Watchman Nee Libro Book cap.3 El cantar de los cantares
EL LLAMADO A VIVIR EN ASCENSIÓN
SECCIÓN TRES
EL LLAMADO A VIVIR EN ASCENSIÓN
(3:6—5:1)
I. LA NUEVA CREACIÓN (3:6—4:6)
En la sección anterior [la amada dice en cuanto al Señor:] “Lo metí en la casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz”, y El permanece allí por un largo período. Este es un lugar donde El puede descansar. Aunque el abrazo de la doncella no es necesariamente bueno, es un lugar donde el Señor puede permanecer. Allí todo es amor y gracia. Allí ella ve su propia vanidad y que todo proviene del amor y la gracia de Dios. ¿Quién puede contar las lecciones que aprendemos del amor y de la gracia de Dios? Son ilimitadas las lecciones que Cristo nos enseña del amor y la gracia de Dios. Ya que la doncella puede permanecer calmada en la casa de su madre y en “la cámara de la que me dio a luz”, ella debe de haber pasado la prueba y aprendido las lecciones que debía en la segunda sección. Dios le da en Su amor la gracia y el poder para que ella sepa lo que El requiere de ella. Debemos darnos cuenta de que una persona que busque al Señor debe tener más de una experiencia en la segunda sección. Tenemos que experimentar esta sección varias veces. Sin embargo, el Espíritu de Dios no repite el relato de estas experiencias, a pesar de que los fracasos y los quebrantos sean inevitablemente repetitivos. Todas las cosas, incluyendo los fracasos y los quebrantos provienen del amor de Dios y se llevan a cabo por medio de Su gracia. Siempre descubrimos que Sus planes se basan en Su amor y siempre podemos recibir ayuda de Su gracia. Por tanto, no tenemos que comparar experiencias; sólo debemos comprender que ella está bajo el amor y la gracia de Dios. El amor de Dios no ha muerto; Su gracia actúa constante e intensamente. En la sección siguiente, la vemos avanzar de una manera extraordinaria. Su vida está obviamente en un nivel más elevado que en la primera sección. No sabemos quién habla en 3:6-11. Las palabras no son pronunciadas por la doncella ni por el amado, sino por una tercera persona. El Espíritu Santo expresa Su perspectiva de la doncella mediante las palabras de un espectador. Esto muestra el resultado de las lecciones que la doncella aprendió en la casa de su madre y al ser quebrantada en la sección anterior. (El versículo 4 incluye la historia que narra cómo aprendió la lección de permanecer quieta en la casa de su madre.)
A. La unión completa (3:6-11)
El versículo 6 dice: “¿Quién es ésta que sube del desierto como columna de humo, sahumada de mirra y de incienso y de todo polvo aromático?” “La doncella gradualmente deja atrás la vida de desierto (una vida sin reposo) y entra en un descanso pleno. El desierto es un lugar donde se vaga. Ella gradualmente sale del desierto y poco a poco deja de vagar para entrar en el descanso del Señor. En la Biblia, el desierto está siempre al sur, cerca de Egipto, mientras que Canaán está al norte. Esta es la razón por la cual dice que ella “sube”. Subir significa alejarse del sur y salir de Egipto. Esto no se produce instantáneamente, sino en un progreso gradual, dejando paulatinamente de vagar y abandonando toda influencia mundana, para llegar a la posesión que Dios dio a los creyentes. Ella comenzó este viaje por el desierto en la casa de su madre. (Todas las experiencias que tuvo en el desierto las vivió por medio del amor y la gracia de Dios.) Ahora ella está a punto de iniciar una vida celestial.
¿Cómo es ella? Es como una columna de humo que ha pasado por el fuego (Jl. 2:30). Esto se refiere al poder del Espíritu (cfr. Hch. 2:3-4, que describe la venida del Espíritu Santo). El humo se disipa fácilmente. Pero este versículo habla de una columna de humo, lo cual significa que ella es inconmovible. Ella viene del desierto y aunque es humo tiene forma de columna. Esto significa que está llena del poder del Espíritu Santo. Aunque los seres humanos no son dignos de confianza, ella ha llegado a ser una columna. Una columna es algo firme y seguro (Ap. 3:12; ser una columna en el templo de Dios significa no salir jamás).
“Sahumada”. Cuando se sahuma o perfuma algo, el objeto primero debe absorber el elemento para luego esparcir el aroma. Ella tuvo que experimentar personalmente primero y luego expresar eso externamente. Ella se aplica la fragancia de Cristo y luego esparce Su fragancia.
“La mirra” se refiere a los sufrimientos y la muerte de Cristo. La doncella se ha perfumado con mirra, lo cual indica que ha experimentado la cruz personalmente. Ella ha pasado por la experiencia de Filipenses 3:10.
“El incienso” da énfasis a la fragancia. La mirra denota muerte, y el incienso resurrección. El incienso se refiere a la vida del Señor, y particularmente a Su vida de oración. También se refiere a las virtudes de Cristo, las cuales Dios considera fragantes. Es interesante notar que el Señor primero vivió y luego murió; mientras que nosotros recibimos Su muerte primero y luego experimentamos Su vida terrenal. Por lo tanto, primero figura la mirra y luego el incienso.
“Todo polvo aromático”. Los polvos aromáticos se obtienen de los mercaderes. En Mateo 13:45 podemos ver que el mercader es el Señor Jesús. La doncella no sólo tiene la mirra y el incienso, sino también todo lo proveniente del Señor Jesús, esto es, todo lo que el Señor puede vender. Como comerciante El no puede darlo todo gratis. Por tanto, ella tiene que obtener todo pagando el precio. (En Mateo 13:45 el Señor compra; y en este versículo El vende.) Ella paga un precio muy elevado al comprarle todo al Señor. “Todo polvo aromático” parece complementar la mirra y el incienso.
Los versículos 7 y 8 dicen: “He aquí es la litera de Salomón; sesenta valientes la rodean, de los fuertes de Israel. Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su espada sobre su muslo, por los temores de la noche”. La palabra “temores” del versículo 8 puede traducirse “peligros”. La respuesta es interesante. La pregunta del versículo 6 se relaciona con la doncella, pero la respuesta tiene que ver con el rey.
¿A qué se refiere “la litera”? Se refiere a la victoria de Salomón. Una litera se usa de noche, cuando reina la oscuridad. No debe haber descanso cuando reina la oscuridad. Sin embargo, Salomón podía obtener esta litera. La noche no estaba libre de amenazas, y aún así podía usar su litera. Por tanto, esto se refiere a la victoria de Cristo y a la forma en que venció el poder de las tinieblas.
Alrededor de la litera hay sesenta valientes, cada uno de los cuales tiene una espada; llevan las espadas sobres sus muslos y son expertos en la guerra. Todos ellos son valientes de Israel. Todas estas expresiones significan que la litera de Salomón está preparada para afrontar los peligros de la noche. Puede afrontar todo lo que suceda y controlar cualquier situación. En otras palabras, ningún enemigo puede sacar a Salomón del reposo de su victoria. Los valientes representan el poder de Salomón. El tiene el poder de hacer frente a todos sus enemigos. El mantiene su litera, lo cual significa que es más que vencedor. La pregunta está relacionada con la doncella, mientras que la respuesta se relaciona con Salomón. Esto muestra la unión entre la doncella y Salomón. Todo lo que le pertenece a Salomón le pertenece a ella; esto es unidad. La unión entre la doncella y la victoria de Cristo alude al disfrute que tenemos de la victoria obtenida por Cristo sobre Satanás. Más aún, hay muchos ángeles hoy que están listos para pelear por la victoria de Cristo. La victoria ya se ganó; ellos sólo mantienen esta victoria. El ya es Rey; ellos sólo mantienen en alto Su victoria.
Los versículos 9 y 10 dicen: “El rey Salomón se hizo una carroza de madera del Líbano, hizo sus columnas de plata, su respaldo de oro, su asiento de grana, su interior recamado de amor por las doncellas de Jerusalén”. Esta es la segunda parte de la respuesta. La palabra “he aquí” del versículo 7 abarca los versículos 9 y 10. La palabra “carroza” también se puede traducir “palanquín”. La litera la usa Salomón de noche, mientras que el palanquín lo usa en el día. Si la litera se refiere al descanso, el palanquín debe de referirse a su mover. Si la litera denota el lugar de su morada, el palanquín debe de referirse a su comunión. Si la litera está relacionada con el enemigo, el palanquín lo está con el amigo.
Vemos un palanquín, no una carroza. Si fuese una carroza, se necesitarían ruedas. Pero un palanquín es transportado por hombres. Debemos recordar la historia del arca. El arca no era tirada por bueyes, sino por los hijos de Coat. Esto significa que en el mover de Dios entre Sus hijos, Cristo es cargado por quienes le pertenecen.
El palanquín es hecho de madera del Líbano, o sea, cedro. La madera denota la humanidad, pero la madera del Líbano denota la humanidad elevada y noble.
“Hizo sus columnas de plata”, la cual denota redención. Desde el punto de vista objetivo, esto significa que Cristo es cargado por otros para llevar a cabo Su redención. En el aspecto subjetivo, significa que la obra de la cruz tiene que quitar toda carne. Solamente así podremos expresar a Cristo.
“Su respaldo de oro” indica que todo proviene de Dios. La vida divina es la vida que recibimos cuando fuimos regenerados. Participamos plenamente de esta vida cuando llegamos a estar completamente unidos a la cruz. La vida de Dios es la única en la cual nos podemos apoyar para expresar a Cristo. Fuera de la vida de Dios, no hay donde podamos apoyarnos.
“Su asiento de grana” es de grana porque El es el Rey y debe reinar. Todo principado está sobre Sus hombros. El recibirá el reinado y se sentará como Rey.
“Su interior recamado de amor por las doncellas de Jerusalén”. El amor está bajo sus pies; está en la base del palanquín. Esto significa que todos los santos lo aman.
La pregunta postulada anteriormente es: “¿Quién es ésta que sube del desierto?” y la respuesta fue: “El rey Salomón se hizo un palanquín”, lo cual alude a la unión entre los creyentes y el Señor. La respuesta primero abarca la posición de Salomón ante sus enemigos. Ahora presenta su posición ante sus amigos. En el primer caso, se habla del poder de Salomón y en este caso, se habla de su gloria. En la primera parte, vemos que la fuerza de Salomón es la de la doncella. Vemos que la gloria de Salomón es la gloria de la doncella.
El palanquín, las columnas, el respaldo, el asiento y el amor pertenecen a Salomón y a ella. Más aún, Salomón, quien está en medio de todas estas cosas, también es de ella. Estas cosas no sólo pertenecen a ella, sino que son ella misma. Esta es una gran unión. Estas dos oraciones nos muestran la perfecta unión entre la doncella y Salomón. Esta es la razón por la cual la pregunta se relaciona con la doncella, pero la respuesta con el rey.
El versículo 11 dice: “Salid, oh doncellas de Sión, y ved al rey Salomón con la corona con que le coronó su madre en el día de su desposorio, y el día del gozo de su corazón”. En 3:11 tenemos una buena relación de amor. Antes el Rey y la doncella eran amigos solamente, pero ahora hay un compromiso matrimonial entre ellos.
Las “doncellas de Sión” posiblemente sea una alusión a los vencedores. Ellas pueden identificarse con las experiencias de otros. Esta corona no es la corona de gloria ni la corona para reinar en el milenio, pues no se refiere a la autoridad (el reinado). Es una corona dada por su madre, además de las demás coronas que El ya tiene. Esta corona le es dada para su matrimonio y para el gozo de su corazón. Hay dos clases de coronas en el Nuevo Testamento. Una denota gloria y autoridad, y la otra gozo (1 Ts. 2:19). La corona de Salomón pertenece a esta segunda clase; es una corona de gozo. Por lo tanto la corona se refiere a la persona con quien se va a casar. El rey va a obtener a la doncella de la misma manera como obtiene una corona. Esto le traerá gozo a su corazón. De ahí en adelante, él considera a la doncella como la corona más preciada; como si ella fuese su jactancia y gloria.
Hay diferentes explicaciones para la palabra “madre”, ninguna de las cuales es satisfactoria. Todas las explicaciones tienen su base, pero ninguna se relaciona con la línea espiritual. Al comparar estas explicaciones, me parece que la palabra “madre” es una referencia a la humanidad en general. El padre del Señor Jesús es Dios y Su madre carnal es humana. Esto parece indicar que el Señor Jesús escogió una mujer del linaje humano que satisficiera Su corazón.
De ahí en adelante, se establece una relación matrimonial entre la doncella y el rey. El amor y el gozo conyugales vienen sólo después de que se produce una unión completa. La Biblia nos muestra que disfrutamos nuestro matrimonio con el Señor cuando experimentamos una unidad con El.
Llegamos al final de las palabras de la tercera persona.
B. La belleza de la nueva creación (4:1-5)
Los versículos del 1 al 5 dicen: “He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como manada de cabras que se recuestan en las laderas de Galaad. Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas, que suben del lavadero, todas con crías gemelas, y ninguna entre ellas estéril. Tus labios como hilo de grana, y tu habla hermosa; tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo. Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería; mil escudos están colgados en ella, todos escudos de valientes. Tus dos pechos, como gemelos de gacela, que se apacientan entre lirios”. Debido a las numerosas experiencias anteriores, el Rey repite las palabras que ya había dicho: “He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa”. El Rey le puede decir esto confiadamente porque ella ya pasó por todas estas experiencias. Debido a que ella pasó por la experiencia de 3:6 y tiene una perfecta unión con el Rey, ya no retiene estas alabanzas para su propia gloria. Es por esto que el Rey la puede alabar.
La alabanza del Rey tiene siete aspectos en esta sección. Estas alabanzas muestran las expresiones externas de una persona que está completamente unida al Señor y que ha entendido lo que es tomar la cruz y experimentar la resurrección. En otras palabras, estas alabanzas revelan la condición de una nueva creación en Cristo.
1. Los ojos de paloma representan discernimiento espiritual
Lo primero que una persona obtiene cuando avanza espiritualmente es discernimiento espiritual; puede distinguir asuntos espirituales. Los ojos de paloma denotan enfoque y espiritualidad, debido a que el Espíritu Santo es comparado con una paloma. Cuando los ojos tienen un solo enfoque, tienen discernimiento espiritual. Pero hay un gran peligro cuando carecemos de un velo en nuestro discernimiento espiritual. (La palabra “guedejas” de este versículo es traducida “velos” en algunas versiones.) Un velo es algo que cubre. Estar detrás de los velos significa que a pesar de que una persona tenga discernimiento espiritual, no permitirá que otros vean lo que hay dentro de él. Uno puede tener ojos como de paloma, y al mismo tiempo carecer de velos. Es muy fácil dar a otros precipitadamente lo que uno ve. Además los ojos cubiertos por velos no están a la vista de hombres comunes. Esto significa que los ojos de uno están velados al mundo. El mundo no sabe que uno tiene discernimiento espiritual. Para el mundo los ojos de una persona así son iguales a los de cualquier otra. La necedad y el error del creyente consiste en divulgar indiscriminadamente las cosas que ha visto por medio del Espíritu Santo. Debemos darnos cuenta de que sabremos muy poco acerca del poder y la obra del Espíritu Santo si no tenemos discernimiento espiritual. Cuanto más tengamos del Espíritu, más serán nuestros ojos de paloma. No podemos estar completamente aislados de la paloma y aún así tener ojos de paloma. Toda luz verdadera viene del Espíritu Santo. Sin embargo, muchas veces esta luz debe estar velada para el mundo. Este es el primer punto relacionado con la belleza de la doncella. Pocas veces estimamos el discernimiento espiritual como algo que satisface al Señor. Pero necesitamos ver que El valora nuestro discernimiento espiritual.
2. El cabello representa la consagración y la obediencia
El cabello se menciona brevemente en la Biblia. En la historia de Sansón el cabello indicaba consagración. Preservar su cabello significaba que reservaba todo lo que el tenía para Dios. Esta es la razón por la cual era fuerte (Jue. 16:17). Nuestra consagración ante Dios determina nuestro poder ante los hombres. La medida de nuestra consagración a Dios y el grado de perfección y pureza de la misma, determina la medida de poder que tendremos ante los hombres. La consagración que santifica es la base de toda fuerza. En la Biblia el cabello también representa algo que cubre. El cabello de una mujer y el cabello de un nazareo comunican el mismo sentido: significa estar en obediencia, teniendo cubierto todo lo que proviene del hombre, de la vida natural y de la carne, y permitiendo que Dios sea expresado.
“Tus cabellos como manada de cabras que se recuestan en las laderas de Galaad”. La mayoría de las cabras son blancas. El monte de Galaad es un lugar cubierto de cabras y de pastos (Jer. 50:19; Mi. 7:14). Las cabras son usadas en la Biblia como ofrendas por el pecado. El cabello de la doncella es como manada de cabras que se recuestan en las laderas de Galaad. Esto es un símbolo; significa que ella está bien alimentada y lista para ser una ofrenda. ¿Dónde se manifiesta nuestra consagración y obediencia? En el lugar donde recibimos la nutrición y el alimento de Dios. Tanto la nutrición como el alimento de Dios tiene como fin la consagración. Es aquí donde yace nuestro poder y nuestra obediencia.
3. Los dientes representan el poder de recibir
Los dientes se usan para masticar los alimentos. No denotan el alimento mismo, sino la ingestión del mismo. Dios muestra en la Biblia que El nos ha dado diferentes clases de alimento. Este versículo presenta la capacidad de recibir diferentes clases de alimento. Simbólicamente, la capacidad de digerir no se halla en los recién nacidos, sino en los niños más crecidos, debido a que éstos tienen dientes.
“Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas, que suben del lavadero, todas con crías gemelas, y ninguna entre ellas estéril”. ¿Por qué dice “manadas de ovejas”? Porque sólo las ovejas se alimentan de hierba. Si hay algo de Cristo en una persona, ésta podrá recibir el alimento de Dios. Solamente lo que corresponda al Cristo que está en nosotros, tomará lo que provenga de El.
En la Biblia la lana de las ovejas denota la vida o el celo carnales. Cuando un sacerdote entraba al Lugar Santísimo, no se le permitía usar nada que fuese hecho de lana (Ez. 44:17). En la Biblia la justicia que Cristo nos da por el Espíritu Santo está representada por el lino fino. La vida natural de los santos ha sido eliminada por la cruz. Por lo tanto, este versículo dice que los dientes de la doncella son como manadas de ovejas trasquiladas. Esto significa que el poder para recibir ya no es motivado por la fuerza natural. Al buscar al Señor, al recibir Su gracia y al estudiar la Biblia, no debemos emplear el celo carnal. Si nos valemos de nuestra propia fuerza y obramos según nos parezca, es como si tuviéramos dientes que el Señor no aprueba. Las ovejas trasquiladas también están lavadas; son limpias y ordenadas. Subir del lavadero significa que la meta de la búsqueda de la doncella es la limpieza.
“Todas con crías gemelas y ninguna de ellas estéril”. Esto significa orden e indica que el poder para recibir es uniforme. No acepta algunas cosas y rechaza otras, ni posee fe en los asuntos espirituales mas no en los materiales. Si una persona recibe solamente ciertas verdades o si no puede tener fe en lo relacionado con los asuntos materiales, sus dientes no tienen crías gemelas y algunas de éstas serán estériles. Tener crías gemelas y ninguna de ellas estéril, significa recibir sin reservas todas las cosas. Nuestro dientes naturales están ordenados por pares. Los dientes de la doncella con crías gemelas indican que el poder de recibir es siempre igual y uniforme.
4. Los labios representan la expresión
Si los dientes significan ingerir o recibir, los labios significan expresión. Los dientes se relacionan con los alimentos, y los labios deben expresar lo que se ha ingerido. En la nueva creación, al Señor no sólo le interesa nuestro discernimiento, nuestra consagración y nuestra capacidad de recibir, sino también nuestras palabras.
Hay dos maneras de explicar lo que significa “hilo de grana”. (1) Significa redención (Jos. 2:21) y (2) autoridad (Mt. 27:28-29). Por un lado, es una señal de tener labios limpios (Is. 6:6-7), y por otro, significa que todo lo que se habla está bajo la autoridad del Rey y que los labios están bajo el gobierno del Rey. Esto difiere de lo dicho en Salmos 12:4: “Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios son nuestros; ¿quién es señor de nosotros?” Solamente los labios que han pasado por la redención, que están bajo la autoridad del Señor y que no hablan según su propia voluntad tendrán un “habla hermosa” (Cnt. 4:3). Los dientes se mencionan antes que los labios, porque si uno ingiere algo malo, lo que salga será inevitablemente malo.
5. Las mejillas representan la belleza externa
Las mejillas expresan la belleza. Todas nuestras expresiones externas (gozo, ira, pena, felicidad, y demás) se pueden observar en nuestras mejillas.
“Tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo”. Esta no es una granada completa, sino partida. En la Biblia la granada es signo de abundancia de vida. La granada está llena de semillas y cada semilla es jugosa, roja, dulce y hermosa. Esto significa que la belleza externa de los creyentes viene de la abundancia de la vida del Señor. Sin embargo, todo esto debe estar velado a los ojos del mundo, indicado por la granada detrás del velo. El único que percibe nuestra belleza es el Señor. Aunque debemos dar un buen testimonio a los de afuera y aunque nuestra luz debe brillar delante de los hombres, no actuamos para exhibirnos a nosotros mismos. Nuestra expresión solamente debe mostrar al Señor. El principio de la vida del creyente consiste en permanecer siempre detrás del velo y mantener la puerta cerrada.
6. El cuello representa la sumisión de la voluntad
El cuello representa la voluntad del hombre. La Biblia se refiere a los que caminan de acuerdo con su propia voluntad como aquellos que se ensoberbecen y andan con cuello erguido (Is. 3:16). Por tanto, el cuello denota la voluntad del hombre con relación a Dios. El Señor considera la sumisión de la voluntad del hombre como lo más hermoso que éste puede tener. En este versículo hay dos aspectos de una voluntad sumisa. Primero, “tu cuello, como la torre”. Una torre describe una condición contraria a la condición de una persona encorvada. En la Biblia, se entiende que las personas encorvadas están atadas por Satanás, lo cual hace que siempre miren hacia la tierra (Lc. 13:11, 16). Cuando el cuello es como una torre, se da a entender que la persona es libre, no está atada por Satanás y no ama al mundo. Una torre también denota fuerza. La voluntad de la doncella ha sido fortalecida por Dios al punto de que ella no ama al mundo y no es afectada por Satanás. En segundo lugar, “tu cuello, como la torre de David”. Esta no es una torre común; es la torre de David. Además de la fortaleza y la liberación, vemos que la voluntad de la doncella ha sido completamente sometida a David. Su fortaleza y su liberación se deben a su sumisión a Cristo. Debemos darnos cuenta de la importancia de ser cautivados por Cristo.
¿Para qué se edifica esta torre? Es “edificada para armería”. Esto indica que la guerra espiritual se pelea con el propósito de defender la voluntad. El armamento almacenado en la torre alude a la victoria de Cristo, la cual preserva la voluntad de los creyentes de la usurpación del enemigo. Sin embargo, las armas no tienen el fin de atacar sino de defender. Por eso, sólo se mencionan los escudos. Los escudos protegen. “Mil” significa un gran número. “Valientes” hace referencia a la fuerza. En resumen, este versículo indica que la doncella está dispuesta a someterse completamente a la voluntad de David. Ella es tan fuerte como una torre y lleva a cabo la voluntad de David. Ella está en guardia vigilando para no permitir que su voluntad sumisa sea usurpada por el enemigo.
7. Los dos pechos representan el asiento de las emociones
De todos nuestros sentimientos santos, los más importantes son nuestra fe y nuestro amor. Con éstos dos abrazamos al Señor. En ellos sentimos Su intimidad y por medio de ellos El se nos acerca. La fe y el amor son la única manera en que nos unimos al Señor y ambos deben combinarse. La fe y el amor deben ir juntos; es por eso que son dos pechos de una misma persona.
Las gacelas se asustan fácilmente; son tímidas y temerosas; son muy sensibles. Estos son los sentimientos santos que hemos reservado para el Señor; ellos no son abiertos sino que son preservados con mucho afecto. Debemos guardarlos celosamente y no menospreciarlos. Si somos descuidados, los perderemos fácilmente.
¿Qué clase de gacelas son éstas? Son “gemelos de gacela”. Esto significa que las dos gacelas nacen de la misma madre y tienen el mismo tamaño. Esto indica que la fe y el amor deben crecer juntos. Nadie puede ser alabado por su belleza si tiene una fe grande y un amor pequeño, o viceversa. Si ése fuese el caso, el Señor no lo consideraría hermoso. En el Nuevo Testamento se les da a estos dos asuntos el mismo énfasis (Gá. 5:6; 1 Ti. 1:5, 14; Flm. 5). En la esfera espiritual no existe eso de tener una fe grande y un amor pequeño, ni el caso contrario. Si uno es grande, el otro también debe serlo, y si uno es pequeño, el otro será pequeño. Uno posee los dos o no posee ninguno, pues son los dos pechos y las dos gacelas nacidas de la misma madre.
Las dos gacelas “se apacientan entre lirios”. Esto significa que la fe y el amor sólo pueden alimentarse y crecer en un ambiente que corresponda a la naturaleza de la vida recibida de Dios. “Los lirios” se refieren al cuidado, las promesas y la pureza que uno recibe de Dios. La fe y el amor deben estar en tal ambiente para poder ser alimentados. Es posible encontrar lirios entre los espinos, pero la fe y el amor nunca crecerán en el mundo (los espinos). Los lirios representan la esfera celestial. La fe y el amor se hallan en la esfera celestial. Los lirios denotan la pureza que proviene de Dios, una buena conciencia. Una vez que la conciencia es dañada, la fe y el amor se desvanecen. La fe y el amor pueden crecer solamente en el ambiente de una conciencia limpia. “Apacentarse entre lirios” es estar en la lugar donde el Señor da alimento (Cnt. 2:16). A fin de que la fe y el amor crezcan, deben permanecer en el lugar donde el Señor alimenta.
C. La búsqueda profunda de la doncella (4:6)
El versículo 6 dice: “Hasta que apunte el día y huyan las sombras, me iré al monte de la mirra, y al collado del incienso”.
Cantares 3:6-11 nos muestra la unión de la doncella con el Señor. Los versículos del 1 al 5 del capítulo cuatro nos presentan el resultado de la unión: la satisfacción del Señor. El Señor ahora observa su belleza. En la primera sección (1:2—2:7) vemos principalmente que la doncella alaba al Rey. La alabanza que el Rey brinda a la doncella es muy simple. En la primera sección la doncella habla bastante con respecto a sí misma. Antes de que una persona haya tenido una experiencia profunda con el Señor y antes de que sea totalmente quebrantada por El, se complace en hablar de sus propias experiencias espirituales, de su propia condición espiritual, de su progreso y de lo que ha adquirido. También, le gusta hablar acerca de su comunión con el Señor, del amor del Señor, de Sus promesas y de las respuestas que ha recibido a sus oraciones; le encanta hablar de asuntos entre ella y el Señor. Esta persona tal vez no haya experimentado el tercer cielo, pero cualquiera que sea su experiencia, no puede esperar catorce años antes de hablar acerca de ella. No ha sido quebrantada por el Señor. Sus palabras ponen en evidencia su superficialidad. Después de pasar por el desierto, hablará menos y menos. Como resultado, una tercera persona habla en 3:6-11, y el Rey habla en 4:1-5.
La doncella ha desarrollado la suficiente capacidad para no hablar de su experiencia y de su relación con el Rey. No solamente puede permanecer en silencio, sino que puede escuchar. En realidad, solamente los que permanecen en silencio pueden escuchar. Ella ha pasado por la cruz y, por medio del Espíritu Santo, sabe controlarse a sí misma y sus sentimientos. Esta es la razón por la cual puede permanecer callada. Al mismo tiempo, la obra de la cruz y la restricción del Espíritu Santo la hacen apta para escuchar la alabanza del Señor sin emocionarse ni enorgullecerse. De hecho, la alabanza del Señor produce en dicha persona un sentimiento de debilidad y al mismo tiempo se da cuenta de que necesita experimentar la cruz de una manera profunda. ¡Cuán diferente es ésta a su condición anterior! Después de la narración hecha por una tercera persona, no saca a relucir experiencias que la tercera persona no mencionó. Después de ser alabada por el Rey, no trata de ser humilde ni de decir algo que muestre su bondad. Ella sólo dice una frase breve calmadamente.
“Hasta que apunte el día y huyan las sombras, me iré al monte de la mirra, y al collado del incienso”. En estas breves palabras vemos que ella se da cuenta de su condición actual y de su necesidad futura y dice: “Hasta que apunte el día y huyan las sombras”. Ella se da cuenta de que no ha alcanzado la perfección y que su día no ha amanecido; es consciente de que todavía vive en la penumbra. No se ha olvidado de su condición a pesar de las alabanzas que ha recibido. ¿No es su unidad con el Señor muy auténtica? ¿No es su vida, una vida hermosa? La evaluación del Espíritu Santo y las alabanzas de Cristo muestran que ella ha alcanzado un nivel elevado delante del Señor. No hay barreras entre ella y el Señor, y El no ha encontrado ninguna imperfección en ella. Esto es lo que ve el Señor. Los creyentes más experimentados se dan cuenta que aunque un creyente puede ser maduro y perfeccionado, sin sombras delante del Señor y totalmente bañado por la luz matutina del Señor, es posible que ellos mismos tengan sombras y que la mañana no les haya amanecido todavía. Cuanto más una persona está en la luz, más se da cuenta de lo que son las sombras. Cuanto más perfecta llegue a ser una persona, más imperfección verá. Cuanto más camina a la luz de Dios, más consciente es de su necesidad de ser limpio de todos sus pecados por medio de la sangre de Jesús Su Hijo. Aunque la doncella ha sido alabada por el Señor, no puede evitar el sentir de que su amanecer espiritual no ha llegado aún. Las sombras están presentes todavía y no parece haber mucha diferencia entre el presente y los días anteriores, cuando ella vagaba por el desierto.
¿Qué debe hacer ella ahora? Hasta que apunte el día y huyan las sombras, tiene que ir al monte de la mirra y al collado del incienso. No se alejará de estos lugares hasta que apunte el día y huyan las sombras.
Para llegar a experimentar en plenitud el momento cuando apunte el día y huyan las sombras, será necesario esperar hasta la venida del Señor. La única salvación de la doncella es ir al monte de la mirra y al collado del incienso. Aunque el Señor la alaba y el Espíritu Santo reconoce su unión total con el Señor, aún así, ella está consciente de su propia debilidad, corrupción, maldad e inutilidad. Antes de llegar a la perfección debemos continuar en el camino de la cruz y debemos aplicar la vida del Señor en el Espíritu. Cuando la doncella salió del desierto, ella escasamente se perfumó con mirra. Ahora tiene que ir al monte de la mirra. Anteriormente ella se había perfumado con incienso. Ahora ella va al collado del incienso. Si el perfumar de la mirra y del incienso nos lleva a una unión completa con el Señor y nos hace más hermosos a los ojos del Señor, iremos de ahora en adelante al monte de la mirra y moraremos en el collado del incienso. Si los sufrimientos y la muerte por medio de la cruz nos libran de tener una vida en el desierto, a partir de hoy buscaremos una unión más profunda con la cruz. Estamos dispuestos a sufrir dolores más grandes y muertes más profundas hasta que amanezca el día sobre nosotros. Si al vivir por la vida del Señor, somos guiados a avanzar paso a paso, negaremos plenamente nuestra propia vida y viviremos completamente por la vida del Señor, hasta que no quede señal de la vieja creación en nosotros.
Si comparamos nuestra experiencia anterior con la que estamos a punto de atravesar, encontraremos que la mirra y el incienso que experimentamos anteriormente fueron sólo gotas de especias aromáticas. En lo sucesivo, la mirra y el incienso serán tan grandes como un monte y un collado. Nuestra trascendencia, fuerza, discernimiento espiritual, intimidad con el Señor y separación del mundo (montaña y collado indican trascendencia) deben pasar por la muerte y la resurrección del Señor.
II. EL LLAMADO A VIVIR EN ASCENSION (4:7-15)
Los versículos 1-5 del capítulo cuatro muestran la apariencia externa de la doncella, mientras que los versículos 7-15 presentan la relación interna de la doncella con el Rey.
A. El llamado (4:7-8)
Estas son las palabras del rey. Todos los expositores de la Biblia están de acuerdo en que esta parte se refiere a la ascensión.
El versículo 7 dice: “Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha”. Después de que la doncella ha visto la cruz y la resurrección de una manera más profunda y completa, el rey le dice esto: “Toda tú eres hermosa … y en ti no hay mancha”. Anteriormente el rey dijo solamente que ella era hermosa; ahora dice que toda ella es hermosa. Todas sus manchas han sido eliminadas por la cruz; ella las perdió una por una al ser quebrantada. Lo que le queda a ella es sólo la vida celestial y santa del Señor, la cual está en el nuevo terreno de la resurrección. Por lo tanto, vemos que toda ella es hermosa.
El versículo 8 dice: “Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía; ven conmigo desde el Líbano. Mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos”. En la segunda sección, el Rey le pide dos cosas: (1) que ella se levante y (2) que vaya con El. Después de que ella fue quebrantada por el Señor, se levantó. Pero ella no ha aprendido todavía a seguir al Señor en Su obra y en Su mover. Una vez que el Señor pide algo, El nunca acepta menos. Algunas veces podemos retrasar Su itinerario y en ocasiones Su tiempo no ha llegado, pero El nunca cambia de parecer. Cuando hayamos pasado por el quebrantamiento y cuando venga Su momento, El dirá una vez más: “Ven conmigo”. Ahora el Señor la llama a vivir en ascensión. Muchas personas piensan que éste es un llamado a salir del Líbano. Personalmente, creo que ésta es una expresión poética, y a pesar de que dice ven “desde” el Líbano, no hay razón por la cual ella tenga que abandonar el Líbano. Por el contrario, en los versículos siguientes, parte de las experiencias nuevas de la doncella se relacionan con el aroma y las fuentes del Líbano. El Líbano al cual se hace referencia aquí, es un monte alto; es el lugar donde se produce el cedro. Por lo tanto, representa la nobleza del cedro. En la Biblia un monte alto significa, en muchas ocasiones, una separación entre la tierra y un lugar celestial. Por tanto, este llamado es un llamado a vivir en ascensión. Específicamente, este llamado es un llamado a que los creyentes tomen como base la ascensión y miren desde allí, lo cual es una visión de ascensión.
El creyente debe mantenerse en este monte. Aunque muchas personas han fracasado, el lugar que el Señor les ha asignado sigue siendo la cumbre de este monte celestial. Allí se está cerca del cielo. En realidad, el cielo está a todo su alrededor. En la cumbre de este monte la tierra está lejos. Las tres cumbres indican que aun en los lugares celestiales, también hay diferentes picos. Hay más de un pico, hay mucho terreno donde movernos; no estamos atados.
“Amana” significa verdad. Podemos mirar desde esta cima. Podemos morar sobre la cima, sobre todo lo verdadero, todo lo de Cristo.
“Senir” significa armadura blanda, lo cual es una referencia a la armadura que nos da el Espíritu Santo. La idea que expresa este versículo está estrechamente relacionada con la guerra. Con frecuencia debemos observar las cosas de abajo desde el punto de vista de la guerra celestial.
“Hermón” significa destrucción, lo cual se refiere a la victoria de Cristo en la cruz. El es el Hijo de Dios que se manifestó para destruir todas las obras del diablo (1 Jn. 3:8b). Podemos prevalecer en toda batalla para confrontar todos los asuntos terrenales desde la cima de la victoria.
Hay muchas cimas de victoria, y el terreno de la ascensión es amplio; hay lugar para moverse y crecer. Sin embargo, Efesios nos muestra que los lugares celestiales (caps. 1—2) son los mismos lugares donde el enemigo mora (cap. 6). Caminar en la cumbre del monte y mirar hacia abajo desde allí, inevitablemente nos lleva a encontrarnos con las guaridas de los leones y los montes de los leopardos. La tierra es el lugar donde vagan los leones, y el mundo es el lugar donde los leopardos devoran. Aún así, tanto las guaridas de los leones como los montes de los leopardos se hallan en los lugares celestiales. Antes de que conozcamos la ascensión por experiencia, todo lo que encontremos en la tierra es la obra del enemigo. Después de conocer la ascensión, moraremos en los mismos lugares donde habita el enemigo. No debemos sólo estar alerta con relación a la obra del enemigo, sino que debemos enfrentarlo cara a cara. El énfasis que la Biblia hace al referirse a los leones es su rugido. Por lo tanto, su principal trabajo es infundir temor. El énfasis dado a los leopardos en la Biblia se relaciona con su ferocidad. Así que, su obra principalmente es devorar.
El Señor llamó a la doncella a la esfera de la ascensión. Pero no le dijo que todo sería color de rosa. El le muestra que aún viviendo en la cumbre, los leones y leopardos están más cerca de ella que antes. Quienes no entienden Efesios 1 y 2 no pueden entender la guerra espiritual del capítulo seis, pero los que conocen la ascensión están conscientes de la realidad y la cercanía del enemigo. Sin embargo, el Señor nos sigue atrayendo por medio de señales, a que miremos desde este lugar. Nuestra cumbre sigue siendo la verdad, la armadura, la victoria y la destrucción. Lo celestial se puede discernir claramente en los lugares celestiales, y las cosas terrenales sólo pueden ser discernidas claramente desde un punto de vista celestial. El cielo es el único lugar donde todo se ve con claridad. Muchas veces no vemos las cosas desde el cielo, sino que las explicamos desde un punto de vista terrenal. El resultado no es más que necedad. Aun las cosas más pequeñas de la tierra deben ser vistas desde una posición celestial. De no ser así, no podremos entender ni siquiera las cosas más insignificantes. Sin embargo, mirar desde el cielo equivale a mirar desde el lugar de las guaridas de los leones y desde los montes de los leopardos. Si observamos bien, no olvidaremos al enemigo. Si miramos desde el cielo, no podremos evitar notar la relación entre todas las cosas, las guaridas de los leones y los montes de los leopardos. Quienes observan desde una cumbre pueden notar cómo ve el enemigo todas las cosas. Por consiguiente, los que miran desde “la tierra prometida” de la cima de Dios también verán cómo las cosas tienen que ver con los intereses del enemigo.
La guerra espiritual en primer lugar es un asunto de posición, y en segundo lugar, de visión. Si no tenemos la posición, no podemos identificar al enemigo, y si no tenemos una perspectiva celestial, no podemos identificar las mentiras del enemigo. Sin estas dos cosas, no puede haber batalla y no podemos pelear.
Este es un llamado que no tiene precedentes. Es un llamado grande y temible. En la esfera natural es extremadamente difícil que una doncella débil escale la montaña y llegue a la cumbre alta. Cuán aterrador es estar cerca de las guaridas de los leones y los montes de los leopardos. Pero la doncella ha escuchado el llamado. ¿Cómo debe responder?
B. La respuesta silenciosa (4:9)
El versículo 9 dice: “Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has apresado mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello”. Esta es la primera vez que el rey la llama esposa. En este momento, la mente de ella está completamente unida al rey. Esta es la razón por la cual el rey la considera una persona con la que puede comprometerse. Ella puede participar de todo lo que el rey hace. El amor de ella alcanza un grado que es más elevado que lo común y llega a ser puro, al punto de establecer una relación matrimonial. Lo más importante que debemos recordar, es que ella ha pasado por innumerables quebrantos. Para entonces todo lo que se manifiesta en ella pertenece a la nueva creación, y ella puede satisfacer el corazón del Rey. La razón principal por la cual puede ser la esposa del Rey es que El la ama. El Rey puede amarla sin reservas debido a que el Espíritu Santo ha obrado en ella hasta el punto de hacerla hermosa.
Esta es la primera vez que el Rey la llama “hermana”, lo cual se debe a que ella ahora posee la misma naturaleza del Rey. Porque todos, así el que santifica como los que son santificados, de uno son (He. 2:11). La esposa de Abraham era su hermana, e Isaac se casó con una mujer de su propia familia. La diferencia entre Jacob y Esaú radica en que uno se casó con una gentil mientras el otro, con una pariente, alguien de la casa de su madre. Por tanto, el amor de Cristo es abundante para quienes tienen la misma vida que El y que vienen del mismo Padre.
“Prendiste mi corazón”. Esto podría traducirse “me has dado aliento”. El Rey dice: “Me has alentado a amarte; me has animado a acercarme a ti. Me has animado a estar satisfecho contigo y a dirigirte a seguir adelante. Me has animado porque has respondido a mis pedidos y porque has dicho lo que tus ojos han dicho. Cuando tus ojos me miran, ellos dicen que deseas venir conmigo”. En una atmósfera de amor, los ojos dicen mucho más que la boca. ¿No le habló el Señor a Pedro con Sus ojos? (Lc. 22:61). Los espectadores no pueden entender el lenguaje de los ojos, pero el amor sí puede. No sólo los ojos de la doncella revelan su deseo por El; también la gargantilla de su cuello es un símbolo de sumisión a la instrucción de Dios (Pr. 1:9). Ella lo ha animado con su sumisión a la enseñanza del Espíritu Santo y con la edificación moral que el Espíritu Santo ha producido en ella. Ella ha hecho que El la ame y la guíe a seguir adelante.
C. Una íntima relación (4:10-15)
El versículo 10 dice: “¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!” Parece que antes El nunca alabó el amor de ella. El amor es un sentimiento expresado y es diferente de los que expresan los dos pechos. Dios atrae a los hombres con Su Hijo Jesucristo. El puso a Su Hijo sobre la tierra e invitó a los hombres a que lo amaran. Dios manifestó Su amor por medio de Cristo. Cuando los hombres son atraídos por Cristo, responden a la invitación de Dios. Cuando el hombre expresa su amor hacia Cristo, está respondiendo a la invitación que Dios le hizo. El amor es la respuesta del hombre al amor de Dios manifestado por medio de Cristo. La respuesta del hombre a Dios es su amor para con Cristo.
El amor es expresado con más perfección en la medida en que los creyentes se consagran y son quebrantados constantemente. Cuando el Señor ve que los creyentes en su experiencia no ponen su mente en las cosas terrenales sino en las celestiales, dirá: “¡Cuán hermosos son tus amores … cuánto mejores que el vino tus amores!” Cuando la doncella alabó el amor del Rey en 1:2, ella sólo dijo que sus amores eran mejores que el vino. En la alabanza del Rey a la doncella, él dice cuánto mejores que el vino son tus amores. Aquí podemos ver que el aprecio de los creyentes con respecto al amor del Señor no puede igualarse al aprecio del Señor con respecto al amor de los creyentes. Aunque valoramos el amor del Señor, no podemos comprender cuán precioso es Su amor hacia nosotros.
Puesto que el Señor nos ama tan profundamente, puede dar valor a nuestro amor, y Su corazón puede estar satisfecho con él. Conocemos la historia de David y Jonatán. Ellos se besaron el uno al otro y lloraron el uno con el otro” (1 S. 20:41), y más adelante David obtuvo la victoria. Nuestro Señor es el que tiene la preeminencia sobre todas las cosas. Incluso al amarnos, tiene la preeminencia.
“El olor de tus ungüentos [es mejor] que todas las especias aromáticas”. La doncella posee los ungüentos del rey. Este es ungido con el Espíritu Santo y también la doncella. El ungüento sobre la cabeza de Aarón desciende hasta el borde de sus vestiduras. El énfasis aquí no es exclusivamente el ungüento sino la fragancia del mismo, lo cual alude al efecto de la unción del Espíritu Santo. (La palabra “olor” también puede traducirse “fragancia”.) La fragancia es algo que los ojos no pueden ver ni los oídos oír; sólo se puede oler. Lo más difícil de explicar es la fragancia. El lenguaje no puede explicar la idea de fragancia. ¿No es cierto que algunos pueden ser conmovidos no por alguna cosa que pueda ser vista u oída, sino por un sabor espiritual especial que emana de los creyentes que los rodean? Uno no puede darle un nombre a este sabor; esta es su fragancia. Este es el resultado de una vida sujeta al Espíritu Santo. Esta fragancia va más allá de las virtudes humanas. Algunas veces podemos identificar virtudes en un incrédulo que sobrepasan las de un creyente, pero ninguna de éstas puede compararse con la fragancia proveniente de una vida que ha sido moldeada por el Espíritu Santo.
El versículo 11 dice: “Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa; miel y leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano”. (“Olor” en este versículo es diferente de la palabra “olor” del versículo anterior.) Ningún olor natural o humano puede compararse con la fragancia que emana de la doncella. Esto naturalmente hace que los labios de ella destilen como panal de miel. La miel es dulce y restaura a los abatidos. Pero esta dulzura no es producida en una noche. Requiere de un largo período de recolección, actividad interna y almacenaje cuidadoso. Esto solamente lo posee quien es enseñado por Dios. De la boca de la doncella brotan palabras dulces y refrescantes y no chismes, chistes ni imprudencias. Sus palabras no son explosivas, sino gotas de miel que destilan del panal. Esta es la manera más lenta de gotear. Algunas personas tienen urgencia de hablar; sus palabras son como torrentes de charlatanería. Aun cuando hablan de asuntos espirituales, la manera en que lo hacen revela que no han experimentado la obra profunda de la gracia. En este versículo podemos notar que los labios de la doncella no sólo destilan lentamente miel dulce sino también todas las cosas almacenadas en ella. “Miel y leche hay debajo de tu lengua”. Sobre la lengua se recibe el alimento, y debajo de la misma se almacena. Esto significa que ella ha guardado todas estas cosas; hay riquezas en ella. Tiene más alimento que el necesario. La miel restaura a los débiles, mientras que la leche alimenta a los inmaduros. Ella ha guardado tantas riquezas dentro de sí, que el alimento parece estar debajo de su lengua, y ella puede distribuirlo a los necesitados en cualquier momento. Sin embargo, no revela todo lo que tiene. Ella no es como muchas personas que exhiben todo lo que tienen por dentro. La miel y la leche están debajo de su lengua; no están a flor de labios.
Los “vestidos” indican la conducta exterior, andar, actuar, la actividad, el entretenimiento, los ademanes y todo lo relacionado con lo exterior, porque el vestido va por fuera de la persona. Debido a que la morada de la doncella es el Líbano, ella no puede evitar llevar el olor de Líbano en sus vestidos, aun cuando ella camina por el mundo. Ya que ella está con el Señor en el cielo, inevitablemente emana un olor que es más elevado y más suave que el que proviene del mundo.
El versículo 12 dice: “Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; fuente cerrada, fuente sellada”. (El huerto de 4:12, el paraíso de 4:13, los dos huertos mencionados en 4:16 y el huerto de 5:1 están en singular; mientras que los huertos y las aguas de 4:15 están en plural.) El primer pensamiento de Dios en la Biblia fue un huerto. Después de que Dios creó los cielos y la tierra, vemos que inmediatamente crea un huerto. Un jardín no es una tierra común, pues en él no se ven plantas comunes. Tampoco es un campo donde se cosecha. Está diseñado especialmente para disfrutarlo y para exhibir belleza. Puede tener árboles, pero el propósito de los árboles no es producir madera. Puede darse fruto, pero la meta no es el fruto. Su atractivo yace en las flores; las flores están allí por su belleza y por ser placenteras a la vista. Vemos, entonces, que la doncella complace a Cristo. Se da cuenta de que el fin de su existencia no es ella misma, sino su amado. Sin embargo, ella no es sólo un huerto, sino un huerto cerrado; es una fuente cerrada, sellada. Esto significa que el fin exclusivo de ella es el placer de su amado. Aunque ella es un huerto, no es un huerto abierto, sino cerrado. La belleza interior no es vista por todos los ojos. Todo lo que ella tiene debe deleitar a su amado solamente. Números 19:15 dice que cuando una persona muere en una tienda, “toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien ajustada, será inmunda”. Una vasija abierta presenta su contenido al público; es afectada por todo y no está consagrada exclusivamente a Cristo. Cualquier cosa la puede afectar. Si los creyentes de hoy estuvieran un poco más cerrados y más sellados, su obra llegaría a ser más prevaleciente. Un huerto cerrado significa castidad, esto es, santidad. En la Biblia la santidad implica separación. La fuente no tiene como objeto satisfacer a los de afuera.
Los versículo 13 y 14 dicen: “Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves, de flores de alheña y nardos; nardo y azafrán, caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso; mirra y áloes, con todas las principales especias aromáticas”. A pesar de ser éste un huerto, no carece de fruto. La Biblia llama algunas veces a los creyentes renuevos. Esto significa ser llenos del poder de la vida para vencer la muerte y tener el poder de la resurrección (como la vara de Aarón que reverdeció). El poder de la vida es semejante a un paraíso de granados. Los granados denotan la abundancia de fruto. Esto significa que la doncella está llena del poder de la resurrección y del fruto de la resurrección. En los versículos anteriores las granadas se usan para describir las dos mejillas. Los granados no sólo sirven para llevar fruto, sino también para expresar belleza. Este versículo habla de “un paraíso de granados”, lo cual significa que este huerto no sólo es hermoso sino también fructífero. Este huerto no posee una sola clase de fruto, sino muchas.
Las flores y las plantas de las cuales se habla a continuación son notorias no sólo por su color sino también por su fragancia. Al final también vemos árboles de incienso y todas las principales especias aromáticas. Esto indica que se requieren varias cosas en los creyentes con el fin de satisfacer a Cristo (2 Co. 9:8; Col. 1:9-11). El fruto en la primera parte del versículo equivale al fruto del Espíritu, mientras que las especias aromáticas y las hierbas de la segunda parte describen Su gracia.
El versículo 15 dice: “Fuente de huertos, pozo de aguas vivas, que corren del Líbano”. Tanto la fuente como el pozo irrigan el huerto y hacen crecer las flores y los árboles. Un pozo es un depósito de aguas vivas, mientras que una fuente son aguas que fluyen. “El pozo es hondo” (Jn. 4:11), lo cual implica capacidad para almacenar agua, mientras que una fuente son aguas que fluyen constantemente. Un pozo está quieto, mientras que una fuente brota.
Tanto el pozo como la fuente están en el huerto. En el Edén había cuatro ríos, los cuales irrigaban el huerto. En la Nueva Jerusalén hay un río de agua de vida. La Nueva Jerusalén es una ciudad jardín, y el agua de allí irriga el huerto. Este es el ministerio del Espíritu Santo. Dicho ministerio produce huertos mejores y más finos. La fuente de este ministerio no es el huerto, pues fluye de los montes del Líbano. Por lo tanto, sin la ascensión de Cristo, no puede descender el Espíritu Santo. “Si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros” (Jn. 16:7). Todo el fluir espiritual que viene a nosotros tiene su origen en la presentación de Cristo ante el Padre a nuestro favor.
III. UNA VIDA DE AMOR (4:16—5:1)
A. La respuesta de la esposa (4:16)
En la sección anterior, vemos la belleza de la nueva creación (vs. 1-5), la determinación profunda de la doncella (v. 6) y su relación en ascensión con Cristo (vs. 7-15). Se describe la satisfacción que halla el rey en la doncella y en su relación con ella.
El versículo 16 dice: “Levántate, Aquilón, y ven, Austro; soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta”. Su respuesta tiene dos aspectos. El Aquilón, el viento del norte, es frío, amargo y penetrante, mientras que Austro, el viento del sur, es cálido, suave y refrescante.
La doncella se da cuenta de que el Rey la considera su huerto, y ella está consciente de los muchos frutos y de la abundante gracia que ha recibido del Espíritu Santo. Ella no pide paz en sus circunstancias, sino que está preparada para emanar la fragancia de Cristo en cualquier circunstancia en que se encuentre. Ha llegado al punto de darse cuenta de que todos sus problemas son internos y no externos. Si hay una fragancia por dentro, las circunstancias externas, ya sean los vientos del norte o los del sur, solamente harán que se manifieste el olor de la fragancia. Ella no vive regida por sus circunstancias. Puede ahora afrontar cualquier circunstancia. Ella sabe que mientras esté llena de la gracia del Espíritu Santo, puede vivir felizmente en cualquier medio ambiente. Puede decir como Pablo: “Sé estar humillado, y sé tener abundancia” (Fil. 4:12). “Será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte” (Fil. 1:20). La invocación que ella hace es una indicación de su sumisión y su fe. Los vientos del norte y del sur son dos circunstancias diferentes que el Espíritu Santo usa para entrenar a los creyentes. Ella se ha sometido al entrenamiento del Espíritu Santo. Aunque los vientos del sur son placenteros y los del norte son hostiles, una persona que vive en el cielo no siente la diferencia, pues sabe que sus circunstancias le ayudan a manifestar la gracia del Espíritu Santo (todas las circunstancias son controladas por el Espíritu Santo). La doncella con un solo propósito acude al Espíritu Santo para que éste la perfeccione por medio de las circunstancias.
Aparte de lo que ella le expresa al Espíritu Santo, no habla tanto como lo hacía anteriormente. Con tantas hierbas y especias aromáticas plantadas ya, ella ahora permite que el Espíritu Santo sople sobre ellas. “Ya que mi Señor me ha plantado como Su huerto y me ha dado la gracia de producir los frutos, debo permitirle que venga al huerto a disfrutar de los frutos producidos”. La doncella primero dice “mi huerto” y luego “su huerto”. Mi huerto es ahora Su huerto. Todo es de El y los frutos son producidos para El. El fruto del Espíritu no tiene como fin adornar a los creyentes ni darles motivo de jactancia. Aunque crece en ellos, lo hace para el deleite del Señor y la gloria de Dios. Una vez más, ella le devuelve incondicionalmente al Señor la obra realizada por El sobre la tierra.
B. La respuesta del Señor (5:1)
El versículo 5:1 dice: “Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; he recogido mi mirra y mis aromas; he comido mi panal y mi miel, mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados”. Aunque el huerto pertenece al Señor, este versículo nos muestra que El no entra en Su huerto continuamente, sino que viene sólo cuando es invitado. Debemos recordar que aunque pertenecemos al Señor después de consagrarle nuestras vidas, sólo por una consagración constante hacemos que el Señor venga a nuestro huerto. Por lo tanto, no debemos estar satisfechos con el simple hecho de que le pertenecemos al Señor. Tenemos que repetirnos esto a nosotros mismos y repetírselo al Señor, pues si no lo declaramos expresamente, El no vendrá a Su huerto.
El Señor acepta toda consagración. Tan pronto como la doncella hace una invitación, el Señor responde. Si no me equivoco, ésta es quizá la oración que recibirá la más pronta respuesta. El Señor sabe que todo es Suyo. La palabra “mi” aparece por lo menos nueve veces. “Mi huerto, mi hermana, mi esposa, mi mirra, mis aromas, mi panal, mi miel, mi vino y mi leche”. El recibe todo excepto la paga de una ramera y el precio de un perro (Dt. 23:18). Todo esto significa un disfrute pleno.
En dicho momento el Señor ocupa Su lugar, el lugar que El no había ocupado en la primera sección. Ahora El verdaderamente ha obtenido algo y ve el fruto de Su labor.
Notemos que la consagración y la aceptación que se mencionan en este versículo difieren de la consagración y la aceptación ordinaria. Anteriormente, la consagración era la ofrenda de nosotros mismos al Señor y para que El hiciera algo en nosotros, pero la consagración de este versículo viene después de que el Señor hace Su obra. No tiene como fin tomar algo de Su mano. La doncella ya está colmada de la obra del Señor, y por ende el gozo, el fruto y la gloria deben devolvérsele al Señor. Por consiguiente, ésta es una consagración de la fragancia del fruto. Lo mismo se aplica a la aceptación. Anteriormente, la aceptación hacia el Señor tenía el propósito de conseguir algún terreno para sembrar. Ahora la aceptación no tiene el fin de sembrar nada, porque “todas las principales especias” ya están en el huerto. Ahora el fin de la aceptación es obtener el disfrute pleno. Antes éramos un terreno árido en el que no se podía sembrar nada. Nos consagramos a El en aquel día y le permitimos que obrara en nosotros y nos hiciera un huerto perfecto. Ahora ¿a quién pertenece el huerto? Muchos creyentes experimentados descubren que la consagración posterior es más difícil que la consagración inicial. Sin embargo, aquélla es mas gloriosa que ésta. Solamente la consagración posterior dará al Señor el fruto de Su labor.
“Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados”. ¿Quiénes son los amigos y los amados a los cuales se hace referencia aquí? Como Salvador y Señor, el Señor disfruta ahora todo lo que hay en el huerto. En consecuencia, los amigos y los amados deben de referirse al Dios Triuno, quien participa de este disfrute. (Si se refiriera a los pecadores, no diría “amados”, y si se refiriera a los creyentes, ellos no podrían ser los que se consagran sino los compañeros de aquel a quien se consagran. En este pasaje el Señor merece todo el disfrute; los creyentes no participan de esto.)