Barna George & Frank de Viola Libro Book cap.2 Paganismo en tu Cristianismo
EL SERMÓN
Capítulo 2
El Sermón: La Vaca Más Sagrada Del Protestantismo
El Cristianismo no destruyó al paganismo, lo adoptó
__Will Durant
Ahora llegamos a una de las prácticas más sacrosantas de todas: El Sermón. Elimine el sermón, y el orden de adoración Protestante llega a ser nada más que una fiesta de música. Quite el sermón, y la asistencia del culto del domingo por la mañana se baja hasta los dígitos individuales.
El sermón es la base de la liturgia Protestante. Por 500 años, esto ha funcionado como un reloj. Cada domingo por la mañana, el pastor sube al púlpito y entrega una oración inspiradora a una audiencia pasiva calentando los bancos.•• La razón por la cual la mayoría de los cristianos asisten a la iglesia es por la importancia del sermón. De hecho, todo el culto, típicamente, es juzgado por la calidad del sermón. Pregúntele a una persona cómo estuvo el culto del domingo y casi siempre uno recibe una descripción del sermón. Suena algo como lo siguiente:
Pregunta: “¿Cómo estuvo el culto el domingo pasado?”
Respuesta: “Pues, fue maravilloso. El Pastor Peckman nos habló de la importancia de dar ofrendas de “semillas de fe” para aumentar nuestros ingresos; fue tremendo. Me motivó a dar todo mi salario el próximo domingo.”
En breve, la fijación mental del cristiano moderno relaciona el sermón con la adoración del domingo por la mañana. Pero, esto no termina ahí.
La mayoría de los cristianos son adictos al sermón. Ellos llegan a la iglesia con el balde vacío esperando que el predicador lo llene con un mensaje de ánimo. Para el cristiano típico, el sermón es la provisión principal del sostén espiritual. Es más importante que la oración, la lectura bíblica y la fraternización con los hermanos. ¡Y, si vamos a ser honestos, es aun más importante que la comunión con Jesucristo (por lo menos en la práctica!)
Elimine el sermón y usted ha eliminado la fuente más importante de la nutrición espiritual en cuanto a la mayoría de los creyentes (así se ha pensado). ¡Sin embargo, la realidad sorprendente es que el sermón no tiene raíz en las escrituras! Más bien, este fue adoptado de la cultura pagana, nutrido y adoptado por la fe cristiana. Esto es una declaración alarmante, ¿Verdad? Pero, hay más.
El sermón, en realidad, le quita mérito del mismo propósito que Dios diseñó en cuanto a la reunión de la Iglesia. Y, esto tiene poco que ver con el genuino crecimiento espiritual. Yo comprobaré estas palabras dentro de este capítulo.
- A veces la asistencia baja por el sermón… si, acaso está aburrido.
- “No hay una característica más notable del Protestantismo que la importancia que se da a la predicación.” H. Richard Niebuhr y Daniel D. Williams, El Ministerio según las Perspectivas Históricas (San Francisco: Imprenta de Harper y Harper, 1956), p. 110.
El Sermón y la Biblia
Sin duda, alguien que está leyendo lo que acabo de escribir responderá: “Hay personas que predicaron a través de toda la Biblia. ¡Por supuesto, el sermón es bíblico!”
Dado, las escrituras registran hombres y mujeres que predicaron. Sin embargo, hay una gran diferencia entre la prédica inspirada por el Espíritu descrita en la Biblia y el sermón moderno. Esta diferencia casi siempre está pasada por alto porque nosotros hemos sido condicionados sin darnos cuenta y leer nuestras prácticas en la Biblia. (Leemos la Biblia en vista de nuestras prácticas para legitimarlas.) Entonces, equivocadamente, aceptamos el púlpito como algo bíblico. Déjeme desenrollar esto un poquito. El moderno sermón cristiano tiene las siguientes características:
- Es una ocurrencia regular, entregado fielmente desde el púlpito, por lo menos una vez la semana. Es entregado por la misma persona, típicamente el pastor.
- Es entregado a una audiencia pasiva; es esencialmente un monólogo.
- Es una forma de habla cultivada, poseyendo una estructura específica.
- Típicamente, contiene una introducción, de 3 a 5 puntos y una conclusión.
Contraste esto con el tipo de prédica mencionada en la Biblia. En el Antiguo Testamento, los hombres de Dios predicaban y enseñaban. Pero su habla no calzaba con el sermón moderno. Aquí están las características de las predicaciones y enseñanzas del Antiguo Testamento:
- Una participación activa y interrupciones por la audiencia fueron comunes
- Ellos hablaron extemporáneamente y de una carga presente, en vez de un documento o apuntes.
- No hay indicación que los profetas o sacerdotes del Antiguo Testamento dieron charlas o mensajes regulares al pueblo de Dios. Más bien, la naturaleza de las predicaciones del Antiguo Testamento era esporádica, fluidos y abiertos a la participación de la audiencia. La prédica de la sinagoga antigua siguió un modelo similar.•
Vamos ahora al Nuevo Testamento. El Señor Jesús no predicó un sermón regular a la misma audiencia.•• Su prédica y enseñanza se consistían en muchas formas. Y, Él entregó sus mensajes a muchas audiencias diferentes. (Por supuesto, Él compartió la mayoría de su enseñanza con los discípulos. Sin embargo, los mensajes que Él compartió con ellos fueron consistentemente espontáneos y informales.)
- David C. Norrington, ¿A Predicar o no Predicar? La Pregunta Urgente de la Iglesia (Carlisle: Imprenta Paternóster, 1996), p.4. La única diferencia de la predicación de la sinagoga era que un mensaje entregado sobre un texto bíblico era una ocurrencia regular. Aun así, algunas sinagogas permitieron que cualquier miembro que deseaba hacerlo, predicara a la gente. Esto, por supuesto, es una contradicción directa al sermón moderno donde solamente los “especialistas” religiosos son permitidos a hablar a la congregación.
- El llamado “Sermón del Monte” del Señor recibió este nombre durante el período post-apostólico en el año 395 d.C. Pero el pasaje, generalmente, no fue designado “el Sermón del Monte” hasta el siglo 16 (Diccionario de Jesús y los evangelios, Downer’s Grove: Imprente de Inter Varsity, 1992, p. 736; J. D. Douglas, ¿Quíen es Quién en la Historia Cristiana? Wheaton: Imprenta de Tyndale House, 1992, p. 48). Aun así, el llamado “Sermón del Monte” es un juego pobrísimo con el sermón moderno respecto al estilo y la retórica.
Siguiendo el mismo modelo, la predicación apostólica registrada en Los Hechos poseía las siguientes características:
- Fue esporádica.
- Fue entregada en ocasiones especiales para tratar de problemas específicos. Fue extemporánea y sin la estructura retórica.
- Fue un diálogo en la mayoría de los casos (quiere decir que esto incluía reaprovechamiento y interrupciones de parte de la audiencia) en vez de un monólogo (un solo sentido).•••
De igual manera, las cartas del Nuevo Testamento muestran que el ministerio de la Palabra de Dios incorporó a la iglesia entera en sus reuniones regulares. Esto reunión donde “cada miembro” funcionaba también era conversacional y marcada de interrupciones. De igual manera, las exhortaciones de los ancianos locales normalmente eran de una forma improvisada.
En pocas palabras, el sermón moderno entregado a los cristianos es ajeno a la Biblia entera. En absoluta, no hay nada en las Escrituras que indica su existencia en las reuniones de la iglesia primitiva.
¿De dónde vinieron los Sermones Cristianos?
La más temprana fuente cristiana en cuanto la predicación de sermones registrada se encuentra a finales del segundo siglo. Clemente de Alejandría (150-215) lamentaba el hecho de que los sermones hicieron tan poquito para cambiar a los cristianos. Sin embargo, a pesar de su reconocido fracaso, el sermón llegó a ser una práctica normal entre los creyentes al principio de cuarto siglo.
Esto presenta una pregunta peliaguda. Si los cristianos del primer siglo no fueron conocidos por sus sermones, ¿De dónde sacaron los cristianos post –apostólicos sus sermones? La respuesta es contundente: ¡El sermón cristiano fue adoptado directamente del pozo pagano de la cultura griega!
Para encontrar la cabecera del sermón, tenemos que volver al quinto siglo a.C. con un grupo de maestros peregrinos llamados sofistas. Se les atribuye a los sofistas la invención de la retórica (el arte de hablar persuasivamente.) Ellos reclutaron discípulos y demandaron pago por entregar sus oraciones (discursos.)
Los sofistas eran polemistas expertos (arte de debatir.) Ellos fueron maestros en el empleo de las invitaciones emocionales, la apariencia física y lenguaje listo para “vender” sus argumentos. Con el tiempo, el estilo, forma, y la destreza del oratorio de los sofistas llegó a ser más estimada que su exactitud.• Esto engendró una clase de hombres que llegaron a ser maestros de las frases finas, “cultivando el estilo por el estilo.” Las verdades que ellos predicaron fueron abstractas en vez de verdades que fueron puestas en práctica en sus propias vidas. Ellos fueron expertos a imitar la forma en vez de la sustancia.
- Jeremy Thomson, La Prédica como un Diálogo: ¿Es una Vaca Sagrada el Sermón? (Cambridge: Libros Grove, 1996), pp. 3-8. La palabra griega utilizada muchas veces para describir la prédica y enseñanza del primer siglo es dialegomai (Hechos 17:2, 17; 18:4, 19; 19:8,9; 20:7, 9; 24:25). Esta palabra significa un sentido de dos vías en cuanto a la manera de la comunicación. La palabra “diálogo” se deriva de esta palabra. En breve, el ministerio apostólico era más diálogo que monólogo (William Barclay, Comunicando el Evangelio, Sterling: Imprenta Drummond, 1968, pp. 34-35).
- Recibimos nuestras palabras “sofistería” y “sofístico” de los sofistas. Sofistería se refiere al razonamiento especioso y falaz (falso) para persuadir (Arquetipos de Sabiduría, p. 57). Los griegos celebraron el estilo y la forma del orador más que la exactitud del contenido de su sermón. Así, un buen orador podría usar su sermón para influir a su audiencia a creer lo que él supo era falso. A la mente griega, ganar el argumento era una virtud mayor que destilando la verdad.
Los sofistas se identificaron por sus vestiduras especiales que ellos llevaron. Algunos tenían una residencia fija donde ellos entregaron sus sermones regularmente a la misma audiencia. Otros viajaron para entregar sus discursos pulidos. (Ellos ganaron bastante dinero cuando lo hicieron.) A veces, el orador griego entraba a su foro del discurso “ya vestido de su sotana de púlpito.” Después subió a las gradas para ir a su silla profesional donde él se sentaba antes de entregar su sermón.
Para llamar la atención sobre un punto, el sofista citaba a los versículos de Homero. (Algunos oradores estudiaron a Homero tan bien que ellos podían repetirle por memoria.) El sofista era tan arrebatador que él incitaba muchas veces a su audiencia a dar palmadas durante el discurso. Si su mensaje fue bien recibido, algunos decían que su sermón fue inspirado.”
Los sofistas fueron los hombres más distinguidos de su tiempo. Tanto que ellos vivieron a la cuenta pública. Otros tenían estatuas públicas levantadas en su honor.
(¿No le recordará esto de muchos predicadores modernos?)
Casi un siglo más tarde, el filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.) hizo una modificación a la retórica al agregar el mensaje de tres puntos. “Un todo,” dijo Aristóteles, “necesita un principio, un centro, y un fin.”• Con el tiempo, los oradores griegos implementaron el principio de los tres puntos de Aristóteles en sus discursos.
Los griegos se intoxicaron de la retórica. Así pues, los sofistas pasaron bien. Cuando Roma conquistó a los griegos, los romanos fueron hechizados respecto a la retórica. Por consiguiente, la cultura Grecorromana desarrolló una codicia insaciable para escuchar a alguien dar un discurso elocuente. Era tan de moda que, después de la cena, se entretenía a las personas con un filósofo profesional que dio un pequeño sermón.
Los griegos y romanos antiguos vieron la retórica como uno de las mayor formas del arte. Por consiguiente, los oradores del Imperio Romano fueron honrados con la misma posición encantadora que los americanos asignan a las estrellas del cine y a los atletas profesionales. Ellos fueron las estrellas brillantes de su tiempo.
Los oradores pudieron poner frenética a una muchedumbre simplemente por su destreza poderosa del hablar. Los maestros de la retórica, la ciencia delantera de ese tiempo, fueron el orgullo de cada ciudad importante. Los oradores que ellos produjeron recibieron el estado de celebridad. En breve, los griegos y romanos fueron adictos al sermón pagano, igual como muchos cristianos modernos son adictos al sermón “cristiano.”
La Llegada de un Corriente Contaminado
¿Cómo es que el sermón griego encontró a la iglesia cristiana? Alrededor del tercer siglo, se creó un vacío cuando el ministerio mutuo se desvaneció del Cuerpo de Cristo. Durante este tiempo, el trabajador itinerante que hablaba de una carga espontánea dejó las páginas de la historia de la iglesia. Para reemplazarlo, la casta- clérigo empezó a surgir. Las reuniones abiertas empezar a desaparecer, y las reuniones de la iglesia llegaron a ser más y más litúrgicas.
- Aristóteles, Sobre la Poética, Capítulo 7. Aunque Aristóteles hablaba de escribir un “complot” o “fábula,” su principio, sin embargo, fue aplicado a la entrega de discursos. La fascinación del discurso era la segunda naturaleza para los griegos. “Ellos fueron una nación de habladores” (La Influencia de Ideas Griegas, p. 27).
Durante el tercer siglo, la distinción del clero – laico se estuvo ensanchando con rapidez. Una estructura jerárquica empezó a arraigarse, y salió la idea de un “especialista religiosa.” En vista de estos cambios, el cristiano funcional tuvo problemas de acomodarse en esta estructura eclesiástica tan evolutiva. No hubo ningún lugar para que él ejerciera sus dones. Por el cuarto siglo, la iglesia había llegado completamente institucionalizada y el funcionamiento del pueblo de Dios se congeló.
Mientras pasaba esto, muchos oradores paganos se hicieron cristianos. Como resultado, las ideas filosóficas paganas se metieron en la comunidad cristiana sin darse cuenta. Resultó que algunos de los nuevos creyentes durante este tiempo eran oradores y filósofos paganos anteriormente. Lamentablemente, muchos de estos hombres llegaron a ser los teólogos de la iglesia Cristiana temprana. Son conocidos como los “padres de la iglesia,” y algunas de sus obras están con nosotros todavía.
Así pues, la noción pagana de un orador profesional entrenado que entregara discursos o sermones por un precio pasó directamente a la sangre del cristianismo. Note que el concepto de un “maestro especialista asalariado” no vino del judaísmo. Vino de Grecia. Era la costumbre de los rabinos judíos a dedicarse a un trabajo o profesión para no cobrar por sus enseñanzas.
Al fin y al cabo, estos ex-oradores paganos (ahora cristianos) empezaron utilizar sus destrezas oratorias para fines cristianas. Ellos se sentirían en su silla oficial y exponer el sagrado texto bíblico, igual como el sofista había suplido una exégesis del texto casi sagrado de Homero…” Si usted compara un sermón pagano del tercer siglo con uno dado por los padres de la iglesia, usted encontrará la estructura y la fraseología de los dos muy similares.
Entonces, un nuevo estilo de comunicación se estaba formando en la iglesia cristiana, un estilo que enfatizó una retórica pulida, una gramática sofisticada, una elocuencia descriptiva, y un monólogo. Era un estilo diseñado a entretener y hacer alarde de la destreza oratoria del hablador. Fue la retórica Grecorromana.• ¡Y, solamente los que fueron entrenados fueron permitidos a dirigirse a la asamblea! (¿Suena común?)
Un erudito la describe de la siguiente manera: La proclamación original del mensaje cristiano era una conversación de dos sentidos (doble vía), pero cuando las escuelas oratorias del mundo occidental agarraron el mensaje cristiano, la prédica cristiana llegó a ser algo muy diferente. El oratorio tendía a reponer la conversación. La grandeza del orador tomó el lugar del asombroso evento de Jesucristo. Y, el diálogo entre el hablador y el oyente se desvaneció en un monólogo.
En unas pocas palabras, el sermón Grecorromano repuso la profecía, compartimiento mutuo y enseñanza inspirada por el Espíritu. El sermón llegó a ser el privilegio elitista de los oficiales de la iglesia, particularmente los obispos. Tales personas requerían una educación en las escuelas de la retórica para aprender como hablar. Sin tal educación, un cristiano no fue permitido a hablar al pueblo de Dios.
Tan temprano como el tercer siglo, los cristianos describieron sus sermones con el mismo nombre que los oradores griegos habían utilizado en sus discursos. Los llamaron homilías. Hoy, uno puede tomar un curso del seminario llamado homilética para aprender como predicar. Se considera la homilética una “ciencia, aplicando las reglas de la retórica, la cual originó con Grecia y Roma.”
- Un estudiante que estudiaba la retórica completó sus estudios cuando él pudo hablar improvisadamente sobre cualquier tema que le fue presentado. La logia, de la forma de debate, era común en el estudio de la retórica. Cada estudiante aprendía cómo razonar y razonar bien. La logia era algo natural a la mente griega. Pero, fue una logia divorciada de la práctica y construida sobre argumentos teoréticos. Toda esta fijación mental rezumó a la fe cristiana durante los siglos tempranos (La Influencia de Ideas Griegas, pp. 32-33).
Por decirlo de otra manera, ni la homilía (sermones) ni la homilética (el arte de predicar el sermón) tienen un origen cristiano. Fueron robados de los paganos. Una corriente contaminada se metió a la fe cristiana y envenenó sus aguas. Y, esa corriente fluye tan fuerte hoy como en el cuarto siglo.
Crisóstomo y Agustino
Juan Crisóstomo (347-407 d.C.) era uno de los oradores cristianos más notables de su tiempo.• (Crisóstomo quiere decir “boca dorada.”) Constantinopla nunca había escuchado “sermones tan poderosos, brillantes y sinceros” como los predicados por Crisóstomo. La prédica de Crisóstomo fue tan apremiante que la gente, a veces, tuvo que empujarse hacia adelante para escucharle mejor.••
Crisóstomo, con un don natural del oratorio, aprendió cómo hablar bajo del sofista más destacado del cuarto siglo, Libanius.••• La elocuencia de Crisóstomo en el púlpito fue sin superar. Sus oratorios fueron tan poderosos que sus sermones fueron interrumpidos muchas veces por el aplauso de la congregación. Crisóstomo, una vez, dio un sermón condenando el aplauso como algo impropio en la casa de Dios.•••• Pero, después de concluir el sermón, la congregación lo apreció tanto que ella aplaudió. Esta historia ilustra el poder indomable de la retórica griega.
Podemos acreditar a Crisóstomo y a Agustino (354-430 d.C.), un ex-profesor de la retórica, por incorporar el oratorio del púlpito como parte integrante de la fe cristiana. En Crisóstomo, el sermón griego alcanzó su apogeo. El estilo del sermón griego se entregó la brillantez retórica, citando poesías y enfocado en impresionar a la audiencia. Crisóstomo enfatizó que “el predicador necesita laborar un largo rato en sus sermones para lograr el poder de la elocuencia.”
En Agustino, el sermón Latino alcanzó las alturas. El estilo del sermón latino era más prosaico que el estilo griego. Este enfocó en el “hombre común” y fue dirigido a un punto moral más sencillo. Zwingli tomó a Juan Crisóstomo como su modelo de predicar, mientras Lutero tomó a Agustino como su modelo. Ambos estilos, el latino y griego, incluyeron una forma del comentario de versículo por versículo tanto como la forma parafrástica.
Aun así, Crisóstomo y Agustino se vieron en el linaje de los sofistas griegos. Nos dieron la retórica cristiana pulida. Nos dieron el sermón “cristiano.” Bíblico de contenido, pero griego de estilo.
Los Reformadores, los Puritanos y el Gran Despertar
Durante de los tiempos Medievales, la Eucaristía dominaba la Misa Católica Romana, y la prédica se quedó atrás. Pero, con la presencia de Martín Lutero (1483-1546), el sermón recuperó su prominencia en el culto de adoración. Lutero concibió impropiamente que la iglesia sirvió para convocar a la gente a escuchar la Palabra de Dios. ¡Por esta razón, él, una vez, llamó el edificio de la iglesia un Mundhaus (boca o casa de habla)!
- En su lecho de muerte, Libanius (el tutor pagano de Crisóstomo) dijo que Crisóstomo habría sido su sucesor más merecido “si los cristianos no lo hubieran robado” (La Influencia de las Ideas Griegas, p. 109). La Historia Cristiana, Volumen XIII, Número 4, Edición 44, p. 3. Más de 600 de los sermones de Crisóstomo sobreviven todavía.
- Historia Cristiana, Volumen XIII, No.4, Edición 44, p. 7. Philip Schaff, Historia de la Iglesia Cristiana: Volumen 3, (Michigan: Eerdmans, 1910), pp. 933-941; La Edad de la Fe, p. 9. Crisóstomo se empapó de la retórica de Libanius, pero él también era un estudiante de la filosofía y literatura pagana (La Edad de la Fe, p. 63).
- El aplauso entusiasta de una audiencia a la homilía de un sofista era una costumbre griega.
Siguiendo las normas de Lutero, Juan Calvino (1509-1564) razonó que el predicador es la “boca de Dios.” (Irónicamente, ambos hombres, con vehemencia, denostaron contra la idea que el Papa era el Vicario de Cristo.) No es sorprendente que muchos de los Reformadores habían estudiado la retórica y fueron influenciados fuertemente por los sermones Grecorromanos de Agustino, Crisóstomo, Origen y Gregorio el Magno.•
Así pues, los defectos de los padres de la iglesia fueron repetidos por los reformadores y las sub-culturas Protestantes que fueron creados por ellos. Esto fue cierto, especialmente de los Puritanos. De hecho, la tradición moderna de la prédica evangélica encuentra sus raíces recientes en el movimiento Puritano del decimoséptimo siglo y del Gran Despertar del siglo 18.
Los Puritanos adoptaron el estilo de predicar de Calvino. ¿Cuál era ese estilo? Era la exposición sistemática de las Escrituras. Fue un estilo adoptado de los padres de la iglesia temprana, y el cual llegó a ser muy popular durante el Renacimiento. Los eruditos del Renacimiento proveían un comentario, oración a oración, de una escritura de la antigüedad clásica. Calvino era un experto de esta forma. Antes de su conversión, él empleaba este estilo al comentario del autor pagano, Séneca. Cuando él se convirtió y empezó a predicar sermones, él aplicó el mismo estilo analítico a la Biblia.
Siguiendo el sendero de su padre Juan Calvino, los Puritanos centraron todos sus cultos eclesiásticos alrededor de la enseñanza sistemática de la Biblia. Mientras ellos quisieron evangelizar a Inglaterra (purificarlo de los defectos anglicanos), los Puritanos centraron todos sus cultos alrededor de las exposiciones bíblicas, versículo a versículo, estructurados, metodológicos y lógicos. Su énfasis sugirió que el Protestantismo era una religión del “libro.” (¡Irónicamente, “el libro” no sabe nada del sermón!)
Los Puritanos también inventaron una forma de prédica llamado “estilo sencillo.” Este estilo fue arraigado en la memorización de las notas del sermón. Sus divisiones, subdivisiones y análisis de un texto bíblico, levantó el sermón a un nivel de una ciencia fina. Todavía hay muchos pastores que utilizan esta forma hoy. Adicionalmente, los Puritanos no dieron el sermón de una hora, la práctica de hacer apuntes del sermón de parte de los feligreses, en nítido bosquejo del sermón de cuatro puntos, y el uso de apuntes escondidos mientras entregar el sermón.
- La evolución del contenido del sermón de la Reformación hasta hoy es una historia muy larga que está más allá del ámbito de este libro. Es suficiente decir que los sermones durante el período del Gran Despertar degeneraron a unos discursos morales vacíos. Llegaron a ser instrumentos de mejorar la sociedad humana. … (La Adoración Protestante, pp. 53, 121, 126, 166, 183; Historia Cristiana, Volumen XIII, No. 1, edición 41, pp. 24-25).
Otra influencia, el Gran Despertar, es responsable por el tipo de prédica que fue común en las iglesias Metodistas tempranas, y el cual está en uso actualmente en las iglesias Pentecostales. Fuerte arrebatos de emoción, gritos, corriendo la plataforma de arriba para abajo, todos son vestigios de esta tradición.
Resumiendo el origen del sermón moderno, podemos decir lo siguiente: El cristianismo ha adoptado la retórica Grecorromana, bautizándola y forrándola en pañales. La homilía griega encontró el camino a la iglesia cristiana alrededor del segundo siglo, y alcanzó el punto culminante con los oradores del púlpito del cuarto siglo, a saber Crisóstomo y Agustino.
El sermón cristiano se quedó atrás desde el quinto siglo hasta la Reformación, cuando este llegó a ser encajonado y guardado en un relicario como el enfoque central del culto de adoración protestante. Sin embargo, por unos 400 años, la mayoría de los cristianos nunca han cuestionado su origen o su efectividad.•
Como la Prédica del Sermón lastima a la Iglesia
Aunque venerado por cinco siglos, el sermón convencional ha contribuido al mal funcionamiento de la iglesia de varias maneras.
Primeramente, el sermón hace que el predicador sea artista virtuoso del culto eclesiástico. Como el resultado, la participación de la congregación está obstaculizada a lo mejor y excluida a lo peor. El sermón vuelve a la iglesia en una estación de prédica. La congregación degenera en un grupo de espectadores apagados que presencian a un evento. No hay espacio para interrumpir o cuestionar al predicar mientras él está entregando su discurso. El sermón congela y encarcela el funcionamiento de Cuerpo de Cristo. Esto promueve un sacerdocio dócil por permitir a los hombres del púlpito de manos agitadas• a dominar la reunión de la iglesia semana tras semana.
En segundo lugar, el sermón estanca el crecimiento espiritual. Por el hecho de que es un asunto de una vía, esto embota la curiosidad y produce la pasividad. El sermón debilita a la iglesia respecto al funcionamiento. Este sofoca el ministerio mutuo. Este apaga la participación abierta. Este causa que el crecimiento espiritual del pueblo de Dios experimente un descenso en picado.
- El Historiador del Siglo 19, Edwin Hatch era uno de los primeros a desafiar al sermón.
- El término “manos agitadas” se deriva de la magia del escenario. Los mágicos agitan las manos y crea un conejo que salió de la nada. De la misma manera, el sermón se promueve como un facilitador mayor del crecimiento cristiano. Pero esta idea es falsa y engañosa.
Como cristianos, necesitamos funcionar para poder crecer.•• No crecemos por sentarnos como una estatua de sal mientras un hombre nos predica “bajo del banco”, semana tras semana. De hecho, una de las metas del estilo de la prédica y enseñanza del Nuevo Testamento es activarle a usted a funcionar.••• Es para animarle a usted a abrir su boca en la reunión.•••• El sermón convencional obstaculiza este proceso.
En tercer lugar, el sermón conserva la mentalidad del clero anti-bíblico. Este crea una dependencia excesiva y patológica del clero. El sermón hace que el predicador sea el especialista religiosa, el único que tiene algo de valor para compartir. Se trata de todos los demás como si fueron cristianos del segundo grado, un calentador del banco. (Aunque esto no se expresa por lo general, es la realidad.)•••••
¿Cómo puede el pastor aprender de los demás miembros del Cuerpo de Cristo cuando ellos son mudos? ¿Cómo puede la iglesia aprender del pastor cuando sus miembros no le pueden hacer preguntas a él durante su oratorio? ¿Cómo pueden los hermanos y hermanas aprender del uno al otro si ellos están amordazadas en cuanto a hablar en las reuniones?
El sermón hace que la “iglesia” es lejana e impersonal. Este priva al pastor de recibir el sostén espiritual de la iglesia. Y, este priva a la iglesia de recibir nutrición espiritual, del uno al otro. ¡Por estas razones, el sermón es uno de las barricadas más grandes de un sacerdocio funcional!
En cuarto lugar, en vez de equipar a los santos, el sermón les quita las destrezas. No importa cuan fuerte que el ministro malgaste el tiempo acerca de “equipar a los santos para la obra del ministerio,” la verdad es que la prédica de sermones no equipa a nadie en cuanto al servicio espiritual.• En realidad, el pueblo de Dios está tan adicto a escuchar a los sermones que los pastores están adictos a predicarlos. (Yo me doy cuenta de que unos cristianos no aprecian “ser predicados bajo de la mesa (banco) cada semana. Pero, pareciera que la mayoría lo disfrutan.)•• En contraste, la prédica y enseñanza del estilo Neo-Testamentario equipa a la iglesia para que funcione sin la presencia del clero.•••
- Marcos 4:24-25; Hebreos 10:24-25.
- Efesios 4:11-16. Señala que el funcionamiento es necesario para la madurez espiritual.
- Vea: 1 Corintios 12-14. Una reunión de la iglesia.
- Se ha conocido que algunos pastores han expresado la idea sin inteligencia que “todo lo que hacen las ovejas es decir ‘baa’ y comer pasto.”
- Mientras muchos pastores hablan de “equipar a los santos” y “liberar a los laicos,” promesas para liberar a los laicos fláccidos y equipar la iglesia para ministrar prácticamente siempre van incumplidas. Tal que el pastor está dominando el culto de la iglesia a través de sus sermones, el pueblo de Dios no está libre para funcionar. Por lo tanto, “equipar a los santos” típicamente es nada más que una retórica vacía.
En quinto lugar, el sermón moderno es totalmente impráctica. La mayoría de los predicadores son expertos de aquél que ellos nunca han experimentado. Sea abstracto / teórico, piadoso / inspirador, demandante / obligatorio, entretenido / chistoso, el sermón falta de colocar a los oyentes en una experiencia directa y práctica de lo que ha sido predicado. ¡Así pues, el sermón típico es una lección de natación sobre tierra seca! Falta todo valor práctica. Se predica mucho, pero nada se aterriza. La mayoría se dirige al lóbulo frontal. La prédica del púlpito moderna falta de irse más allá de meramente diseminar información a la función de equipar a los creyentes a experimentar y utilizar lo que ellos han escuchado.
Al respecto, el sermón refleja su padre verdadero, la retórica Grecorromana. La retórica Grecorromana fue bañada en abstracción. Este “envolvió formas diseñadas a entretener y desplegar el genio en vez de instruir o desarrollar talentos en otras personas.” El moderno sermón pulido puede calentar el corazón, inspirar la voluntad, y estimular la mente. ¡Pero, raras veces, o nunca, que el sermón le indica al equipo cómo salir de la conferencia!
En todas de estas maneras, el sermón falta de promover el crecimiento espiritual. Más bien, este intensifica el empobrecimiento de la iglesia. Los sermones actúan como un estimulante momentáneo. Sus efectos son efímeros a lo mejor.
Seamos honestos. Hay montones de cristianos que han sido “sermonizados” por décadas, y ellos todavía son bebés en Cristo. Nosotros, los cristianos, no somos transformados por escuchar sermones. Somos transformados por un encuentro regular con el Señor Jesucristo.•••• Los que ministran, por lo tanto, son llamados a asegurar que su ministerio sea intensamente práctico. Ellos están llamados a no solamente revelar a Cristo, sino a mostrar a sus oyentes cómo experimentar, conocer, seguir y servirle a Él.
Si un predicador no puede llevar sus oyentes a una experiencia viva y espiritual con lo que él está ministrando, los resultados del mensaje serán efímeros. Por lo tanto, la iglesia necesita menos personas en él púlpito y más facilitadores espirituales. Hay una necesidad urgente de personas que pueden proclamar a Cristo y saber cómo desplegar al pueblo de Dios a experimentar a El que ha sido predicado.•
- Para los de nosotros que consideran el sermón exóticamente aburrido, entendemos el sentimiento de ser “predicado a la muerte.” La cita de Sydney Smith capta el sentimiento: “¡El merece ser predicado hasta la muerte por coadjutores locos!”
- Considere el método de Pablo de predicar a una iglesia infante, después dejarla sola por largo períodos de tiempo. Informes: vea: Gene Edwards Como Reunirse en Casas (Sargent: Seedsowers, 1999).
- Uno puede tener un encuentro con Cristo en la gloria o en el sufrimiento (2 Corintios 3:18; Hebreos 12:1).
Necesitamos una restauración de la práctica del primer siglo de la exhortación mutua y el ministerio mutuo. El Nuevo Testamento, la transformación espiritual depende de estas dos cosas.•• Dado, el don de la enseñanza está presente en la iglesia. Pero la enseñanza debe originar de todos los creyentes,••• tanto como de los que poseen dones especiales para enseñar.•••• Nosotros vamos mucho más allá de los límites bíblicos cuando permitimos que la enseñanza tome la forma de un sermón convencional y relegarlo a una clase de oradores profesionales.
Forrándolo
El sermón del púlpito no es el equivalente de la prédica que se encuentra en las Escrituras. Este no se puede encontrar en el Judaísmo del Antiguo Testamento, el ministerio de Jesús, o la vida de la iglesia primitiva. Además, Pablo les dijo a sus griegos convertidos que él rehusó ser influenciado por las formas de comunicación de sus paganos contemporáneos (1 Corintios 1:17, 22; 2:1-5.)
El sermón es una “vaca sagrada” que fue concebida en el vientre de la retórica griega. Nació en la comunidad cristiana cuando los ex-paganos (ahora cristianos) empezaron a llevar sus estilos del oratorio a la iglesia. Por el tercer siglo, fue común que los líderes cristianos entregaron sermones. Por el siglo cuatro, ya era la norma.
El cristianismo ha absorbido su cultura circundante. Cuando su pastor suba al púlpito llevando su sotana clerical y entrega su sermón sagrado, él está jugando el papel del orador griego antiguo.
Sin embargo, a pesar del hecho de que el sermón no posee ningún fragmento de mérito bíblico para justificar su existencia, este continúa ser admirado, con falta de crítica, en los ojos de la mayoría de los cristianos modernos. Este ha llegado a ser tan atrincherado en la mente cristiana que la mayoría de los pastores y “laicos” que creen en la Biblia faltan de ver que ellos están afirmando y perpetuando una práctica anti-bíblica por pura tradición. El sermón ha llegado a ser empotrado permanentemente en una estructura organizacional complicada que está muy lejos de la vida eclesiástica del primer siglo.
- Hechos 3.20; 5:42; 9:20; Gálatas 1:6; Colosenses 1:27-28. No importa si uno está predicando (kerygma) a incrédulos o enseñando (didache) a creyentes, el mensaje al creyente y al incrédulo es Jesucristo (C.H. Dodd, La Prédica Apostólica y su Desarrollo, London: Hodder y Stoughton, 1963, p. 7). Hablando de la iglesia primitiva, Michael Green escribe, “Ellos predicaron una persona. Su mensaje francamente fue Cristocéntrico. Ciertamente, se refiere al evangelio simplemente como Jesús o Cristo: ‘El le predicó Jesús…’ Jesús el hombre, Jesús crucificado, Jesús resucitado, Jesús Exaltado a la posición de poder del universo,… Jesús que, mientras tanto, estuvo presente entre su pueblo en el Espíritu. El Cristo resucitado fue la parte central inequívocamente de su mensaje” (Evangelismo en la Iglesia Primitiva, Houder y Stoughton, 1970, p. 150).
- Hebreos 3:12-13; 10:24-26a. Note el énfasis de “uno al otro” en estos pasajes. El autor habla de la exhortación mutua.
- 1 Corintios 14:26, 31.
- Efesios 4:11; Santiago 3:1.
En vista de todo lo que hemos descubierto acerca del sermón moderno, considere a estas preguntas penetrantes:
¿Cómo puede un hombre predicar un sermón sobre ‘ser fiel a la Palabra de Dios’ cuando él esté predicando un sermón? Y, ¿Cómo puede un cristiano sentarse pasivamente en un banco y afirmar el sacerdocio de todos los creyentes cuando él está sentado en un banco pasivamente? Para personalizarlo un poquito más, ¿Cómo puede usted, querido cristiano, pretender a defender la doctrina Protestante de escritura solamente y todavía apoyar el sermón del púlpito?
Como dijo un autor de una manera tan elocuente, “El sermón es, en práctica, incuestionable. Ha llegado a ser un fin en sí mismo, sagrado, el producto de una reverencia distorsionada por ‘las tradiciones de los ancianos’…. Parece ser extrañamente inconsistente que los que están más dispuestos a pretender que la Biblia es la Palabra de Dios, ‘la suprema guía en todos los asuntos de la fe y práctica’ se encuentran entre los primeros para rechazar los métodos bíblicos a favor de las ‘cisternas quebradas’ de sus padres (Jeremías 2:13). ¡Para decirlo de otra manera, no hay espacio en el corral de la iglesia para las vacas sagradas como el sermón!
Y, mi conversación y mi predicación no fueron con
palabras seductoras de la sabiduría de los hombres, sino en demostración del Espíritu y de poder:
Qué su fe no debe confiar en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
__Pablo de Tarso