Watchman Nee Libro Book ap.1 La fe cristiana normal

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HACIA LA IGLESIA

APÉNDICE UNO

HACIA LA IGLESIA

Algunas personas piensan que con sólo ser cristiano es suficiente; que no hay necesidad de ser parte de una iglesia. En otras palabras, quieren a Cristo pero no la iglesia. Está bien tener oraciones y estudios bíblicos individuales, pero les es muy molesto relacionarse con otras personas. Por esta razón muchos cristianos rehusan unirse a cualquier iglesia. Este es un concepto erróneo y no saludable entre los cristianos. Cuando una persona cree en Cristo, no sólo debe rechazar al mundo, sino que también debe ser parte de la iglesia.

PARTE DE UN ENTERO

Según la Palabra de Dios, la vida cristiana tiene un aspecto corporativo. Primero nacimos en la familia de Dios y somos hijos en esta familia. La familia de Dios es grande, y tenemos que ser hijos con muchos otros. Segundo, corporativamente todos los redimidos son una casa para morada de Dios. Dios hace Su morada aquí. Tercero, juntos constituimos el Cuerpo de Cristo. Individualmente somos miembros del único Cuerpo y estamos relacionados unos con otros.

Así que, no importa su perspectiva, los cristianos individuales sólo somos partes de este entero. Es inadecuado que seamos cristianos individuales sin relacionarnos con otros. Tal actitud no dura mucho tiempo y daña el crecimiento. Un cristiano que toma tal posición nunca podrá tocar las riquezas de Dios ni manifestar la gloria de la luz de vida.

NACER EN LA FAMILIA MÁS GRANDE

Con este punto de vista, tenemos que darnos cuenta de que no somos el hijo unigénito en esta familia. Si mi padre sólo me engendró a mí, entonces no tengo que cuidar de nadie más, porque no tengo ningún hermano. Pero si tengo otros cinco hermanos y hermanas en mi familia, entonces no puedo decir: “Quiero ser hijo único de mi padre. No quiero tener nada que ver con mis otros cinco hermanos y hermanas. No me interesan”. Eso no lo puedo hacer.

Ahora que somos regenerados y somos cristianos, tenemos que darnos cuenta de que nacimos en la familia más grande del mundo. En esta gran familia tenemos cientos y miles de hermanos y hermanas. La vida que poseemos exige que tengamos comunión con ellos. Si no hay deseo dentro de uno de visitar a otros hermanos y hermanas ni de estrechar sus manos, dudo que la regeneración sea genuina.

El deseo de considerar a los hijos de Dios hermanos y hermanas proviene de la vida de Dios. Es algo dulce y lleno de amor. La naturaleza de la vida de Dios prohibe que seamos cristianos individuales. No podemos meramente buscar nuestra propia ganancia. Debemos tener comunión con todos los hijos de Dios y vivir en esta familia de amor, la cual es la iglesia de Dios.

PIEDRAS VIVAS PARA LA EDIFICACIÓN

Hay muchas grandes revelaciones en el libro de Efesios que se relacionan con la iglesia. En el capítulo dos vemos una de ellas, a saber, la iglesia es la morada de Dios. Lo que Dios ha deseado por mucho tiempo es una morada. El capítulo dos revela que la habitación de Dios es la iglesia.

La iglesia puede ser la morada de Dios porque como cristianos individuales somos piedras vivas (1 P. 2:5). Pero si las piedras vivas no son edificadas, aún no hay morada. Puede que un cristiano individual no sea una piedra muerta; quizás sea bastante viviente. Pero sólo es una piedra aislada. No es de ningún uso para la morada de Dios; Dios nunca puede morar allí.

Eso no es todo. La nueva vida dentro de nosotros nos urge constantemente que seamos edificados con otras piedras. Nunca se sentirá cómoda ni se sentirá útil hasta que nosotros seamos edificados en una casa espiritual en la cual Dios more. Si no hacemos esto, sentiremos que somos un pedazo de desperdicio. Tenemos que ponernos en la edificación de Dios. Por causa mía un vacío es llenado. Cuando estoy siendo edificado, llego a ser parte de la gloria y la majestad de esta casa.

MIEMBROS DEL CUERPO

Efesios 4 nos dice que los cristianos son el Cuerpo de Cristo. También nos dice que hay “un solo Cuerpo”. Hay sólo una iglesia en este universo. En 1 Corintios 12 dice que “el cuerpo siendo uno tiene muchos miembros”. Esto nos muestra aun más claramente que no podemos estar aislados ni ser independientes.

Yo soy un cristiano. He sido redimido por el Señor y he recibido la gracia plena de Dios. No hay duda de que soy un hijo de Dios. Pero en este enorme Cuerpo, soy sólo un miembro. Quizás sea un miembro grande y muy útil, pero de todas maneras soy sólo un miembro. Soy simplemente una parte del Cuerpo. Debo depender de los otros miembros. Juntos llegamos a ser el Cuerpo.

Por ejemplo, mi cuerpo tiene ojos, una boca, manos y pies. Todos estos son miembros individuales. Mis ojos son útiles sólo cuando están en mi cabeza. Si los dejo en la casa, se volverán inútiles. Mis manos sólo pueden funcionar cuando están unidas a mis brazos. Si las dejo bajo llave en la caja fuerte, entonces serán inútiles. Los miembros nunca pueden ser separados del cuerpo, si lo son, se vuelven inútiles. Esta es una relación muy crucial.

No sólo los miembros separados son inútiles, sino que también son grotescos. Si hubiera una pierna humana debajo de esta mesa, o si uno recogiera un brazo en el camino, ¿cómo se sentiría? Es imposible separarse del Cuerpo. Los miembros no pueden ser independientes. Deben estar unidos al cuerpo.

UNA VIDA MUTUA

Tenemos que darnos cuenta de que la vida que recibimos es perfecta pero no completa. Dios no nos ha dado una vida completa. Nuestra vida depende de otras vidas. La vida que recibimos de Cristo es mutua. No es independiente. Yo tengo que depender de otro y otro de mí. No podemos vivir el uno sin el otro. Por lo tanto, necesitamos la iglesia.

Algunas instituciones en el mundo tienen sus departamentos unidos, y algunos colegios tienen escuelas unidas. En ese mismo sentido, los cristianos estamos unidos los unos a los otros. Vivimos al estar unidos los unos a los otros. Desde el primer día tenemos que aprender a no ser independientes. Tenemos que ser parte de la iglesia y vivir con los otros hijos de Dios.

Por lo cual, entrar en la iglesia no significa convertirse de ser un incrédulo a ser un creyente. Significa que los que son cristianos no deben ser independientes, más bien deben relacionarse con otros en la iglesia.

NO ES ASUNTO FÁCIL

Entonces, ¿de cuál iglesia debemos ser parte?

En los tiempos antiguos, eso no era un problema serio porque sólo había una iglesia en el mundo. Pero hoy la situación se ha complicado mucho. Actualmente, sólo contando las denominaciones más grandes y organizadas son por lo menos mil quinientas. En algunas ciudades se pueden nombrar por lo menos cien organizaciones que se hacen llamar a sí mismas una iglesia. Como cristiano no es fácil escoger una entre las mil quinientas sin ser influenciado por otros.

LA PALABRA DE DIOS DA LA MANERA

Debido a la confusión, el problema de uno identificarse con una iglesia es muy difícil. Sin embargo, si uno anda conforme a la Palabra de Dios y observa el asunto desde el punto de vista bíblico, aún hay una manera. La Palabra de Dios tiene una revelación clara concerniente a este asunto. Nos muestra claramente de cuál iglesia debemos ser parte.

Sin embargo, debemos saber un poco más acerca de las divisiones de la iglesia. Sólo entonces sabremos lo que Dios busca. Cuando tengamos el discernimiento, sabremos qué iglesia va de acuerdo con la Palabra de Dios.

CAUSAS DE LAS DIVISIONES

Las causas de la presente confusión y de las divisiones entre las iglesias pueden ser resumidas en las siguientes categorías:

(1) Los grupos son denominados según las razones geográficas. La iglesia anglicana o episcopal es un ejemplo de esto. Anglicano quiere decir que pertenece a los anglicanos. Es la iglesia de Inglaterra. Cuando fue llevada a América se le llamó la iglesia episcopal. Pero en realidad aún era la iglesia de Inglaterra. Cuando fue llevada a China, llegó a ser la iglesia de Inglaterra en China. Y cuando la iglesia episcopal llegó también a China, llegó a ser la iglesia americana de Inglaterra en China.

Consideremos el ejemplo de la Iglesia Católica, que en realidad es la iglesia de Roma. Cuando llegó a China, estableció iglesias en Shangai y Foochow. Ahora Roma está mezclada con Foochow. Muchas denominaciones que se originan según las razones geográficas, confunden a las iglesias por todo el mundo.

(2) La confusión puede levantarse por la diferencia en el tiempo. Por ejemplo: cuando el catolicismo se introdujo en China durante la dinastía Tang, se le llamó nestorianismo. Después durante la dinastía de Ming, una nueva ola entró distinta al nestorianismo. Durante la dinastía Ching empezaron a surgir toda clase de sectas y denominaciones. Ningunas de ellas estaban relacionadas en ninguna manera con los dos grupos anteriores. Cuando todos llegaron a Shangai, el lapso de tiempo entre sus establecimientos había producido una multitud de diferentes iglesias.

(3) Las iglesias pueden dividirse según la gente. El grupo que el Señor John Wesley empezó con el tiempo llegó a ser la iglesia metodista. Tiene su organización y administración independientes y tiene ramas por todo el mundo. Luego tenemos la denominación luterana, la cual se formó después de la muerte de Martín Lutero. Ahora las iglesias luteranas también aparecen por todo el mundo. Todas estas divisiones se dividieron según los hombres. Hay muchas organizaciones que se denominan de esta manera.

(4) Quizás haya una diferencia en el énfasis de las verdades. Aquellos que hacen énfasis en la justificación por la fe establecieron la iglesia luterana. Los que buscan experiencias pentecostales principiaron las iglesias pentecostales. Aquellos que creen en el bautismo por inmersión y no por aspersión formaron la iglesia bautista.

Algunos grupos ponen énfasis en la administración de la iglesia. Los que creen en la independencia según la jurisdicción formaron las iglesias congregacionales. Los que propusieron el orden de los ancianos principiaron la iglesia presbiteriana. Los que ponen énfasis en la sucesión apostólica, principiaron la iglesia apostólica.

Así que, todas estas mil quinientas denominaciones se formaron. Cada grupo tiene su historia y sus doctrinas. Si uno simplemente escucha su historia o doctrinas, es muy difícil encontrar el camino que debe seguir. Hoy si uno estuviera en Shangai o en Foochow, le sería difícil decidir a cuál iglesia se debe unir.

UNA IGLESIA, UNA CIUDAD

Pero la Biblia da una palabra clara y sencilla en cuanto a la iglesia. No hay confusión. Si se lee los Hechos de los Apóstoles o el principio de todas las epístolas, o el primer capítulo de Apocalipsis, se puede ver lo que la Biblia llama las iglesias. Se les llama “la iglesia en Roma”, la iglesia en Jerusalén”, “la iglesia en Corinto”, “la iglesia en Colosas”, etc. En Apocalipsis 1 se nombran siete iglesias en siete localidades. Podemos ver que la Biblia designa a las iglesias de una sola manera. No hay otra manera. Roma es el nombre de una ciudad. También Corinto, Efeso, Colosas o Filipos. Todos son nombres de ciudades. Las iglesias se identifican según los nombres de las ciudades. Aparte de la diferencia en las localidades, no hay otra manera de diferenciar las iglesias. La iglesia tiene su localidad como su unidad. Aparte de la división según esta unidad, la Biblia no da más ramificaciones.

NI MAS GRANDE NI MÁS PEQUEÑA

Por lo tanto, ya sea que una iglesia sea grande o pequeña, su unidad es la localidad. Algo más pequeño o más grande que la localidad no puede ser la unidad de la iglesia. ¿Qué significa tener algo más pequeño que la localidad?

El primer capítulo de 1 Corintios nos muestra claramente que sólo había una iglesia en Corinto. Si algunos de entre ellos decían: “yo soy de Pablo”, mientras que otros decían: “yo soy de Apolos”, con un tercer partido diciendo: “yo soy de Cefas”, y un cuarto proclamando: “yo soy de Cristo”, la iglesia se dividiría en cuatro partes. Cada una de esas partes sería más pequeña que el límite de la localidad. La Biblia llama a eso división y caminar según la carne. Esta clase de división produce sectas las cuales Dios odia.

Pero la iglesia tampoco puede ser más grande que la localidad. La Biblia nos muestra que Galacia, la cual era una provincia que tenía muchas ciudades, tenía muchas iglesias. Les llamaban “las iglesias en Galacia” (Gá. 1:2).

Asia también es una región, la cual consiste de diferentes áreas. La Biblia dice que había siete iglesias en Asia. Notemos que no menciona una organización unificada, sino más bien, menciona a siete iglesias locales individuales.

En Foochow, Dios ordenó que debía haber sólo una iglesia, la cual es la iglesia en Foochow. No podemos tener cierto número de iglesias en una ciudad. Fukien, sin embargo, es una provincia con muchas ciudades. En esa provincia Dios no ha sancionado una iglesia de Fukien. Cualquier cosa que sea más grande o más pequeña que la localidad no puede formar la base para la iglesia.

NINGÚN OTRO NOMBRE

Eso no es todo. Una iglesia sólo puede nombrarse según su localidad. No puede tener ningún otro nombre. Esto también está bien claro en la Biblia. La iglesia no se puede prefijar por el nombre de ninguna persona, sistema, país, origen ni doctrina. Debe contener solamente el nombre de la localidad.

Por lo tanto, uno no puede tener una iglesia de Roma en Shangai ni la iglesia de Inglaterra en Foochow. Aún la iglesia de Cristo en China es algo que no se encuentra en la Biblia. Dondequiera que ustedes estén, son la iglesia en esa localidad. Si uno quiere cambiar de iglesia, tiene que cambiarse de localidad.

NACIDOS EN LA IGLESIA

Después que una persona cree en Jesucristo por la misericordia de Dios, debe darse cuenta de que Dios lo puso en la iglesia. Nació en ella de la misma manera que un miembro nació como una parte del cuerpo. No hay necesidad de unirse a la iglesia, porque ya es parte de ella. Sin embargo, por causa de conocerse y tener comunión con otros hermanos y hermanas, debe hallar una iglesia que esté en el terreno de la localidad. Uno debe ir a ellos y decirles: “Yo soy cristiano; tengamos comunión juntos”. De esa manera podrá funcionar con otros miembros en el Cuerpo de Cristo y podrá correr una carrera derecha y experimentar el rápido progreso en su vida cristiana.