Watchman Nee Libro Book cap.20 Libro de lecciones nivel 2: El Dios triuno

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LA RESURRECCIÓN DE CRISTO (2)

Lección veinte

LA RESURRECCIÓN DE CRISTO (2)

Lectura bíblica

Jn. 17:1; Ro. 1:3-4; Jn. 1:18; Hch. 13:33; He. 1:5; Jn. 7:37-39; 1 Co. 15:45b; 2 Co. 3:17; Jn. 20:17; 1 P. 1:3; Ro. 8:29; He. 2:11; Jn. 12:24;

1 Co. 10:17; Ef. 1:22-23.

Bosquejo

  1. La glorificación de la vida divina de Cristo
  2. La designación de la humanidad de Cristo
  3. Su transfiguración como Espíritu vivificante
  4. Produce la iglesia

Texto

En la lección anterior vimos dos aspectos de la resurrección de Cristo. El primero fue que Dios vindicó y aceptó la persona de Cristo y Su obra redentora. Y el segundo fue que Cristo obtuvo una victoria total sobre la muerte, el Hades, Satanás y el mundo. Ahora veamos cuatro aspectos más de esta resurrección maravillosa.

III. LA GLORIFICACIÓN DE LA VIDA DIVINA DE CRISTO

Cuando Cristo estuvo en la tierra, El era Dios mismo oculto dentro de un cuerpo físico. En El moraba Dios, pero exteriormente sólo veíamos Su carne. Los que le observaban no podían encontrar nada especial en El (Mr. 6:3; Jn. 10:33). Pero por medio de Su muerte y resurrección, el Dios que estaba oculto en El se liberó y se manifestó. A esta manifestación es a lo que llamamos la glorificación de Cristo. Por esta razón El oró antes de Su muerte, diciendo: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que Tu Hijo te glorifique a Ti” (Jn. 17:1).

Por ejemplo, suponga que tenemos una semilla de cierta flor. Aunque existe mucha belleza encerrada en la vida de esa semilla, ¿cómo puede manifestarse tal belleza? Para que esto suceda, la semilla tiene que morir. Si la semilla cae en la tierra, muere y germina, se manifestará toda su belleza oculta. Esta es su gloria, la glorificación de la vida en la semilla. De igual manera, Dios estuvo confinado en la carne del Señor. El Señor tuvo que morir a fin de que el Dios en El pudiera ser liberado, manifestado y glorificado en resurrección.

Mientras Cristo estuvo en la carne durante treinta y tres años y medio sobre esta tierra, era semejante a la semilla de una flor. Aunque el Hijo de Dios estaba en El, nadie podía reconocerlo. Pero un día, al ser sembrado mediante la muerte y crecer en resurrección, El floreció, es decir, la vida divina que estaba en Su interior fue completamente manifestada y glorificada.

IV. LA DESIGNACIÓN DE LA HUMANIDAD DE CRISTO

Romanos 1:3 y 4 dicen: “Acerca de Su Hijo, que era del linaje de David según la carne, que fue designado Hijo de Dios … por la resurrección de entre los muertos”. En resurrección, Cristo fue designado el Hijo de Dios en Su humanidad. Antes de Su encarnación, Cristo, una Persona divina, ya era el Hijo de Dios (Jn. 1:18). Incluso antes de Su encarnación El era el Hijo de Dios, pues Romanos 8:3 dice: “Dios, enviando a Su Hijo”. Si Cristo ya era el Hijo de Dios, ¿por qué necesitaba ser designado como Hijo de Dios por la resurrección? Debido a que en la encarnación El se vistió de carne, una naturaleza humana, la cual no tenía nada que ver con Su divinidad. Como Persona divina, aún antes de Su encarnación Cristo era el Hijo de Dios, pero Su humanidad, la carne de Jesús, la cual nació de María, no era el Hijo de Dios. Esa parte era solamente humana. Así que, por medio de Su resurrección Cristo santificó y elevó Su naturaleza humana. En otras palabras, por medio de Su resurrección El fue designado Hijo de Dios en Su naturaleza humana. En este sentido la Biblia afirma que El fue engendrado Hijo de Dios por la resurrección (Hch. 13:33; He. 1:5).

En Su resurrección Cristo todavía es un hombre, y como tal, fue designado “el Hijo de Dios”. Esto no es un asunto pequeño: la encarnación introdujo a Dios en el hombre, pero la resurrección introdujo al hombre en Dios. Mediante el proceso de Cristo, un hombre fue introducido en la Deidad. ¡Sí, ahora hay un hombre en la Deidad! Cristo con Su naturaleza humana ha sido designado el Hijo de Dios.

V. SU TRANSFIGURACIÓN COMO ESPÍRITU VIVIFICANTE

Ahora quisiéramos ver que en Su resurrección Cristo fue hecho el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45b). Aunque el Señor Jesús resucitó con un cuerpo físico, es decir, con un cuerpo de carne y hueso (Lc. 24:39), también resucitó espiritualmente. Esto significa que en Su resurrección El fue transfigurado y fue hecho el Espíritu (Jn. 7:37-39; 1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17). No podemos explicar cómo El puede tener un cuerpo físico y a la vez ser el Espíritu, pero esto es lo que la Biblia dice. Esta es una verdad crucial en las Escrituras. En la Biblia podemos ver que Cristo está sentado en el trono en los cielos con un cuerpo físico, y al mismo tiempo mora en nosotros como Espíritu vivificante. La economía de Dios consiste en que El se imparta en nosotros; Su muerte nos redimió, pero sin Su resurrección no podría impartirnos Su vida. No sólo éramos pecadores, sino además estábamos muertos (Ef. 2:1). Cristo como el Cordero de Dios pudo redimirnos; pero ahora como el Espíritu vivificante, puede vivificarnos y regenerarnos para hacernos hijos de Dios. Ahora podemos disfrutar día a día Su rico suministro de vida en nuestro espíritu. Podemos orar, invocar Su nombre y orar-leer la Palabra. Como resultado de Su resurrección Cristo ha llegado a ser muy accesible a nosotros. Su resurrección no es solamente un evento histórico; aún más que eso, dicha resurrección se realizó para que pudiéramos experimentarlo y disfrutarlo subjetivamente.

VI. PRODUCE LA IGLESIA

La muerte y resurrección de Cristo fueron eventos muy productivos en la economía de Dios, ya que sirvieron para que El liberara Su vida divina y Se propagara a Sí mismo en muchas personas, a fin de constituirlos como la iglesia. Según el evangelio de Juan, antes de Su resurrección el Señor nunca llamó a Sus discípulos “hermanos”. El término más íntimo que había usado era “amigos”. Pero después de Su resurrección, Sus “amigos” fueron regenerados y llegaron a ser Sus “hermanos” (Jn. 20:17; 1 P. 1:3). La tarde del mismo día de Su resurrección, Cristo volvió a Sus discípulos como Espíritu, y sopló en ellos para llegar a ser Su vida. Por medio de Su resurrección, El se impartió en Sus discípulos como Espíritu vivificante. Al recibir Su vida, ellos fueron regenerados y se convirtieron en Sus hermanos. Así que, en Su resurrección, el Hijo unigénito llegó a ser “el Primogénito entre muchos hermanos” (Ro. 8:29).

La vida divina del Padre nos ha sido impartida por medio de la resurrección de Cristo. Por consiguiente, todos hemos llegado a ser hijos de Dios y hermanos de Cristo. ¡Alabado sea el Señor que Cristo, el Dios-hombre, es nuestro Hermano mayor! El no se avergüenza de llamarnos hermanos (He. 2:11). ¡Qué maravilloso es esto! ¿Se da cuenta de quién es usted? ¡Usted es un hermano de Cristo! Este es el mismo principio que se aplica al grano de trigo en Juan 12:24; en éste versículo se describe a los muchos hermanos como los granos de trigo, y estos muchos granos se han mezclado entre sí para formar la iglesia. Por eso 1 Corintios 10:17 dice que “siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un Cuerpo”. Los muchos granos se han hecho un solo pan, un solo Cuerpo. Ciertamente este Cuerpo es la iglesia, el Cuerpo de Cristo (Ef. 1:22-23). La iglesia es la réplica de Cristo y Su multiplicación.

¡Alabado sea el Señor por Su resurrección! Muchos cristianos hablan de la muerte de Cristo en la cruz, pero raras veces mencionan Su resurrección. Y cuando lo hacen, sólo se refieren a que el Señor fue levantado del sepulcro, pues consideran Su resurrección como un simple evento histórico que sucedió hace dos mil años. Incluso muchos celebran la resurrección una vez al año. ¡Esto es bastante superficial! En sólo dos lecciones hemos visto muchos aspectos maravillosos de la resurrección de Cristo. Debemos estar agradecidos por las riquezas insondables que en estos días el Señor nos ha mostrado en Su Palabra. Les animo a que profundicen aún más en estas verdades y que disfruten al Cristo que resucitó y mora en vuestro interior.

Preguntas

  1. Explique cómo fue glorificada la vida divina de Cristo.
  2. Si Cristo ya era el Hijo de Dios antes de Su resu- rrección, entonces ¿por qué Romanos 1:3-4 dice que fue designado Hijo de Dios por la resurrección?
  3. Cite dos versículos que digan claramente que Cristo ahora es el Espíritu.
  4. ¿Por qué Cristo fue llamado el “unigénito Hijo” en Juan 1:18, pero fue llamado el “Primogénito” en Romanos 8:29?

Referencias adicionales

  1. Estudio-vida de Juan (Lee/LSM), págs. 342-343, 576-579.
  2. Estudio-vida de Romanos (Lee/LSM), págs. 18-23, 598-600.
  3. Life-study of First Corinthians [Estudio-vida de Primera de Corintios] (Lee/LSM), págs. 614-616.
  4. Estudio-vida de Hebreos (Lee/LSM), págs. 101-103.