Watchman Nee Libro Book cap.2 Libro de lecciones nivel 3: Los dos espíritus

Watchman Nee Libro Book cap.2 Libro de lecciones nivel 3: Los dos espíritus

EL ESPÍRITU TODO INCLUSIVO

Lección dos

El ESPÍRITU TODO-INCLUSIVO

Lectura bíblica

Gn. 1:2; Ez. 11:5; Lc. 1:35; Jn. 7:37-39; Hch. 16:6-7; Ro. 8:9-11; Fil. 1:19; Ap. 22:17

Bosquejo

  1. La revelación progresiva acerca del Espíritu divino
    1. El Espíritu de Dios
    2. El Espíritu de Jehová
    3. El Espíritu Santo
    4. El Espíritu que “aún no había”
    5. El Espíritu de Jesús
    6. El Espíritu de Cristo
    7. El Espíritu de Jesucristo
  2. El Espíritu: el Dios Triuno procesado que lo es todo
  3. Salvos por la abundante suministración del Espíritu

Texto

Hemos visto que Dios es Espíritu y que por ende puede llegar al hombre y entrar en él. Sin embargo, el hecho de que Dios entrara en el hombre no fue algo sencillo. El Dios Triuno tuvo que pasar por un largo proceso para poder impartirse en nosotros. Esto se ve cuando examinamos lo que la Biblia revela acerca del Espíritu divino.

I. LA REVELACIÓN PROGRESIVA ACERCA DEL ESPÍRITU DIVINO

[La revelación en la Biblia en cuanto a Dios, Cristo y el Espíritu es progresiva; comienza en Génesis 1 y se desarrolla progresivamente hasta llegar a su consumación en el libro de Apocalipsis.]

A. El Espíritu de Dios

[La primera vez que se menciona el Espíritu en las Escrituras ocurre en Génesis 1:2, donde dice que el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Con relación a la creación, al Espíritu se le llama específicamente “el Espíritu de Dios”.]

B. El Espíritu de Jehová

[La relación que Dios tiene con el hombre ciertamente es más íntima que la que tiene con la creación.] [Después de crear al hombre, Dios permaneció íntimamente relacionado con él. En Su relación con el hombre, el título de Dios es Jehová. A esto obedece que en el Antiguo Testamento, al Espíritu de Dios usualmente se le llame “el Espíritu de Jehová”. El Espíritu de Jehová descendió sobre ciertas personas, lo cual indica que dicho Espíritu tiene que ver con el hecho de que Dios llegue al hombre (Jue. 3:10; Ez. 11:5). Los títulos principales atribuidos al Espíritu divino en el Antiguo Testamento son: el Espíritu de Dios y el Espíritu de Jehová.]

C. El Espíritu Santo

El primer título divino otorgado al Espíritu en el Nuevo Testamento es: el “Espíritu Santo”. [En el momento de la encarnación, al Espíritu de Dios se le llamó el Espíritu Santo (Mt. 1:18, 20; Lc. 1:35). Andrew Murray, en su obra maestra El Espíritu de Cristo, señala que el título divino “Espíritu Santo”, no se usa en el Antiguo Testamento. En Salmos 51:11 y en Isaías 63:10-11, “Espíritu Santo” debe traducirse “Espíritu de santidad”. El término “Espíritu Santo” no se introdujo sino hasta que llegó el tiempo de preparar el camino para la venida del Señor, y de preparar un cuerpo humano para El, al inicio de la dispensación del Nuevo Testamento (Lc. 1:15, 35).]

[El título divino “Espíritu Santo”, se menciona por primera vez en Lucas 1:35. Dicho título se presenta en el momento en que el Señor Jesús fue concebido por una virgen humana. Esto era necesario porque algo común iba a ser hecho santo. En este versículo, al niño que iba a nacer se le llama “lo santo”. El Espíritu Santo entró en un ser humano para engendrar algo santo. Cuando el Espíritu Santo viene a nosotros, seres humanos comunes, nosotros también somos hechos santos.]

D. El Espíritu que “aún no había”

Ahora llegamos a un punto crucial, aunque misterioso, en la revelación progresiva en cuanto al Espíritu. [En Juan 7:37-38, el Señor Jesús clamó: “Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. Luego, en el versículo 39, Juan explica que el Señor dijo esto “del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en El; pues aún no había el Espíritu, porque Jesús no había sido aún glorificado”. Juan no usa los títulos “el Espíritu de Dios”, “el Espíritu de Jehová”, ni “el Espíritu Santo”, sino “el Espíritu”. Además, él declara que cuando Jesús se dirigió a las personas, “aún no había el Espíritu”. Algunas traducciones del Nuevo Testamento dicen: “… el Espíritu no había sido dado todavía”, pero las palabras “sido dado” son insertadas; no aparecen en el texto griego. El Espíritu de Dios estaba en Génesis 1, y el Espíritu de Jehová vino sobre los profetas del Antiguo Testamento. ¿Por qué entonces, en Juan 7 dice que “aún no había el Espíritu”?]

[En el capítulo siete de Juan, el Señor Jesús estaba todavía en la carne; no estaba en gloria, es decir, que aún no estaba en resurrección. Debido a que aún no había resucitado, aún no había el Espíritu. Por supuesto, el Espíritu de Dios existía desde el principio (Gn. 1:1-2), pero el Espíritu como Espíritu de Jesús (Hch. 16:7), Espíritu de Cristo (Ro. 8:9) y Espíritu de Jesucristo (Fil. 1:19), “aún no había”, hasta que el Señor fue glorificado mediante Su resurrección. Después de Su resurrección, el Espíritu de Dios llegó a ser el Espíritu del Jesucristo encarnado, crucificado y resucitado. Esto alude a un proceso.

En Génesis 1:2 vemos al Espíritu de Dios, el cual sólo poseía un elemento: la esencia divina. Después de la encarnación, crucifixión y resurrección del Señor Jesús, el Espíritu llegó a ser el Espíritu de Jesús, el Espíritu de Cristo y el Espíritu de Jesucristo. Cuando el Espíritu era solamente el Espíritu de Dios, el único elemento que había en El era la esencia divina. Pero cuando el Espíritu de Dios llegó a ser el Espíritu de Jesús, le fue añadida la esencia humana.]

E. El Espíritu de Jesús

[En Hechos 16:6, el Espíritu Santo les prohibió a Pablo y a sus colaboradores que hablaran la palabra en Asia, y en el versículo 7, el Espíritu de Jesús no les permitió entrar a Bitinia. En estos dos versículos, primero se menciona el Espíritu Santo, y luego, el Espíritu de Jesús. Si estudiamos el contexto del versículo 7, nos daremos cuenta de que Pablo se hallaba sufriendo. Por esta razón el Espíritu de Jesús estaba con él. El Espíritu de Jesús contiene los elementos de la humanidad del Señor, Su vida humana y Su crucifixión. Debido a que en Hechos 16 Pablo pasaba por algunos sufrimientos y experimentaba la muerte de Cristo, en ese momento, el Espíritu de Dios, el Espíritu del Señor y el Espíritu Santo fueron para él el Espíritu de Jesús; el Espíritu del Jesús encarnado, quien vivió en la tierra como hombre y fue crucificado.]

F. El Espíritu de Cristo

[Romanos 8:9 dice: “Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de El”. Los versículos 9, 10 y 11 están relacionados con la resurrección de Cristo. El Espíritu de Cristo mencionado en el versículo 9 contiene el elemento de la resurrección. Este Espíritu es el Espíritu de Dios que se menciona en el mismo versículo y el Espíritu de vida que se menciona en el versículo 2.

En el Espíritu se halla la encarnación, la humanidad, la vida humana, la muerte y la resurrección de Cristo. Esto lo revelan los diferentes títulos dados al Espíritu. Si el Espíritu no contuviera los elementos de la encarnación, la vida humana y la crucifixión, ¿por qué entonces llamarle el Espíritu de Jesús? Asimismo, si el Espíritu no contuviera el elemento de la resurrección, ¿por qué llamársele el Espíritu de Cristo? Además, si el Espíritu no contuviera la vida divina, ¿por qué se le llama el Espíritu de vida? Los títulos del Espíritu aluden a ciertos hechos y realidades. Por consiguiente, con base en los títulos del Espíritu que se usan en el Nuevo Testamento, podemos afirmar que en el Espíritu de Jesús se hallan la encarnación, la humanidad, los sufrimientos y la crucifixión; y el Espíritu de Cristo contiene la resurrección, el poder de la misma y la vida divina.

G. El Espíritu de Jesucristo

[En Filipenses 1:19 Pablo habla del Espíritu de Jesucristo: “Porque sé que por vuestra petición y la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi salvación”. Cuando Pablo escribió estas palabras, se encontraba en prisión. Pero aunque era un prisionero, podía regocijarse, debido a que tenía la suministración abundante del Espíritu de Jesucristo. El apóstol disfrutó el Espíritu del Jesús sufrido, y el Espíritu del Cristo resucitado. Este Espíritu suministró y sostuvo a Pablo en sus sufrimientos, de tal manera que él pudo regocijarse. Por eso Pablo pudo decir en Filipenses 1:20-21: “Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”.]

II. EL ESPÍRITU: EL DIOS TRIUNO PROCESADO QUE LO ES TODO

Cuando unimos todos los aspectos y elementos del Espíritu, obtenemos la totalidad, el producto final conocido en el Nuevo Testamento como “el Espíritu” (Ro. 8:16, 23, 26, 27; Gá. 3:14; 5:16-18, 22, 25; 1 P. 1:2; Ap. 2:7; 14:13; 22:17). Este Espíritu maravilloso finalmente adquirió un título tan sencillo. No obstante, aunque Su título es sencillo, el Espíritu está lleno de elementos divinos los cuales podemos disfrutar. Este Espíritu es el Espíritu de Dios, el Espíritu de Jehová, el Espíritu Santo, el Espíritu de Jesús, el Espíritu de Cristo y el Espíritu de Jesucristo. Ahora, El es el Espíritu todo-inclusivo, compuesto y vivificante. Este Espíritu, el Dios Triuno procesado, mora en los creyentes.

[Hemos visto que en el tiempo de Juan 7:39, “aún no había” el Espíritu. Eso fue antes de que el Señor Jesús fuera crucificado y luego glorificado en resurrección. Pero ahora, los que creemos en Cristo, podemos disfrutar al Espíritu, el cual se convierte en ríos de agua viva que fluyen desde nuestro interior. Según Juan 7:38-39, el Espíritu, quien lo es todo, sería los ríos de agua viva que fluyen de nosotros, lo cual significa que en nuestra experiencia, el Espíritu llega a ser los muchos ríos de agua viva. Esto habla del disfrute que tenemos del Espíritu.]

III. SALVOS POR LA ABUNDANTE SUMINISTRACIÓN DEL ESPÍRITU

[En Filipenses 1, Pablo fue salvo de una situación particular mediante el suministro abundante del Espíritu. En el capítulo dos, el apóstol le muestra a los creyentes cómo ellos pueden experimentar una salvación constante en las circunstancias cotidianas. Por ejemplo, en 2:14 dice: “Haced todo sin murmuraciones y argumentos”. Las murmuraciones y argumentos son parte de nuestra vida diaria. Es posible que no odiemos ni nos enojemos, pero ciertamente razonamos y murmuramos a diario.]

Es muy común sentirnos insatisfechos con la situación que vivimos en el hogar o la escuela. Quizás nos encontremos restringidos y presionados, y pensemos que necesitamos libertad y paz. Pero nada de esto cambia la situación ni nos hace felices. ¡Lo que realmente necesitamos es la abundante suministración del Espíritu todo-inclusivo! Pablo estaba en prisión condenado a morir, sin embargo, podía regocijarse (Fil. 4:4). El dijo: “He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Fil. 4:11). La próxima vez que sienta que su situación es una “prisión”, debe declarar: “¡Alabado sea el Señor! ¡Gracias, Señor, por esta situación maravillosa! ¡Querido Señor, Tú eres todo lo que necesito!” Esto no es una simple teoría, sino algo práctico que se puede experimentar. Si lo hacemos, seremos salvos de muchas cosas negativas y nos llevará a expresar a Cristo ante los que nos rodean.

RESUMEN

La revelación bíblica en cuanto al Espíritu es progresiva. En el Antiguo Testamento, el Espíritu era simplemente el Espíritu de Dios y el Espíritu de Jehová. No fue sino hasta el tiempo de la encarnación del Señor, en el Nuevo Testamento, que se introdujo el título “Espíritu Santo”. El “Espíritu de Dios” existía desde el principio, pero “aún no había el Espíritu”, hasta que el Señor pasó por el proceso de la encarnación, la vida humana, la muerte y la resurrección. ¡El Espíritu hoy ha llegado a ser el Espíritu todo-inclusivo, que incluye todos los elementos divinos los cuales podemos disfrutar!

Preguntas

  1. ¿Cuáles son los principales títulos usados para denominar al Espíritu de Dios en el Antiguo Testamento? ¿A qué estaban relacionados dichos títulos?
  2. ¿Cuándo se usó por primera vez el término “Espíritu Santo”?
  3. ¿Por qué se dice que “aún no había el Espíritu” en Juan 7?
  4. ¿Cuáles son los elementos que contiene el Espíritu de Jesús y el Espíritu de Cristo respectivamente?
  5. ¿Cuál es el título consumado del Espíritu divino? ¿Qué incluye?

Citas tomadas de las publicaciones de Lee y LSM

  1. Life-study of Philippians [Estudio-vida de Filipenses], pág. 41.
  2. La revelación básica contenida en las Santas Escrituras, págs. 34-35.
  3. The Completing Ministry of Paul [El ministerio de Pablo, un ministerio que completa la revelación divina], pág. 50.
  4. La revelación básica contenida en las Santas Escrituras, pág. 35.
  5. The Fulfillment of the Tabernacle and the Offerings in the Writings of John [El cumplimiento del tabernáculo y las ofrendas en los escritos de Juan], pág. 388.
  6. Estudio-vida de Exodo, págs. 1679-1680, 1682.
  7. Life-study of Philippians, págs. 424-425.