Watchman Nee Libro Book cap.13 Los asuntos de la iglesia
RESPUESTAS A PREGUNTAS
CAPÍTULO TRECE
RESPUESTAS A PREGUNTAS
EL ASUNTO DE QUE LOS HIJOS DE LOS ANCIANOS CREAN EN EL SEÑOR
Pregunta: En la Biblia se menciona que los hijos de los ancianos deben creer en el Señor. Entre nosotros hay algunos ancianos de la iglesia cuyos hijos aún no han creído en el Señor. Sus hijos, sin embargo, están solamente en su adolescencia y aún no son mayores. Ellos vienen a escuchar el evangelio, pero no son salvos todavía. ¿Qué piensa de esto?
Respuesta: Yo creo que este asunto de requerir que los hijos de los ancianos crean en el Señor se refiere a la habilidad de los ancianos para manejar sus hogares. Este es el punto de énfasis. Por lo tanto, si los hijos son aún muy jóvenes, esto no se aplica. Si un hijo es muy desobediente y se rebela oponiéndose a creer, ésta es una indicación clara de que el hermano no es capaz de encargarse de la iglesia. Tal vez esté capacitado para ser un apóstol, pero no sabe cómo ser un anciano. Si los jóvenes no son tan rebeldes ni negativos y son capaces de venir con ustedes a escuchar los mensajes, entonces no hay problema. Por supuesto, cuando son jóvenes, es imposible saber si ellos han creído genuinamente. Pero cuando han alcanzado cierta edad, a ellos debe pedírseles que reciban al Señor. Yo creo que el punto de énfasis aún es el de cómo manejar su propio hogar. Por lo tanto, el hermano a quien han mencionado aún puede ser un anciano.
LA REUNIÓN LLEGA A SER DEMASIADO GRANDE Y LOS HERMANOS RESPONSABLES ORIGINALES NO PUEDEN LLEVAR LA RESPONSABILIDAD
Pregunta: En el pasado cuando varias localidades comenzaron a tener reuniones, los hermanos encargados parecían ser capaces de llevar la responsabilidad. Después, cuando el número de santos aumentó, parecía que los hermanos responsables no eran capaces de llevar la responsabilidad como antes, debido a su condición espiritual. ¿Qué pueden hacer estos hermanos responsables?
Respuesta: En cierto lugar, puede haber un grupo de santos que empiezan a reunirse donde algunos de ellos están aprendiendo a tomar la responsabilidad. Según el arreglo de Dios en la iglesia, cuando algunos hermanos mejores son traídos, los hermanos responsables en ese lugar deben permitir que los mejores tomen la responsabilidad. Los hermanos responsables deben entonces prestar atención a esos hermanos. Espero que nosotros podamos alcanzar tal estado.
Pablo dice: “Nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios”. No queremos tener tradiciones, pero nos gusta tener costumbres. Si una iglesia hace ciertas cosas de cierta manera, espontáneamente otras iglesias seguirán su ejemplo. Esta es una cosa muy preciosa. Antiguamente ustedes estaban tomando la responsabilidad en cierta localidad. Ahora, otros hermanos se han mudado al lugar donde ustedes viven. Sería una cosa maravillosa si usted pudiera ceder el paso a estos hermanos. Usted podría decir: “¡Hermano! Venga y haga esto. Yo me someteré a usted”. Esto no es ser pasivo. Muchos, tan pronto como dejan la responsabilidad, se comportan como espectadores, y no se preocupan por nada más. Usted debe decir: “Estoy dispuesto a ayudarlo. Usted tome la responsabilidad. Usted es el que toma las riendas”. Si cada iglesia practicase esto, tal costumbre podría ser establecida entre las iglesias. Cuando los hermanos más jóvenes se encuentren con otros que están más avanzados que ellos en el Señor, deberían pedirles que tomaran la delantera. Los hijos de Dios deben aprender a reconocer a aquellos que tienen una autoridad más alta que ellos cuando los encuentran. No es propio el tener una situación confusa.
Cuando varios hermanos salen juntos, o hablan juntos en un cuarto, espontáneamente alguien llevará la delantera, y otros los seguirán. Dios guarda el orden en todo asunto, sea grande o pequeño. Dios es un Dios de orden. Nosotros también debemos aprender a tener todo en orden, más aún cuando se trata de las cosas de la iglesia. Si un hermano que lleva la responsabilidad se da cuenta de que otro hermano que acaba de venir está más adelantado que él en el Señor, debe guiarlo a que se familiarice con los hermanos y debe menguar gradualmente. Si no reconoce lo que es ese hermano, podría haber un gran problema. Si tal costumbre de orden pudiese ser establecida en cada localidad, sería una cosa muy hermosa. Esta es la iglesia de Dios. Los que tienen la autoridad de Dios deben estar siempre en la vanguardia.
Pregunta: ¿Qué podemos hacer si él no ve esto?
Respuesta: Yo creo que a veces los hermanos que son obreros y que viajan a través de tales lugares, deberían tomar más responsabilidad en tales asuntos. Cuando un hermano que es un obrero viaja pasando por semejante lugar, él debe ser quien toma la decisión según la situación de esa localidad. Los apóstoles deben considerar detenidamente y determinar quién debe o quién no debe tomar la responsabilidad. En 3 Juan es claro que hay una persona que tiene un punto de vista diferente del que tiene el apóstol Juan. Juan tiene un punto de vista, y él tiene otro. “Diotrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe”. Los hermanos locales no tenían claridad en cuanto a Diotrefes, y pensaban que era de veras una persona con autoridad. A él le gustaba tener “el primer lugar entre ellos”. El no estaba dispuesto a recibir gente, ni estaba dispuesto a que otros lo hiciesen. Por lo tanto, Juan dijo: “Si yo fuere, recordaré las obras que hace”. Así que, hablando con propiedad, los responsables en todos los lugares deben ser considerados por aquellos que laboran en la obra, quienes son confiables en el Señor. Estos deben determinar quién puede o no tomar la responsabilidad en una localidad.
Si podemos entrenar a los hermanos y hermanas en varias localidades con esta educación básica de conocer la autoridad, les sería fácil someterse cuando van a otros lugares a establecer reuniones. El problema hoy día es que el entrenamiento básico no es suficiente; es por eso que se tiene esta clase de situación. Una vez que el entrenamiento básico sea suficiente, el problema será resuelto en gran parte.
¿ACTUARON PEDRO Y FELIPE INDEPENDIENTEMENTE?
Pregunta: Felipe fue solo a Samaria, y Pedro fue solo a Cesarea. ¿Eran individualistas estas actividades?
Respuesta: Desearía ver esta clase de actividades individualistas tan fructíferas.
De ahora en adelante necesitamos ser muy cuidadosos con esta clase de expresión: actividades individualistas. Puede haber muchos hermanos que viven junto con otros ocho o diez hermanos, y aún así pueden actuar en forma individualista. El no actuar sobre una base individualista no quiere decir que usted tiene a alguien durmiendo al lado suyo, o que usted tiene a alguien comiendo con usted, o que usted siempre compra dos pasajes cuando viaja. Mientras uno no haya visto el Cuerpo de Cristo, sigue actuando en forma individualista. Tal vez él haga cosas con otros físicamente, pero en realidad no ha aprendido en absoluto a obedecer a la autoridad ni a tener comunión. Esta es la clase de persona que actúa con individualismo. Felipe podía salir solo, pero no actuar individualmente. Otros podrían salir con ocho o diez, y aún así actuar en forma individualista.
Confrontados con la autoridad
La cuestión de autoridad es una cosa muy hermosa en la iglesia. Cuando algunos obreros de Dios o algunos creyentes están juntos, ellos son espontáneamente confrontados con el asunto de la autoridad. Dios nunca hace las cosas de una manera desordenada. Aun si sólo hay dos personas, Dios pone a una como autoridad.
Los nombres tienen un orden
El orden de nombres en la Biblia es consistente. Hay razones especiales cuando no lo son. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento Dios puso a Moisés como autoridad; siempre se decía Moisés y Aarón. Ustedes no puede invertir el orden y decir Aarón y Moisés. Cuando ellos dos estaban juntos, uno siempre representaba la autoridad y el otro la sumisión. Hasta con los que fueron enviados por nuestro Señor de dos en dos —aquellos cuyos nombres se mencionan— uno estaba delante del otro. Si tal es el caso cuando hay dos, cuánto más cuando hay muchos.
Creyendo en la presencia del Espíritu Santo
Cada vez que los hijos de Dios estén juntos, ellos inmediatamente deberían alinearse. Esto no quiere decir ponerse en fila físicamente, sino que ustedes se dan cuenta de que un hermano está adelante de usted. Ya que el Señor está obrando entre nosotros, El debe tener un vocero; por lo tanto, deben creer en la presencia de Dios. Ustedes deben declarar: “Yo creo en la presencia del Señor. Yo creo en la presencia del Espíritu Santo”. De esta manera, cuando varios hermanos tienen la presencia del Espíritu Santo, ustedes deben confiar en que Dios tiene un vocero entre ellos.
No sometiéndose a una persona perfecta
La razón por la cual la autoridad de Dios no puede ser establecida entre Sus hijos, es que Sus hijos están siempre criticando a los demás y están siempre pidiendo perfección. Para ellos hay solamente un hombre en todo el mundo al que admiran: el hombre perfecto. Ese hombre no ha existido antes, no existe hoy día, y no va a existir en el futuro; por lo tanto, no pueden someterse. Ellos quieren someterse a un hombre perfecto, y ocurre que ese hombre no está por ninguna parte; por lo tanto, no se van a someter a nadie. Sin embargo, Dios no da Su autoridad a un hombre perfecto; El da Su autoridad a un hombre que está siendo perfeccionado. Dios da Su autoridad a una persona que está adelante de usted. Este es un principio básico en la Biblia. Dios da Su autoridad a un hermano que está adelante de usted.
Cuando los hijos de Dios están juntos, espontáneamente deben encajar en un buen orden. Este no es un asunto de organización. No quiere decir que cuando varios hermanos están juntos, ustedes tienen que elegir un líder de equipo o una persona que se haga cargo. Pero deben darse cuenta de que aun cuando algunos de ustedes van a caminar en la montaña, o cuando se congregan, alguien estará adelante de usted. En esos cinco o diez minutos de paseo, ustedes deben aprender a ser una persona sumisa. Dondequiera que estén los hijos de Dios, no importa el ambiente o la ocasión, tenemos allí aquellos que están en autoridad y aquellos que son sumisos. Esto es algo muy precioso.
Cuando una persona es gobernada por tal principio, no habrá ninguna actividad individualista. Cuando una persona no se somete a la autoridad, no importa cuántos más estén con él, actúa en forma individual. ¿Qué es el individualismo? Individualismo quiere decir que usted no puede estar bajo autoridad. Cuando una persona es individualista, no tiene forma de estar bajo autoridad. Una vez que se somete a la autoridad, el individualismo tiene que desaparecer. Una vez que usted recibe autoridad, el individualismo no puede seguir existiendo.
Sin seleccionar a quién someterse
No es una cuestión de recibir una autoridad, ni de recibir diez autoridades; es asunto de recibir a la autoridad.
Déjenme darles un ejemplo. He usado dos sirvientes. Ellos comenzaron a trabajar para mí en diferentes ocasiones, uno antes que el otro. Cuando el primero vino a mi casa, le mandé diciéndole: “Hay un requisito básico para que usted sea un sirviente: usted necesita obedecer. No importa qué tan inteligente sea, solamente haga lo que le pido”. Más adelante, también le dije al otro sirviente: “Usted necesita aprender a obedecer. Necesita escucharme y también necesita escuchar al sirviente que vino antes que usted”. Sin embargo, el sirviente que vino después obedecía todas mis palabras, pero no obedecía en nada las palabras del sirviente que vino antes. Siempre trataba de hallar maneras de señalar las fallas del otro sirviente. ¿Creen que esta persona se sometía a la autoridad?
¿Qué es someterse a la autoridad? Someterse a la autoridad, no quiere decir escoger la persona a la que se somete. Si usted escoge la persona a la que ha de someterse, no conoce la autoridad. El que conoce la autoridad, la reconoce dondequiera que la encuentre. Cuando la encuentra, él sabe que tiene que someterse. Si usted no puede someterse, eso prueba que nunca ha conocido la autoridad. Usted puede haberse sometido al hombre, pero no a la autoridad. En el mejor de los casos, usted solamente teme al hombre, y cuando lo encuentra le obedece. Usted nunca ha estado bajo autoridad debido a que nunca ha conocido la autoridad. La autoridad no es cuestión de un lugar u otro. Hay autoridad en todo lugar y en toda ocasión. Sin considerar donde esté, el que conoce la autoridad la reconoce dondequiera que la encuentra.
Cuando una persona está bajo la autoridad, el individualismo no puede existir. Si ustedes se basan en el individualismo, no tendrán manera alguna de someterse a la autoridad. Este es un asunto muy importante en lo que a principios espirituales se refiere. Una persona debe aprender a conocer la autoridad. Para los cristianos, no es cuestión de quién sea la persona. Nosotros los cristianos debemos someternos a la autoridad cada vez que nos encontramos con ella.
En busca de la comunión
Si uno busca comunión el individualismo no puede existir. Con el individualismo uno siempre trata de mantener su vida espiritual individual delante de Dios, sus visiones individuales delante de Dios, y su obra individual delante de Dios. El es siempre un individuo; no le es fácil buscar comunión. Este es el problema entre nosotros. Tal persona no busca la comunión, sino que lucha y trabaja sola. Muchos hijos de Dios hoy día sólo pueden decir en palabras que no pueden hacer nada sin otros hermanos, o que deben tener la iglesia para poder vivir. En realidad, muchos pueden vivir sin la iglesia y sin la comunión. Esto prueba que están en individualismo. Si una persona recibe el principio de comunión y el principio del Cuerpo sólo como un concepto, y sin embargo, en la realidad puede actuar y laborar por sí mismo, puede tener vida espiritual sin comunión, y puede hacer la obra del Señor sin comunión, entonces esta persona nunca ha sido quebrantada delante del Señor. Es completamente una persona individualista. La comunión está en contra del individualismo. No importa mucho lo que usted dice acerca de la comunión; lo que importa es si la comunión es una vida para usted, si usted puede verdaderamente vivir y laborar sin comunión. Un día Dios lo traerá a este grado. Siempre he pensado que éste es el paso más grande.
No solamente un asunto de no tener fidelidad ni fe
Cuando mucha gente llega a un callejón sin salida, solamente consideran que hay un problema con su fe o su fidelidad; ellos no consideran que hay un problema con su comunión. La educación que muchos han recibido en el pasado, y los libros que muchos han leído, instruyen a las personas en ser fieles, en creer, y en someterse directamente a Dios. Por lo tanto, cuando no llegan a ninguna parte, se suscita un problema. Cuando no pueden pasar las barreras en su vida personal, siempre consideran que ellos mismos tienen un problema, que su fe tiene un problema, o que carecen de fidelidad. Por un lado, eso es cierto. Sin embargo, muchos sólo ven que sus fallas y dificultades son debidas a problemas en su fe personal, su fidelidad personal, o su sumisión personal. Ellos no ven que hay algo más en la Biblia, que se llama comunión. Si hay problemas con la comunión, ellos pueden llegar al mismo punto de fracaso y dificultad.
Muchos de los problemas de las personas no tienen nada que ver con la fe, o con el asunto de creer en Dios, sino con la cuestión de comunión. A veces, el Señor tiene que permitir a esta clase de persona que luche en su fe, su fidelidad y su sumisión, para que así alcance un punto en su vida cristiana donde no importa cuánto se esfuerce, simplemente no puede creer ni someterse. Tal vez en ese tiempo, él se dé cuenta de que no puede lograr lo que desea solamente como un miembro, ni puede lograrlo solamente en su unión con Cristo. El debe estar unido al Cuerpo de Cristo a fin de lograrlo. Tal vez en ese tiempo él comience a ver que necesita la ayuda de otros cristianos para poder lograrlo. Muchos aún no han sido traídos a este camino; ellos todavía están andando en el camino del individualismo, laborando por sí mismos. Es una gran misericordia de Dios el traer a una persona a un punto del cual no puede pasar, y en el cual sus ojos son abiertos para ver que mientras que sumisión, fe, y fidelidad no son suficientes, la comunión es suficiente.
¡Esta es una gran revelación! Un día los hijos de Dios serán traídos al punto en que todas sus maneras de hacer las cosas serán agotadas, y donde verán que algo tan grande como la fe, no les ayudará. La fe no es algo insignificante, y no debemos menospreciarla. La fe, la fidelidad y la sumisión son grandes cosas. Sin embargo, un día, llegarán al punto en que aun con todas estas condiciones cumplidas, no lograrán pasar de cierto punto. La fe, la fidelidad y la sumisión a Dios son cosas de peso en la Biblia. Pero, aun con estas cosas de peso, ustedes no tienen forma de avanzar hasta que un día sus ojos son abiertos y comienzan a darse cuenta de que la comunión es también un gran asunto. Sin comunión, ustedes no pueden llegar a ninguna parte. Solamente una persona que ha pasado por este camino delante de Dios, puede escaparse del individualismo y no hacer cosas en forma individualista. El que solamente conoce la doctrina acerca de comunión o la doctrina del Cuerpo de Cristo podría seguir siendo una persona individualista por el resto de su vida. Puede incluso creer en la doctrina en cuanto a la comunión de una manera individualista. Dios necesita traerlo por un camino donde todo es agotado; el camino es infranqueable; y aunque continúa creyendo, siendo fiel y sigue sometiéndose, sus problemas aún no son resueltos. Un día, cuando Dios le dé un poco de luz, él verá que su problema estaba en realidad en el asunto de la comunión; entonces su individualismo partirá.
Pedro busca comunión bajo la autoridad
Cuando Pedro fue solo a Cesarea, no fue allí en una forma individualista. El tuvo comunión. Cuando Pedro fue de Jope a Cesarea, tenía a los hermanos de Jope con él. Además, él estaba siempre bajo autoridad, siempre buscando comunión. Por lo tanto, apenas regresó a Jerusalén les contó a los hermanos lo que había pasado. Aunque la obra ya había sido hecho, aun así buscó comunión.
Felipe tiene un encuentro con el Espíritu Santo
Cuando Felipe fue a Samaria, era uno que se sometía a la autoridad. De otra manera, el Espíritu Santo no lo habría llamado al desierto. Todos aquellos que han tenido un encuentro con el Espíritu Santo son aquellos quienes aún siguen adelante. Todo en la iglesia es arreglado y regulado por el Espíritu Santo. La Cabeza de la iglesia es Cristo, pero la operación de la Cabeza se realiza por medio de Su Espíritu. Cuando el Espíritu Santo lo llevó al desierto, El estaba aún bajo autoridad.
No es cuestión del número de personas
El individualismo no es asunto de una o dos personas; no es una cuestión de más o menos gente. El individualismo es un asunto de si uno está bajo autoridad, y de si tiene la comunión del Cuerpo. Hoy día algunos hermanos podrían salir con otros, pero estos hermanos pueden ser completamente individualistas. Cuando ustedes bajen de la montaña y vayan a la obra, podrían decir que están en la posición del Cuerpo para aprender a servir; sin embargo, si cinco de ustedes siguen siendo cinco personas, y diez de ustedes siguen siendo diez personas, han fracasado completamente delante de Dios. Eso no es comunión. La comunión no es una cuestión de cuánta gente hay en el cuarto, ni de cuánta gente se siente con usted, ni si alguien lo ha acompañado al salir a la obra. La Biblia hace énfasis en que dos personas salgan juntas para que pueda haber comunión acerca de las cosas. Pero esto no quiere decir que cuando hay más gente, hay comunión, y que cuando hay menos gente, no hay comunión.
Hoy día el asunto es si los hijos de Dios conocen estas dos lecciones básicas o no. Primero, necesitan conocer la autoridad y someterse a la autoridad. Segundo, ellos deberían valorar la comunión de los hijos de Dios. Ellos deben buscar la comunión de vida, y la suministración de vida de otros para poder seguir adelante. Solamente cuando estas dos lecciones están presentes, somos libres del individualismo. Cuando estas dos lecciones están ausentes, inmediatamente el individualismo se hace presente.
El principio básico de tener dos o más personas
En la Biblia el principio de los obreros que salen a la obra consiste en que vayan por lo menos de dos en dos. Por ejemplo, cuando Pablo salía a la obra, había por lo menos dos personas. Puede haber habido una excepción a este principio en el caso cuando Felipe fue a Samaria. Si un hombre está bajo autoridad y vive en comunión, el caso de una excepción esporádica no daña el principio básico.
Esto no quiere decir que es suficiente tener a muchos que salgan a la obra. Si usted no está en unidad, aun si hay diez hermanos que salen juntos a la obra, esto será inútil. Por lo tanto, cuando usted vaya a Wenshu o Tsingtao, no será una cuestión de elegir a alguien para que sea el líder del grupo. Esto no es algo hecho por la iglesia. Más bien, espontáneamente se da cuenta de que hay una persona que está adelante de usted y que usted necesita escucharle. Automáticamente, usted aprende sumisión y comunión. Los muchos llegarán a ser como un hombre, como un cuerpo que sale a la obra. Allí no hay individualismo; de otra manera, si ustedes tienen una persona, se llama el individualismo de una persona; si tienen diez, se llama el individualismo de diez personas. Cuanto más personas tenga, más individualismo habrá. Así que estaríamos proponiendo una labor con base en individualismo múltiple. En el pasado tal vez creíamos en individualismo personal. Hoy en día creemos en individualismo plural. Si éste es el caso, aquello no es el Cuerpo de Cristo.
Necesitamos conocer lo que es el Cuerpo de Cristo. El Cuerpo de Cristo es uno en vida y se somete a la autoridad. Esta autoridad puede ser manifestada en cualquier grupo de hijos de Dios. Cada uno necesita aprender a estar firme en su lugar; entonces no habrá problemas. En tal condición, uno no debe humillarse deliberadamente y tampoco debe estar tan preocupado por sí mismo. Más bien, debe aceptar las instrucciones y las opiniones del hombre y aprender a someterse a la autoridad. En tanto que todos se paren en su lugar, todos verán que este camino es apropiado. Es posible que todos los problemas se deban al individualismo. Este es todo el problema y es el mayor problema.
EL NOMBRAMIENTO DE LOS ANCIANOS Y LOS APÓSTOLES COMO ANCIANOS
Pregunta: Según las Epístolas a Timoteo, los ancianos deben ser nombrados por personas como Pablo, Timoteo o Tito. Pedro y Juan eran ancianos en Jerusalén. ¿Los nombró Jacobo? ¿O eran nombrados por sí mismos cuando era necesario?
Respuesta: Yo creo que todos los ancianos necesitan ser nombrados; es por eso que dije que todos los ancianos deben ser nombrados por los obreros cuando éstos están en su medio. Quiero que presten especial atención a lo que Pablo dijo a los ancianos de la iglesia en Efeso. Esta iglesia era diferente de la iglesia en el centro de la obra. Sin embargo, compartían el mismo principio, a saber, que el Espíritu Santo ha puesto a los ancianos como sobreveedores de toda la manada. Por lo tanto, cuando los obreros y apóstoles nombran ancianos en otros lugares, deben tener un deseo, una búsqueda y también oración delante de Dios, con la seguridad de que las personas a quien ellos nombran son las personas a quienes el Espíritu Santo nombra. De otra manera, los problemas serán grandes. El Espíritu Santo designa a cierta persona, pero usted nombra a otra persona. El problema que esto causa a la iglesia es muy grande. Por lo tanto, cuando bajen de la montaña, ningún hermano puede llegar a ser descuidado ni casual en el nombramiento de ancianos en otros lugares. Pablo tuvo el denuedo de decir en Efeso que el Espíritu Santo los había nombrado como ancianos. Pablo no dijo que él los había nombrado, sino que el Espíritu Santo los había nombrado. El tenía mucha confianza al decir que el Espíritu Santo los había nombrado. Por lo tanto, debemos estar en temor y temblor. Tememos a la gente que es muy osada. Ustedes deben estar en temor y temblor. Ustedes tienen que ver que esta responsabilidad de decidir quiénes son y quiénes no son ancianos es muy seria. Ustedes deben tener consideración adecuada y oración delante de Dios. Solamente aquellos que son nombrados por el Espíritu Santo son útiles. De otra manera, serán inútiles y tarde o temprano ellos mismos serán un problema.
La posición de Pedro y Juan en Jerusalén era muy clara debido a que eran apóstoles. Los ancianos son nombrados por los apóstoles. Pedro el apóstol nombró a Pedro el anciano, y Juan el apóstol nombró a Juan el anciano, ya que esta responsabilidad estaba en manos de los apóstoles, y al mismo tiempo había una necesidad local. Tal vez a aquellos apóstoles les haya parecido bien que por lo menos ellos dos tomaran al mismo tiempo la responsabilidad local. Por lo que, ellos dos llegaron a ser ancianos en Jerusalén. Acercándose al fin, Jacobo había muerto y el otro Jacobo había quedado. En la iglesia en Jerusalén, él estaba indudablemente en la vanguardia. Tal vez Pedro y Juan no fueron nombrados por él, pero no me atrevería a afirmarlo. Sin embargo, no había casi ningún problema con que Pedro y Juan fuesen ancianos porque ellos ya eran apóstoles.
ENVIADOS MAYORMENTE SEGÚN EL ELEMENTO DE LA COMUNIÓN
Pregunta: Pedro y Juan fueron a Samaria, y la Biblia dice que los apóstoles en Jerusalén los enviaron. Pablo y Bernabé fueron, y la Biblia dice que los hermanos los enviaron. ¿A qué se debe esto?
Respuesta: En esta clase de envío hay comunión. Uno no se atrevería a decir que había autoridad, pero al menos sí había comunión.
La historia de Pedro y Juan
Había doce apóstoles en Jerusalén. El caso de Samaria fue traído a Jerusalén. Jerusalén conocía la situación en Samaria, y también veía que los creyentes en Samaria no habían recibido el Espíritu Santo. Felipe solamente hizo parte de la obra. No hizo el trabajo completo. Así que Jerusalén acordó que Pedro y Juan deberían ir. Tal vez, mientras que doce o más hermanos estaban orando y esperando juntos, Pedro y Juan sintieron que ellos deberían ir, y al resto de los hermanos les pareció bien que fueran. Así que enviaron a Pedro y Juan a Samaria. Este es un cuadro muy hermoso. No me atrevo a decir que el asunto de autoridad no estaba incluido, pero sí creo que la cuestión de autoridad no tenía un papel importante; la mayor parte era el principio de comunión. Supongamos que mientras hay varias hermanas comiendo juntas, sientan que una de ellas debe ir a la casa de cierta hermana. Esto no es una cosa de autoridad; más bien, cada una considera quién debería ir. El principio de comunión tiene más parte que el principio de autoridad. No digo que no tiene parte, sino que la mayor parte es la parte de la comunión.
La historia de Pablo y Silas
El caso de Pablo y Silas fue el mismo. En Tesalónica, ellos se encontraron con peligros. En ese entonces, Pablo estaba encarcelado, y después fue liberado. Después que fue liberado, cuando los hermanos estaban juntos, lo enviaron a Berea. Aquí claramente vemos que en la casa de cierto hermano, la casa de Jasón, ellos estaban orando, indagando, y considerando su futuro. Como resultado, ellos dijeron que Pablo y Silas no deberían seguir viviendo allí, y que la situación para que ellos continuasen allí sería muy difícil. Los hermanos tuvieron el sentir de enviarlos tal vez a Berea. Por lo tanto, en este caso se tuvo también el sabor de la comunión de los hermanos y hermanas.
Ustedes recordarán lo que mencioné ayer, que Pablo en su obra tenía dos cosas. Cuando Pablo enviaba a Timoteo, muy frecuentemente era por medio de la comunión, porque muchas veces Timoteo no podía ver claramente. No es que uno use autoridad para decirles que vayan a la obra; más bien, es que comparta el deseo del Señor con ustedes para que caminen con más propiedad. Tal vez ayer ustedes no veían la importancia de la comunión. Hoy día ustedes tienen que ver estos dos aspectos. Muchas veces no es solamente una cuestión de autoridad sino una cuestión de comunión. Ustedes necesitan comunión porque tal vez no han visto, nadie ha tomado la decisión, y ustedes mismos no saben qué hacer. Tal vez los hermanos tomaron la decisión o tal vez Pablo lo hizo. Aun si Pablo hubiera tomado la decisión, no habría sido autoridad, sino que habría sido mediante la comunión con la casa de Jasón. En Tesalónica, fue muy claro: los hermanos estaban juntos, Pablo y Silas estaban en peligro, y los judíos querían arrestarlos. ¿Qué debían hacer? Los hermanos tuvieron el sentir que ellos debían seguir adelante, así que siguieron adelante. Parece que estaban discutiendo juntos y salieron. Por lo tanto, que los hermanos los mandaran a Berea era solamente el resultado de tener comunión en el Señor. ¿Cuál fue el resultado? El resultado fue muy bueno. Los bereanos eran mejores que los tesalónicos en que estaban dispuestos a estudiar la Biblia.
No digo que no había autoridad. Pero sí digo que el elemento de comunión era predominante. Es posible que no haya habido ningún elemento de autoridad. Sin embargo, sí hubo comunión. Pablo envió a otros muchas veces. Aunque Pablo era un hermano en la delantera, aún así, tienen que admitir que también había un elemento de comunión. Hay dos principios básicos en la coordinación de la obra de Dios: autoridad y comunión. Cuando los dos principios están presentes, se tiene la mejor guía y la coordinación más perfecta.
Las palabras del Espíritu Santo son habladas por los profetas
Pregunta: ¿Qué diría acerca del envío mencionado en Hechos 13? Dice: “Dijo el Espíritu Santo”. ¿Dónde está la comunión? ¿O hay algo más?
Respuesta: En los tiempos de los apóstoles, las palabras del Espíritu Santo podían salir de boca de los profetas. Entre esos hermanos había profetas que se levantaron y dijeron: “Apartadme a Bernabé y a Saulo”. Tal vez, no haya habido solamente una persona, sino dos o tres, que atestiguaban lo que el Espíritu Santo estaba haciendo.
SOLAMENTE DOS CENTROS MENCIONADOS EN LOS HECHOS
Pregunta: Jerusalén y Antioquía no tenían mucha diferencia. En solamente un poco más de diez años, ¿cómo pudo haber habido dos comienzos?
Respuesta: Fue solamente un período de diez años. La Biblia marca dos comienzos. Sin embargo, Filipenses dice que había aún mucha gente predicando el evangelio aunque su manera no era apropiada. Ellos claramente no eran de Jerusalén ni de Antioquía, sino que era otro grupo de personas que había iniciado otro comienzo. Por esto sabemos que, en ese entonces, hubo muchos comienzos.
Creo que lo narrado por el Espíritu Santo en Hechos y en Apocalipsis 2 y 3 es lo mismo. Había muchas iglesias en Asia, pero solamente siete fueron seleccionadas para recibir las epístolas. Obviamente, tanto Efeso como Colosas estaban en Asia, pero solamente Efeso es mencionado, no Colosas. Claramente vemos que la condición de Colosas era mejor que la de Efeso, porque Efeso ya había caído al punto de haber dejado el primer amor, y Colosas no. Para poder aplicar la enseñanza, el Señor escogió a Efeso. Debido a que el Señor quería hacer compatible la enseñanza con la historia, El escogió a siete. Creo que toda la historia asentada en Hechos era para enseñanza; por lo tanto, mucha gente fue omitida. Así que, tenemos claridad acerca de Pedro en Jerusalén, y de Pablo en Antioquía. Es posible que haya habido muchos otros comienzos. La historia nos cuenta que un grupo de apóstoles fue al Africa. Según la tradición de la iglesia, Tomás fue a la India. Cada camino era separado, y la Biblia no se preocupó de mencionarlo en lo más mínimo. Por lo tanto, no podemos decir que en Hechos había solamente dos centros; solamente podemos decir que el Espíritu Santo sólo menciona dos centros.
De la misma manera el Espíritu Santo menciona solamente a Adán, a Eva, a Abel, y a Caín. No quiere decir que había solamente cuatro personas en el mundo en ese tiempo. Significa que solamente es mencionado lo que es útil para la enseñanza, y lo que no es útil, no se menciona. Por lo menos Filipenses 1 nos muestra que muchos predicadores del evangelio salieron. Muchos de ellos pueden haber tenido situaciones similares a la de Pablo.