Vamos con el tercer mandamiento del matrimonio: hable bien de su cónyuge
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Éxodo 20:7 nos da el tercer mandamiento para el matrimonio:
No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tome su nombre en vano. (RVR1995)
Es común ignorar lo que significa “en vano”. Significa vacío, sin sentido, insincero, sin demostrar el debido respeto. En otras palabras: hacer común Él nombre de Dios, igual a los hombres, o peor aún, inferior a este.
Cuidado
En la práctica y sino tenemos cuidado, él ser descuidado al referirnos hacia nuestro prójimo, podemos estar sacando él brillo de las personas con nuestros comentarios, o sencillamente en la forma en la que nos referimos a ellos. Y aunque parezca muy osado lo que voy a decir, es muy probable que hayamos caído en la trampa del enemigo y estemos maldiciendo, en vez de bendecir. Hablando en términos sencillos y del dia a dia, escuchamos a personas caer en está situación, hablan muy descuidadamente de sus cónyuges, ellos están haciendo él papel del diablo, maldiciendo, es decir no diciendo nada bien.
Luego teniendo en mente este tipo de veneno que puede llegar a ser, las palabras inyectadas con cierta malicia, hemos de ser determinante. Es posible que se nos contagie nuestra forma de expresarnos con las cosas que escuchamos y aun en ocasiones con quienes nos asociamos, o nos relacionamos. En casa tenemos claro que llegado un punto no permitimos palabras dañina, he hirientes. Estas si no tenemos cuidado pueden traer amargura, y desánimo a la relación, enfriandola, al punto de que ya no se manifieste él amor. sino más bien él querer.
Piénsalo
Este mandamiento, es muy enfático en cuanto a lo que no se debe hacer, si bien dice: no tomarás él nombre de Jehová en vano. La adaptación a nuestra relación matrimonial es tan disiente cómo en su origen, es dada a Dios.
En él libro de Santiago habla que la lengua (Santiago 3:4-5) menciona una analogía, dice: mirad a los barcos cuán grandes son, y cómo un pequeño timón dirige cual gran barco, hacia donde él que lo dirige quiere. Así la lengua puede dirigir. Sabes él matrimonio es mucho más grande que cualquier trasatlántico que puedas imaginar. Un trasatlántico puede atravesar grandes y peligrosos desafíos. Un matrimonio, tiene la capacidad de atraer a muchísimos más a puerto seguro en él mar de la vida.
Analogia
La lengua dirige, guía, conduce. Si tu hablas del divorcio en tu relación, de seguro llegaras a obtener los que temes, o lo que deseas. El mencionar de manera continuada de que todo está mal, es más que probable que si lo está, siga así y si no lo está, pues comience a estarlo. Si critica, descalificas, eres negativo, en corto, no eres parte de la solución de manera activa, pues bien. Estas haciendo que las cosas sucedan, y lo mismo no sea aquello que deseas.
No tomar él nombre de Dios en vano, está inclinado a no hacer él nombre de Dios común, irrelevante, innecesario, ordinario, igual a los hombres. Si tu hablas de manera comun, irrelevante, cómo que no es necesario, y de manera ordinaria sobre tu matrimonio, obtendrás los resultados de dicha semilla. Mira que tipo de semilla son las que hablas, ¿Son derrotistas? ¿menoscabar las capacidades, o alientan animan?
Algo que te cuento
Hace un tiempo atras, estaba en él patio trasero, y mire la soga que colgaba, vino a mi pensamiento una voz “cambia la soga” en la que mis hijos se colgaban para subir por las paredes, Sabes le enseñó a escalar. Ignore esta advertencia. Mi hijo Natanael, subió al tejado, y cuando bajo, ¡boomm! golpe hueco.. la soga reseca, vieja, se corto, él cayo de espalda, y su cabeza por unos milímetros no dio contra un bordillo. Mi hijo no se tiro, su trajica caida fue debido al descuido y las advertencia que habia recibido las cuales ignore.
Este mismo suceso, advertencias, recomendaciones, descuidos, son los que hoy estan llevando a muchos a la ruptura matrimonial, se parte de este cambio, asume tu papel, sin esperar nada a cambio, si has erido por muchos años con tus palabras asume él papel de cambiar esos resultados, Dios quien diseñó él matrimonio desea ayudarte y tienes todo a tu favor para lograr dichos resultados positivos.
Habla bien de tu cónyuge, bendice, anima, alienta, consuela, aconseja, dirige, se ¡valiente ábrete campo!.