Watchman Nee Libro Book cap.17 Libro de lecciones nivel 3: Los dos espíritus
EL ESPÍRITU MEZCLADO
Lección diecisiete
EL ESPÍRITU MEZCLADO
Lectura bíblica
1 Co. 6:17; Ro. 8:4; 2 Ti. 4:22; 2 Co. 3:17; Ro. 8:16
Bosquejo
- Un solo espíritu con el Señor
- Dos espíritus mezclados como uno
- No se produce una tercera naturaleza
- El Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu
- Andar conforme al espíritu mezclado
Texto
[Físicamente nacimos de nuestros padres, mas cuando fuimos regenerados nacimos del Espíritu (Jn. 3:6). Al creer en el Señor Jesús, nuestro espíritu nació del Espíritu. El Espíritu todo-inclusivo vino a nuestro espíritu y lo regeneró con la vida divina.]
I. UN SOLO ESPÍRITU CON EL SEÑOR
[Uno de los versículos más grandiosos de la Biblia, 1 Corintios 6:17, dice: “Pero el que se une al Señor, es un solo espíritu con El”. Las implicaciones de este versículo son maravillosas y de mucho alcance. Los creyentes somos un solo espíritu con el Señor. ¡Qué tremenda verdad! Esto quiere decir que nosotros estamos en El y que El está en nosotros. También implica que nosotros y El nos hemos mezclado y compenetrado orgánicamente, y hemos venido a ser uno con El en vida. Ser un espíritu con el Señor significa que nosotros y El somos una entidad viviente. Simplemente no encuentro palabras para explicar el significado de este versículo. Decir que somos un solo espíritu con el Señor definitivamente no quiere decir que hemos sido deificados. Sin embargo, ciertamente implica la mezcla de lo divino con lo humano. El himno #215 dice: “Dios mezclado con humanidad, vive en mí, mi todo es El”. Ser un espíritu con el Señor implica que nos hemos compenetrado y mezclado con El orgánicamente.]
[La palabra que se traduce “espíritu” en Romanos 8:4 y en otros versículos de este capítulo, constituye un problema para los traductores. Es difícil decidir si se escribe con mayúscula, para denotar al Espíritu Santo, o con minúscula, para referirse al espíritu humano. Más bien, este espíritu se refiere al espíritu mezclado, es decir, a nuestro espíritu mezclado con el Espíritu Santo. ¡Necesitaríamos un tamaño especial de letra para identificarlo, que no sea ni mayúscula ni minúscula! Estos dos espíritus, el divino y el humano, se han hecho uno (1 Co. 6:17; 2 Ti. 4:22; 2 Co. 3:17).]
A. Dos espíritus mezclados como uno
[El Señor hoy es el Espíritu vivificante, y a nosotros se nos ha dado un espíritu humano creado por Dios, con el propósito de que podamos recibir a Cristo como Espíritu vivificante. Hoy estos dos espíritus son uno. ¡Esto es maravilloso! Nuestro espíritu es uno con el Señor, porque El mora en nuestro espíritu como Espíritu vivificante. Pero al estar en nuestro espíritu El no es como una gota de aceite que cae en el agua, que nunca se mezcla con ella. El Señor se mezcla con nosotros, en nuestro espíritu, así como el té y el agua lo hacen. Por esta razón, muchas veces es difícil distinguir si somos nosotros los que actuamos o es el Señor. En ocasiones sentimos el deseo de emprender algo; sin embargo, es el Señor quien lo desea. Esto obedece a que somos uno con el Señor en nuestro espíritu. Al poner el té en el agua, es imposible separarlo de ella. Por eso yo le llamo agua-té. Es tanto té como agua. Los dos se mezclan llegando a ser uno. De igual manera, el Señor Jesús como Espíritu vivificante se mezcla con nuestro espíritu y se hace uno con él. El está en nosotros, y nosotros estamos en El. Aparentemente un hermano habla, pero mientras él habla, es el Señor quien habla. El Señor habla por medio de dicho hermano. Las palabras del Señor salen de la boca del hermano, y lo que el hermano habla son las propias palabras del Señor. A la larga, quien habla es una persona mezclada. ¡Alabado sea el Señor que verdaderamente somos un espíritu con El!]
B. No se produce una tercera naturaleza
[Algunos estudiosos de la Biblia, e incluso algunos maestros, no entienden la verdad en cuanto a esta mezcla. En tiempos antiguos, se dio un debate relacionado con el hecho de que en la persona del Señor Jesús se mezclaron la esencia divina y la humana. Algunos entendieron esto equivocadamente y dijeron que esta mezcla había producido una tercera naturaleza, algo que no es ni divino ni humano. Es herético decir que, con relación al Señor Jesús, la mezcla de la esencia divina y la esencia humana produjeron una tercera naturaleza, que no es totalmente humana, ni divina. Sin embargo, queremos aclarar que éste no es el entendimiento adecuado que comunica el verbo “mezclar”. Definimos el verbo “mezclar” de esta manera: “combinar o unir una cosa con otra (o dos o más elementos juntos), especialmente de manera que los elementos originales se pueden distinguir”. Según esta definición, cuando dos o más elementos se mezclan, no pierden su naturaleza original, sino que aún pueden distinguirse, pero no separarse.]
II. EL ESPÍRITU DA TESTIMONIO
JUNTAMENTE CON NUESTRO ESPÍRITU
[“El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Ro. 8:16). Ahora que el Espíritu está en nuestro espíritu mediante la regeneración, El testifica juntamente con nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Los dos espíritus corresponden el uno al otro, y juntamente confirman este hecho.]
[Este versículo no dice que el Espíritu dé testimonio y que nuestro espíritu también lo haga separadamente. Dice que el Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu. Esto es más profundo que decir que el Espíritu y nuestro espíritu dan testimonio, porque indica que los dos espíritus son uno. Decir que el Espíritu y nuestro espíritu testifican, quiere decir que éstos siguen siendo dos, es decir, que están separados. Pero decir que el Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu, indica que los dos espíritus se han mezclados en un solo espíritu.]
[No importa cuán joven sea usted, si es un hijo de Dios, el Espíritu de Dios da testimonio juntamente con su espíritu. Observe que no dice: “en nuestro espíritu”. Si dijera esto, implicaría que sólo el Espíritu de Dios testifica. Sin embargo, aquí dice que el Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu, lo cual quiere decir que ambos testifican juntamente. El Espíritu de Dios da testimonio, y simultáneamente nuestro espíritu da testimonio con El. Esto es maravilloso.
Algunos quizás digan: “Pero yo no siento que el Espíritu de Dios dé testimonio. ¿Dónde está el Espíritu de Dios? No lo siento. No tengo ninguna sensación de que el Espíritu esté en mí. Nunca lo he visto y no puedo sentirlo. Simplemente no lo percibo”. Sin embargo, ¿no siente usted que su espíritu da testimonio? Debe darse cuenta de que mientras su espíritu da testimonio, el Espíritu Santo también lo hace. No puede negar que su espíritu testifica dentro de usted. El apóstol Pablo fue muy sabio. El dijo que el Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu. Cuando nuestro espíritu da testimonio, ése es también el testimonio del Espíritu, porque los dos espíritus se han mezclado y han llegado a ser uno. Es difícil diferenciar estos dos espíritus.]
III. ANDAR CONFORME AL ESPÍRITU MEZCLADO
[Los jóvenes necesitan aprender a experimentar a Cristo incluso al estudiar este libro de lecciones. Tal vez puedan orar: “Señor, aquí está el libro de lecciones, y mañana será el examen final. Señor, confirma el hecho de que Tú eres un espíritu conmigo. Señor, lee este libro conmigo”. Si hacen esto, les aseguro que experimentarán a Cristo como su entendimiento y como su sabiduría para aprender todos los secretos del libro de lecciones. Experimentarán a Cristo como su buena memoria. Luego, al siguiente día, cuando tomen el examen, no se sentirán tan presionados y temerosos. Sólo necesitan orar: “Señor, soy uno contigo, soy un espíritu contigo. No sólo al hablar, sino aun en el salón de clases, al tomar el examen. Señor, haz que esto sea una realidad. Manifiéstale a los ángeles y a todo el universo que soy uno contigo”. Les aseguro que si lo hacen, experimentarán a Cristo como su sabiduría. Esta es la manera de experimentar tal realidad.]
[Día tras día debemos adherirnos al espíritu mezclado y conducirnos conforme a este espíritu. Cada vez que andamos conforme a la carne, actuamos como pecadores, no importa si nos consideramos buenos o malos. No debemos comportarnos conforme a la carne, pues tenemos la opción de andar conforme al espíritu. Si lo hacemos, disfrutaremos todas las riquezas de Cristo.
Andar conforme al espíritu debe ser nuestro ejercicio diario. Tenemos que aplicar esto a la manera en que hablamos, pensamos, y en todo lo que hagamos. Por ejemplo, suponga que un joven se pregunta si debe participar de cierta actividad atlética. Mi consejo para él sería que, si puede participar en esa actividad atlética conforme al espíritu, entonces puede hacerlo. Como cristianos, no debemos tomar decisiones según lo correcto o incorrecto; antes bien, debemos decidir conforme al espíritu.
El Espíritu, quien está mezclado con nuestro espíritu y conforme al cual debemos conducirnos, es el maravilloso Espíritu del Dios Triuno. Este Espíritu, que es el Dios Triuno hecho real a nosotros, está mezclado con nuestro espíritu.] Esto [no es simplemente el Espíritu divino, ni sólo el espíritu humano; es la mezcla del Espíritu divino con el espíritu humano. ¡Aleluya por esta mezcla maravillosa!]
RESUMEN
Los creyentes somos un solo espíritu con el Señor; estamos en El, y El está en nosotros. El Señor Jesús como Espíritu vivificante está mezclado y compenetrado orgánicamente con nuestro espíritu. En la mezcla de lo divino con lo humano, la naturaleza original no se pierde, ni se produce una tercera naturaleza. El Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu, testificando que somos los hijos de Dios. Todos los días debemos andar conforme al espíritu mezclado.
Preguntas
- Cite uno de los versículos más grandiosos de la Biblia que muestra que nosotros somos un solo espíritu con el Señor.
- ¿Por qué la palabra traducida “espíritu” en Romanos 8:4 crea un problema para los traductores de la Biblia?
- ¿Qué queremos decir al afirmar que el Espíritu todo-inclusivo se mezcla con nuestro espíritu?
- ¿Produce esta mezcla una tercera naturaleza?
- ¿Por qué la Biblia dice que el Espíritu de Dios da testimonio juntamente “con nuestro espíritu” y no “en nuestro espíritu”? ¿Qué muestra esto?
- ¿Por qué no podemos distinguir si es el Espíritu Santo o nuestro espíritu, el que da testimonio de que somos hijos de Dios?
Citas tomadas de las publicaciones de Lee y LSM
- The Completing Ministry of Paul [El ministerio de Pablo, un ministerio que completa la revelación divina], pág. 54.
- Life-study of Colossians [Estudio-vida de Colosenses], págs. 457-458.
- Life Messages [Mensajes de vida], tomo 2, pág. 79.
- The Stream [El manantial], tomo 14, núm. 1, pág. 10.
- Estudio-vida de Lucas, págs. 5-6.
- The Completing Ministry of Paul, pág. 54.
- Estudio-vida de Romanos, págs. 774, 238-239.
- The Home Meetings—The Unique Way for the Increase and the Building Up of the Church [Las reuniones de hogar: La manera única de hacer crecer y edificar la iglesia], pág. 37.
- Estudio-vida de Romanos, pág. 644.