Watchman Nee Libro Book cap.4 Los asuntos de la iglesia
LOS MINISTROS DE LA PALABRA EN LA IGLESIA
CAPÍTULO CUATRO
LOS MINISTROS DE LA PALABRA
EN LA IGLESIA
Hoy queremos invertir cierto tiempo para considerar la situación de los ministros de la palabra en las iglesias locales.
NO HAY NECESIDAD DE MANTENER LA REUNIÓN DE PREDICACIÓN EL DÍA DEL SEÑOR
Según nuestra costumbre en el pasado, las iglesias en todas las localidades siempre han mantenido la reunión de predicación el día del Señor. En el pasado, en la reunión de los colaboradores en Hankow, vimos claramente que no hay necesidad de que una iglesia local mantenga la reunión de predicación el día del Señor, porque esta clase de reunión no es una reunión de la iglesia. Los mensajes impresos en La vida cristiana normal de la iglesia hablan de esto de una manera muy detallada. La reunión de oración es una reunión de la iglesia. La suministración de los ministros de la palabra en 1 Corintios 14 es una reunión de la iglesia. La reunión de la mesa del Señor es una reunión de la iglesia. Sin embargo, la reunión matinal de predicación del día del Señor es un producto del catolicismo y del protestantismo, y no es una reunión de la iglesia. Realmente es una reunión de la obra, más que una reunión de la iglesia.
La razón por la cual no pudimos abolirla
Por seguir lo que hacen las naciones
Aunque no hay necesidad de mantener la predicación del día del Señor en una iglesia local, ¿cuál ha sido nuestra experiencia en los diez años que han pasado desde que tuvimos las reuniones en Hankow? Todavía mantenemos la reunión de predicación el día del Señor siguiendo lo que hacen las naciones a nuestro alrededor. Parece que muchas localidades no pueden soportar la ausencia de la predicación los días del Señor. Ya que todas las naciones a nuestro alrededor tienen predicaciones el día del Señor, se nos ha hecho difícil abandonarla. Por lo tanto, hemos seguido lo que han hecho las naciones. Hemos visto en los diez años, de 1938 a 1948, que lo que vimos en Hankow era correcto, que la predicación los días del Señor no es una reunión de la iglesia local; no obstante, ¿por qué hasta el momento no podemos abandonarla? ¿Dónde está la dificultad?
Por no tener nada con que reemplazarla
Yo pienso que una razón de mucho peso es que si ustedes aboliesen la predicación del día del Señor, no tendrían nada con que reemplazarla. Las naciones practican esto, así que si los hermanos en nuestro medio no lo hacen, sería muy difícil mantener las reuniones en sus localidades. Parece que como todos los de las denominaciones siempre tienen un mensaje que escuchar, sentimos que para nosotros sería muy difícil si, al venir ellos el día del Señor a nuestro medio, no hubiera un mensaje que escuchar.
El resultado de no abolirla
Persiste la necesidad de edificar el sistema pastoral
Por lo tanto, en estos pocos años, ni una sola localidad ha llevado a cabo adecuadamente lo que vimos tan bien en Hankow. Al final, ni siquiera pudimos evitar el problema que teníamos antes de las reuniones en Hankow. Antes de las reuniones en Hankow, habíamos visto que estaba mal que un hermano que es un obrero permaneciese siempre en el mismo lugar. Los hermanos que son obreros deben estar esparcidos por muchas localidades. Pero hoy día parece que un obrero todavía necesita vivir en un lugar particular a fin de mantener la reunión de predicación el día del Señor. En tanto que necesitemos mantener la reunión de predicación el día del Señor, necesitaremos edificar el sistema pastoral. Si necesitamos mantener la reunión de predicación el día del Señor, entonces aún seguirá existiendo la necesidad de que un obrero viva en un lugar para hacer ese trabajo, ya que los hermanos locales no tienen manera alguna de mantener la reunión de predicación el día del Señor.
Espero, hermanos, que cuando ustedes tengan tiempo, lean de nuevo los mensajes dados en La vida cristiana normal de la iglesia. Las reuniones para la edificación, las reuniones de la mesa del Señor, las reuniones de oración, y las reuniones de la prédica del evangelio, son reuniones de la iglesia, pero el mantener la reunión de predicación el día del Señores la conducta de las naciones y no algo de la iglesia. Tenemos que admitir nuestro fracaso de los últimos diez años; no podemos ser orgullosos. El problema por no abolirla
El problema externo:
el deseo de escuchar mensajes
En los últimos diez años, ¿por qué no pusimos en práctica lo que habíamos visto? Hay razones para esto, una interna y otra externa. La razón externa es que todas las naciones tienen una reunión de predicación los días del Señor y si entre nosotros no las tenemos, tememos que muchos hermanos y hermanas, al no tener un mensaje que escuchar, se vayan a otros sitios a escuchar mensajes. Sin embargo, si éste es el caso, pueden darse cuenta cuán pocos son los sacerdotes entre nosotros. Muchos entre nosotros aún quieren ser los que son servidos y no tienen la capacidad de servir. Ser un sacerdote no es ser servido, sino servir. Ser uno que escucha mensajes es ser servido, no servir. Este es el problema externo.
El problema interno: el de tener un hábito
El problema interno es que si no hay una reunión de predicación en el día del Señor, muchos hermanos y hermanas, después de haber sido cristianos por diez o veinte años, sentirán que esto es algo absolutamente distinto de sus costumbres anteriores como cristianos, que ser un cristiano hoy en día es diferente de lo que fue en el pasado. Esto también es un problema.
La necesidad de ver con exactitud
Hoy quiero hablar con ustedes, hermanos y hermanas, y considerar lo que vamos a hacer en cuanto a este asunto. Las palabras que estoy hablando aquí solamente son sugerencias; no es mi predicación, porque aquí debemos ver con exactitud, antes de que podamos practicarlo.
Una iglesia local no tiene la capacidad de mantener la reunión de predicación del día del Señor
Hasta el día de hoy no he podido hallar ni una vez en la Biblia la reunión de predicación del día del Señor. Especialmente en una iglesia local se puede ver que no hay manera de mantener una reunión de éstas el día del Señor. Si una iglesia local quiere fortalecer tal reunión, entonces tiene que tener un obrero. Sea que lo llamen obrero o pastor, es lo mismo. Todavía hay alguien allí para mantener la reunión de predicación del día del Señor.
Abolir siempre la clase de aquellos que desean ser servidos
¿Cuál ha llegado a ser nuestra situación? Entre nosotros no creemos en el sistema sacerdotal. Todos somos sacerdotes. No creemos en el sistema sacerdotal disfrazado como sistema clerical, ni creemos en el sistema sacerdotal disfrazado como sistema pastoral, y tampoco creemos en el sistema sacerdotal disfrazado como sistema de obreros. Así que si no resolvemos este asunto aquí, esta vez que ustedes salgan a la obra, no se puede esperar que puedan trabajar bien. Deben aprender a levantar a todos los hermanos y hermanas a que sean sacerdotes. Cuando todos vengan a servir, los que están siendo servidos entre nosotros disminuirán. Tenemos que abolir la clase de aquellos que están siendo servidos. Si todavía existe la clase de los que están siendo servidos y todos esperan que otros sean los sacerdotes mientras que ellos mismos permanecen simplemente como el pueblo de Dios, nunca habrá manera de eliminar la reunión de predicación del día del Señor; nunca habrá manera de tener la representación del Cuerpo en esa localidad, debido a que en esa localidad habrá siempre los que son pasivos, que escuchan hablar a otros pero ellos mismos nunca hablan. Si la iglesia desea tener éxito como iglesia y tener éxito como Cuerpo de Cristo en una localidad, entonces todo el Cuerpo tiene que servir. El servicio de todo el Cuerpo es que todos, ya sean los de cinco talentos, los de dos talentos o los de un talento, se levanten para servir a Dios. Por favor, recuerden, éste es el requisito para que un grupo llegue a ser el Cuerpo de Cristo.
El camino de la iglesia
El trabajar reemplaza el escuchar mensajes
Yo creo que el camino que la iglesia ha de seguir es éste: salvar y ganar a una persona de afuera, y después de que sea salva, introducirla a la obra inmediatamente, para que así no desarrolle el hábito de escuchar mensajes el día del Señor. Necesitamos transformar esto en el hábito de trabajar el día del Señor. Yo creo que nuestro fracaso en estos diez años será completamente cambiado de ahora en adelante. En estos diez años hemos enseñado que es correcto que los santos tengan el hábito de escuchar mensajes el día del Señor; no lo hemos reemplazado con otra cosa. No sustituimos la predicación del día del Señor por el trabajo. Hoy hemos descubierto que trabajar los días del Señor es lo que se debe hacer y lo que es apropiado. Debido a que lo apropiado no está aquí, lo errado ha entrado.
Todo el Cuerpo es movilizado para predicar el evangelio
Si hoy en día las iglesias en cada localidad pueden hacer que todos los miembros de un talento se levanten, sean capaces de estar firmes y trabajar, es muy posible que podamos regresar a la condición de la iglesia primitiva. Los días del Señor por la mañana deben ser usados para predicar el evangelio. El día del Señor es el tiempo para que todos sean movilizados para salvar a la gente. Ustedes deben reunir a los nuevos creyentes y hacerles saber que cada día del Señor es el día en que todos estamos ocupados. Tenemos que predicar el evangelio cada día del Señor.
Sin duda, la iglesia en la tierra necesita ser alimentada. Yo creo en alimentar, y también creo que en China no hay nadie que crea en alimentar tanto como yo. Pero admito que la misión de la iglesia en la tierra no es alimentar sino predicar el evangelio. Por lo tanto, debemos usar cada día del Señor para predicar el evangelio, ya sea en la mañana o en la tarde, pero especialmente en la mañana porque ése es el tiempo en el que todos en todas partes “van a adorar”. Tendremos una reunión de predicación cada día del Señor por la mañana, pero será para el evangelio.
Todos los hermanos deben salir a conducir gente a la reunión. También podemos tener anuncios, pero no queremos enfatizar esto. También podemos tener otros métodos, pero nuestro énfasis es que uno invite a dos, y que otro invite a cuatro. Al trabajar de esta manera, verán inmediatamente que todos los hermanos estarán ocupados, porque todos los hermanos y hermanas estarán predicando el evangelio y salvando gente. No debe usted hacer esto solamente los días del Señor, sino que debe ir a buscar gente y hablarles en otras oportunidades y también debe traer a la gente a que escuchen el evangelio y buscar a los nuevos para que vengan y escuchen. Si usted trae mucha gente, debe hallar a otros para que le ayuden a cuidarlos. Esta clase de trabajo en el cuidado del evangelio es el trabajo básico de los hermanos y hermanas.
Si cada día del Señor conducimos a la gente a creer y ser salvos, no pasará mucho tiempo antes de que se quite de los hermanos el hábito de escuchar mensajes. Entonces, la verdadera naturaleza de la iglesia será manifestada. Hoy día, ¿quiénes son llamados miembros de la iglesia? Son aquellos quienes escuchan mensajes los días del Señor. Después de un período de tiempo, esta naturaleza de ellos será cambiada. Todo aquel que vaya a predicar el evangelio y a salvar a la gente será llamado miembro de la iglesia. El que salga activamente a salvar a la gente será llamado miembro de la iglesia, un cristiano. Ya no existirá más este hábito pasivo de escuchar mensajes.
Toda la iglesia es un cuerpo de sacerdotes
Ustedes deben ver lo que llamamos la iglesia. Esta vez yo creo que la luz es muy clara. La iglesia es todos aquellos que son sacerdotes. Esta clase de sacerdocio universal ya ha sido predicado por más de cien años. Desde 1828 hasta la fecha, un período de 120 años, los ojos de los siervos de Dios han sido abiertos para ver que el sacerdocio es universal. Sin embargo, hasta el presente el sacerdocio todavía no está muy difundido. La iglesia es el Cuerpo de Cristo. Este testimonio se ha ido recobrando durante más de cien años. Por supuesto, en los últimos diez o más años algunos han visto especialmente su peso espiritual. Sin embargo, en la iglesia es muy posible que el Cuerpo de Cristo sea solamente una doctrina. En realidad estamos lejos de introducir esto en la vida de la iglesia.
Todos los miembros en función
Por lo tanto, tienen ustedes que pedirle a Dios que les abra los ojos, que les muestre lo que es el Cuerpo. El Cuerpo es todos los miembros en función. En el Cuerpo no hay ningún miembro que no funcione; de la misma manera, no hay ninguna persona que pertenezca al Señor que no sea un sacerdote que sirve al Señor. Todos los miembros funcionan. Todos los sacerdotes sirven.
Podremos hallar la iglesia en todas partes
Esta vez después de que salgan a la obra, hermanos, deben cambiar radicalmente el modo de pensar de los hermanos y hermanas. Anteriormente, el pensamiento de ellos era que en la iglesia había muchos obreros. Hoy tenemos que cambiar esto y decirles que cada uno en la iglesia es un obrero. Ya he dicho antes, y lo repito hoy día, hermanos, tienen que hablar esta palabra hasta que un día todos lo entiendan interiormente. Si la iglesia no se esfuerza hasta el grado en que todos en la iglesia estén trabajando y todos en la iglesia estén sirviendo, entonces no habrá iglesia. Si toda la iglesia se levanta a trabajar y servir, ustedes verán inmediatamente que el Cuerpo de Cristo está ahí. En todas partes habrá tres o cinco personas, o siete u ocho personas sirviendo a Dios; ustedes podrán encontrar la iglesia en todas partes.
Sin embargo, una vez que hayan bajado de la montaña, no espero que ustedes supriman la predicación del día del Señor y que la cambien inmediatamente. ¡No puede haber tal cosa! Es una cuestión de trabajar hasta el día que alcancemos tal punto.
En la mañana se sirve al hombre,
en la noche se sirve a Dios
No sé si ustedes han visto esta visión. Déjenme decirles qué maravilloso sería si un día, la mente de los hijos de Dios no fuese como lo es hoy día, teniendo el pensamiento de asistir a reuniones de adoración, y pudiésemos eliminar esta forma de escuchar mensajes y tener a toda la iglesia sirviendo de acuerdo a la palabra de Dios en la Biblia. Entonces los días del Señor por la mañana serían útiles para que todos los sacerdotes sirvieran al hombre, y, por la noche, para que todos los sacerdotes sirvieran a Dios. No importaría si los días del Señor por la mañana va usted a la reunión o no. También sería aceptable cambiar a otro día la reunión evangelística. Los días del Señor por la mañana serían siempre para que todos los sacerdotes fueran y sirvieran al hombre; todos deben servir al hombre. Los días del Señor por la noche todos nosotros serviríamos a Dios, ofreciendo nuestros sacrificios. Cuando ustedes vean que existe semejante pueblo, entonces la iglesia será como debe ser. Cuando ustedes vean que todos los creyentes, una vez que son salvos, tienen un corazón para el Señor, tienen el pensamiento de salvar a otros, y están trabajando y cuidando a otros, entonces ustedes realmente podrán ver que la iglesia está allí.
Trabajan una vez que son salvos
Debería ocurrir siempre que una vez que una persona es salva, debe considerar a quién va a traer a la salvación. Una vez que una persona es salva, debe ser una persona que trabaja. Una vez que una persona es salva debe ser una persona que testifica. No sé si han visto esta senda o no. Debemos conducir a la gente hasta el punto en que la iglesia sea como debe ser delante de Dios. Quiero hablar una palabra muy franca. Hoy día en la iglesia, las personas son las correctas, pero la situación está en verdad mal. Las personas pertenecen a Dios, las personas están bien, pero la situación está completamente equivocada. La situación es pasiva.
Por lo tanto, cuando ustedes bajen de la montaña, deben cambiar no solamente el derrotero de la obra, de modo que ahora tengan un centro definido, sino que también deben cambiar la naturaleza de la obra. ¿Cuál es la naturaleza de la obra? Es conducir a las personas a que comiencen a trabajar desde el momento en que son salvas. Los obreros deben conducir a los hermanos a trabajar y no deben reemplazarlos haciendo la obra ellos mismos.
Desde ahora en adelante no habrá mucha diferencia entre los obreros y los hermanos, excepto que la condición espiritual de ustedes delante del Señor es fuerte, mientras que la de ellos tal vez sea más débil. En lo tocante a la obra, no hay diferencia, porque ellos también son colaboradores. Sólo cuando se alcanza este punto se puede entender el Nuevo Testamento. Todo el Nuevo Testamento de la Biblia considera a todos los hijos de Dios como colaboradores, porque todos trabajan. La única diferencia es que ustedes han sido enviados a la obra. Ustedes han dado todo su tiempo y toda su energía y han sido enviados a diferentes lugares a trabajar. Quiero que vean especialmente este asunto.
Podremos derrocar nuestra tradición
Si interiormente ustedes están capacitados y son suficientemente fuertes, siempre empujarán y siempre trabajarán, y podrán derribar toda nuestra tradición.
La carga de la tradición es muy pesada. Esta tradición oprime. Si hoy en día ustedes quieren derrocarla, deben usar mucha fuerza. Esto no es algo rápido. Va a tomar uno o dos años antes de que puedan producir una nueva situación.
EL SUMINISTRO DE LA PALABRA
Hablemos primero acerca del suministro de la palabra. Después regresaremos a hablar del camino de la iglesia.
El suministro de la palabra para edificar a los nuevos creyentes
Acerca del ministerio de la palabra, por ahora usaremos el siguiente arreglo: tendremos cincuenta y dos temas para el año regular. Además, tendremos uno o dos temas adicionales para usarlos en los años bisiestos. Por favor recuerden que cuando seamos fuertes en el asunto de predicar el evangelio, muchos serán salvos. Una vez que haya muchos salvos, la iglesia tendrá más problemas que antes, debido a que entrará toda clase de personas. Toda clase de peces serán sacados y puestos en la barca; por lo tanto, será necesario que los cuidemos bien, proveyéndoles a los nuevos creyentes edificación una vez por semana.
No pensamos cambiar los temas de la reunión que tenemos para la edificación de los nuevos creyentes. En cada iglesia local en cada localidad, cada jueves o viernes, se hablará el mismo tema. Chingtao hará esto; Shanghái también hará esto; Foochow también hará esto. Cada localidad estará trabajando en los mismos pasos. De hoy en adelante, no pensamos modificar los temas usados en la reunión que tenemos para la edificación de los nuevos creyentes. No se conducirá de una manera este año y de otra manera el próximo. Deseamos que cada grupo de nuevos creyentes que vengan, reciban la misma edificación siendo congregados en cada localidad los jueves o viernes. Necesitamos usar por lo menos un año entero para tocar casi todos los puntos principales de la palabra de Dios y de la manera de ser cristiano. De esta manera, no habrá escasez con respecto al suministro de la palabra para los nuevos creyentes. No teman que algo falte si no tenemos la reunión de predicación el día del Señor. Al menos con respecto a los nuevos creyentes, no habrá escasez; la provisión aún estará allí.
Espero que ustedes hermanos que salen a la obra no cambien estos temas, sino que simplemente trabajen en conformidad con esto. Si quieren cambiar, esperen hasta que nos reunamos la próxima vez, donde podemos hablar de cómo hacer ajustes. Hoy en día creo que los temas que hemos seleccionado son ya prevalecientes y suficientes como para abastecerlos.
Una vez que tengamos establecida la obra del evangelio, más los cincuenta y dos temas para la edificación de los nuevos creyentes, creo que será muy fácil satisfacer la necesidad de una iglesia local en lo tocante a la fe y a nuestra conducta. De esta manera, los hermanos no necesitarán buscar alimento por todas partes.
La palabra y la unción pueden ser repetidas
Si ustedes tienen vida, estas cosas serán vivientes. Si ustedes están muertos delante de Dios, estas cosas llegarán a ser como oraciones recitadas en público; llegarán a ser cosas muertas. Si todos ustedes están vivos, entonces hasta lo muerto llegará a ser viviente. Si todos ustedes están muertos delante de Dios, hasta las cosas vivientes llegarán a ser muertas, incluso un libro tan lleno de vida como el Evangelio de Juan. De la misma manera, si ustedes tienen vida, tengo la confianza de que, al hablar año tras año las cosas que hemos preparado, las palabras pueden ser repetidas, y la unción también; las palabras pueden ser repetidas y la vida también. De esta manera, pueden edificar a los nuevos creyentes.
El suministro para el evangelio y el suministro para la edificación
Ahora han visto que hay dos reuniones. La primera es la reunión del evangelio el día del Señor por la mañana, en la cual se da énfasis a la predicación del evangelio para salvar a la gente. Entonces, una vez que han sido salvos e introducidos, ustedes deben prestar atención delante de Dios para dar a los nuevos creyentes una dirección clara en la palabra. El suministro de la palabra el día del Señor por la mañana está relacionado con la predicación del evangelio. El suministro de la palabra los jueves o viernes por la noche está relacionado con la edificación.
El suministro de la palabra en 1ª Corintios 14
Tal vez algunos se pregunten que habiendo hermanos de edad y muchos otros hermanos y hermanas entre nosotros, cómo debemos suministrarles la palabra. Este es el propósito de las reuniones del sábado por la noche, las reuniones para ejercitar los dones espirituales. Esta reunión es conducida según 1ª Corintios 14. En esta reunión cada uno tiene una palabra, tiene una revelación, tiene un himno, tiene una oración.
Si hoy día algunos tienen el sentir de que la reunión para edificar a los nuevos creyentes no es adecuada, por favor, recuerden que cada sábado por la noche, pueden dejar que varios hermanos que tengan capacidad para ministrar se encarguen de una reunión más fuerte y más fresca. Cada día del Señor por la mañana tenemos que predicar el evangelio, y cada jueves debemos tener la reunión para edificar a los nuevos creyentes. Tal vez cada sábado por la noche tengamos una reunión adicional conforme a 1ª Corintios 14, en la cual ustedes puedan abastecer a los hijos de Dios con la palabra de Dios. Bien puede hablar uno, o dos, o tres. Las reuniones del sábado por la noche tienen que estar llenas de vida, no como las reuniones de predicación el día del Señor, que son mantenidas en una manera muerta. Hoy día aún es difícil que un obrero mantenga dicha reunión porque si tiene una palabra, debe hablar, y si no tiene una palabra, también debe hablar. Para un hermano local también es muy difícil mantenerla porque de la misma manera, si tiene una palabra, debe hablar, y si no tiene una palabra, también debe hablar.
Pero si no mantenemos la reunión de predicación del día del Señor, los hermanos y hermanas serán esparcidos. Hoy en día es como si usásemos la reunión matinal del día del Señor para mantener juntos a los hermanos y hermanas. Espero que de hoy en adelante lo que los mantenga juntos no sea la reunión de predicación el día del Señor, sino la obra de predicar el evangelio. Lo que los mantendrá juntos será que todos testifiquen, todos prediquen el evangelio, todos salven a otros. Si ustedes los acostumbran a trabajar y ellos se mudan a otra localidad, sentirán que no pueden prescindir de la oportunidad de trabajar. Ustedes deben dar a cada hermano la oportunidad de trabajar, conducir a cada uno a tener el hábito de trabajar, y conducir a todos a formar el hábito de predicar el evangelio. Entonces, en esa localidad tendrán una iglesia muy estable.
Por ejemplo, en una localidad cada día del Señor por la mañana habrá una reunión para predicar el evangelio, en la cual diferentes hermanos toman turnos para responsabilizarse de la reunión durante uno o dos meses con algún arreglo delante de Dios. Esto entonces será una predicación corporativa del evangelio, trayendo corporativamente a las personas a la salvación. Cuando alguien sea salvo y reciba al Señor, entonces usted lo puede traer a la reunión del jueves por la noche. Después de que esté en esa reunión durante un año, habrá recibido su edificación básica. El resto, los que tengan carga por la palabra, los que tengan una carga delante de Dios y no sean pasivos, se pondrán en pie para hablar los sábados por la noche.
Responsabilidad de todos
Hoy día hay muchas localidades en donde las reuniones del sábado por la noche no pueden ser fuertes porque, a pesar de que hay muchos hermanos dotados, hermanos con ministerio, todos éstos son muy pasivos los sábados por la noche. Si no hay presión sobre ellos como en las reuniones de los días del Señor que los forza a ir delante de Dios, entonces cada reunión del sábado por la noche será un tiempo para que ellos se relajen. Si todos los hermanos se relajan, sin tomar ninguna responsabilidad, ¿cómo podría ser fuerte la reunión? Si nadie lleva la carga, ¿cómo podría la reunión ser fuerte? ¡No debemos permitir que nadie esté pasivo! ¿Quién, entonces, tomará la iniciativa? La reunión conforme a 1 Corintios 14 no es una reunión donde todos eluden la responsabilidad; la reunión descrita en 1 Corintios 14 es una reunión en la que todos toman la responsabilidad. Es incorrecto que una sola persona tome la responsabilidad; pero también es incorrecto que nadie tome la responsabilidad.
Media hora de oración y preparación de antemano
Ahora quiero hablar de cómo los hermanos responsables en cada localidad deben llevar a cabo las reuniones de los sábados por la noche. Las reuniones del sábado por la noche son iguales que las otras reuniones en el sentido de que los hermanos responsables deben orar juntos. Antes de cada reunión los hermanos responsables deben llegar al menos media hora antes para orar un poco. Debe ser lo mismo con las reuniones evangelísticas, las reuniones para edificar a los nuevos creyentes, las reuniones de oración, las reuniones del partimiento del pan, y las reuniones del sábado por la noche. Los hermanos responsables deben estar allí media hora o quince minutos antes, para orar y tener algo de preparación primero. Especialmente para las reuniones del sábado por la noche, puede ser necesario un poco más de tiempo. Normalmente deben llegar quince minutos antes, pero para esta reunión deben llegar media hora antes. Ustedes deben pedirles a los hermanos responsables que lleguen media hora antes para orar, y luego deben ayudarles hasta el punto que, dado el caso de que otros no se hayan preparado, ellos estarían preparados. Es solamente cuando los hermanos responsables tienen certeza delante de Dios, que ellos pueden entrar en la reunión. No debe haber ni un hermano responsable que simplemente se quite el sombrero y entre precipitadamente a la reunión. Cada hermano responsable debe primero tener cierta preparación antes de poder entrar.
Hay muchas localidades en las cuales muchas personas que no son espirituales quieren ocupar la plataforma. Ustedes necesitan orar mucho por ellos para que no vengan a controlar la plataforma. Los que vengan deben ser aquellos que tienen una carga genuina delante de Dios, los que temen tener una reunión pobre. De ahí que, primero se debe orar de antemano y luego se debe atender bien la reunión para que ésta sea traída a un nivel más alto.
Aquellos que son aptos para enseñar
deben tomar más responsabilidad
Los hermanos responsables deben orar especialmente acerca de la reunión del sábado por la noche. Necesitan preguntar si hay hermanos entre ustedes que tienen una carga en particular. Esto no significa que el ministerio de la palabra está limitado a los hermanos responsables. Sin embargo, tenemos que admitir que los hermanos responsables deben tomar más responsabilidad en ministrar la palabra. Los ancianos están ahí para servir a la iglesia, y aunque no estén ahí para ministrar la palabra, deben ser aptos para enseñar. Por lo tanto, cuando todos los que sean aptos para enseñar se congreguen, deben preguntar si alguien delante de Dios tiene una carga especial esa noche, si hay una carga en particular, aunque todos deben tener carga, y si hay alguien con una palabra especial que decir. Cada vez que ustedes vengan a la reunión del sábado por la noche, debe haber al menos unos cuantos hermanos responsables que no estén pasivos. Cuando los hermanos responsables son pasivos, todos se vuelven pasivos.
Me asombra que frecuentemente tres o cinco hermanos que son ministros de la palabra delante de Dios, creen que pueden abrir la reunión del sábado por la noche para que otros hermanos hablen. Y cuando la reunión no resulta bien menean la cabeza y dicen que la reunión no estuvo bien. Si la boca no habla y la nariz sí lo hace, no es de asombrarse que la voz no resulte clara. Frecuentemente éste es el problema. Cuando venimos a la reunión de comunión o a una reunión conforme a 1 Corintios 14, muchos hermanos que pueden ser responsables no hacen nada, y aún así critican. Esto es extraño.
El suministro de la palabra de los apóstoles
El suministro de la palabra de los apóstoles es el suministro de los ministros de la palabra. La predicación del evangelio y la edificación de los nuevos creyentes en las reuniones regulares deberían ser suficientes para que los hermanos adquirieran el hábito de servir en la predicación del evangelio y en la edificación de los nuevos creyentes. Si deseamos un suministro más fuerte de la palabra, entonces necesitamos reuniones como las de 1 Corintios 14. Este es el caso en una iglesia local. Entonces, ¿cuál es la responsabilidad de un apóstol? Es que en cierto tiempo, cuando pase por cierta localidad, se quede allí por unos días como lo hizo Pablo cuando pasó por Troas y se quedó allí siete días. Usted puede quedarse por dos o tres días, o por una semana, o un mes, y tener unas conferencias. Tal vez una iglesia local, o varias iglesias locales en esa área se reúnan dos o tres veces para recibir alguna ayuda especial.
La reunión de predicación el día del Señor es un desperdicio
He considerado muchas veces delante de Dios por muchos años y creo firmemente que la ayuda que se le da a la gente en la predicación del día del Señor por la mañana no puede compararse con lo que Dios desea hacer. Hablando con franqueza, si no tenemos cuidado, la predicación el día del Señor llegará a ser un desperdicio y una pérdida. Es mejor convertir ese mensaje en una obra evangelística. El día del Señor es el día en el que cada uno debe movilizarse, a fin de salir a salvar gente. El jueves es el día para que todos los nuevos creyentes sean edificados, y tal vez el sábado sea el tiempo para que los hermanos y hermanas se reúnan a fin de edificarse mutuamente. En ocasiones especiales en una localidad, un apóstol puede tener unas conferencias por tres o cinco días. Después de acabar allí, puede ir a otro sitio a dar unas conferencias durante tres o cinco días. De esta manera, ustedes verán que la iglesia será muy equilibrada en la cuestión del suministro de la palabra, y su camino será derecho.
No estamos hablando en este caso de la localidad que es el centro de la obra, sino de las localidades fuera del centro de la obra. En tales lugares no se puede llevar la carga de una reunión de predicación el día del Señor. Una vez que haya esta carga, es casi necesario dejar un obrero allí. Una vez que se haga esto, se tendrá todo un problema. Hoy es el día en el que todo hermano debe levantarse a servir a Dios. No podemos tener este sistema de obreros.
La presión de la tradición es muy fuerte. Cuando por primera vez comenzamos a empujar contra ella, se hace muy pesada. La presión en mi espíritu es intensa. Es necesario empujar contra esto día tras día. Después de dos o tres años la situación cambiará. En ese tiempo, todos los hermanos y hermanas desearán tener la obra de predicar el evangelio el día del Señor. Si ustedes dicen: “Les predicaremos un mensaje a ustedes”, nadie deseará escucharlo. Ellos verán inmediatamente que eso no es la iglesia. Si después de dos años envían a estos hermanos y hermanas a otro lugar o a otra iglesia y les piden que escuchen mensajes, no podrán sentarse tranquilos. Ellos sentirán que no deben estar allí, que el hecho de estar allí los hace igual que a los miembros del catolicismo, en donde todo lo hace un sacerdote, y donde ellos mismos no podrían tener una porción.
Es necesario andar el camino de recobro
¡La situación de la iglesia hoy día difiere totalmente del patrón del Nuevo Testamento! Por lo tanto, necesitamos cambiarla completamente. Dios quiere tomar el camino de recobro; ustedes también deben tomar el camino de recobro. Ustedes deben guiar a los hermanos y hermanas al punto en que ellos sean los que trabajen y sirvan. Hay un servicio hacia los pecadores, y hay también un servicio hacia los nuevos creyentes. Además de eso, entre ellos está la edificación mutua según 1 Corintios 14, que es una ayuda mutua que los santos dan el uno al otro y la cual viene de la palabra de Dios.
Si usted vive en una localidad durante un tiempo, puede añadir su porción de la palabra a las reuniones de los sábados. Aunque usted no sea un obrero, con todo, puede aportar su porción de la palabra en las reuniones de los sábados.
Si hay necesidad de más suministro espiritual, podemos dejar que muchos obreros salgan para que viajen de lugar a lugar. Anteriormente ustedes los ponían uno por uno en un solo lugar, pero hoy día no debe ser así. Deben ser móviles, yendo de un lugar a otro. Deben salir y estar en un lugar durante tres o cinco días y en otro sitio durante tres o cinco días.
No es necesario tener personas sumamente dotadas
Si trabajamos de esta manera, creo que la situación en cada localidad estará muy equilibrada, y no sabemos cuántas veces se multiplicará en número. ¡Es grandioso, maravilloso, que la iglesia predique el evangelio! ¡Que la iglesia predique el evangelio en la reunión el día del Señor es la obra más gloriosa que puede realizar! Si en este tiempo podemos abrirnos paso en el camino del recobro del Señor, si la iglesia puede levantarse a predicar el evangelio, tendremos el alba de un nuevo día en todas partes. Esto no quiere decir que debe haber unas cuantas personas sumamente dotadas en la iglesia, tales como Felipe, o Charles Stanley, o Whitefield, o Wesley. ¡El poder de la predicación del evangelio de la iglesia es mucho más grande que el poder de ellos!
Si hoy en día queremos que un miembro de cinco talentos sea manifestado, tal vez nos tome veinte o hasta cincuenta años producir un miembro de éstos. ¡Qué difícil sería! Pero si hoy día tomamos los cinco peores hermanos de aquí de Kuling, y los juntamos, tendremos cinco talentos. Si juntamos los cinco miembros menos espirituales, tendremos también cinco talentos. Si usted espera ver surgir a un hermano de cinco talentos, se dará cuenta de que en la iglesia no hay muchos de ellos. Pero si la iglesia predica el evangelio, el efecto no será el de cinco miembros de cinco talentos, sino el efecto de diez, cien, mil, o diez mil miembros de un talento. Además, verá usted este efecto en todas partes. Que el evangelio tenga éxito, no depende de la predicación de los obreros, sino que es un asunto de la predicación de la iglesia. La iglesia trastornará al mundo.
La obra es puesta sobre la iglesia
Por lo tanto ahora, delante de Dios, ustedes deben ver esta visión con exactitud. Su vista debe ser precisa, y ustedes deben ver cabalmente la revelación espiritual del Señor. “Oh Señor, pon la obra sobre la iglesia”. La Cabeza dirige al Cuerpo, no a miembros individuales. Es necesario que todo el Cuerpo desarrolle toda su fuerza. Por lo tanto, deseo que en China haya las representaciones locales del Cuerpo. No piense siempre que el Cuerpo de Cristo es algo que está en los cielos. Buscar una iglesia local en los cielos sería idealista. Deben ver que el Cuerpo de Cristo se manifiesta en la tierra. El Cuerpo de Cristo es espiritual a tal grado que puede ser manifestado en la tierra.
El suministro de la palabra es muy importante
Ya que este es el caso, ustedes pueden ver que el suministro de la palabra es muy importante. Es necesario que prediquemos el evangelio, edifiquemos a los nuevos creyentes, tengamos edificación mutua, y tengamos edificación especial. Por lo tanto, muchos, incluyendo a las hermanas, deben salir a la obra grupo por grupo, de dos o tres, para que cada localidad pueda sostenerse por sí misma.
De otra manera, el problema presente permanecerá. Seguiremos necesitando mantener una reunión de predicación el día del Señor. Ustedes tienen que derrocar este hábito de escuchar mensajes. Deben derrocarlo completamente. El día del Señor es el día para que todos salgamos a salvar a la gente. Si este hábito es erradicado, no será posible pedirles de nuevo que escuchen un mensaje el día del Señor.
Tal vez, habrá ocasiones en que hagamos una pausa y tengamos conferencias por toda una semana. Si vienen colaboradores, tendremos una fiesta por toda una semana, y luego saldremos a la obra de nuevo. En estos pocos años, he visto especialmente lo que Dios ha hecho en los corazones de los hermanos en todas partes. Gradualmente, debe ser la iglesia la que predique el evangelio y haga la obra. Esta senda está ya muy clara.
Es necesario que los nuevos creyentes emigren
Probablemente me preguntarán qué es lo que deben hacer los nuevos creyentes en su segundo año, después de que han escuchado durante un año los cincuenta y dos temas que no avanzan ni cambian. La respuesta es que ustedes deben enviarlos en migraciones inmediatamente. Si no, es cierto que tendremos que edificar un templo como el de Salomón, debido a que no habrá un lugar suficientemente grande en el cual podamos reunirnos.
Por lo tanto, después de un año, cuando un grupo de creyentes sea levantado, tienen que tratar con ellos acerca de su progreso. Ellos entonces cuidarán de los nuevos creyentes. Al mismo tiempo, tienen que hacerles ver que vivimos en la tierra para predicar el evangelio y para los intereses del Señor; ellos no pueden escoger sus propias profesiones ni sus propios lugares de residencia. De este modo, verán que después de uno o dos años podremos enviar quinientas o mil personas. Si un lugar no tiene iglesia, después de mandar cien o doscientas personas allí, habrá una iglesia. Después de algunos años podrán enviar a muchos a los lugares donde el evangelio aún no haya llegado. Tienen que enviarlos por grupos.
Las migraciones, otra manera
de predicar el evangelio
En Hechos vemos dos maneras diferentes de predicar el evangelio: una es la manera de Antioquía, la de enviar a los apóstoles a predicar el evangelio. La iglesia ha prestado especial atención a esta manera durante estos años. Sin embargo, Jerusalén tuvo otra forma de predicar el evangelio, distinta de la de Antioquía. La manera en que Jerusalén predicaba el evangelio consistía en que después de que un grupo era salvo, ellos eran enviados por medio de migraciones a predicar el evangelio. Después de que lean los capítulos ocho, diez, once, y especialmente el capítulo doce de Hechos, se darán cuenta de que ya sea que salieran debido a la persecución o debido a un arreglo, en cualquier caso, las migraciones para la predicación del evangelio siempre eran correctas. Tan pronto como uno es salvo debe emigrar. También sería bueno que entre nosotros hubiese tres o cinco hermanos y hermanas que deseasen ir a predicar el evangelio a cierta tribu primitiva. Si en un lugar como Jerusalén muchos han sido salvos, entonces deben enviarlos a otros lugares. Si no los envían, tal vez haya persecución.
Cuando envíen a las personas a otras partes, ustedes descubrirán que ellas irán a predicar el evangelio. Obreros, nunca piensen que somos siempre nosotros los obreros quienes traemos a las personas. A veces son los obreros los que salen y ganan gente, pero a veces son los salvos enviados los que ganan gente. Debemos tomar estos dos caminos.
Si pudiésemos llevar a cabo migraciones en gran escala, creo que no pasaría muchos años antes de que tomáramos toda la China. Si hoy en día, igual que antes, estamos salvando personas una por una, no habrá manera de que cumplamos esto, ni siquiera después de mil años. Hoy día en China, el número total de los que dicen ser creyentes, si no contamos a los católicos, es solamente unos cuantos millares de protestantes, tal vez seiscientos mil. ¡Después de más de cien años de predicar el evangelio, hay solamente seiscientos mil! Entre estos seiscientos mil no sabemos cuántos sean salvos. Por lo tanto, si Dios quiere obrar aquí, yo creo que habrá una manera prevaleciente de que el evangelio se esparza.
Es necesario cambiar nuestro hábito
Por lo tanto, deben ustedes ver que el suministro de la palabra en una localidad ya es suficiente. Al mismo tiempo, el hábito antiguo también debe ser cambiado. Este es un requisito básico. Tan pronto como una persona es salva, no debería darse el caso de que desea venir y escuchar mensajes. Más bien, debe darse el caso de que entiende la necesidad de trabajar inmediatamente, de predicar el evangelio inmediatamente, de salvar a otros inmediatamente, de llevar a cabo estas cosas sin perder tiempo delante de Dios, apresurándose a salvar a otros.
La necesidad de que surjan nuevos apóstoles
Al mismo tiempo, si queremos ser fuertes en el asunto de predicar el evangelio, necesitamos que surjan nuevos apóstoles. Este es el propósito de Kuling. Si ustedes hallan nuevos hermanos y hermanas que puedan seguir adelante, después de dos o tres años, cuando ellos hayan aprendido algo de este camino, deben enviarlos aquí. Nosotros coordinaremos esto con ustedes. Les pediremos que vivan con nosotros por uno o dos años. Después los enviaremos a la obra para que comiencen a trabajar de lugar en lugar. Espero que podamos coordinar esto y seguir adelante de una buena manera. Yo creo que este asunto es algo grande.
Acerca del suministro de la palabra en una iglesia local, espero que no hagamos nuestro centro la reunión de predicación el día del Señor. Si la reunión de predicación el día del Señor continúa ocupando la posición central en una iglesia local, no habrá manera de que el evangelio avance. Debemos permitir que dos o tres hermanos se levanten en cada iglesia local para predicar el evangelio los días del Señor y que continúen esa obra allí. El resto de los hermanos y hermanas continuarán ayudando. Yo creo que todos los problemas anteriores desaparecerán. Tal vez tengamos problemas en otras áreas, pero no habrá problema en el área de la predicación del evangelio. Una vez que tengamos la predicación del evangelio, todos los otros problemas también serán fácil de resolver.
Qué hacer en el lugar dónde está el centro de la obra
¿Qué haremos con la localidad donde está el centro de la obra? Yo creo que la iglesia local que está en el centro de la obra también necesita tener estas distintas clases de reuniones. Sin embargo, si en la localidad donde está el centro de la obra se desea mantener una reunión los días del Señor, yo personalmente no estoy en contra de ello. Yo no sé qué sentir tengan ustedes hermanos. Esto es algo de que deseo tener comunión con ustedes. Tal vez cambiemos completamente la situación. Anteriormente predicábamos el evangelio una vez al mes; ahora una vez al mes predicamos un mensaje a los hermanos, o si hay un fuerte ministerio de la palabra, tal vez seleccionemos un día de la semana y lo usemos específicamente para predicar un mensaje. Tal vez cada día del Señor por la mañana prediquemos el evangelio, y en la tarde tengamos el ministerio de la palabra.
Mi sentir personal es que no necesitamos eliminar inmediatamente la reunión de predicación en la localidad donde esté el centro de la obra. He hablado de esto previamente, pero no quedó claro. Lo que estoy diciendo es que nuestra dirección tiene que ser exacta. Si así es, pueden trabajar gradualmente, paso a paso, hasta que los hermanos y hermanas vean que el día del Señor es el día para nuestro servicio, particularmente el servicio de predicar el evangelio. La situación no es la misma de localidad a localidad. No debemos esforzarnos inmediatamente por dejar de tener las reuniones de predicación; más bien, observen la situación y gradualmente hagan arreglos para guiar a los hermanos a esta senda. En cierto punto, verán que el trabajo puede reemplazar al escuchar mensajes.
En los tiempos de los apóstoles, se le dio más énfasis a la predicación del evangelio que a escuchar mensajes
Cuando leemos el libro de Hechos, tenemos que ver que en ese tiempo no había tantos ministros de la palabra como hoy día. En ese tiempo, los hijos de Dios probablemente prestaron más atención a la predicación del evangelio que al escuchar mensajes. Sin embargo, hoy en día parece que el factor principal de ser cristiano es escuchar mensajes en vez de predicar el evangelio. Por lo tanto, espero que podamos ver este camino con exactitud y a fondo. Tenemos que conducir a este camino a los hermanos de cada localidad. Debemos llevarlo a cabo hasta tal punto que todos los hermanos y hermanas prediquen el evangelio antes que atender otros asuntos. Si esto puede llevarse a cabo, el número de los que fueron salvos en el pasado, no podrá compararse con el número de los que serán salvos. Al mismo tiempo, no habrá necesidad de mantener a tantos obreros en cada lugar, y también comenzaremos a ver iglesias que se levantan.
Agradezco a Dios que en el capítulo doce de Romanos se dice que el que exhorta debe darse a la exhortación, y el que enseña debe darse a la enseñanza, pero el capítulo doce de Romanos no dice que el que escucha mensajes debería darse a escuchar mensajes. Si los que escuchan mensajes se dan a escuchar mensajes, la iglesia será reducida a nada. No existe semejante cosa como darse a escuchar mensajes. Escuchar mensajes no es una función del Cuerpo. Tenemos que pedirle a Dios que nos dé gracia para que cada hijo Suyo se levante a servir y a predicar el evangelio.
Cuando pongan esto en práctica espero que se mantengan firmes en su dirección. Es su propia responsabilidad delante de Dios el modo en que cambiarán de rumbo y cuánto tiempo se tomará. Deben cuidar bien a los santos a fin de que puedan conducirlos a este camino, sin dejar rápidamente una cosa y tomar otra. No debería ocurrir tal cosa. Siempre debemos predicar de esta manera y trabajar de esta manera. Si llegan al punto en que los hermanos y hermanas se hayan dado a esto, entonces hagan el cambio. Deben ver que el tiempo de más actividad debe ser el día del Señor por la mañana. No es una ocasión para que viejos y jóvenes, hombres y mujeres vengan con las manos cruzadas a escuchar un mensaje. Más bien, es un tiempo para que todos vengan a predicar el evangelio.
La visión de la obra
Hoy día, la obra en cada lugar no ha sido llevada a cabo bien. Está en las etapas iniciales. Sin embargo, la visión está delante de ustedes. De ahora en adelante cada día deben trabajar de esta manera. Solamente después de que cambiemos el rumbo estaremos en lo correcto. Si todos los hermanos y hermanas no se han levantado todavía, ustedes deben continuar trabajando hasta que todos se levanten a trabajar y a predicar el evangelio. Siempre debe ser la iglesia la que sirva y la que predique el evangelio. Este camino es correcto, y ésta es la iglesia del Nuevo Testamento.
La necesidad de levantarnos para edificar el templo
Por favor recuerden, el catolicismo es la iglesia en cautiverio en Babilonia. Muchos lectores de la Biblia admiten esto. Como los hijos de Israel fueron llevados cautivos a Babilonia, la iglesia también fue llevada cautiva a Babilonia. El protestantismo regresó de Babilonia, pero no edificó el templo. A pesar de que muchos regresaron de Babilonia, el templo no estaba en pie. Hoy en día usted y yo debemos ser aquellos que en la historia de la iglesia se levanten a edificar el templo. Somos un pueblo como Nehemías, edificando el templo y aprendiendo a levantar de nuevo la iglesia de Dios en esta era. Muchos han salido de Babilonia, pero todavía tienen una apariencia babilónica. Aun hoy en día todavía no se parecen a la iglesia. El catolicismo está muy estructurado. El protestantismo por otro lado, está menos estructurado. Pero estar menos estructurado de todas maneras no es la iglesia. Para que haya una iglesia local, la iglesia debe predicar el evangelio y la iglesia debe servir. Dentro de unos cuantos años espero repetir estas dos frases diez mil veces: la iglesia necesita predicar el evangelio, y la iglesia necesita servir. Solamente entonces es la iglesia; de otra manera, es una congregación incomprensible, muy diferente de la iglesia.
Hermanos, en el comienzo será realmente difícil. Pero es necesario que ustedes vean la visión exacta y claramente. ¿Qué es la iglesia? Ser la iglesia requiere que prediquemos el evangelio en calidad de iglesia; ser la iglesia requiere que sirvamos en calidad de iglesia. Por lo tanto, hermanos y hermanas responsables, ustedes deben reunirse frecuentemente para tener comunión y orar: “Oh Señor, ¿cómo podemos hacer que todos los hermanos y hermanas se levanten?” Nuestra manera de obrar no consiste en que ustedes siempre pongan manos a la obra, sino que hagan que ellos trabajen. Es incorrecto que ustedes siempre cuiden de todo mientras que ellos no hacen nada. Siempre se debe dar que yo trabaje con el propósito de guiarlos a que ellos trabajen. Si cuando yo trabajo, lo hago con el propósito de inducirlos a venir a trabajar, estoy en lo correcto. Ellos deben estar ocupados. Ustedes deben poner a todos en su lugar, haciendo arreglos para que cada uno predique el evangelio y sirva. Para entonces se darán cuenta de que este camino es correcto.
La iglesia necesita estar siempre en la libertad del Espíritu Santo
Hasta ahora, yo creo que en las iglesias locales el servicio en la palabra ya es adecuado. Estos pocos puntos son suficientes para satisfacer la necesidad local. Acerca de la edificación mutua de 1 Corintios 14, si los hermanos locales son fuertes, entonces las reuniones del sábado por la noche serán fuertes. Si los hermanos locales no son fuertes, entonces las reuniones del sábado por la noche no serán fuertes. Yo creo que cada hijo de Dios debe admitir que el suministro más fuerte de la palabra estaba entre los Hermanos hace un siglo. Esto es sorprendente. ¿Por qué el suministro de la palabra fue tan fuerte y tan abundante el siglo pasado? Porque ellos obraban según el principio de 1 Corintios 14. Allí el Espíritu Santo tenía libertad. Aunque ellos tuvieron bastantes discursos insignificantes, también tuvieron bastante palabra substanciosa. Sin este principio no habrían podido tener lo que tuvieron en ese tiempo. Por lo tanto, durante las reuniones del sábado por la noche, aunque muchos de los que no deberían hablar se levanten, habrá también la oportunidad para que hablen aquellos que sí deben hablar. Una vez que el Espíritu Santo tiene la libertad, entonces se puede esperar que el Espíritu Santo hable en la iglesia y opere en la iglesia. La iglesia debe estar siempre en la libertad del Espíritu Santo.