Watchman Nee Libro Book cap.4 Libro de lecciones nivel 5: La iglesia
LA POSICIÓN DE LA IGLESIA: EL CUERPO DE CRISTO
Lección cuatro
LA POSICIÓN DE LA IGLESIA (2)
EL CUERPO DE CRISTO
Lectura bíblica
Ef. 4:4; 1:22-23; 5:23; 1 Co. 12:12-13, 15, 21;
Ef. 3:8, 19; Col. 3:11; Jn. 6:48, 57, 63
Bosquejo
- Cristo es la Cabeza.
- Nosotros somos los miembros del Cuerpo de Cristo.
- El Cuerpo recibe la transmisión que proviene de la Cabeza.
- La plenitud (la expresión) de Aquel que todo lo llena en todo.
- La plenitud (la expresión) de Dios.
Texto
[El organismo del Dios Triuno es un Cuerpo (Ef. 4:4). Nuestro Dios, quien es abstracto y misterioso, posee un organismo. Aunque Dios es invisible, El posee un organismo visible, a saber, el Cuerpo de Cristo. La iglesia como Cuerpo de Cristo es Su plenitud, o sea, Su expresión. La definición de la iglesia como plenitud de Cristo puede ser ejemplificada por una taza que se llena de agua hasta que se desborda. El agua contenida en la taza se puede ver y expresar únicamente al desbordarse. Así, el agua que rebosa es la plenitud del agua, y esta plenitud es la expresión del agua. Juan 1:16 dice: “Porque de Su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia”. Recibimos la plenitud del Cristo encarnado, quien vino como gracia y realidad (v. 17). El Verbo se hizo carne, y El estaba lleno de gracia y realidad (v. 14). La plenitud de la gracia y la realidad es la plenitud del Cristo encarnado. Cuando llenamos la taza de agua hasta que rebose, vemos “agua sobre agua”. Del mismo modo, el Señor Jesús estaba lleno de gracia, a saber, “gracia sobre gracia”. De Su plenitud hemos recibido todos, y gracia sobre gracia. La plenitud es la expresión de las riquezas. El cuerpo de una persona es su plenitud, su expresión. Podríamos considerar que un estadounidense fornido que haya disfrutado de las riquezas de las comidas de su país es la plenitud de Estados Unidos, la expresión de dicho país. Asimismo, la iglesia, como Cuerpo de Cristo, es la expresión, la plenitud de Cristo.]
La iglesia es el Cuerpo de Cristo. Jesucristo, quien es la corporificación del Dios Triuno, es rico en todo lo que Dios es. También es rico en todo lo que Dios ha experimentado y logrado. El es una Persona maravillosa y excelente. Esta Persona, cuyas dimensiones son universales, necesita un Cuerpo que sea igualmente maravilloso y excelente, a fin de que le contenga y le exprese. Después de pasar por todo Su proceso y ascender a los cielos, El llegó a ser la Cabeza de la iglesia, que es Su Cuerpo. Por lo tanto, la iglesia es universalmente grandiosa, ya que Cristo la Cabeza está en el trono en los cielos, y el Cuerpo está en la tierra expresando a la Cabeza como Su plenitud.
I. CRISTO ES LA CABEZA
[Cristo es la Cabeza del Cuerpo. En Efesios 5:23, Pablo dice: “Cristo es Cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del Cuerpo”. El hecho de que El sea el Salvador es cuestión de amor, mientras que el hecho de que El sea la Cabeza tiene que ver con la autoridad. Amamos a Cristo como nuestro Salvador, pero también tenemos que someternos a El como nuestra Cabeza.
Ya que Cristo es la Cabeza de la iglesia, Su Cuerpo, El se encuentra unido al Cuerpo. Así como nuestra cabeza y nuestro cuerpo son una sola entidad, también Cristo, quien es la Cabeza, y la iglesia, que es el Cuerpo, están unidos; por lo tanto, son uno. El Cuerpo es uno con la Cabeza en la vida divina y en el Espíritu divino.
Todo lo que Cristo, la Cabeza, logró, obtuvo y alcanzó, no solamente es para el Cuerpo, sino que fue transmitido al Cuerpo (Ef. 1:22-23). Esto quiere decir que todo lo que la Cabeza obtuvo, ahora le pertenece al Cuerpo, por habérsele transmitido. Por lo tanto, el Cuerpo existe gracias a la transmisión que proviene de la Cabeza. Todo lo que Cristo logró, obtuvo y alcanzó, ahora está siendo transmitido al Cuerpo.]
II. NOSOTROS SOMOS LOS MIEMBROS DEL CUERPO DE CRISTO
Un cuerpo requiere de miembros. ¿Quiénes son los miembros del Cuerpo de Cristo? ¡Nosotros! Nosotros —quienes fuimos escogidos por Dios, redimidos por Cristo y regenerados por el Espíritu—, somos los miembros del Cuerpo de Cristo. No nos vinculamos al Cuerpo llenando una tarjeta de inscripción; más bien, nos hacemos miembros del Cuerpo siendo introducidos en el mismo al ser salvos y bautizados. En 1 Corintios 12:13 dice: “Porque en un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo Cuerpo”. Por lo tanto, el Cuerpo es una entidad orgánica, y no una organización.
Consideremos nuestro propio cuerpo; ninguno de nuestros miembros es contratado ni puede ser despedido. Todos los miembros de nuestro cuerpo son orgánicos. Lo mismo sucede con respecto al Cuerpo de Cristo. Ninguno de nosotros fuimos contratados por el Cuerpo, ni tampoco se nos puede despedir del mismo. Esto es maravilloso. Por lo tanto, podemos estar seguros de que permaneceremos en el Cuerpo de Cristo para siempre.
Puede ser que tengamos diferentes funciones en el Cuerpo; con todo, seguimos siendo un solo Cuerpo. El pie no puede decir: “Porque no soy mano, no soy del cuerpo” (1 Co. 12:15); tampoco puede la cabeza decirle al pie: “No te necesito” (1 Co. 12:21). No se nos puede despedir del Cuerpo porque somos parte del Cuerpo orgánicamente. Hemos sido puestos en el Cuerpo por la eternidad, para que disfrutemos de todas las riquezas de la Cabeza.
III. EL CUERPO RECIBE LA TRANSMISIÓN QUE PROVIENE DE LA CABEZA
Efesios 1:22b dice: “Y [Dios] lo dio [a Cristo] por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia”. Cristo, por ser la Cabeza de la iglesia, dirige todos los movimientos de ella; por consiguiente, si la iglesia, que es Su Cuerpo, ha de expresarle, ella debe permanecer unida a Cristo continuamente y recibir todo lo que El es. La frase “a la iglesia” implica una transmisión continua de Cristo, la Cabeza, a la iglesia, Su Cuerpo. Todas Sus riquezas divinas son nuestras, y debemos disfrutar las continuamente. Todo lo que El es, todo lo que El tiene, y todo lo que El ha logrado, obtenido y alcanzado, es trasmitido continuamente a todos los miembros. Tenemos que abrir nuestro ser a El para recibir todas Sus riquezas divinas todo el día.
Al levantarse por la mañana, puede orar así: “Oh Señor Jesús, Tú eres mi Cabeza. Quiero disfrutar de todo lo que Tú eres. Fluye en mí”. Mientras ora, el Espíritu fluirá desde la Cabeza hacia usted y vivificará su espíritu. Luego, usted puede orar-leer el versículo del día. La Cabeza que está en el trono será su rico suministro, a fin de que usted pueda expresarle ese día. Así, Dios se expresará en su modo de vivir. Como resultado, usted será vigorizado para predicar el evangelio y salvar a los pecadores, a fin de que ellos puedan ser los nuevos miembros del Cuerpo. Entonces, tanto usted como los que acaban de ser salvos, podrán profetizar y testificar para exhibir a Cristo en las reuniones de la iglesia, y así edificar el Cuerpo de Cristo. La manera más satisfactoria y disfrutable de vivir nuestra vida humana y nuestra vida cristiana, es vivir como miembros del Cuerpo de Cristo.
IV. LA PLENITUD (LA EXPRESIÓN) DE AQUEL QUE TODO LO LLENA EN TODO
[La iglesia, como Cuerpo de Cristo, es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Efesios 1:23 dice que la iglesia “es Su Cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”. Gramaticalmente, “la plenitud” está en aposición a “Su Cuerpo”, lo que indica que el Cuerpo es la plenitud y que la plenitud es el Cuerpo. El Cuerpo de Cristo es Su plenitud. La plenitud se produce cuando disfrutamos las riquezas de Cristo (Ef. 3:8). A medida que disfrutamos de las riquezas de Cristo, llegamos a ser Su plenitud y le expresamos.
Dicha plenitud es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Cristo, quien es el Dios infinito sin limitación alguna, es tan inmenso que lo llena todo en todo. Un Cristo tan inmenso necesita de un Cuerpo que sea Su plenitud, con miras a que El sea plenamente expresado.]
[Muchos cristianos no entienden lo que significa la palabra plenitud según se menciona en Efesios 1:23 y 3:19. Piensan que esta palabra significa riquezas. Pero plenitud no es sinónimo de riquezas. En Efesios 3:8 se mencionan las inescrutables riquezas de Cristo. Debemos entender la diferencia que existe entre las riquezas y la plenitud. Por ejemplo, en Estados Unidos hay supermercados llenos de las riquezas de dicho país; las riquezas de Estados Unidos son los productos que se venden, pero la plenitud de Estados Unidos puede verse en un americano fornido. Dicha plenitud es la expresión.
La plenitud resulta de las riquezas. Sin embargo, si no comemos ni digerimos dichas riquezas, tendremos las riquezas pero no la plenitud. Las riquezas producen la plenitud cuando las comemos y las digerimos. Si no comemos ni digerimos las riquezas, estaremos débiles y no creceremos. Del mismo modo, la iglesia no es solamente el Cuerpo de Cristo, sino también Su expresión, la cual se produce a medida que disfrutamos las riquezas de Cristo.
Tal plenitud es la expresión del Cristo universal que todo lo llena en todo. Colosenses 3:11 dice que Cristo es el todo y en todos. La expresión “el todo y en todos” se refiere a personas; sin embargo, en Efesios 1:23, el “todo … en todo” que Cristo llena, se refiere a algo universal. Cristo es ilimitado (Ef. 1:23; 3:18). Las dimensiones del universo son, en realidad, las dimensiones de Cristo. ¿Cuán larga es la longitud? ¿Cuán alta es la altura? ¿Cuán profunda es la profundidad? ¿Cuán ancha es la anchura? Nadie lo sabe. Las dimensiones de Cristo, mencionadas en Efesios 3:18, son inescrutables e ilimitadas. Estas dimensiones son la descripción misma de Cristo.
Cristo lo llena todo en todo, y nosotros, la iglesia, al disfrutar Sus riquezas, llegaremos finalmente a ser Su plenitud. Si yo tuviera únicamente cabeza, y no tuviera un cuerpo, no tendría plenitud. La plenitud es mi expresión. Debemos comprender que la iglesia como Cuerpo de Cristo es la plenitud de Cristo, Su expresión.]
V. LA PLENITUD (LA EXPRESIÓN) DE DIOS
[En la versión Reina-Valera, Efesios 3:19 lee así: “Para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. La preposición “de” significa literalmente “hasta, resultando en”. Somos llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios, lo cual resulta en la expresión de Dios. Aquí, plenitud significa expresión. Pablo dijo que oraba al Padre para que nos fortaleciera con poder por Su Espíritu en el hombre interior, a fin de que Cristo hiciera Su hogar en nuestros corazones, y así pudiéramos comprender cuáles son las dimensiones de Cristo —la anchura, la longitud, la altura y la profundidad—, a fin de que fuéramos llenos hasta la medida de la plenitud de Dios, la expresión de Dios (Ef. 3:14-19).
El libro de Efesios en su totalidad trata sobre la iglesia. La iglesia es la casa o familia de Dios (2:19), es el Cuerpo de Cristo (1:23), y es la plenitud que expresa a Cristo y a Dios (1:23; 3:19). Según el capítulo tres, la iglesia llegará a ser tal expresión, no sólo de Cristo sino también de Dios, cuando Cristo haga Su hogar en nuestros corazones de modo que experimentemos Sus inescrutables riquezas. A medida que le disfrutemos de esta manera, seremos llenos de todas las riquezas de Cristo, lo cual dará por resultado la expresión de Dios.
Hoy la iglesia debe ser esta expresión, la cual resulta de disfrutar las inescrutables riquezas de Cristo. Nos preocupa la situación de los cristianos. ¿Adónde está la expresión de Dios? Espero que entre nosotros se produzca tal expresión. Necesitamos orar por nosotros mismos, así como Pablo lo hizo por nosotros en Efesios 3. Debemos doblar nuestras rodillas ante el Padre para que El nos fortalezca en nuestro hombre interior, a fin de que Cristo haga Su hogar en nuestros corazones, extendiéndose a cada rincón y a cada parte de nuestro ser. Así, disfrutaremos Su amor y lo podremos tocar y poseer en Sus dimensiones; seremos llenos de El hasta la medida de la plenitud de Dios, que es la expresión de Dios. Esto no es simplemente una asamblea o una congregación de cristianos que han sido llamados a salir del mundo, sino un grupo de personas absolutamente poseídas por Cristo y que disfrutan a Cristo al máximo, aun hasta el grado de ser totalmente llenos y saturados de El y convertirse en la expresión de Dios.
Uno expresa lo que come. Cuando yo era joven, en ocasiones visitaba a mis abuelos, quienes vivían cerca del mar. Ellos comían pescado frecuentemente, mientras que mi familia casi nunca lo comía. Cada vez que iba a la casa de mis abuelos percibía el olor de pescado. Un día le pregunté a mi madre por qué todos allí olían a pescado. Ella respondió: “¿No sabes que ellos comen pescado todos los días? Es por eso que huelen a pescado”. Así que, nosotros llegamos a ser y expresar lo que comemos.
Cuando comemos a Jesús, “olemos a El” (2 Co. 2:15), le expresamos y llegamos a ser El mismo. ¿Qué es la iglesia? La iglesia es la expresión del Cristo que comemos. Toda la plenitud de la Deidad está corporificada en este Cristo, y este Cristo es nuestro pan de vida (Jn. 6:48). El dijo: “El que me come, él también vivirá por causa de Mí” (Jn. 6:57). Cuando comemos a Cristo, vivimos por El. Cristo es la corporificación del Dios Triuno; cuando comemos a Cristo, comemos al Dios Triuno. Nuestro Salvador, Jesucristo, quien es la corporificación del Dios Triuno, es nuestro maná diario, nuestra comida diaria. Le comemos, y por eso le expresamos. Esta expresión es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Dicha expresión, finalmente, llega a ser la expresión del Dios Triuno. Podemos ser tal expresión comiendo a Jesús. Deje que El sature todo su ser. Permítale ocupar cada cuarto, cada parte y cada rincón de su ser interior: su mente, parte emotiva, voluntad, conciencia, alma y espíritu; déle acceso a sus deseos, sus decisiones, su intención y sus motivos. Cualquier cosa que usted haga, tiene que estar llena de Cristo.
Comer a Jesús simplemente consiste en ingerirle y en que El sea asimilado en nuestro ser. Comer es recibir alimento en nuestro ser; por tanto, comer a Jesús es recibirle en nuestro ser interior. Al comerle, como resultado se producirá la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo y también la plenitud del propio Dios Triuno. Esta plenitud es la iglesia. La iglesia no es sólo una asamblea, ni solamente la casa de Dios, la familia de Dios, sino además el Cuerpo de Cristo, un organismo viviente, que finalmente llegará a ser la plenitud de Cristo y la plenitud del Dios Triuno.]
¿Sabe cómo comer a Jesús? El pasó por el proceso de la encarnación, el vivir humano, la crucifixión, la resurrección y la ascensión, y llegó a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). Según Juan 6, El pasó por este proceso para ser corporificado en la Palabra. Es por eso que en Juan 6:63 El declaró: “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida”. La palabra es espíritu y vida. El Espíritu es Su persona, y la palabra tiene Su esencia. Siempre que acudimos a la Palabra con nuestro espíritu, tocamos al Espíritu. Cuando leemos la palabra, invocando y orando, tocamos el Espíritu. Esta es la manera de comer a Jesús. Efesios 6:17-18a confirma esto, pues dice: “Y recibid el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, el cual es la palabra de Dios; con toda oración y petición orando en todo tiempo en el espíritu”. Al orar en el espíritu tocamos el Espíritu, el cual es la palabra de Dios. Esta es la manera de comer a Jesús. Ustedes pueden comer a Jesús individualmente y también con sus compañeros. Esta es la manera de tomar Sus riquezas a fin de ser Su plenitud. Ahora mismo, les animo a orar-leer los versículos citados en este párrafo.
Preguntas
- ¿Qué implica el que Cristo sea la Cabeza del Cuerpo?
- Hemos visto que el Cuerpo de Cristo se compone de miembros orgánicos. ¿Podría usted contratar o despedir a alguien para alguna función particular en el Cuerpo? ¿Por qué?
- ¿Cómo es que nosotros, los miembros del Cuerpo de Cristo, llegamos a ser Su plenitud?
Pasajes citados
- El organismo del Dios Triuno en la unión orgánica de Su Trinidad divina (Lee/LSM), págs. 8-9.
- Conclusion of the New Testament [La conclusión del Nuevo Testamento] (Lee/LSM), págs. 2265, 2270.
- La revelación básica contenida en las santas Escrituras (Lee/LSM), págs. 61-62.
Referencias adicionales
- La revelación básica contenida en las santas Escrituras (Lee/LSM), págs. 59, 62-64.
- El Cuerpo de Cristo (Lee/LSM), pág. 30.
- La edificación del Cuerpo de Cristo (Lee/LSM), págs. 8-9.
- The Completing Ministry of Paul [El ministerio de Pablo: un ministerio que completó la revelación divina] (Lee/LSM), págs. 35, 77.
- The Conclusion of the New Testament [La conclusión del Nuevo Testamento] (Lee/LSM), págs. 2245, 2099-2100.
- Life-study of Ephesians [Estudio-vida de Efesios] (Lee/LSM), págs. 156, 624.
- Un solo y nuevo hombre (Lee/LSM), pág. 9.
- The Organic Building Up of the Church as the Body of Christ [La edificación orgánica de la iglesia como Cuerpo de Cristo] (Lee/LSM), págs. 17, 31-32.
- The Practical and Organic Building Up of the Church [La edificación práctica y orgánica de la iglesia] (Lee/LSM), págs. 8-9.
- La expresión práctica de la iglesia (Lee/LSM), págs. 13-15.
- The Problem of the Unity of the Church [El problema de falta de unidad en la iglesia] (Nee/LSM), págs. 39-41.