hombre, quien también es una criatura de Su creación. Dios elimina a Su enemigo por medio del hombre. Por lo tanto, hay dos propósitos relacionados con la creación del hombre: el aspecto positivo consiste en que el hombre tenga la imagen de Dios para que le exprese, y el aspecto negativo consiste en que el hombre ejerza Su autoridad, para que le represente y acabe con Su enemigo.]

C. Lucha como un guerrero

[El nuevo hombre tiene la obligación de luchar contra el enemigo de Dios. Por lo tanto, la iglesia como nuevo hombre es un guerrero que lucha contra el enemigo de Dios, ya que el nuevo hombre es ahora el que cumple el propósito de Dios al expresarle y combatir a Su enemigo, por causa del gobierno de Dios, del reino de Dios.

Pablo dice en Efesios 6:12: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores del mundo de estas tinieblas, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. La expresión “sangre y carne” se refiere a los hombres. Detrás del hombre de sangre y carne están los poderes malignos del diablo, los cuales se oponen al propósito de Dios. Así que, nuestra lucha, nuestra batalla, no debe ser contra el hombre, sino contra las huestes espirituales de maldad, que están en las regiones celestes. Los principados, las potestades y los gobernadores del mundo de estas tinieblas son los ángeles rebeldes que siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios, y que ahora reinan en las regiones celestes sobre las naciones del mundo. La expresión “estas tinieblas” se refiere al mundo de hoy, el cual se halla completamente bajo el gobierno de tinieblas del diablo, quien rige a través de sus ángeles malignos. “Los gobernadores del mundo de estas tinieblas” son los príncipes que Satanás ha establecido para gobernar sobre las diferentes naciones. Por causa de la obra de Satanás, quien es la autoridad de las tinieblas, la tierra y su atmósfera han venido a ser “estas tinieblas”. “Las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” se refieren a Satanás y a sus fuerzas espirituales de maldad que operan en el aire. La lucha entre la iglesia y Satanás es una batalla que se libra entre los que amamos al Señor y estamos en Su iglesia, y los poderes malignos que están en los lugares celestiales. Por consiguiente, debemos luchar contra estas huestes espirituales.]

III. EL COMPLEMENTO DE CRISTO

[Pablo, en la exhortación que hace en Efesios 5:22-33, presenta a la iglesia como el complemento de Cristo. Esto revela que la iglesia realmente forma parte de Cristo, ya que la iglesia proviene de Cristo y es para El, al igual que Eva provino de Adán y era para él (Gn. 2:21-23).

La primera pareja mencionada en la Biblia, Adán y Eva, es un cuadro de Cristo y la iglesia. En la creación, Dios no creó a un hombre y una mujer al mismo tiempo. Más bien, primero creó al hombre, y luego, a partir del hombre, creó una ayuda idónea para él (Gn. 2:18). Cuando le fueron presentadas a Adán las aves, las bestias y el ganado, él les puso nombre a cada uno de ellos, mas “no se halló ayuda idónea para él” (Gn. 2:20). Adán deseaba tener un complemento, alguien que fuera compatible con él, pero no lo pudo encontrar entre las aves, las bestias y el ganado. Así que Dios, a fin de producir este complemento, hizo caer un sueño profundo sobre Adán (Gn. 2:21), y tomando una costilla de él, hizo una mujer con dicha costilla (Gn. 2:22). El nombre de la mujer era Eva. Eva era igual que Adán en vida, en naturaleza y en forma; por lo tanto, ella sí podía ser el complemento de Adán. Cuando Dios trajo Eva a Adán, él exclamó: “Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gn. 2:23). Por fin, Adán había encontrado alguien que podía ser su complemento.

Génesis 2:24 indica que el hombre llega a ser una sola carne con su esposa. El esposo y la esposa son las dos mitades de una persona completa. Este es un cuadro maravilloso de Cristo y la iglesia. Eva tenía la misma vida y naturaleza que Adán, lo cual implica que la iglesia tiene la misma vida y naturaleza que Cristo. Además, Eva tenía prácticamente la misma imagen y casi la misma estatura de Adán, lo cual indica que la iglesia tiene la misma imagen y la misma estatura de Cristo.

La iglesia como complemento de Cristo denota satisfacción y descanso en amor. Todo esposo necesita satisfacción y descanso, los cuales se hallan en el amor. Los esposos pueden testificar que la satisfacción y descanso sólo se pueden encontrar en sus esposas. Si decimos que somos la iglesia, entonces tenemos que preguntarnos si Cristo encuentra en nosotros Su descanso. Esto es algo muy serio. Un grupo de cristianos no debe precipitarse en decir que son la iglesia. Ser la iglesia implica darle a Cristo la debida satisfacción y descanso en amor. Cristo necesita tal complemento. La iglesia no es meramente la asamblea de los que han sido llamados por Dios; como complemento de Cristo, la iglesia es Su satisfacción y descanso en amor.]

A. La iglesia es la novia, la esposa de Cristo, quien es el Novio, el Esposo

[La iglesia es la novia, la esposa, de Cristo, quien es el Novio, el Esposo. Las palabras de Juan el Bautista en Juan 3:29 indican que Cristo es el Novio: “El que tiene la novia, es el novio”. El novio, quien viene por la novia, es la persona más agradable. La iglesia debe ser la novia corporativa que se prepara para recibir a Cristo. El debe ser para nosotros nuestra mayor atracción, placer y satisfacción. Ya que somos el complemento de Cristo, debemos disfrutarle como tal Novio agradable.

En 2 Corintios 11:2 Pablo se refiere a Cristo como el Esposo: “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo”. Aquí vemos que Cristo es el Esposo de los creyentes, el Esposo único, a quien debemos amar. Debemos pertenecerle sólo a El, y debemos apreciarlo y amarlo. Cristo, nuestro Esposo, nos ha atraído, y hemos sido presentados como una virgen pura a El. Ahora debemos preocuparnos únicamente por El, y no permitir que ninguna otra cosa lo reemplace en nuestro corazón. Nuestro amor por El debe ser puro, y todo nuestro ser debe centrarse en El.

Tal como Eva era el aumento de Adán, así también la iglesia es el aumento de Cristo, ya que ella es la novia, la esposa de Cristo, quien es el Novio, el Esposo. Después de que Juan el Bautista se refirió a Cristo como el Novio, añadió: “Es necesario que El crezca, pero que yo mengüe” (Jn. 3:30). El crecimiento mencionado en el versículo 30 se refiere a la novia, mencionada en el versículo 29. El hecho de que diga que es necesario que El crezca, significa que el Señor debe obtener la novia. Todos los que le siguen, deben ir en pos de El. Todos los creyentes deben seguirle, a fin de ser Su novia, Su aumento.]

B. La iglesia se casará con Cristo a Su regreso

[En Apocalipsis 19:7-8 vemos que Cristo y Su complemento, Su novia, se casarán cuando El regrese. El versículo 7 dice: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y Su esposa se ha preparado”. Las bodas del Cordero serán el resultado del cumplimiento de la economía neotestamentaria de Dios. La economía neotestamentaria tiene como finalidad obtener para Cristo una novia, la iglesia, por medio de Su redención y Su vida divina. Esta meta se logrará al final de esta era, mediante la obra continua del Espíritu Santo a través de todos los siglos. Entonces, la novia estará preparada.

En Apocalipsis 19:7 la expresión “Su esposa” se refiere a la iglesia (Ef. 5:24-25, 31-32), la novia de Cristo. Sin embargo, según Apocalipsis 19:8-9, la esposa, la novia de Cristo, estará compuesta solamente por los creyentes vencedores durante el milenio, mientras que en Apocalipsis 21:2, después del milenio y por la eternidad, la novia, la esposa, estará compuesta por todos los santos que han sido salvos.

Cristo como Cordero requiere de una boda. El Evangelio de Juan revela que Cristo es el Cordero que vino a quitar el pecado (1:29), y también es el Novio que vino a obtener la novia. La meta de Cristo no es simplemente eliminar el pecado, sino también obtener la novia. En el libro de Apocalipsis vemos que Cristo es el Cordero y el Novio que viene. Como el Novio, El tendrá una boda.

Debemos resaltar que Cristo y Su novia se casarán, para que veamos que nuestra posición es la de la novia, y que la posición del Cristo que viene, es la del Novio. Nosotros estamos en la tierra, preparándonos para ser Su novia y así reunirnos con El; y El está en el trono, en el tercer cielo, preparándose para ser el Novio que sale a nuestro encuentro. Por lo tanto, vemos que El viene como el Novio, y nosotros vamos a El como la novia. Cuando El se reúna con nosotros a Su regreso, se efectuarán las bodas.

Apocalipsis 19:7b dice: “Su esposa se ha preparado”. El grado en que la novia esté preparada depende de la madurez en vida de los vencedores. Además, los vencedores no son individuos aislados, sino una novia corporativa. Para que esto se cumpla, se necesita la edificación. Los vencedores no solamente tienen que madurar en vida, sino también ser edificados juntamente como la novia.]

C. Tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén por la eternidad

[La iglesia como complemento de Cristo tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén, en el cielo nuevo y la tierra nueva por la eternidad. Apocalipsis 21:2 dice: “Y vi la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido”. La Nueva Jerusalén es una entidad viviente compuesta de todos los santos que han sido redimidos por Dios a lo largo de los siglos, y es la novia de Cristo, Su complemento. Como novia de Cristo, la Nueva Jerusalén procede de Cristo, y llega a ser Su complemento. Ella se ha preparado al participar de las riquezas de la vida y naturaleza de Cristo.

Apocalipsis 21:9b y 10 dicen: “Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios”. Una mujer es la novia principalmente el día de bodas, pero es la esposa por el resto de su vida. Asimismo, la Nueva Jerusalén será la novia durante el milenio, durante los mil años, los cuales serán como un día (2 P. 3:8), y finalmente será la esposa, en el cielo nuevo y la tierra nueva por la eternidad. La novia en el milenio incluirá sólo a los santos vencedores, mientras que la esposa en el cielo nuevo y la tierra nueva incluirá a todos los hijos de Dios, quienes fueron redimidos y regenerados (Ap. 21:7).]

D. Una pareja por la eternidad

[Apocalipsis 22:17a dice: “El Espíritu y la novia dicen: Ven”. Este versículo revela que Cristo y la iglesia, Su complemento, serán una pareja por la eternidad. El Espíritu, quien es la totalidad del Dios Triuno procesado, se hace uno con los creyentes que han alcanzado la plena madurez para ser la novia. Por lo tanto, el Espíritu es la máxima expresión del Dios Triuno procesado, y la novia es la máxima expresión del hombre tripartito transformado. Para el tiempo de Apocalipsis 22:17, el Dios Triuno procesado (el Espíritu) y el hombre tripartito transformado (la novia) serán uno, y hablarán como uno.]

[La Biblia comienza y termina con un matrimonio. La Biblia comienza en Génesis con el matrimonio de Adán y Eva, y termina en Apocalipsis con el matrimonio del Espíritu y la novia. El matrimonio al final de la Biblia se llevará a cabo entre el Dios Triuno procesado, consumado e impartido, quien será el Esposo, y Su pueblo regenerado y transformado, el cual será la novia. Por la eternidad, esta pareja universal será la manifestación máxima del Dios Triuno en toda Su gloria. Así pues, el hombre tripartito transformado se casará con el Dios Triuno procesado para siempre, para ser la plena expresión y satisfacción de Dios. Esta será la conclusión del Nuevo Testamento y también de toda la Biblia.

En la conclusión de la Biblia vemos a una pareja: el Espíritu, quien es la consumación del Dios Triuno procesado, y la novia, la cual es el agregado y la consumación del hombre tripartito redimido, regenerado, transformado y glorificado. Esta será una pareja eterna y universal que expresará al Dios Triuno por la eternidad.]

Preguntas

  1. ¿Qué implica el término “obra maestra” en relación con la iglesia?
  2. ¿Cuál es la diferencia entre el viejo hombre y el nuevo hombre?
  3. ¿De qué manera la muerte de Cristo en la cruz creó el nuevo hombre?
  4. Enumere todas las comparaciones posibles entre Eva como la novia de Adán, y la iglesia como la novia de Cristo.

Pasajes citados

  1. The Completing Ministry of Paul [El ministerio de Pablo: un ministerio que completó la revelación divina] (Lee/LSM), pág. 39.
  2. Life-study of Ephesians [Estudio-vida de Efesios] (Lee/LSM), pág. 186.
  3. The Completing Ministry of Paul [El ministerio de Pablo: un ministerio que completó la revelación divina] (Lee/LSM), pág. 37.
  4. La revelación básica contenida en las santas Escrituras (Lee/LSM), pág. 64.
  5. The Conclusion of the New Testament [La conclusión del Nuevo Testamento] (Lee/LSM), págs. 2303, 2301, 2302, 2321, 2275.

Referencias adicionales

  1. La revelación básica contenida en las santas Escrituras (Lee/LSM), págs. 65-66, 110-111, 120-121.
  2. El Cuerpo de Cristo (Lee/LSM), págs. 24, 27, 59.
  3. The Completing Ministry of Paul [El ministerio de Pablo: un ministerio que completó la revelación divina] (Lee/LSM), págs. 38-40, 46-47.
  4. The Conclusion of the New Testament [La conclusión del Nuevo Testamento] (Lee/LSM), págs. 2305-2306, 2308-2321, 2293, 2395-2396, 2399-2300.
  5. La iglesia gloriosa (Nee/LSM), págs. 48-75.
  6. Life-study of Ephesians [Estudio-vida de Efesios] (Lee/LSM), págs. 210-212, 223, 612, 624-625, 722, 798, 814, 816-817.
  7. La nueva manera de llevar a cabo el aumento y la extensión de la iglesia (Lee/LSM), págs. 43-46.
  8. Un solo y nuevo hombre (Lee/LSM), págs. 10, 19-20, 32-36, 39-42, 45-46, 48-49, 59-60, 61, 66-67.
  9. The Organic Building Up of the Church as the Body of Christ [La edificación orgánica de la iglesia como Cuerpo de Cristo] (Lee/LSM), págs. 32-33.
  10. The Vision of God’s Building [La visión del edificio de Dios] (Lee/LSM), págs. 163, 183, 195.