Watchman Nee Libro Book cap.18 Libro de lecciones nivel 5: La iglesia
MINISTERIO DE ORACIÓN DE LA IGLESIA
Lección dieciocho
EL MINISTERIO DE ORACIÓN DE LA IGLESIA
Lectura bíblica
Mt. 16:18-19; 18:18-19; Ef. 6:17-20; Ez. 36:37; Is. 62:6-7; 1 Jn. 1:9; Hch. 1:14; 4:31; 12:5; 13:2-4; 20:36
Bosquejo
- El principio por el que Dios obra.
- El ministerio de oración de la iglesia: atar y desatar lo que ya ha sido atado y desatado en los cielos.
- Ejemplos de oración en el libro de Hechos.
- Dos tipos de oración:
- La oración para tener comunión con Dios.
- La oración con respecto a la obra de Dios.
- La oración individual y la oración corporativa.
- Orar específica y persistentemente.
- Fijar tiempos de oración y orar en todo tiempo.
- Orar con la Palabra y llevar un diario de oración.
Texto
En esta lección abordaremos uno de los ministerios más cruciales de la iglesia: el ministerio de oración. Todos estamos de acuerdo en que los cristianos deben orar. ¿Oran ustedes? ¿Cuán frecuentemente lo hacen? ¿Cuán consistentemente oran? ¿Son contestadas sus oraciones? Si le hacen estas preguntas a cualquier cristiano, encontrarán que la mayoría de los cristianos rara vez ora. ¿Por qué? Porque la mayoría no se percata de la importancia de la oración. Quizás no sepamos cómo orar, o no entendamos los principios de la oración; quizás nuestra oración sea ineficaz e inútil. Esperamos que esta lección ayude a cambiar todo esto. Una vez que ustedes estudien esta lección y la pongan en práctica, serán servidores apropiados en el ministerio de oración de la iglesia.
I. EL PRINCIPIO POR EL QUE DIOS OBRA
[Cuando Dios obra, lo hace de acuerdo con una ley específica y un principio definido. Aun cuando El puede hacer lo que le place, El jamás actúa descuidadamente, sino que hace todo conforme a una determinada ley y principio. Sin lugar a dudas, Dios puede trascender todas estas leyes y principios, ya que El es Dios y es capaz de obrar según Su propio beneplácito. Sin embargo, descubrimos un hecho maravilloso en la Biblia: a pesar de que Dios es ilimitado en Su grandeza y es plenamente capaz de obrar según Su voluntad, El siempre opera de acuerdo con la ley o principio que El mismo ha establecido. Pareciera como si El deliberadamente se pusiera a Sí mismo bajo la ley, con la finalidad de ser controlado por Su propia ley.]
¿Conocen ustedes el principio por el cual Dios obra? Al igual que en matemáticas y en otras ciencias, una vez que se conoce un principio determinado, siempre se pueden obtener resultados predecibles y consistentes. Algunos ejemplos son la ley de la gravedad, la ley de Newton y la formula E=MC2. De igual manera, si conocemos el principio por el cual Dios obra, oraremos de modo que Dios responderá y operará. Sabemos que la obra máxima de Dios es edificar la iglesia; y para llegar a esta meta se requieren muchos pasos, por ejemplo, la salvación de nuestros amigos, leer la Palabra y orar, asistir a las reuniones, etc. ¿Qué principio usa Dios para llevar a cabo Su obra? Este principio consta de siete pasos.
El primer paso es que Dios en Su voluntad desea hacer algo. El segundo paso es que Dios revela Su voluntad al hombre a través de Su Palabra y por Su Espíritu. El tercer paso es que la iglesia de Dios responde a Su voluntad al expresar en oración que está de acuerdo con dicha voluntad. El cuarto paso es que Dios lleva a cabo aquello que El se propuso hacer. El quinto paso es que nosotros salimos a cosechar el fruto de Su obra. El sexto paso es dar gracias a Dios. Y el séptimo paso es disfrutar el fruto de la obra junto con Dios y la iglesia.
II. EL MINISTERIO DE ORACIÓN DE LA IGLESIA: ATAR Y DESATAR LO QUE HA SIDO ATADO Y DESATADO EN LOS CIELOS
[Ya hemos mencionado que Dios tiene una voluntad con respecto a todas las cosas, pero que nunca hará nada solo ni por Sí mismo. El únicamente actúa cuando la libre voluntad del hombre, quien está en la tierra, responde a Su voluntad. Cuando Su voluntad sólo existe en los cielos, Dios no se mueve; el mover celestial se realiza en la tierra sólo cuando Dios tiene la certeza de que esa misma voluntad está en la tierra. Esto es a lo que llamamos el ministerio de la iglesia. Los creyentes deben comprender que el ministerio de la iglesia no consiste únicamente en predicar el evangelio —ciertamente incluye el evangelio, no tengamos duda de esto—, pero el ministerio de la iglesia también consiste en hacer que se cumpla la voluntad de Dios en la tierra, así como se cumple en el cielo. Pero, ¿cómo puede la iglesia lograr esto? Por medio de la oración, la cual se lleva a cabo en la tierra. La oración no es un asunto pequeño e insignificante como algunos piensan. La oración es una obra. La iglesia ora a Dios, diciéndole: “Dios, queremos que se haga Tu voluntad”. En esto consiste la oración. Una vez que la iglesia conoce la voluntad de Dios, abre su boca para pedir que ésta se cumpla. Esto es la oración. Sin este ministerio, la iglesia no tendría mucha utilidad en la tierra.
Las oraciones que se hacen por devoción, para tener comunión o para pedir algo, no pueden reemplazar la oración que se realiza en calidad de obra o ministerio. Si solamente oramos por devoción, para tener comunión o para pedir algo, entonces nuestra oración se halla en un nivel elemental. La oración como una obra o un ministerio significa que estamos a favor de Dios, deseando lo que El desea. Es algo muy poderoso orar según la voluntad de Dios. El hecho de que la iglesia ore significa que ella ha descubierto cuál es la voluntad de Dios y ahora está proclamándola. La oración no es solamente el acto de pedirle algo a Dios, sino también el acto de declarar. Cuando la iglesia ora, ella se pone del lado de Dios y declara que el hombre desea lo mismo que El desea. Si la iglesia declara esto, esta declaración será eficaz.]
Mateo 18:18 dice: “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, habrá sido atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, habrá sido desatado en el cielo”. ¿A quién se dirige el Señor aquí? [Se dirige a la iglesia, porque el Señor la menciona en el versículo anterior. Así que, este versículo es una continuación del versículo 17. Por lo tanto, el significado del versículo 18 es que, cualquier cosa que la iglesia ate en la tierra, ya habrá sido atada en el cielo, y cualquier cosa que desate en la tierra, ya habrá sido desatada en el cielo.
En esto estriba un principio muy importante: Dios obra hoy a través de la iglesia; El no puede hacer lo que desea a menos que lo haga por medio de la iglesia. Este es un principio muy solemne. Hoy en día, Dios no puede hacer nada por Sí mismo debido a que existe otra libre voluntad; sin la cooperación de esa voluntad, Dios no hará nada. La medida del poder de la iglesia hoy determina la medida de la manifestación del poder de Dios.]
[Todo esto puede compararse con la corriente del agua en nuestra casa. Aunque el depósito de agua de la compañía suministradora de agua es inmenso, el flujo de agua está limitado, pues lo determina el diámetro de la tubería que llega a nuestras casas. Si quisiéramos tener más agua, necesitaríamos cambiar la tubería por una de mayor diámetro. En la actualidad, el grado de manifestación del poder de Dios depende de la capacidad de la iglesia. Así como anteriormente Dios se manifestó en Cristo, y Su manifestación fue tan grande como la medida de la capacidad de Cristo, de la misma manera hoy la manifestación de Dios en la iglesia depende de la capacidad de la iglesia. Mientras mayor sea la capacidad de la iglesia, mayor será la manifestación de Dios, y el conocimiento de Dios será más completo.]
[¡Cuántas cosas Dios quiere atar y desatar en los cielos! Hay muchas personas y cosas que son contrarias a Dios, y El espera que todas ellas sean atadas. Asimismo hay muchas personas y cosas que son espirituales, valiosas, provechosas, santas y que están a favor de Dios, y El espera que todas ellas sean desatadas. Pero he aquí un problema: ¿habrá hombres en la tierra que estén dispuestos a atar lo que Dios quiere atar, y a desatar lo que El desea desatar? Dios desea que la tierra gobierne los cielos. El desea que Su iglesia en la tierra gobierne el cielo.
Esto no significa que Dios no sea todopoderoso, pues El es sin duda el Dios Todopoderoso. Pero incluso todo el poder de Dios sólo puede manifestarse en la tierra a través de un canal. Nosotros no podemos aumentar el poder de Dios, pero sí podemos limitarlo. El hombre no es capaz de aumentar el poder de Dios, sin embargo, sí puede obstruirlo. No podemos pedirle a Dios que haga lo que El no quiere hacer, pero podemos restringirlo en lo que El desea hacer. ¿Pueden ver esto? La iglesia tiene el poder de administrar el poder de Dios. Ella puede permitir que Dios haga lo que quiere, o bien puede impedírselo.
Debemos poner la mirada hacia el futuro. Un día, Dios agrandará Su iglesia para que llegue a ser la Nueva Jerusalén, y en aquel momento, Su gloria será totalmente manifestada por medio de la iglesia sin dificultad alguna]. Hoy Dios desea que la iglesia primero desate en la tierra, antes de que El ejecute en la tierra lo que ya ha sido desatado en el cielo; El desea que la iglesia primero ate en la tierra, antes de que realice en la tierra lo que ya ha sido atado en el cielo. Los cielos no iniciarán lo que acontecerá en la tierra. [Los cielos sólo respaldarán lo que se haga en la tierra. Dios no dará el primer paso; en cuanto a Su operación, El sigue a la iglesia. Oh, si éste es el caso, ¡cuán tremenda es la responsabilidad de la iglesia!]
III. EJEMPLOS DE ORACIÓN EN EL LIBRO DE HECHOS
En Hechos 1 y 2 vemos que un grupo de ciento veinte discípulos estaban orando. Antes de recibir el Espíritu Santo, los discípulos habían estado peleando unos con otros por una posición en el reino mientras iban camino a Jerusalén antes de que el Señor fuera crucificado. Pero después de recibir el Espíritu esencial mencionado en Juan 20 y de haber sido instruidos por el Señor en cuanto a permanecer en Jerusalén hasta que viniera el poder de lo alto —para ser revestidos del Espíritu económico a fin de realizar la obra de Dios—, ellos oraron por diez días. Finalmente, en el día de Pentecostés, el Espíritu vino sobre ellos. De este modo, la iglesia fue formada, y el evangelio empezó a propagarse; tres mil personas fueron salvas y bautizadas. Por medio de la oración, ellos desataron el Espíritu de los cielos y desataron a tres mil almas en la tierra para el reino de Dios. ¡Alabado sea el Señor por la oración! Estos santos continuaron orando diariamente.
En Hechos 3 y 4 vemos que Pedro y Juan iban a orar. En el camino, ellos predicaron el evangelio, y otros cinco mil fueron salvos. Luego oraron de nuevo con la iglesia, después de que fueron amenazados por los judíos, recibiendo órdenes de no predicar el nombre de Jesús. La oración de ellos causó un terremoto, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaron con denuedo la Palabra de Dios.
En Hechos 12 Pedro estaba preso por causa del evangelio, y la iglesia oró fervientemente por él. Entonces el Señor contestó la oración de la iglesia y lo liberó.
En Hechos 13, mientras oraban los que llevaban la delantera en la iglesia en Antioquía, el Señor apartó a Bernabé y a Saulo para que fueran apóstoles y levantaran iglesias. Los demás hermanos que tomaban la delantera oraron por ellos y los enviaron. ¿Pueden ver que la oración mueve al Espíritu para enviarnos a llevar a cabo Su obra?
En Hechos 20 hubo una reunión frente al mar en Mileto. Después de que Pablo tuvo comunión con los ancianos de la iglesia en Efeso, ellos oraron cerca del barco que Pablo estaba próximo a tomar. Podemos ver que la iglesia en los primeros días siempre oraba para atar y desatar. A ellos no les importaba tener la aprobación de los demás, sino que sólo les importaba lo que el Señor deseaba.
IV. DOS TIPOS DE ORACIÓN
Hay principalmente dos tipos de oración: la oración que hacemos para tener comunión con Dios y la oración relacionada con la obra de Dios. La oración para tener comunión con Dios consiste en tener contacto con Dios y ser llenos de El. En esta clase de oración, nos arrepentimos y confesamos lo que El nos muestre. Por otra parte, la oración relacionada con la obra de Dios consiste en orar conforme al deseo de Su corazón a fin de que El pueda realizar Su obra.
A. La oración para tener comunión con Dios
[El significado del primer aspecto de la oración es que ejercitemos nuestro espíritu para tener contacto con Dios a fin de absorberlo, y lograr que todo nuestro ser se vuelva a nuestro espíritu para tener comunión con El. Al tener contacto con Dios, absorberle y tener comunión con El de esta manera, El tiene la oportunidad de revelarse a nosotros e infundirse en nuestro ser. A medida que Dios fluye en nosotros, nuestra mente, parte emotiva y voluntad se mezclan gradualmente con El. Como resultado, Dios puede revelarnos el deseo de Su corazón y llevarnos a comprender Su propósito. Al mismo tiempo, a medida que El opera y se mueve en nosotros, a menudo nos hace ver nuestras debilidades, errores, estorbos y dificultades, y luego las elimina. Por tanto, el significado del primer aspecto de la oración es tener contacto con Dios, tocarle y permitirle que tenga la oportunidad de mezclarse con nosotros y de eliminar todo lo negativo en nosotros. Por consiguiente, siempre que nos acerquemos a Dios en oración, debemos tener esto como prioridad. Esto quiere decir que, siempre que acudamos a Dios en oración, no debemos pedirle acerca de otros asuntos. Más bien, debemos volver todo nuestro ser a nuestro espíritu y permanecer bajo la luz que irradia la faz del Señor, esperando a que El opere y se mueva para iluminarnos, darnos revelación, ungirnos, infundirnos, mezclarse con nosotros, llenarnos y saturarnos. Además, debemos permitir que El nos muestre nuestras debilidades, errores, estorbos y dificultades. Si estamos dispuestos a confesar detalladamente y a permitir que el Señor elimine todas estas dificultades, nuestra conciencia estará en paz, sin acusación alguna. Entonces nuestro espíritu estará lleno de la presencia de Dios. Es después de esto que podemos decirle al Señor las cosas por las cuales queremos orar.]
B. La oración con respecto a la obra de Dios
Una vez que hemos tenido una comunión apropiada con Dios en oración, habrá una base para pedirle a Dios con respecto a Su obra. Debido a que nuestra comunión ha sido apropiada, el Señor podrá impartir Su carga en nosotros y guiarnos a orar por cierto asunto o persona. En ese momento podemos pedirle a Dios por ello. Después que el Señor escuche nuestra petición, El operará desde Su trono en los cielos para realizar Su obra. Algunas veces El no actúa inmediatamente porque persisten algunos problemas ocultos que no hemos confesado, o porque aún no es el tiempo y El requiere que esperemos. Otras veces se debe a que Satanás y sus ángeles caídos se oponen a la obra de Dios. Si no recibimos una respuesta inmediata, esto no significa que la oración no dé resultados, sino que necesitamos persistir en la oración.
Esta clase de oración también nos vitaliza al llenarnos del Espíritu y de denuedo para ir a abrir los ojos de las personas con la Palabra, haciendo que ellas se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios, a fin de que reciban el perdón de sus pecados y la herencia o porción entre los santos.
Finalmente, este tipo de oración nos muestra cómo acercarnos a nuestros amigos, qué decirles, qué versículos usar, etc. Muchas veces pensamos que no tenemos nada que decir, que tenemos miedo o que no podemos ayudar a nadie a ser salvo. Pero si oramos, Dios operará dentro de nosotros y dentro de nuestros amigos.
V. LA ORACIÓN INDIVIDUAL Y LA ORACIÓN CORPORATIVA
Necesitamos orar individual y corporativamente. En Mateo 6:6 el Señor dice que debemos orar en privado, en nuestra habitación. Algunos pecados deben ser confesados en privado sin que nadie, excepto el Señor, lo sepa. También es más conveniente orar a solas. Sin embargo, aun cuando oremos solos, la base sobre la cual debemos orar siempre es el Cuerpo. Oramos individualmente, pero no como individuos aislados.
En Mateo 18 el Señor habló de la oración entre dos o tres, y en Hechos 1 y 2 vemos que los ciento veinte discípulos oraron juntos. Esto quiere decir que también necesitamos orar juntos. La oración corporativa tiene más poder y es más eficaz. De hecho, las llaves del reino no fueron dadas a un individuo en particular, sino a la iglesia corporativamente. Por lo tanto, la oración más poderosa a favor de la obra de Dios, sigue siendo la oración corporativa de la iglesia. Puede ser que algunos digan: “Para mí me es suficiente orar a solas. Yo disfruto más al Señor cuando estoy a solas”. Puede ser cierto que disfrutemos al Señor cuando estemos solos. Pero debemos preguntarnos: “¿Se está llevando a cabo la obra de Dios por medio de nuestro disfrute individual?”. Puede ser que usted esté disfrutando al Señor por su propio beneficio y no por el beneficio del Señor. Aun nuestro disfrute personal debe tener como objetivo la obra corporativa que Dios desea cumplir. Por lo tanto, debemos reunirnos con otros creyentes para orar por la obra de Dios y para llevarla a cabo.
VI. ORAR ESPECÍFICA Y PERSISTENTEMENTE
Muchas veces nuestras oraciones no son eficaces porque son demasiado ambiguas; debemos orar de manera específica. Puede ser que oremos: “Señor, salva a mucha gente”. El Señor queda sin saber a quién desea usted que El salve. Puede ser que otras veces oremos: “Señor, salva a mi amigo Juan.” Esto es mejor. Podemos orar aun más específicamente diciendo: “Señor, permíteme ver a mi amigo Juan hoy durante el almuerzo, para que pueda hablarle acerca del misterio de la vida humana. Señor, prepáralo para recibir el evangelio”. Esto es mucho más específico, ya que su oración incluye a la persona, el tiempo, el mensaje y lo que usted desea que el Señor logre. El Señor escuchará su petición específica y hará la obra conforme a su petición.
También debemos persistir en nuestra oración. ¿Qué haría usted si después de haber orado específicamente, no encontrara a su amigo Juan? Parecería como si el Señor no hubiese contestado su oración. Efesios 6:18 dice que debemos perseverar en oración. Así que tenemos que seguir orando. Quizás el Señor le revele que usted le pidió prestado un lápiz a Juan el año pasado y que nunca se lo devolvió. Una vez que usted se arrepienta delante del Señor y le devuelva a Juan su lápiz, el Señor contestará su oración. Si usted no se arrepiente, perderá su tiempo predicándole a Juan, ya que él no escuchará su mensaje. Pero después de que usted confiese y haga restitución, él estará abierto para recibir el evangelio. Así que, debemos persistir en oración hasta que todas las barreras sean quitadas y el Señor pueda obrar.
VII. FIJAR TIEMPOS DE ORACIÓN Y ORAR EN TODO TIEMPO
Todos conocemos el versículo de 1 Tesalonicenses 5:17: “Orad sin cesar”. ¿Pero cuántos de nosotros oramos sin cesar? Necesitamos apartar tiempos de oración todos los días, a fin de ser fortalecidos en espíritu para orar sin cesar. Daniel dijo que oraba tres veces al día arrodillándose delante de Dios (Dn. 6:10). David oraba en la tarde, en la mañana y al mediodía (Sal. 55:17). Pablo y Juan fueron a orar a la hora de la oración (Hch. 3:1). Estos hermanos tenían horas específicas para orar; al igual que ellos, nosotros también debemos apartar un tiempo específico para orar tanto individual como corporativamente, si es que hemos de tomar las cosas del Señor con seriedad. No es mucho orar tres veces al día individualmente, y una vez al día con otros. Amamos al Señor, y queremos que El cumpla el deseo de Su corazón; por lo tanto, debemos fijar tiempos específicos de oración y orar en todo tiempo.
VIII. ORAR CON LA PALABRA Y LLEVAR UN DIARIO DE ORACIÓN
La mejor manera de orar es orar con la Palabra (Ef. 6:17-19). Además, es recomendable tener un cuaderno con nosotros cuando oremos. Muchos veces no sabemos cómo orar. Alabado sea el Señor por Su Palabra. Siempre podemos leer Su Palabra y orar basándonos en ella para tener comunión con Dios. También podemos orar según la carga que El nos dé mediante Su Palabra. Por ejemplo, 1 Timoteo 2:4 dice: “(Dios) quiere que todos los hombres sean salvos”. Después de leer este versículo, quizás usted ore: “Señor, Tú deseas que todos los hombres sean salvos, y esto incluye a todos los estudiantes de mi escuela y a todos mis amigos. Oh Señor, perdóname por no haberles predicado este año. Señor, fortalece mi espíritu y permíteme predicarle a María, mi mejor amiga. Señor, tanto Tú como yo deseamos que María sea salva”. Después de orar de esta manera, usted debe anotar en su diario la fecha en que oró, el nombre de la persona por quién oró y sobre qué oró. Si el Señor no contesta su oración, siga orando. Después de que su oración sea contestada, podrá darle gracias al Señor y escribir la fecha de la contestación y la manera en que su oración fue contestada. Al guardar registro de esto, su fe será fortalecida. Si su fe se debilita en cuanto a la oración, usted puede repasar su registro de oraciones contestadas, y luego testificarle a otros que la oración sí funciona y que la oración es la manera en que Dios opera.
Preguntas
- Enumere los siete pasos del principio por el cual Dios obra.
- ¿Cuáles son los dos tipos de oración? Explique por qué ambos son importantes.
- Use Mateo 18:18 para explicar la responsabilidad de la iglesia en cuanto a su ministerio de oración.
Pasajes citados
- Let Us Pray [Oremos] (Nee/CFP), págs. 23-24.
- El ministerio de oración de la iglesia (Nee/LSM), págs. 16-20.
- Come Forward to the Throne of Grace [Acerquémonos al trono de gracia] (Lee/LSM), págs. 1-3.
Referencias adicionales
- Come Forward to the Throne of Grace [Acerquémonos al trono de gracia] (Lee/LSM), págs. 1-27.
- Let Us Pray [Oremos] (Nee/CFP), págs. 23-36.
- El ministerio de oración de la iglesia (Nee/LSM), págs. 7-35.